Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

La guerra en el este de Europa

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por José Luis » Lun Oct 18, 2010 8:47 pm

¡Hola a todos!

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La escultura del enlace (el memorial de la plaza Nakhimov, Sebastopol, en honor a los defensores de Sebastopol de 1941-1942) representa a un valiente soldado soviético enfrentado a tres ataques enemigos simbolizados en tres bayonetas; rechaza los dos primeros (noviembre y diciembre de 1941) pero sucumbe al tercero (junio de 1942). Debajo del guerrero hay varias placas con los nombres de todas las unidades del ejército y la marina que defendieron la ciudad y su puerto.

En sus memorias, el mariscal de campo Erich von Manstein fecha su primer ataque a Sebastopol el 17 de diciembre de 1941, pero antes apenas se extiende sobre el verdadero primer ataque de noviembre y pasa como de puntillas:

“(...) Hubo que renunciar, sin embargo, a la tentadora idea de que la misma Brigada Ziegler diese un golpe de mano contra Sebastopol..... (…) En tales condiciones, el mando del ejército no tuvo más remedio que desistir de su propósito de tomar por sorpresa el fuerte de Sebastopol en ataque combinado por el este y el sudeste como remate de la acción persecutoria”. (1)

Primer ataque a Sebastopol: 10-21 de noviembre de 1941

Para la historiografía soviética de la Gran Guerra Patriótica el primer ataque sobre Sebastopol tuvo lugar del 10 al 21 de noviembre de 1941. El 7 de noviembre, el vicealmirante F. S. Oktyabrsky, comandante de la Flota del Mar Negro, fue nombrado comandante general de la Región Defensiva de Sebastopol, con el general Ivan Petrov, comandante del Ejército Costero, al mando de las fuerzas terrestres. El 9 de noviembre, el Ejército Costero de Petrov había llegado a Balaklava procedente de Yalta con cerca de 20.000 hombres, unos cuantos tanques ligeros T-26 y más de 350 cañones y morteros. Con las tropas que ya había en Sebastopol, Oktyabrsky disponía ahora de unos 52.000 hombres para defender la ciudad, contando además con el apoyo de la artillería naval del crucero pesado Krasny Kavkaz, de los cruceros ligeros Krasny Krym y Chervona Ukraina, y de siete destructores (2). Los soviéticos habían construido una línea defensiva de avanzada de 44 kilómetros de largo; la región fue dividida en cuatro sectores ideados para comprender 42 áreas defensivas de tamaño de batallón, apoyadas por un complejo de fuertes, baterías de defensa costera y aérea, cunetas antitanque y fortificaciones de campaña como búnkeres y trincheras explotando al máximo la dificultad del terreno (3).

En su primer ataque de noviembre a Sebastopol y a diferencia de lo que haría en diciembre y luego en junio de 1942, Manstein escogió su principal ruta de aproximación en el sudeste, a lo largo de la ruta costera de Yalta a Sebastopol, siguiendo la línea de la antigua carretera de Vorontsov de la famosa Guerra de Crimea de mediados del siglo XIX, una ruta que cortaba por el famoso campo de batalla de Balaklava y que llevaba a los altos de Sapun Gora hacia la ciudad. Esa zona estaba defendida por las tropas del primer y segundo sectores defensivos.

Mapa general:
Imagen
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El 10 de noviembre, Manstein lanzó a la 50ª División de Infantería hacia el río Chernaya y al día siguiente a la 132ª División de Infantería hacia la bahía de Severnaya, capturando Uppa y Mekenzyya, respectivamente. Petrov contrarrestó lanzando al 2º Regimiento de Infantería de Marina y a la 172ª División de Fusiles para frenar el avance alemán, mientras que Oktyabrsky utilizó su artillería naval, su artillería costera y su grupo aéreo para machacar a las unidades de las dos divisiones alemanas. El 15 de noviembre la situación se tornó crítica para los soviéticos cuando la 72ª División de Infantería alemana atacó desde el este hacia Balaklava, donde el 514º Regimiento de Fusiles perdió 400 hombres. Petrov reconoció la gravedad de la situación cuando declaró en ese mismo día:

La situación en Balaklava se ha vuelto crítica. El enemigo ha capturado la colina 212.1, la última antes de Balakñava. Debemos re-capturar los altos, pues son posiciones claves en este eje. Si lo logramos, entonces todo el grupo enemigo en el área de Balaklava caerá en una trampa. Al mismo tiempo, debemos reforzar la defensa de todo el sector meridional. Además, debemos atacar el flanco del enemigo” (4).

Manstein reforzó las dos divisiones del LIV Cuerpo de Ejército (50ª y 132ª) con la 22ª División de Infantería (XXX Cuerpo de Ejército) para reanudar un nuevo ataque con estas tres divisiones en el centro, mientras que la 72ª División de Infantería lo hacía desde el sur. Petrov y Oktyabrsky respondieron comprometiendo todas sus reservas y contraatacando el 20 de noviembre, asegurando el sector clave de Balaklava. El 21 de noviembre, Manstein suspendió la ofensiva después de sufrir cerca de 2.000 bajas en los combates que en ella tuvieron lugar.

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por José Luis » Lun Oct 18, 2010 8:58 pm

Segundo ataque a Sebastopol: 17-30 de diciembre de 1941

Ahora Manstein tenía que preparar un nuevo ataque contra Sebastopol, y esta vez sí que dedica varias páginas de su libro de memorias para explicar retrospectivamente, con ciertos errores en las fechas que iré anotando, sus consideraciones, preparativos, ataque y causas del fracaso.

En primer lugar, señala Manstein que se le había ordenado capturar Sebastopol antes de la llegada del invierno, y con esto en mente parece ser que prometió entregar la plaza al Führer como regalo de Navidad (5). Ahora bien, para intentar tal empresa tenía que dejar muy poco defendida la península de Kerch: “Se veía, pues, el mando ante el dilema de si deberíamos afrontar el enorme riesgo de dejar sin protección Crimea y especialmente la península de Kerch, o si le convendría más arriesgar de antemano el éxito del ataque, emprendiéndolo con fuerzas insuficientes. La decisión recayó a favor de la primera proposición” (6).

Al mariscal de campo Erwin Rommel, permitidme esta pequeña digresión, se le criticó ferozmente (en la época desde el mando italiano y el mando alemán, y en la posguerra desde buena parte de la literatura militar) por la persecución que realizó, nada más capturar Tobruk en junio de 1942, sobre las restantes unidades del 8º Ejército en su huida hacia Egipto y hasta su llegada a El Alamein. Las críticas descansaron básicamente en su mala situación y escasez de suministros y en lo batidas y fatigadas que ya estaban sus tropas. Rommel contestó a sus críticos razonando que si daba tiempo a su enemigo, deteniendo su persecución, a replegarse, organizarse y reforzarse en sus posiciones defensivas, entonces rendiría inútiles sus esperanzas futuras de éxito, pues el enemigo podía reforzarse a un ritmo mucho mayor del que él mismo podía lograr. Cuestión de diferentes maneras de ver las cosas, no hubo prácticamente crítica alguna al entonces General der Infanteríe von Manstein en su ataque de diciembre de 1941 sobre Sebastopol, a pesar de que, mutatis mutandis, el futuro mariscal esgrimió ante su fracaso final los mismos argumentos que expuso el Zorro del Desierto en sus documentos de guerra. Y eso que Manstein actuó peor que Rommel, pues sabiendo que el retraso reduciría la posibilidad de éxito (7) y no pudiendo evitar el retraso, atacó igualmente a Sebastopol, mientras que Rommel atacó sin retraso, justificando así sus argumentos.

Tras su fracaso en su primera embestida de 10-21 de noviembre y después de considerar el tiempo necesario para abastecerse de suministros y concentrar a sus fuerzas, Manstein fijó la fecha del ataque para el 27/28 de noviembre (8). Pero la meteorología (la lluvia) tornó intransitable buena parte de las carreteras, complicando en extremo los movimientos de tropas y especialmente de suministros, por lo que, por tal motivo, la fecha del ataque se pospuso para el 17 de diciembre. Manstein explica:

Ni que decir tiene que toda esta pérdida de tiempo resultaba ventajosa para el enemigo, que en el recinto de su zona fortificada tenía plenamente resueltas aquellas dificultades. Tampoco dejaba de redundar en favor suyo el hecho de que cada día que demorábamos nuestro ataque aumentaba para nosotros el peligro de vernos acometidos por nuevos contingentes de desembarco. Nada menos que un retraso de tres semanas llevábamos cuando el LIV Cuerpo de Ejército pudo comenzar a batir el lado norte y el XXX Cuerpo se lanzó por el sur en un ataque de diversión y contención. Un retraso que, como el tiempo nos demostraría, había de ser fatal para nuestro intento” (9).

A pesar de esta demora fatal, Manstein atacó. Pero había otros factores que el mariscal debió juzgar no interesantes como para mencionar en sus memorias. Unos eran de índole estratégica: el 11º Ejército (y el 3º Ejército Rumano que le estaba asignado) formaba parte del Grupo de Ejércitos Sur del mariscal von Rundstedt. El 21 de noviembre de 1941, precisamente cuando Manstein canceló su primer ataque contra Sebastopol, el Panzergruppe de Kleist (GES), en concreto la Leibstandarte de Sepp Dietrich, tomó la importante ciudad de Rostov. Sin embargo, pocos días después, el 27 de noviembre, contraatacaron los soviéticos y Dietrich hubo de abandonar Rostov el 29 de noviembre. Este revés y la retirada simultánea del Panzergruppe de Kleist al Mius, defendida por su superior inmediato ante el OKW, provocaron la dimisión de von Rundstedt el 1 de diciembre de 1941, sustituido por el iconoclasta de von Reichenau. Luego, cinco días más tarde, el Ejército Rojo lanzó una contraofensiva contra el Grupo de Ejércitos Centro que pronto se haría extensiva a los tres ejes estratégicos del Frente Oriental. Con este cuadro general desolador, poco podía esperar Manstein en cuanto a llegada de refuerzos. Pero otros factores que tampoco comentó en sus memorias, salvo de forma muy genérica, tenían que ver con el estado lamentable en que se encontraban sus propias fuerzas, que llevaban combatiendo bajo su mando desde hacía cuatro meses. En efecto, las cuatro divisiones que debían sostener el principal ataque de su proyectada ofensiva no superaban los 16.000 hombres, y no había reservas disponibles. Por otra parte, había escasez de artillería pesada y mucha más de munición de artillería (10).

Manstein planificó la ofensiva encomendando el ataque principal por el norte al LIV Cuerpo de Ejército, que desplegaría a las divisiones de infantería 22ª, 132ª y 50ª junto con la recién llegada 24ª División de Infantería, más el grueso de la artillería pesada. El ataque de distracción por el sur se lo encargó al XXX Cuerpo de Ejército, que contaría con la 72ª División de Infantería y con la 170ª División de Infantería traída de Kerch, más una brigada de montaña rumana. Además, planeó retirar a la 73ª División de Infantería de Kerch para tenerla como reserva del ejército con vistas a reforzar el ataque del norte, con lo que para la defensa de la península oriental quedaba exclusivamente el cuartel general del XXXXII Cuerpo de Ejército y su 46ª División de Infantería. Al cuerpo de montaña rumano lo envió a las montañas de Jaila a combatir contra los partisanos, quienes “reforzados por numerosos desbandados del Ejército de Costas, hostilizaba eficazmente nuestros convoyes, tanto por la carretera a Feodosia como por el sur de las montañas al frente de Sebastopol” (11). De esta forma sólo quedaban para la defensa costera la 8ª Brigada de Caballería rumana en la costa oriental, unas cuantas baterías costeras de reciente construcción y algunas unidades retrasadas de las formaciones combatientes.

La peligrosísima situación que resultaba de esta planificación no escapó a Manstein, al menos no escapó a su cuenta retrospectiva de posguerra: “No cabe duda de que, dominado el mar como lo estaba por la flota roja, esta decisión del mando del ejército suponía un elevado margen de riesgo en la empresa de dejar las costas tan desamparadas. Un riesgo que, a pesar de todo, parecía tolerable si el ataque a Sebastopol se llevaba a cabo pronto, antes de que el enemigo tuviese tiempo de traer por mar, desde Kuban o del Cáucaso, fuerzas de refresco para emprender nuevas acciones” (12).

Es evidente que esta aceptación de “riesgo tolerable” valorada hacia mediados tardíos de noviembre no debió merecer a Manstein una diametralmente opuesta a mediados de diciembre, cuando atacó luego de tres semanas de retraso en la fecha de inicio de su ofensiva, y cuando se habían producido las nuevas circunstancias en el Frente Oriental arriba mencionadas. Además, el mismo día del inicio de la ofensiva, 17 de diciembre de 1941 (13), el cuartel general del Grupo de Ejércitos Sur ordenaba a Manstein la urgente cesión de las divisiones de infantería 73ª y 170ª para ayudar a restablecer la crítica situación en el sector del Panzergruppe 1 de Kleist. Las quejas de Manstein a Reichenau en el sentido de que esa reducción de fuerzas imposibilitaría su ataque a Sebastopol sólo consiguieron su retención de la 170ª División de Infantería. Con todo y eso, Manstein declaró en sus memorias de posguerra: “Ante la necesidad de tomar una decisión, el mando del ejército [es decir, él] optó por la aventurada de proceder al ataque incluso en circunstancias tan dudosas” (14).

Por su parte, los soviéticos emplearon todo ese intervalo de tiempo para traer nuevos refuerzos a Sebastopol. La Flota del Mar Negro transportó a los 11.000 hombres de la recién formada 388ª División de Fusiles a Sebastopol entre el 7 y 13 de diciembre, además de otros reemplazos para las baqueteadas formaciones del general Petrov, quien debía mantener a toda costa el área norte del río Belbek para retener la 10ª Batería Costera cerca de Mamaschai.

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por José Luis » Lun Oct 18, 2010 9:14 pm

La ofensiva comenzó a las 06:10 horas del 17 de diciembre con la preparación artillera y el bombardeo aéreo del VIII Fliegerkorps. La 22ª División de Infantería atacó al norte del río Belbek contra la 8ª Brigada de Infantería de Marina, siguiendo la 132ª División de Infantería contra los altos al sur del Belbek. Las cosas discurrieron relativamente bien para estas dos divisiones, pues tras cinco días de duros combates Petrov abandonaba el saliente de Mamaschai y retiraba a la 8ª Brigada de Infantería de Marina y al 90º Regimiento de Fusiles a la orilla norte del valle de Belbek. En cambio, la situación parecía estancada en el avance de las divisiones de infantería 50ª y 24ª, que apenas progresaba por el terreno quebrado y lleno de maleza de la montaña en dirección a la bahía de Severnaya. En el sur, las divisiones de infantería 72ª y 170ª (XXX CE) hicieron retroceder en algunos lugares a la 172ª División de Fusiles, pero no pudieron conseguir la penetración. El único éxito real fue conseguido el 23 de diciembre por la 170ª División de Infantería y la 1ª Brigada de Montaña rumana con la captura de la Colina de la Capilla, una posición clave en el segundo sector defensivo soviético.

La ofensiva de Manstein estaba condenada de antemano al fracaso. Insuficiente apoyo aéreo, mal tiempo, días cortos y noches largas, sin reservas y con la supremacía naval soviética, Manstein no estaba en disposición de romper las defensas soviéticas y apoderarse de Sebastopol. Los soviéticos lograron reforzar sus defensas con la incorporación de la 79ª Brigada de Infantería Naval y la 345ª División de Fusiles, mientras que el acorazado Parizhskaya Kommuna y su grupo de fuego de cañones naval pulverizaron a la infantería alemana allí donde ésta amenazaba ruptura (15).

Entonces sucedió lo que era de esperar. El 26 de diciembre los soviéticos desembarcaron unos 5.000 hombres cerca de Kerch. Ante esta circunstancia el teniente general Hans Graf von Sponeck, comandante general del XXXXII CE, solicitó al cuartel general del 11º Ejército permiso para retirar la 46ª División de Infantería y el cuartel general del cuerpo a una posición defensiva en el istmo de Parpach, movimiento que resultaba, según Sponeck, en una mejor defensa ante cualquier ofensiva soviética por su economía de fuerzas en un sector más reducido. Manstein rechazó la solicitud creyendo que si Sponeck dejaba que los soviéticos consolidaran su desembarco en Crimea, después resultaría excepcionalmente difícil expulsarlos nuevamente, requiriendo una contraofensiva mayor. Por tanto, ordenó a Sponeck que echase a los soviéticos al mar mientras éstos todavía no habían asentado su desembarque. Impertérrito por esa amenaza en Kerch, Manstein ordenó al LIV Cuerpo de Ejército que continuase con su ofensiva contra Sebastopol. Sponeck contraatacó con la 46ª División de Infantería el 27 y 28 de diciembre eliminando la mayoría de las fuerzas soviéticas desembarcadas, pero volvió a pedir a Manstein permiso para retirarse. Manstein, una vez más, se lo negó. Entonces, el 29 de diciembre los soviéticos volvieron a desembarcar tropas en el puerto de Feodosia, capturado ese mismo día por un coup de main de la Flota del Mar Negro. Esta vez desembarcaron 23.000 hombres y un batallón de tanques del 44º Ejército. Ahora Sponeck, bajo su propia responsabilidad, se retiró a Parpach y lo comunicó al cuartel general del 11º Ejército. La contraorden de Manstein ya no fue recibida por el XXXXII Cuerpo de Ejército y, además, la 46ª División de Infantería ya estaba ejecutando la retirada. Ese mismo día, Manstein destituyó a Sponeck y ordenó al LIV Cuerpo de Ejército seguir con sus ataques contra Sebastopol, pero al día siguiente, 30 de diciembre, tuvo que suspender definitivamente su ofensiva contra Sebastopol.

La soberbia del brillante mariscal de campo berlinés y su obsesión por continuar una ofensiva inútil y sangrienta contra Sebastopol bien pudieron causar la perdición del 11º Ejército alemán si los soviéticos hubieran explotado su éxito inicial de los desembarcos de Kerch y Feodosia aniquilando a la 46ª División de Infantería y cortando los suministros en la retaguardia del ejército de Manstein.

¿Cómo reaccionó Manstein ante los desembarcos soviéticos en Kerch y Feodosia? Nada de detener una ofensiva que carecía de fuerzas suficientes para lograr el éxito final. Tras lamentar la falta de la 73ª División de Infantería (que se había llevado Reichenau), una queja absurda por cuanto Manstein ya sabía desde el inicio del ataque que no podía contar con ella, Manstein dice en sus memorias que decidió “retener de momento las fuerzas íntegras del cerco, incluso después de los desembarcos rusos en Feodosia [29 de diciembre de 1941], pechando con el riesgo que por instantes nos amenazaba” (16). Sólo suspendió el ataque de distracción del XXX Cuerpo de Ejército para enviar a la 170ª División de Infantería como ayuda a Kerch, pero ordenó al LIV Cuerpo de Ejército, con la aquiescencia de su comandante y de los mandos de sus divisiones, continuar el ataque contra Sebastopol en un “último esfuerzo para alcanzar el objetivo de Ssewernaja [Severnaya]”, ya no la captura de Sebastopol. Y cita como ejemplo de la buena disposición de sus mandos para dejar en el intento su último aliento al coronel von Choltitz, el comandante del 16º Regimiento de la 22ª División de Infantería, que penetró en el Fuerte Stalin. Sin embargo, eran otras las verdaderas sensaciones de Choltitz, quien, como muchos otros comandantes, creía que se estaba pidiendo demasiado a sus bravos hombres con tan poco efecto. Choltitz pidió que se le relavara del mando. Manstein tuvo tiempo de visitar su puesto de mando; Choltitz recordó a Manstein expresando con emoción su gratitud por la bravura de sus hombres (17).

Cuando Manstein canceló la ofensiva al finalizar el 30 de diciembre, explicó su decisión en sus memorias con la siguiente frase: “Justamente pensando en ellas [sus tropas] y en el deber de conservarlas, era como habíamos llegado a la decisión” (18). Extraña razón la dada por Manstein, cuando se comprueba que entre el 17 y el 31 de diciembre, la ofensiva contra Sebastopol, el 11º Ejército sufrió más de 8.500 bajas. Con razón uno puede entender al soldado de infantería Gottfried Götzenaurer, cuando -recordando que su batallón quedó reducido a 24 hombres, que no había quedado ningún oficial, ni siquiera un sargento, y tuvieron que ser dirigidos por un cabo, y aun así les ordenaron seguir atacando- expresó: “Cuando pienso en los montones de cadáveres tengo que decir una vez más, fue criminal” (19).

¿Y Sponeck? Ya he comentado sobre el asunto Sponeck en el hilo de “Von Manstein” en el subforo de “Biografías”, por lo que huelga repetir aquí lo dicho allí. Sin embargo, la decisión de Sponeck de retirar a sus tropas fue, a mi juicio, una decisión a todas luces acertada; y también lo fue en opinión de Franz Halder y Georg von Sodenstern, jefe del EMG y jefe del EM del Grupo de Ejércitos Sur, respectivamente. Y finalmente, también lo fue a juicio retrospectivo...... ¡del propio Manstein!

El 30 de diciembre de 1941, Halder dirigió un mensaje al GES en el que mencionaba que la crítica situación causada por el desembarco soviético en Feodosia no podía restablecerse solo con la 46ª División de Infantería, a menos que se enviasen refuerzos inmediatamente. En su opinión, la decisión del teniente general Sponeck de evacuar la península de Kerch estaba totalmente justificada. El 31 de diciembre de 1941, el general Sodenstern declaró que la retirada de Sponeck del XXXXII Cuerpo de Ejército podía justificarse a causa del importante número de formaciones soviéticas que habían desembarcado en Feodosia y a causa de la dificultad de restablecer la situación que podría plantearse si se perdía la 46ª División de Infantería. El 10 de febrero de 1942, en un segundo informe sobre la evacuación de la península de Kerch escrito para el GES y más tarde comunicado al OKH a través de Bock (que había sustituido a Reichenau tras su muerte), Manstein afirmó que la retirada de la 46ª División de Infantería estaba justificada por tres razones. Primera, el colapso de las fuerzas rumanas permitió a las tropas del Ejército Rojo que habían desembarcado en Feodosia avanzar hacia el norte, más aún cuando el mal tiempo había demorado los refuerzos alemanes por una semana. En consecuencia, habría sido imposible para la 46ª División de Infantería mantener el frente y evitar el cerco. Segunda, las tropas de Sponeck, que ya estaban muy escasas de suministros, no podían haber resistido hasta la llegada de refuerzos. Tercera, a causa de las malas condiciones meteorológicas, no se pudo emplear a la Luftwaffe para rechazar a las formaciones soviéticas o suministrar a la 46ª División de Infantería. En tales circunstancias, concluyó Manstein, la decisión de Sponeck de evacuar la península de Kerch estuvo justificada (20).

Notas:

(1) Erich von Manstein, Victorias Frustradas (Barcelona: Inédita Editores, S.L., 2006), pp. 289-290.

(2) Robert Forczyk, Sevastopol 1942. Von Manstein's Triumph (Osprey Publishing, 2008), p. 11.

(3) Mungo Melvin, Manstein. Hitler's Greatest General (London: Weidenfeld & Nicolson, 2010), p. 239.

(4) Ibid., p. 240.

(5) Véase el documental de Guido Knopp y Jörg Mullner, Hitler's Warriors. Manstein, The Strategist (1999), en las entrevistas en la parte dedicada a Crimea y Sebastopol de diciembre de 1941.

(6), Manstein, Victorias Frustradas, pp. 295-296.

(7) ”La tarea que ahora tenía que acometer el Decimoprimer Ejército era la de atacar y tomar el último baluarte del enemigo en Crimea, o sea Sebastopol. Cuanto antes nos pusiésemos a ello, menos tiempo le dejaríamos al adversario para disponer su defensa y mayores serían, por consiguiente, nuestras probabilidades de victoria; sin contar con que también le restábamos al enemigo oportunidades de atacarnos por mar”. Ibid., p. 295.

(8) En sus memorias está errada la fecha, que se sitúa el 27 ó 28 de octubre. Véase p. 297.

(9) Ibid., p. 298.

(10) Forczyk, Op. Cit., p. 12.

(11) Manstein, Victorias..., p. 297.

(12) Ibid., p. 297.

(13) Manstein fecha mal, tanto en Verlorone Siege, p. 238, Victorias Frustradas, p. 298, como en Lost Victories, p. 223, la fecha de ese suceso, que pone en 17 de octubre. Ya de por sí extraño a la cronología de su relato, la confirmación del error me viene por Mungo Melvin, que la observa igualmente en su biografía y despeja citando el propio diario de guerra de Manstein, que en la entrada del 17 de diciembre de 1941 anotó correctamente observando: “Finalmente he logrado convencer a Reichenau de que deberíamos retener la 170ª DI”. Munglo Melvin, Op. Cit., p. 563, nota 76.

(14) Manstein, Victorias..., p. 298.

(15) El estrago producido por la artillería soviética en la infantería alemana está bien reflejado en la historia divisional de la 22ª División de Infantería: “el indescriptible fuego de la artillería enemiga había llevado a nuestras tropas al final de su fuerza”. El 16º Regimiento de Infantería de esta división, mandado por el coronel Dietrich von Choltitz consiguió en la noche del 30 al 31 de diciembre el máximo avance del ataque al penetrar el Fuerte Stalin, si bien al precio de dejar sus compañías a un nivel de fuerza que oscilaba entre los 10 y 20 hombres. Mungo Melvin, Manstein, p. 247.

(16) Manstein, Victorias..., p. 300.

(17) Mungo Melvin, Op. Cit., p. 248.

(18) Manstein, Victorias...., p. 300.

(19) Documental citado de Knopp y Mullner.

(20) Benoit Lemay, Erich von Manstein: Hitler's Master Strategist (Casemate, 2010), pp. 226-227

Saludos cordiales
José Luis
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Javier Ormeño Chicano
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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por Javier Ormeño Chicano » Lun Oct 18, 2010 10:59 pm

Un pequeño aporte gráfico al hilo para ver sobre el mapa lo expuesto por José Luis.

Imagen


Fuente: FORCZYK, R. "Sevastopol 1942. Von Manstein´s Triumph" Osprey, 2008
ImagenImagenImagen
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Mensaje por jesus2 » Mié Oct 20, 2010 1:09 am

Comentemos algunas cosas.
José Luis escribió:señala Manstein que se le había ordenado capturar Sebastopol antes de la llegada del invierno
Si podía. :-D ¿Realmente podía? Veamos con más detenimiento un aspecto sobre el cual José Luís ha pasado un poco de puntillas.

Pero antes que eso, unos mapas. El primero es de la guera de Crimea, pero nos sirve para ver mejor la orografía del campo de batalla.

Imagen

El segundo es un mapa táctico/operacional del ataque de diciembre.
Imagen

Y el tercero es de la ofensiva final de junio/julio del 42.
Imagen

Este último aconsejo pinchar en la imagen hasta conseguir su ampliación. Los dos últimos han salido de aquí:

Panzer-Archiv (en alemán)

Y el último lo he colocado por un motivo que, tarde o temprano, habría sido decisivo en el ataque de diciembre: las defensas soviéticas. Y más concretamente; los fuertes.

Antes un poco de Historia. Si en 1.850 hubo una guerra de Crimea fue por algo. Los ingleses se la podrían haber ahorrado, pero esa es otra historia. En el Mar Negro la URSS disponía de tres grandes puertos: Odessa, Sebastopol y Novorosiisk. El primero cayó en octubre del 41 tras un sangriento cerco que le costó a los rumanos unas 100.000 bajas. En noviembre del 41 Sebastopol se encontrada bloqueada por su parte terrestre, pero ni mucho menos por la naval. El tercer gran puerto no nos interesa en exceso para este tema.

Así pues, la importancia estratégica de Sebastopol radica en ser el puerto más cercano de la Flota Soviética en el Mar Negro al estrecho del Bósforo en diciembre del 41. Importancia estratégica disminuída por el control de Turquía de dicho estrecho: es muy difícil que los buques de guerra soviéticos puedan operar en el Mediterráneo. En todo caso, Sebastopol seguía siendo una importante ciudad y base naval. En la zona se encuentran potentes unidades soviéticas y es imperativo tomar la ciudad para eliminar la amenaza terrestre de dichas fuerzas sobrepasando el Itsmo de Perekov y atacando a las tropas del Heeresgruppe Süd por la retaguardia.

Los factores que anunciaban el fracaso del ataque de diciembre ya han sido descritos en general por José Luis. Añadiría alguno más: la falta de un adecuado conocimiento del campo de batalla no a nivel táctico sino operacional por parte de von Manstein (o peor aún, el conocerlo y atacar de igual modo) e incluso que los alemanes, no ya von Manstein, no disponían de la suficiente información de las defensas de Sebastopol y el área que rodea la ciudad. La verdad es que esto último me cuesta mucho, muchísimo creerlo.

Me gustaría que todo el mundo se fijara bien en el tercer mapa, pues muestra bastante bien las defensas de la ciudad. Y no del todo: faltan los campos de minas (en muchos lugares muy densos y extensos), sistemas de trincheras, posiciones de artillería e incluso de artillería naval, etc. Sobre todo muestra lo que tarde o temprano habría provocado el fracaso del ataque de von Manstein: los fuertes. Ni más ni menos que 15. Y vaya fuertes: algunos de la longitud de 2 campos de fútbol (y de un gran equipo) y la altura de un edificio de tres pisos. Dejando a un lado otras defensas como las numerosas colinas (todas fortificadas) y otros puntos fuertes, lo que von Manstein considera una hazaña era en realidad el máximo que sus tropas podían alcanzar: el primer gran fuerte. Quizás cayó el fuerte Volga, pero del fuerte Stalin no pasaban.

En fin, para poder tomar Sebastopol por tierra (por mar es imposible para los alemanes) hay que antes tomar todos los fuertes. ¿Que von Choltitz ha conseguido poner el pie en el fuerte Stalin? Pues vaya cosa; detrás de ese fuerte hay otros 4 más. En ese momento de la batalla las divisiones de von Manstein son incapaces de esfuerzos ofensivos dignos de tal nombre, y menos aún para lanzarse al asalto sobre muros de hormigón armado protegidos por baterías navales de acero con cañones de buques de guerra. Hace falta mucho, muchísimo más que la decisión de las valerosas tropas alemanas de seguir avanzando. Y ese algo más no tiene nada que ver con el valor o la moral de un soldado.

Von Manstein aprendería la lección. Antes de lanzarse al asalto en junio del 42, y dejando a un lado operaciones previas en Jarkov y la Península de Kerch, hay que aplastar los fuertes, alturas, puntos fuertes, sistemas de trincheras, etc. con lo que no tuvo en diciembre: una flota aérea y una cantidad de bocas de artillería, en especial de artillería pesada de asedio (el nombre "técnico" por sí solo impone) de una cantidad equiparable al de las mejores ofensivas soviéticas. Es entonces y solo entonces, cuando la artillería aérea y terrestre lleva 5 días disparando acá y allá, cuando ahora sí, las tropas de von Manstein son capaces de tomar la ciudad tras un mes de combates.

Con los medios adecuados un sistema de trincheras se puede construir en un mes. En otro mes se puede fortalecer ese sistema de trincheras con campos de minas, alambre de espino, etc. mas otro tipo de acciones en el terreno. Es decir, en x meses se puede construir un buen sistema defensivo. ¿Pero se puede construir un fuerte en meses? Desde luego que no; se necesita cerca de un año. Y para construir ni más ni menos que 15 fuertes se necesitan muchos años. Algunos de los fuertes empezaron a construírse en 1.935, y por su tamaño es imposible camuflarlos. ¿La Luftwaffe, tanto en paz como sobre todo en guerra ha sido incapaz de localizarlos? Es difícil de creer.

Un buen comandante conoce la historia militar de un país o zona a atacar, y seguramente von Manstein conocía al detalle lo sucedido en la Guerra de Crimea. Ya entonces, como muestra el primer mapa, había fuertes construídos. ¿Conocía von Manstein la existencia de fuertes en Sebastopol? Supongo que sí, lo contrario sería gravísimo. A von Manstein, el "genio operacional", este detalle no se le podía haber pasado por alto. Entonces, si es así... ¿por qué dio orden de atacar Sebastopol sin haber hecho nada para anular la literalmente mortal amenaza que suponía la existencia de dichos fuertes? Posiblemente por un exceso de soberbia y confianza. Sobre todo de lo primero; con frecuencia von Manstein se cegaba y cebaba en lo suyo, lo de su sector, olvidando lo acaecido o que está sucediendo en otros, perdiendo totalmente la visión táctica, operacional o incluso estratégica de las cosas. El ataque sobre Kerch fue el primer aviso; el desembarco en Feodosiya según Google maps era una amenaza para su ejército y el final inmediato de las operaciones en Sebastopol. Pero von Manstein incluso así tardó en reaccionar.

Quizás la verdadera clave de la decisión de von Manstein de atacar con todo en contra reposa en esta frase:
parece ser que prometió entregar la plaza al Führer como regalo de Navidad
Y esa frase merece que mañana le haga una pregunta a José Luis. ¿Y por qué no se la hago hoy? Pues no sé... me lo teníais que haber preguntado ayer. :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:

De momento, hoy... un saludo. :-D :-D :-D
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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por José Luis » Mié Oct 20, 2010 3:26 pm

¡Hola a todos!

Bienvenido "a filas", Jesús. Verás, la principal razón que me movió a abrir este hilo fue poner de manifiesto la carencia de una base estratégica propicia en la que Manstein pudiera justificar racionalmente su decisión de ejecutar su planeada ofensiva contra Sebastopol y su determinación de continuarla hasta el absurdo final. En este sentido y en mi opinión, no es tan importante, de inicio, centrarse en la fuerza y capacidad defensiva de la guarnición rusa de Sebastopol como, más bien, en la certeza (que Manstein debía tener) de que la captura de esa fortaleza no iba a ser una empresa fácil de coronar con éxito, si tal era finalmente el caso. Más aún, la dificultad potencial de esa empresa fue creciendo en la medida en que se fue demorando la puesta en marcha de la misma. Sabiendo que Manstein (y sabiéndolo Manstein) tenía el 85 por ciento de su ejército desplegado en torno a Sebastopol, teniendo en cuenta que había muy pocas fuerzas germano-rumanas guardando la península de Kerch y conociendo que los soviéticos dominaban los mares, el riesgo que asumió Manstein al ordenar la ofensiva era demasiado alto, pues, de torcerse las cosas, podía pasar de sitiador a sitiado. Por otra parte, pero al mismo tiempo, había un hecho sustancial insoslayable: tal como estaba la presión soviética en los otros frentes de los ejércitos alemanes a mediados de diciembre, Manstein no podía esperar recibir refuerzos al margen de lo que tenía a mano; los soviéticos, gracias a su supremacía naval, sí.

Por tanto, una ofensiva contra Sebastopol bajo las circunstancias dadas a mediados de diciembre de 1941 entrañaba el riesgo mortal, mientras se desarrollaba la misma, de que los soviéticos desembarcasen tropas suficientes en la península de Kerch como para poner en serio riesgo la retaguardia del 11º Ejército. Para afrontar este riesgo, Manstein sólo contaba con una formación de combate, la 46ª División de Infantería, y otras unidades menores. Los aproximadamente 200 kilómetros de costa entre Kerch y Yalta apenas estaban defendidos por 5.000 tropas. La propia ciudad de Kerch no contaba con más de 600 tropas.

Si dejamos a un margen nuestra visión retrospectiva de la situación (e igualmente la del propio Manstein en sus memorias), las preguntas que se me ocurre plantear son: ¿Era evidente ese riesgo entre el mando alemán en diciembre de 1941? Creo que una respuesta positiva no tiene duda alguna; bastaba entonces con echar una visual al mapa general de la situación en Crimea. Ahora bien, ¿en qué grado de viabilidad consideraba el mando alemán que tal riesgo se convirtiese en una desagradable realidad? ¿Estarían los soviéticos capacitados para realizar una operación anfibia contra Kerch de calado suficiente como para amenazar gravemente la situación del 11º Ejército en Crimea?

Creo que lo sucedido antes en Odesa era una confirmación de lo que podían hacer realmente los soviéticos con el concurso de su marina y aviación. En primer lugar, ya desde agosto los soviéticos demostraron lo resistentes que podían ser en la defensa de una plaza y puerto tan importantes como Odesa; en segundo lugar, cuando vieron que la situación se tornó crítica para ellos en octubre, fueron capaces de evacuar exitosamente unos 350.000 hombres (entre tropas y civiles) y 200.000 toneladas de material de Odesa a Sebastopol. Esta proeza, como comentó Joel Hayward en su Stopped at Stalingrad, estuvo a la altura de la evacuación aliada en Dunkerque en 1940.

Así que, dando por buena esa capacidad soviética en operaciones anfibias, deberíamos saber ahora si los alemanes tuvieron realmente alguna señal en diciembre de 1941 que apuntara hacia una operación de desembarco soviético en Crimea. Y sin analizar profundamente esa cuestión, vemos que sí, que efectivamente tuvieron buenos indicios de que algo se estaba cociendo en el bando soviético. Ya en la noche del 5 al 6 de diciembre los soviéticos desembarcaron varios comandos en la costa oeste de Crimea (en la zona de Eutaporia) que, tras realizar varios sabotajes insustanciales, fueron rechazados por las patrullas alemanas. Hubo una nueva incursión cuatro días después, probablemente para infiltrar agentes en la zona. Hubo otros muy pequeños desembarcos en diferentes lugares cuyo cometido fue el de cotar líneas telefónicas y otros medios de comunicación. El 7 de diciembre el reconocimiento aéreo de la Luftwaffe informó a Halder de concentraciones soviéticas al este de Kerch, concentraciones que se habían ido incrementando gradualmente durante los últimos días. El 8 de diciembre Halder anotó: “Los inusuales movimientos a lo largo de la ribera oriental del Mar de Azov, junto con el congelamiento de esa extensión de agua, sirven como advertencia de que debemos estar en guardia contra sorpresas que puedan surgir desde el otro lado del mar congelado, quizás también contra Kerch”.

Todos esos indicios cobraron forma real el 26 de diciembre de 1941 con el desembarco soviético en Kerch. Utilizando los medios más heterogéneos, los soviéticos realizaron 25 desembarcos en diez áreas diferentes en la parte oriental de la península de Kerch ayudados por el fuego artillero de destructores y cañoneras y de las baterías soviéticas de la península de Taman (que forma la ribera oriental del estrecho de Kerch). Sponeck contraatacó con las unidades de la 46ª DI y fue capaz de rechazar los desembarcos en seis lugares, pero en los otros cuatro los soviéticos fueron capaces de asentarse y aumentar el contingente de fuerzas (hasta unos 13.000 hombres) con nuevos desembarcos. Ahí se sucedieron las dos peticiones de Sponeck para retirarse al istmo de Parpach, con la consabida negativa de Manstein, que siguió jugando en el filo de la navaja.

El 29 de diciembre de madrugada los soviéticos realizaron ya una operación anfibia de calado al desembarcar unos 23.000 hombres en Feodosia (a medio camino entre Kerch y Yalta). Sponeck, que vio el peligro inminente de quedar cercado, decidió retirarse inmediatamente a Parpach, no presa del pánico o porque había perdido los nervios como escribió impropiamente Citino en su popular La Muerte de la Wehrmacht, sino porque tenía la certeza de que, de otra forma, condenaría a sus hombres a la aniquilación y quedaría despejado el camino soviético al norte para cortar la retaguardia de Manstein. Si Sponeck hubiera seguido las órdenes de Manstein, el desastre alemán habría sido, muy probablemente, colosal. Sabiendo que el berlinés, que siguió en sus trece atacando Sebastopol, ordenó como ayuda para Sponeck el despliegue a Kerch de dos brigadas rumanas, el destacamento del cornel Radu Kome y la 170ª DI, y teniendo en cuenta que esas formaciones debía recorrer entre 70 y 170 kilómetros desde sus lugares de partida hasta Kerch con un tiempo de perros (-30º C), no es difícil imaginarse el destino fatal que le aguardaría a Sponeck y sus hombres de obedecer la orden tozuda de Manstein.

En conclusión, Manstein cometió, a mi juicio, un notable error al valorar el presupuesto estratégico en el que basó su ofensiva, asumiendo un riesgo demasiado elevado. Después agravó ese error de manera doble: por una parte, y aquí ya entra en juego el verdadero calado del sistema defensivo soviético de Sebastopol, al no querer percatarse, a medida que transcurría la ofensiva, de que, como bien ha apuntado mi amigo Jesús, hacía falta mucho más que la voluntad y la bravura de sus tropas para romper las defensas de la ciudad y capturarla; y por la otra, al no ponderar en su justa medida la grave crisis que produjeron en la península de Kerch los desembarcos soviéticos y seguir empeñado en la continuación de su ofensiva.

Tuvo suerte de que el liderazgo soviético de las tropas desembarcadas careciera de la determinación suficiente para lograr sus objetivos táctico (cerco y aniquilación de las fuerzas del XXXXII CE) y estratégico (captura de la retaguardia de las líneas de comunicaciones y suministros del 11º Ejército). Siendo hasta los tuétanos un auténtico oficial de estado mayor general, probablemente el más genial sobre un mapa de todos sus colegas oficiales de EMG, no es de extrañar que Manstein casi se regodeara del liderazgo soviético al señalar en sus memorias la magnífica oportunidad que dejó escapar para acabar con el 11º Ejército alemán. Lamentablemente, la aventura de Sebastopol no fue un juego de mapa o una partida de ajedrez en la que uno se arriesga a sacrificar piezas en busca de la jugada genial, sino un auténtico campo de batalla donde encontraron la muerte miles de hombres, y en buena parte sin necesidad.

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por jesus2 » Jue Oct 21, 2010 1:15 am

Buenas noches, José. Era consciente del motivo por el que has abierto el topic. Pero una vez abierto y desarrollado, ya sabes cómo son estas cosas. Empezamos con von Manstein en Sebastopol y acabamos con la inflamabilidad del Panther en 1.940. :-D Y una vez abierto no está de más el seguir desarrollándolo. Al contrario.

En todo caso, veo que tenemos apreciaciones distintas de las cosas, pero partimos del mismo origen para llegar al mismo destino. El tema de los fuertes o defensas soviéticas, con ser importante, son un tema secundario; en 1.942 von Manstein se enfrentó a exactamente las mismas fortificaciones mucho mejor defendidas. Ataque más difícil, en consecuencia. Pero en esta ocasión sí planificó su ataque de manera adecuada con los medios adecuados. Y sobre todo, en esta ocasión sí se lanzó el ataque con por lo menos una gran probabilidad de conseguir la victoria, algo que faltaba totalmente en diciembre del 41.

Comenté el tema de los fuertes por ser esta batalla bastante desconocida en general, y con tus posts se podía crear la idea de que tras la conquista del fuerte Stalin el camino estaba expedito para las fuerzas de von Manstein en su conquista de la ciudad. Nada más lejos de la realidad: el fuerte Stalin, como ha quedado demostrado, es sencillamente el primero de una serie. En el ataque de diciembre los primeros días son una "marcha de aproximación" para llegar a las posiciones realmente importantes: el cinturón de fortificaciones exterior de la ciudad. Una vez llegado al mismo, en especial a la zona de los fuertes, se acabó el ataque.

No voy a repetir los motivos por los que fracasó la ofensiva, ya están descritos y no es necesario repetirlos. Los dos que yo escribí, el no conocer el campo de batalla o la existencia de los fuertes (más bien del sistema fortificado, los fuertes son una parte más del mismo) por parte de von Manstein o la falta de reconocimiento por parte de la Luftwaffe ni yo mismo me los creo. Pero von Manstein, con el ataque tal como lo planteó, da la posibilidad a pensar que realmente podría ser así. También conocía que tarde o temprano, en Kerch u otro punto de Crimea, tendría que hacer frente a desembarcos soviéticos por conocer las concentraciones soviéticas de tropas, y también conocía (y él mismo lo reconoce entre líneas argumentando que tuvo que luchar por conservar a la 170 Infanterie-Division; si está a punto de lanzar una ofensiva, ¿por qué le quieren quitar dos divisiones?) lo que pasaba, si no en el norte (Tikhvin), si no en el centro (Moscú) sí al menos en el sur, Rostov. Y sin embargo, con todo en contra y sabiendo que su Grupo de Ejércitos se encuentra en problemas, sigue adelante.

Y la gran pregunta es esta: ¿por qué? ¿Por qué tomar tantos riesgos, con todo en contra, sabiendo que te van a atacar donde menos te lo esperas, conociendo de antemano que las esperanzas de éxito, siendo muy generosos, son remotísimas mientras tu grupo de ejércitos está atravesando una grave crisis?

Yo solo veo dos opciones. La primera, la opción que Paulus trató de aplicar en Stalingrado (mal ejemplo :( ); controlar la situación en la ciudad jugándotelo casi todo a una carta para a continuación reorganizar las tropas y defensas, e incluso el reforzar al HeeresGruppe Süd con 2-3 divisiones que no son necesarias para defender Crimea. La segunda es considerar otros factores que poco tienen que ver con la eficiencia militar.

Y de ahí el no querer hacerte ayer una pregunta, tratando de crear una razonable duda razonable. Veo que no has escrito nada en ese sentido, pero esta vez no te escapas. :-D. Cuando la hayas dado, si por supuesto quieres hacerlo (faltaría más que yo te dijera qué debes o no hacer) daré la mía en ese sentido, que parcialmente ya la he dado. Y luego te haré otra pregunta más sorprendente aún. :mrgreen: Y por supuesto me encantaría conocer la opinión de cualquier forista que quiera dar la suya.

¿No crees que von Manstein con frecuencia hacía (o no) las cosas pensando en ganarse el favor de Hitler tratando de conseguir el puesto que von Manstein buscó a lo largo de toda la guerra, ser el Jefe de Estado Mayor bien del OKH, bien del OKW o de en su defecto ser el Comandante Supremo del Frente Oriental?

Ahí queda.

Un saludo.
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Mensaje por José Luis » Jue Oct 21, 2010 7:24 am

¡Hola a todos!
jesus2 escribió: ¿No crees que von Manstein con frecuencia hacía (o no) las cosas pensando en ganarse el favor de Hitler tratando de conseguir el puesto que von Manstein buscó a lo largo de toda la guerra, ser el Jefe de Estado Mayor bien del OKH, bien del OKW o de en su defecto ser el Comandante Supremo del Frente Oriental?
Bueno, Manstein era un hombre extraordinariamente ambicioso y vanidoso. Su carrera militar estuvo marcada por tres momentos que sin duda afectaron a esos dos rasgos de su personalidad: el primero en febrero de 1938 cuando fue relevado como OQ1 (Jefe de la División de Operaciones del EMG, es decir subjefe de facto del EMG) y destinado al mando de una división de infantería; esto hirió profundamente su orgullo, pues se creía y estaba plenamente convencido de su derecho a convertirse en jefe del EMG cuando ese puesto quedase vacante por cualquier razón. El segundo en noviembre de 1942, cuando fue nombrado por Hitler jefe de un grupo de ejércitos con el cometido de restablecer la situación y salvar al ejército de Paulus en Stalingrado; tras obtener su bastón de mariscal de campo unos meses atrás a raíz de la conquista de Sebastopol, la jefatura del Heeresgruppe Don le debió parecer la antesala ideal para su entrada directa a la jefatura del ejército. El tercero fue en marzo de 1944, cuando fue relevado del mando y destinado a la reserva; de nada valieron sus protestas de lealtad al Führer y su promesa de empeñar todo su talento para defender la “sagrada tierra” donde había muerto su hijo; Hitler lo mandó para casa con unas buenas dádivas económicas; para Manstein fue un amargo final de su carrera en la guerra y vivió hasta el final de la misma con la esperanza de que Hitler lo llamase de nuevo, tratando incluso de provocar ese suceso.

No cabe duda, pues, de la ambición suprema en Manstein, siempre acompañada de su vanidad, su creencia de ser imprescindible, incluso en una etapa de la guerra cuya conducción llevaba inevitablemente a una catástrofe completa en todos los ámbitos de la vida bajo el Tercer Reich.

Ahora bien, ¿lo movieron estas pasiones en el asunto de Sebastopol en diciembre de 1941? Es posible, incluso probable. Cada vez que observo su conducción de la guerra en el teatro de operaciones bajo su mando, o sea Crimea, en diciembre de 1941, llego siempre a una misma conclusión: Manstein actuó como el más fiel de los seguidores de Hitler. En el plano militar, obedeció sus órdenes ejecutándolas hasta unos límites que sólo puedo juzgar de fanatismo. En el plano político (que en la jerga militar se llama administración del territorio ocupado) superó con creces las mejores expectativas nazis. En un hecho sin precedentes, que yo conozca, en el resto del Frente Oriental y dejando asombrados a los propios miembros del Einsatzgruppe D, el 20 de noviembre de 1941, el 11º Ejército ordenó la “limpieza” de todos los judíos de Simferopol antes de Navidad. Los del Einsatzgruppe protestaron esa orden en el sentido de que no tenían suficientes hombres para llevarla a cabo en tan poco tiempo y no entendían la prisa del ejército. Manstein les resolvió el problema asignando tropas y equipo para la “limpieza”. El grueso de los judíos de Simferopol, 13.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados entre el 11 y el 13 de diciembre de 1941.

Desde luego, si algún general alemán quería ganarse el favor de Hitler en aquellos tiempos en el frente, dudo que alguien lo hiciera mejor que Manstein.

No sé si con lo anterior respondo a tu pregunta, Jesús, pero voy a acabar informando de algo sorprendente (por lo menos para mí cuando lo leí por primera vez en la biografía de Mungo) y pertinente al caso. El 30 de enero de 1942 (cuando las bajas alemanas en el frente oriental habían superado el millón), Manstein anotó en su diario de guerra que Rommel había sido ascendido a Generaloberst, observando con decepción: “por supuesto, para nosotros nada”. A él lo ascenderían a Generaloberst el 6 de marzo de 1942, pero ese día nada puso en su diario.

Saludos cordiales
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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por beltzo » Jue Oct 21, 2010 1:08 pm

Hola a Todos:
¿No crees que von Manstein con frecuencia hacía (o no) las cosas pensando en ganarse el favor de Hitler tratando de conseguir el puesto que von Manstein buscó a lo largo de toda la guerra, ser el Jefe de Estado Mayor bien del OKH, bien del OKW o de en su defecto ser el Comandante Supremo del Frente Oriental?
Eso mismo estaba pensando yo al repasar aquí su actuación en Crimea, porque la otra opción que se me ocurre es que era un tarugo tanto táctica como estratégicamente hablando, y, aunque no era precisamente un genio en esas lides, tampoco creo que fuera un tarugo, así que me inclino por la primera opción.

Y a riesgo de parecer mal pensado, cada vez estoy más seguro de que fue el general Sponeck quien pagó los platos rotos para que Manstein no se viera salpicado por una chapuza en toda regla de la que, él, era el único responsable.

Saludos
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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por jesus2 » Jue Oct 21, 2010 11:52 pm

Gracias por tu respuesta, José. En lo que a este tema se refiere, has contestado con creces a mi pregunta.
beltzo escribió:Eso mismo estaba pensando yo
¡Hombre! Cuánto tiempo sin verte por aquí, Beltzo. Intuía, no sé por qué, que en este tema ibas a aparecer. :mrgreen:

En lo que a mí, respecta, mi opinión ya la he medio dado y la respuesta de José Luis no ha hecho nada más que confirmármela. Está muy claro que von Manstein lanzó este ataque con un objetivo concreto que casi seguro superaba los inmediatos de la conquista de la cuidad. Por más que miro y remiro no encuentro más motivos que los dos que he dado. Los militares eran casi imposibles de conseguir, así pues me decanto por esos otros factores de diversa índole.

¿De qué índole? Seguramente una mezcla entre vanidad, soberbia, tozudez, ego, ambición y sobre todo y ante todo el querer, como se ha comentado, ofrecerle la ciudad a Hitler como "regalo": dar el primer paso para ganarse el favor de Hitler en futuros ascensos. En todo caso todos estos factores cegaron a von Manstein y le impidieron ver, o los vio y los pasó por alto, la realidad de la situación y lo peligrosa que iba a ser para él dentro de poco. Como así fué.

La verdad es que en este asunto se comportó como si fuera el peor de los comisarios políticos soviéticos en el peor contraataque posible en 1.941. Si no fuera quien es cualquiera pensaría que se trata de un auténtico incompetente el autor de semejante ataque. No recuerdo ahora a ningún gran comandante alemán que lanzara un ataque en circunstancias similares por iniciativa propia, en especial en invierno. Incluso Himmler, como Comandante del Grupo de Ejércitos del Vístula, tenía la excusa de que el ataque que ordenó en enero o febrero del 45 (ahora no lo recuerdo bien) fue por orden del Führer. Contraataques en invierno sí, por ejemplo Model en febrero del 42. O ataques en invierno porque la situación así lo requiere, como en la Operación Tormenta de Invierno, también. Pero ataques premeditados en donde un ejército alemán inicia la operación ofensiva con todo en contra, sin necesidad real de apresurarse y lanzar el ataque en pleno invierno ucraniano, desde luego que no.

Para sus soldados, los mejores comandantes son los que, aun siendo duros y exigentes con ellos, saben que se puede confiar en ellos y que no ponen sus vidas en peligro sin sentido. Los que ordenan misiones duras, pero realizables. O los que piden tomar posiciones enemigas en condiciones dificilísimas, pero con las condiciones de éxito adecuadas. Sepp Dietrich militarmente era un aunténtico incompetente, aunque sus unidades, gracias a la competencia de sus Estados Mayores, oficiales, suboficiales y soldados, funcionaban como relojes bien construídos. Y sobre todo sus soldados le adoraban, porque sabían que podían confiar en él. No me extraña que von Choltitz y el más simple de los soldados de von Manstein tuvieran opiniones sobre el mismo que iban desde la incompetencia hasta acusarle de lanzar un ataque "criminal", pues así fue.
beltzo escribió:Y a riesgo de parecer mal pensado, cada vez estoy más seguro de que fue el general Sponeck quien pagó los platos rotos para que Manstein no se viera salpicado por una chapuza en toda regla de la que, él, era el único responsable.
Y qué duda cabe (soy tan mal pensado en este tema como tú :-D ) que von Manstein, viendo lo bien que le había salido la jugada del Conde von Sponeck, quiso repetirla más adelante con Paulus en Stalingrado. Pero en esta ocasión le salió mal la jugada.

Saludos al foro.
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Mensaje por José Luis » Vie Oct 22, 2010 8:34 am

¡Hola a todos!
jesus2 escribió:
No recuerdo ahora a ningún gran comandante alemán que lanzara un ataque en circunstancias similares por iniciativa propia, en especial en invierno.
Manstein atacó siguiendo órdenes, Jesús, y, en tal sentido, no debe hablarse de iniciativa propia. Ahora bien, otra cuestión diferente es la interpretación de esas órdenes y la viabilidad de las mismas, y eso fue responsabilidad exclusiva de Manstein.

Hitler, en su directiva número 39 de 8 de diciembre de 1941, señalaba que el mal tiempo y la dificultad en el transporte de los suministros obligaba al abandono inmediato de todas las operaciones ofensivas mayores y pasar a la defensiva. Luego declaraba la forma en que debían llevarse a cabo las operaciones defensivas y, a continuación, detallaba nuevas órdenes para el ejército. En el punto 4 de estas nuevas órdenes asignaba, dentro del marco de esas operaciones defensivas, unas tareas especiales, la primera de las cuales era: "Sebastopol será capturada tan pronto como sea posible".

Lo antes posible o "tan pronto como sea posible" no significa necesariamente "ya", "inmediatamente", ni remite a una fecha determinada. La directiva fue cursada el 8 de diciembre, en pleno desarrollo de la contraofensiva soviética iniciada dos días antes. Las circunstancias cambiantes del desarrollo de la situación podían dejar sin sustancia alguna las "tareas especiales" ordenadas en la misma. Pero en el caso concreto del 11º Ejército, Manstein podía haber argumentado perfectamente que las condiciones actuales de su frente (el estado y cantidad de sus fuerzas, equipo y suministros, las del enemigo, las condiciones meteorológicas, el sistema defensivo de la fortaleza, etc.) hacían inviable una ofensiva a corto plazo con cualquier esperanza razonable de éxito. Podía pedir más refuerzos (que no se los darían porque no podían) para llevar a cabo la ofensiva, etc. Si hubiera hecho esto, que no lo hizo, y le hubieran obligado a atacar sí o sí, entonces estaría perfectamente legitimado para justificarse posteriormente por el fracaso. Pero nada de eso sucedió. Como dijo alguien, Manstein fue "un optimista hasta el amargo final".

Por tanto y en este sentido, puede decirse que aunque no actuó por iniciativa propia, sí actuó por decisión propia.

Saludos cordiales
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Mensaje por José Luis » Vie Oct 22, 2010 12:41 pm

¡Hola a todos!
José Luis escribió: En el plano político (que en la jerga militar se llama administración del territorio ocupado) superó con creces las mejores expectativas nazis. En un hecho sin precedentes, que yo conozca, en el resto del Frente Oriental y dejando asombrados a los propios miembros del Einsatzgruppe D, el 20 de noviembre de 1941, el 11º Ejército ordenó la “limpieza” de todos los judíos de Simferopol antes de Navidad. Los del Einsatzgruppe protestaron esa orden en el sentido de que no tenían suficientes hombres para llevarla a cabo en tan poco tiempo y no entendían la prisa del ejército. Manstein les resolvió el problema asignando tropas y equipo para la “limpieza”. El grueso de los judíos de Simferopol, 13.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados entre el 11 y el 13 de diciembre de 1941.
No quiero dejar pasar la ocasión para subrayar algo que normalmente se deja al margen en la literatura propiamente militar. Aquí se suele ignorar el genocidio nazi que formó parte y acompañó la campaña militar, como si fuese algo ajeno al terreno militar o como si no tuviese que ver con los militares. Nada de esto es real. En la infame directiva del 11º Ejército de 20 de noviembre de 1941 (Armeeoberkommando 11, Abt. Ic/AO Nr. 2379/41 geh.), Manstein comunicó a sus hombres que los judíos eran la conexión entre el enemigo en el área de retaguardia y el Ejército Rojo. En consecuencia, urgía a acabar con el régimen judeo-bolchevique de una vez por todas.

Al margen de la propia naturaleza horrorosa de un asesinato masivo, la masacre de Simferopol destacó por la urgencia con la que Manstein pidió al Einsatzgruppe que se "limpiara" esa zona (antes de Navidad). Pero no fue sólo Simferopol donde las unidades del EG y del 11º Ejército llevaron a cabo sus crímenes de genocidio contra los judíos.

En Eupatoria, capturada el 31 de octubre de 1941, 650 judíos que entonces estaban oficialmente registrados fueron llevados el 23 de noviembre a una trinchera antitanque cerca de un estación de ferrocarril (Tovarni voksal) y asesinados a tiros. En Feodosia, capturada el 3 de noviembre de 1941, unos 2.000 judíos fueron llevados un mes más tarde (4 de diciembre de 1941) a otra trinchera antitanque, esta vez cerca de una factoría mecánica, y ejecutados de igual forma. En Kerch, capturada el 16 de noviembre de 1941, unos 7.000 judíos fueron asesinados entre el 1 y 4 de diciembre en otra trinchera antitanque cerca de Bagrovo, una localidad distante unos 4 kilómetros al oeste de Kerch.

Según el informe del Einsatzgruppe de 2 de enero de 1942, "Simferopol, Eupatoria, Alushta, Karasubazar, Kerch, Feodosia y otros distritos de Crimea están libres de judíos. Desde el 16 de noviembre al 15 de diciembre de 1941, han sido fusilados 17.645 judíos, 2.504 Krimchaks, 824 gitanos, y 212 comunistas y partisanos". (Yitzhak Arad, The Holocaust in the Soviet Union. Jerusalem: Yad Vashem, 2009, pp. 205-207).

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por jesus2 » Vie Oct 22, 2010 8:19 pm

José Luis escribió:Manstein atacó siguiendo órdenes, Jesús, y, en tal sentido, no debe hablarse de iniciativa propia
Te agradezco la corrección, José. Sabía que a von Manstein se le había ordenado tomar Sebastopol, e incluso aparece en este mismo tema. Pero estoy tan acostumbrado a leer el término "iniciativa propia" a nivel táctico que la frase en casos como este me sale sola.

Por cierto, tú último mensaje, que te agradezco enormemente, confirma bajo mi punto de vista no solo lo que intuía, que von Manstein en este ataque de diciembre iba más allá de Sebastopol, sino la verdadera naturaleza del ataque. No se trataba de ofrecer Sebastopol como regalo de Navidad, sino, parafraseando parcialmente la parte que von Manstein le dedica al SS-Panzerkorps en "lo" de Jarkov en sus memorias, "quería tender la recapturada Crimea libre de rojos y judíos a los pies de su Führer como un símbolo de victoria."

En la guerra que Hitler ha planeado en la URSS, nadie más eficiente que el gran Manstein en la doble tarea de vencer al Ejército Rojo y de aniquilar a los judíos en su sector. Como para ser el jefazo del OKH... En esa dirección era la segunda pregunta que iba a dejar en el aire, pero mejor lo dejo. :shock:

Un saludo al foro.
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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por José Luis » Sab Oct 23, 2010 9:28 am

¡Hola a todos!

El mes de diciembre de 1941, a partir de la contraofensiva soviética del día 6, fue un periodo de intensos momentos dramáticos para el mando alemán en todos los niveles y en todos los frentes, salvo quizás para el frente del 11º Ejército de Manstein. El optimismo del berlinés, que contemplaba con cierta perspectiva de éxito la ofensiva que tenía planeado iniciar contra Sebastopol, me lleva a pensar que no era plenamente consciente de la crisis estratégica que había provocado la contraofensiva soviética en el Ostheer. O tal vez desdeñó ese peligro mortal, pese a que tenía señales evidentes de que la situación podía llegar a desmoronarse en el Frente Oriental. Si examinamos brevemente lo que ocurrió entre bastidores entre los cuarteles generales del 11º Ejército y del Grupo de Ejércitos Sur y el Departamento de Operaciones del EMG del OKH y Hitler, quizás entonces se despeje un poco más lo que venimos tratando.

Por ejemplo, el 13 de diciembre de 1941 el 11º Ejército comenzó el bombardeo de las posiciones soviéticas y de las instalaciones portuarias en Sebastopol. Al anochecer, Reichenau (OB del GES) pospuso 24 horas el inicio de la ofensiva de Manstein porque necesitaba todos los bombarderos en picado del 4. Fliegekorps para detener una penetración soviética en el ala oriental del 17º Ejército. Manstein consideró entonces como favorable su perspectiva de éxito, pero sólo para la primera fase de su ofensiva "siempre y cuando le garantizasen apoyo aéreo y suministros". Entrecomillo esta condición porque seguro que sonará familiar a quien haya estudiado las primeras decisiones de Manstein como OB del Grupo de Ejércitos Don el 24 de noviembre de 1942. Observad atentamente: al margen del albur de la meteorología, apoyo aéreo y flujo regular de suministros son empresas difícilmente garantizables cuando el ejército carece de iniciativa estratégica porque ha llegado y/o traspasado el punto de culminación de su avance y está sufriendo la contraofensiva del enemigo; es decir, justo lo que estaba sucediendo en diciembre de 1941 en los tres grupos de ejércitos alemanes del Frente Oriental y en noviembre de 1942 en Stalingrado y el Cáucaso.

Pasadas esas 24 horas, el 14 de diciembre Reichenau volvió a demorar otras 24 horas el ataque porque seguía necesitando a la flota del 4. Fliegekorps en el sector del 17º Ejército. Manstein decidió finalmente que atacaría sin el apoyo de los bombarderos en picado, cuyo empleo consideró, de cualquier forma, impracticable debido al mal tiempo. Y así lo hizo el 17 de diciembre.

Como ya hemos dicho, el 17 de diciembre Manstein consiguió que Reichenau no lo privara de la 170ª División de Infantería, pero siguió insistiendo en que le asignara también la retirada 73ª División de Infantería. Entonces, y esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de considerar esa aparente falta de conciencia en Manstein sobre el peligro estratégico que estaba corriendo el Ostheer, el GES respondió a las insistencias de Manstein diciendo que era más importante mantener el frente oriental que capturar Sebastopol. La imperiosa necesidad de una división de infantería por el GES nos puede dar una idea de la crisis por la que estaba pasando.

El 21 de diciembre, cuando ya se habían consumidos cuatro días de combates en la ofensiva contra Sebastopol, Hitler quiso saber cuánto tiempo más se necesitaba para la captura de la fortaleza. Se le respondió que eso sólo se sabría transcurridos unos días, pero que Manstein contaba con obtener el éxito en breve tiempo.

Cuando los soviéticos desembarcaron en Kerch el 26 de diciembre, Reichenau destinó al 11º Ejército un regimiento de infantería de la 73ª División de Infantería con un batallón de artillería ligera para apoyar a la 46ª División de Infantería y a las dos brigadas rumanas que estaban cerca de Kerch y que, por sí mismas, eran insuficientes para que Sponeck pudiera devolver a los soviéticos al mar. Cuando los soviéticos desembarcaron en Feodosia el 29 de diciembre y Sponeck retiró a la 46ª DI, el GES tenía claro que el desvío de una división de infantería del frente de Sebastopol a Feodosia debía significar el fin a la ofensiva de Manstein, pero Hitler, a través de Heusinger, ordenó que continuase el ataque independientemente de lo que sucediese en la península de Kerch. Sodenstern, el jefe del EM del GES, contestó a Heusinger que, por supuesto, la orden sería ejecutada, pero subrayó que entonces se perderían tanto la Crimea como el 11º Ejército a menos que se impidiese a los soviéticos salir de la península de Kerch (hacia Crimea). Estos detalles están ausentes, o al menos yo ahora mismo no los recuerdo, en las memorias de Manstein.

Dada la situación del Ostheer en diciembre de 1941, desde el punto de vista militar no tenía mucha base la urgente conquista de Sebastopol; ni siquiera mantener, a alto coste, la península de Kerch (salvo, claro está, si se optaba por capturar Sebastopol). Quiero decir que el fracaso estratégico de Barbarroja significaba, entre otras cosas mayores, que estaba descartado a corto plazo el avance en dirección al Cáucaso, y mantener la puerta de entrada de Kerch era inútil, en ese sentido, tras perder Rostov y no tener expectativas de recuperarla a corto plazo. Todo ello sin perder de vista que todo el frente oriental corría la posibilidad de colapsar en aquellos dramáticos días de diciembre de 1941. Quizás la única razón militar para capturar Sebastopol (y con ello mantener la península de Kerch) era privar al Ejército Rojo de una base desde la cual pudiera lanzar bombardeos contra los pozos petrolíferos rumanos, pero se me antoja un argumento militar débil, dado el alto riesgo que suponía el envite. Creo más bien que la base para capturar Sebastopol era de naturaleza propagandística. Como dice Ernst Klink*, de quien he tomado la información arriba suministrada, Hitler exigió la continuación del ataque sobre Sebastopol porque necesitaba con urgencia una victoria militar para levantar la decaída moral en la Wehrmacht y en Alemania.

Manstein debió haber respondido, respetuosamente pero con claridad, que continuar el ataque no tenía ya ninguna probabilidad de éxito, y, dada la situación en la península de Kerch, que de continuarlo se corría el riesgo de perder al 11º Ejército, tal cual respondió Sodenstern a Heusinger. Pero la respuesta de Manstein fue: "Las perspectivas de liberar fuerzas para eliminar al enemigo en la parte oriental de Crimea mediante una rápida y decisiva victoria en Sebastopol han........disminuido".

Finalmente, el 30 de diciembre Manstein comenzó a dudar de que las exiguas fuerzas del XXXXII CE, ahora bajo el mando de Mattenklott, pudieran mantener su frente, y al anochecer comunicó sus dudas a Reichenau, quien, haciendo caso omiso, envió un informe a Hitler declarando que el ataque sobre Sebastopol continuaría y que el XXXXII CE expulsaría a las fuerzas soviéticas de la Crimea oriental, si bien el ex saltador olímpico subrayó que la emisión de esa orden no garantizaba el éxito. Aquí toda la vieja guardia prusiana, como Pilatos, se estaba lavando las manos. Sea como fuere, al día siguiente se canceló toda operación en Sebastopol para salvar el pellejo del 11º Ejército intentando restablecer la situación en Feodosia.

Los dioses, como dirían los griegos, no quisieron perder a Manstein y su 11º Ejército en diciembre de 1941 al nublar el entendimiento y la determinación del mando soviético. Caprichosos, prefirieron castigar la hibris de Manstein (y Hitler) en las carnes de Paulus y su 6º Ejército un año más tarde.

*Ernst Klink, "The War Against the Soviet Union Until the Turn of 1941/1942: The Conduct of Operations: The Army and Navy", en Horst Boog et al, Germany and the Second World War. Volume 4: The Attack on the Soviet Union (New York: Oxford University Press, 1998), pp. 628-631.

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Manstein y Sebastopol: noviembre-diciembre 1941

Mensaje por jesus2 » Jue Nov 11, 2010 12:52 am

Unos cuantos mapas sobre unidades soviéticas, que hacen falta.

Situación en Feodosia, 31-12:

Imagen

Ciudad de Kerch, 29-12:

Imagen

Ciudad de Kerch, 1-1-42:

Imagen

Península de Kerch, 31-12:

Imagen

Por último, Península de Kerch, 2-1-42:

Imagen
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