La noche de Ilza

La guerra en el este de Europa

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La noche de Ilza

Mensaje por Francis Currey » Mié Jun 15, 2005 6:15 pm

La noche de Ilza

A continuación recogemos uno de los hechos más destacables del avance alemán durante la campaña de Polonia, a pocos días de comenzar la guerra, los alemanes toman ventaja en el combate gracias a pequeños hechos que sucedieron, como los de esa noche. Lo que sirve para desmitificar la extrema facilidad de la campaña alemana en Polonia.

Primera parte

En el transcurso del día 7 de septiembre, los servicios de reconocimiento aéreo de la Luftwaffe localizaron, ante el franco derecho del X Ejército, una masiva concentración de tropas enemigas. Los polacos se concentraron en la zona nordeste de Ilza Gora, un terreno montañoso cubierto de bosque, ubicado al sur de Radom. Se suponía que en los extensos bosques próximos a Ilza era donde estaba el grueso de las fuerzas polacas que marchaban en dirección al Este para tratar de alcanzaar los pasos del Vístula.

El general Von Reichenau ordenó para el 8 de Septiembre la siguiente maniuobra de envolvimiento: El XVI Cuerpo de Ejército penetraría por Radom hacía el Vístula, por Deblín, y formaría la barrera septentrional del cerco. El IV Ejército continuaría su progresión lenta desde el Oeste, impidiendo a los polacos una ruptura en la dirección contraria. Y el XV Cuerpo de Ejército completaría el cerco mediante una rápida penetraci´n desde el ala derecha a espaldas del enemigo.

La mañana del 8 de Septiembre, la III División Ligera al mando del general Kuntzen, destaca la agrupación de combate "Ditfurth", desde Ostrowiec para efectuar un reconocimiento de la zona Ilza y Radom.

Esta agrupación (que lleva el nombre del coronel Ditfurth, jefe del IX Regimiento de Cazadores de Caballería) se compone, además del citado regimiento, de la II Compañía de la 67 Unidad Blindada, del I Grupo del Regimiento de Artillería 80 y del I Grupo del Regimiento de Artillería Antiaérea 22 dotado de cuatro baterías.

Estas Unidades de la Luftwaffe acompañaron a las primeras vanguardias en su marcha hacía la zona más avanzada del frente, a fin de proporcionar en todo momento protección antiáerea a las fuerzas propias. En los momentos de confusión del precipitado avance del día anterior, no ha aparecido por los alrededores ni un avión polaco. Las escuadrillas de información y dirección de tiro de las unidades antiáereas se habían quedado rezagadas debido al congestionado tráfico que embotaba los caminos, de manera que solamente las baterías propiamente dichas tomaron parte en el avance de la vanguardia.

Poca labor antiáerea podían realizar al faltarles los aparatos de dirección de tiro. Por lo tanto serían utilizados en la lucha contra objetivos terrestres. Los artilleros e infantes sabían de la gran penetración que los proyectíles antiáereos tienen (gracias a que la trayectoría de tiro es prácticamente rectilínea) y conocían a su vez la eficacia, de los mísmos, cuando podían dirigirse contra objetivos visibles.

Hacía mediodía estaba en Pilatka la cabeza de vanguardia de la agrupación de combate mandada por Ditfurth. Pilatka es el último pueblo que hay en la carretera que une Ostroviec con Ilza, situado a unos cuantos kilómetros de esta última población. Es imposible continuar avanzando. Una espera barrera de fuego, procedente de una vieja fortificación a las afueras de Ilza, impedía a los cazadores de caballería continuar su marcha obligándoles a ponerse a cubierto.

En aquellos instantes unas nuebes de polvo indicaban la llegada a Ilza, por las dos carreteras que del y norte y del sur confluían en esa población, de columnas de refuerzo polacas. Al nordeste también se observó el movimiento de las tropas enemigas. Los bosques de la parte meridional continuaban tranquilos, pero no cabía duda de que el ejército polaco se encontraba oculto en el, esperando su oportunidad.

La artillería del enemigo no cesaa en su violento cañoneo desde la cota 241, situada al Oeste de Ilza y desde la cual se dominaba toda la zona. Contra esa cota fue enviado el II Escuadrón del Regimiento de Cazadores de Caballería, número 8, siéndo estos expertos en este tipo de tareas, no consiguieron avanzar más que unos 200 metros, debido a la fuerte presión de fuego constante, ejercida por los polacos.

El coronel Ditfurth situó a sus unidades al Oeste de la posición, en el mísmo orden en que llegaban por la carretera procedentes del Este. Las fuezas fueron progresando muy lentamente, pero de forma decidida en dirección a Ilza. El fuego polaco no cesaba por lo que en su avance no pudieron acercarse más de un kilómetro. Una vez más el fuego enemigo detenía la ofensiva por Ilza.

Hacia la 13:20 entró en Pilatka al frente de sus baterías antiáereas el comandante Weisser, que mandaba el I Grupo del Regimiento Antiáereo número 22. Weisser consiguió llegar al puesto de mando del coronel von Ditfurth, saltando de agujero en agujero bajo el fuego de los fusiles enemigos. Allí recibió ordenes para colocar en posición sus baterías al sur del tramo de carretera entre Pilatka e Ilza, a fin de proporcionar apoyo directo a las fuezas de a pie que combatían denodadamente, desde hacía ya varias horas.

En primer lugar entraron en combate seis piezas de 20 mm pertenecientes a la quinta batería al mando del primer teniente Seidenath.Siguieron a continuación tres piezas más del mísmo calibre, mientras que la IV Sección permanecía formando parte de la reserva.

Seidenath colocó las nueve piezas de 20 mm hacía el Sur, puesto que por allí tendría lugar un ataque envolvente que pretendía obtener mejores resultados que los que habían obtenido hasta la fecha con el avance directo.

Entretanto, la segunda y terceras bateráis del grupo antiáereo con sus piezas del calibre 8,8 fueron situadas en posiciones un poco más al Este. Estas, abren fuego contra blancos muy distantes, debido a su situación. Los proyectiles escupidos por las baterías, han caído sobre una columna enemiga que se dirigía a reforzar Ilza, por el tramo norte de la carretera, la mala distancía y la visibilidad hacen pensar que es mera casualidad, el azar se ceba de este modo con los polacos. A pesar de acertar en el blanco, las piezas de 8,8 no pueden proteger el avance de las tropas alemanas, las cuales se baten a unos dos kilómetros de las baterías.

Volviendo a la parte avanzada del frente, las piezas de 20 mm, abren fuego en dirección al Sur, sin embargo rápidamente es repelido por las ametralladoras polacas. Cada movimient, por pequeño que sea, tiene su replica en el fuego de las ametralladoras enemigas.

La situación a todas luces, no aguantará mucho más, los polacos estan repeliendo todas sus ofensivas y a la larga iniciaran un contrataque díficil de repeler. Es por ello que el capitán Röhler ordena que al menos la tercera sección, sea retirada de la línea de fuego de los antitanques y granadas enemigas. Las tres piezas son emplazadas de forma escalonada.


En el siguiente capítulo veremos como los polacos inicían su primer contrataque.
Última edición por Francis Currey el Vie Jun 17, 2005 7:48 pm, editado 1 vez en total.

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Mensaje por Francis Currey » Jue Jun 16, 2005 7:25 pm

Segunda Parte

Son ya las 18:00 de la tarde y va a tener lugar el primer contraataque de los polacos, apoyados por su artllería, tanques y lanzallamas. Este procede del sur y los alemanes no disponen para rechazarlo más que el fuego de la infateria y el de las piezas antiáerea. Las fuerzas polacas ante tan escasas defensas se sienten tan fuertes que inician su ataque, a plena luz del día.

En el fente avanzado alemán, sólo a 800 metros de las posiciones polacas, se sitúa la cota 246, en la que los observadores de la artillería alemana se han encaramado y desde la que por la tarde han ido localizando un gran número de nidos de ametralladoras y antitanques. Sin embargo, estos objetivos no están al alcance de la artillería, ni siquiera de la de los antiaéreos de 20 mm. Para ello se dibuja como vital situar en la cota 246, al menos una pieza antiaérea.

La tercera pieza de la quinta batería al mando de Maurischat, es arrastrada por sus hombres hasta una cima, situada imediatamente detrás de la cota 246, sin embargo esa nueva posición sigue resultando insuficiente, al no contar con el campo de tiro suficiente a la hora de abrir fuego contra sus obejtivos. Ante esto los servidores, se afanan en subir por la pendiente los 800 Kilos que pesa la pieza, tomando impulso para tratar de coronar la pendiente y pasar a la vertiente opuesta. A pesar de los grandes esfuerzos no lo consiguen, deteniéndose a la mitad del trayecto.

Situar el antiaéreo es de vital importancia, los oficiales sabedores de ello, a pesar de su rango, no dudan en empujar también, junto a los servidores, consiguiendo entre todos colocar la pieza debajo de la cima.

Hay varios objetivos posibles de idéntica importancia. El cargador se mantiene listo. El servidor encargado de la puntería, Kniehase, apunta al objetivo con los prismáticos de tijera desde la posición y se sienta en el sillín , esperando las ordenes oportunas de abrir fuego.

En el preciso momento en que la ametralladora polaca, más peligrosa debe recargar munición, los oficiales y artilleros vuelven a empujar la pieza con apuntador incluído.

Durante unos pocos segundos la pieza se recorta sobre la cima y tan pronto como Kniehase ajusta la puntería, lanza primera ráfaga y a continuación la segunda: 40 disparos en total que han dado en el blanco.

La aparición no puede durar más que unos segundos, pues tras su disparo, toda la zona es barrida a continuación por las ametralladoras enemigas.

Ocho veces asoma de este modo sobre la cota 246 la pieza antiaérea, en cada una de esas breves salidas destruye un nido de ametralladoras o una pieza antitanque. Cada intervención del cañón de 20 mm es saludada por los cazadores de caballería, con gritos de júbilo. No es de extrañar pues estos llevan horas y horas pegados al terreno, sin poder avanzar o retroceder.

Por fin Kniehase apunta hacía una alta torre de vigilacia que domina las posiciones polacas. Desde ella varias ametralladoras pesadas tienen un excelente campo de tiro. En cuatro ráfagas, Kniehase mete 80 proyectiles en las troneras y plataforma de la torre haciéndo caer las ametralladoras pero no la torre, la cual no ha quedado demasiado afectada, por lo que el enemigo enviará nuevas fuerzas para continuar su labor de ametrallamiento.

Son ya las siete de la tarde y empieza a oscurecer. De repente a los oficiales y soldados alemanes, les sorprende el ruído de un motor que se oye a sus espaldas. Sin importale el fuego exponiendose al fuego enemigo remolca hasta la cima una pieza de 8,8 mm. El comandante Weisser ha ordenado que una pieza de la tercera batería acuda en apoyo de la de 20 mm, para que haga valer su mayor potencia de tiro. Sin embargo la pieza no consigue ubicarse con facilidad debido al poco espacio que queda en la cima, por lo que los oficiales y servidores se ven obligaods a hacer sitio a fuerza de pala hasta que queda bien asentada.

Ha empezado a oscurecer cuando el 8,8 mm realiza su primer disparo. Ha sido un tiro largo que ha pasado por encima de la torre. La pieza se ha quedado inclinada, siéndo preciso volver a nivelarla. Un segundo dispado consigue acertar de pleno en la torre, sin embargo tendrán que vovler a hacer blanco otras dos veces para terminar finalmente con la torreta.

Las dos piezas antiaéreas vuelven a sus baterías El coronel Ditfurth, esta convencido de que podrá mantener sus posiciones durante toda la noche, a pesar de que no dispone de reservas y de que todas sus unidades están disgregadas, en puestos avanzados.

Poco después de las 20:00 los polacos incian su primer contraataque, por la carretera que va de Ilza a Pilatka se abren paso tanques sus tanques. El coronel Ditfurth tiene que defender, pistola en mano, su propio puesto de mando, en que una ráfaga de ametralladora le sesgará su vida.

En todo el frente los soldados alemanes se retiran, los soldados retroceden en grupo y aisladamente entre las posiciones de artillería aintaérea, desmoralizados por el incesante fuego al que se han visto sometidos durante todo el día. Los jóvenes oficiales de la Luftwaffe consiguen reunir a un buen número de soldados y con ellos construyen una nueva línea defensiva entre las piezas. La próximidad de las fuerzas polacas puede sentirse, los primeros en llegar atacan el emplazamiento de la quinta batería. El teniente Seidenath logra mediante una espectacular acción, hacer que los polacos den un pequeño rodea a las piezas, forzando su avance hacía el Oeste. En aquel momento todas las piezas antiaéreas comienzan a disparar contra las tropas polacas. Estas sorprendendidas ante tal acción cesan de forma inmediata su ataque.

La artillería antiaérea a logrado mantener sus posiciones, la cuestión es ¿si podrá continuar defendiéndolas, durante lo que queda de noche?

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Tercera Parte

Mensaje por Francis Currey » Vie Jun 17, 2005 8:01 pm

Tercera Parte

Ya a eso de las siete y media de la tarde, el capitán Röhler había ordenado que la escuadrilla de reflectores de la quinta batería que había quedado con el resto de la impedimenta, se adelantase. Esta en su avance tropezó con la ofensiva polaca lanzada en la carretera que une Ilza con Pilatka. Dos de los reflectores resultaron dañados sin embargo aún quedaban otros dos intactos. Sus servidores lograron atravesar las líneas llegando hasta el emplazamiento de la quinta batería.

Al segundo teniente Seidenath le llegaron los dos reflectores de 60 centímetros como mana que caé del cielo. Los situó discretamente en posiciones laterales, a fin de que pudieran iluminar el terreno que había delante de la batería, desde diferentes ángulos.

La noche, era especialmente oscura, a eso de las 23:30 se pudieron oír frente a las posiciones alemanas una serie de órdenes en polaco. El segundo teniente Seidenath fue de pieza en pieza dando órdenes en voz baja para que se prerasen a abrir fuego en el momento indicado.

Al instante, el reflector de la derecha iluminó la escena: los polacos se quedaron como atontados, deslumbrados por aquel inesperado e intenso resplandor. Las piezas escupieron su fuego. Tres segundos más tarde se apagó el reflector derecho, encendiéndose inmediatamente el izquierdo. De este modo continuaron encendiéndose y apagandose de forma alternativa durante pocos segundos, variando a su vez la posición para que evitar que los polacos pudieran dirigir sus armas contra ellos. Un cuarto de hora duro este "juego" haciéndo desistir al enemigo de su ataque.

A las 5:30 de la mañana recibió por fin la quinta batería órdenes de alejarse discretamente de la zoan y replegarse hacia las líneas propias que habían situado su nuevo bloque defensivo a ocho kilómetros de allí.

Mientras tanto las dos baterías del 8,8 del segundo y del tercer grupo del XXII Regimiento Antiaéreo, desde las tres horas antes, habían rodeadas por un enemigo que le superaba en número y que al amparo de la noche trataba de abrirse paso hacía el Vístula.

El ataque más fuerte se realizó a las 4:10. Los polacos se lanzaron al aslato den grupos compactos por el accidentado terreno. Los artilleros de las piezas antitaéreas tuvieron que defenderse con la bayoneta calada. El comandate Weisser y el capitán Jablonski, jefe de la tercera batería junto con un considerable número de artilleros, perecieron como consecuencia del violento y contundente ataque polaco.

Cuando por fin la tercera sección de la quinta batería con sus piezas de 20 mm disparó sobre el flanco de las fuerzas enemigas, estos tuvieron que detener su ataque. Los artilleros salieron de sus agujeros y atacaron a los polacos en retirada, logrando de este modo que estos retrocedieran unos 800 metros.

Sin embargo a pesar de esta sorprendente y hábil acción aún no había pasado el peligro. El fuego procedente de las ametralladoras polcas se intensifico, sobre el emplazamiento de las piezas antiaéreas. Nuevamente los polacos tratarín de acabar con las fuerzas alemanas. El primer teniente Rückward, como oficial más antiguo se había visto obligado a hacerse cargo de la situación, este envió por dos veces a su segundo, el teniente Haccius, al puesto de mando de la División, solicitando refuerzos de forma inmediata, asegurando que no podrían de lo contrario manter por más tiempo sus posiciones.

Al incesante fuego de ametralladoras se sumo el de la infanteria, la moral de los alemanes comenzaba a minarse, pues a todo ello había que sumarle el factor de que comenzaban a escasear las municiones, mientras que los polacos parecían contar con un arsenal inagotable. La situación cambia de forma radical cuando ven avanzar entre las colinas a cuatro tanques alemanes, que se lanzan al ataque de forma eficaz, sembrando el desconcierto en las filas del enemigo. Los polacos se ven obligados a retroceder ante la contundenca de los tanques germanos.

Estos cuatro tanques, pertenecen a la II Compañía del Grupo de Blindados 67 y con su providencial intervención, ganan tiempo para que los artilleros enganchen sus piezas. A causa de los daños sufridos por los tractores de remolque tres piezas del 8,8 pertenecientes a la tercera batería deben der abandonadas, tras desmontarles sus respectivos cerrojos.

Luce ya la luez del día cuando las baterías marchan a toda velocidad por la carretera de Pilatka rumbo al este. El enemigo que flanquea la carretera, abre fuego de fusiles desde la mísma cuneta, dificultanto el avance.

Después de ocho interminables kilómetros de carrera alocada llegan a las líneas alemanas. Esta noche fue la que vió nacer el uso de la fuerza antiaérea en los combates terrestres.

Será necesaria la intervención de la III División Ligera de blindados y de la Luftwaffe para acabar con el avance de la XVI División polaca

FIN


Fuente: Cajus Bekker

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