A mi juicio, esta argumentación no se sostiene. La legalidad de la readquisición de Alsacia-Lorena por Francia vino dada por el Tratado de Paz de Versalles de 1919, de igual forma que, con anterioridad, la readquisición de ese territorio por Alemania en 1871 vino dada por el Tratado de Frankfurt de 1871; y así sucesivamente podíamos retroceder en la historia hasta la Paz de Westfalia de 1648 o incluso hasta el imperio romano. Es lo que tienen las guerras: los vencedores imponen las condiciones de paz a los perdedores. Cuestión aparte es la legitimidad o la "inteligencia" de algunas de las condiciones impuestas por los vencedores, en este caso sobre Alsacia y Lorena.Alberto_HM escribió:Lo que hace ilegal la extirpación de Alsacia y Lorena en 1919 es la ausencia de plebiscito entre la población. En 1871 esa idea de consulta popular sencillamente no existía. Pero en los años 20 sí, y como tal se aplicó en Silesia, Schleswig, Prusia Oriental, Burgenland o Carintia. Si no se llevó a cabo un plebiscito en estas regiones era porque Francia sabía que la opción alemana ganaría de forma aplastante. Por eso durante los años 20 y 30 llevaron a cabo una agresiva política que mezclaba la "reconversión" de la población galicicándolos, y la expulsión de miles de alemanes. En cualquier caso, para 1939 en Alsacia y Lorena había unos 1.600.000 germanoparlantes.
Tampoco se sostiene lo de que "En 1871 esa idea de consulta popular sencillamente no existía". Esto, sencillamente, es falso. Claro que existían referéndum y plebiscitos, y bastante antes de 1871. Es más, en 1871 se argumentó con celebrar un referéndum para determinar cuáles eran los deseos de la población de Alsacia, pero la idea fue rechazada, por ejemplo, por el Augsburger Allgemeine Zeitung, que mantenía que carecía de importancia lo que sintieran los alsacianos (Gordon A. Craig, Germany, 1866-1945. Oxford University Press, 1999, p. 111).
Lamentablemente, los pueblos casi nunca jugaron un papel político protagonista en el destino de los territorios que habitaban, sino totalmente secundario. Muchos territorios eran vendidos entre soberanos a quienes les importaba un bledo la opinión de sus súbditos; las más de las veces, el trasfondo era una cuestión económica, política o de estrategia militar, como fue históricamente el caso de Alsacia-Lorena; su cuestión étnica fue secundaria hasta que precisamente Bismarck (que no tenía especial interés en la anexión de esos territorios y estaba más preocupado con asegurar un cierto equilibrio futuro con Francia; la anexión lo frustraba, pero finalmente la impuso por la presión "real" y militar) puso, de cara a la galería, la cuestión racial en primer término para reforzar legítimamente la anexión.
Pero recapitulo mi breve incursión aquí para recordar que la legalidad viene dada por la victoria en la guerra. Esa legalidad será más o menos legítima, o carecerá de la misma, será inteligente o ciega de cara al futuro, pero es legal, a fin de cuentas, cuando se estampa en un tratado de paz que las partes afectadas aceptan y firman (por mucho que una lo haga obligada o de muy mala gana).
Saludos cordiales
JL