Hola, como andan? .. Les paso a contar que soy nuevo en este foro (el cual, por cierto, me parece excelente) y queria ver si me podian sacar unas dudas que tengo o aportar algunos datos con respecto al siguiente tema:
Vi en un programa de TV que se descubrio un mapa en posesion de un espía alemán el cual estaban marcadas lo que serian las nuevas fronteras de los paises sudamericanos si Hitler ganaba la guerra ( Argentina iba a poseer Uruguay, Bolivia y Paraguay, a Chile se le daria Peru, Brasil quedaria como estaba y la zona de Venezuela con otros paises se llamaria Nueva España).
No se si esto es cierto o no, es solamente lo que yo vi..por eso les pedia opiniones o aportes de datos.
gracias.saludos
¿Modificacion de fronteras sudamericanas?
Moderador: José Luis
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Calígula
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Podria ser este mapa?
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Heinrich Heine [i]Allí donde se queman los libros, se terminaran quemando personas[/i]
Primeramente te doy la bienvenida al foro
En cuanto al tema señalado hay que señalar que efectivamente la alemania nazi tuvo mucho interés en sudamérica, pues contaba con un organismo para asuntos con este continente y que era sumamente fuerte en México. El mapa, lo había visto y efectivamente es el que menciona Ufesa. Ahora, si concreetamente algo de ese tipo iba a suceder, es difícil, aunque en ningún según mi opinión descartable, en el caso que Alemania hubiese ganado la guerra, ya que hubiese consolidado una gran hegemonía mundial. ¿ quién los hubiese detenido?.
A todo esto, cuando pequeño siempre escuchaba en el colegio que sudamerica era pretendida por los japoneses y que aquello estaba acordado con sus aliados del eje, los alemanes. De eso no tengo ni siquiera un mapa u otro dato, sólo lo cuento a modo de anécdota y curiosidad.
En cuanto al tema señalado hay que señalar que efectivamente la alemania nazi tuvo mucho interés en sudamérica, pues contaba con un organismo para asuntos con este continente y que era sumamente fuerte en México. El mapa, lo había visto y efectivamente es el que menciona Ufesa. Ahora, si concreetamente algo de ese tipo iba a suceder, es difícil, aunque en ningún según mi opinión descartable, en el caso que Alemania hubiese ganado la guerra, ya que hubiese consolidado una gran hegemonía mundial. ¿ quién los hubiese detenido?.
A todo esto, cuando pequeño siempre escuchaba en el colegio que sudamerica era pretendida por los japoneses y que aquello estaba acordado con sus aliados del eje, los alemanes. De eso no tengo ni siquiera un mapa u otro dato, sólo lo cuento a modo de anécdota y curiosidad.
"Volverán las almas de esos héroes a jurar de nuevo a su bandera. Honrará la patria a todos ellos, su memoria guardará", Adiós al Séptimo de Línea.
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V.Manstein
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Eckart
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O lo que dice Manstein, o delirios de posguerra de los nazis afincados en América del sur...
Saludos.
Saludos.
Última edición por Eckart el Vie Ene 20, 2006 5:40 am, editado 1 vez en total.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw
Ian Kershaw
Tienes razón V. Manstein, por ahí podría ir el tema. Obviamente pueden ser delirios de nazis en sudamérica, aunque no hay que desconocer que el tema es curioso y porqué no decirlo interesante en el caso que hubiese datos más concretos.
"Volverán las almas de esos héroes a jurar de nuevo a su bandera. Honrará la patria a todos ellos, su memoria guardará", Adiós al Séptimo de Línea.
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ignasi
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Como bien dices, sería un delirio. Si no consiguieron cruzar el canal de la Mancha y ocupar Gran Bretaña, que la tenían a un paso, que ocuparan Sudamérica ya raya la ciencia ficción (pese a que algún país simpatizara con ellos)Garbo escribió:Sobre una posible conquista de Sudamérica, se me ha ocurrido esta hipótesis, una más. Tal vez los alemanes se plantearon ocupar Sudamérica para tener una base de operaciones y poder después atacar a los EEUU. Este delirio si que sería mayúsculo.
Saludos.
Un saludo,
Ignasi
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maximus
¿Modificacion de fronteras sudamericanas?
Ese mapa es una falsificación diseñada por la inteligencia británica, no es un proyecto nazi. Roosevelt lo dio a conocer (si recuerdo bien) en la cena de la Armada el 27 de octubre de 1941 como propaganda para el frente interno, aparentemente en conocimiento de que se trataba de una falsificación que habían preparado los ingleses para alimentar las preocupaciones geoestratégicas de los norteamericanos en una guerra hasta entonces europea.
contribución de 27Pulqui en
viewtopic.php?f=53&p=148142#p148142
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¿Modificacion de fronteras sudamericanas?
¡Hola a todos!
La historia del mapa está encuadrada en un contexto mucho más amplio que nos remonta al año 1940 y la llegada de William Stephenson a USA con la misión de dirigir todas las operaciones del Servicio de Inteligencia británico en el hemisferio occidental. Sir William Stephenson era un industrial canadiense que había sido un as de vuelo durante la IGM y que fundó precisamente en 1940 la British Security Co-ordination (BSC), agencia del gobierno británico a cargo de todas las operaciones encubiertas británicas en el continente americano.
Los británicos venían desarrollando sus operaciones de inteligencia en USA a través del FBI, al que, oficialmente, estaban obligados a consultar a través del Departamento de Estado. En la primavera de 1940, el jefe del British Secret Intelligence Service (SIS), mayor general Sir Stewart Menzies, envió a Stephenson a Estados Unidos para investigar la posibilidad de establecer un contacto directo con el FBI. Stephenson consiguió establecer relaciones directas con J. Edgar Hoover y luego obtuvo el consentimiento de Roosevelt para que existiera un contacto de lo más estrecho posible entre el FBI y el SIS. Así se gestó la BSC y para más detalles remito a la obra arriba citada, pp. 80 y ss.
Ahora la historia del mapa. En septiembre de 1941, la prensa americana publicó una carta escrita por el agregado militar de Bolivia en Berlín, el mayor Elías Belmonte, y dirigida al ministro alemán en La Paz, Ernst Wendler; la carta incluía planes para un golpe de estado en Bolivia. El golpe fue evitado y Wendler expulsado del país. En Londres, la BSC reclamó como suya la operación que desveló el asunto. Hugh Dalton había informado a Churchill que el documento había sido sustraído de un maletín diplomático alemán y entregado a los representantes británicos ante las autoridades americanas. Pero la historia había sido más complicada. En realidad, el agente de la BSC había conseguido sólo una transcripción de la carta y, luego, pidió al embajador estadounidense en La Paz, Spruille Braden, que interceptara el original. Como Braden rehusó, la BSC falsificó un “original” para su publicación, falsificación que no fue detectada por la prensa. Al cabo de un mes se utilizó una segunda carta falsificada para frustrar las relaciones del Eje con Brasil. Con estos movimientos previos, Stephenson procedió a dar su golpe de propaganda más grande, para el cual no utilizó un periódico, sino al mismo presidente Roosevelt.
El 27 de octubre de 1941, durante su discurso en el Día de la Armada (Navy Day), Roosevelt afirmó: “Tengo en mi posesión un mapa secreto, hecho en Alemania por el gobierno de Hitler, por los planificadores del nuevo orden mundial. Es un mapa de Sudamérica y parte de Centroamérica de acuerdo a como Hitler propone organizarlo” ["I have in my possession a secret map, made in Germany by Hitler's government, by planners of the new world order. It is a map of South America and part of Central America as Hitler proposes to organize it."]
El mapa ilustraba planes para reorganizar los catorce países de la región en cinco estados vasallos, colocando todo el continente sudamericano (incluyendo el Canal de Panamá] bajo la dominación directa o indirecta de Hitler. Roosevelt dejaba claro “el designio nazi, no sólo contra Sudamérica sino también contra los propios Estados Unidos”. Añadió planes nazis para abolir la religión cristiana dentro del Reich.
El discurso causó conmoción no sólo en Estados Unidos sino también en la propia Alemania. Ribbentrop declaró que las acusaciones eran “ridículas” y denunció los documentos como “falsificaciones del tipo más burdo y descarado”. La prensa americana reclamó más detalles, pero Roosevelt se negó a presentar el mapa, alegando que contenía ciertas anotaciones manuscritas que no podían ser publicadas sin comprometer a la fuente del mismo. Por supuesto, la fuente era la BSC.
El mapa fue entregado a Roosevelt a través del coronel Donovan a principios de octubre. No está clara la fecha exacta, pero estaba en los expedientes de Roosevelt entre otros dos documentos de la inteligencia británica sobre la Alemania nazi, fechados el 1 y 3 de octubre de 1941. Muestra las mayores rutas y fronteras aéreas de los proyectados Estados Unidos de Sudamérica, con notas manuscritas sobre la localización de las instalaciones de combustible. Está mucho menos clara la vía por la que la BSC obtuvo el mapa. Stephenson afirmó que sus agentes habían robado el mapa. En 1974 dijo a un historiador interno de la CIA que sus agentes lo habían conseguido en Sudamérica, pero en 1975, Ivar Bryce, de la BSC, aseguró que él mismo había elaborado el mapa. Cull dice que ninguna de las dos versiones cuenta toda la verdad.
La versión de Stephenson de un robo está mantenida por sus biógrafos. En 1962, Montgomery Hyde declaró que la BSC había robado el mapa de la embajada alemana en Brasil y que, tras una investigación, los alemanes culparon de la pérdida a un tal Gottfreid Sandstede (jefe de la Auslandsorganisation nazi en Argentina). El poco fiable William Stevenson añadió que Sandstede había sido asesinado por ese fracaso, lo que es falso, pues como demostraron John Bratzel y Leslie Rout, el mapa de Sandstede no era secreto, ni él fue castigado por la pérdida del mapa.
La oficina de Sandstede en Buenos Aires poseía un mapa que mostraba planes con fronteras revisadas de Sudamérica. Era un artilugio de propaganda elaborado para intentar acercar hacia Hitler a los países latinoamericanos más grandes. Según este mapa, se le daría a Argentina la Bolivia meridional, Paraguay, Uruguay y las Islas Falkland; también se le ofrecían recompensas territoriales a Brasil, Venezuela, Colombia y Perú. Para asegurarse de que dichos países supieran de los planes alemanes, Sandstede entregó un montón de copias del mapa al lobby de la oficina del Partido Nazi en Buenos Aires. En marzo de 1941, el agregado militar estadounidense en Buenos Aires informó a Washington de la existencia de dicho mapa, añadiendo que el gobierno argentino parecía favorablemente impresionado.
En cambio, el mapa de Roosevelt muestra una redistribución del territorio muy diferente de la del mapa de Sandstede. Las fronteras parecen ingeniadas para irritar a los aliados más potenciales de Hitler en Latinoamérica. Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay desaparecían en ambos planes, pero el mapa de la BSC también daba a los grandes estados razones para no aprobarlo. Aparentemente Perú desaparecería en un Chile enormemente ampliado, que también recibiría partes de la Bolivia septentrional que previamente habían sido ofrecidas por Sandstede a Brasil. Brasil también perdía las Guayanas a favor de la Guayana francesa controlada por Vichy.......Había un mundo de diferencias entre las promesas de Sandstede y los “cinco estados vasallos” de Roosevelt en Latinoamérica, aparte de la críptica referencia del mapa a Vereinigten Staaten Süd-Americkas sin ningún comentario sobre cómo podría reconciliarse esta Unión de Estados Sudamericanos con los acuerdos constitucionales existentes. O bien la BSC había robado un mapa diferente de Sandstede o bien el documento había sufrido grandes alteraciones antes de llegar a los archivos de la Casa Blanca.
Según Ivar Bryce, la historia del mapa no comenzó en América Latina, sino en su oficina. Durante el verano de 1941, comenzó a llamar la atención de los Estados Unidos sobre la amenaza nazi en Sudamérica. Resumiendo esta historia, Bryce trabajó varios mapas hasta dar con uno que hizo llegar a Stephenson, quien lo entregó a los expertos falsificadores de la BSC. El mapa de Bryce coincidía con detalles importantes del mapa de la Casa Blanca, en especial la división de Chile, pero mostraba diferencias. Da la impresión de que los expertos falsificadores de la BSC combinaron las ideas de Bryce y Sandstede en un tercer mapa. La clave del asunto puede estar en las anotaciones. Ni Bryce ni Stephenson -ni el propio Roosevelt- comentaron las rutas aéreas y las anotaciones manuscritas tan importantes en el mapa de la Casa Blanca. Quizás la intención de estas anotaciones era añadir verosimilitud, aunque es más probable que indicaran un segundo propósito tras el documento. En la época de esta presunta falsificación, la BSC también estaba ocupada produciendo documentos para “demostrar” intrigas por parte de la aerolínea italiana LATI y la Lufthansa alemana en Brasil. Las anotaciones sugerirían que el mapa fue originalmente concebido como un componente de esta campaña, y que incluso podía haber sido pasado a Donovan con la esperanza de que hiciera públicas las rutas aéreas.
Cualquiera que fuera el origen exacto del mapa, lo más asombroso de la historia es la complicidad de Roosevelt en la perpetración del fraude. Según James R. Murphy, el ayudante ejecutivo de Donovan, quien entregó el mapa a la Casa Blanca, ni el COI ni Roosevelt tenían idea alguna de que el mapa pudiera no ser genuino. Cull dice que esto puede ser cierto, pero que había otras personas en Washington que sabían de la inclinación de Stephenson por las falsificaciones y que habían advertido a sus superiores para que estuvieran alerta de los intentos británicos de endosar documentos falsos a la administración. A principios de agosto, la BSC había pedido a la embajada estadounidense en Bogotá filtrar documentos falsificados para culpar de los recientes disturbios allí ocurridos a la embajada alemana. Esto junto con una intriga británica contemporánea en la Guayana holandesa preocupó a Adolf Berle, quien, el 5 de septiembre de 1941, advirtió a Corden Hull que “la inteligencia británica ha estado muy activa haciendo que las cosas parezcan peligrosas” en Sudamérica. Pedía que se mantuviese la guardia contra esas falsedades, y Cull cita otras a continuación, que la propia administración americana sabía falsas. De ahí la extraña posición de Roosevelt en esta historia del supuesto mapa “nazi”.
Saludos cordiales
JL
El asunto de este supuesto mapa “nazi” de Sudamérica lo trata un poco a fondo Nicholas John Cull en Selling War. The British Propaganda Campaign Against America “Neutrality” in World War II (New York, Oxford: Oxford University Press, 1995), pp. 170 y ss. El mapa es una falsificación británica, aunque su origen exacto no está claro del todo, y toda la historia es bastante compleja, como suelen serlo todos estos asuntos de inteligencia y falsificaciones.maximus escribió:Ese mapa es una falsificación diseñada por la inteligencia británica, no es un proyecto nazi. Roosevelt lo dio a conocer (si recuerdo bien) en la cena de la Armada el 27 de octubre de 1941 como propaganda para el frente interno, aparentemente en conocimiento de que se trataba de una falsificación que habían preparado los ingleses para alimentar las preocupaciones geoestratégicas de los norteamericanos en una guerra hasta entonces europea.
contribución de 27Pulqui en
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La historia del mapa está encuadrada en un contexto mucho más amplio que nos remonta al año 1940 y la llegada de William Stephenson a USA con la misión de dirigir todas las operaciones del Servicio de Inteligencia británico en el hemisferio occidental. Sir William Stephenson era un industrial canadiense que había sido un as de vuelo durante la IGM y que fundó precisamente en 1940 la British Security Co-ordination (BSC), agencia del gobierno británico a cargo de todas las operaciones encubiertas británicas en el continente americano.
Los británicos venían desarrollando sus operaciones de inteligencia en USA a través del FBI, al que, oficialmente, estaban obligados a consultar a través del Departamento de Estado. En la primavera de 1940, el jefe del British Secret Intelligence Service (SIS), mayor general Sir Stewart Menzies, envió a Stephenson a Estados Unidos para investigar la posibilidad de establecer un contacto directo con el FBI. Stephenson consiguió establecer relaciones directas con J. Edgar Hoover y luego obtuvo el consentimiento de Roosevelt para que existiera un contacto de lo más estrecho posible entre el FBI y el SIS. Así se gestó la BSC y para más detalles remito a la obra arriba citada, pp. 80 y ss.
Ahora la historia del mapa. En septiembre de 1941, la prensa americana publicó una carta escrita por el agregado militar de Bolivia en Berlín, el mayor Elías Belmonte, y dirigida al ministro alemán en La Paz, Ernst Wendler; la carta incluía planes para un golpe de estado en Bolivia. El golpe fue evitado y Wendler expulsado del país. En Londres, la BSC reclamó como suya la operación que desveló el asunto. Hugh Dalton había informado a Churchill que el documento había sido sustraído de un maletín diplomático alemán y entregado a los representantes británicos ante las autoridades americanas. Pero la historia había sido más complicada. En realidad, el agente de la BSC había conseguido sólo una transcripción de la carta y, luego, pidió al embajador estadounidense en La Paz, Spruille Braden, que interceptara el original. Como Braden rehusó, la BSC falsificó un “original” para su publicación, falsificación que no fue detectada por la prensa. Al cabo de un mes se utilizó una segunda carta falsificada para frustrar las relaciones del Eje con Brasil. Con estos movimientos previos, Stephenson procedió a dar su golpe de propaganda más grande, para el cual no utilizó un periódico, sino al mismo presidente Roosevelt.
El 27 de octubre de 1941, durante su discurso en el Día de la Armada (Navy Day), Roosevelt afirmó: “Tengo en mi posesión un mapa secreto, hecho en Alemania por el gobierno de Hitler, por los planificadores del nuevo orden mundial. Es un mapa de Sudamérica y parte de Centroamérica de acuerdo a como Hitler propone organizarlo” ["I have in my possession a secret map, made in Germany by Hitler's government, by planners of the new world order. It is a map of South America and part of Central America as Hitler proposes to organize it."]
El mapa ilustraba planes para reorganizar los catorce países de la región en cinco estados vasallos, colocando todo el continente sudamericano (incluyendo el Canal de Panamá] bajo la dominación directa o indirecta de Hitler. Roosevelt dejaba claro “el designio nazi, no sólo contra Sudamérica sino también contra los propios Estados Unidos”. Añadió planes nazis para abolir la religión cristiana dentro del Reich.
El discurso causó conmoción no sólo en Estados Unidos sino también en la propia Alemania. Ribbentrop declaró que las acusaciones eran “ridículas” y denunció los documentos como “falsificaciones del tipo más burdo y descarado”. La prensa americana reclamó más detalles, pero Roosevelt se negó a presentar el mapa, alegando que contenía ciertas anotaciones manuscritas que no podían ser publicadas sin comprometer a la fuente del mismo. Por supuesto, la fuente era la BSC.
El mapa fue entregado a Roosevelt a través del coronel Donovan a principios de octubre. No está clara la fecha exacta, pero estaba en los expedientes de Roosevelt entre otros dos documentos de la inteligencia británica sobre la Alemania nazi, fechados el 1 y 3 de octubre de 1941. Muestra las mayores rutas y fronteras aéreas de los proyectados Estados Unidos de Sudamérica, con notas manuscritas sobre la localización de las instalaciones de combustible. Está mucho menos clara la vía por la que la BSC obtuvo el mapa. Stephenson afirmó que sus agentes habían robado el mapa. En 1974 dijo a un historiador interno de la CIA que sus agentes lo habían conseguido en Sudamérica, pero en 1975, Ivar Bryce, de la BSC, aseguró que él mismo había elaborado el mapa. Cull dice que ninguna de las dos versiones cuenta toda la verdad.
La versión de Stephenson de un robo está mantenida por sus biógrafos. En 1962, Montgomery Hyde declaró que la BSC había robado el mapa de la embajada alemana en Brasil y que, tras una investigación, los alemanes culparon de la pérdida a un tal Gottfreid Sandstede (jefe de la Auslandsorganisation nazi en Argentina). El poco fiable William Stevenson añadió que Sandstede había sido asesinado por ese fracaso, lo que es falso, pues como demostraron John Bratzel y Leslie Rout, el mapa de Sandstede no era secreto, ni él fue castigado por la pérdida del mapa.
La oficina de Sandstede en Buenos Aires poseía un mapa que mostraba planes con fronteras revisadas de Sudamérica. Era un artilugio de propaganda elaborado para intentar acercar hacia Hitler a los países latinoamericanos más grandes. Según este mapa, se le daría a Argentina la Bolivia meridional, Paraguay, Uruguay y las Islas Falkland; también se le ofrecían recompensas territoriales a Brasil, Venezuela, Colombia y Perú. Para asegurarse de que dichos países supieran de los planes alemanes, Sandstede entregó un montón de copias del mapa al lobby de la oficina del Partido Nazi en Buenos Aires. En marzo de 1941, el agregado militar estadounidense en Buenos Aires informó a Washington de la existencia de dicho mapa, añadiendo que el gobierno argentino parecía favorablemente impresionado.
En cambio, el mapa de Roosevelt muestra una redistribución del territorio muy diferente de la del mapa de Sandstede. Las fronteras parecen ingeniadas para irritar a los aliados más potenciales de Hitler en Latinoamérica. Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay desaparecían en ambos planes, pero el mapa de la BSC también daba a los grandes estados razones para no aprobarlo. Aparentemente Perú desaparecería en un Chile enormemente ampliado, que también recibiría partes de la Bolivia septentrional que previamente habían sido ofrecidas por Sandstede a Brasil. Brasil también perdía las Guayanas a favor de la Guayana francesa controlada por Vichy.......Había un mundo de diferencias entre las promesas de Sandstede y los “cinco estados vasallos” de Roosevelt en Latinoamérica, aparte de la críptica referencia del mapa a Vereinigten Staaten Süd-Americkas sin ningún comentario sobre cómo podría reconciliarse esta Unión de Estados Sudamericanos con los acuerdos constitucionales existentes. O bien la BSC había robado un mapa diferente de Sandstede o bien el documento había sufrido grandes alteraciones antes de llegar a los archivos de la Casa Blanca.
Según Ivar Bryce, la historia del mapa no comenzó en América Latina, sino en su oficina. Durante el verano de 1941, comenzó a llamar la atención de los Estados Unidos sobre la amenaza nazi en Sudamérica. Resumiendo esta historia, Bryce trabajó varios mapas hasta dar con uno que hizo llegar a Stephenson, quien lo entregó a los expertos falsificadores de la BSC. El mapa de Bryce coincidía con detalles importantes del mapa de la Casa Blanca, en especial la división de Chile, pero mostraba diferencias. Da la impresión de que los expertos falsificadores de la BSC combinaron las ideas de Bryce y Sandstede en un tercer mapa. La clave del asunto puede estar en las anotaciones. Ni Bryce ni Stephenson -ni el propio Roosevelt- comentaron las rutas aéreas y las anotaciones manuscritas tan importantes en el mapa de la Casa Blanca. Quizás la intención de estas anotaciones era añadir verosimilitud, aunque es más probable que indicaran un segundo propósito tras el documento. En la época de esta presunta falsificación, la BSC también estaba ocupada produciendo documentos para “demostrar” intrigas por parte de la aerolínea italiana LATI y la Lufthansa alemana en Brasil. Las anotaciones sugerirían que el mapa fue originalmente concebido como un componente de esta campaña, y que incluso podía haber sido pasado a Donovan con la esperanza de que hiciera públicas las rutas aéreas.
Cualquiera que fuera el origen exacto del mapa, lo más asombroso de la historia es la complicidad de Roosevelt en la perpetración del fraude. Según James R. Murphy, el ayudante ejecutivo de Donovan, quien entregó el mapa a la Casa Blanca, ni el COI ni Roosevelt tenían idea alguna de que el mapa pudiera no ser genuino. Cull dice que esto puede ser cierto, pero que había otras personas en Washington que sabían de la inclinación de Stephenson por las falsificaciones y que habían advertido a sus superiores para que estuvieran alerta de los intentos británicos de endosar documentos falsos a la administración. A principios de agosto, la BSC había pedido a la embajada estadounidense en Bogotá filtrar documentos falsificados para culpar de los recientes disturbios allí ocurridos a la embajada alemana. Esto junto con una intriga británica contemporánea en la Guayana holandesa preocupó a Adolf Berle, quien, el 5 de septiembre de 1941, advirtió a Corden Hull que “la inteligencia británica ha estado muy activa haciendo que las cosas parezcan peligrosas” en Sudamérica. Pedía que se mantuviese la guardia contra esas falsedades, y Cull cita otras a continuación, que la propia administración americana sabía falsas. De ahí la extraña posición de Roosevelt en esta historia del supuesto mapa “nazi”.
Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
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