CUATRO VETERANOS O PRUEBA DE ARMAS DE LA S. GUERRA MUNDIAL
Publicado: Mar Sep 27, 2011 11:34 am
Hola,
Todos los aficionados al tema de este foro identificamos las armas de ordenanza de los principales contendientes de aquella guerra en cuanto vemos una foto, conocemos su calibre, sus datos técnicos, su historia… pero ¿Cuantos han tenido la oportunidad de tener una en la mano? ¿Cuántos han podido sentir su peso, llenar el cargador, manejar el cerrojo, probar su encare y sentir el golpe de la cantonera en su hombro al dispararlas?
Bueno pues yo hace ya algún tiempo, y gracias a dos buenos amigos de los que no puedo decir su nombre puesto que tanto a Juan como a Suso no les gusta salir en Internet, he tenido la oportunidad de probar cuatro de estas armas veteranas de la Segunda Guerra Mundial en la Galería de Tiro de La Coruña y, como en aquella ocasión me acompañó la cámara de fotos, si me lo permitís voy a compartir aquella experiencia con este foro.
Aunque daré algunos datos sobre las armas y sus municiones, la idea de este pequeño texto es transmitir – o al menos intentarlo – las sensaciones que produce el manejar y disparar armas militares históricas con más de 70 años de historia y, al menos, una guerra detrás de sí. Por lo que no voy a soltar ningún rollo sobre su historia, sus hitos o un ladrillo de características y datos técnicos.
Bueno, vamos al lío, lo primero presentar a los invitados, que figuran para revista en esta foto y que son, de arriba abajo los siguientes:
• Lee Enfield Nº1 Mk III, según marcajes fabricado en un arsenal indio en 1.945.
• Mauser Karabiner 1.898… o casi. Desvelaremos el misterio más tarde.
• Mosin Nagant 1.891/30, salido del arsenal de Tula nada menos que en 1.932.
• Carabina M1A1, modelo de paracaidista, ésta del año 1.944.
Y ahora la munición que disparan, al lado de otros cartuchos más actuales y de arma corta, un poco para que podáis haceros una idea de las proporciones. De izquierda a derecha o lo que puede ser lo mismo, de menor a mayor:
• .22 LR (Long Rifle)
• 9x19 ó 9 mm Luger o 9 mm Parabellum
• .40 SW (Smith & Wesson)
• .30 M1 Carbine (7,62x33)
• 7,62x54R (Russian)
• .303 British (7,7x56)
• 6,5 Sueco (6,5x55)
Vaya, parece que sobra algún cartucho “raro” y que falta el famoso 8 mm Máuser (8x57), pero no, no hay ningún error, están todos los que son. Así que ya tenemos las armas, disponemos de munición, hemos puesto la diana en el blanco… pues vamos al puesto de tiro a darle al gatillo, que de eso se trata. Seguiremos el orden de la prueba así que empezamos por la:
US CARBINE M1
Esta carabina nació como M1 “a secas”, es decir, con culata y guardamanos de una sola pieza de madera, y debió de pasarlas canutas, o bien por el fragor de las batallas en las que participó, o bien por que alguno de sus propietarios anteriores no la trató con mucho cariño. Aunque el receptor y el cañón están todavía en muy buen estado – y no parece haber sido repavonada – la madera original estaba llena de golpes y rayas, además de descolorida. Por lo que el propietario buscó tiendas en USA –vía Web, naturalmente - donde estas carabinas son muy populares y todavía hoy se hacen réplicas y accesorios por varios fabricantes, y encontró el “chasis” de una M1A1 aún sin estrenar, así como cargadores de 30 cartuchos más alguno de los originales de 15.
Como ya sabréis, la variante con culatín plegable y pistolete usada principalmente por paracaidistas se denomina M1A1. Hubo versiones ya tardías de este arma que incluso podían hacer fuego automático, con lo que: calibre “más o menos” de pistola, arma compacta y fuego en ráfaga: subfusil. Para esa versión es la que se desarrollaron los cargadores de 30 cartuchos que veis en la siguiente foto.
Como se puede observar en la foto superior, la munición calibre .30 (7,62 mm) de esta carabina es del mismo diámetro que la empleada por el US Garand 30-06 (también 7,62) aunque no tienen absolutamente nada que ver. La vaina que emplea este cartucho es practiamente igual al calibre de la punta y ésta es sólo un poco más larga que la de un cartucho de pistola estándar. Por otro lado el culote es del tipo ranurado, más adecuado para el uso con armas automáticas - bueno, en este caso semi - que el tipo pestaña, que es el que usan dos de los compañeros de tirada, que mencionaremos más tarde y que se pueden ver también en la foto.
Bien, una vez que tenemos alimentado el cargador, no hay más que introducirlo por la parte baja del receptor, darle el golpecito en la tapa para asegurarse que ha quedado convenientemente trincado y montar el arma con un pequeño “gatillo” solidario con el bloque de cierre que hay en el lado derecho del arma. Como el calibre no es muy bestia -más bien es flojito - el muelle recuperador es suave y como las vainas son cortas, el recorrido del cierre también lo es. Vamos que es casi como montar una pistola, en cuanto a fuerza y recorrido.
Pues ahora la tenemos en las manos y vamos a tirar. La primera sensación es la de tener un arma muy compacta y ligera y, además en esta unidad, muy nueva y bonita… casi no parece un arma de guerra. El hecho de tener pistolete la hace también muy fácil de empuñar y el gesto de empuñarla de pié - que es como hemos disparado todas las armas – es más natural que en los otros fusiles. Sin embargo el encare con una “culata” de alambre no es nada cómodo, pues no tienes nada firme en donde apoyar la mejilla.
Sin embargo, la varilla metálica que conforma el culatín parece robusta y da confianza para tirar con precisión haciendo presa con el portafusil y sujetando el arma con fuerza contra el hombro.
El gatillo es de recorrido más bien corto y sin arrastres, algo que los tiradores deportivos apreciamos especialmente, y no muy duro. Lo mejor de esta carabina es que apenas hay retroceso o relevación. Incluso hemos puesto una diana en la distancia “de pistola”, 25 m y hemos disparado a una mano sin problemas, prueba de lo suave que va el chisme. Además el sonido es muy contenido; aunque no tenemos medidor de decibelios, mi impresión subjetiva es que es incluso un poco menor que una pistola de 9 mm; siendo su munición, más potente.
El mecanismo de disparo, expulsión y alimentación es rápido y eficiente: no somos capaces nosotros de apretar el disparador lo rápido que es la carabina en hacer su trabajo. Supongo que ha sido pensada, dado lo limitado del calibre .30 M1 comparado con las municiones de fusil en aquella época, para abatir al enemigo más que por tiros precisos, por saturación de balas sobre éste. De ahí su cargador de 15 cartuchos que, aunque hoy nos parece corto, es el triple que en el que aquel entonces usaba la competencia.
Como se aprecia en las fotos, el sistema de puntería es el típico del Tío Sam: alza cerrada muy robusta y protegida, como se aprecia en las fotos, y punto con protección en V. El mismo del Garand - que también he probado, aunque no en esta ocasión- y que actualmente llevan los sistemas de armas basados en el AR-15/M-16. Estas miras son de buena precisión pero no se que sentido tienen en un arma de este estilo. Lo cierto es que en las distancias típicas de una galería de tiro española, gracias a sus buenas miras y a la suavidad del disparo, es muy fácil hacer buenas puntuaciones incluso tirando de pié, sin correa y para tratarse de un arma semiautomática; donde el vaivén del bloque de cierre siempre menea un poco el arma.
La carabina US M1 es, sin duda alguna, una de mis armas favoritas para divertirme en una galería, siempre y cuando no haya problema para hacerse con munición: los cargadores se vacían en segundos, a poco que uno tenga una mañana “caliente” como la de aquel día.
Bueno, por hoy no me lío más, espero que os haya gustado, si os parece dejamos para mañana los comentarios del siguiente veterano.
Saludos a todos,
Túzaro
Todos los aficionados al tema de este foro identificamos las armas de ordenanza de los principales contendientes de aquella guerra en cuanto vemos una foto, conocemos su calibre, sus datos técnicos, su historia… pero ¿Cuantos han tenido la oportunidad de tener una en la mano? ¿Cuántos han podido sentir su peso, llenar el cargador, manejar el cerrojo, probar su encare y sentir el golpe de la cantonera en su hombro al dispararlas?
Bueno pues yo hace ya algún tiempo, y gracias a dos buenos amigos de los que no puedo decir su nombre puesto que tanto a Juan como a Suso no les gusta salir en Internet, he tenido la oportunidad de probar cuatro de estas armas veteranas de la Segunda Guerra Mundial en la Galería de Tiro de La Coruña y, como en aquella ocasión me acompañó la cámara de fotos, si me lo permitís voy a compartir aquella experiencia con este foro.
Aunque daré algunos datos sobre las armas y sus municiones, la idea de este pequeño texto es transmitir – o al menos intentarlo – las sensaciones que produce el manejar y disparar armas militares históricas con más de 70 años de historia y, al menos, una guerra detrás de sí. Por lo que no voy a soltar ningún rollo sobre su historia, sus hitos o un ladrillo de características y datos técnicos.
Bueno, vamos al lío, lo primero presentar a los invitados, que figuran para revista en esta foto y que son, de arriba abajo los siguientes:
• Lee Enfield Nº1 Mk III, según marcajes fabricado en un arsenal indio en 1.945.
• Mauser Karabiner 1.898… o casi. Desvelaremos el misterio más tarde.
• Mosin Nagant 1.891/30, salido del arsenal de Tula nada menos que en 1.932.
• Carabina M1A1, modelo de paracaidista, ésta del año 1.944.
Y ahora la munición que disparan, al lado de otros cartuchos más actuales y de arma corta, un poco para que podáis haceros una idea de las proporciones. De izquierda a derecha o lo que puede ser lo mismo, de menor a mayor:
• .22 LR (Long Rifle)
• 9x19 ó 9 mm Luger o 9 mm Parabellum
• .40 SW (Smith & Wesson)
• .30 M1 Carbine (7,62x33)
• 7,62x54R (Russian)
• .303 British (7,7x56)
• 6,5 Sueco (6,5x55)
Vaya, parece que sobra algún cartucho “raro” y que falta el famoso 8 mm Máuser (8x57), pero no, no hay ningún error, están todos los que son. Así que ya tenemos las armas, disponemos de munición, hemos puesto la diana en el blanco… pues vamos al puesto de tiro a darle al gatillo, que de eso se trata. Seguiremos el orden de la prueba así que empezamos por la:
US CARBINE M1
Esta carabina nació como M1 “a secas”, es decir, con culata y guardamanos de una sola pieza de madera, y debió de pasarlas canutas, o bien por el fragor de las batallas en las que participó, o bien por que alguno de sus propietarios anteriores no la trató con mucho cariño. Aunque el receptor y el cañón están todavía en muy buen estado – y no parece haber sido repavonada – la madera original estaba llena de golpes y rayas, además de descolorida. Por lo que el propietario buscó tiendas en USA –vía Web, naturalmente - donde estas carabinas son muy populares y todavía hoy se hacen réplicas y accesorios por varios fabricantes, y encontró el “chasis” de una M1A1 aún sin estrenar, así como cargadores de 30 cartuchos más alguno de los originales de 15.
Como ya sabréis, la variante con culatín plegable y pistolete usada principalmente por paracaidistas se denomina M1A1. Hubo versiones ya tardías de este arma que incluso podían hacer fuego automático, con lo que: calibre “más o menos” de pistola, arma compacta y fuego en ráfaga: subfusil. Para esa versión es la que se desarrollaron los cargadores de 30 cartuchos que veis en la siguiente foto.
Como se puede observar en la foto superior, la munición calibre .30 (7,62 mm) de esta carabina es del mismo diámetro que la empleada por el US Garand 30-06 (también 7,62) aunque no tienen absolutamente nada que ver. La vaina que emplea este cartucho es practiamente igual al calibre de la punta y ésta es sólo un poco más larga que la de un cartucho de pistola estándar. Por otro lado el culote es del tipo ranurado, más adecuado para el uso con armas automáticas - bueno, en este caso semi - que el tipo pestaña, que es el que usan dos de los compañeros de tirada, que mencionaremos más tarde y que se pueden ver también en la foto.
Bien, una vez que tenemos alimentado el cargador, no hay más que introducirlo por la parte baja del receptor, darle el golpecito en la tapa para asegurarse que ha quedado convenientemente trincado y montar el arma con un pequeño “gatillo” solidario con el bloque de cierre que hay en el lado derecho del arma. Como el calibre no es muy bestia -más bien es flojito - el muelle recuperador es suave y como las vainas son cortas, el recorrido del cierre también lo es. Vamos que es casi como montar una pistola, en cuanto a fuerza y recorrido.
Pues ahora la tenemos en las manos y vamos a tirar. La primera sensación es la de tener un arma muy compacta y ligera y, además en esta unidad, muy nueva y bonita… casi no parece un arma de guerra. El hecho de tener pistolete la hace también muy fácil de empuñar y el gesto de empuñarla de pié - que es como hemos disparado todas las armas – es más natural que en los otros fusiles. Sin embargo el encare con una “culata” de alambre no es nada cómodo, pues no tienes nada firme en donde apoyar la mejilla.
Sin embargo, la varilla metálica que conforma el culatín parece robusta y da confianza para tirar con precisión haciendo presa con el portafusil y sujetando el arma con fuerza contra el hombro.
El gatillo es de recorrido más bien corto y sin arrastres, algo que los tiradores deportivos apreciamos especialmente, y no muy duro. Lo mejor de esta carabina es que apenas hay retroceso o relevación. Incluso hemos puesto una diana en la distancia “de pistola”, 25 m y hemos disparado a una mano sin problemas, prueba de lo suave que va el chisme. Además el sonido es muy contenido; aunque no tenemos medidor de decibelios, mi impresión subjetiva es que es incluso un poco menor que una pistola de 9 mm; siendo su munición, más potente.
El mecanismo de disparo, expulsión y alimentación es rápido y eficiente: no somos capaces nosotros de apretar el disparador lo rápido que es la carabina en hacer su trabajo. Supongo que ha sido pensada, dado lo limitado del calibre .30 M1 comparado con las municiones de fusil en aquella época, para abatir al enemigo más que por tiros precisos, por saturación de balas sobre éste. De ahí su cargador de 15 cartuchos que, aunque hoy nos parece corto, es el triple que en el que aquel entonces usaba la competencia.
Como se aprecia en las fotos, el sistema de puntería es el típico del Tío Sam: alza cerrada muy robusta y protegida, como se aprecia en las fotos, y punto con protección en V. El mismo del Garand - que también he probado, aunque no en esta ocasión- y que actualmente llevan los sistemas de armas basados en el AR-15/M-16. Estas miras son de buena precisión pero no se que sentido tienen en un arma de este estilo. Lo cierto es que en las distancias típicas de una galería de tiro española, gracias a sus buenas miras y a la suavidad del disparo, es muy fácil hacer buenas puntuaciones incluso tirando de pié, sin correa y para tratarse de un arma semiautomática; donde el vaivén del bloque de cierre siempre menea un poco el arma.
La carabina US M1 es, sin duda alguna, una de mis armas favoritas para divertirme en una galería, siempre y cuando no haya problema para hacerse con munición: los cargadores se vacían en segundos, a poco que uno tenga una mañana “caliente” como la de aquel día.
Bueno, por hoy no me lío más, espero que os haya gustado, si os parece dejamos para mañana los comentarios del siguiente veterano.
Saludos a todos,
Túzaro