La actitud de Japón ante Barbarroja

La guerra en el este de Europa

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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por José Luis » Mar Ene 27, 2009 1:27 pm

¡Hola a todos!

Una de las preguntas que más suele llamar la atención al considerar la Operación Barbarroja en el contexto de las alianzas político-militares que tenía establecidas el Tercer Reich es la falta absoluta de una estrategia conjunta germano-japonesa. En otras palabras, Hitler no aprovechó su alianza con Japón para sumar otro aliado efectivo más (junto con Finlandia y Rumania, inicialmente) en su campaña militar contra la Unión Soviética. Al margen de la valoración de cómo se habrían desarrollado las operaciones militares de Barbarroja, dada una participación activa del ejército japonés, que sólo es terreno para la especulación, quiero resumir muy sucintamente cuáles fueron, a mi juicio, los factores estratégicos fundamentales que tuvieron lugar antes y durante la Operación Barbarroja.

El primer aspecto notable de esta historia es que Hitler nunca estimó necesaria la ayuda militar de Japón como apoyo para la guerra que estaba urdiendo contra la URSS. En esa extraña alianza germano-japonesa establecida primeramente bajo el Pacto Anti-Comintern y después bajo el Pacto Tripartito (junto con Italia), dos circunstancias llaman poderosamente la atención. La primera tuvo lugar en el periodo que medió entre ambos pactos, en concreto en agosto de 1939, cuando Hitler y Stalin, por medio de Ribbentrop y Molotov, establecieron el famoso Pacto de No-Agresión germano-soviético. Este acuerdo sentó como un tiro en el gobierno japonés, que, comprensiblemente, consideró el paso alemán como una traición del Pacto Anti-Comintern de 1936, que estaba dirigido principalmente contra la Unión Soviética. La segunda circunstancia vino dada por la firma del Pacto de Neutralidad de abril de 1941 entre Japón y la Unión Soviética, cayendo esta vez el desconcierto en el bando alemán, que ya en noviembre, tras la visita de Molotov a Berlín (en realidad poco antes), había descartado la posibilidad de incluir a la Unión Soviética en el Pacto Tripartito de septiembre de 1940, ampliándolo así a un pacto cuatripartito.

Cuando digo que esas dos circunstancias “llaman poderosamente la atención” no quiero significar con ello el aparente desconcierto que ambos movimientos pueden suscitar en el lector de hoy en día, pues cada una por separado tenía su lógica, pero esa lógica sólo atendía a razones y objetivos estratégicos individuales -de Alemania (Pacto de No-Agresión) o de Japón (Pacto de Neutralidad)- pero nunca a intereses conjuntos de ambas potencias, es decir, a una estrategia político-militar conjunta, que estaba ausente.

Alemania había buscado (y la Unión Soviética en reciprocidad, finalmente, también, aunque por otros motivos) una alianza con la URSS para cubrirse las espaldas durante el ataque que tenía decidido efectuar contra Polonia en septiembre de 1939, pues ello entrañaba una más que probable guerra contra las potencias occidentales; Japón quería establecer (y la URSS recíprocamente también, pero por otras razones) una alianza con la URSS en 1941 para cubrirse las espaldas en sus planes de conquista en el sudeste asiático, planes que entrañaban la posibilidad de entrar en guerra con Gran Bretaña y Estados Unidos.

Cuando la campaña militar del Oeste terminó con el armisticio franco-alemán de junio de 1940, Gran Bretaña era la única potencia que permanecía en guerra contra el Tercer Reich. Hitler, incapaz de sacar a Gran Bretaña de la guerra durante junio-julio de 1940, ordenó el bombardeo de las islas como paso previo, caso de conseguir la eliminación de la RAF como fuerza de combate, para el inicio de la Operación León Marino. En ese contexto y con la firma del Pacto Tripartito de septiembre, un ataque de Japón contra intereses británicos en el sudeste asiático daría cumplimiento al deseo estratégico de Hitler con respecto a Japón. Pero Japón tenía sus propios planes de conquista, aún sin determinar del todo, mientras que desconocía por completo los planes de Hitler para invadir la URSS al año siguiente.

En ese estado de situación de las relaciones diplomáticas germano-japonesas con respecto a terceros países y a sus propias intenciones, cada uno mirando independientemente lo suyo y sin dar cuentas del todo uno a otro, arrancó el 22 de junio de 1941 la Operación Barbarroja. ¿Cuál fue la reacción de Japón a ese ataque? ¿Qué esperaba Alemania de Japón durante el desarrollo de la operación? ¿Qué hizo finalmente Japón? Responderé a estas preguntas en un próximo mensaje.

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José Luis
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Mensaje por José Luis » Mar Ene 27, 2009 4:30 pm

¡Hola a todos!

Aunque las tensiones crecientes entre Alemania y la URSS no eran desconocidas para el gobierno japonés, el ataque alemán del 22 de junio de 1941 fue una auténtica sorpresa para el gabinete del príncipe Konoe.

El 14 de mayo de 1941 el embajador japonés en Moscú, Tatekawa, preguntó a Molotov sobre los rumores existentes acerca del deterioro de las relaciones germano-soviéticas. Molotov respondió reconociendo que también él había oído esos rumores, pero afirmó que la fuente de los mismos no estaba en Moscú, y su impresión era que esos rumores tenían su origen en terceras potencias que buscaban un enfrentamiento armado entre la URSS y Alemania. Tatekawa mostró su contento ante tal respuesta, expresando la difícil situación que sobrevendría de una guerra entre soviéticos y alemanes. Para el japonés, tal escenario obligaría a la URSS a entrar en una alianza con Gran Bretaña y Estados Unidos, precisamente los dos principales obstáculos para los planes de expansión de Japón en el sudeste asiático. Molotov le aseguró a Tatekawa que “no había base para la inquietud”, añadiendo que si era el deseo de la URSS y Alemania, ambos países podían reforzar su alianza y, en interés de ambos, vino a decir que “incluso el tratado de neutralidad con Japón contribuiría ahora a mejorar las relaciones entre la URSS y Alemania, así como entre Japón y Alemania” (1).

A principios de junio de 1941, el embajador japonés en Berlín, general Hiroshi Oshima, informó, vía telegrama, a Tokyo sobre una conversación que había mantenido con Hitler el 3 y 4 de junio, en la cual el dictador alemán le había insinuado que Alemania estaba dispuesta a actuar contra la URSS en un futuro cercano. En ese encuentro, en el que también estaba Ribbentrop, el Führer le había expresado a Oshima que dejaba en manos de los japoneses decidir si se unirían a Alemania, aunque le dejó claro que esperaba la cooperación del ejército japonés para derrotar a la Unión Soviética. En su informe al gobierno japonés, Oshima subrayó cuáles eran los cálculos de la estrategia alemana, bajo la creencia de “que una aplastante victoria alemana sobre la Unión Soviética podría conducir a América a abandonar cualquier idea de entrar en la guerra a favor de Gran Bretaña”. De esta forma, los alemanes afirmaban que una guerra germano-soviética podía proporcionar a Japón la libertad que precisaba para conseguir sus objetivos en el sudeste asiático (2).

El telegrama de Oshima fue valorado por el Comité de Coordinación, el cual se reunió inmediatamente para definir la posición de Japón en caso de guerra. Sin embargo, Matsuoka, ministro de Exteriores, y los representantes del Mando Supremo rechazaron con determinación la idea de que fuese posible una guerra entre Alemania y la URSS. Por su parte, Konoe, Kido y otros influyentes militares japoneses seguían decididos a mantener los planes de Japón para una expansión hacia el sur.

Dos meses antes de que tuviera lugar ese encuentro entre Oshima-Hitler-Ribbentrop, y muy poco antes de que los japonese firmasen el pacto de neutralidad con la URSS, el 4 de abril Hitler había asegurado a Matsuoka, entonces de visita en Berlín, que si Japón se comprometía en un conflicto contra Estados Unidos, “Alemania aceptaría las consecuencias.....No dudaría un instante en responder inmediatamente a cualquier expansión de la guerra, bien por Rusia, bien por América” (3). Era una declaración gratuita de Hitler, pues ninguno de los tres firmantes del Pacto Tripartito estaba obligado militarmente para con los otros en caso de una guerra provocada por uno de los firmantes. Sin embargo, demostraba el desmedido optimismo de Hitler, tanto por el éxito que esperaba alcanzar con Barbarroja como por su creencia de que Japón, optando por su estrategia de avance hacia el sur, limitaría de cuajo la libertad estadounidense para entrar en la guerra europea. Pero Japón, a esas alturas, todavía no se había decidido firmemente por ninguna de las dos alternativas estratégicas que tenía: expansión al sur o al norte. De hecho, Japón estaba intentando asegurar la paz en el Pacífico, y para ello buscaba establecer unas negociaciones secretas para alcanzar un acuerdo con Estados Unidos. “Para alcanzar este objetivo, el gobierno japonés estaba preparado para aceptar de facto la anulación de la 'defensa preventiva' del Pacto Tripartito de 27 de septiembre de 1940, que estaba dirigido contra Estados Unidos” (4).

Berlín informó oficialmente a Tokyo el 21 de junio de 1941 del inminente ataque alemán contra la URSS, pocas horas antes de que se produjera. La noticia confrontó al liderazgo japonés con el siguiente dilema: ¿Debía sacar partido Japón de esta situación favorable atacando en el Extremo Oriente soviético, o debía continuar desarrollando sus planes para una agresión hacia el sur?

Konoe reconoció que Alemania había vuelto a traicionar la confianza de Japón y expresó que ahora la participación japonesa en el Pacto Tripartito amenazaba con meter a Japón en una guerra contra Estados Unidos, dificultando de esta forma la posibilidad de terminar exitosamente las operaciones militares en China. En su opinión, “el Pacto Tripartito perseguía dos objetivos: primero, normalizar las relaciones con la URSS convirtiéndola en un cuarto miembro, y segundo, evitar que los Estados Unidos fuera a la guerra” (5). Para Konoe, una vez que Gran Bretaña y Estados Unidos declararon su apoyo hacia Rusia, el Pacto Tripartito no tenía ningún significado. Propuso reexaminar las obligaciones de Japón con el Pacto, o rechazarlo, recibiendo el apoyo de varios jefes navales, entre ellos el del almirante Nagano, jefe del Estado Mayor Naval, quien reportó al emperador: “mientras exista esta alianza, es imposible regularizar las relaciones diplomáticas americano-japonesas” (6).

Mientras que el gobierno japonés discutía la estrategia a seguir, entre el 23 y 29 de junio de 1941 las diplomacias japonesa y soviética se cruzaron preguntas y respuestas en torno a si había que considerar en vigor el Pacto de Neutralidad, al tiempo que se trataba la posible conclusión de antiguas cuestiones (como la del norte de Sajalín). Más allá de las tensiones propias del momento que se vivía, los japoneses, Matsuoka en Tokyo y Tatekawa en Moscú, aseguraron a los soviéticos, Smetanin y Molotov, respectivamente, que el gobierno japonés estaba estudiando esa nueva situación, y que ellos harían todo lo posible para que el pacto siguiera firme (Matsuoka mentía en lo que a él concernía).

El 2 de julio de 1941 tenía lugar en Tokyo la sesión final del Comité de Coordinación, cuestión que veremos más adelante.

(1) Boris Slavinsky, The Japanese-Soviet Neutrality Pact: A Diplomatic History, 1941-1945 (London: RoutledgeCurzon, 2004), p. 61

(2) Horst Boog et al, Germany and the Second World War, Volume IV: The Attack on the Soviet Union (New York: Oxford University Press, 1996) p. 1043

(3)Ibid., p. 1044

(4)Ibid.

(5)Slavinsky, 62.

(6)Ibid.

A seguir.
JL
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Mensaje por José Luis » Mar Ene 27, 2009 6:55 pm

¡Hola a todos!

En dicha sesión final de 2 de julio, presidida por el emperador Hirohito, se concluyó que “independientemente de los cambios en la situación internacional, el Imperio se adherirá firmemente a la política de construir la Gran Esfera de Co-prosperidad de Asia del Este; …..aplicará sus esfuerzos como antes para resolver el conflicto en China; continuará su avance hacia el sur”. (1)

En cuanto a la resolución de la “cuestión septentrional” quedaba pendiente de cómo se desarrollaran los acontecimientos en Europa: “Aunque nuestra actitud hacia la guerra germano-soviética está basada en el espíritu del 'Eje' de tres potencias, no intervendremos en el momento actual y preservaremos una posición independiente, mientras que al mismo tiempo completamos secretamente las preparaciones contra la Unión Soviética. Si la guerra germano-soviética se desarrolla en una acción favorable para el Imperio, ello resolverá el problema septentrional y asegurará la estabilidad de la situación en el norte recurriendo a la fuerza armada” (2).

Dicho en otras palabras, Japón no iba a atacar a la URSS hasta que ésta no estuviese madurada por la arremetida alemana. Y en cuanto a su expansión hacia el sur, Japón estaba dispuesto a ir a la guerra contra Estados Unidos y Gran Bretaña. Los objetivos habían sido establecidos previamente el 12 de junio en una conferencia del comité de coordinación: se preveía el establecimiento de una “cooperación” económica, política y militar con la Indochina Francesa y Tailandia.

Esta estrategia era compartida por el primer ministro Konoe, por el ministro de Guerra, Tojo, el ministro del Interior, Oikawa, y otros responsables políticos y militares. Tojo resumió la postura a tomar con la URSS al sentenciar que el ataque sobre la URSS debía tener lugar solamente cuando “la Unión Soviética esté dispuesta a caer sobre el suelo como un caqui maduro” ante los pies de Japón (3).

Sin embargo, había otros líderes que estaban en contra de esta estrategia y abogaban por atacar inmediatamente a los rusos. El general Yamashita apremió a Tojo para capturar las regiones de Extremo Oriente de Rusia antes de que acabara la guerra germano-soviética. “El tiempo de la teoría del 'caqui maduro' ya ha pasado, dijo, “Esperar acelerará la unión de Estados Unidos y la URSS. Incluso aunque el caqui esté todavía un poco verde, es mejor sacudirlo del árbol” (4). Matsuoka compartía también la postura de Yamashita, y pronto iba a ser cesado por Konoe a mediados de julio.

Así pues, el gobierno japonés había decidido no arriesgar, de momento, una campaña militar en el norte que podía dar al traste con todos sus planes en el sur y complicar su situación en China. Por otra parte, el Estado Mayor General y el GCG Imperial mantenían que el Ejército de Kwantung no estaba todavía preparado para resolver la cuestión septentrional. Se esperaba el momento en que el Ejército Rojo se viese en la necesidad de trasladar a la Rusia europea buena parte de sus fuerzas en Extremo Oriente, y entonces habría llegado el “momento favorable” para Japón.

En el bando alemán, a partir del 22 de junio de 1941, Ribbentrop fue el principal protagonista de los intentos para conseguir que Japón atacase a la URSS. A través de su embajador alemán en Tokyo, el Generalmajor (ret) Eugen Ott, Ribbentrop presionó a los japoneses para “alcanzar una decisión para una acción militar contra la Rusia soviética sin vacilación”. A finales de junio, el propio Ribbentrop pidió personalmente a Matsuoka que el ejército japonés ocupara Vladivostok “tan pronto como sea posible” y que avanzara hacia el oeste tanto como pudiera (5). Pero los esfuerzos de Ribbentrop fueron vanos, pues Matsuoka estaba prácticamente solo en el gobierno japonés e iba a ser cesado el 16 de julio.

Aunque los japoneses reforzaron el Ejército de Kwantung, a la espera de que la fruta soviética estuviese madura, el ejército concentró sus esfuerzos en la conquista de Malaya, Java, Borneo, Nueva Guinea, Filipinas y las Bismarck, mientras su marina de guerra planificaba el ataque sorpresa contra los estadounidenses en Pearl Harbor. Todo lo contrario de lo que deseaba Hitler, si bien éste no había cambiado sus cálculos con respecto a Japón. A mediados de julio, creyendo aparentemente que la victoria contra la URSS estaba garantizada, Hitler apabulló a Oshima con uno de sus monólogos insoportables, afirmando que la destrucción de Rusia era la principal obra política de Alemania y Japón, pero acto seguido presionó a Oshima para llevar a cabo una acción militar conjunta contra la URSS. Además, ofreció a Japón una gran alianza para la destrucción de Estados Unidos, sin mentar para nada a Italia. En realidad, Hitler ya estaba teniendo dudas por esas fechas sobre la posibilidad de derrotar a la URSS en 1941, por lo que contemplaba la inactividad japonesa (él quería que los japoneses atacaran en Manchuria) como un mal augurio. Para acabar con el régimen comunista, que tiempo atrás había dicho caería como un castillo de naipes, ahora Hitler empezaba a comprender que tal objetivo sólo sería posible con la participación activa de Japón. Hitler seguiría manteniendo, en vano, durante todo el verano y buena parte del otoño la esperanza de que Japón se decidiera finalmente por atacar a la URSS. Por el contrario, aunque hubo momentos de tensión entre la URSS y Japón por el minado soviético del área de Vladivostok y el despliegue del ejército japonés en la frontera soviética, Toyoda, el sustituto de Matsuoka, reforzó con sus homólogos soviéticos el Pacto de Neutralidad. Además, a finales de septiembre el liderazgo militar japonés concluyó que un ataque contra la URSS en 1941 era imposible, y por esas fechas el gobierno japonés ya había comprendido que la campaña “blitzkrieg” alemana en Rusia había fracasado. Japón respondió finalmente a las peticiones alemanas pagándo en la misma moneda que había recibido el 21 de junio: el 7 de diciembre de 1941 atacó en Pearl Harbor para sorpresa total de Hitler.

(1) Slavinsky, 64.
(2) Ibid.
(3) Ibid., 65.
(4) Ibid.
(5) Horst Boog et al, p. 1045-6

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José Luis
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Mensaje por Von Braun » Mié Ene 28, 2009 1:14 am

No se si procede la pregunta, pero cuando Japón ataca a EEUU en Pearl Harbour, Alemania declara la guerra a los americanos ¿qué sentido tiene?, si vemos que los Japoneses no les habían correspondido medio año antes con el ataque a la URSS.

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Mensaje por José Luis » Mié Ene 28, 2009 9:22 am

¡Hola a todos!

Esa pregunta tiene el calado suficiente para plantearla en otro tema. Aquí, sin embargo, no es adecuada.

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Barbarossa
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Mensaje por Barbarossa » Mié Ene 28, 2009 12:39 pm

Von Braun escribió:Cuando Japón ataca a EEUU en Pearl Harbor, Alemania declara la guerra a los americanos ¿qué sentido tiene?, si vemos que los Japoneses no les habían correspondido medio año antes con el ataque a la URSS.
Probablemente, Hitler pensaba que, declarando la guerra a los Estados Unidos, conseguiría "arrastrar" a Japón a, en solidaridad con el aliado alemán, hacer lo propio declarando la guerra a la URSS, cosa que no ocurrió.

Sebastian Haffner, en su lúcido libro "Anmerkungen zu Hitler" (en español viene a significar algo así como "Notas acerca de Hitler"), presenta una tesis sorprendente: según Haffner, cuando Japón ataca Pearl Harbor, Hitler es ya plenamente consciente del fracaso de la operación "Barbarroja" y, en definitiva, de la imposibilidad de derrotar a la URSS. Por ello, su declaración de guerra a los Estados Unidos vendría a ser una huida hacia adelante por quien sabe que ya todo está perdido.

Mac_aco
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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Mac_aco » Dom Feb 01, 2009 12:06 am

Una pregunta: si Japón se decidía a invadir la URSS, ¿con que suministro de Petroleo hubiera contado?
Lo digo porque después del embargo de EEUU era condición necesaria hacerse con una fuente de petroleo, e ignoro si en Siberia la hubiera podido conseguir. En cambio, en borneo y java si que disponía de pozos de petroleo.
Si el suministro no se podía conseguir en Siberia, la opción de no invadir la urss sumandose a la guerra y la estrategia de ir al sur, no es que fuera la correcta, es que probablemente, era la única opción.
saludos
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Mensaje por Schwerpunkt » Dom Feb 01, 2009 12:37 am

Mac_aco escribió:Una pregunta: si Japón se decidía a invadir la URSS, ¿con que suministro de Petroleo hubiera contado?
Lo digo porque después del embargo de EEUU era condición necesaria hacerse con una fuente de petroleo, e ignoro si en Siberia la hubiera podido conseguir. En cambio, en borneo y java si que disponía de pozos de petroleo.
Si el suministro no se podía conseguir en Siberia, la opción de no invadir la urss sumandose a la guerra y la estrategia de ir al sur, no es que fuera la correcta, es que probablemente, era la única opción.
Efectivamente, has dado en la clave de toda la cuestión -para el Japón evidentemente- En la Siberia de la época no había apenas yacimientos petrolíferos y en cualquier caso los que había o se desarrollaron posteriormente estaban demasiado lejos de la zona de China y Manchuria ocupada por los japoneses. Había unos pequeños yacimientos en Sakhalin, pero en cualquier caso demasiado pequeños para la demanda total japonesa.

En Manchuria se descubrieron posteriormente unos yacimientos de cierta importancia. Pero incluso si se hubieran encontrado en la época que nos atañe se hubiera tardado unos 10 años en conseguir el volumen de extracción necesario, construcción de oleoductos, infraestructuras y redes de transporte, etc. Demasiado tiempo para un Imperio que tenía unas reservas de petróleo suficientes para 6 y 12 meses. La cifra superior que se ha dado de 18 meses era sencillamente paralizando toda la economía y asignando todo el petróleo a la Marina y al Ejército.

Pero además del petróleo, el Japón tenía otros talones de Aquiles económicos, en particular caucho, aluminio, metales no ferrosos, carbón y dependía en gran medida de las importaciones de chatarra norteamericana para conseguir acero a menor costo y tenía que importar gran cantidad de los alimentos que consumía. De hecho además del petróleo el mayor daño infringido a la economía japonesa durante el otoño de 1941 fue el embargo de importaciones de chatarra americana de la cual dependía parte de la producción de acero.

La mayor parte de estas materias primas no las hubiera podido encontrar en el área de Siberia adyacente a la frontera de Manchuria. No sólo porque muchas de estas materias no se hallaban en la zona, sino porque incluso las que se hubieran podido encontrar, hubieran sido casi imposibles de explotar en volúmenes apreciables y transportar al Imperio Japonés. Por contra, las Indias Orientales Holandesas -la actual Indonesia- tenían grandes yacimientos de petróleo, en Malasia grandes plantaciones de caucho además de otros minerales necesarios para la industria japonesa. Desde el punto de vista de aprovechamiento económico inmediato la estrategia hacia el Sudeste tenía mas sentido, mientras el Japón fuera capaz de controlar las rutas marítimas a estas zonas.

El problema es que tal estrategia conducía indefectiblemente a la guerra contra el Imperio Británico y EE.UU. Guerra que los propios japoneses no creían ganar a no ser que se consiguieran unas victorias importantes tras las cuales el Japón pudiera acorazarse tras sus conquistas y hacer costosa la reconquista a los angloamericanos, que ante el costo llegarían a algún tipo de paz. En realidad era una terrible huída hacia adelante y una apuesta suicida. En gran medida motivada por la negativa total a reconsiderar el plan de agresión en Asia y la guerra contra China desde los años treinta.

Los políticos y militares japoneses reconocían que la única manera de llegar a alguna entente con los EE.UU. era la reconsideración y posible abandono de China por fases para evitar el estrangulamiento económico. Y sin embargo se negaban siquiera a esa posibilidad trazando la ruta suicida del enfrentamiento contra los EE.UU., aunque en su fuero interno sabían que no podían ganar una guerra larga. Tales eran las tensiones esquizofrénicas en el laberíntico mundo de la alta política japonesa...

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Mensaje por José Luis » Dom Feb 01, 2009 1:38 pm

¡Hola a todos!

En un principio el petróleo no era un problema decisivo para un supuesto ataque japonés contra la URSS, pues las previsiones japonesas para tal fin no estimaban una campaña más allá de dos meses. El problema de verdad vino cuando Estados Unidos decretó el embargo de la exportaciones de petróleo a Japón el 1 de agosto de 1941; a partir de ese momento, el gobierno, en general, y el emperador, en particular, comenzaron a desechar la opción norte, de la que ya no eran previamente muy partidarios, a pesar de la presión de los líderes del ejército (y especialmente del Ejército de Kwantung) y de Matsuoka.

Pero el asunto de este topic es otro. Al poner de relieve la inexistencia total de una estrategia conjunta entre Alemania y Japón en 1940-1941, también estoy significando que no había ninguna planificación en el campo japonés para poder unirse a un eventual ataque alemán contra la URSS. Japón podía resolver sus carencias de materias primas estratégicas, como el petróleo, caso de que, junto con Alemania, derrotara a la URSS en una campaña militar en 1941. Pero como demostró su Pacto de Neutralidad con la URSS, a espaldas de Alemania, no era ese su principal objetivo estratégico, que por contra había situado en el sur. Analizando, aunque sea someramente, lo que hizo en realidad Japón con respecto a la "cuestión norte" tras el ataque alemán del 22 de junio, podemos imaginar lo que podría haber hecho si tales planes hubieran tenido lugar seis meses antes.

Al poco de iniciarse el ataque alemán contra la URSS el 22 de junio, la inteligencia japonesa recabó información sobre el orden de batalla soviético de Manchuria en los frentes de Ussuri, Amur y Trans-Baikal. Los rusos tenían, según esa información, 27-28 divisiones de infantería confirmadas y de 2 a 5 sin confirmar, 2 divisiones de caballería, entre 10 y 13 brigadas mecanizadas, y 18 brigadas aéreas, incluyendo 6 brigadas especiales de la fuerza de bombarderos estratégicos. En la Mongolia Exterior, además del MPRA, había otras 3 divisiones de infantería motorizadas soviéticas, más una de caballería, seis mecanizadas y dos brigadas aéreas. La fuerza total de Rusia en Extremo Oriente se estimó en 700.000 hombres, 2.700 tanques y coches blindados, y 2.800 aviones. Contra estas fuerzas, el Ejército de Kwantung tenía un total de entre 300.000 y 350.000 hombres, 12 divisiones (más dos divisiones en Corea), una brigada de caballería, y 23 unidades de guarnición esparcidas, y poco más de 600 aviones operativos en 27 grupos aéreos.

Con esta correlación de fuerzas, el Ejército de Kwantung no tenía opción alguna de atacar al ejército soviético en Extremo Oriente (antes al contrario, debían temer un ataque preventivo soviético, aunque Stalin no tenía intención alguna de realizar tal movimiento).

Así pues, los japoneses, bajo el nombre en clave de Kantokuen, planificaron reforzar el Ejército de Kwantung y atacar a la URSS cuando la ocasión fuese favorable, esto es cuando el "caqui estuviera maduro y cayera ante sus pies", que venía a significar que el Ejército Rojo estuviese ya mermado por el ataque alemán y hubiera retirado buena parte de sus fuerzas en Extremo Oriente.

Kantokuen preveía asignar al Ejército de Kwantung 350.000 hombres más, y 370.000 caballos, de los cuales 160.000 (incluyendo 43.000 ya disponibles en Manchuria) estaban destinados a uso operacional, 130.000 para respaldar a las unidades que estaban viniendo de Japón y Corea, y 80.000 para transporte. Desplegaba solamente 14.000 vehículos a motor, incluyendo 3.700 camiones que debían traerse de Japón y otros 2.300 de Manchuria. Exclusivamente vehículos oficiales, en todo Manchukuo sólo había 9.000 vehículos a motor, la mitad de los cuales se creía no pasarían una inspección militar.

Esta expansión tendría lugar en dos fases. En la primera, se ampliaría el Ejército de Kwantung a un total de 16 divisiones (14 ya existentes y 2 que tendrían que venir del Ejército de Corea). En la segunda fase se añadirían 2 divisiones más procedentes del norte de China y 4 de Japón, lo que totalizaría 22 divisiones y 850.000 hombres, incluyendo fuerzas no-divisionales.

Kantokuen tenía el siguiente plan: el 28 de junio se decidiría la movilización; el 5 de julio se cursarían las órdenes para la misma; el 20 de julio comenzaría la concentración; el 10 de agosto se decidirían las hostilidades; el 24 de agosto estarían completadas las preparaciones; el 29 de agosto se concentrarían dos divisiones del norte de China; el 5 de septiembre se concentrarían cuatro divisiones del interior, y todo listo para el combate; el 10 de septiembre, como muy tarde, comenzarían las operaciones de combate, y el 15 de octubre se completaría la primera fase de la guerra.

En cuanto a los planes operacionales, sólo estaban definidos los del 3º Ejército (con base en Mutanchiang), que debía atacar contra Grodekovo y Poltavka, al oeste de Voroshilov. Como operaciones de apoyo, en el flanco izquierdo exterior, el 5º Ejército (Tungan) debía atacar al sur de Iman; en el flanco izquierdo interior, el nuevo 20º Ejército (aún no disponible hasta que estuviese organizado a mediados de septiembre en Chihsi), debía atacar al sudoeste del lago Khanka; y en el flanco derecho, la 19ª División del Ejército de Corea debía penetrar el sector de Barabash. En la Manchuria septentrional (CG en Sunwu) el 4º y 6º ejércitos debían operar inicialmente a la defensiva, para luego pasar al ataque. En cualquier caso, el objetivo principal de Kantokuen preveía la formación de una fuerza de penetración de largo alcance para interrumpir las líneas ferroviarias de Siberia. Los oficiales de EM del Ejército de Kwantung estaban convencidos de hacerse con toda el área del este de Baikal, donde los alemanes estaban haciendo buenos progresos en el oeste.

Ese era el plan, pero había un montón de dificultades. En primer lugar con la ejecución del refuerzo previsto del Ejército de Kwantung (EK), principalmente porque el gobierno y el emperador temían que, de consentir en esos planes, el EK atacaría a la URSS de forma independiente, desdeñando al gobierno y al emperador, como ya habían hecho tiempo atrás. En segundo lugar, los soviéticos no retiraron fuerzas de Extremo Oriente en el grado y a la velocidad prevista por el EK (que había decidido que la fruta estaría madura cuando los soviéticos enviaran al oeste la mitad de sus divisiones y dos tercios de su aviación: esto es, que quedaran sólo 15 divisiones y unos 1.000 aviones soviéticos). El 28 de junio la inteligencia japonesa reportó solamente la extracción de tres divisones de infantería, algo más de 10 escuadrones aéreos y y un cuerpo mecanizado soviéticos hacia el oeste. Stalin no decidiría vaciar sustancialmente sus fuerzas en Extremo Oriente hasta mediados de octubre, cuando tuvo claro, a través de informaciones de inteligencia y diplomáticas, que Japón no atacaría en Manchuria, habiéndose decantado definitivamente por su expansión hacia el sur.

Así que es obvio que -dado el compromiso de Japón en China, el enfrentamiento entre la marina (partidaria de atacar al sur) y el ejército (al norte), y la inestabilidad de sus recursos materiales y su escasez, así como el calado y fuerza del dispositivo defensivo soviético- Japón no estaba en disposición de planificar, preparar, reforzar, equipar y suministrar a su Ejército de Kwantung en poco más de dos meses para emprender una ofensiva de cierta envergadura en la Manchuria oriental.

Cabe preguntarse cómo habrían discurrido esos preparativos si la decisión para los mismo se hubiera tomado a finales de 1940 o principios de 1941 en conjunción y coordinación con Alemania, es decir, si fueran el producto de una estrategia político-militar germano-japonesa para atacar a la URSS.

La mejor exposición que conozco sobre los planes del EK para atacar a la URSS en el verano de 1941, cuyos datos he utilizado en este mensaje, es Alvin Coox, Nomonhan: Japan Against Russia, 1939 (California: Stanford University Press, 1985), cuyo capítulo final (Capítulo 43, volumen 2, To the Demise of the Kwantung Army, pp. 1033-1074) analiza con todo lujo de detalles el plan "Kantokuen".

Saludos cordiales
José Luis
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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Mac_aco » Lun Feb 02, 2009 2:06 pm

Solo unos comentarios sobre el tema expuesto por José Luis:

- Hubiera carecido por completo de sentido para el Japón atacar la URSS para hacerse con el extremo oriental de Siberia por varias razones: allí no hubieran encontrado ni materias primas, ni nada que necesitasen. Es cierto que hubiera ayudado a los alemanes, pero el beneficio conseguido a cambio hubiera sido completamente marginal. Lo cierto es que los alemanes necesitaban mucho mas la ayuda japonesa que a la inversa.

- Un factor psicologico que hay que considerar, es la sensación de engaño que tenían los japoneses con los europeos respecto a lo ocurrido en la primera guerra mundial. Al enterarse del acuerdo germano-sovietico de agosto del 39 la sensación de deja-vu tuvo que ser impresionante.

- Por parte de los alemanes, tendriamos que recordar que tenían planeado vencer a la urss en 17 semanas (sin ayuda de nadie), y llegar como máximo a los urales, dominar la rusia europea, y nunca se les paso por la cabeza ir mas allá (aunque fuera para compensar a Japón).

Lo que subyace en realidad en el comportamiento de japoneses y alemanes es que ni uno ni otro se tomaron en serio la posible colaboración mutua. De haberlo hecho, con muy poco, ambos podrían haber obtenido grandes resultados. Por ejemplo:
- Los japones en realidad no necesitaban atacar a la URSS. Lo único que si era necesario era "que pareciera" que iban a atacar a la urss, fijando a las divisiones sovieticas en la frontera. Entonces la decisión de trasladar a las divisiones de siberianos a Moscú al menos hubiera sido mas difícil.

- Declarando la guerra al imperio britanico en 1940. Si Japón hubiera declarado la guerra al imperio británico antes de las elecciones en EEUU, los alemanes hubieran tenido una muy buena oportunidad de acordar la paz con los británicos, aunque esto ya es un tema de "what if".

Nada mas, un saludo a todos
"Durante muchos meses hemos combatido juntos, a menudo en el mismo bando"
Carta del Gral J.Devers al Gral De Lattre, mayo de 1945.

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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Schwerpunkt » Dom Feb 15, 2009 6:32 pm

Estimado Mac_Aco:

Todas esas consideraciones que expones son válidas y explican gran parte del comportamiento japonés a la hora de trazar su política de agresión, pero falta una importante. Esa consideración había sido el vapuleo que habían sufrido los japoneses en la frontera de Manchuria con la Unión Soviética en Khalkin-Gol y en el lago Khasán. Los soviéticos a pesar que sufrieron graves bajas -estaban comandados por un tal Zhukov- hicieron replegarse a los japoneses con graves pérdidas.

El Ejército japonés comprendió que cualquier ataque a la Unión Soviética no iba a constituir un paseo y que serían necesarias grandes fuerzas. Probablemente Jose Luis nos lo aclare con exactitud pero estoy casi seguro que la perspectiva de dotar al Ejército del Kwantung con grandes efectivos, medios, suministros, etc y la perspectiva de una ganancia no excesiva para las necesidades del Japón, fue uno de los motivos que causaron el cambio de estrategia a otras zonas de Asia.

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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Mikael Berberyan » Vie Ago 28, 2009 10:03 pm

Según he oído yo en un documental ruso, los japoneses no hicieron nada por ayudar al III Reich en Barbarossa porque: 1º, ya perdieron una vez contra los rusos en 1939 en Jaljin Gol, por lo que ya sabían qué significaría una guerra contra los rusos, que además estaban apoyados por los mongoles (guerreros mal armados y anticuados pero con bastante coraje), 2º, según escuché en dicho documental del canal 1 de la Televisión Rusa, cuando los japoneses combatieron contra los rusos en 1939 Alemania no fue en su ayuda, que técnicamente debería haberle porporcionado con el pacto anti komintern, por lo que Japón, orgulloso, pensó: "Si ellos no fueron en nuestra ayuda, ¿para qué íbamos a ir nosotros en la suya?", y 3º, Japón estaba ocupada planeando como derrotar a EE.UU., así que dudo mucho que se preocupaban por la URSS por aquel entonces, pues pensaban que su aliado germánico ya haría todo el trabajo.

Gracias. Un saludo.

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Re: La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Grossman » Jue May 12, 2011 2:01 pm

¡Hola!

Tengo una duda con el Artículo 5 del Pacto Tripartito (“Germany, Italy and Japan affirm that the aforesaid terms do not in any way affect the political status which exists at present as between each of the three contracting powers and Soviet Russia” * [Alemania, Italia y Japón afirman que los términos no afectan de ninguna manera el estatus político que existe entre cada uno de los poderes contratantes y la Rusia Soviética]) que es la siguiente: en el caso de que la Unión Soviética hubiese atacado a Alemania (o esta hubiese conseguido “vender” que eso ocurrió, o aquella hubiera caído en la provocación), ¿Japón hubiese estado comprometida a entrar en guerra con la Unión Soviética, o este artículo supone de alguna forma una exención?

Porque la posibilidad de un Japón comprometido a participar pudo haber influido en (e incluso justificado) que Stalin extremara tanto y con gran perjuicio sus precauciones antes del previsto ataque nazi.

Un saludo a todos

* http://avalon.law.yale.edu/wwii/triparti.asp#1" onclick="window.open(this.href);return false;
Espérame y yo volveré, pero espérame mucho
Espérame cuando las tristes lluvias lleguen, y cuando el calor llegue no dejes de esperar
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La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por José Luis » Jue May 12, 2011 3:01 pm

¡Hola a todos!

En mi opinión, ese artículo 5 no afecta a la obligación de cumplir el artículo 3 [Germany, Italy and Japan agree to co-operate in their efforts on aforesaid lines. They further undertake to assist one another with all political, economic and military means when one of the three contracting powers is attacked by a power at present not involved in the European war or in the Chinese-Japanese conflict].

El art. 5, como indica su llamada (1), se estableció para salvaguardar el pacto de no-agresión nazi-soviético y los acuerdos fronterizos posteriores; es decir, el status quo político existente entonces entre la URSS y Alemania.

Un saludo
JL
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Re: La actitud de Japón ante Barbarroja

Mensaje por Grossman » Jue May 12, 2011 8:02 pm

¡Hola!

Gracias José Luis :-D
José Luis escribió: ... A principios de junio de 1941, el embajador japonés en Berlín, general Hiroshi Oshima, informó, vía telegrama, a Tokyo sobre una conversación que había mantenido con Hitler el 3 y 4 de junio, en la cualel dictador alemán le había insinuado que Alemania estaba dispuesta a actuar contra la URSS en un futuro cercano... En su informe al gobierno japonés, Oshima subrayó cuáles eran los cálculos de la estrategia alemana, bajo la creencia de “que una aplastante victoria alemana sobre la Unión Soviética podría ... De esta forma, los alemanes afirmaban que una guerra germano-soviética podía proporcionar a Japón la libertad que precisaba para conseguir sus objetivos en el sudeste asiático ... Berlín informó oficialmente a Tokyo el 21 de junio de 1941 del inminente ataque alemán contra la URSS, pocas horas antes de que se produjera
Si Alemania hubiese llevado a cabo un montaje para hacer creer que la Unión Soviética la había atacado, estos precedentes constituirían un buen argumento para un Japón que no tenía ningunas ganas de guerra con esta, para desligarse del compromiso del Pacto Tripartito en este caso.

Pero eso Stalin no tenía porqué saberlo, por lo que sería viable la hipótesis de que cuando extremó su contención tras el ataque alemán y retrasó más allá de lo razonable la respuesta militar, no lo hizo solo para asegurarse de que no fuera una falsa alarma, sino también para evitar que el conflicto adquiriera una forma que obligara a Japón a implicarse, en virtud del susodicho pacto ... ¿no? :sgm112:

Saludos a todos
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