10 millones de muertos por el hambre en la Ucrania de Stalin

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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10 millones de muertos por el hambre en la Ucrania de Stalin

Mensaje por José Luis » Dom Ago 28, 2011 10:32 pm

¡Hola a todos!

He estado unos días ausente del foro y pido disculpas de antemano; de momento cerraré este hilo, y, cuando lea tranquilamente todas las intervenciones, habré de tomar, como moderador, una decisión al respecto.

Saludos cordiales
JL
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10 millones de muertos por el hambre en la Ucrania de Stalin

Mensaje por José Luis » Lun Ago 29, 2011 1:36 pm

¡Hola a todos!

Vamos a ver. Tras la aportación de Pierre Le Gloan, con la que se ha reabierto este hilo (que quiero recordar se inició hace casi cinco años), la intervención de Von Garzen es de las que me permito llamar “negativas”, en el sentido de que no aportan nada al tema y abren la senda de las derivas indeseadas.

Voy a suponer que Von Garzen ha intervenido para responder, de alguna forma, la aportación de Pierre Le Gloan. Lo lógico, y lo que se necesita en el foro, sería señalar en que puntos del texto expuesto por Pierre Le Gloan (de Marc Ferro) no está de acuerdo el señor Von Garzen, y acto seguido, una vez señalados esos puntos, empezar a refutarlos. Pero no ha hecho nada de esto y, simplemente y hablando en plata, se ha ido por los cerros de Úbeda. Este tipo de intervenciones deben evitarse; si uno no está en situación (por falta de tiempo o por la razón que sea) de concretar sus discrepancias con cualquier información vertida en el foro y argumentar las razones de la misma, bien rebatiendo esa información, bien aportando otra información discrepante de la misma, entonces es preferible que se abstenga de intervenir en el hilo.

En cambio, la primera intervención de JS-2, al margen de su introducción (que sobra por completo), está en la línea de lo que a mi me parece una intervención “positiva”. Aporta una información (con la que se puede estar de acuerdo o no) que, en su desarrollo, descubre la falsedad o falta de propiedad de unas fotografías que se han asociado a las víctimas de la hambruna de Ucrania en 1932-33. Denunciar la falsedad de unas fotos (falsedad porque lo que muestran no se corresponde con lo que se atribuye) no es ningún “revisionismo negacionista”, sino auténtico y riguroso revisionismo histórico. Pues no se está negando el hecho central -la gran hambruna ucraniana de 1932-33-, sino que se está demostrando la falsedad de unas fotos que se intentan relacionar con ese hecho central.

Ya John-Paul Himka*, en su análisis del documental Between Hitler and Stalin: Ukraine in World War II-The Untold Story (2003), realizado y producido por Slavko Nowytski, ya director de un documental histórico previo estrenado en 1984, Harvest of Despair: The 1932-33 Famine in Ukraine, digo que Himka informa que uno de los investigadores del material histórico utilizado en Harvest of Despair.., Marco Carynnyk, había descubierto que las fotos publicadas por los periódicos de Hearst y Ewald Ammende eran fraudulentas y, en consecuencia, urgió a Nowytski que no las utilizara en su nuevo documental, Between Hitler and Stalin... Sin embargo, Nowytski ignoró la advertencia y usó en este último documental las fotos que ya sabía falsas, mayormente provinientes de Muss Russland Hungern de Ammende. Llovía sobre mojado, pues cuando se estrenó el primer documental, Harvest..., varios críticos soviéticos demostraron que los fotogramas asociados a la hambruna ucraniana de 1932-33 era falsos, y la mayoría de ellos procedía de fotos de la hambruna que asoló Ucrania y Rusia en 1921.

Por tanto, señalar estos fraudes no es ningún revisionismo retorcido con fines espurios (como suelen hacer los negadores de los genocidios nazis), sino denuncia rigurosa y probada de un fraude. Por ello no tiene ninguna verdadera justificación la intervención del compañero Rubén para tildar la aportación de JS-2 de revisionismo en este sentido peyorativo. Es revisionismo, sí, pero totalmente riguroso. Y sería revisionismo espurio si con ello el compañero JS-2 pretendiera negar o minimizar la gran hambruna ucraniana de los treinta. Cosa que no ha hecho.

Ahora bien, la siguiente intervención de JS-2, en su respuesta a Rubén, viernes 2:34pm, es ya una deriva en su mayor parte inaceptable. ¿Por qué? Porque se presenta como una especie de filípica contra (en opinión de su autor) lo que es o no es propaganda, lo que es o no es internet, etc. Y con ello ya se vuelve a abrir la deriva “negativa” iniciada por Von Garzen y continuada por Rubén. Lo único salvable de esta intervención de JS-2 es la cita referenciada de Tottle, se esté de acuerdo o no con lo que se dice en ella. O la resolución que enlaza de la UE. Pero nada más; el resto de la intervención es o bien gratuita o bien pura deriva, pues ya no se centra en el tema de la gran hambruna ucraniana de los treinta, sino en las polémicas existentes (que es tema para otro hilo y debate) sobre si esta hambruna es calificada de genocidio o no, ya sea el debate entre historiadores, ya sea entre políticos, etc.

La tercera intervención de JS-2, viernes 6:01pm, que cita “Sobre el último post de José Luis” ya empieza de forma inapropiada, pues aunque el post lo colgué yo, su autor, como queda explicado en la introducción que hice del mismo, es el compañero Pierre Le Gloan. Y luego se convierte en una deriva, inapropiadamente extensa, sobre la hambruna de 1921 y ciertas consideraciones (discutibles) sobre los kulaks. Es decir, más confusión a un hilo que se había cerrado porque los intervinientes no estaban aportando nada sustancial al tema del mismo (la hambruna ucraniana de 1932-33), que se reabre para intentar reconducirlo y que, a primeras de cambio, se vuelve a enturbiar con lo que estoy aquí detallando.

Luego sigue otra deriva entre Eckart y JS-2 sobre la calidad de las fuentes, que en parte es totalmente pertinente, pero en parte es excesivo y repetitivo. Las fuentes primarias son, por abreviar, documentos oficiales de archivo a disposición (cuando lo están) de los autores que pueden examinarlas con distintos fines. Pero el mero hecho de que un historiador haya utilizado fuentes primarias en su trabajo (sea una tesis, artículo, ensayo o libro) no lo hace inmune a la crítica ni le otorga una autoridad incuestionable. Como tampoco, ni automática ni necesariamente, se puede menospreciar el trabajo de un autor que sólo haya utilizado fuentes secundarias. Todo historiador que utiliza fuentes primarias se ve obligado normalmente a utilizar también fuentes secundarias, contrastadas, para los temas secundarios que acompañan al tema central de su investigación. De lo contrario, sería imposible escribir con cierta frecuencia trabajos de historia si todos y cada uno de los historiadores que lo hacen tuvieran que manejar fuentes primarias para todos los temas históricos tratados, y no tendría sentido escribir libros de historia. Cuando varios historiadores han investigado un hecho histórico dado examinando las fuentes primarias existentes y accesibles sobre el mismo, publicado sus hallazgos e interpretaciones, resultando de los mismos un consenso razonable, sería absurdo que nuevos historiadores volvieran a realizar ese trabajo de consulta de fuentes primarias para llegar a lo mismo. Así que se conforman con citar la información y conclusiones de los trabajos ya realizados, zanjando el asunto salvo que nuevas fuentes primarias hubieran salido a la luz que pudieran cuestionar el consenso académico previamente alcanzado. En este sentido último, la historia es un revisionismo continuo, y por ello existe la historiografía.

Finalmente, el resto de intervenciones, en general, siguen, de una u otra forma, derivando a comparaciones (mayormente impropias) infantiles del grado de criminalidad de un régimen político u otro, de Stalin o Hitler, o de crímenes pertenecientes a diferentes períodos históricos, al margen del tema y la época propios del hilo.

Así las cosas, se hace verdaderamente lamentable, confuso, trabajoso y desagradable leer este hilo, cuyo tema central ha quedado completamente marginal en proporción a las derivas realizadas. Por tanto, me veo obligado (y en cierto sentido avergonzado) a volver a cerrar este hilo. Y ya no advertiré más, ni de forma pública ni privada, a quienes acostumbran a desvirtuar los hilos del foro con derivas interminables e inaceptables (por lo que aquí concierne, Von Garzen, Rubén y JS-2). Si estos tres compañeros de foro vuelven a intervenir con derivas en cualquier lugar del foro, serán sancionados sin paliativo alguno.

*John-Paul Himka, “Victim Cinema. Between Hitler and Stalin: Ukraine in World War II-The Untold Story”, en Giorgiy Kasianov y Philipp Ther (eds.), A Laboratory of Transnational History. Ukraine and Recient Ukrainian Historiography (Budapest & New York: Central European University Press, 2009), pp. 211 y ss.

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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:11 am

¡Hola a todos!

Voy a reabrir este hilo por tercera vez y ojalá que no tenga que volver a cerrarlo. La "hambruna ucraniana de 1932-33" fue un suceso desgraciadamente cierto e incuestionable, a pesar de que durante muchos años fue un tema tabú en la antigua URSS. Sin embargo, es un tema polémico en el que los historiadores no han llegado a un consenso sobre sus causas y consecuencias (cifras de víctimas) y donde existen no poca manipulación y propaganda de diferentes agendas políticas. Por todo ello es natural que en un hilo sobre este tema no haya acuerdo entre los foristas, e incluso es lógico que haya polémica. El problema fundamental en este último aspecto es que hay que saber debatir sin perder las formas, respetando en todo momento el articulado de la Normativa del Foro y no perdiendo de vista el tema, o aspecto del tema, que se discute.

Con el ánimo y el deseo de reconducir este hilo he decidido traducir-resumir el capítulo 2 del libro de David R. Marples, Heroes and Villains. Creating National History in Contemporary Ukraine (Budapest & New York: Central European University Press, 2007). Este capítulo 2 se titula "The Famine of 1932-33" y considero que es la mejor y más completa exposición historiográfica del tema que he leído hasta la fecha. Es una exposición bastante larga (más de 40 páginas), por lo que he decidido ignorar las partes que considero menos importantes, como relatos personales (memorias), la parte historiográfica de tendencia antisemita y un par de esbozos biográficos, con lo que finalmente he reducido mi resumen a la mitad de páginas del original.

Me gustaría que todo aquel que quiera participar en este hilo leyera tranquila y detenidamente este resumen antes de introducir cualquier aportación o debate. Y espero que no se vuelvan a reproducir las situaciones por las que he tenido que cerrar el hilo hace unos días, pues en tal caso habrá consecuencias graves para quienes las provoquen o inicien.

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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:16 am

Para la independiente Ucrania no existe un acontecimiento de mayor importancia en la historia de su desarrollo como nación-estado que la Hambruna de 1932-33. Ocasionó un sufrimiento intenso en una escala inimaginable hasta la fecha. No obstante, aunque la Hambruna se está convirtiendo en parte de la nueva historia nacional de Ucrania, su progreso hasta ese status ha sido irregular, plagado de disputas públicas y desacuerdo académico, y sin consenso alguno entre los historiadores en cuanto a su escala o incluso a sus orígenes. En parte, esas disputas ilustran la continua relevancia del periodo soviético para la vida en Ucrania, a pesar de los pasos materiales y prácticos tomados para forjar un estado independiente. La Hambruna ha generado un debate emocional en Occidente que no ha brindado consenso alguno. Irónicamente, los historiadores y los historiadores económicos que han trabajado más exhautivamente en este periodo y publicaron sus resultados están mucho más cerca de la antigua perspectiva soviética que afloró durante el primer periodo de silencio de la Hambruna; a saber, que fue el resultado de condiciones medioambientales o climáticas más que parte de una política oficial estatal dirigida a eliminar a los ucranianos como nación.

En la antigua Unión Soviética, la Hambruna fue un secreto de estado durante décadas. Stanislav Kul’chyts’kyi ha registrado los antecedentes a la decisión crucial de poner fin a este secreto. En 1955, observa Kul’chyts’kyi, el entonces líder del partido ucraniano, Petro Shelest, habría dado permiso oral para que se mencionara la Hambruna en un artículo que iba a ser publicado en el News from Ukraine, un periódico para los ucranianos del extranjero. Sin embargo, los periodistas ucranianos temieron tomar tal paso sin un explícito permiso escrito de las autoridades. Bajo Gorbachev, se inició una nueva crítica del stalinismo en los medios de comunicación oficiales que incluyó la rehabilitación de las víctimas de las Purgas de la década de 1930 y se desafiaron cada vez más temas que antiguamente eran tabú. El 16 de julio de 1987 un artículo en el semanal Literaturna Ukraina mencionó dos veces la existencia de la Hambruna. El 11 de octubre de ese mismo año, el historiador ruso Viktor Danilov hizo referencia en el periódico Sovetskaya Rossiya a una hambruna de 1932-33 que había resultado en “enormes pérdidas”. Al mes siguiente, el demógrafo Mark Tolts escribió un artículo en Ogonyok sobre el censo prohibido de 1937 en la URSS, citando las pérdidas ocasionadas durante la Hambruna de 1933 como la razón principal de un déficit registrado de la población. Estos tres ejemplos forman el preludio a la revelación oficial de la Hambruna en Ucrania. Fue revelado públicamente por vez primera por el líder del Partido Comunista Ucraniano, Volodymyr V. Shcherbytsky, durante un discurso de diciembre de 1987, cuando declaró que había sido causada por una sequía y una mala cosecha. El catalizador para semejante declaración de un líder de partido, casi en la vanguardia de las reformas de la Glasnost, fue la finalización del trabajo de la Comisión de los Estados Unidos sobre la Hambruna de Ucrania, que estaba a punto de dar a conocer sus hallazgos. El discurso de Shcherbytsky fue por tanto ideado para adelantarse a cualquier información que pudiera estar a punto de llegar desde Washington. La noticia de que una gran hambruna había ocurrido realmente fue seguida de unos cuatro años de intensivo trabajo de publicidad en los países occidentales, comenzando con el 50º aniversario de la Hambruna de 1933. El discurso de Shcherbytsky tuvo la aprobación de Gorbachev y dio luz verde a los historiadores ucranianos para investigar más el tema, aunque con cierta cautela.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:20 am

Revisionismo soviético, 1988-1991

En marzo de 1988, Kul’chyts’kyi publicó un artículo pionero sobre la Hambruna en el mensual Ukrains’kyi istorychnyi zhurnal. Parte de sus conclusiones también aparecieron en forma abreviada en el periódico Visti z Ukrainy. El artículo fue marcadamente de tono cauto y conservador. Anotó las “dificultades de comida” en varias partes del país a principios de la década de 1930: Siberia occidental, el sur de los Urales, norte de Kazakistán, norte del Cáucaso, Kuban, la región del Volga desde Gorky a Astrakhan, Rostov, Tambov, parte del oblast de Kursk, y las crecientes regiones graneras de Ucrania. En los pueblos afectados por la hambruna, los habitantes se trasladaron a las ciudades, y hacia finales de diciembre de 1932 las autoridades introdujeron un sistema de pasaportes para los residentes urbanos para restringir el proceso de migración. En ese punto, los refugiados estaban efectivamente en una situación ilegal. Añade entonces Kul’chyts’kyi que la escala de la hambruna de 1932-33 fue relativamente pequeña comparada con la catastrófica hambruna de 1921 y que los “nacionalistas” tendieron a minimizar la escala de la Hambruna de 1932-33 en otras áreas de la Unión Soviética para añadir peso a su tesis principal; verbigracia, que el etnocidio solamente ocurrió en Ucrania. Añade que este punto fue encapsulado en la película “pseudo-documental” Harvest of Despair, dirigida por Yurii Luhovyi y estrenada en Canadá en 1984, la cual mantenía que el objetivo de la hambruna era destruir una gran parte de la nación ucraniana por su oposición al socialismo. Cita como ejemplo de esta equivocada visión el libro “del antiguo colaborador fascista” V. Hryshko, publicado en Canadá en 1983.

Kul’chyts’kyi también subraya la importancia de la asimilación en la “pérdida” de la población ucraniana entre el censo de 1926 y el de 1939 (una bajada total de 3 millones de personas; en ese momento era desconocida la existencia del prohibido censo de 1937). Comenta que los dos pueblos (ucranianos y rusos) derivan de una única nacionalidad Rus, tienen lenguas y culturas similares, y casi una idéntica “composición física”. A causa de la colonización de grandes franjas de territorio (Ucrania Slobids’ka, Kuban, los oblasts actuales de Kursk y Voronezh) por ambos grupos nacionales, una parte de la población que residía en esas regiones en la primera década del siglo XX estuvo en un “estado étnicamente pasajero”. El auge del número de rusos en la URSS en conjunto entre 1926 y 1939, de 77,8 a 99,6 millones, no se puede atribuir a un incremento natural, especialmente cuando se observa que incluso los representantes de Asia central, que tradicionalmente tenían índices de natalidad mucho más altos, no pudieron igualar el creciente número de rusos. Y mientras que el censo de 1926 se centró en el lugar de nacimiento, el censo de 1939 dio más peso a la nacionalidad. De esta forma sólo la asimilación puede explicar la aparente caída demográfica de ucranianos y el aumento en los de nacionalidad rusa. Continúa diciendo que mucha de la asimilación lo fue por causa de asuntos de la lengua, y que fue por ello que los ucranianos comenzaron a hablar ruso de forma tan amplia que sus números en el norte del Cáucaso cayeron de 3,1 millones en 1926 a 170.000 en la época del censo de 1959.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:25 am

Kul’chyts’kyi describe cómo las granjas colectivas en Ucrania estaban débil e inadecuadamente organizadas, porque los campesinos no estaban convencidos psicológicamente de las ventajas del trabajo colectivo sobre el individual. En algunos casos los campesinos ocultaron la propiedad y destruyeron su ganado antes de entrar. Sin embargo, el factor clave, en opinión del autor, fue que la introducción de la “conciencia socialista” sólo podía ocurrir bajo condiciones de un existente orden kolkhoz. En resumen, los campesinos estaban en casi todos los casos sin voluntad de unirse a las granjas colectivas a menos que no tuvieran tierra o ganado. La situación se vio exacerbada por la estructura administrativa en Ucrania, que en contraste con otras áreas de la Unión Soviética carecía de una sección oblast, con lo que las órdenes fueron transmitidas directamente desde el centro al rayon (nivel de distrito). Aunque los oblasts fueron creados entre febrero y octubre de 1932, no fueron suficientemente organizados para prevenir la anarquía en las granjas colectivas. La situación empeoró por la incompetencia de los órganos de partido de la república. El líder del partido ucraniano, Stanislav Kosior, fue citado como declarando que en varias regiones, especialmente en la estepa, los campos permanecieron sin sembrar y alrededor de la mitad de la cosecha se perdió en la época de trilla, y que el sabotaje por los granjeros colectivos fue del todo común. Hasta este momento el análisis de Kul’chyts’kyi no se alejó mucho de la línea oficial del partido. Sin embargo, en un tema, este historiador ya comenzó a forjar una nueva senda.

A causa del fracaso de las granjas en Ucrania para cumplimentar las cuotas de adquisición de grano, comenta, Stalin envió Comisiones Extraordinarias a Kharkiv, Rostov-en el-Don y Saratov que llevaron a las represiones y confiscación de reservas de semillas. Sin embargo, tales métodos no produjeron los resultados deseados porque las nuevas granjas carecían de suministros de grano. Las Comisiones establecieron cuotas basadas en las llamadas cosechas de grano biológicas, Cuando las cuotas estaban todavían sin cumplimentar, la explicación que se proporcionó fue que las granjas colectivas estaban explotando la anarquía para llevarse el grano a sus propias casas. Esta declaración, escribe Kul’chyts’kyi, ignoraba el hecho de que la falta de orden en las granjas había llevado directamente a las pérdidas de la cosecha. Las requisiciones de comida sólo empeoraron la situación. El 19 de enero de 1933 el gobierno soviético emitió un nuevo decreto estipulando que parte de la cosecha sería para propio uso de los granjeros y restableció el concepto de un impuesto fijo. En el verano de 1933, el estado también hizo un esfuerzo para ayudar a los campesinos, y el Comité Central del Partido Comunista de Ucrania (CC CPU) creó un fondo centralizado para ayudar a los niños, pero pronto se agotaron los recursos estatales y no fue posible comprar comida en el extranjero. En resumen, la situación en los pueblos era ahora tan crítica que no se pudo evitar un estado de emergencia.

Notablemente, en este primer artículo detallado sobre las causas de la Hambruna, no entró en discusión la cuestión nacional y los factores citados fueron básicamente temas económicos y administrativos, afectando la entrega de grano de los pueblos a las ciudades. En una vena similar y escrito en el periódico Pravda Ukrainy (julio de 1989), el historiador V. Savel’ev, al proporcionar una perspectiva de las principales tendencias historiográficas de la época, puso de relieve la importancia de la colectivización forzosa y la naturaleza arbitraria del sistema de mando administrativo establecido bajo Stalin. Subraya la diferencia de opiniones entre los que enfatizan estos factores y los que, como Yurii Shcherbak, subrayaron las intenciones genocidas del liderazgo soviético. De forma interesante, Savil'ev apoya su argumento con citas de académicos occidentales que escribieron sobre la URSS en este periodo, como Alexander Dullin. También cita al académico americano Mark Tauger para lo que acuña como el equilibrio exitoso de un desastre natural con la acción humana. Los artículos de Savel'ev y Kul’chyts’kyi de 1988 fueron comprensiblemente provisorios. Los historiadores tenían que probar el terreno para ver lo que era aceptable y lo que podía ser considerado impertinente.Sin embargo, más periódicos radicales, como el Za vil’nu Ukrainu de L'viv, ya estaban publicando artículos de especialistas y activistas de la Diáspora sobre la Hambruna y sus consecuencias.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:33 am

Aunque muchos artículos de 1989-90 habían comenzado a criticar los métodos soviéticos del periodo de Stalin, su principal foco fue las ineficiencias del sistema de mando administrativo y/o lo que fue acuñado como política criminal de Stalin hacia los campesinos. Escribiendo en mayo de 1990, Grigoriy Koinash, que experimentó la hambruna, declara que la situación en 1932 fue mucho peor que la de 1921. Su familia vivía en Krivyi Rih y estaba bien familiarizada con los campesinos de los pueblos vecinos. El autor recuerda conversaciones de su padre con campesinos sobre el estado de la agricultura. Mantiene que la colectivización fue impopular en todas partes y que todo el mundo simpatizaba con los kulaks que habían sido deportados a Siberia. Aunque un kulak de la región -una “sanguijuela”- mereció tal trato, lo mismo no fue justo para las otras víctimas. Koinash también recuerda la sequía de 1932, observando que en este verano no había llovido nada, y que la tierra estaba cubierta de grietas. Los niños tenían que calzarse para no quemarse los pies. La mayor parte de la cosecha se perdió por el fuego. En el verano, los residentes en algunos de los pueblos vecinos estaban hambrientos y los campesinos ya no aparecían en la ciudad porque no tenían nada que traer al mercado. En vez de acudir en ayuda de los campesinos, el gobierno los persiguió por robar propiedad del estado. ¿Cuál fue la principal causa de la hambruna, que alcanzó su cúspide en la primavera de 1933? Koinash es inequívoco: [se produjo por causa de] “la inhumana política aventurista del liderazgo stalinista, ebrio de planes para la industrialización”.

Hacia 1991 había un número de planes en Ucrania para conmemorar la Hambruna de forma más apropiada. En el pueblo de Yaroslavka (Ruzhyn Rayon, Zhytomyr Oblast), los residentes decidieron en primavera eregir un monumento a las víctimas de la hambruna, y estaba en progreso una película sobre los sucesos. Serhii Dyachenko, escritor y guionista y poseedor del Shevchenko State Prize, ya tenía un guión en mente para esa película, que retrataría la hambruna a través de los ojos de un niño. Había publicado un breve ensayo sobre sus planes y los lectores habían respondido con un montón de cartas y 500.000R en contribuciones. También estaba involucrada en ese trabajo la Vasyl Stus’ Ukrainian Voluntary Historical-Memorial Association, que fue fundada en 1989. Organizó actos como la semana Conmemorativa de todos los Ucranianos por las víctimas de la Hambruna de 1932-33 y las represiones stalinistas, un simposio internacional llamado “Holodomor-33”, y estableció el lugar de algunas de las tumbas masivas de las víctimas del stalinismo. Un miembro de Ivano-Frankivs’k, P. Arsenych, observó que fue necesario emitir un decreto relativo al establecimiento de un Libro de Memoria para todos los que fueron víctimas de la represión. Con respecto a la Hambruna, M. Lysenko de Kyiv propuso un monumento en el centro de Kyiv para las “víctimas del terror comunista”, que debería situarse cerca del antiguo cuartel general del NKVD, el Palacio de Octubre.

Sin embargo, hacia diciembre de 1991, con la disolución de la Unión Soviética, la Hambruna se convirtió en un tema de importancia fundamental para cualquier análisis del pasado stalinista. Además, los historiadores ucranianos tenían una tarea más amplia para componer por primera vez una versión no-soviética de la historia ucraniana. Para los primeros periodos ya tenían la historia de 11 volúmenes escrita por Mykailo Hrushevs’kyi, pero éste había muerto en 1934 en el mismísimo comienzo del ataque de Stalin sobre la cultura nacional ucraniana y su elite política. La Hambruna vino a simbolizar rápidamente el periodo del reinado soviético y su crueldad, y la persecución de Ucrania a las manos de un régimen soviético centralizado con base en la capital de Rusia. En poco tiempo las dimensiones nacionales y políticas de la Hambruna se volvieron más importantes que el caos económico y la agitación causada por la introducción de la colectivización masiva de 1929-32, con su política de combinación de adquisiciones y ataques sobre kulaks reales o imaginarios. A este respecto, el trabajo del finado historiador americano James E. Mace ha sido posiblemente de más influencia que el de los expertos más establecidos en el periodo de colectivización de la URSS, como R. W. Davies y Lynne Viola. Mientras que han estado más dubitativos en atribuir los orígenes de la Hambruna exclusivamente (o en absoluto) a la cuestión nacional, la Comisión de Estados Unidos sobre la Hambruna de Ucrania, presidida por Mace, concluyó que la hambruna fue un acto de genocidio dirigido contra los ucranianos como nación; de manera extraña, la declaración no fue el primer o más importante hallazgo de la comisión; fue numerada el 16 de los 19 puntos mayores. Como resultado, esta posición significó que las personas responsables por el estallido de la Hambruna eran, por implicación, no-ucranianos.

El reanálisis de la Hambruna como un tema de historia tuvo lugar en un tiempo de cambios dramáticos en la Unión Soviética. Las circunstancias políticas presentaron algunos problemas para los historiadores de Ucrania. Kul’chyts’kyi ha comentado que él y sus colegas dependieron fuertemente del libro de Orest Subtelny, Ukraine: a History, durante varios años. ¿Por qué hubo semejante dependencia de un académico de Occidente? Subtelny subraya que sus colegas en Ucrania, habiendo sido testigos de la eliminación de las agobiantes composturas de adherencia a la línea oficial soviética, carecieron de dirección y guía. Además, la enseñanza de la historia de la URSS era de facto la historia de Rusia, con la de Ucrania limitada a unas 30 horas de carga académica. No obstante, el periodo de transición, antes de la emisión de los nuevos libros de texto de historia ucraniana y con la necesidad de llegar a un acuerdo con la historia reciente de la URSS, los historiadores ucranianos tuvieron que dirigirse a los especialistas occidentales de Ucrania como guía. El trabajo del último fue elevado a una nueva autoridad, irónicamente quizás dada la incapacidad de esos mismos especialistas para tener acceso a cualquier material de fuentes primarias durante la mayor parte del periodo soviético. Así se convirtió la nueva práctica en Ucrania el citar obras occidentales para añadir credibilidad a cualquier artículo.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:40 am

El libro de Subtelny tuvo tres ediciones ucranianas entre 1991 y 1993. Pero, ¿qué dijo Subtelny sobre la Hambruna de 1932-33? La respuesta es: muy poco. El punto central sobre la Hambruna, informa Subtelny, es que fue un suceso que no tuvo que suceder. Cita la famosa cita de Viktor Kravchenko en su libro I Chose Freedom: “Es una lucha a muerte.....Costó una hambruna mostrar quién es el jefe aquí. Ha costado millones de vidas, pero el sistema de granjas colectivas está aquí para quedarse”. Subtelny continúa comentando que a causa de la tradición de tenencia de tierra privada, los ucranianos tendieron a resistir la colectivización más ferozmente que los rusos. La introducción a un artículo sobre la enseñanza de historia en las escuelas en el periódico ucraniano Den' comentaba que el libro de Subtelny no podía ser considerado un trabajo académico, sino que debería ser mirado más bien como “un extraordinario libro de texto del tipo occidental”. No podía saciar la necesidad de estudios más definitivos sobre la Hambruna de 1932-33. Se dejó así a los historiadores ucranianos llenar los espacios requeridos con nuevas investigaciones sobre la Hambruna. Sobresaliendo entre ellas está nuevamente la de Kul’chyts’kyi, pero ha habido otras numerosas investigaciones, tanto de corte académico como popular.

De forma gradual, los escritores y académicos ucranianos comenzaron a ahondar más profundamente en los sucesos de principios de la década de 1930. Kul’chyts’kyi, ahora reconocido como el académico superior de Ucrania sobre la Hambruna, publicó varios artículos más. Publicado en el Ukrains’kyi istorychnyi zhurnal en septiembre de 1991, “Entre dos Guerras” es un artículo que se centra en la deskulakización y el papel de Stalin y sus dos principales colegas en el terreno de la agricultura: Kaganovich y Molotov. Cita la pérdida de “cientos de millones” de poods de grano en la época de la trilla y entrega, que asegura fue el resultado de la falta de interés de los granjeros colectivos en su trabajo, pero se concentra más estrechamente en el establecimiento de la comisión de adquisición de grano bajo Molotov, a quien fueron dados poderes extraordinarios. A finales de enero, P. P. Postyshev, un secretario del CC CPSU, también fue enviado a Ucrania con poderes dictatoriales. Kul’chyts’kyi cita la insistencia de Molotov en noviembre de 1932 para que se colocase una cuota de adquisición más sobre Ucrania que equivalía en dimensión a la cuota original del periodo junio-octubre. Los informes acerca de la carencia de grano alguno fueron ignorados porque el foco estaba en la “lucha por el grano”. A causa del fracaso, incluso bajo estas rigurosas condiciones, de lograr los objetivos requeridos, la Comisión de Molotov tomó de Ucrania todos los suministros disponibles de paja dejados tras la trilla.

Al adoptar tal política, los equipos de requisición estuvieron guiados por el decreto del gobierno ucraniano, aceptado a insistencia de Molotov, “Sobre las medidas para aumentar las adquisiciones de grano”, de 20 de noviembre de 1932, que contenía una cláusula acerca de aplicar “castigos naturales” de carne por déficits de grano. La deducción es clara, dice Kul’chyts’kyi. El gobierno estaba creando las condiciones para la completa destrucción física de la población rural, incluyendo mujeres y niños. Documentos de archivo y periódicos testifican que en todas las localidades de Ucrania hubo búsquedas no sólo para la confiscación de grano, sino también de azúcar, patatas, remolachas y manteca como castigo por “sabotaje kulak” de adquisiciones de grano. El “Holodomor”, Kul’chyts’kyi usa este término, tenía ahora lugar y el gobierno soviético rechazó toda ayuda extranjera para el hambre, mientras Stalin colocaba fuerzas de policía en la frontera ucraniana para evitar que los campesinos cruzaran a áreas que tenían algunos suministros de alimentos. Además, como fue subrayado en un artículo de agosto de 1991 de Yurii Shapoval, el decreto de 14 de diciembre, firmado por Stalin y Molotov, no sólo aplicaba medidas de extraordinaria severidad por el fracaso de cumplimentar las adquisiciones de grano de Ucrania, sino que también exigiía que las autoridades regionales “volvieran la atención hacia la correcta implementación de la ucranización” y la extracción de los llamados “Pletyurites y otros nacionalistas burgueses del partido y de las organizaciones soviéticas”.
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10 millones de muertos por el hambre en la Ucrania de Stalin

Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:44 am

Transición de Interpretaciones, 1992-95

El cambio en el tono y el énfasis entre los artículos del periodo soviético y el post-soviético es evidente y refleja la mayor libertad que tenían ahora los historiadores ucranianos para llevar a cabo investigaciones independientes. También se beneficiaron de la colaboración directa con los investigadores occidentales. Por ejemplo, en agosto de 1992 se anunció un foro mundial de ucranianos que conduciría una mesa de discusión sobre el “Genocidio en Ucrania”, con la participación de Robert Conquest, autor de Harvest of Sorrow, y James E. Mace, así como varios líderes bien conocidos de la Diáspora Ucraniana. Por primera vez, académicos y publicistas ucranianos comenzaron a dar rienda suelta al tema de la victimización de Ucrania por las autoridades soviéticas, especialmente en el influyente semanario literario Literaturna Ukraina. Este desarrollo no es sorprendente, toda vez que los líderes literarios de Ucrania fueron los iniciadores del Movimiento Popular Ucraniano por la Perestroika (Rukh) y habían sido la vanguardia del movimiento para la autonomía y finalmente la independencia. La Hambruna se convertía ahora en el punto central de los primeros escritos independientes, que tomaron a menudo una forma literaria y emocional.

Un artículo importante en este sentido fue escrito por Ivan Drach bajo el título “El Genocidio de Ucrania” en el otoño de 1992. Drach da ante todo la imagen de Chornobyl: “Estamos viviendo en las ruinas y no hemos sido capaces de acabar de contar todas nuestras pérdidas”. Al igual que la Hambruna “está escondida en nuestras profundidades genéticas” como una especie de monstruo nuclear y provoca energía negativa que conduce a discusiones constantes e incapacidad para comprender incluso las cosas más simples entre el pueblo ucraniano.

(…) Las pérdidas ucranianas en el siglo XX, escribe Drach, no están cifradas en cientos de miles sino en millones y “docenas de millones”. Es posible perder el rastro de la cuenta porque nadie sabe cuántos fueron liquidados por los guardias Blancos y Rojos o perecieron en las hambrunas de 1921-22 y 1932-33, o cuántos fueron dispersados por Siberia. El plan de Stalin para una “solución final” a la cuestión ucraniana citado por Khrushchev fue sólo un síntoma de esta paranoia. Está aquí en su forma más simplista la teoría victimista de lo que podría ser acuñado como la “persecución permanente” de los ucranianos. Con la comunicación abierta con los académicos occidentales en torno a la Hambruna, era posible ahora desarrollar una nueva interpretación de un suceso que durante mucho tiempo había permanecido oficialmente oculto al público ucraniano.

La primera ocasión notable para una conmemoración fue el 60º aniversario de la Hambruna en 1993. Tras décadas de olvido, los periódicos y revistas ucranianas podían dirigir su atención a este hecho. Una editorial en el Literaturna Ukraina declaró que ahora se sabía que “millones y millones” de ucranianos y miembros de otras nacionalidades habían perecido de hambre. Por tanto, cada oblast, distrito, ciudad y pueblo del país recientemente independiente debería honrar la memoria sagrada de las inocentes víctimas del hambre.......
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:47 am

El tema de la persecución soviética de Ucrania y los ucranianos también fue abordado por Vasyl Mazorchuk, quien mantuvo que el objetivo de Lenin y sus colegas en la Revolución Rusa fue convertir Rusia (incluyendo Ucrania) en una fuente de mano de obra y recursos materiales baratos para los países desarrollados del mundo. ¿Cómo encajaba la Hambruna en este argumento? Los bolcheviques creían que al usar tractores en la agricultura serían capaces de prescindir del gran número de excedente de campesinos. Se crearía un excedente de alimentos al reducir el número de consumidores, que podía entonces ser exportado. La hambruna en su opinión fue la manifestación última de racismo, y se puede percibir un paralelismo histórico entre las víctimas ucranianas y los nativos americanos que son víctimas de las políticas del gobierno de Estados Unidos. El racismo también es el tema de un apasionado artículo de Ivan Drach, uno de los fundadores del Rukh, que en un discurso dado en una conferencia en el 50º aniversario de la Hambruna, declaró que la primera lección es que Rusia en el pasado, presente y futuro tiene solamente una actitud destructiva y negativa hacia Ucrania. Muchos rusos, dice, “sufren de una fatal ucranofobia”. En la actualidad, se lamenta Drach, Rusia no está considerando ningún arrepentimiento por partir por la mitad a la nación ucraniana durante los 75 años pasados. A él y a ucranianos como él les gustaría que su vecino del norte volviera su atención a la condición de Ucrania. La nación ucraniana ha sobrevivido y exige ahora de Moscú que asuma la responsabiliad por sus delitos del pasado, especialmente por el Holodomor de 1933, que ocasionó pérdidas de 8-12 millones, el doble de las ocasionadas durante la guerra de 1941-45.

Un análisis más equilibrado lo proporcionó el historiador Vasyl’ Marochko en una serie de artículos en el periódico Osvita, también publicado para conmemorar el 60º aniversario de la Hambruna. Desde el principio refuta las afirmaciones de que la Hambruna constituyó una guerra de una nación contra otra. Toma claramente una dirección anti-ucraniana, pero sus auténticos organizadores -la elite política soviética- pertenecían a diferentes grupos nacionales. Sin embargo, la Hambruna fue conscientemente organizada por el liderazgo político soviético aunque su propósito, en su opinión, fue exterminar físicamente a los campesinos de Ucrania. La Hambruna ocurrió, dice, como resultado de “la introducción forzosa de la doctrina comunista en la agricultura, una doctrina que permaneció extraña a los campesinos ucranianos”, puesto que estaban acostumbrados a la agricultura individual. Sin duda, comenta, la Hambruna fue un genocidio; un hecho, añade incorrectamente, establecido desde hace tiempo por los académicos extranjeros. Las actuaciones de las autoridades fueron ilegales porque persiguieron a campesinos que no cometieron ningún crimen, sino que simplemente rehúsaron unirse a los kolkhozes y entregar su pan (del que frecuentemente carecían). Marochko llega a la conclusión de que las pérdidas en Ucrania totalizaron alrededor de 2,9 millones de personas, una cifra total muy diferente de la citada arriba por Kyrylyuk.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:50 am

Memorias

A principios de la década de 1990, la prensa ucraniana, y especialmente periódicos informales, comenzó a publicar memorias de los que habían vivido la Hambruna.....Las memorias dan peso a las invectivas muy emocionales de cifras como las de Drach, y a la teoría de que la Hambruna fue un genocidio perpetrado sobre los ucranianos como pueblo por sus amos de Moscú. Algunas veces los académicos occidentales han criticado estas memorias como poco fiables, y en cambio han sido defendidas por otros como James E, Mace, que fue uno de los primeros coleccionistas de esos relatos en 1986-90 como jefe de la Comisión de los Estados Unidos sobre la Hambruna de Ucrania. Tras más de sesenta años, las memorias de los sobrevivientes son a menudo del todo confusas (salvo cuando mantienen diarios). También hay una dimensión añadida a la manera en que se han conducido las entrevistas, especialmente cuando el objetivo es más relatar o conmemorar los sufrimientos pasados que analizar un suceso. De todas formas, esas memorias han proporcionado algunas de las impresiones más importantes, resucitando una tragedia que durante mucho tiempo había estado oculta, negada y luego deformada.

[pasa aquí el autor a describir algunas de las memorias que, por ser en su mayor parte relatos individuales y específicos, voy a dejar sin resumir]
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:54 am

Transición de Interpretaciones después de 1995

La segunda mitad de la década de 1990 vio una plétora de nuevas interpretaciones de la Hambruna ucraniana, encabezada una vez más por la principal autoridad ucraniana sobre este hecho, Kul’chyts’kyi. Estos estudios se concentraron en varios aspectos específicos: el número de víctimas, la relación entre la campaña de colectivización de Stalin y la Hambruna, y los motivos detrás de la tragedia. Varían en tono y calidad, pero en general en este periodo, los historiadores de Ucrania estuvieron convencidos de la naturaleza malévola de la tragedia, y que fue dirigida desde arriba. No obstante, costó mucho alcanzar un consenso sobre si la Hambruna fue un fenómeno deliberadamente urdido contra los ucranianos como nación, o si el objetivo fue Ucrania como una de las regiones de grano más importante del país. Los análisis se beneficiaron de la apertura de los archivos ucranianos en 1989, pero según Kul’chyts’kyi los datos demográficos de 1933 demostraron ser de muy baja calidad y, por tanto, las estadísticas sobre la Hambruna tuvieron que ser reconstruidas usando métodos indirectos. Como en el primer artículo, Kul’chyts’kyi creyó necesario tener en cuenta los procesos migratorios así como los datos de archivo para todos los años excepto 1933. En cambio, consideró que los medios de comunicación occidentales y algunos autores locales tendían a exagerar la cifra de bajas. Según su deducción científica y basado en el número de víctimas registradas cada mes, las pérdidas sobre el territorio de la RSS Ucraniana en el año 1933 se elevaron a entre 3 y 3,5 millones.

Una vez más la investigación se centró en las actividades de las Comisiones de Grano. Las adquisiciones de grano más duras se impusieron en las regiones que no habían podido cumplir las cuotas anuales. La “comisión extraordinaria” de Molotov en Ucrania fue incapaz de encontrar grano alguno en los hogares de de los campesinos de la mayoría de distritos de la Ucrania soviética y comenzaron a confiscar otros productos alimenticios como forma de castigo, siendo estas políticas más duras en Ucrania que en el resto de la URSS. Hacia 1998 Kul’chyts’kyi ya estaba en línea con la teoría de un “terror-hambruna”, el término usado previamente por Robert Conquest, que había rendido al campesinado ucraniano enteramente obediente. Sin embargo, esta teoría todavía estaba lejos de quienes atribuían la Hambruna exclusivamente a razones vinculadas al nacionalismo recalcitrante. Un ejemplo tal de este periodo es el de Mykhailo Hoyan, que descansa en alto grado en el libro Holod-33 de Lidiya Kovalenko y Volodymyr Manyak, publicado en 1991. Según Hoyan, la Hambruna no fue consecuencia de la sequía, inundación o epidemia, sino que fue causada por designios malignos de un grupo de gente contra otra; verbigracia, rusos contra ucranianos. En un virulento ataque a los rusos, afirma que el “mundo libre” ha comprendido desde hace mucho tiempo que la mentalidad del moscovita es de expansionismo y que debería considerarse la Hambruna en este contexto. Que algunos ucranianos que viven en las regiones orientales y meridionales del país son ignorantes de este hecho porque desconocen su propia historia, y así ocurre que algunas veces estos incautos votan a los traidores y “janisarios nutridos por el sangriento sistema de Lenin y Stalin”. Hoyan pide un tribunal para juzgar el “genofond” del pueblo ucraniano y a quienes son responsables de 7,5 millones de muertes.

Sin embargo, en general en estos escritos post-independencia, la Hambruna se atribuye principalmente a políticas de terror y represalias más que al intento de eliminar a los ucranianos como un grupo nacional. Hay autores, como Dana Romanets, que consideran que la Hambruna fue genocida porque el estado creó las condiciones que hicieron inevitable la muerte masiva de personas. Como no hubo sequía en 1932, dice Dana, al contrario de lo ocurrido en los años 1921 y 1946, en los que también hubo hambrunas, el Holodomor de 1933 fue único. Sin embargo, la cosecha de 1932 fue escasa porque los campesinos no tenían motivación por la colectivización. Es evidente que Dana trata de vincular la Hambruna de 1932-33 directamente con las purgas de 1937, por lo que uno sospecha que la autora se está adhiriendo a la línea de que la Hambruna fue un acto de terror; pero sus conclusiones dan pie a diferentes interpretaciones y, en consecuencia, carecen de una tesis clara sobre las causas de la Hambruna.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 11:57 am

De forma similar, el artículo de Yaroslava Muzychenko trata de relacionar la Hambruna con la aparición del nuevo estado ucraniano y se esfuerza por corroborar su conclusión de que la Hambruna fue introducida para “enseñar una lección a los campesinos ucranianos”. (…) Apoya la idea de Roman Serbyn (profesor de historia en Montreal, Canadá) de establecer un centro de investigación de la Hambruna similar al Instituto Yad Vashem de Israel (que estudia el Holocausto) o el Instituto Polaco de la Memoria. Pero el llamamiento de la autora se ve debilitado por la falta de una concepción clara sobre las causas y significado de la Hambruna. En particular, hay poco tratamiento de lo que los ucranianos hicieron mal para ser las víctimas del castigo del estado soviético....

Un documento más académico de este mismo periodo señala algunos indicadores del camino hacia la hambruna: industrialización forzosa a expensas del campo con la colectivización como punto de partida. El autor dice que la colectivización en Ucrania fue llevada a cabo de forma más rápida que en ninguna otra parte, y fue seguida de confiscación de grano, ganado y equipamiento agrícola. La tesis principal de este artículo es que a pesar de la conciencia oficial de la sequía, escasa cosecha y hambruna en algunas localidades, las autoridades centrales todavía abrazaron planes auténticamente fantásticos para la adquisición de grano. El autor cita específicamente las actividades de la Comisión Molotov, que en octubre de 1932 consiguió hacerse con otros 89,5 millones de poods de grano fuera de los hogares de los campesinos. La purga del partido ucraniano y el aparato del estado tuvo lugar de forma simultánea; en noviembre y primeros días de diciembre de 1932 las autoridades arrestaron a 340 presidentes kolkhoz y a 140 contables. La ley para la protección de la cosecha propició el arresto de más de 200.000 personas. Stalin y sus acólitos sabían perfectamente de la existencia de la Hambruna pero continuaron embarcando grano al extranjero para promocionar la imagen de un paraíso bolchevique y para ganar ingresos para apoyar la industrialización. Este autor refrenda de forma más explícita la teoría de una Hambruna-Genocidio, pero no explica las posibles razones del mismo.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 12:03 pm

El 70º Aniversario de la Hambruna

En este 70º aniversario de 2003 el gobierno y el parlamento de Ucrania reconocieron oficialmente la Hambruna como un acto de genocidio, reconocimiento al que se adhirieron varios gobiernos extranjeros, incluyendo el senado de Canadá y el gobierno de los Estados Unidos. En cambio, Naciones Unidas dio una resolución atenuada que ofreció condolencias a varios grupos que sufrieron de inanición en la Unión Soviética, incluyendo kazakos y rusos. (…) Ahora se podían delinear varias tendencias claras en la opinión mundial sobre la naturaleza de la Hambruna:

a) La de los académicos, escritores y publicistas de ascendencia ucraniana, que conmemoraron la Hambruna como un acto de genocidio (tal como habían hecho en realidad durante décadas), usando el término que Kul’chyts’kyi había aplicado en su artículo diez años antes, Holodomor o muerte por hambre. Los norteamericanos de ascendencia ucraniana habían conmemorado la Hambruna diez años antes de forma importante, incluyendo la puesta en marcha por el Harvard Ukrainian Research Institute del trabajo definitivo sobre la Hambruna a la fecha por Robert Conquest, un historiador de la Hoover Institution, Universidad de Stanford, en 1986. En 2003, la campaña se benefició de la creciente conciencia y conocimiento de la Hambruna y la escala de la catástrofe engendrada por el libro de Conquest y el trabajo de James E. Mace y sus colegas de la Comisión USA sobre la Hambruna de Ucrania, que había publicado sus resultados en varios volúmenes en 1990. También coincidió con una campaña de la Ukrainian Civil Liberties Association para persuadir al New York Times para que revocara el Premio Pulitzer que había otorgado a su corresponsal en Moscú, Walter Duranty, en 1932 por sus reportajes desde la URSS. Esta campaña, que nunca consiguió su objetivo, tuvo sin embargo un gran resultado mediático. Duranty, un admirador de Stalin, había confundido a sus lectores durante años sobre la naturaleza del régimen soviético, incluyendo la existencia de la Hambruna de 1932-33.

b) La de los académicos occidentales sin ascendencia ucraniana, reticentes de vincular motivos nacionales a la colectivización y campañas de recogida de grano de Stalin. Importante entre ellos ha sido Mark Tauger, de la Universidad de Virginia del Oeste, que ha mantenido que la cosecha de 1932 fue mucho más pobre de lo que se ha creído hasta ahora. En particular, los académicos occidentales prestaron mucha más atención al tema. En contraste con antiguos trabajos que jamás citaron la Hambruna (el ejemplo clásico es el de Russian Peasants and Soviet Power de Moshe Lewin), nuevos estudios discutieron el asunto muy cuidadosamente. El más notable al respecto fue el libro de Terry Martin, The Affirmative Action Empire, que expresa que:

El desarrollo del Politburó de una interpretación nacional de su crisis de requisas de grano de finales de 1932 ayuda a explicar el diseño del terror y el papel del factor nacional durante la hambruna de 1932-33. La campaña de terror de 1932-33 consistió tanto del terror de requisa de grano, cuyo objetivo principal fue el campesinado, ruso y no ruso, como de un terror nacional, cuyo principal objetivo fue Ucrania y luego Belorrusia. El terror de las requisas de grano fue la culminación final y decisiva de una campaña que comenzó en 1927-28 para extraer la máxima cantidad posible de grano de un campesinado hostil. Como tal, sus primeros objetivos fueron las regiones productoras de grano de Ucrania, el Cáucaso septentrional y el bajo Volga, aunque ninguna región productora de grano escapó enteramente del terror de las requisas de grano de 1932-33. La nacionalidad fue de importancia mínima en esta campaña. La hambruna no fue un acto intencionado de genocidio específicamente dirigido a la nación ucraniana. No obstante, es igualmente falso afirmar que la nacionalidad no jugó ningún factor en absoluto en la hambruna. El terror de las nacionalidades resultó de la gradual aparición de una crítica de línea-dura anti-korenizatsiia combinada con las presiones inmediatas de la crisis de requisas de grano en Ucrania y Kuban, cuya resistencia particularmente intensa se atribuyó a la ucranización.

En otras palabras, la campaña de desnacionalización vino después de la Hambruna, más que con ella, y cuando tuvo lugar afectó a Ucrania y Bielorrusia de forma más o menos igual.
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Mensaje por José Luis » Jue Sep 01, 2011 12:08 pm

c) El trabajo de los académicos de Ucrania, encabezado por Kul’chyts’kyi, Shapoval, Marochko y Danilov, y también los escritos de James E. Mace, afincado en Ucrania durante la última década de su vida. Tienen sutiles pero muy definidas diferencias en la interpretación de la Hambruna. Kul’chyts’kyi, Mace y Shapoval enfatizan la importancia de la carta de 11 de agosto de 1932 de Stalin a Kaganovich, quejándose de la debilidad del CPU y de la presencia dentro de él de Petlyurites trabajando a favor del líder polaco, Pilsudski. Aunque parece razonable asumir un temor de nacionalismo ucraniano, apenas comentan la incipiente paranoia y el miedo a los polacos de Stalin, que se ilustra vívidamente en este documento. También subrayan, correctamente en mi opinión, la formación de una comisión extraordinaria bajo Molotov el 22 de octubre de 1932 y el decreto de Molotov de 18 de noviembre de 1932 ampliando las requisas por el fracaso de cumplimentar las cuotas asignadas. Shapoval cree que la decisión de abortar la política de ucranización de 14 de diciembre de 1932 estuvo vinculada directamente con la política de adquisición de grano. Mace nota que se culpó de los problemas a los kulaks y provocadores para “desatar un reino de terror sobre funcionarios del partido”.

Según Kul’chyts’kyi, en un artículo publicado en marzo de 2003 en la revista Istoriya v shkolakh Ukrainy, las causas de la Hambruna son imposibles de comprender sin un estudio de la naturaleza de la transformación socio-económica soviética que ocurrió después de 1929. Tras el abandono de la Nueva Política Económica en 1928, el nuevo liderazgo político bajo Stalin se movió a la creación forzosa de un orden comunista bajo eslóganes de construcción socialista. El objetivo principal era transformar el campesinado en una fuerza de trabajo comprometida que trabajaría a través de un sistema de mando de granjas colectivas. Este movimiento fue más exitoso que el intento de Lenin de 1918-21 y descansó en tres factores. Primero, las autoridades en las décadas de 1920 y 1930 se demostraron más fuertes que el campesinado. El estado se preparó durante varios años para una campaña de colectivización plena, habiendo eliminado el sector kulak de los pueblos. Los órganos del GPU hicieron una lista y neutralizaron a los elementos más amotinados entre el campesinado. Segundo, Stalin introdujo un cambio político en 1930. Rechazó forzar a los campesinos en Comunas tal como pedía la doctrina comunista y cambió a la forma “artel” de colectivización, que era mucho más holgada. El resultado lógico fue la legalización de la libre circulación de mercancías, prohibida por la doctrina comunista. Así surgió un sector de mercado kolkhoz y la forma monetaria de salarios fue conservada para trabajadores y empleados. El tercer factor fue el uso del terror y la división de campesinos en ricos, medianos y pobres, con la expropiación y deportación de kulaks.

(…) Según Kul’chyts’kyi, Stalin respondió a la Hambruna como un fenómeno que nunca existió. La palabra nunca se usó en documentos del partido y sólo se encuentra en documentos especiales que no se redactaron para discutir. Esta prohibición del uso de la palabra fue por razones estratégicas; verbigracia, evitar la necesidad de organizar ayuda para el hambre. Los gobiernos occidentales, según este autor, estaban enterados de la Hambruna pero prefirieron no intervenir directamente porque antepusieron su interés nacional, y en el caso de Estados Unidos porque una intervención comprometería el reconocimiento diplomático de la Unión Soviética por Washington, y la de un potencial aliado dada la llegada al poder de Hitler en Alemania. Muchos de los líderes soviéticos, incluido Khrushchev, fueron supuestamente desconocedores del alcance de la Hambruna. En resumen, Kul’chyts’kyi ha utilizado las explicaciones tradicionales de la campaña de colectivización para explicar cómo tuvo lugar la Hambruna en Ucrania en 1932-33, excluyendo la cuestión nacional de su análisis.
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