John Shirley Wood
Publicado: Mar May 02, 2006 4:02 am
¡Hola a todos!
Esto no es un breve biográfico del mayor general John Shirley Wood, sino tan sólo una aproximación a la personalidad de un oficial militar realmente extraordinario.
El brigadier general John Wood se hizo cargo de la 4ª División Acorazada del US Army cuando se jubiló Henry Welles Baird a los 61 años en la primavera de 1942. El brigadier general Baird había sido el primer comandante de la división, desde su activación el 15 de abril de 1941 en Pine Camp, Nueva York. Wood tomaría el mando hasta que Patton lo relevó el 3 de diciembre de 1944 por la razón oficial de fatiga de combate. Pero a esto volveremos al final.
John Wood es un buen ejemplo para comprobar cómo el Destino entreteje nuestro futuro entre bastidores. Había ingresado a los 16 años, en 1903-4, en la Universidad de Arkansas, convirtiéndose en capitán del equipo de fútbol durante su tercer y cuarto año en 1907. Tras graduarse en química, aceptó un puesto de profesor en su universidad. Entonces, un viejo colega que había ingresado en West Point trató de convencer a Wood de que siguiera sus pasos. Éste, ávido de volver a jugar al fútbol, decidió hacer caso a su amigo y superó con facilidad el examen de ingreso en West Point en 1908. Pero durante el examen físico se le descubrió una miopía que debía poner fin a su intento de hacerse una carrera militar, o quizás habría que decir con más realidad de jugar al fútbol. Pero el Destino enseñó sus cartas; el jefe del hospital era el coronel Gandy, un auténtico forofo del programa de fútbol de West Point. Cuando preguntó a Wood si había jugado alguna vez al fútbol, se quedó boquiabierto al enterarse de que el químico había sido quarterback en el equipo de la Universidad de Arkansas, y precisamente un quarterback era lo que andaba buscando desesperadamente el coronel Gandy. La miopía de Wood desapareció de su expediente médico.
Sin tomarse muchas molestias en West Point, Wood acabó el duodécimo de su clase, puesto que sin duda hubiera elevado hasta el tope de no encontrar el programa académico insustancial y aburrido. Durante su estancia en West Point compartió el campus, en uno u otro momento, con Eisenhower, Bradley, Devers, Spaatz, Simpson y, como no, Patton. Este último jugaría un papel fundamental en el futuro militar de Wood. Tras graduarse en 1912, sirvió como oficial de armamento y material en la 3ª División en Europa durante la Gran Guerra, y tras un breve período de estudio en el colegio de estado mayor de Langres (donde también departió con Patton) fue reasignado como oficial de estado mayor de la 90ª División. Regresó a Estados Unidos empleado como G-4 (Asistente Jefe de Estado Mayor) de la 18ª División, entrenando entonces en San Antonio, y el armisticio llegó cuando él y la división todavía estaban entrenando en Texas.
Durante el tiempo de entreguerras asistió a un curso en Fort Leavenworth, donde nuevamente coincidió con Patton. Durante esos años también asistió a la Academia Militar Culver y a la Universidad de Wisconsin. En 1936 desechó un destino en el Colegio de Guerra del Ejército a favor del mando del 80º Regimiento de Artillería de Campaña (Motorizado). Cuando comenzó la guerra europea, Wood servía como jefe de estado mayor del Tercer Ejército. En abril de 1941 fue ascendido a coronel y destinado al mando de la artillería de la 2ª División Acorazada, que estaba entonces bajo el mando de su amigo Patton. Poco tiempo después, en junio se convirtió en el jefe de estado mayor del único cuerpo acorazado del ejército.
Bien, dos son los sucesos que deseo referir sobre la personalidad y el destino final de Wood, pues el primero hará que se entienda mucho mejor el segundo, que pondría fin a su carrera como comandante de campo. El primero tuvo lugar durante las maniobras de la 4ª División Acorazada en Tennessee, que tuvieron lugar bajo la dirección del comandante en jefe del Segundo Ejército, el teniente general Ben Lear. Durante esos ejercicios Wood empleó tácticas poco ortodoxas pero muy eficaces que a su superior le parecieron irreales, pues, según él, jamás las podría poner en práctica en una batalla real. Wood ignoró el parecer de su comandante y, mientras éste se encontraba ausente en Washington, siguió durante las maniobras poniendo en práctica sus métodos, totalmente eficaces. Cuando Lear regresó y se enteró del empeño de Wood, reunió a éste y a todos los oficiales de la 4ª DA y lo criticó abiertamente. Extendió esa crítica a los hombres de la división en conjunto asegurando que habían utilizado un “juicio deficiente”, y tildó finalmente a la división de “chusma indisciplinada”. Entonces Wood saltó e interrumpió a su superior para defender a sus hombres y espetarle a Lear que no tenía idea del apropiado empleo del blindaje, y que todavía sabía menos de “la calidad de la gente de su división”. Lear ordenó a Wood que abandonara la sala; Wood se negó. Tuvo que intervenir Bruce Clarke, el jefe de estado mayor de la división de Wood en esos momentos, quien conminó a su jefe a dejar la sala. Cuando Wood se iba, Lear se fue tras él, continuando la discusión fuera de la sala de reunión. Entre tanto testigo, la noticia del “choque” corrió como un reguero de pólvora entre todos los hombres de la 4ª DA.
Wood se convirtió en un auténtico héroe para los hombres de la 4ª División Acorazada (muchos llorarían más tarde al enterarse de su relevo), y una auténtica pesadilla para algunos de sus superiores. Su superioridad intelectual, su franqueza inusual y su estrecho contacto con los hombres de su formación iban, sin embargo, a ser la causa de su caída.
Segundo suceso. El 3 de diciembre de 1944 el mayor general Wood fue relevado del mando de su división por el comandante en jefe del Tercer Ejército, George Patton, su mejor amigo. Ambos se expresaron en iguales términos durante el tiempo de su amistad, y cuando Patton murió, Wood dijo que era su mejor amigo y que lo quería como un hermano. La razón oficial del relevo de Wood fue de enfermedad, fatiga de combate, algo que él negó repetidamente y que mantuvo hasta el día de su muerte. Sin embargo, tanto Eisenhower como Patton le confirmaron que sólo lo iban a enviar a Estados Unidos para un reposo de 60 días, tiempo tras el cual sería reintegrado al mando de su división. Pero Wood nunca regresaría, cosa que Ike y Patton sabían. ¿Cuál fue la verdadera razón de su relevo?
Don M. Fox lo explica en su Patton’s Vanguard, The United States Army Fourth Armored Division (McFarland & Company, Incorporated Publishers 2003). Wood fue acusado por Manton Sprague Eddy, comandante en jefe del XII Cuerpo del 3º Ejército de Patton, de que no estaba poniendo toda la carne en el asador en la campaña de Lorraine. Al parecer, Eddy había ordenado a la 4ª DA un contraataque el 18 de noviembre de 1944 para aliviar a la 44ª División de Infantería (si no recuerdo mal), pero el ataque no se produjo hasta el día siguiente. Parece ser que Eddy cargó contra un coronel de Wood, el que debía llevar a cabo el contraataque, y entonces prendió la chispa del general Wood, que se enfrentó directamente con su superior.
Fox comenta que ante el riesgo de que Wood fuera acusado de insubordinación y su carrera militar frustrada, Patton inventó lo de la fatiga para buscar un subterfugio por el cual limpiar el feo asunto de su amigo. Así que él mismo firmó la orden de su relevo por fatiga de combate sin que Wood tuviera la más mínima idea del juego de Patton. Patton, al mismo tiempo, se encargó de que Wood conservara su rango y de que no dejase jamás durante la guerra los Estados Unidos.
En este ejemplo de verdadera amistad, Fox comenta que Patton era la antítesis de Wood; el primero había nacido para la guerra, y fuera de ella no encontraba prácticamente ninguna razón de ser. Su carrera militar y el ascenso en la cadena de mando lo era todo para él. Wood consideraba la guerra de otra forma, y “su vida en el campo de batalla se construyó sobre la base de sufrir las mismas privaciones impuestas sobre sus hombres. Patton se puso a sí mismo en riego por momentos, pero nunca estuvo tan cerca del nivel que John Wood mantuvo por sufrir de buen grado las penurias del día a día del soldado común. Su deseo de comprender y compartir las experiencias de sus hombres fue el aspecto fundamental de su filosofía del liderazgo…….Mientras que Patton estaba deprimido ante la perspectiva de no tener una guerra que luchar, la elección de John Wood después de la guerra ofrece un crudo contraste. Se unió al Comité Intergubernamental para Refugiados como director de operaciones de campo sirviendo en Alemania y Austria. Cuando esta organización se fusionó con la Organización de Refugiados Internacionales, se convirtió en jefe de la misión en Austria, donde sirvió hasta 1951. Luego se trasladó para un puesto similar durante dos años en la Agencia de Reconstrucción Coreana de Naciones Unidas. Las tendencias de posguerra de ambos hombres no podían haber sido más opuestas.”.
Hay muchas más cosas sobre esta extraña y complicada historia del relevo de “Tiger Jack” –el apodo por el que mejor conocían los alemanes a Wood-, pero nadie las cuenta mejor que el autor del libro que he referenciado.
Saludos cordiales
José Luis
Esto no es un breve biográfico del mayor general John Shirley Wood, sino tan sólo una aproximación a la personalidad de un oficial militar realmente extraordinario.
El brigadier general John Wood se hizo cargo de la 4ª División Acorazada del US Army cuando se jubiló Henry Welles Baird a los 61 años en la primavera de 1942. El brigadier general Baird había sido el primer comandante de la división, desde su activación el 15 de abril de 1941 en Pine Camp, Nueva York. Wood tomaría el mando hasta que Patton lo relevó el 3 de diciembre de 1944 por la razón oficial de fatiga de combate. Pero a esto volveremos al final.
John Wood es un buen ejemplo para comprobar cómo el Destino entreteje nuestro futuro entre bastidores. Había ingresado a los 16 años, en 1903-4, en la Universidad de Arkansas, convirtiéndose en capitán del equipo de fútbol durante su tercer y cuarto año en 1907. Tras graduarse en química, aceptó un puesto de profesor en su universidad. Entonces, un viejo colega que había ingresado en West Point trató de convencer a Wood de que siguiera sus pasos. Éste, ávido de volver a jugar al fútbol, decidió hacer caso a su amigo y superó con facilidad el examen de ingreso en West Point en 1908. Pero durante el examen físico se le descubrió una miopía que debía poner fin a su intento de hacerse una carrera militar, o quizás habría que decir con más realidad de jugar al fútbol. Pero el Destino enseñó sus cartas; el jefe del hospital era el coronel Gandy, un auténtico forofo del programa de fútbol de West Point. Cuando preguntó a Wood si había jugado alguna vez al fútbol, se quedó boquiabierto al enterarse de que el químico había sido quarterback en el equipo de la Universidad de Arkansas, y precisamente un quarterback era lo que andaba buscando desesperadamente el coronel Gandy. La miopía de Wood desapareció de su expediente médico.
Sin tomarse muchas molestias en West Point, Wood acabó el duodécimo de su clase, puesto que sin duda hubiera elevado hasta el tope de no encontrar el programa académico insustancial y aburrido. Durante su estancia en West Point compartió el campus, en uno u otro momento, con Eisenhower, Bradley, Devers, Spaatz, Simpson y, como no, Patton. Este último jugaría un papel fundamental en el futuro militar de Wood. Tras graduarse en 1912, sirvió como oficial de armamento y material en la 3ª División en Europa durante la Gran Guerra, y tras un breve período de estudio en el colegio de estado mayor de Langres (donde también departió con Patton) fue reasignado como oficial de estado mayor de la 90ª División. Regresó a Estados Unidos empleado como G-4 (Asistente Jefe de Estado Mayor) de la 18ª División, entrenando entonces en San Antonio, y el armisticio llegó cuando él y la división todavía estaban entrenando en Texas.
Durante el tiempo de entreguerras asistió a un curso en Fort Leavenworth, donde nuevamente coincidió con Patton. Durante esos años también asistió a la Academia Militar Culver y a la Universidad de Wisconsin. En 1936 desechó un destino en el Colegio de Guerra del Ejército a favor del mando del 80º Regimiento de Artillería de Campaña (Motorizado). Cuando comenzó la guerra europea, Wood servía como jefe de estado mayor del Tercer Ejército. En abril de 1941 fue ascendido a coronel y destinado al mando de la artillería de la 2ª División Acorazada, que estaba entonces bajo el mando de su amigo Patton. Poco tiempo después, en junio se convirtió en el jefe de estado mayor del único cuerpo acorazado del ejército.
Bien, dos son los sucesos que deseo referir sobre la personalidad y el destino final de Wood, pues el primero hará que se entienda mucho mejor el segundo, que pondría fin a su carrera como comandante de campo. El primero tuvo lugar durante las maniobras de la 4ª División Acorazada en Tennessee, que tuvieron lugar bajo la dirección del comandante en jefe del Segundo Ejército, el teniente general Ben Lear. Durante esos ejercicios Wood empleó tácticas poco ortodoxas pero muy eficaces que a su superior le parecieron irreales, pues, según él, jamás las podría poner en práctica en una batalla real. Wood ignoró el parecer de su comandante y, mientras éste se encontraba ausente en Washington, siguió durante las maniobras poniendo en práctica sus métodos, totalmente eficaces. Cuando Lear regresó y se enteró del empeño de Wood, reunió a éste y a todos los oficiales de la 4ª DA y lo criticó abiertamente. Extendió esa crítica a los hombres de la división en conjunto asegurando que habían utilizado un “juicio deficiente”, y tildó finalmente a la división de “chusma indisciplinada”. Entonces Wood saltó e interrumpió a su superior para defender a sus hombres y espetarle a Lear que no tenía idea del apropiado empleo del blindaje, y que todavía sabía menos de “la calidad de la gente de su división”. Lear ordenó a Wood que abandonara la sala; Wood se negó. Tuvo que intervenir Bruce Clarke, el jefe de estado mayor de la división de Wood en esos momentos, quien conminó a su jefe a dejar la sala. Cuando Wood se iba, Lear se fue tras él, continuando la discusión fuera de la sala de reunión. Entre tanto testigo, la noticia del “choque” corrió como un reguero de pólvora entre todos los hombres de la 4ª DA.
Wood se convirtió en un auténtico héroe para los hombres de la 4ª División Acorazada (muchos llorarían más tarde al enterarse de su relevo), y una auténtica pesadilla para algunos de sus superiores. Su superioridad intelectual, su franqueza inusual y su estrecho contacto con los hombres de su formación iban, sin embargo, a ser la causa de su caída.
Segundo suceso. El 3 de diciembre de 1944 el mayor general Wood fue relevado del mando de su división por el comandante en jefe del Tercer Ejército, George Patton, su mejor amigo. Ambos se expresaron en iguales términos durante el tiempo de su amistad, y cuando Patton murió, Wood dijo que era su mejor amigo y que lo quería como un hermano. La razón oficial del relevo de Wood fue de enfermedad, fatiga de combate, algo que él negó repetidamente y que mantuvo hasta el día de su muerte. Sin embargo, tanto Eisenhower como Patton le confirmaron que sólo lo iban a enviar a Estados Unidos para un reposo de 60 días, tiempo tras el cual sería reintegrado al mando de su división. Pero Wood nunca regresaría, cosa que Ike y Patton sabían. ¿Cuál fue la verdadera razón de su relevo?
Don M. Fox lo explica en su Patton’s Vanguard, The United States Army Fourth Armored Division (McFarland & Company, Incorporated Publishers 2003). Wood fue acusado por Manton Sprague Eddy, comandante en jefe del XII Cuerpo del 3º Ejército de Patton, de que no estaba poniendo toda la carne en el asador en la campaña de Lorraine. Al parecer, Eddy había ordenado a la 4ª DA un contraataque el 18 de noviembre de 1944 para aliviar a la 44ª División de Infantería (si no recuerdo mal), pero el ataque no se produjo hasta el día siguiente. Parece ser que Eddy cargó contra un coronel de Wood, el que debía llevar a cabo el contraataque, y entonces prendió la chispa del general Wood, que se enfrentó directamente con su superior.
Fox comenta que ante el riesgo de que Wood fuera acusado de insubordinación y su carrera militar frustrada, Patton inventó lo de la fatiga para buscar un subterfugio por el cual limpiar el feo asunto de su amigo. Así que él mismo firmó la orden de su relevo por fatiga de combate sin que Wood tuviera la más mínima idea del juego de Patton. Patton, al mismo tiempo, se encargó de que Wood conservara su rango y de que no dejase jamás durante la guerra los Estados Unidos.
En este ejemplo de verdadera amistad, Fox comenta que Patton era la antítesis de Wood; el primero había nacido para la guerra, y fuera de ella no encontraba prácticamente ninguna razón de ser. Su carrera militar y el ascenso en la cadena de mando lo era todo para él. Wood consideraba la guerra de otra forma, y “su vida en el campo de batalla se construyó sobre la base de sufrir las mismas privaciones impuestas sobre sus hombres. Patton se puso a sí mismo en riego por momentos, pero nunca estuvo tan cerca del nivel que John Wood mantuvo por sufrir de buen grado las penurias del día a día del soldado común. Su deseo de comprender y compartir las experiencias de sus hombres fue el aspecto fundamental de su filosofía del liderazgo…….Mientras que Patton estaba deprimido ante la perspectiva de no tener una guerra que luchar, la elección de John Wood después de la guerra ofrece un crudo contraste. Se unió al Comité Intergubernamental para Refugiados como director de operaciones de campo sirviendo en Alemania y Austria. Cuando esta organización se fusionó con la Organización de Refugiados Internacionales, se convirtió en jefe de la misión en Austria, donde sirvió hasta 1951. Luego se trasladó para un puesto similar durante dos años en la Agencia de Reconstrucción Coreana de Naciones Unidas. Las tendencias de posguerra de ambos hombres no podían haber sido más opuestas.”.
Hay muchas más cosas sobre esta extraña y complicada historia del relevo de “Tiger Jack” –el apodo por el que mejor conocían los alemanes a Wood-, pero nadie las cuenta mejor que el autor del libro que he referenciado.
Saludos cordiales
José Luis