Negociaciones de paz

¿Qué pasaría si…?

Moderador: José Luis

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maximus

Negociaciones de paz

Mensaje por maximus » Lun Oct 16, 2006 9:36 pm

Éste sería el planteamiento de una “novela ucrónica”, más adelante podría añadírsele una trama de intriga con aguerrido héroe acompañado de atractiva joven…

I
22 de junio de 1944.
Rodeados de extremas medidas de seguridad, gran número de autoridades políticas norteamericanas del más alto rango se reúnen secretamente en la residencia presidencial de descanso del presidente Roosevelt, popularmente conocida como “Shangri-La”, a algo más de cien kilómetros de Washington.

Son una veintena los que vienen de fuera, incluyendo a los principales líderes del Partido Republicano, entonces en la oposición, que acaban de suspender provisionalmente, apenas diez días antes de la fecha prevista para su inicio (el 26 de junio) su Convención para elegir el candidato y programa presidencial con vistas a las elecciones de Noviembre. Ellos, mejor que nadie, saben de la gravedad de la situación que se avecina y suponen de qué les quiere hablar el Presidente bajo tan excepcionales condiciones. Están allí sus líderes máximos, incluyendo a los gobernadores de California, Warren, Nueva York, Dewey, y Ohio, Bricker.

Los demócratas han llegado primero, por supuesto, y antes de los demócratas, los jefes militares que llevan casi una semana reunidos con el enfermo Presidente, cuya salud no puede ir bien y que no va a presentarse a la reelección a un cuarto mandato, aunque los republicanos, por supuesto, no lo saben aún. El protagonismo militar del general Marshall, máxima autoridad militar norteamericana, pasa transitoriamente a Eisenhower, supremo comandante de las fuerzas aliadas en Europa, que ha llegado de Londres por vía aérea el día 20 de junio.

No falta, por supuesto, Cordell Hull, secretario de Estado. Pero, ¿dónde está el vicepresidente Henry Wallace?, ¿y qué hace en la importantísima reunión Joseph Kennedy, al que todos daban por un “cadáver político” tras que las presiones de Churchill hiciesen que FDR lo cesara en 1940 de su cargo como embajador en Londres? Para los republicanos más avisados, estas presencias y ausencias ya dicen bastante acerca de lo que se va a hablar.
La treintena de severos hombres de Estado (y tres o cuatro uniformados) espera a que hable FDR primero. Cientos de soldados y policías rodean el exterior de la casa silenciosamente. Así, la guerra no parece tan lejos.
Habla el Presidente:
“El secretario de Marina acaba de comunicarnos la confirmación de que nuestras fuerzas aeronavales han obtenido una gran victoria sobre los japoneses en las islas Marianas. Con ello, queda abierto el camino a la recuperación de las islas Filipinas”
Discreta satisfacción.

“Sin embargo, no sabíamos nada de esta reconfortante noticia cuando les convocamos y, por desgracia, tal éxito no cambia el sentido de esta reunión…”

La guerra no puede ganarse. Ésa es la cuestión. Eso es lo que los ciudadanos norteamericanos hablan ya abiertamente en las cafeterías próximas a las fábricas, en las cantinas militares, en los hogares y en los campos. Millones de norteamericanos se afanan en el esfuerzo bélico como trabajadores y otros tantos millones de jóvenes vestidos de uniformes, perfectamente equipados y duramente entrenados, están dispuestos a luchar y, de hecho, ya han empezado a luchar y a morir. Pero, ¿este gran esfuerzo tiene sentido ya?

“El general Marshall hará un breve resumen de la situación en la que nos encontramos en el frente europeo…”
Duro, impresionantemente serio, el general Marshall le hace el favor a Eisenhower de ser él quien exponga la situación bélica a los políticos.
Lo que todo el mundo sabe, en cualquier caso, es que los alemanes y franceses han rechazado el desembarco masivo de fuerzas aliadas en Normandía, iniciado el día 6 de aquel mismo mes.
Aunque disponían de superioridad numérica en tropas y fuerzas aeronavales, sin embargo, todo desembarco sobre costas fortificadas se convierte ineludiblemente en una operación arriesgadísima. FDR, Churchill, Marshall y el comandante en Europa aliado, Eisenhower, lo sabían, pero no había opción a intentarlo, dado el cariz que estaba tomando en Rusia la larga y sangrienta guerra de desgaste. Si Hitler tomaba Moscú en el verano de 1944 (¡cuarto verano alemán en la guerra rusa!), podía ser que la resistencia de la URSS se derrumbase por fin. La URSS se encontraba por completo aislada del resto del mundo desde otoño de 1943 en que los japoneses tomaron Vladivostok. Era preciso que el tercer intento de crear un segundo frente fuese un éxito. Los aliados llevaban tres años acumulando hombres y material en Inglaterra. No podían permanecer allí indefinidamente.

“La operación ha sido un fracaso, tal como la población americana sabe por los medios de comunicación”, comienza el general Marshall su exposición.
“Pudo haber sido un completo desastre y tenemos, por tanto, que felicitar a los comandantes que han permitido el retorno a suelo británico de, aproximadamente, el 80 % de los hombres embarcados para tomar parte en la frustrada invasión”

El número definitivo de bajas era imposible de determinar. Entre muertos y desaparecidos… unos 15000 norteamericanos. De las cinco cabezas de playa en las que el desembarco tuvo lugar, todas menos una (la playa Omaha) fueron evacuadas ordenadamente entre los días 12 y 15 de junio. Se contaban unos 5000 norteamericanos heridos. En el aire y en el mar también se habían perdido unos 3000 hombres. Todo esto sin contar las bajas británicas y de otros aliados.
Los gobernadores republicanos sonríen amargamente: en esos días hubieron de suspender su Convención política para elegir candidato. ¿Cómo fijar un programa de gobierno en semejantes circunstancias?

“¿Causas del fracaso?” preguntó fríamente FDR

Eisenhower toma la palabra. No quiere que Marshall dé más la cara por él.

“Infravaloramos, sobre todo, la resistencia del Ejército francés y la capacidad de la Luftwaffe, a la que teníamos por muy mermada…”

“No me interesa buscar culpables, general Eisenhower” corta FDR “lo que me interesa es saber si los errores podrán o no ser subsanados en una operación futura de invasión a Europa”

“No,” interviene Marshall “no hay forma de ganar la guerra a Alemania”

maximus

Mensaje por maximus » Lun Oct 16, 2006 9:38 pm

II
Estas palabras, repetidas ya en los últimos días en bares y hogares norteamericanos frente a la radio, golpea a todos viniendo del impresionante general.
“Nuestra única oportunidad de ganarla” continua Marshall “era que el ejército alemán se desangrara frente a los rusos. Hoy vemos que era una ingenuidad pensar que había otro camino. La resistencia soviética en el verano de 1941 fue nuestra gran oportunidad. Por desgracia, los alemanes están afrontando la guerra de desgaste de forma tal que sus pérdidas son asumibles, y les permiten mantener fuerzas de reserva para rechazar cualquier ataque en las costas. Alemania se desangra, pero no de una forma mortal, y está utilizando sangre de otras naciones para reemplazar la suya”

“Es preciso atenerse a fechas y cifras, caballeros. En julio de 1942 el mariscal Rommel conquistó el canal de Suez, mientras que el dictador español general Franco entregaba Gibraltar a los alemanes. Con el cierre del Mediterráneo los alemanes no sólo destruían la mejor fuerza de tanques británica jamás reunida hasta entonces, sino que permitían a los alemanes disponer del Mar Negro como eje de comunicaciones para un avance limitado por el sur de Rusia. En otoño, Rommel se apoderó de los pozos de petróleo árabes en Irak, yacimientos más ricos que los de Texas, y comenzó a reclutar mercenarios árabes e islámicos asiáticos. Los soviéticos lucharon muy duro en el sur de su país, en el Cáucaso y en torno a la ciudad de Stalingrado, pero no pudieron afrontar la rapidez con la que los alemanes recibían suministros por los puertos del Mar Negro. Al final de estas batallas, en invierno, Rommel capturó la capital de Persia, Teheran, con lo que cortaron una importante línea de suministros nuestros para socorrer a la URSS”

Guardó silencio y continuó
“Nuestro primer intento de abrir un segundo frente se ejecutó a partir de noviembre de 1942, como bien saben, en plena batalla en torno a Stalingrado. Capturamos las islas Canarias a los españoles y en las semanas siguientes desembarcamos en Marruecos. Alemanes y españoles se atrincheraron en el norte de este país, en una zona montañosa de pésimas comunicaciones. Recibían suministros sin problemas por puertos mediterráneos como Oran, Argel o Milla, mientras que los nuestros tenían que alcanzar las Canarias bajo acoso aéreo y naval enemigo. Además, los alemanes dieron la independencia a los árabes marroquíes que desencadenaron una guerrilla en todo el país. La guerra en Marruecos se estancó y no pudimos reabrir el Mediterráneo.”

“Nuestro segundo intento fue en julio de 1943, mientras los alemanes libraban sus batallas en torno a Leningrado y en Asia Central. Desembarcamos en Portugal, que los españoles y alemanes habían invadido. El ejército aliado cometió graves errores, pero aún así, es imposible trasladar a través de cientos de kilómetros contingentes tan grandes si la resistencia en tierra cuenta con mejores defensas. Españoles y alemanes hicieron imposible ensanchar la cabeza de puente y la ciudad de Oporto tuvo que ser abandonada, tres semanas después de su captura.”
“Como sabrán, ese verano, los alemanes lograron tomar Leningrado y cerrar la comunicación con los puertos rusos del Ártico, dejando sólo Vladivostok como acceso de nuestros barcos de suministros a suelo soviético.”

“Normandía era nuestra última opción. Sólo la proximidad a nuestras bases de la costa británica nos permitía albergar esperanzas de reforzar las cabezas de playa con suficiente rapidez. También nos permitió la utilización de las divisiones aerotransportadas y un apoyo aéreo masivo. Era nuestra única opción y teníamos que probarla.”

Guardó silencio. Como militar, había dicho todo lo que tenía que decir. En lo que al respectaba, ya era cuestión de los políticos.

maximus

Mensaje por maximus » Lun Oct 16, 2006 9:40 pm

III

“General Marshall” intervino, sin embargo, uno de los gobernadores republicanos, “¿me está diciendo que todo nuestro poderío industrial, aéreo, naval y humano, en alianza con el Imperio Británico, es inútil frente a una nación de 70 millones de habitantes que al mismo tiempo tiene al 75% de sus fuerzas armadas luchando contra los rusos?”

“Gobernador,” respondió el general “al cerrar el Mediterráneo los alemanes se apoderaron de toda Europa. No es ya sólo Alemania, sino toda Europa, su industria y sus fuerzas productivas las que están luchando contra nosotros. Los soldados de infantería españoles son tan duros como los mismos rusos, y los marroquíes son aún más fieros. El ejército francés no es el italiano… e incluso durante las batallas en el Canal, la aviación italiana hizo blanco sobre nuestros buques. En el otro extremo del marco geográfico europeo, el mariscal Rommel ha reclutado ya a más de un millón de mercenarios de países atrasados y bárbaros de Asia para enfrentarse a los rusos en Oriente. Y han conseguido que Japón se involucre en la guerra contra los soviéticos“

“Cada día que pasa, las fuerzas mercenarias se vuelven más hábiles y mejor equipadas. Y cada día que pasa las fábricas alemanas producen más armas. La cosecha de trigo ucraniano de este verano sin duda abastecerá sobradamente a toda Europa y a todas las fuerzas mercenarias. Estamos entrando en una escalada de producción inimaginable… pero nuestra capacidad acabará llegando a un límite, y no sabemos donde estará el de ellos. En cualquier caso, para incrementar más aún nuestro nivel de producción destinado a la guerra tendríamos que imponer a nuestro pueblo sacrificios comparables a los vividos por los norteamericanos del Sur durante la guerra civil…”

“Pero esto es secundario. La cuestión es que, aunque quisiéramos lanzar a un ejército de cinco millones de hombres contra los alemanes (los soviéticos tienen un ejército aún mayor), no tenemos medios para hacerlo. ¿Cómo desembarcarlos al mismo tiempo?, ¿cómo abastecerlos? A los alemanes les basta con desplazar un ejército de trescientos mil hombres bien armado y entrenado para desbaratar las cabezas de playa, después de que sus tropas de nivel medio y fuerzas aliadas los hayan contenido. “

“Podemos desembarcar en islas, como las Solomon o las Canarias gracias a nuestra supremacía aeronaval, pero no en continentes.”

Otro gobernador insistió:

“Pero, tenemos pie en un continente, en África. Hay fuerzas aliadas en Dakar y en Somalia…”
“Señor Gobernador” interrumpió Marshall con su frialdad habitual “no se puede desembarcar cientos de miles de hombres en lugares tan inhóspitos y alejados, sin medios de comunicación. Ya lo hicimos en Marruecos, donde disponíamos, por ejemplo, del puerto de Casablanca, que aún conservamos. Para los alemanes, fue suficiente crear una línea defensiva en las montañas del norte y abastecerla por el Mediterráneo. ¿Qué podíamos hacer contra eso? Intentamos alargar el frente: cuando vimos que no podíamos avanzar directamente hacia el estrecho de Gibraltar desde el sur de Marruecos, intentamos avanzar por las montañas del Oeste de Argelia hacia Oran. Fue imposible. Los alemanes daban contragolpes, la guerrilla nos inmovilizaba, los suministros se hacían una pesadilla. Hubiéramos necesitado una superioridad numérica de cinco a uno, y acumular suministros durante dos años para abrirnos paso hasta el Mediterráneo. Y en una guerra de desgaste de esta magnitud nunca podemos saber cómo reaccionará el enemigo. Hay que recordar que África no tiene valor político ni económico. Los alemanes nunca lucharán palmo a palmo por esos territorios. Pueden perfectamente retirarse hasta los puntos fortificados elegidos por ellos, alargando así nuestras líneas de abastecimiento y acortando las suyas”

Entonces, intervino FDR.

“Con todo, África habría sido nuestra única oportunidad. Aunque el general Marshall lo considera poco realista, algunos hombres lo creen teóricamente posible, incluyendo altos cargos de la Administración que consideran que no hay opción posible a seguir la guerra hasta el fin aunque sea luchando en frentes muy periféricos. Por lo menos,” añadió un tanto sarcásticamente “seguir luchando hasta que los rusos sean finalmente vencidos”

Todo el mundo comprendió que entre esos “altos cargos de la Administración” se contaba al Vicepresidente Henry Wallace, ausente de la reunión. FDR continuó:

“En cualquier caso, semejante operación requeriría una preparación de dos o tres años más. ¿Está el pueblo americano dispuesto a esto?, ¿los rusos pueden resistir dos o tres años más?, ¿y cómo será el ejército alemán dentro de ese tiempo?, ¿podemos esperar una ruptura política en el Eje, ahora que para ellos todo son victorias? El cierre del Mediterráneo mantiene prisioneros a sus estados ribereños. Es inimaginable que España o Marruecos den la espalda a Hitler y en cuanto a Francia, los alemanes les han impuesto tales limitaciones a sus nuevas fuerzas armadas que, aunque los franceses quisiesen volver a cambiar de bando no podrían impedir ser de nuevo aniquilados. El ejército francés se compone ahora de unas veinte o treinta divisiones dedicadas exclusivamente a la defensa de su territorio, cometido que han sabido cumplir en Normandía. El mariscal Petain desea por encima de todo alejar la guerra de su suelo, cosa que hará rechazándonos en las playas y llegando a acuerdos con Hitler. Su posición podría tener un valor político futuro para nosotros, pero militarmente ha sido un factor decisivo en nuestra contra”

Y añadió:

“Señores, las elecciones son en noviembre y las convenciones de nuestros partidos tienen que ser ahora mismo, en este verano. Ahora hay que decidir… Ofrecer al pueblo americano una larguísima guerra de desgaste en Ultramar de resultado incierto… o unas negociaciones de paz que nos lleven a una salida honrosa y justa…”
“No tengo duda ya de que la opción aceptable por nuestro pueblo es la paz. Pero será una paz amarga que podría dividirnos. Para eso les he convocado. Ante el proceso electoral de fin de año no hemos de consentir que la política nacional de defensa sea motivo de enfrentamiento. Sabemos que hay minorías que nunca aceptarán la paz. Y todavía no sabemos qué clase de paz aceptará Hitler “

“Les he convocado aquí, caballeros, para alcanzar un acuerdo nacional acerca de la posibilidad de una finalización negociada de esta guerra que pueda ser alcanzada, a más tardar, antes de fin de año. Las dificultades serán enormes, tanto en el interior del país, como en lo referente a nuestras relaciones con Gran Bretaña y Canadá, pero por encima de todo hemos de impedir que se prolongue el sufrimiento de nuestro pueblo y que la nación quede dividida”

“Por lo demás, les comunico a todos que no voy a presentarme a la reelección como Presidente y, aunque será la convención de mi partido quien lo decida definitivamente, mi voto personal para que sea mi sucesor es para el señor Kennedy, a quien tengo previsto nombrar mi vicepresidente en los próximos días… pues el señor Henry Wallace me ha comunicado ayer mismo su decisión irrevocable de renunciar a su cargo”

Aparentemente ya estaba todo dicho, pero FDR añadió más:

“Quiero ser extremadamente franco con ustedes, incluso arriesgándome a que esta información confidencial que voy a comunicarles ahora caiga en malas manos pese al compromiso de todos nosotros de guardar secreto acerca de lo hablado aquí”

“En estos momentos, dentro de un gran esfuerzo productivo a escala nacional desarrollado en el mayor secreto, algunos de los mejores científicos del mundo están, junto con miles de trabajadores aliados, civiles y militares, trabajando en la fabricación de una nueva arma que, de tenerla nosotros ahora, nos daría con seguridad la victoria inmediata sobre el enemigo”

“Por desgracia, no podremos tenerla -¡si es que es finalmente factible!- antes de que acabe el año, y es probable que todavía mucho más tarde aún no podamos disponer de ella.”

“El gran inconveniente en esta cuestión, es que esta nueva arma, de un poder destructivo incomparable, está basada en principios científicos de descubrimiento reciente y que los hombres que los conocen están tanto a éste como al otro lado del Atlántico. Nos es imposible saber si los nazis la están desarrollando también. La reciente aparición de las bombas volantes que caen sobre suelo británico nos demuestra que ellos disponen de hombres de talento y de medios económicos suficientes que les permiten desarrollar estimables innovaciones en tecnología militar”

“En suma, les comunico esto para que sean conscientes de que la victoria tal vez no sea imposible a largo plazo, pero que el riesgo es enorme y que no soy partidario de que la nación perezca por un comportamiento político imprudente”

“Nuestro primer objetivo es, por tanto, alcanzar una paz honrosa antes de que el sufrimiento se extienda”

“Comprendo que necesiten algunos días para meditar separadamente acerca de la nueva situación. Sin embargo, tengo que obtener una respuesta firme de ustedes en los próximos días… ya que no disponemos de mucho tiempo”

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