Antecedentes de la Guerra Relámpago?.
Publicado: Jue Nov 22, 2012 1:55 pm
Saludos cordiales.
Leyendo hace poco el libro de Luis E. Togores, “Historia de la guerra civil española”, me ha llamado la atención la referencia que hace dicho historiador sobre la ofensiva del bando nacional en Aragón, Belchite del 9 al 17 de marzo de 1938, y al movimiento ofensivo la califica de guerra relámpago.
El 9 de marzo de 1938 los nacionales se lanzaron al ataque en la zona comprendida entre el sur del Ebro y el pueblo de Pancrudo, desbordando a las fuerzas republicanas, y por dicha brecha se lanzaron las tropas de Yagüe, lo que provocó el hundimiento de toda la línea defensiva del XII Cuerpo de Ejército Popular que prácticamente despareció en tres días que duraron los combates. El día 10 los nacionales rompieron el frente en el sector de El Frontón, para lanzarse a tomar Belchite por envolvimiento. Ante la acometida enemiga, las sólidas brigadas internacionales Lincoln – Washington y MacKenzie – Papineau se desbandaron y emprendieron la huida. A las 16.30 entraban en Belchite las primeras unidades de la 5ª División de Navarra y del Cuerpo de Ejército Marroquí.
Señalan los historiadores L. Molina y J.M. Manrique que la caída de Belchite, uno de los pocos iconos victoriosos republicanos tuvo un importante eco en la moral del Ejército Popular. La ciudad había sido fortificada por ingenieros militares rusos siguiendo los planos revisados por el alto mando de la URSS. La defensa de la población se encomendó al jefe de milicias comunistas Enrique Líster, que, tras su derrota, se justificó argumentando que la artillería nacional había destruido totalmente estas fortificaciones, excusa que sirvió para camuflar la deserción de muchos de sus defensores. Líster acabó culpando de la derrota a algunos de sus subordinados, entre ellos a Marcucci, expresidente de las Juventudes Comunistas italianas, quien terminó suicidándose.
El día 11 la 105 ª División nacional logró un enorme avance gracias al apoyo de carros de combate y los cañones antiaéreos alemanes del 8.8 cm empleados como artillería convencional de tierra. La infantería de la 5ª de Navarra, montada en camiones, avanzó a toda velocidad tras los carros de combate y a las unidades de artillería antitanque y los flak (baterías de artillería alemana), con los flancos protegidos por la aviación de asalto, lo que les permitió penetrar muchísimos kilómetros en campo contrario tras romper sus líneas. El XII Cuerpo de Ejército republicano quedó literalmente deshecho, por lo que los nacionales pudierno avanzar casi sin oposición hasta el río Martín.
El 12 de marzo de 1938 la 5ª división de Navarra avanzó 36 km, logrando recorrer el enorme espacio de terreno que separaba la población de Belchite de la de Escatrón, llevando en vanguardia dos compañías de Panzer I reforzadas por algunos T-26 soviéticos capturados al enemigo. Durante su avance encontraron importantes núcleos de resistencia, que fueron eliminados por su vanguardia de carros de combat y por la aviación de asalto, con el apoyo de los eficacísimos cañones 8.8 cm que se movían al mismo paso que las columnas motorizadas. Los cañones alemanes hubieron de cambiar su asentamiento tres veces a lo largo de la jornada para poder apoyar a los carros y a la infantería motorizada en su increíble avance. La aviación, sobre todo la de asalto, desempeñó un papel muy relevante, pues actuó perfectamente coordinada con las tropas que avanzaban por tierra, eliminando focos de resistencia terrestres y protegiendo los flancos de las columnas motorizadas durante su avance.
Yagüe interpretó bien la situación y lanzó a sus hombres a la carera para explotar el éxito al máximo. Esta decisión motivó el total derrumbamiento del frente enemigo en una extensión de 40 km, más otros 8 que logró romper la 15 ª División.
Según el coronel e historiador militar J.M. Manrique los nacionales ensayaron por primera vez con éxito, la blitzkrieg. Su novedad, su inesperado éxito, paralizó en alguna medida tanto a los mandos nacionales como a los republicanos, ya que los vencedores no estuvieron en condiciones materiales y anímicas de aprovechar su éxito en su totalidad. La guerra relámpago realizada por los hombres de Yagüe tuvo tal éxito, fue su avance tan rápido e imparable, al tiempo que inesperado que el Jefe de la 72 ª División republicana, José Enciso Madolell, entró en Escatrón varias horas después de su conquista, siendo apresado por los soldados del Cuerpo del Ejército Marroquí. La 44ª División del Ejército Popular, junto a otras unidades, se vieron copada en el Ebro y obligadas a rendirse, muchas unidades entraron en pánico y se desbandaron, abandonando armas, equipos y municiones para correr a mayor velocidad en dirección a Bujaraloz.
El día 12 las columnas montadas en camiones nacionales rebasaron Escatrón y tomaron la Puebla de Híjar. En el XII Cuerpo del ejército republicano cundió el pánico una vez más. La división de Muntaner del Ejército Popular fue arrollada en su retroceso hacia Caspe. El día 14 Yagüe volvió a enviar a la 5ª de Navarra en camiones, seguida de una brigada de caballería, en dirección a Caspe. El 17 caía en sus manos esta población tras durísimos combates.
El éxito había sido tan enorme que Yagüe decidió parar su avance ante la falta de recursos y por miedo a sufrir un contrataque republicano que aislase su vanguardia. Los mandos de la Legión Cóndor insitieron en que continuase avanzando, entre otros motivos porque desconocían las limitaciones de todo tipo que sufrían las tropas nacionales. El día 15, entre Caspe y Calanda no había ni una sola gran unidad organizada del Ejército Popular. Un frente de casi 60 km estaba practicamente desguarnecido. El coronel soviético Malinowski, futuro mariscal de la Unión Soviética fue testigo de la desesperación del general Rojo, a quien oyó exclamar: “ ¡Mejor es que me destroce una bomba, con tal de no ver esta vergüenza!”. Malinowski propuso un contratauqe desde la zona de Gelsa – Estracón en dirección a Híjar, pero no había fuerzas suficientes y Miaja no se decidía a ceder unidades de la zona centro para taponer esos huecos.
Según dicho historiador, las divisiones nacionales, semimotorizadas con camiones Ford estadounidenses, precedidas por carros soviéticos alemanes y por la flak germánica, apoyadas por los avions de la Legión Cóndor, con los que enlazaban por medio de un eleborado sistema de comunicaciones, moviéndose todos ellos gracias al combustible de procedencia estadounidense, demostraron que aquel nuevo concepto de guerra era factible. Los nacionales avanzaron 110 km en ocho días, entre el 9 y el 17 de marzo.
¿Se puede considerar como un antecedente de la guerra relámpago, dónde material y asesores alemanes estuvieron presentes en dicha ofensiva?, ¿o es una exageración considerar dicho avance como algo similar o parecido a la doctrina alemana de guerra relámpago?.
Saludos desde Benidorm.
Leyendo hace poco el libro de Luis E. Togores, “Historia de la guerra civil española”, me ha llamado la atención la referencia que hace dicho historiador sobre la ofensiva del bando nacional en Aragón, Belchite del 9 al 17 de marzo de 1938, y al movimiento ofensivo la califica de guerra relámpago.
El 9 de marzo de 1938 los nacionales se lanzaron al ataque en la zona comprendida entre el sur del Ebro y el pueblo de Pancrudo, desbordando a las fuerzas republicanas, y por dicha brecha se lanzaron las tropas de Yagüe, lo que provocó el hundimiento de toda la línea defensiva del XII Cuerpo de Ejército Popular que prácticamente despareció en tres días que duraron los combates. El día 10 los nacionales rompieron el frente en el sector de El Frontón, para lanzarse a tomar Belchite por envolvimiento. Ante la acometida enemiga, las sólidas brigadas internacionales Lincoln – Washington y MacKenzie – Papineau se desbandaron y emprendieron la huida. A las 16.30 entraban en Belchite las primeras unidades de la 5ª División de Navarra y del Cuerpo de Ejército Marroquí.
Señalan los historiadores L. Molina y J.M. Manrique que la caída de Belchite, uno de los pocos iconos victoriosos republicanos tuvo un importante eco en la moral del Ejército Popular. La ciudad había sido fortificada por ingenieros militares rusos siguiendo los planos revisados por el alto mando de la URSS. La defensa de la población se encomendó al jefe de milicias comunistas Enrique Líster, que, tras su derrota, se justificó argumentando que la artillería nacional había destruido totalmente estas fortificaciones, excusa que sirvió para camuflar la deserción de muchos de sus defensores. Líster acabó culpando de la derrota a algunos de sus subordinados, entre ellos a Marcucci, expresidente de las Juventudes Comunistas italianas, quien terminó suicidándose.
El día 11 la 105 ª División nacional logró un enorme avance gracias al apoyo de carros de combate y los cañones antiaéreos alemanes del 8.8 cm empleados como artillería convencional de tierra. La infantería de la 5ª de Navarra, montada en camiones, avanzó a toda velocidad tras los carros de combate y a las unidades de artillería antitanque y los flak (baterías de artillería alemana), con los flancos protegidos por la aviación de asalto, lo que les permitió penetrar muchísimos kilómetros en campo contrario tras romper sus líneas. El XII Cuerpo de Ejército republicano quedó literalmente deshecho, por lo que los nacionales pudierno avanzar casi sin oposición hasta el río Martín.
El 12 de marzo de 1938 la 5ª división de Navarra avanzó 36 km, logrando recorrer el enorme espacio de terreno que separaba la población de Belchite de la de Escatrón, llevando en vanguardia dos compañías de Panzer I reforzadas por algunos T-26 soviéticos capturados al enemigo. Durante su avance encontraron importantes núcleos de resistencia, que fueron eliminados por su vanguardia de carros de combat y por la aviación de asalto, con el apoyo de los eficacísimos cañones 8.8 cm que se movían al mismo paso que las columnas motorizadas. Los cañones alemanes hubieron de cambiar su asentamiento tres veces a lo largo de la jornada para poder apoyar a los carros y a la infantería motorizada en su increíble avance. La aviación, sobre todo la de asalto, desempeñó un papel muy relevante, pues actuó perfectamente coordinada con las tropas que avanzaban por tierra, eliminando focos de resistencia terrestres y protegiendo los flancos de las columnas motorizadas durante su avance.
Yagüe interpretó bien la situación y lanzó a sus hombres a la carera para explotar el éxito al máximo. Esta decisión motivó el total derrumbamiento del frente enemigo en una extensión de 40 km, más otros 8 que logró romper la 15 ª División.
Según el coronel e historiador militar J.M. Manrique los nacionales ensayaron por primera vez con éxito, la blitzkrieg. Su novedad, su inesperado éxito, paralizó en alguna medida tanto a los mandos nacionales como a los republicanos, ya que los vencedores no estuvieron en condiciones materiales y anímicas de aprovechar su éxito en su totalidad. La guerra relámpago realizada por los hombres de Yagüe tuvo tal éxito, fue su avance tan rápido e imparable, al tiempo que inesperado que el Jefe de la 72 ª División republicana, José Enciso Madolell, entró en Escatrón varias horas después de su conquista, siendo apresado por los soldados del Cuerpo del Ejército Marroquí. La 44ª División del Ejército Popular, junto a otras unidades, se vieron copada en el Ebro y obligadas a rendirse, muchas unidades entraron en pánico y se desbandaron, abandonando armas, equipos y municiones para correr a mayor velocidad en dirección a Bujaraloz.
El día 12 las columnas montadas en camiones nacionales rebasaron Escatrón y tomaron la Puebla de Híjar. En el XII Cuerpo del ejército republicano cundió el pánico una vez más. La división de Muntaner del Ejército Popular fue arrollada en su retroceso hacia Caspe. El día 14 Yagüe volvió a enviar a la 5ª de Navarra en camiones, seguida de una brigada de caballería, en dirección a Caspe. El 17 caía en sus manos esta población tras durísimos combates.
El éxito había sido tan enorme que Yagüe decidió parar su avance ante la falta de recursos y por miedo a sufrir un contrataque republicano que aislase su vanguardia. Los mandos de la Legión Cóndor insitieron en que continuase avanzando, entre otros motivos porque desconocían las limitaciones de todo tipo que sufrían las tropas nacionales. El día 15, entre Caspe y Calanda no había ni una sola gran unidad organizada del Ejército Popular. Un frente de casi 60 km estaba practicamente desguarnecido. El coronel soviético Malinowski, futuro mariscal de la Unión Soviética fue testigo de la desesperación del general Rojo, a quien oyó exclamar: “ ¡Mejor es que me destroce una bomba, con tal de no ver esta vergüenza!”. Malinowski propuso un contratauqe desde la zona de Gelsa – Estracón en dirección a Híjar, pero no había fuerzas suficientes y Miaja no se decidía a ceder unidades de la zona centro para taponer esos huecos.
Según dicho historiador, las divisiones nacionales, semimotorizadas con camiones Ford estadounidenses, precedidas por carros soviéticos alemanes y por la flak germánica, apoyadas por los avions de la Legión Cóndor, con los que enlazaban por medio de un eleborado sistema de comunicaciones, moviéndose todos ellos gracias al combustible de procedencia estadounidense, demostraron que aquel nuevo concepto de guerra era factible. Los nacionales avanzaron 110 km en ocho días, entre el 9 y el 17 de marzo.
¿Se puede considerar como un antecedente de la guerra relámpago, dónde material y asesores alemanes estuvieron presentes en dicha ofensiva?, ¿o es una exageración considerar dicho avance como algo similar o parecido a la doctrina alemana de guerra relámpago?.
Saludos desde Benidorm.