Agresión rusa a Finlandia. Guerra de invierno
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Muerte en el hielo
Muerte en el hielo
Finlandia, país de lagos y de densos bosques, con sólo unos cuatro millones y medio de habitantes esparcidos en 380.000 km2, fue escenario de uno de los conflictos más sorprendentes de la historia. Su minúsculo ejército resistió el poderío de Rusia, y al comienzo de una campaña que duró ciento cinco días, infligió bajas cuantiosas al agresor.
El pacto de No-agresión rusofinés fue firmado en 1934. El 14 de octubre de 1939, Stalin expuso varias exigencias territoriales a Finlandia a cambio de un considerable ajuste fronterizo en carelia. Finlandia, deseosa de conservar su neutralidad, ofreció entablar negociaciones sobre aquellas exigencias, pero Rusia las rechazó. Los rusos habían fotografiado ya el istmo de carelia y los puertos, carreteras, zonas industriales y fortificaciones de Finlandia, y consideraban que los finlandeses no se hallaban en absoluto en condiciones de defenderse.
El 30 de noviembre, y sin declaración formal de guerra, se inició por tierra, mar y aire la blitzkrieg soviética. Helsinki sufrió un terrible bombardeo aéreo, con muchos muertos.
Los finlandeses habían empezado a movilizar reservas, pero cuando se inició la embestida, el mariscal cari Gustaf von Mannerheim tenía sólo nueve divisiones a su disposición.
Los cuerpos II y III estaban desplegados en el istmo careliano con cinco divisiones mandadas por el teniente general Hugo Dstermann. El IV cuerpo estaba sobre la costa este del lago Ladoga, con dos divisiones bajo el mando del general Hágglund. El grupo central de Finlandia comprendía el V cuerpo (nueve batallones de frontera) bajo el general de división Vilpo Tuompo. En el grupo de Laponia había cuatro batallones independientes mandados por el general de división Kurt Wallenius. Formaban la reserva dos divisiones incompletas II cuerpo y una brigada de caballería.
Los invasores del ejército rojo se agrupaban como sigue: en el istmo, el VII Ejército con ocho divisiones, un cuerpo de tanques y dos brigadas de tanques independientes, tenía que forzar la línea Mannerheim, tomar viborg y seguir hasta Helsinki; desplegado sobre la costa este del lago Ladoga, el VIII Ejército con seis divisiones apoyaría al VII al dividir la defensa finlandesa; el Ix Ejército, con cuatro divisiones, proyectaría dos columnas, la izquierda se dirigiría a Dulu y la derecha a Kemi, en el centro de Finlandia (golfo de Botnia); y en Laponia, el XIV Ejército, con dos divisiones, tomaría Petsamo y cortaría las comunicaciones de Finlandia con Noruega.
Mannerheim sabía que sólo en el centro de Finlandia había buenas carreteras y comunicaciones fáciles, y que había que evitar que los rusos llegaran hasta ellas. Familiarizado con la táctica rusa y sus manuales militares, supo predecir los movimientos soviéticos. De hecho los manuales resultaban inútiles en el cruel invierno finlandés, del que fueron victimas inmediatas los rusos. La densa nieve les cerró el avance e impidió despegar a los aviones; los finlandeses demostraron ser maestros en una irregular guerrilla blanca. Atacaban ferozmente a los rusos en la oscuridad o durante las tormentas de nieve; aparecían de pronto en sus esquíes, vestidos de blanco, atacaban y desaparecían: los rusos veían finlandeses por todas partes. Se emplearon muchos dispositivos de trampa para frenar al invasor; todos los accesos estaban minados y los finlandeses se las arreglaban para destruir tanques con «cócteles Molotov» (botellas llenas de queroseno crudo, brea y gasolina).
Los reservistas de Mannerheim traían en su mayoría sus propias ropas, acaso con un gorro o cinturón para identificarse. Su marcha era torpe, pero su esquiar soberbio. Se acercaban a la infantería rusa en esquíes desde los flancos, y sus francotiradores abatían soldados a cientos en las apiñadas filas soviéticas.
Los finlandeses se asombraron al ver acercarse en masa los tanques soviéticos, pero los rusos parecían no saber sacar provecho de su gran superioridad material. Los tanques se atascaban en la nieve. La infantería rusa reveló inexperiencia y falta de entrenamiento con los esquíes. Y la purga staliniana de 1937-38 le había robado al ejército rojo sus jefes más brillantes.
Los soldados rusos se portaron bien al principio, pero cuando la temperatura descendió a veinte grados y más bajo cero, su moral flaqueó. Se congelaban ellos y sus armas. Muchos miles, en efecto, murieron congelados.
Los finlandeses estaban mejor abrigados y sabían hacer funcionar sus armas entre el hielo; a temperaturas bajísimas se sentían «en casa», y luchaban además en su propio terreno.
Los rusos fueron derrotados en casi todos los frentes. En el extremo norte tomaron Petsamo a mediados de diciembre, abrumando a sus defensores con el tremendo poder de fuego de un gran ejército con base en Murmansk.
En cambio, en el istmo careliano la línea Mannerheim,(con sus obstáculos antitanque y un ancho de ciento cuarenta y cinco kilómetros), consistente en fortificaciones regulares de campaña, zanjas y trincheras, detuvo a los rusos. Frente a la línea había campos abiertos, pero los finlandeses no salían de ella. Los rusos no tuvieron más remedio que intentar romper una línea de la que sabían muy poco.
La lucha era casi incesante y los rusos incorporaban continuamente divisiones de refresco, pero también eran rechazadas.
Las divisiones 139 y 75 del VII Ejército llegaron hasta Tolvajárvi el 12 de diciembre, donde sus 45.000 hombres, 335 piezas de artillería, 140 tanques y obuses sobre cadenas cayeron en una emboscada y fueron aniquilados por siete batallones finlandeses mandados por el coronel Tálvela, con 9.000 hombres y 20 piezas de artillería.
En Finlandia central, la columna del IX Ejército soviético, en su marcha sobre Dulu, fue contraatacada en Suomussalmi. El coronel Síilasvuo dirigió a los finlandeses en aquella furiosa batalla. La división 163 quedó cercada después de un ataque finlandés que duró diecisiete días y la 44 fue eliminada también cuando intentaba retirarse. ochocientos rusos de la 44 se atrincheraron. Los finlandeses les atacaron a discreción, y a la vez se apoderaron de todo un surtido de sus armas.
En todos los frentes surgió un ritmo de ataque y contraataque, y los dos lados se sintieron agotados enseguida. Los finlandeses repelieron al enemigo hacia Rusia, que para entonces había sufrido ya unos veintisiete mil quinientos muertos. Stalin estaba frenético ante los reveses, y el 12 de diciembre la Sociedad de Naciones condenó la agresión rusa a Finlandia. Hitler permaneció neutral y se negó a que la ayuda italiana a Finlandia pasase a través de Alemania.
La URSS decidió derrotar a los finlandeses a cualquier precio. Les echó encima unas cuarenta y cinco divisiones, o sea el cuarenta por ciento de sus fuerzas de tierra estacionadas en la Rusia europea. Stalin reorganizó el liderazgo de sus fuerzas y nombró al mariscal Semyon Timoshenko comandante de la campaña finlandesa. Su tarea más urgente era dirigir la ruptura de la línea del istmo careliano.
El VII Ejército fracasó frente a la línea Mannerheim, y fue desplazado al golfo de Finlandia. Lo sustituyó el XIII Ejército, con su flanco derecho sobre el lago de Ladoga. Las fuerzas de Timoshenko comprendían veinticuatro divisiones de infantería con tres más en reserva, apoyadas en veinte regimientos de artillería y siete brigadas de tanques. Las fuerzas de tierra estaban apoyadas por 450 aviones.
Mannerheim predijo, y acertó, que los rusos atacarían al este de la aldea de Summa, al oeste del istmo, donde los campos abiertos facilitarían las concentraciones de tanques e infantería. La ofensiva empezó el 1 de febrero de 1940 a temperaturas de treinta grados bajo cero. Los rusos habían aprendido mucho desde noviembre. Formaban ahora una fuerza coordinada, dirigida a menudo desde globos de observación, y utilizaban trenes de trineos blindados arrastrados por tanques para mover la infantería. Empleaban también tanques lanzallamas.
La artillería soviética machacaba a los finlandeses y les causaba mucho desgaste. El bombardeo por zonas de la retaguardia a partir del 1 de febrero señaló el principio del fin.
Los rusos atacaron en olas cerradas, con terribles pérdidas causadas por las ametralladoras de los finlandeses.
El 6 de febrero se inició el asalto final. Tres divisiones con ciento cincuenta tanques, apoyadas por doscientos aviones, atacaron un frente de ocho kilómetros. El día 7 penetraron en la región de Muolaa y atacaron Summa.
Timosheñko dirigió entonces la flecha principal de su ataque más hacia el este, y el 11 de febrero los rusos habían rebasado la línea Mannerheim. Los finlandeses se retiraron en perfecto orden, contraatacando todo el tiempo, y formaron una nueva línea defensiva que, al ser más larga que la Mannerheim, dispersaba sus reservas. Siguieron hostilizando a los rusos. Entre el 20 y el 22 de febrero cayeron ochocientos rusos, y sus pérdidas de tanques eran de diez a treinta diarios.
El 24 de febrero, los rusos ocuparon Koivisto, junto al congelado golfo de Finlandia, y el VII Ejército recibió la orden de avanzar sobre el hielo hasta llegar a tierra firme y ocupar Viborg.
Poco después, la carretera de Viborg a Helsinki estaba en manos rusas.
Los finlandeses, con veinticinco mil muertos y cuarenta y tres mil heridos, estaban cansados de pelear.
La escasez de hombres y municiones hacia imposible resistir mucho más, y Mannerheim explicó al gobierno finlandés que la paz era imprescindible.
El 12 de marzo de 1940 se firmó el tratado rusofinés, que cedía a la URSS 41.400 km2. La nueva frontera dejaba a Finlandia desnuda contra cualquier agresor y a los rusos dueños de casi toda carelia. Sus pérdidas habían sido enormes: unos doscientos mil muertos y cuatrocientos mil heridos.
Fuente: editorialbitacora
Finlandia, país de lagos y de densos bosques, con sólo unos cuatro millones y medio de habitantes esparcidos en 380.000 km2, fue escenario de uno de los conflictos más sorprendentes de la historia. Su minúsculo ejército resistió el poderío de Rusia, y al comienzo de una campaña que duró ciento cinco días, infligió bajas cuantiosas al agresor.
El pacto de No-agresión rusofinés fue firmado en 1934. El 14 de octubre de 1939, Stalin expuso varias exigencias territoriales a Finlandia a cambio de un considerable ajuste fronterizo en carelia. Finlandia, deseosa de conservar su neutralidad, ofreció entablar negociaciones sobre aquellas exigencias, pero Rusia las rechazó. Los rusos habían fotografiado ya el istmo de carelia y los puertos, carreteras, zonas industriales y fortificaciones de Finlandia, y consideraban que los finlandeses no se hallaban en absoluto en condiciones de defenderse.
El 30 de noviembre, y sin declaración formal de guerra, se inició por tierra, mar y aire la blitzkrieg soviética. Helsinki sufrió un terrible bombardeo aéreo, con muchos muertos.
Los finlandeses habían empezado a movilizar reservas, pero cuando se inició la embestida, el mariscal cari Gustaf von Mannerheim tenía sólo nueve divisiones a su disposición.
Los cuerpos II y III estaban desplegados en el istmo careliano con cinco divisiones mandadas por el teniente general Hugo Dstermann. El IV cuerpo estaba sobre la costa este del lago Ladoga, con dos divisiones bajo el mando del general Hágglund. El grupo central de Finlandia comprendía el V cuerpo (nueve batallones de frontera) bajo el general de división Vilpo Tuompo. En el grupo de Laponia había cuatro batallones independientes mandados por el general de división Kurt Wallenius. Formaban la reserva dos divisiones incompletas II cuerpo y una brigada de caballería.
Los invasores del ejército rojo se agrupaban como sigue: en el istmo, el VII Ejército con ocho divisiones, un cuerpo de tanques y dos brigadas de tanques independientes, tenía que forzar la línea Mannerheim, tomar viborg y seguir hasta Helsinki; desplegado sobre la costa este del lago Ladoga, el VIII Ejército con seis divisiones apoyaría al VII al dividir la defensa finlandesa; el Ix Ejército, con cuatro divisiones, proyectaría dos columnas, la izquierda se dirigiría a Dulu y la derecha a Kemi, en el centro de Finlandia (golfo de Botnia); y en Laponia, el XIV Ejército, con dos divisiones, tomaría Petsamo y cortaría las comunicaciones de Finlandia con Noruega.
Mannerheim sabía que sólo en el centro de Finlandia había buenas carreteras y comunicaciones fáciles, y que había que evitar que los rusos llegaran hasta ellas. Familiarizado con la táctica rusa y sus manuales militares, supo predecir los movimientos soviéticos. De hecho los manuales resultaban inútiles en el cruel invierno finlandés, del que fueron victimas inmediatas los rusos. La densa nieve les cerró el avance e impidió despegar a los aviones; los finlandeses demostraron ser maestros en una irregular guerrilla blanca. Atacaban ferozmente a los rusos en la oscuridad o durante las tormentas de nieve; aparecían de pronto en sus esquíes, vestidos de blanco, atacaban y desaparecían: los rusos veían finlandeses por todas partes. Se emplearon muchos dispositivos de trampa para frenar al invasor; todos los accesos estaban minados y los finlandeses se las arreglaban para destruir tanques con «cócteles Molotov» (botellas llenas de queroseno crudo, brea y gasolina).
Los reservistas de Mannerheim traían en su mayoría sus propias ropas, acaso con un gorro o cinturón para identificarse. Su marcha era torpe, pero su esquiar soberbio. Se acercaban a la infantería rusa en esquíes desde los flancos, y sus francotiradores abatían soldados a cientos en las apiñadas filas soviéticas.
Los finlandeses se asombraron al ver acercarse en masa los tanques soviéticos, pero los rusos parecían no saber sacar provecho de su gran superioridad material. Los tanques se atascaban en la nieve. La infantería rusa reveló inexperiencia y falta de entrenamiento con los esquíes. Y la purga staliniana de 1937-38 le había robado al ejército rojo sus jefes más brillantes.
Los soldados rusos se portaron bien al principio, pero cuando la temperatura descendió a veinte grados y más bajo cero, su moral flaqueó. Se congelaban ellos y sus armas. Muchos miles, en efecto, murieron congelados.
Los finlandeses estaban mejor abrigados y sabían hacer funcionar sus armas entre el hielo; a temperaturas bajísimas se sentían «en casa», y luchaban además en su propio terreno.
Los rusos fueron derrotados en casi todos los frentes. En el extremo norte tomaron Petsamo a mediados de diciembre, abrumando a sus defensores con el tremendo poder de fuego de un gran ejército con base en Murmansk.
En cambio, en el istmo careliano la línea Mannerheim,(con sus obstáculos antitanque y un ancho de ciento cuarenta y cinco kilómetros), consistente en fortificaciones regulares de campaña, zanjas y trincheras, detuvo a los rusos. Frente a la línea había campos abiertos, pero los finlandeses no salían de ella. Los rusos no tuvieron más remedio que intentar romper una línea de la que sabían muy poco.
La lucha era casi incesante y los rusos incorporaban continuamente divisiones de refresco, pero también eran rechazadas.
Las divisiones 139 y 75 del VII Ejército llegaron hasta Tolvajárvi el 12 de diciembre, donde sus 45.000 hombres, 335 piezas de artillería, 140 tanques y obuses sobre cadenas cayeron en una emboscada y fueron aniquilados por siete batallones finlandeses mandados por el coronel Tálvela, con 9.000 hombres y 20 piezas de artillería.
En Finlandia central, la columna del IX Ejército soviético, en su marcha sobre Dulu, fue contraatacada en Suomussalmi. El coronel Síilasvuo dirigió a los finlandeses en aquella furiosa batalla. La división 163 quedó cercada después de un ataque finlandés que duró diecisiete días y la 44 fue eliminada también cuando intentaba retirarse. ochocientos rusos de la 44 se atrincheraron. Los finlandeses les atacaron a discreción, y a la vez se apoderaron de todo un surtido de sus armas.
En todos los frentes surgió un ritmo de ataque y contraataque, y los dos lados se sintieron agotados enseguida. Los finlandeses repelieron al enemigo hacia Rusia, que para entonces había sufrido ya unos veintisiete mil quinientos muertos. Stalin estaba frenético ante los reveses, y el 12 de diciembre la Sociedad de Naciones condenó la agresión rusa a Finlandia. Hitler permaneció neutral y se negó a que la ayuda italiana a Finlandia pasase a través de Alemania.
La URSS decidió derrotar a los finlandeses a cualquier precio. Les echó encima unas cuarenta y cinco divisiones, o sea el cuarenta por ciento de sus fuerzas de tierra estacionadas en la Rusia europea. Stalin reorganizó el liderazgo de sus fuerzas y nombró al mariscal Semyon Timoshenko comandante de la campaña finlandesa. Su tarea más urgente era dirigir la ruptura de la línea del istmo careliano.
El VII Ejército fracasó frente a la línea Mannerheim, y fue desplazado al golfo de Finlandia. Lo sustituyó el XIII Ejército, con su flanco derecho sobre el lago de Ladoga. Las fuerzas de Timoshenko comprendían veinticuatro divisiones de infantería con tres más en reserva, apoyadas en veinte regimientos de artillería y siete brigadas de tanques. Las fuerzas de tierra estaban apoyadas por 450 aviones.
Mannerheim predijo, y acertó, que los rusos atacarían al este de la aldea de Summa, al oeste del istmo, donde los campos abiertos facilitarían las concentraciones de tanques e infantería. La ofensiva empezó el 1 de febrero de 1940 a temperaturas de treinta grados bajo cero. Los rusos habían aprendido mucho desde noviembre. Formaban ahora una fuerza coordinada, dirigida a menudo desde globos de observación, y utilizaban trenes de trineos blindados arrastrados por tanques para mover la infantería. Empleaban también tanques lanzallamas.
La artillería soviética machacaba a los finlandeses y les causaba mucho desgaste. El bombardeo por zonas de la retaguardia a partir del 1 de febrero señaló el principio del fin.
Los rusos atacaron en olas cerradas, con terribles pérdidas causadas por las ametralladoras de los finlandeses.
El 6 de febrero se inició el asalto final. Tres divisiones con ciento cincuenta tanques, apoyadas por doscientos aviones, atacaron un frente de ocho kilómetros. El día 7 penetraron en la región de Muolaa y atacaron Summa.
Timosheñko dirigió entonces la flecha principal de su ataque más hacia el este, y el 11 de febrero los rusos habían rebasado la línea Mannerheim. Los finlandeses se retiraron en perfecto orden, contraatacando todo el tiempo, y formaron una nueva línea defensiva que, al ser más larga que la Mannerheim, dispersaba sus reservas. Siguieron hostilizando a los rusos. Entre el 20 y el 22 de febrero cayeron ochocientos rusos, y sus pérdidas de tanques eran de diez a treinta diarios.
El 24 de febrero, los rusos ocuparon Koivisto, junto al congelado golfo de Finlandia, y el VII Ejército recibió la orden de avanzar sobre el hielo hasta llegar a tierra firme y ocupar Viborg.
Poco después, la carretera de Viborg a Helsinki estaba en manos rusas.
Los finlandeses, con veinticinco mil muertos y cuarenta y tres mil heridos, estaban cansados de pelear.
La escasez de hombres y municiones hacia imposible resistir mucho más, y Mannerheim explicó al gobierno finlandés que la paz era imprescindible.
El 12 de marzo de 1940 se firmó el tratado rusofinés, que cedía a la URSS 41.400 km2. La nueva frontera dejaba a Finlandia desnuda contra cualquier agresor y a los rusos dueños de casi toda carelia. Sus pérdidas habían sido enormes: unos doscientos mil muertos y cuatrocientos mil heridos.
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No solo eso, sino que Finlandia, al tener un terreno tan accidentado y con unos caminos pocos transitables y ademas plagados de bosques y lagos, era un campo de batalla todo lo malo que se podia esperar para los ataques blindados. Como ventaja para los rusos, era que los fineses carecian de armas contra carro, por ello tubieron que improvisar de mas maneras de destrir los tanques, como la empleada con gran exito gracias a los cocteles molotovpero los rusos parecían no saber sacar provecho de su gran superioridad material. Los tanques se atascaban en la nieve
Heinrich Heine [i]Allí donde se queman los libros, se terminaran quemando personas[/i]
- Kurt_Steiner
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También los rusos cometieron el error de no coordinar estrechamente a la infanteria con los tanques, por lo que no fueron pocas las veces que los soldados filandeses dejaron pasar a los tanques para luego acribillar a la infanteria. Una vez puesta ésta en fuga, no había más -por asi decirlo- que ir a por los tanques aislados.
- V.Manstein
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Agresión rusa a Finlandia. Guerra de invierno
La Guerra ruso finlandesa es un episodio muy importante y poco tratado en el foro. ¿ Cómo se gestó diplomáticamente esta agresión soviética? .El 5 de octubre de 1939, Molotov envió al gobierno finlandés una nota, invitándole a mandar delegados a Moscú para realizar un “intercambio de ideas sobre cuestiones políticas”. Una semana más tarde llegaba a Moscú la delegación finlandesa, presidida por Juho Kusti Paasikivi. Molotov dio amistoso recibimiento a los delegados y, sin tardanza propuso Paasikivi la firma de un pacto de ayuda mutua similar al que Rusia acababa de concertar con los países bálticos. Este tratado equivalía, de hecho, a establecer un protectorado soviético sobre Finlandia. Paasikivi, sin titubear, lo rechazo de plano. Convencido ya de que los finlandeses no podrían ser embaucados, Molotov presento a Paasikivi, dos días más tarde, las exigencias soviéticas.
El documento era un verdadero ultimátum. Rusia reclamaba a Finlandia la cesión en “arrendamiento” del estratégico puerto de Hangö, situado en la boca del golfo de Finlandia, a fin de establecer una base aeronaval. Exigía, además, la entrega de una serie de islas en el citado golfo, y una extensa faja de territorio en el istmo de Carelia. En compensación, los soviéticos estaban dispuestos a entregar a Finlandia algunos kilómetros de tierras desiertas al norte del lago Ladoga, y a autorizar la fortificación de las islas Aland, situadas en el golfo de Botnia. Profundamente alarmado, Paasikivi retornó inmediatamente a Helsinki, y entregó el ultimátum soviético; su gobierno. Al terminar su lectura, el primer ministro, Aino Cajander, ordeno la movilización de 200.000 reservistas.
Finlandia se aprestó así a enfrentar la agresión soviética. La delegación finlandesa retornó presurosamente a Moscú, y entregó a Molotov la respuesta de Cajander. Finlandia aceptaba la cesión de algunas islas y la rectificación de fronteras en el istmo de Carelia, pero rechazaba la entrega del puerto de Hangö. Enfurecido Molotov decidió dar rápido término a la cuestión. Las fuerzas del ejército rojo se hallaban ya emplazadas frente a Finlandia, listas para lanzarse al ataque. Ante el fracaso de las negociaciones, Paasikivi abandonó definitivamente la capital rusa el 13 de noviembre. A partir de ese momento, la guerra se hizo inevitable.
El documento era un verdadero ultimátum. Rusia reclamaba a Finlandia la cesión en “arrendamiento” del estratégico puerto de Hangö, situado en la boca del golfo de Finlandia, a fin de establecer una base aeronaval. Exigía, además, la entrega de una serie de islas en el citado golfo, y una extensa faja de territorio en el istmo de Carelia. En compensación, los soviéticos estaban dispuestos a entregar a Finlandia algunos kilómetros de tierras desiertas al norte del lago Ladoga, y a autorizar la fortificación de las islas Aland, situadas en el golfo de Botnia. Profundamente alarmado, Paasikivi retornó inmediatamente a Helsinki, y entregó el ultimátum soviético; su gobierno. Al terminar su lectura, el primer ministro, Aino Cajander, ordeno la movilización de 200.000 reservistas.
Finlandia se aprestó así a enfrentar la agresión soviética. La delegación finlandesa retornó presurosamente a Moscú, y entregó a Molotov la respuesta de Cajander. Finlandia aceptaba la cesión de algunas islas y la rectificación de fronteras en el istmo de Carelia, pero rechazaba la entrega del puerto de Hangö. Enfurecido Molotov decidió dar rápido término a la cuestión. Las fuerzas del ejército rojo se hallaban ya emplazadas frente a Finlandia, listas para lanzarse al ataque. Ante el fracaso de las negociaciones, Paasikivi abandonó definitivamente la capital rusa el 13 de noviembre. A partir de ese momento, la guerra se hizo inevitable.
Soldat im 20.Jahrhundert
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- Registrado: Jue Jul 14, 2005 11:25 pm
- Ubicación: No se dice este país, sino ESPAÑA
El plan incial de operaciones sovietico, es un asunto muy poco esclarecido. La disposicion de sus fuerzas no evidenciaba el lugar donde planeaban ejercer el esfuerzo ofensivo, a pesar de la mayor concentracion de tropas en el istmo de Karelia, via natural de penetracion hacia la zona mas sensible del pais y en la que los finlandeses habian comprometido la mayor partte de sus recursos defensivos. Con toda seguridad los rusos no consideraban que un punto fuese preferible a otros para una accion de ruptura, puesto que estaban evidentemente convencidos con que Finlandia se desplomaria en su primer enfrentamiento. En consecuencia, durante el mes de Diciembre no se esforzaron en concentrar y coodinar su empeño sobre un punto determinado.
Como nota de humor, ¿Quien me sabe decir como se referian los finlandeses a las bombas de aviacion rusas?
En la mañana del 30 de Noviembre, bombarderos rusos con base en Estonia se lanazaron en picado sobre Helsinki y otras ciudades, sobre las que arrojaron su carga de bombas. Segun la radio sovietica, los informes finlandeses sobre las incursiones aereas eran pura fantasia, pues los aviones rusos se habian limitado a lanzar pan sobre la poblacion hambrienta de Helsinki. A partir de entonces los finlandeses se referirian a las bombas de la aviacion sovieticas llamandolas Cestos de pan de Molotov
Fuente: Guerra de invierno. Richard W Condon
Como nota de humor, ¿Quien me sabe decir como se referian los finlandeses a las bombas de aviacion rusas?
En la mañana del 30 de Noviembre, bombarderos rusos con base en Estonia se lanazaron en picado sobre Helsinki y otras ciudades, sobre las que arrojaron su carga de bombas. Segun la radio sovietica, los informes finlandeses sobre las incursiones aereas eran pura fantasia, pues los aviones rusos se habian limitado a lanzar pan sobre la poblacion hambrienta de Helsinki. A partir de entonces los finlandeses se referirian a las bombas de la aviacion sovieticas llamandolas Cestos de pan de Molotov
Fuente: Guerra de invierno. Richard W Condon
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Aprovechando que leí este tema y que hace unos días me he bajado el "Google Earth", les dejo algunas imágenes de dos lugares mencionados en el texto de V.Manstein: Puerto de Hangö y las Islas Aland.
Primero un panorama general del lugar
Vista más cercana (Golfo de Finlandia)
Puerto de Hangö
Islas Aland
Saludos,
FANGIO
Primero un panorama general del lugar
Vista más cercana (Golfo de Finlandia)
Puerto de Hangö
Islas Aland
Saludos,
FANGIO
Cronología de la Guerra de Invierno
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Última edición por Lehto el Mar Nov 15, 2022 5:12 pm, editado 1 vez en total.
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