Antonio escribió:¿ Y que fue del VI ejercito ?
El día 2 de febrero, antes de que cayese el puesto de mando del 11º cuerpo, el espectáculo era dantesco; en las salas de la fabrica de tractores, ciento de heridos yacían en los anaqueles de las paredes, mientras que otros soldados alemanes se habían suicidado y aparecían colgando grotescamente de sus cinturones suspendidos de puntales. No queriendo soportar el cautiverio se habían quitado la vida durante las horas que precedieron al alba. El general Strecker mandó un último mensaje: “ el 11º cuerpo y sus divisiones han combatido hasta el ult3J.`‡‰b…re contra fuerzas inmensamente superiores ¡Viva Alemania! “
A las 12, 35 de la tarde, el grupo de ejercitos del Don, en Tanganrog, registró las últimas palabras del VI ejercito en Stalingrado, cuando un equipo de meteorólogos dio su informe diario “Base de nubes a 5000 metros, visibilidad 12 km, cielo claro, ocasionales nimbos dispersos, temperatura -31º C, sobre Stalingrado niebla y calina roja. La estación meteorológica acaba la trasmisión. Saludos a la patria”.
Los soldados supervivientes del VI ejército desaparecieron engullidos en la vastedad de Rusia y nadie del alto mando alemán contempló su partida. Mientras estos últimos vivian de forma relativamente confortable cerca de Moscú, sus hombre morían a millares en las heladas estepas en “marchas de la muerte”. Fueron dispersados en más de 20 campos, desde el círculo polar hasta los desiertos del sur. Durante los traslados, privados de agua y comida a mínimis, sólo los más fuertes sobrevivieron.
De los prisioneros que permanecieron en Stalingrado, y una vez el tifus hubo aclarado sus filas, los rusos excavaron una zanja en Beketovka y echaron dentro de la misma fosa común a 40,000 cadáveres alemanes. En el simple espacio de 3 meses, febrero, marzo y abril del 43, murieron más de 400.000. Pese a la existencia de una Orden para el tratamiento de los prisioneros de guerra, nº 1 de fecha 2 de enero de 1943, los comandantes rusos simplemente la ignoraron. En la mayoría de los casos, los rusos les dejaron perecer de inanición, abocándolos incluso al canibalismo, pese a que disparaban sobre los caníbales a los que sorprendían. Sólo a partir de mayo empezaron a tratarlos mejor. Como explicó un cautivo “deseaban que, después de la guerra, volviesen a casa algunos soldados”.
En el recuento no oficial confeccionado por el oficial de intendencia Karl Binder (un superviviente de las marchas de la muerte), las cifras son aterradoras; encontró menos de 5.000 supervivientes.
José Luis escribió:¡Hola, Antonio!
¿Has tecleado bien? De lo contrario, ¿de dónde saca Cartier esas 400.000 muertes en tres meses? En Stalingrado los soviéticos no hicieron más de 290.000 prisioneros, poniendo la cifra más optimista, e incluyendo no alemanes (hiwis, rumanos, etc.).
Creo que debe haber algún error.
Saludos cordiales
José Luis
Aunque no tengo tiempo para comprobarlo, estoy casi seguro de que ese párrafo es del libro que William Craig le dedicó a la batalla.
Más saludos para el foro.
En la vida no existe la Suerte, ni siquiera la buena o mala suerte, como dicen los que dicen que saben de ella. Existe el Destino. Y sobre todo, el Destino que cada uno quiera labrarse para sí mismo. ( Yo mismo )