Publicado: Vie Jul 18, 2008 7:02 am
¡Hola a todos!
En junio de 1937 Graig revisó la política de mecanización del ejército. En su opinión la caballería mecanizada se estaba convirtiendo en algo tácticamente diferente de la caballería. La experiencia reciente de entrenamiento en Fort Knox y Fort Riley, así como las maniobras del Segundo Ejército de 1936, demostraron a Graig el potencial ofensivo de la caballería mecanizada. Pero estaba preocupado con los jefes de Caballería e Infantería, quienes con sus provincianos intereses de cuerpo estaban inhibiéndose en el desarrollo de la mecanización. Así que Graig avisó de que nuevamente “inauguraría una fuerza mecanizada con independencia del arma de servicio”. Graig ordenó a la G3 del EMG la revisión y estudio de la política de mecanización.
La G3, bajo la dirección del brigadier general George P. Tyner, completó su estudio en un informe de 25 de octubre de 1937 que comenzaba: “La experiencia ha demostrado que las viejas armas combatirán a su manera tradicional y que, excepto para los destacamentos de reconocimiento mecanizado de caballería, la mecanización sólo se puede aplicar a través de lo que es en efecto, si no en nombre: una nueva arma”. El informe concluía recomendando la abolición de la política de 1931 de mecanización general de todo el ejército, y abogaba por el restablecimiento de una fuerza mecanizada independiente. Estas recomendaciones encontraron detractores, en especial el jefe de la Infantería, general Lynch, quien no veía justificación alguna para restringir la mecanización a sólo unas unidades determinadas, manteniendo que “los tanques deberían utilizarse en cualquier momento y en cualquier lugar donde pudieran contribuir a la eficacia de la unidad considerada”.
Debido en parte a esa oposición, en marzo de 1938 Graig sólo modificó la política del DG de mecanización descentralizada. En la práctica vino a declarar la esencia de la política de 1931 al afirmar que “la mecanización se aplicará a ciertas unidades de infantería y caballería hasta el grado necesario que posibilite a esas armas una mejor ejecución de sus funciones tácticas prescritas”. El meollo era que la infantería y caballería seguían manteniendo el control de sus unidades mecanizadas. Graig eliminó el concepto de “tanques delanteros” operando más allá del alcance de la infantería, pero también abolió la política de 1931 en cuanto a que la caballería mecanizada sólo debía desempeñar los papeles tradicionales de la caballería. La directiva de 1938 reconocía que las fuerzas de caballería mecanizada independientes y autosuficientes eran capaces de ser empleadas en la profundidad estratégica, y, en consecuencia y en esencia, sancionaba el desarrollo de una división de caballería mecanizada capaz de realizar esas misiones autónomas.
La autonomía en las operaciones era lo que venían defendiendo desde hacía tiempo Chaffee y van Voorhis para la caballería mecanizada. Ya en 1937, en una conferencia en el Army War College, van Voorhis había propuesto organizar inmediatamente una fuerza de combate fuertemente mecanizada, una división consistente en tanques que debían ser apoyados por otras armas. Y ante la misma audiencia, Chaffee recomendó la expansión del desarrollo de unidades mecanizadas móviles, una división de caballería mecanizada para cada uno de los cuatro ejércitos de campaña. De las maniobras recientes, Chaffee había concluido que las unidades de caballería mecanizada independientes, si se desplegaban en un número suficientemente grande, podían ir más allá del desempeño de los papeles tradicionales de la caballería para comprometerse en combates pesados y lanzar golpes ofensivos decisivos. Como comandante de la 7ª Brigada de Caballería (Mecanizada) desde 1938 hasta la creación de la Fuerza Acorazada en 1940, Chaffee modeló la caballería mecanizada para que se convirtiera precisamente en una fuerza de combate independiente. Pero la influencia de los líderes de la caballería mecanizada sobre los desarrollos doctrinales estaba muy limitada en ciertos aspectos que escapaban a su control, como el tema presupuestario y la oposición encontrada dentro del DG. Estos obstáculos continuaron limitando la expansión de las unidades mecanizadas.
Seguiremos.
Saludos cordiales
José Luis
En junio de 1937 Graig revisó la política de mecanización del ejército. En su opinión la caballería mecanizada se estaba convirtiendo en algo tácticamente diferente de la caballería. La experiencia reciente de entrenamiento en Fort Knox y Fort Riley, así como las maniobras del Segundo Ejército de 1936, demostraron a Graig el potencial ofensivo de la caballería mecanizada. Pero estaba preocupado con los jefes de Caballería e Infantería, quienes con sus provincianos intereses de cuerpo estaban inhibiéndose en el desarrollo de la mecanización. Así que Graig avisó de que nuevamente “inauguraría una fuerza mecanizada con independencia del arma de servicio”. Graig ordenó a la G3 del EMG la revisión y estudio de la política de mecanización.
La G3, bajo la dirección del brigadier general George P. Tyner, completó su estudio en un informe de 25 de octubre de 1937 que comenzaba: “La experiencia ha demostrado que las viejas armas combatirán a su manera tradicional y que, excepto para los destacamentos de reconocimiento mecanizado de caballería, la mecanización sólo se puede aplicar a través de lo que es en efecto, si no en nombre: una nueva arma”. El informe concluía recomendando la abolición de la política de 1931 de mecanización general de todo el ejército, y abogaba por el restablecimiento de una fuerza mecanizada independiente. Estas recomendaciones encontraron detractores, en especial el jefe de la Infantería, general Lynch, quien no veía justificación alguna para restringir la mecanización a sólo unas unidades determinadas, manteniendo que “los tanques deberían utilizarse en cualquier momento y en cualquier lugar donde pudieran contribuir a la eficacia de la unidad considerada”.
Debido en parte a esa oposición, en marzo de 1938 Graig sólo modificó la política del DG de mecanización descentralizada. En la práctica vino a declarar la esencia de la política de 1931 al afirmar que “la mecanización se aplicará a ciertas unidades de infantería y caballería hasta el grado necesario que posibilite a esas armas una mejor ejecución de sus funciones tácticas prescritas”. El meollo era que la infantería y caballería seguían manteniendo el control de sus unidades mecanizadas. Graig eliminó el concepto de “tanques delanteros” operando más allá del alcance de la infantería, pero también abolió la política de 1931 en cuanto a que la caballería mecanizada sólo debía desempeñar los papeles tradicionales de la caballería. La directiva de 1938 reconocía que las fuerzas de caballería mecanizada independientes y autosuficientes eran capaces de ser empleadas en la profundidad estratégica, y, en consecuencia y en esencia, sancionaba el desarrollo de una división de caballería mecanizada capaz de realizar esas misiones autónomas.
La autonomía en las operaciones era lo que venían defendiendo desde hacía tiempo Chaffee y van Voorhis para la caballería mecanizada. Ya en 1937, en una conferencia en el Army War College, van Voorhis había propuesto organizar inmediatamente una fuerza de combate fuertemente mecanizada, una división consistente en tanques que debían ser apoyados por otras armas. Y ante la misma audiencia, Chaffee recomendó la expansión del desarrollo de unidades mecanizadas móviles, una división de caballería mecanizada para cada uno de los cuatro ejércitos de campaña. De las maniobras recientes, Chaffee había concluido que las unidades de caballería mecanizada independientes, si se desplegaban en un número suficientemente grande, podían ir más allá del desempeño de los papeles tradicionales de la caballería para comprometerse en combates pesados y lanzar golpes ofensivos decisivos. Como comandante de la 7ª Brigada de Caballería (Mecanizada) desde 1938 hasta la creación de la Fuerza Acorazada en 1940, Chaffee modeló la caballería mecanizada para que se convirtiera precisamente en una fuerza de combate independiente. Pero la influencia de los líderes de la caballería mecanizada sobre los desarrollos doctrinales estaba muy limitada en ciertos aspectos que escapaban a su control, como el tema presupuestario y la oposición encontrada dentro del DG. Estos obstáculos continuaron limitando la expansión de las unidades mecanizadas.
Seguiremos.
Saludos cordiales
José Luis