El tratado de Versalles

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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yacare93
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El tratado de Versalles

Mensaje por yacare93 » Mié Sep 09, 2009 6:07 pm

Alguien podría comentar los detalles sobre la firma del tratado de Versalles? Se que Francia firmo la capitulación a Alemania, en el mismo vagón de tren donde Alemania firmo la suya al finalizar la PGM. En realidad tengo una duda, en ese vagón se firmaron las capitulaciones o el tratado de versalles?
Y a lo que me refiero con detalles es sobre el lugar donde se encontraba el vagón del mencionado tren y si todabía existe o alguna anécdota.
Gracias.

antonius
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El tratado de Versalles

Mensaje por antonius » Jue Sep 17, 2009 11:50 pm

Este hilo es muy interesante.Que el Tratado de Versalles fue uno de los desencadenantes de la guerra?rotundamente sí.Que la subida al poder de un partido de extrema derecha nacional en alemania llevo al pais a una guerra,sí(y no menciono a Hitler porque siempre parece que fue él quien fundó el nacionalismo en la historia de la humanidad y de eso nada)la historia esta llena de pueblos que han luchado por expandirse.Lo que pasa es que el juego se acabo en el momento en que la humanidad se dio cuenta que ya no tenia nada que ganar invadiendo y subyugando por que la unica vencedora es la bomba atomica.

Anthony Perkins
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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por Anthony Perkins » Mié Mar 04, 2020 7:22 pm

Cual es la importancia relativa del Tratado de Versalles de 1919 , mejor dicho en que medida fue un antecedente o germen determinante de la 2GM.

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José Luis
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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por José Luis » Jue Mar 05, 2020 8:17 am

¡Hola a todos!
Anthony Perkins escribió:
Mié Mar 04, 2020 7:22 pm
Cual es la importancia relativa del Tratado de Versalles de 1919 , mejor dicho en que medida fue un antecedente o germen determinante de la 2GM.
Bueno, mi opinión sobre la pregunta ya la expresé hace tiempo en este mismo hilo en el sentido de que este tratado de paz no tuvo relevancia alguna en la decisión de Hitler de invadir Polonia el 1 de septiembre de 1939, decisión que trajo consigo el comienzo de la guerra. Las razones las expliqué también en este hilo, así como algún otro compañero. Pero quizá quien mejor se expresó sobre este punto fue el propio Hitler cuando escribió en su Segundo Libro que una guerra por las fronteras alemanas de 1914 no merecía la pena:

"I believe I would have enough energy to lead our people to where it muts shed its blood; not for a border adjusment, however, but rather for salvation in the distant future, so that so much ground and land can be gained that the blood lost can be given back to posterity many times over". (Hitler's Second Book. The Unpublished Sequel to Mein Kampf. Edited by Gerhard Weinberg. New York: Enigma Books, 2006, p. xxii).

Aunque esto lo escribió años antes de que fuese nombrado Canciller del Reich en 1933, para cuando Hitler decidió invadir Polonia en el verano de 1939, el Tratado de Paz de Versalles ya había sido hecho añicos por el propio Hitler, que lo denunció al poco de formar gobierno (de hecho en su vertiente de indemnizaciones económicas ya había sido aniquilado en Lausame en 1932), con el anuncio público de la introducción del servicio militar obligatorio y la expansión de las fuerzas armadas en 1935, y con su política exterior de anexiones. En 1939 Versalles era cosa del pasado.

El TdP de Versalles fue importante como instrumento de propaganda para la mayor parte del cuerpo de oficiales que sirvieron en los ejércitos del Kaiser en la Gran Guerra y para la derecha y el nacionalismo völkish del espectro político de la época (1919-1923) que se opusieron, sin éxito, a la firma del mismo. Especialmente insultante e insufrible para estos grupos (y para una gran parte del pueblo alemán) fue su cláusula de culpabilidad del inicio de la guerra. Sin embargo, en el fondo el TdP de Versalles jugó el mismo papel de instrumento de propaganda que el de la "puñalada por la espalda".

Puede discutirse si fue inteligente o no por parte de las potencias vencedoras de la guerra la imposición del tratado para el futuro inmediato de la estabilidad política europea, pero lo que no tiene discusión, desde mi punto de vista, es que ese tratado no jugó ningún papel relevante para el inicio de la IIGM. Hitler comenzó la guerra con Polonia, como él mismo reconoció en privado, como el primer paso de cara a la adquisición del "espacio vital" que venía pregonando desde el tiempo en que escribió su Mein Kampf. Este objetivo de "espacio vital" iba muchísimo más allá de las fronteras alemanas de 1914. Conseguir las fronteras de 1914 no merecía derramar una sola gota de sangre del pueblo alemán; sólo el "espacio vital" lo justificaba.

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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por SMS Derfflinger » Mar Abr 06, 2021 2:08 am

En Historia alternativa no existen certidumbres, pero si el Tratado de Versalles hubiese sido menos doloroso para Alemania, quizá la República de Weimar hubiese tenido más oportunidades de consolidarse y evitar que las fuerzas más reaccionarias se hiciesen con el poder, con lo cual se hubiese evitado la WWII... Posiblemente el crack del 29 resultó más importante en el aspecto referido, pero siempre quedará la duda de si un Hitler cualquiera hubiese logrado el mismo impacto sin un discurso donde prometía revertir la "humillación de Versalles" porque tal humillación (supuesta o real) no hubiese existido gracias a un Tratado de paz más ajustado a los Catorce Puntos de Wilson, con unas indemnizaciones menores y sin otra pérdida de territorios más allá de Alsacia/Lorena.

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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por José Luis » Mié Abr 07, 2021 9:01 am

¡Hola a todos!
SMS Derfflinger escribió: En Historia alternativa no existen certidumbres, pero si el Tratado de Versalles hubiese sido menos doloroso para Alemania, quizá la República de Weimar hubiese tenido más oportunidades de consolidarse y evitar que las fuerzas más reaccionarias se hiciesen con el poder, con lo cual se hubiese evitado la WWII...
Ciertamente no existen certidumbres, pero toda especulación bien fundada ha de partir de la realidad de los hechos que se pretenden modificar al presentar otro escenario posible. Un tratado de paz diferente (menos gravoso) al de Versalles para Alemania no creo que brindase a la recién fundada República de Weimar mayores oportunidades de consolidarse que las que tuvo en la realidad de la historia. El Tratado de Paz de Versalles de 1919 con sus duras cláusulas no tuvo, a efectos de la futura viabilidad de la República de Weimar, más trascendencia que la que tuvo la derrota de Alemania en la guerra. Sin embargo, al igual que la fábula de la "puñalada por la espalda", fue un instrumento de propaganda insidioso contra la República de Weimar y el gobierno de coalición socialdemócrata-liberal que la lideró en sus primeros años.

En realidad, meses antes de que se conocieran las exigencias aliadas para el Tratado de Paz de Versalles, los principales responsables de la derrota alemana en la guerra ya trabajaban para torpedear las negociaciones del nuevo gobierno alemán de Baden con el gobierno de Estados Unidos (Wilson) y así hacer fracasar el buscado armisticio. Previamente, y para descargarse de sus responsabilidades, el liderazgo militar decidió que la solicitud del armisticio fuese llevada a cabo por el nuevo gobierno parlamentario. Por tanto, a finales de 1918 ya estaba en marcha la fábula de que los causantes de la derrota alemana en la guerra eran los "criminales de noviembre" con su "puñalada por la espalda", que identificaba indistintamente como los socialdemócratas, comunistas y judíos.

Las condiciones aliadas para la firma del Tratado de Paz de Versalles de junio de 1919 fueron hábilmente explotadas por la propaganda reaccionaria y contraria a la República -ya establecida-, compuesta principalmente por los monárquicos, la oficialidad del ejército y la marina (prácticamente toda ella monárquica) y la derecha conservadora y nacionalista völkisch. Pese a toda esta resistencia reaccionaria, el gobierno alemán firmó el Tratado de Paz de Versalles aceptando sus gravosas cláusulas. Y pese al caos económico y financiero, de una parte, y a los golpes de estado de la derecha extrema, de la otra, que siguieron entre 1920 y 1923, la República consiguió enderezar su marcha debido, en gran parte, a la ayuda financiera estadounidense. Tanto fue así que durante 1924-1928 todas las fábulas de los reaccionarios desaparecieron de la agenda política y social. Pero el crack bursátil de 1929 y sus consecuencias para Alemania en particular, trajeron de nuevo a la agenda política las fábulas de los reaccionarios, lo que me lleva a tu siguiente comentario.
SMS Derfflinger escribió: Posiblemente el crack del 29 resultó más importante en el aspecto referido, pero siempre quedará la duda de si un Hitler cualquiera hubiese logrado el mismo impacto sin un discurso donde prometía revertir la "humillación de Versalles" porque tal humillación (supuesta o real) no hubiese existido gracias a un Tratado de paz más ajustado a los Catorce Puntos de Wilson, con unas indemnizaciones menores y sin otra pérdida de territorios más allá de Alsacia/Lorena.
En 1928 el NSDAP era un partido político insignificante a nivel estatal. En las elecciones al Reichstag de mayo, los nazis consiguieron tan sólo el 2,6 por ciento (800.000 votos), lo que se tradujo en 12 escaños en un parlamento de 491 escaños. En 1929 hubo dos factores que posibilitaron un cambio radical en la posición electoral del NSDAP: el plebiscito sobre el Plan Young y la depresión económica mundial causada por la quiebra financiera de Wall Street.

Aquí no es lugar ni tengo tiempo para ahondar en el Plan Young, sino para reseñar un hecho determinante que posibilitó el éxito electoral del NSDAP en las siguientes elecciones al Reichstag. Este hecho fue propiciado por Hugenberg, presidente del DNVP y magnate de los medios de comunicación de la derecha política del país. En alianza con la Stahlhelm (veteranos del ejército), Hugenberg creó un Comité del Reich para oponerse al Plan Young mediante la convocatoria de un referendo. Hitler se unió al comité y por primera vez desde su juicio de 1923 tuvo la oportunidad de jugar un papel clave en la política estatal alemana.

Siguiendo la cuenta de Eberhard Kolb (The Weimar Republic), el referendo propuesto por el Comité del Reich se conoció como "Freiheitsgesetz" ("Ley de la Libertad") o gegen die Versklavung des Deutschen Volkes (contra la esclavitud del pueblo alemán). En sus secciones 1 y 2 atacaba la "mentira de la culpabilidad de la guerra", exigiendo al gobierno que repudiara el artículo relevante del Tratado de Paz de Versalles y la inmediata evacuación del territorio ocupado por los aliados independiente del Plan Young (que posibilitaba la evacuación). La sección 3 prohibía al gobierno nuevas cargas y obligaciones vis-á-vis potencias extranjeras. Y la 4 declaraba que cualquier canciller, ministro o plenipotenciario que firmase tratados de este tipo, como el Plan Young, quedaría sujeto a prisión por alta traición.

Aunque la campaña del referendo y sus resultados fueron un fracaso completo para los aliados del Comité del Reich (sólo un 13,8 por ciento votó a favor de la "Freiheitsgesetz" el 22 de diciembre de 1929), sin embargo fue un auténtico éxito para el NSDAP que, gracias a los fondos del Comité del Reich y a los medios de comunicación de Hugenberg, permitió a Hitler hacer llegar sus proclamas y discursos al gran público alemán. Este regalo financiero y mediático de la derecha nacionalista de Hugenberg explica, en buena parte, el éxito electoral del NSDAP en las elecciones al Reichstag de septiembre de 1930, en las que el partido de Hitler pasó de los 12 escaños (800.000 votos) conseguidos en 1928 a los 107 escaños (6.4 millones de votos) conseguidos esta vez, convirtiéndose así en el segundo partido más votado.

Este es un factor que suele olvidarse a la hora de analizar el auge inicial del NSDAP en la República de Weimar, el financiero y mediático. Y que parece ignorarse igualmente en la actualidad con el auge de los partidos de extrema derecha en Europa. Sin duda alguna, se requiere una gran crisis en primer lugar; pero sin un apoyo financiero y mediático, tales partidos extremistas jamás podrían llegar a juga un papel clave en la política nacional. Antes en Weimar y ahora en Europa.

Y hay otro factor que también suele ignorarse o subestimarse cuando se analiza la llegada de los nazis al poder, esto es el nombramiento de Hitler como Canciller del Reich por Hindenburg en enero de 1933. Pese a que en las elecciones de julio de 1932 el NSDAP fue el partido más votado consiguiendo 230 escaños de un total de 608 escaños del parlamento, Hindenburg negó a Hitler la posibilidad de intentar formar gobierno. En las siguientes elecciones de noviembre del mismo año, el NSDAP perdió 4,2 puntos porcentuales respecto a las elecciones de julio, y "sólo" obtuvo 196 escaños de los 584 del parlamento, aunque siguió siendo el partido más votado. Tampoco Hindenburg encargó a Hitler la posible formación de un gobierno, decantándose por Schleicher en la tónica de los gabinetes presidenciales. Por tanto, con el NSDAP en una gran crisis financiera y en vías de una posible desintegración principiando enero de 1933, es muy probable que Hitler jamás hubiera accedido a la Cancillería del Reich si no fuese por las intrigas cortesanas de la derecha nacionalista (Papen y Hugenberg), cierta parte de la industria y el entorno cercano de Hindenburg (incluido su propio hijo), que convencieron al viejo presidente para que nombrara Canciller del Reich a Hitler el 30 de enero de 1933, en la convicción (tan errada, finalmente) de que podrían desembarazarse de él al poco tiempo de gobernar.

En suma, no fueron las gravosas cargas del Tratado de Paz de Versalles las que explican el fracaso de la República de Weimar y su desaparición. Sirvieron como argumentos, pero no constituían el fondo de la acometida reaccionaria. El fondo estaba, como siempre, en la voluntad antidemocrática, antiparlamentaria y políticamente antipluralista (anti-partidos políticos) de las fuerzas reaccionarias políticas, militares y económicas que no habían aceptado desde un principio un cambio de régimen que condujo a la pérdida de sus privilegios y a una amenazante redistribución de la riqueza. La crisis financiera y económica de 1929 fue la gran oportunidad para estas fuerzas reaccionarias de poner en juego nuevamente los argumentos y las fábulas en torno al Tratado de Paz de Versalles. Pero el crecimiento del partido nazi y su ascenso final al poder no podrían explicarse sin el apoyo que recibió por parte de la derecha tradicional, conservadora y nacionalista. Exactamente igual que años antes había sucedido con Mussolini en Italia.

Dicho esto, todo lo relativo al Tratado de Paz de Versalles dejó de tener ningún sentido, a mi juicio, como explicación del inicio de la IIGM en septiembre de 1939, como ya apunté en una anterior intervención.

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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por Prometeo » Dom Abr 18, 2021 9:24 am

Hola:

Pienso que la república de Weimar lo tuvo mal con o sin Versalles.

Para empezar, nació para reconocer la derrota de Alemania y firmar el armisticio con los aliados, que por lo visto no querían negociar con regímenes autoritarios.

Tuvo desde el principio grandes y curiosos enemigos. Me gustaría añadir a lo indicado por José Luis en el post anterior un par de ellos que me resultan especialmente siniestros.

Erich Ludendorff que en 1920 fue nombrado junto con Hindenburg Jefe del Estado Mayor del Ejército Imperial y se convirtió de hecho en dictador de Alemania.

Lanzó ofensiva tras ofensiva y ordenó el comienzo de la guerra submarina sin restricciones.

Cuando tuvo claro que la guerra estaba perdida y que el colapso del frente era inminente, devolvió los poderes especiales al Reichstag el 29 de septiembre, pidió que se llegase lo antes posible a un armisticio y ¡¡Se marchó a Suecia!! :sgm119: Donde defendió que el ejército invicto había sido apuñalado por la espalda por los políticos de izquierdas. Me parece bastante cínico.

Estuvo fuera de Alemania hasta 1920 y participó en el Putsch de Munich del 23. Debido al profundo respeto que le tenía el tribunal salió sin condena del proceso.

Continuó como diputado del partido nazi y se presentó a la presidencia de la República compitiendo con Hindemburg que le derrotó.

Curiosamente, cuando Hindemburg nombró canciller a Hitler, Ludendorff le envió una carta que decía: "Le prevengo solemnemente que ese fanático llevará a nuestra Patria a la perdición y sumirá al país en la más espantosa de las miserias. Las futuras generaciones le maldecirán en su tumba por lo que usted ha hecho".



Otro personaje que también me resulta llamativo es Hjalmar Schacht. Este hombre trabajó en la República de Weimar y fue presidente del Reichsbank, teniendo un importante papel en la estabilización del marco. Ayudó a Adolf Hitler a reunir fondos para sus campañas. En 1932 Schacht organizó “la petición de los industriales” firmada por representantes de los sectores industrial, financiero y agrícola para reclamar al presidente Hindenburg el nombramiento de Hitler como Canciller.

Hindemburg la desoyó y nombró a Kurt von Schleicher, que duró poco en el cargo y resultó asesinado junto con su esposa en la “Noche de los Cuchillos Largos”.

Osea, que no creo que las “fuerzas vivas” alemanas creyesen mucho en la democracia.



Si que es cierto que Versalles no sentó las bases de la paz, sino de otro conflicto.

Económicamente rusos, franceses, italianos e incluso los mismos alemanes tenían enormes créditos por pagar y los acreedores eran sobre todo EE.UU. y Gran Bretaña, que a su vez también era deudora de los EE.UU. La solución de Versalles fue que pagase Alemania, a la que además se quitaron territorios y medios de producción que le hubiesen permitido pagar (esto lo cuenta Keynes en “Las consecuencias económicas de la paz”).

Keynes era partidario importantes quitas de la deuda, algo que no se hizo, eligiendo los gobiernos europeos, en cambio, el camino de imprimir billetes sin freno.

Económicamente Europa era un castillo de naipes.

La organización territorial que salió de Versalles también fue origen de enormes tensiones, basta mirar el mapa de Europa de 1919 para ver que era un follón.



Pero, como dice José Luis, la diferencia la marcó Hitler, que una vez puesta en marcha la guerra no aprovechó ninguna de las excelentes oportunidades que tuvo de pararla. Pienso que debido principalmente a que no tenía ningún objetivo estratégico realista y claro.

Me resulta curioso cómo tanto los militares japoneses, tras pifiarla en China en el 37, donde los generales dijeron que en tres meses y con tres divisiones la conquistaban y recibir una tunda de los soviéticos en la batalla de Jaljin Gol en el 39, decidieron atacar a los EE.UU. en el 41 sin haber resuelto el “incidente de China”; cómo Hitler tras fracasar en su ataque a Gran Bretaña decide atacar la fuente de sus suministros, la URSS; y cómo Mussolini conforme la va pifiando en un lado ataca en otro y la vuelve a pifiar.

Creo que estas dictaduras nacionalistas y militaristas eran yoquis de la guerra sin tener un objetivo claro, porque aunque hubiesen conseguido hacerse con China y la URSS en el fondo no hubiesen sabido qué hacer con ellas.


Saludos
“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”.

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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por José Luis » Dom Abr 18, 2021 12:11 pm

¡Hola a todos!

Fue Churchill quien dijo en 1919: “Se acabó la guerra de los gigantes; ha comenzado la guerra de los pigmeos”. Más allá de la forma del enunciado, eso fue lo que ocurrió realmente durante los cuatro o cinco años que siguieron al final de la guerra: “revoluciones, contrarrevoluciones, conflictos étnicos, pogromos, guerras de independencia, conflictos civiles y violencia interestatal continuada desde 1917 a 1923”, así presentan esa época tumultuosa y sangrienta Robert Gerwarth y John Horne (Eds.) en su War in Peace. Paramilitary Violence in Europe after the Great War (2012) en su introducción (Paramilitarism in Europe after the Great War: An Introduction), p. 1, donde abren con la cita referida de Churchill. La lectura de este libro es muy recomendable para entender lo que sucedió tras la guerra.

El Tratado de Paz de Versalles tiene una relevancia especial porque, como hemos visto, muchos historiadores y analistas políticos vinculan las duras condiciones impuestas a Alemania con el derrotero seguido por ésta durante la posguerra, especialmente tras el ascenso de los nazis al poder. Según esta tesis de causa-efecto, la IIGM fue, más o menos, el resultado final del TdP de Versalles. No voy a contradecir esta tesis más de lo que ya lo he hecho en anteriores intervenciones. Sí quiero subrayar que es una tesis a toro pasado: como Alemania fue la principal causante del inicio de la guerra en 1939, los defensores de dicha tesis, en busca de sus causas primarias, cargan la tinta en el TdP de Versalles. Ignoran o dejan a un margen el hecho fundamental de que el TdP de Versalles fue puro papel mojado desde 1935, si no antes (Lausana, 1932). Y también suelen pasar por alto el papel que jugaron los líderes políticos de las potencias que impusieron el nuevo orden europeo tras el final de la Gran Guerra. Y el de quienes les sucedieron. Partiendo del hecho incuestionable de que la Gran Guerra se inició como consecuencia de la ruptura alemana de la política del equilibrio de poder seguida por Bismarck, y provocó en última instancia la descomposición y desaparición de cuatro grandes imperios (ruso, austrohúngaro, alemán y otomano) para recrear radicalmente el nuevo territorio europeo bajo los auspicios teóricos del derecho de autodeterminación propuesto por Wilson, parece razonable analizar el empeño que ese liderazgo victorioso ejerció para mantener bien atado el nuevo orden europeo. Tal análisis muestra, a mi juicio, un rápido desenganche (Wilson y la política de aislacionismo) y división (intereses contrapuestos anglo-franceses) frente al desarrollo y control del nuevo statu quo. Por no hablar de la herramienta que debía servir para solventar los conflictos políticos al margen de la guerra, esto es la Sociedad de Naciones, que fue a fin de cuentas un estrepitoso fracaso.

Pero regresando a Versalles como supuesto causante del fin de la República de Weimar, esta tesis hace agua por todas partes. Ni siquiera ciertos personajes individuales (como los citados por Prometeo) explican las causas de fondo que hicieron finalmente inviable la democracia en Alemania.

Para empezar sería conveniente subrayar un hecho: ningún país se vuelve democrático de la noche al día, y menos uno, Alemania (en sus diferentes concepciones, según la época), caracterizado por tener regímenes políticos autoritarios, incluida la monarquía constitucional de 1871. En Alemania, a diferencia de Francia, por ejemplo, no cuajó la democracia liberal surgida a raíz de las revoluciones europeas de 1848-49, ni siquiera con la creación del Imperio guillermino de 1871. Y en la primera década del siglo XX, como en casi todos los países europeos, la socialdemocracia alemana se esforzaba por conseguir la revolución socialista, que pasaba por acabar con el antiguo régimen e implantar una democracia socialista. Cuando el momento (otoño de 1918) brindó la oportunidad (noviembre del mismo año), lo que se impuso fue la democracia liberal (burguesa, como la tildaban los socialistas) y no la democracia socialista. La nueva República de Weimar no fue popular entre las izquierdas a la izquierda de la socialdemocracia alemana (que la combatieron), ni tampoco entre el amplio y diverso espectro de las derechas conservadoras y nacionalistas. Tampoco entre el cuerpo de funcionarios de la administración del Estado (especialmente en el judicial), e igualmente entre el cuerpo de oficiales del ejército. Desde el principio mismo de Weimar, los medios de comunicación de la época (que antes se habían hecho eco de la propaganda engañosa del curso de la guerra salida del Oberste Heeresleitung de Hindenburg y Ludendorff) trabajaron por el derrocamiento de la incipiente república. Y para ello, todos los detractores de Weimar, desde los comunistas a los nacionalistas völkisch, utilizaron toda clase de fábulas y argumentos para acabar con el nuevo régimen político, que a su vez se encontraba dividido entre sus defensores (la gran coalición socialdemócrata-liberal hasta la imposición de los gabinetes presidenciales).

Cuando se acabó la corta época “dorada” de Weimar, en 1929, todos los enemigos de la república (y no menos su presidente) se esforzaron por derrocarla para imponer una vía dictatorial. Y ahí dieron entrada a Hitler y el partido nazi para radicalizar especialmente contra el partido comunista. El resto es más o menos conocido. En todo ese proceso, Versalles no fue sino un instrumento más para la propaganda anti-Weimar, y no el más eficaz. Y ya después de 1935, el TdP de Versalles era sólo un mal recuerdo del pasado que la tiranía nazi se había encargado de pulverizar frente a la pasividad de sus creadores.

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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por RoxanneGalvezTerán » Mar Nov 09, 2021 2:14 am

Eckart escribió:
Mié Ago 03, 2005 5:20 am
Me parece interesante dejar aquí algunos apuntes sobre el histórico tratado de Versalles, al cual tantas veces hacemos referencia al hablar sobre el pensamiento y política nacionalsocialista, así como de la situación del país en el periodo de entreguerras.

El Tratado de Versalles fue el acuerdo de paz firmado el 28 de junio de 1919 entre Alemania y las potencias aliadas vencedoras, tras la conclusión de la I Guerra Mundial, en la galería de los Espejos del palacio de Versalles. Fue negociado durante la conferencia de paz celebrada en Versalles, que comenzó el 18 de enero de 1919. En ella participaron Estados Unidos (representada por su presidente, Thomas Woodrow Wilson), Gran Bretaña (con su primer ministro, David Lloyd George, al frente de la delegación), Francia (representada por su primer ministro, Georges Clemenceau) e Italia (con su jefe de gobierno, Vittorio Emanuele Orlando, a la cabeza de la delegación, si bien su ministro de Asuntos Exteriores, Giorgio Sonnino, se ocupó de representar a su país en momentos clave). Alemania, que había adoptado un régimen republicano (la llamada República de Weimar) tras la disolución del II Imperio Alemán al final de la guerra, quedó excluida de las conversaciones.

La estructura del Tratado era esta:
  • - El Pacto de la Sociedad de Naciones.
    - Parte II: Las Fronteras de Alemania.
    - Parte III: cláusulas para Europa artículos.
    - Parte IV: Derechos e intereses alemanes fuera de Alemania.
    - Parte V: cláusulas militares, navales y aéreas.
    - Parte VI: Prisioneros de guerra y cementerios.
    - Parte VII: Sanciones.
    - Parte VIII: Reparaciones.
    - Parte IX: cláusulas financieras.
    - Parte X: cláusulas económicas.
    - Parte XI: Navegación aérea.
    - Parte XII: Puertos, vías marítimas y vías férreas.
    - Parte XIII: Organización Internacional del Trabajo.
    - Procedimientos.
    - Parte XIV: Garantías.
    - Parte XV: Previsiones misceláneas.
La primera sección del Tratado recogía el Pacto de la Sociedad de Naciones, cuyo objetivo era garantizar el cumplimiento de los términos de varios convenios acordados después de la I Guerra Mundial con el fin de lograr una paz duradera. Estados Unidos no lo ratificó, pero firmó con Alemania por separado el 2 de julio de 1921 el Tratado de Berlín.

Desarme y reparaciones
Según lo estipulado en el Tratado de Versalles, que seguía en lo básico los Catorce puntos, o directrices pautadas en enero de 1918 por el presidente estadounidense Wilson, Alemania tuvo que suprimir el servicio militar obligatorio, reducir su Ejército a 100.000 hombres, desmilitarizar todos los territorios situados en la margen oriental del río Rin y los de la margen occidental en una franja de 50 km de ancho, dejar de importar, exportar y prácticamente producir material de guerra, limitar sus fuerzas navales a 36 buques de superficie (no se le permitió mantener submarinos) y el personal naval a 15.000 hombres, quedándole prohibida la aviación militar. Alemania también aceptó que el ex emperador Guillermo II fuera juzgado por un tribunal internacional bajo la acusación de haber cometido "un delito supremo contra la moralidad internacional", pero el juicio nunca llegó a celebrarse.

En la Conferencia de Londres (1920) se fija el monto total de las reparaciones: 140.000 millones de marcos-oro. En la Conferencia de Spa (1920) se fija el porcentaje que recibiría cada país del montante total de las reparaciones: Francia 52%, Gran Bretaña 22%, Italia 10%, Bélgica 8%. Surgieron dificultades a la hora de efectuar la recaudación de los pagos, en tanto que la modalidad y cuantía de los mismos no quedó ajustada definitivamente hasta la Conferencia de Lausana de 1932.

Además de las reparaciones en metálico, se entregaron naves, trenes, ganado y valiosos recursos naturales. La cuenca carbonífera del Sarre pasó a ser administrada por la Sociedad de Naciones y explotada económicamente por Francia durante 15 años.

Modificaciones territoriales
Asimismo, el Tratado de Versalles abrogó los acuerdos de Brest-Litovsk y Bucarest, de marzo de 1918 y agosto de 1913, respectivamente. Alemania reconoció la soberanía incondicional de Bélgica, Polonia, Checoslovaquia, así como la de Austria, y perdió aproximadamente 71.000 km2 de su territorio, esto es, algo más de un 13% de sus dominios europeos. El área fronteriza de Alsacia-Lorena fue restituida a Francia, y la región del Sarre quedó bajo la administración de una comisión de la Sociedad de Naciones durante quince años. Bélgica recibió los pequeños distritos de Eupen, Malmédy y Moresnet.

En 1920 se celebraron dos plebiscitos para determinar la situación política de las zonas norte y central de Schleswig: la primera, que comprendía 3.981 km2 fue cedida a Dinamarca, mientras que Alemania conservó la segunda, que se convertiría en parte del estado de Schleswig-Holstein. Grandes áreas de las provincias de Posen (actual Poznan, en Polonia) y Prusia Occidental pasaron a manos de Polonia. Los plebiscitos celebrados en 1920 en Prusia y Marienwerder (un distrito del sureste) permitieron su permanencia en Alemania. El convocado en la Alta Silesia en 1921 también otorgó la mayoría a Alemania, pero el Consejo de la Sociedad de Naciones, que había sido invitado a mediar en la disputa, asignó la parte más rica de esta región a Polonia. Una parte de la Alta Silesia (en la actualidad perteneciente a la República Checa) fue cedida a Checoslovaquia en 1920. La ciudad portuaria de Memel (la actual Kláipeda) y su territorio adyacente fue declarado bajo la protección de la Sociedad de Naciones hasta que pasara definitivamente a Lituania, lo que tuvo lugar en 1923. El puerto de Danzig quedó bajo el control de las principales potencias aliadas y sus asociadas, que reconocieron a Danzig (en la actualidad Gdansk) como una ciudad libre administrada por la Sociedad de Naciones, pero supeditada al dominio de Polonia en lo que se refería a aduanas y representación en el extranjero.

Alemania pierde todas sus colonias, que son repartidas como mandatos de la Sociedad de Naciones entre el Imperio Británico y Francia. Bélgica y Japón se anexionaron territorios muy pequeños.

Las duras condiciones del Tratado, en especial la pérdida de los territorios del este europeo, levantaron duras críticas en Alemania que calificó el Tratado de paz como diktat ("imposición").

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Prometeo
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Re: El tratado de Versalles

Mensaje por Prometeo » Mié Nov 10, 2021 10:00 pm

Hola:

Releyendo este hilo he recordado una de las primeras intervenciones en él por parte de David L que decía:
Nadie va a negar la eterna rivalidad franco-alemana tras guerras como Sedán y la IGM, pero en dónde se cuajo una futura guerra fue en la composición de las fronteras alemanas en el este. Los alemanes nunca olvidarían que Polonia les arrebatará parte de sus territorios( aunque esos territorios fueran polacos en otro momento, para los alemanes eran suyos) y Polonia sabía perféctamente que Alemania no olvidaría esa afrenta, de ahí el interés polaco del periodo de entreguerras por mantener alianzas con Francia e Inglaterra, éstos debían ser sus salvaguardianes ante el acoso alemán, de hecho todos sabemos cuándo y cómo se declaró la 2GM.
Aunque ya nos habéis mostrado que del TdV quedaba poco, creo que la división de Alemania en dos partes por el corredor de Danzig y el estatuto de la Ciudad era muy difícil de mantener en una situación de conflicto.

De hecho parece que al propio Hitler le sorprendió que los ingleses y franceses se tomaran a mal la invasión de Polonia y le declararan la guerra.

Después de haber remilitarizado la Renania, haber absorbido a Austria y a Checoslovaquia, como siguiente paso creo parecía previsible.

Esta época me resulta un poco confusa.

¿Tal vez el pacto "Ribbentrop-Molotov" influyó en la decisión de declarar la guerra?

Creo que sin ese pacto la posibilidad de que el siguiente paso de Hitler hubiese sido atacar la URSS era el sueño húmedo de los conservadores británicos.

¿La presión interna en GB obligó a Chamberlain a tomar la decisión?

Por los antecedentes no parece descabellada la suposición de Hitler de que británicos y franceses iban a poner mala cara, pero se iban a comer el sapo. De hecho parece que los franceses declararon la guerra empujados por los británicos y de no muy buen grado. Y tras la declaración se quedaron esperando hasta que Hitler fue a por ellos.

Saludos cordiales
“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”.

Erich Hartman

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