Muy buen punto: el Tratado de Versalles significó un trauma en el alma de Alemania, la inmensa mayoría odiaba las condiciones impuestas por los vencedores, especialmente porque la percepción de las masas era distinta de la realidad, es decir, a la mayoría de la población le quedó la impresión de que Alemania iba ganando la Guerra, sin conocer muchas realidades económicas y militares que indicaban lo contrario.Kurt_Steiner escribió: Ningún alemán que recordara Versalles iba a aceptar una rendición incondicional. Podrían odiar a Hitler con toda su alma, pero todavía odiaban más a lo que vino después de la rendición de Compiegne.
Uno de los puntos que más tendía a confundir la realidad era que al momento de firmar el Armisticio el territorio alemán permanecía intacto, es decir, sin tropas extranjeras pisando tierra alemana, sino todo lo contrario: tropas alemanas ocupaban parte del territorio de otros Imperios.
Por tanto, cuando la población conoció las condiciones draconianas que los Aliados le impusieron en Versalles, además de horrorizarse anidaron para siempre un hondo resentimiento, el cual fue hábilmente explotado por Hitler en sus discursos, tocando una fibra muy honda en el espíritu de su pueblo: cuando él hablaba de que el Tratado de Versalles fue una estocada en la espalda del pueblo alemán sus palabras encontraban resonancia espiritual en millones de alemanes.
Saludos cordiales desde Nueva York,
Antonio Machado