Operación Barbarroja y prioridad de Moscú

La guerra en el este de Europa

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Chuikov
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Re: Operación Barbarroja y prioridad de Moscú

Mensaje por Chuikov » Mié Ago 01, 2012 10:11 am

Sigamos un poco con Barry Leach:

El 3 de febrero, en una conferencia con Hitler, Halder se refiere a las dificultades de suministro en el Este, pero omite aquellos detalles que hacían que la operación global se convirtiera en un riesgo. Describe métodos para resolver los problemas de transporte: concentración de columnas motorizadas de suministros en apoyo a las ofensivas acorazadas, cooperación entre el Heer y la Luftwaffe... También acepta Halder la sugerencia de Hitler de que la costa del Báltico hasta Leningrado debiera ser ocupada tan pronto como fuera posible para que sirviera como base de suministros para futuras operaciones, de esta forma dando a entender Halder que estaba de acuerdo con dar prioridad a la captura de Leningrado sobre Moscú.

Así pues, el OKH se muestra de acuerdo “de boquilla” con Hitler, pero sin embargo no ordenan preparar ningún plan de transportes de suministros desde el Báltico, donde el Dvina y el Narva formarían arterias básicas para el transporte hacia el sur. En vez de planificar nada de esto, el OKH sigue pensando que el éxito del ataque inicial sería tan grande que los problemas de suministros para futuras operaciones desaparecerían y, por tanto, no sería necesario echar mano de este plan de la costa del Báltico.

Leach p142-143.
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Fernández
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Re: Operación Barbarroja y prioridad de Moscú

Mensaje por Fernández » Dom Sep 22, 2013 10:34 pm

Chuikov escribió: Visto lo visto Halder comienza a tomar medidas. Solicita a Kinzel , del Foreign Armies East Branch o Departamento de Ejércitos Extranjeros del Este, un informe sobre la disposición de las tropas rusas. El día 26 de Julio, después de analizar el informe del Coronel Kinzel el General Halder escribe lo siguiente en su diario:

“Kinzel (OQu IV): Revisa las informaciones secretas enemigas relativas a una operación contra Rusia. Las mejores perspectivas de éxito las ofrece una operación en dirección a Moscú, con un flanco en el Mar Báltico que, a continuación, mediante una campaña desde el norte, obligue a las concentraciones rusas en Ucrania y el Mar Negro a aceptar la batalla con frente invertido.” (5)

Esta maniobra tendría que cubrir una distancia de unos 1700 km. Halder llegó a la conclusión de que un ataque lanzado desde áreas de concentración en Prusia del Este y norte de Polonia hacia Moscú ofrecía las mejores opciones de éxito.

Si no lo he entendido mal, ese plan consistía en un único ataque dirección Moscú desde el norte. Nada más comenzar se desgajarían del grupo principal X divisiones para atacar el Báltico (¿y Leningrado?), mientras la fuerza principal seguría a toda marcha hacia Moscú. Supongo que siguiendo la línea Minsk-Smolensk. Y entonces, tras la conquista de las repúblicas bálticas (¿y Leningrado?), esas X divisiones girarían hacia el sur (más bien, hacie el suroeste), cortando la línea de avance de la fuerza principal, y llegando a Ucrania y el Mar Negro para luchar con los ejércitos soviéticos allí estacionados.

:shock: :shock: :shock:

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José Luis
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Re: Operación Barbarroja y prioridad de Moscú

Mensaje por José Luis » Mar Ene 30, 2018 7:57 pm

¡Hola a todos!
José Luis escribió:
Grossman escribió:
José Luis escribió:A la cifra de bajas totales de cada caso se le puede añadir un 20 por ciento más de bajas médicas. No es una suma segura, pero sí indicativa, tomada de las bajas médicas de dos cuerpos de ejército en un momento dado (Stahel, Kiev). Por tanto, si a ese total de 830.403 bajas del Ostheer en la campaña de 1941 en la URSS le añadimos un supuesto 20 por ciento de bajas médicas, estaríamos hablando de casi un millón de bajas o un 31 por ciento de su fuerza total promedia.

Ese cálculo difiere totalmente de lo que se extrae de Kroener, que habla de una tasa de bajas de heridos versus enfermos entre 1:1.5 y 1:2, o dicho de otra forma, de un 150% o 200% más. A partir de esos porcentajes, a la cifra de bajas de diciembre de 1941, donde 621.308 eran de heridos, correspondería sumar un número de enfermos entre 932.000 y 1.242.000, por lo que el número de bajas totales (muertos, desaparecidos, heridos y enfermos) estaría entre 1.762.000 y 2.000.000. Con el agravante de que en invierno la mortalidad entre los heridos fue elevada, y que el gran número de enfermos por congelación tenían bajas largas.
El problema es que esa cifras no se deberían exponer así, pues llevan a confusión.

En primer lugar, y por si alguien no lo tiene claro, las cifras de bajas que se dan son acumuladas, es decir bajas que se han producido desde el 22 de junio hasta una fecha determinada. Esto quiere decir que cuando decimos, por ejemplo, que el Ostheer tenía al 31 de diciembre de 1941 un total de 602.292 suboficiales y tropas heridos nos estamos refiriendo, obviamente, al número total de heridos desde el comienzo de la campaña, no al número de heridos que había en diciembre. Los heridos se recuperan de sus heridas y vuelven al combate. Por tanto, y si damos por buena la estimación de Kroener sobre el tiempo de media que precisaban los heridos para su recuperación, en diciembre habría realmente en torno a 361.000 bajas permanentes por heridos (60 por ciento del total). Si a esta cifra añadimos el número de bajas irrecuperables (muertos y desaparecidos) de suboficiales y tropas, tendríamos unas bajas permanentes de 562.856 (361.000+166.602+35.254).

Las bajas por enfermedad deben recibir otro tratamiento en la exposición, en mi opinión. No se puede exponer, para evitar la confusión, que el Ostheer tuvo desde el 22 de junio al 31 de diciembre de 1941 entre 900.000 y 1.200.000 enfermos, y concluir que las bajas totales (heridos, muertos, desaparecidos y enfermos) hasta el 31 de diciembre eran de entre 1,76 millones y 2 millones. Si aceptamos que de los 6 meses de 1941 (junio-diciembre), el peor en bajas por enfermedad fue diciembre (con 90.000 bajas), ni siquiera a una media de 90.000 bajas de enfermedad por mes pasaríamos de 540.000. Incluso si proyectamos las bajas por enfermedad de los doce primeros días de campaña de casi 54.000 a 120.000 al cumplirse el primer mes de campaña, una media de 120.000 bajas de enfermedad por mes, que me parece extraordinariamente exagerada, nos daría un total de 720.000 hasta el 31 de diciembre.

Sea como fuere, si un 72 por ciento de los enfermos recibía el alta en dos meses o menos, los enfermos reales al 31 de diciembre de 1941 serían como máximo unos 202.000 en mi promedio exagerado de 120.000 enfermos por mes. Sabemos, sin embargo, que en diciembre, según Kroener, hubo 90.000 bajas por enfermedad, y, por Halder, que al 5 de febrero de 1942 había un total de casi 61.000 bajas por enfermedad.

Stahel, en su Kiev 1941, página 233, hablando de las bajas por heridos, muertos y desaparecidos hasta el 16 de septiembre de 1941, dice que las cifras (476.552, oficiales, suboficiales y tropas) no incluyen las bajas listadas por enfermedad. Y se permite extrapolar un ejemplo de dos divisiones del IX Cuerpo de Ejército que, juntas, habían tenido desde el 22 de junio al 5 de septiembre un total de 8.000 bajas, pero añadieron otras 2.000 por enfermedad. De esta forma, según el ejemplo de Stahel, las pérdidas reales del Ostheer serían en torno a un 20 por ciento más altas. Olvidando las bajas por enfermedad acumuladas desde el principio de la campaña, esta extrapolación de Stahel me parece más conveniente para estimar el número de bajas por enfermedad que habría que sumar a los informes de bajas del Ostheer en una fecha determinada. Y por ello yo aumenté el 20 por ciento en mi anterior mensaje.

Saludos cordiales
JL
A raíz de la pregunta de un compañero en otro hilo del foro sobre las bajas médicas del Ostheer, aprovecho para incluir aquí lo siguiente. Nigel Askey* ofrece un cuadro detallado de bajas del Ostheer desde el 22 de junio de 1941 al 31 de marzo de 1942, del que se excluyen la Waffen-SS y el Befehlsstelle Finnland de von Falkenhorst. La relación de bajas médicas (incluidas las causadas por congelación) es la siguiente:

1941
Junio: 54.000
Julio: 17.000
Agosto: aprox. 31.000
Septiembre: 56.800
Octubre: aprox. 62.000
Noviembre: 73.092
Diciembre: 90.907
Total 1941: 384.799

1942
Enero: 127.718
Febrero: 85.086
Marzo: 62.858
Total 1º trimestre 1942: 275.662
Total 1941+1º trimestre 1942: 660.461

Casi el 80 por ciento de las bajas médicas retornaban al servicio activo al cabo de uno o dos meses. La media era de 27 días.

La Waffen-SS tuvo un total aproximado de 43.000 bajas desde el 22 de junio hasta el 31 de diciembre de 1941: en torno a 8.000 muertos, 22.000 heridos, 2.000 desaparecidos o capturados, y 11.000 bajas médicas.

*Nigel Askey, Operation Barbarossa: The Complete Organisational and Statistical Analysis, and Military Simulation. Volume IIB: The German Forces, Mobilisation and War Economy: June to December 1941 (Part II) (Lulu Publishing, 2014) p. 347.

Saludos cordiales
JL
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Re: Operación Barbarroja y prioridad de Moscú

Mensaje por José Luis » Jue Feb 01, 2018 10:48 am

¡Hola a todos!

Cuando preparé y escribí el artículo que conforma este hilo -junio y julio de 2012- no podía imaginarme que poco más de un añoa después, en agosto de 2013, The Journal of Slavic Military Studies iba a publicar un artículo de John Taylor (de la Universidad de Londres) titulado Hitler and Moscow 1941, cuyo objetivo es precisamente demostrar lo que yo intenté demostrar previamente en mi artículo: que Hitler nunca consideró la captura de Moscú una prioridad durante la planificación, ejecución y desarrollo de la Operación Barbarroja. Los argumentos de Taylor siguen una aproximación similar a la mía, al centrarse -aunque con menos detalle operacional- en las decisiones de Hitler respecto a Moscú (siempre las mismas) durante todas las fases de la planificación-ejecución-desarrollo de Barbarroja. Una pequeña diferencia de alcance entre ambos artículos es que yo me detuve en agosto de 1941, mientras que Taylor se extiende hasta la finalización de la Operación Tifón. Por otra parte, Taylor habla fundamentalmente de los "esfuerzos" del OKW (Jodl), OKH (Brauchitsch y Halder) y GEC (Bock, Guderian y Hoth) para intentar convencer a Hitler de la prioridad de Moscú, mientras que yo he tildado esos esfuerzos como conspiración, traición o actitudes del todo deshonestas y pusilánimes de dichos personajes por no encarar francamente a Hitler desde la fase de planificación para expresar sus discrepancias.

Voy a traducir el capítulo de "Conclusiones" de Taylor (que, sin embargo, no significa que esté de acuerdo en muchas de ellas):

[La mayoría de los relatos de la Operación Barbarroja han tendido a centrarse en la escala de la lucha y las mayores batallas que tuvieron lugar. Han tenido menos que decir sobre las decisiones estratégicas tomadas durante el transcurso de la invasión. En este sentido, uno de los rasgos distintivos de la estrategia alemana en esta época es que el curso de acción más fuertemente favorecido por el OKH -un avance directo sobre Moscú por el GEC durante el verano de 1941- nunca fue considerado seriamente por Hitler. Los historiadores han criticado la estrategia de Hitler en el Frente Oriental por ser errática e inconsistente, pues cambió constantemente sus prioridades durante la guerra. Sin embargo, con respecto a Moscú, persiguió la misma estrategia que había adoptado desde su inicio durante toda la invasión. Hitler nunca consideró Moscú como una prioridad, ni intentó ocupar la ciudad. La afirmación de Stolfi -en referencia a la decisión de Hitler de detener el avance sobre Moscú en el verano de 1941- de que "Por una fatídica decisión, Alemania podía haber ganado la IIGM" ignora el hecho de que Hitler ya había decidido muchos meses antes del comienzo de la invasión redirigir las fuerzas del GEC lejos de la capital soviética luego de que la fuerza de invasión principal hubiese alcanzado Smolensk. Las prolongadas discusiones sobre Moscú en julio y agosgto de 1941 nacieron de la (falsa) creencia sostenida por el OKH de que podría cambiar la opinión de Hitler durante el curso de la campaña y debido a que muchos altos comandantes del frente desconocían la asentada intención de Hitler de cambiar el principal esfuerzo del avance lejos de la capital soviética.

Los historiadores se refieren a menudo al "fracaso de capturar Moscú" cuando describen la derrota del ejército alemán fuera de la capital soviética a finales de 1941. La implicación tras este término de que la Wehrmacht hizo todo esfuerzo para tomar la ciudad, pero que en última instancia no tuvo éxito es sólo cierta en la etapa final de la Operación Tifón, que duró desde mediados de noviembre hasta principios de diciembre. Sin embargo, por esta época las deterioradas condiciones meteorológicas, el agotado estado de la Wehrmacht, y la ruptura en el sistema de suministros significaron que el GEC sólo fue capaz de montar un limitado esfuerzo contra la ciudad.

¿Cómo pueden explicarse el obstinado rechazo de Hitler de dar prioridad a la capital soviética y su reluctancia a entrar en la ciudad? Mawdsley atribuye esta aversión al propio fracaso de Napoleón en Rusia tras la caída de Moscú en 1812. Esto surge de una conversación registrada el 20 de agosto de 1941, durante la cual Hitler reveló a Jodl que estaba decidido a evitar seguir el mismo paso que Napoleón y temía "una batalla a vida o muerte con el bolchevismo" en la capital soviética.

Además, en el contexto de lucha ideológica contra la Unión Soviética, que Hitler caracterizó como una "guerra de aniquilación", estaba decidido a que Moscú fuese destruida. Esto ya se había hecho evidente durante las etapas iniciales de la campaña con su declaración de que la capital soviética debía ser "arrasada". Sin embargo, como ha señalado Seaton, Hitler despreció descaradamente la importancia de Moscú no sólo como un gran centro de transporte, sino también como un centro clave industrial y de comunicaciones y la única ciudad de Rusia central que podía proporcionar refugio a una gran parte de las tropas alemanas durante los meses de invierno. La afirmación de Hitler de que era reacio a entrar en la capital soviética para evitar grandes bajas en la lucha callejera que estaba seguro se produciría, debe ser cuestionada a la luz de su decisión de comprometer y en última instancia sacrificar a un cuarto de millón de soldados del Eje en Stalingrado un año más tarde.

Las razones que Hitler dio para su decisión de dar prioridad a Leningrado y Ucrania parecen ser igualmente dudosas. La amenaza que afirmó que la flota soviética representaba para la navegación alemana en el Mar Báltico resultó ser exagerada pues los barcos soviéticos rara vez se aventuraron fuera de sus bases navales en Leningrado y Kronstadt en 1941. De forma similar, el daño menor causado por los ataques aéreos soviéticos sobre las instalaciones de producción petrolífera en Ploesti refutan su afirmación de que la presencia de bases aéreas soviéticas en Crimea constituían una gran amenaza para el suministro de petróleo de Alemania desde Rumania. La creencia de Hitler de que la captura de la cuenca del Donets conduciría al colapso de la economía soviética se demostró ser errada.

Aunque las fuerzas del Ejército Rojo desplegadas en el flanco meridional del GEC representaban, como Hitler mantenía, una amenaza a un avance sobre Moscú en el verano de 1941, este asunto fue tratado en las propuestas adelantadas en el memorando de Brauchitsch. Al justificar su decisión de cambiar el principal esfuerzo de la invasión lejos de Moscú, parece que Hitler simplemente estaba buscando más razones para apoyar la estrategia que ya había decidido antes del comienzo de la guerra. Su propósito primordial era conquistar tanto territorio como fuese posible y capturar todos los recursos naturales de la Unión Soviética que creía necesarios para sostener el esfuerzo de guerra de Alemania. Como sugiere Seaton, con la cadena de victorias sucesivas durante las etapas iniciales de la Operación Barbarroja, Hitler justamente estaba aguardando y esperando que la Unión Soviética colapsara desde dentro, y en el contexto de esta estrategia, Moscú no tenía importancia para él.

Todavía surge la pregunta de qué habría sucedido si el GEC hubiera continuado su avance sobre la capital soviética en el verano de 1941 como había planeado el OKH. Como Hitler nunca intentó que ocurriera esto, una aproximación más útil sería preguntar si la estrategia defendida por el OKH de un avance continuado sobre Moscú era correcta en base a la evidencia histórica ahora disponible. Sin embargo, explorar esta cuestión sería un tema para otro artículo]

Saludos cordiales
JL
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