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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Sab Oct 27, 2007 1:53 pm

Escuadrón mexicano en el Pacífico

Las Águilas Aztecas se sumaron al Ejército de EU en la Segunda Guerra Mundial

Christina Green

26 de octubre de 2007

Por boca de su abuelo, Víctor Mancilla oyó historias de mexicanos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial: "Desde que yo era niño, mi abuelo me hablaba de este gran escuadrón mexicano, el Escuadrón 201, que había luchado junto al Ejército de Estados Unidos en el Pacífico."

Mancilla es el director del documental Las águilas olvidadas (Forgotten Eagles), que narra la historia del Escuadrón 201, que apoyó a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. La película relata las hazañas de estos hombres que pelearon en el Pacífico, en contra de los japoneses, en 1945. "Esta fue la primera y única fuerza aérea expedicionaria mexicana que peleó fuera de su territorio", nos cuenta Mancilla.

"Me molestaba que en la escuela no había información sobre este escuadrón en los libros de texto. Y luego, me di cuenta de que muy pocas personas conocían la historia". El documental rinde homenaje a la vida de estos hombres que cumplieron una gran misión.

Lo que más lamenta Mancilla es que la nueva generación de mexicanos desconoce la historia. "Con el pasar de los años, muchos han muerto, pero logramos entrevistar a algunos de los pilotos. Queríamos darles el honor que se merecen". Aun cuando la participación del Escuadrón 201 fue breve, ejecutaron unas 60 misiones exitosas antes de que terminara la guerra.

"México ha sido un aliado de Estados Unidos en muchas oportunidades. Si no fue antes de entrar en la Segunda Guerra Mundial, fue prestando braceros, prestando hombres que vinieran a cosechar la tierra mientras los estadounidenses se encontraban en la guerra; y suplíamos petróleo y otras materias primas. Así que siempre hemos estado cooperando con los norteamericanos".

El rodaje duró tres años y Mancilla nos cuenta que le fue difícil encontrar quién quisiera patrocinar el rodaje. "Nos dijeron que las historias positivas no se venden, pero yo quería demostrar lo contrario".

Para Mancilla, lo más difícil fue encontrar a los miembros del Escuadrón, pues los veteranos estaban en diversos lugares, de México y Estados Unidos. "Nadie sabía dónde estaban muchos de ellos. Otros estaban enfermos. Nos tomó casi un año rastrearlos y encontrarlos".

De acuerdo a Mancilla, es importante que el mundo sepa y recuerde la participación de los latinos en estos eventos. "Cuando se hace a un lado la participación de los latinos, no sólo en la guerra, sino en cualquier otra cosa, nos duele porque somos latinos", dice Mancilla. "Pero la culpa también es de nosotros. Es necesario recordar constantemente a nuestra generación y a las generaciones futuras sobre nuestros logros, no sólo dentro del país, sino en el mundo. De otra manera, es muy fácil olvidar".

El Escuadrón 201 es un relato que, según Mancilla, debe enorgullecer a latinos y no latinos por igual. Es una historia de ayuda sin barreras, de cooperación desinteresada entre países que nadie debe olvidar.

"Es fácil borrar de la memoria colectiva pedazos de la historia, y es nuestra responsabilidad mantener esos recuerdos frescos. De lo contrario, muy pronto nadie sabrá quiénes fueron el Escuadrón 201 y dejarán de existir".

Extraído de "A Legacy Greater than Words", The US Latino & Latina WWII History Project Group. utopia.utexas.edu/explore/latino.

Fuente: Diario Digital
Fecha: 26 de Octubre de 2007

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Mensaje por TMV » Dom Oct 28, 2007 6:54 am

Kühnheit, Kühnheit, immer Kühnheit...
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Francis Currey
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Mensaje por Francis Currey » Lun Oct 29, 2007 3:28 pm

El encuentro con un nazi en Madrid

No recuerdo si fue su mirada fría o su sonrisa burlona lo que me impresionó. Pero no lo olvidaré. Sucedió un miércoles lluvioso de otoño de 2005. De repente, me encontraba en una apacible reunión de ancianos alemanes y austriacos, elegantes y educados, que me miraban curiosos, pensando quizá que visitaba a mi abuela. Pero estaba allí porque sabía que acudía un hombre que me interesaba extraordinariamente: Paul María Hafner, economista y ex Obersturmführer, alistado voluntario a las Waffen-SS alemanas durante la II Guerra Mundial, formador de jóvenes reclutas y activo participante en varios campos de concentración.

¡Un oficial de las SS! Hasta entonces los conocía por los libros o el cine; hombres sin sentimientos, despiadados. O por mis padres, que me habían hablado de ellos, siempre con cierto miedo en sus ojos. Eran las cinco y media de una tarde gris, olía a café y a tarta de la Selva Negra, esa que en Alemania se toma de merienda. Los ancianos charlaban animados. Y todo me era tan familiar, que creí sentir la tentación de la nostalgia... de no ser por un detalle: no me encontraba en Berlín, ni en Viena, ni en Salzburgo, sino en Madrid. Y quién iba a decirme, pensé cuando ya estaba sentado junto a Hafner y mientras él separaba con exquisitas maneras la cereza de la nata, que justo aquí, en España, donde vivo hace años, me iba a encontrar a uno de esos hombres que marcaron un periodo triste de la historia de mi país, Austria. En meses anteriores me había entrevistado con historiadores y periodistas y había contactado con los miembros de la colonia alemana para conocer de primera mano lo sucedido con los nazis refugiados en territorio franquista. Éstos, aunque amables, me observaban con recelo. No sólo por mi edad -su media no bajaba de los 80 años-, sino que mi intención de rodar un documental se había difundido... Yo era como alguien que quiere levantar el polvo cuando nadie siente ya la necesidad de limpiar.

Tras la II Guerra Mundial llegaron muchos como Hafner a España. Unos huían de los aliados; otros ya no reconocían en la Alemania democrática el sueño de ese Reich de raza aria por el que habían sojuzgado a Europa. Y España era el último bastión de las tres grandes dictaduras fascistas. Derrotados Hitler y Mussolini, sus seguidores llamaron a las puertas de Franco, ya que éste se había servido de su ayuda militar. Pero no todos los alemanes que vinieron eran nazis, como tampoco todos los nazis eran alemanes. Hubo colaboracionistas de muchos países. El más célebre, el general de las SS Léon Degrelle, que haría fortuna con la especulación urbanística en la Costa del Sol. Como él, muchos eran amigos de Hafner. Si la mayoría se conformó con un plácido retiro, festejando en reuniones alcohólicas el cumpleaños de Hitler, Degrelle, Hafner y otros aprovecharon la benevolencia franquista para fortalecer las estructuras de los aún débiles movimientos neonazis nacidos en los sesenta en Europa. Crearon editoriales y redes clandestinas desde este país, para ellos, tal como dice Hafner, "un paraíso terrenal".

Días después me encontré sentado en el salón de la casa de un nazi, entre fotos de montañas nevadas, cuadros sin gusto y objetos de simbología fascista. Había accedido a dejarse entrevistar, siempre y cuando le dejara hablar sin tapujos. Sin problema. Me sentía preparado para oír todo lo que quisiera contar. Pero mi perplejidad fue grande cuando descubrí con qué desfachatez intentaba aprovechar cámara y micrófono para hacer propaganda. Siempre de forma educada, idealizaba a Hitler, negaba con pobres argumentos el Holocausto y defendía a los carniceros nazis como a santos. Pensé: "¿Por qué no mando a la mierda a este fanático incorregible y delirante? ¿Por qué escuchar tales barbaridades en boca de alguien que probablemente ha conocido muchas -cuando no participado- de las atrocidades de las SS... ¿Qué sentido tiene llevar este destructivo discurso ante el público cuando aún existen muchas historias de víctimas sin ser contadas?". Me invadía la duda. Pero algo en mi interior me decía: "Si el destino te ha puesto ante el único oficial nazi vivo que está dispuesto a mostrarse ante la cámara tal cual...". ¿Cómo podía yo eludir tal responsabilidad? Era una ocasión única. Y siendo austriaco, podía conseguir una cercanía que Hafner, quizá, no permitiría a un español. Decidí morderme la lengua. Vencí mis deseos de salir corriendo. Seguí escuchando.

Hoy, casi un año y medio más tarde, estoy convencido de que Hafner se dio cuenta de mi reacción. En vez de moderar su discurso ante mi visible estupefacción, cargó más las tintas, subió el tono con intención de provocarme, para ver hasta dónde estaba dispuesto a aguantar. Soporté estoicamente. Hasta que se cansó, sorprendido quizá de que siguiese ante él. Fue la primera prueba de fuego. Habría muchas durante los 18 meses de rodaje de la película.

Volví a verle un par de veces en las semanas siguientes. Ya no se comportaba de forma tan violenta. Hablamos de sus razones para venir al Sur. Como muchos de los nazis de segundo orden, Hafner se benefició de la tibieza con la que los aliados les trataron en los primeros tiempos de guerra fría. Cumplió casi dos años de prisión por haber sido oficial de las SS, se doctoró en Económicas y aprovechó la oferta de una firma alemana para mudarse a España. Aquí prosperó, se hizo empresario, inventor (de la yogurtera, que le dio, dice él, mucho dinero) y criador de cerdos. El día en que le acompañamos a una finca de puercos que había sido suya, estaba pletórico; yo le había propuesto ser protagonista de la película. Decidirlo me costó noches en vela y muchas charlas con mis colaboradores. Sabía que era un paso atrevido y, sobre todo, políticamente hablando, extremadamente incorrecto. El filme iba a abandonar el sendero seguro de un documento histórico -la cronología de los nazis en España- para adentrarse en el terreno de la psicología de un nazi convencido e inmune al arrepentimiento.

Al alejarnos de Madrid en coche, Hafner habló de su infancia. Era oriundo de un pueblo próspero al pie de los Alpes, en el Tirol del Sur. Su padre, católico y antisemita, era el tabernero. Su madre, hija del juez de la comarca, de salud delicada. Hablaba un alemán culto con ligero acento austriaco; el dialecto tirolés coloreaba sus palabras al describir su vida de chico de pueblo casi feliz. Con todo, el relato era convencional, aburrido. Hasta que le pregunté por sus primeras experiencias sexuales. Sus respuestas fueron estremecedoras. Eran historias entre fantasías infantiles y vivencias de una brutalidad inusual. Parecían mostrar el perfil de una personalidad fragmentada y atormentada que usaba su fuerza mental para reprimir los recuerdos reales. Pero no se trataba de un estado de locura, sino de eso que los expertos llaman "trauma del verdugo". Contaba cosas como que en el internado donde debía hacerse sacerdote había esclavizado a un amigo... Y oyéndole narrar todo aquello sentí compasión: las escuelas de las SS le habían vaciado por dentro y llenado de odio y resentimiento, de gran pobreza emocional. Había algo en su soledad que me conmovía... Y me asusté al darme cuenta. Me encontraba en plena lucha interior, entre la obligada conciencia moral y esa involuntaria compasión.

A veces, viendo el material rodado del día, me sorprendía con qué habilidad Hafner me llevaba por sus derroteros, escapándose de las preguntas incómodas con ironía y cinismo. Jugaba en varios niveles, mostraba la habilidad de una serpiente y la ventaja de una persona cuyas convicciones morales son guiadas por su voluntad de superar al contrario y no de convencer.

Se estableció entre nosotros una dinámica que se parecía cada vez más a un duelo. Él intentaba utilizarme para proyectar una imagen de sí mismo prefabricada, sin espacio para sentimientos ni recuerdos desagradables. Su intento se le reveló tan inútil como para mí encontrar al nazi arrepentido y derrotado. Me fui dando cuenta de que el interés de la película ya no era tanto sacar a la luz novedades históricas o la confesión de un nazi, sino describir los mecanismos psicológicos de alguien perdido en un mundo del que no sabe salir. Y en el que está solo. Un día tropecé casualmente con su hija. Creí que me reprocharía el hecho de enfrentar a su padre a esta situación. Pero no. Dijo: "No sabes lo que significa tener un padre nazi".

Los meses siguientes fueron intensos. De día grababa a Hafner; de noche, leía y leía docenas de libros sobre psicología, las SS y el Holocausto. Intentaba entender el origen de esa extraña personalidad que Hafner se había construido. Me quedaba más a menudo a solas con él para crear una intimidad que me permitiese entrar en su ser más profundo. Estaba fascinado con ese mundo tan simple como terrorífico de la mente SS. Allí donde la razón se usa para eliminarse a sí misma, dejando un vacío amplio y peligroso; allí donde se cultiva la voluntad del individuo.

Lo que impidió que la relación con él me afectara de manera irreparable fue mi gente, el equipo, mis amigos. Hans Landauer era uno de ellos. Le telefoneo mucho a Viena para charlar de España, su salud o la política de Austria. El día que le dije que filmaba a un ex SS noté disgusto en su voz. Hans había luchado en las Brigadas Internacionales. Fue enviado por los nazis al campo de Dachau cuatro años. Para él, como para cualquier víctima, es duro imaginar que un SS no arrepentido pueda ser el centro de un filme. Hafner estuvo en Dachau, y Hans era mi fuente para contrarrestar sus mentiras. Nunca le propuse a Landauer una reunión con Hafner. Él me lo pidió. Y ese encuentro es el momento cumbre de El paraíso de Hafner. Una situación inédita: víctima y verdugo, juntos 60 años más tarde; dos concepciones opuestas ante la historia.

Creo que en ese instante, la tragedia de Paul Hafner se evidenció con toda claridad. Mientras él se burlaba del dolor vivido por Hans, éste se mantenía sereno, imponiendo así su superioridad moral. Hafner empezó eludiendo su mirada hasta quedar en silencio absoluto. Cuando Hans dijo que quería salir de inmediato de esa casa, supe que el filme había terminado. A Hans le dolió aquello; encontrar a uno de sus verdugos viviendo plácidamente en el país que amaba y por cuya libertad había luchado.

Luego Hafner dejó de contestar al teléfono y no volví a verle hasta seis meses después para mostrarle la película. La vio. Se quedó ensimismado. Tras un largo silencio, dijo que no le gustaba su nariz. Y creo que hasta él mismo se dio cuenta de lo metafórico de su comentario. Me acompañó hasta el metro y nos dimos la mano. Estaban flácidas. No teníamos más que decirnos. Me miró. Y ya no fue la mirada fría e impenetrable inicial. Estaba apagada, triste, resignada. No sabía bien qué decirle cuando, de pronto, volvió a aparecer su sonrisa burlona. Levantó la mano insinuando un saludo militar, se dio la vuelta y cruzó la calle. Me quedé mirando cómo se alejaba con su paso firme y tuve la sensación de que junto a él marchaban grotescos fantasmas dispuestos a llevarle a las puertas del infierno.

Fuente: El Pais
Fecha:26-10-07

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Mensaje por Francis Currey » Mié Oct 31, 2007 1:31 am

Los fantasmas del expolio nazi resucitan en Holanda

En octubre de 1945, apenas cinco meses de finalizada la II Guerra Mundial, un avión cargado con 26 cuadros y procedente de Estados Unidos aterrizó en Holanda. Pintados, entre otros, por Rembrandt y Rubens, las obras componían la primera remesa del arte expoliado por el Tercer Reich dispuesto ya para su devolución a las familias judías. Muchas habían pagado con ellos su libertad. El envío quedó bajo la custodia de la Colección Estatal de Arte, que llegaría a sumar 4.500 piezas.

Durante los 60 años posteriores, las autoridades holandesas han ido restableciendo lienzos y objetos robados a sus dueños. La última petición de esta clase, en manos de la Comisión para la Restitución, ha estremecido a los museos nacionales. La firman los cuatro hijos de Nathan Katz, un marchante cuya colección pictórica pasó a manos de Hitler y de Hermann Goering, su ministro del Aire. Reclaman 227 telas y dos tapices, en su mayoría del Siglo de Oro holandés.

Confiscadas ¿o vendidas?
Hace unos dos años, Sybila, David, Eva y Griet Katz acudieron a la Oficina de Búsqueda, encargada de trazar el origen exacto de la Colección Estatal. Querían saber cuántos cuadros llevaban el marchamo del negocio familiar. Como en situaciones semejantes, los documentos compilados componían la trayectoria de las obras sin ordenarlas por categorías. Es decir, no se especificaba si habían sido confiscadas o bien vendidas voluntariamente por su padre a los nazis en el marco de su trabajo de marchante.

Dichas distinciones, esenciales para aprobar una devolución, quedan al arbitrio de la Comisión para la Restitución. Órgano asesor del Gobierno, la misma añade aún otro requisito para dar un caso por cerrado: que el lote no hubiera sido reclamado anteriormente. "Buscamos a las familias de los propietarios de obras de la guerra custodiadas por el Estado holandés, cuando pensamos que pudieron ser confiscadas por los ocupantes. Algunos ni siquiera saben que aún les pertenecen telas de antepasados no tan lejanos. Pero nunca aconsejamos que los reclamen. Ni tampoco que se abstengan de hacerlo. Eso es un asunto privado", señala Rudi Ekkart, uno de los mayores expertos mundiales en este tipo de arte y presidente del comité que gestiona la Oficina de Búsqueda.

A veces, las investigaciones desvelan giros felices en momentos trágicos. A los Katz, el suyo les llevó fuera de Holanda en plena ocupación nazi gracias a un retrato de Rembrandt titulado Hombre de la familia de Raman. La tela fue a parar al propio Hitler, empeñado en crear un grandioso museo del Tercer Reich. La familia del marchante pudo recuperarla al finalizar la contienda. Para esclarecer casos más rebeldes, a las autoridades holandesas les bastaría una simple carta de los afectados exponiendo su situación. En la práctica, las cosas resultan menos entrañables. Al igual que los familiares del también marchante judío Jacques Goudstikker, que en 2006 recuperaron los tesoros artísticos perdidos por su pariente en 1940, los Katz han contratado los servicios de grandes despachos de abogados. De edades comprendidas entre 76 y 89 años, los cuatro hermanos cuentan con representación legal a ambos lados del Atlántico. Desde Estados Unidos, donde reside parte de la familia, lleva el caso la letrada Tina Talarchyk, de la firma Squire Sanders.

Resuelta a la vez que cautelosa, su línea argumental es sencilla: "No deseo entorpecer las investigaciones oficiales holandesas, pero sostenemos que el padre de mis clientes fue presionado para vender sus cuadros. Su negocio tenía prestigio ya antes de la contienda y los nazis fueron a por sus obras. No hay que olvidar el clima de temor en que vivían", afirma en conversación telefónica desde su despacho. Precavida, añade que Nathan Katz nunca defraudó a las autoridades de su país mintiendo sobre el valor de los cuadros vendidos a los nazis. Eso lo habría hecho su hermano Benjamín -con el que compartía desde 1930 un comercio de arte en la pequeña ciudad de Dieren- con 28 cuadros. Mientras la Comisión delibera -y puede tardar unos 10 meses porque tiene otras 42 investigaciones en marcha-, la otra gran duda sobre la colección Katz es la amistad de Nathan con Alois Miedl. Este banquero germano amigo de Goering, compraba a los judíos a la baja y hacía llegar las obras a Hitler. Los historiadores consideran a Miedl amigo de Katz, de modo que sus acuerdos durante la guerra habrían sido libres. De demostrarse, los cuadros así vendidos por el marchante a los nazis, 91 de los cuales aparecen hoy en la Colección Estatal, no entrarían en la lista de posibles devoluciones.

Fuente: El Pais
Fecha: 30 de Octubre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Mié Oct 31, 2007 1:34 am

Ucrania vuelve a enterrar a 2.000 víctimas de la Segunda Guerra Mundial

Ucrania enterró nuevamente hoy a unas 2.000 personas asesinadas por la policía secreta soviética antes de la Segunda Guerra Mundial y colocadas en fosas comunes cerca de la capital.

Los 1.998 cuerpos, de los cuales 474 pertenecían a polacos, fueron desenterrados previamente este año cerca de Bykovnya, un área de bosques de las afueras de Kiev, donde funcionarios ucranianos creen que podrían haber sido enterradas unas 30.000 personas durante la década de 1930 y comienzos de la del 1940.

En las fosas comunes había personas que fueron torturadas y asesinadas por la temible NKVD, una precursora de la KGB, durante el régimen de Stalin previo a la guerra entre la Unión Soviética y la Alemania nazi.

Otros estiman que fueron muertas hasta 100.000 personas.

"Yo tenía 8 años. Eramos sólo los tres, papá, mamá y yo. Y se lo llevaron", dijo Maria Marzhetska en referencia a su padre, capturado por la NKVD en 1937, informó Reuters.

En una sombría ceremonia a la que asistieron unas 100 personas, simples ataúdes rojos, algunos cubiertos con banderas, fueron colocados uno por uno y bendecidos por un sacerdote. Familiares y funcionarios rezaron a su lado.

Bajo el régimen comunista fue negada la existencia de fosas comunes llenas de víctimas del Gobierno de Stalin. Eso fue reconocido recién en la década de 1990, cuando se construyó un monumento.

Fuente: Diario el Universal
Fecha: 30 de Octubre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Mié Oct 31, 2007 1:35 am

Ruzowitzky eleva nivel con la adaptación de episodio histórico Alemania nazi

La adaptación de un hecho histórico, sucedido en un campo de concentración nazi un año antes de finalizar la II Guerra Mundial, ha trasladado a la pantalla el realizador austríaco Stefan Ruzowitzky en su filme 'Los estafadores', que ha irrumpido hoy con fuerza en el ecuador del Festival de Valladolid.

Ruzowitzky, quien cosechó una Espiga de Plata en la 44 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con 'Los herederos', ha llevado a la pantalla la vida de Salomon Sorowitsch, un judío asesino, confinado en un campo de concentración nazi del que logra sobrevivir merced a sus dotes artísticas y a su habilidad como falsificador.

El ejército nazi le recluta junto a otros prisioneros para establecer un laboratorio falsificador de billetes con el objetivo de intervenir la economía de las potencias aliadas, por una parte, y de utilizar el dinero como divisas para llenar las arcas de una arruinada Alemania un año antes de su derrota.

El director austríaco enreda al espectador en un filme donde plantea al mismo tiempo la lucha por la supervivencia en una situación límite y la terrible disyuntiva de los prisioneros judíos de o bien demorar su segura muerte a cambio de colaborar con los nazis o bien desistir de ello y participar del común destino con sus compañeros en el campo de Sachsenhausen.

Por ese clima de tensión transita todo el largometraje, protagonizado por Karl Markovics en el papel de Sorowitsch, quien pese a su cruel pasado, mantiene el código de honor entre los prisioneros judíos y arriesgando su vida por salvar la de al lado.

Todo ello con el telón de fondo del holocausto en la II Guerra Mundial, la humillación extrema del hombre, notablemente recreado por Ruzowitzky hasta el punto de querer contradecir, en algunos fragmentos, al filósofo alemán Theodor Adorno (1903-1969) cuando éste pronunció la célebre frase con que auguró la desaparición de la poesía después de Auschwitz.

Ternura y emoción destilan algunos pasajes de 'Los falsificadores' como contrapeso de tanta devastación y para acompañar el combate del honor, la ética y la segura muerte contra la traición.

Hoy también se ha proyectado la comedia australiana 'Razzle Dazzle', donde Darren Ashton retrata en un formato de falso documental el mundo de las escuelas de danza infantiles y sus competiciones.

Padres que trasladan a sus hijos sus sueños frustrados, niñas competitivas y egocéntricas, profesores excéntricos y un colorido desfile de secundarios pintorescos jalonan el segundo largometraje de Ashton, quien ha trabajado en la publicidad televisiva.

Los planos empleados y la actuación natural de los intérpretes, sobre todo de los más pequeños, conducen a que en ocasiones parezca que se está ante un documental real, detrás del que se esconde una dura crítica a los concursos infantiles y a la seriedad con la que los afrontan algunos adultos.

La última película a concurso de la jornada ha sido 'El bosque del luto', una coproducción franco-japonesa dirigida por Naomi Kawase, quien ya participó hace diez años en el festival de Valladolid con 'Suzaku', su primera película.

La cinta relata la vida en una pequeña residencia de ancianos y se centra en la especial relación que entabla una de las trabajadoras con uno de los internos, Shigeki.

La soledad, el luto y las diferentes formas de afrontar el duelo quedan dibujados en un filme que también atesora momentos de felicidad y sosiego.

Campos de cultivo mecidos por el viento, setos geométricos y un bosque inmenso son algunos de los paisajes que propone la directora, quien en 2006 dirigió un documental sobre su propio embarazo titulado 'Nacimiento y maternidad'.

Fuente: EFE
Fecha: 30 de Octubre de 2007

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Mensaje por Eckart » Jue Nov 01, 2007 7:09 pm

El general de brigada, retirado, Paul Tibbets, piloto y comandante del avión B-29 'Enola Gay', que en 1945 descargó sobre Japón la primera bomba atómica usada en guerra, falleció el 1 de noviembre en Ohio a los 92 años.

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/11/0 ... 32497.html

Saludos.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

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Mensaje por Francis Currey » Sab Nov 10, 2007 11:31 am

Una torá salvada de los nazis está otra vez en casa

El valioso rollo fue restaurado en cuatro meses, en el taller del rabí Yischak Steiner.

Una sinagoga de la ciudad de Colonia, en el oeste de Alemania, recuperó este viernes una torá perdida hace 69 años, durante la infame Noche de los Cristales Rotos, un operativo (progrom) nazi contra los ciudadanos y negocios judíos.

El valioso objeto con las escrituras hebreas llegó a Colonia después de ser restaurado en Jerusalén, y fue presentado formalmente a la comunidad judía de la ciudad en una ceremonia conmemorativa.

Durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, un sacerdote católico alemán, Gustav Meinerz, arresgó su vida para rescatar el dañado rollo con la torá de la sinagoga de la calle Glockengasse, que ardía, y lo ocultó de los nazis.

“Había cosas más hermosas ahí, pero él sabía que era importante”, dijo Netanel Teitelbaum, el rabino actual. Una torá es una posesión ritual clave para una comunidad.

Después de la guerra, el prelado de Colonia devolvió el valioso objeto a los restos de la comunidad judía. La torá había sido transcrita en Alemania en 1902, según dijo el rabí Yischak Steiner.

La torá rescatada no se podía usar en servicios religiosos por estar quemada y con la tinta corrida, debido al incendio. Según la reglas judías, cada una de las letras de un rollo (Sefer Torah) debe ser perfecta. Por lo anterior, durante varias décadas la torá se usó simplemente como objeto decorativo.

Un experto en artefactos judíos recientemente identificó el rollo de pergamino como históricamente importante, pues la destrucción nazi la convirtió en una rareza, y dijo que ahora era posible restaurarlo a su condición original.

La comunidad judía lo envió a Israel para que lo restauraran usando técnicas modernas, con fondos donados por el arzobispado de Colonia.

El proceso requirió la cuidadosa transcripción de más de 300 mil palabras usando una caligrafía especial. A un escriba especial le toma de 18 meses a dos años crear una torá. En el taller del rabí Steiner tardaron cuatro meses.

En la ceremonia de recuperación participaron la presidenta del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Charlotte Knobloch; dos rabís de Israel y el arzobispo de Colonia, Joachim Meisner.

El premier del estado de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, dijo que la ceremonia, realiada en el aniversario del progrom nazi, servía para recordar “el ataque que hasta entonces había sido inimaginable. Se destruyeron hogares y negocios, se quemaron sinagogas, se mataron personas”.

Los historiadores consideran que la Noche de los Cristales Rotos, en alemán Reichskristallnacht, fue un escalofriante anticipo del Holocausto en el que seis millones de judíos europeos fueron sistemáticamente asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Alemania es hoy hogar de la comunidad judía de más rápido crecimiento en el mundo, gracias a la inmigración de la antigua Unión Soviética, y tiene alrededor de 120 mil miembros. Antes del Holocausto vivían en Alemania cerca de 600 mil judíos.

Ecumenismo de hecho

El párroco de la iglesia de Santa María Assunta, en Paderno di Ponzano Vento, pueblo del norte de Italia, presta cada viernes parte de su parroquia a la comunidad musulmana para que se pueda reunir.

“Es inútil hablar tanto de diálogo cuando luego les damos con la puerta en las narices. Para mí son todos hijos de Dios”, explicó el párroco Aldo Danieli a los medios locales.

Desde hace dos años, Daneli cede cada viernes su parroquia a los musulmanes, pero el hecho no trascendió más allá hasta que lo difundió la asociación de voluntariado Auser.

En Ponzano viven 11 mil 400 personas, de las que 650 son inmigrantes sobre todo procedentes del norte de África y el Este de Europa, y los musulmanes no tienen un lugar para reunirse.

Por ello, don Aldo, de 69 años, abrió las puertas de su parroquia a los fieles musulmanes y cada viernes les presta salas para la oración.

Los viernes acuden a la parroquia-mezquita unos 200 musulmanes, y en ocasiones especiales, como el final del Ramadán, se llegan de mil a mil 200, explicó el párroco, quien dijo que en su opinión no necesita pedir permiso a sus superiores porque su decisión es “un gesto de caridad”.

Fecha: 10 de Noviembre de 2007
Fuente: Diario la Opinión

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Mensaje por Francis Currey » Sab Nov 10, 2007 9:54 pm

Un equipo debe cambiar su camiseta al tener detalles nazis

LA FEDERACIÓN CROATA SE LO HA IMPUESTO AL IMOTSKI

El Imotski, de la Segunda división croata, deberá cambiar sus camisetas por un detalle que trae asociaciones con el antiguo régimen pro-nazi croata de la Segunda Guerra Mundial. La Federación croata (HNS) ha ordenado al Imotski que retire de sus camisetas la destacada letra U, el inicial histórico de los Ustashe, el movimiento nacionalista croata aliado con las potencias del Eje y cuyo simbolismo está prohibido en Croacia.

La letra U, en color negro típico de los Ustashe, y con el emblema croata en el interior de la letra, forma parte del logotipo de la empresa croata gUj, que patrocina al Imotski, pero este camuflaje no ha engañado a las autoridades. "En base a los reglamentos de la FIFA y la HNS y de las leyes de Croacia es evidente que han violado los mismos y les advertimos que no deben llevar en las camisetas el logotipo que contiene símbolos prohibidos", ordenó la Federación al equipo de la homónima ciudad de la provincia al sur de Croacia.

Anteriormente, el presidente del Imotski, Nediljko Tolo, había avisado que no iba a eliminar el problemático logotipo de la empresa gUj mientras esta abonase las cantidades contratadas, pero tras la intervención de la Federación ya no tendrá espacio para maniobras. El propietario de la empresa, Gojko Juric, afirma que la denominación gUj es un acrónimo en alemán, "Gojko und Jure", con iniciales de su propio nombre y del de su hijo.

Fuente: Marca
Fecha: 2 de Noviembre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Sab Nov 10, 2007 9:56 pm

El fútbol croata sigue afectado por provocaciones nazis

El fútbol de Croacia se ha visto afectado por varios casos de provocaciones nazis de seguidores ultras, uno de ellos ha sido la gran cruza esvástica pintada en el centro del terreno de juego del estadio Gradski en Osijek, según informa la prensa local.

Los empleados del NK Osijek, equipo de la primera división de la liga de Croacia, intentaron tapar con hierba y arena la cruz excavada en el césped, aunque el emblema nazi sigue visible al público. "No hemos podido plantar hierba nueva por el intenso calendario de juego de nuestro equipo", dijo Milo Dumancic, presidente del ex club de Davor Suker.

Por su parte, los aficionados ultras de ese club, unidos en la llamada peña "Kohorta", echan la culpa a "individuos enfermos" por este caso, que no es el único que preocupa a las autoridades futbolísticas y policiales de Croacia. Hace pocos días aparecieron en el mercado digital croata camisetas del Hajduk de Split, con el águila nazis y la inscripción "Hajduk Jugend", una clara alusión a las Juventudes Hitlerianas.

La semana pasada, la Federación Croata de Fútbol prohibió expresamente el anuncio de la empresa gUy, impreso en la camiseta del Imotski, de segunda división: la letra "U", de color negro y de grandes dimensiones, se parecía muchísimo al símbolo de los Ustashi, el régimen pro-nazi croata de la Segunda Guerra Mundial y prohibido hoy en este país balcánico.

Fuente: Marca
Fecha: 07 de Noviembre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Dom Nov 11, 2007 1:10 pm

Un documental de Kevin McDonald sobre el nazi Klaus Barbie da voz a sus protectores

El realizador de "El último rey de Escocia", Kevin McDonald, regresa a sus orígenes como documentalista con "My Enemy's Enemy" (El enemigo de mis enemigos), en el que retrata la figura del criminal nazi Klaus Barbie centrándose en la protección que le ofrecieron los servicios secretos de Estados Unidos. EFE Este filme, que se estrenó hoy en Francia, da cuenta de lo que algunos críticos han llamado "las tres vidas" de Barbie, conocido como el "carnicero de Lyon", puesto que, tras la época nazi, fue utilizado con fines de espionaje por Estados Unidos, país que posteriormente le ayudarían a instalarse en Bolivia.

El director de cine ha preferido en este documental, que no aporta revelaciones significativas sobre su biografía, pasar rápidamente por los años del nazi como responsable de la Gestapo en Lyon, que le valieron en 1987, cuatro años antes de su muerte en prisión, una condena en Francia a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad.

Al estimar que otros estudios ya han tratado ese periodo de su vida, McDonald se centra en cómo después de la Segunda Guerra Mundial fue contratado por los servicios del contraespionaje de Estados Unidos (CIC), para los que trabajó en Alemania de 1947 a 1951, año en el que se trasladó en Bolivia ante la amenaza de su extradición a Francia, donde se le buscaba para ser juzgado.

"La parte que más me ha interesado era el mundo desesperado de la posguerra, cuando los antiguos enemigos fascistas se veían transformados en aliados contra el comunismo", explica Macdonald, que estuvo a punto de titular su película 'Cómo ganaron la guerra los fascistas'".

En Bolivia, donde Barbie se hizo llamar, no sin polémica, Altman -como el rabino de su población natal en Alemania-, el antiguo nazi estuvo al frente de una serrería en La Paz antes de meterse en el comercio de quinina y establecer relaciones con las redes del poder militar del país andino.

Apoyado por el general Barrientos, el antiguo responsable de la Gestapo y antiguo colaborador de los servicios secretos estadounidenses, creó una compañía marítima que sirvió para traficar con armas y participar en la llegada al poder en Bolivia del general Hugo Banzer en 1971, y en 1980 de Luis García Meza.

La situación cambió dos años más tarde con la izquierda en el Gobierno: Barbie fue expulsado y extraditado a Francia, donde fue juzgado en un proceso histórico, en el que negó todos los cargos y se limitó a declarar.

Su único testimonio registrado en este documental y pronunciado antes de ser condenado por, entre otras cosas, enviar a los campos de exterminio a 44 niños judíos, fue reconocer que había "combatido con dureza a la Resistencia", pero se justificó porque "era la guerra".

Fecha: 11 de Noviembre de 2007
Fuente: La Opinión de Tenerife

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Mensaje por Francis Currey » Dom Nov 11, 2007 1:13 pm

El parlamento holandés pide compensar a las 'mujeres de confort'

La cámara baja del parlamento de Holanda aprobó una moción que pide a Japón ofrecer una compensación financiera a las mujeres obligadas a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial, informó hoy un vocero del parlamento holandés.

La moción, presentada por el Partido por la Libertad y la Democrtacia (WD), fue aprobada ayer de forma unánime, señaló el vocero parlamentario Eric Trinthamer.

Es la primera vez que el parlamento holandés respalda una moción que pide compensación a las llamadas 'mujeres de confort', indicó.

La moción pide a Japón reconocer el destino de las llamadas 'mujeres de confort', ofrecer disculpas, asumir plena responsabilidad por lo que hizo el ejército de Japón a sus víctimas y ofrecer indemnización a los sobrevivientes.

También que Japón revise sus libros de texto de historia y ofrezca una imagen más adecuada de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo las acciones del ejército japonés al obligar a mujeres asiáticas y occidentales a la esclavitud sexual durante la guerra.

Exige también a Tokio no abandonar las disculpas pasadas que ofreció por primera vez en 1993.

Luego de que fue aprobada la moción, el ministro del Exterior holandés, Maxime Verhagen, dijo al parlamento que está preparado para aplicarla, señaló Trinthamer. Esto significa que enviará la solicitud al parlamento de Tokio.

La moción fue presentada por el legislador del WD, Hans Van Baalen, miembro del Comité Permanente de asuntos externos de la cámara baja, indicó Trinthamer.

La semana pasada, tres mujeres que fueron obligadas a la prostitución por los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial presentaron la petición a Van Baalen, pidiendo al parlamento presionar a Japón respecto a su actitud frente a las ex mujeres de confort.

Los historiadores calculan que durante la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 200.000 jóvenes y mujeres de distintas partes de Asia fueron obligadas a la esclavitud sexual por parte del ejército japonés, incluyendo a 200 mujeres holandesas en Indonesia, entonces colonia holandesa.

Japón ofreció en 1993 disculpas oficialmente por lo que hizo a las víctimas. Pero desde entonces los políticos japoneses han negado reiteradamente la existencia de esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial, provocando mucha controversia.

En junio de este año, la presidenta del parlamento de Holanda, Gerdi Verbeet, envió una carta a su homólogo japonés exigiendo una explicación por un anuncio en un diario de Estados Unidos en el que los legisladores japoneses niegan que Japón haya obligado a las mujeres a la prostitución durante la guerra.

Fuente: Argenpress
Fecha: 11 de Noviembre de 2007

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Un atlas de la crueldad nazi

Mensaje por Francis Currey » Lun Nov 12, 2007 6:29 pm

Un atlas de la crueldad nazi

Comienza en Berlín la construcción de un museo en el solar que acogió la sede de la Gestapo

Pocas calles europeas reúnen más evidencias de la crueldad del siglo XX que la berlinesa Niederkirchnerstrasse.

Aitor Lagunas

Berlín-Los edificios que la jalonan constituyen auténticas piezas parlantes de la historia, voces de un ayer no tan pretérito que susurran al paseante lo temible que pudo ser atravesar sus aceras hace unas décadas. Especialmente si, entre 1933 y 1945, uno era conducido al portal número 8. Sólo unos meses después del ascenso de Adolf Hitler al poder, en mayo de 1933 la autoridades decidieron ocupar el palacete de la entonces Prinz-Albrecht-Strasse 8 para establecer en él la sede de la policía secreta del Estado. Este cuerpo, recién creado por el régimen nazi, adquiriría inmediatamente fama de sádico y brutal. La simple mención de su acrónimo en alemán bastaba para infundir el terror entre los opositores al nazismo: Gestapo.

El lugar fue escogido por su cercanía al barrio gubernamental de Berlín. De hecho, justo en la acera de enfrente se levantó por orden del mariscal Hermann Goering una inmensa mole de aspecto cuartelero que acogería el Ministerio del Aire del III Reich; en la actualidad, un ejército de funcionarios lo ocupan, transformado en Ministerio de Finanzas. El edificio de la Nueva Cancillería, pergeñado por el arquitecto oficial, Albert Speer, y supervisado por el propio Hitler, quedaba igualmente a unos pocos metros de distancia.

Desde el número 8, que se fundió más tarde con el 9 en un complejo compartido por Gestapo y SS –cuerpo paramilitar del Partido Nazi–, se tomaron algunas de las decisiones más inhumanas de aquel catastrófico periodo. Asesinos como Heinrich Himmler, Reinhard Heydrich o Ernst Karltenbrunner se sentaban en sus despachos mientras deliberaban sobre cómo aniquilar la disidencia interna, cómo «germanizar» los territorios conquistados en Polonia y la Unión Soviética o cómo ejecutar el asesinato masivo de los prisioneros rusos. Su repugnante culmen lo alcanzaron con la planificación de la Conferencia del Wansee, gestada en este edificio, por la que la dictadura hitleriana asumía la genocida tarea de masacrar a los judíos de Europa. El Holocausto nació en la Prinz-Albrecht-Strasse.

Los bajos del inmueble sirvieron además como centro de detenciones y tortura de los «enemigos del Reich»: comunistas, socialdemócratas, sindicalistas, judíos, católicos conservadores, pacifistas, homosexuales, vagabundos, mi-nusválidos o enfermos mentales... «No existen datos, pero nuestros cálculos indican que unas 15.000 personas pudieron ser interrogados y atormentados en los sótanos», revela uno de los colaboradores de la fundación «Topografía del Terror».

Con ese nombre se conoce ahora el terreno que ocupa el número 8 de la Niederkirchnerstrasse y que alberga una completa exposición gratuita sobre la abominación nazi. Tras la guerra, el edificio quedó reducido a cenizas. La caprichosa división de la ciudad quiso además que el Muro de Berlín atravesara la calle. Hoy en día, uno de sus últimos tramos aún en pie se erige justo encima de las baldosas que revestían las celdas subterráneas de la Gestapo: seis décadas de historia, del III Reich a la Guerra Fría, se muestran desnudas en toda su crudeza. Su medio millón de visitantes anuales lo convierten en uno de los monumentos más buscados por los turistas de la capital germana.

Veinte millones de euros

Desde hace unos días, el suelo se mueve en el número 8. El gobierno federal y el Ayuntamiento de Berlín se repartirán los 20 millones de euros que costará la urbanización del solar y la construcción de un centro de documentación de líneas sencillas y limpias. «El proyecto presentado por la arquitecto Ursula Wilms consolida una unidad con el terreno. No había motivos para erigir un gran edificio que desviara la atención del verdadero protagonista, que ha de ser el sitio», afirma a LA RAZÓN Andreas Nachama, director de la fundación. En el horizonte espera el 8 de mayo de 2010, 65 aniversario del final de la II Guerra Mundial en Europa, como ansiada fecha de inauguración.

Fuente: La Razón
Fecha:12 de Noviembre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Lun Nov 12, 2007 11:38 pm

Emotivo homenaje

El himno nacional, interpretado por un grupo de estudiantes mayormente latinos y cantado a todo pulmón por algunos veteranos de guerra, marcó el comienzo de una de las tantas ceremonias en honor de los militares que han peleado en las guerras de esta nación.

En West Hollywood, ayer la guatemalteca Daniela Gaitán y la mexicana Anahí González, de la preparatoria Fairfax, le daban vida a las notas musicales del himno compuesto por Francis Key.

Avice Wiseman, veterana de la Segunda Guerra Mundial, le ponía con su voz casi inaudible la pasión y el patriotismo a las estrofas musicales.

En cuestión de minutos, llegaron los tradicionales discursos que exaltan el sentimiento patriótico de este país que ha escrito y sigue escribiendo guerras en las páginas de su historia.

"Este día de los veteranos no es sólo un día de discursos y de picnics con la familia, es un día para recordar a nuestros veteranos y sus sacrificios por esta nación", expresó a los presentes, el comandante Jeff Steck, de la Fuerza Naval de Estados Unidos. "Es un día que nunca debemos olvidar", añadió.

Y su participación fue una de las más representativas, pues explicó a los mismos militares presentes en cómo este día llegó a convertirse en lo que se conoce como el Día de los Veteranos.

Según Steck, luego del cese de hostilidades durante la Primera Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918, Estados Unidos celebró el día del armisticio en honor a la victoria en dicha confrontación militar.

"Con la Segunda Guerra Mundial, lo reconocieron como un tributo a los veteranos", prosiguió el militar. "Pero fue hasta 1954 que reconocieron formalmente este día". concluyó su breve reseña histórica.

Pero, paradójicamente para Wiseman, la veterana que cantó a pulmón abierto el himno nacional, no debería existir esta celebración, ni mucho menos guerras alrededor del mundo. Y lo dice ahora que sobrepasa las siete décadas y luego de haberse enlistado a los 17 años.

"No debería de haber Día de los Veteranos, no debería de haber guerras, deberíamos vivir en paz", señaló reflexiva la septuagenaria al finalizar la ceremonia.

Su opinión casi concuerda con el pensamiento de Anahí y Daniela, integrantes de la Banda Instrumental de Fairfax, quienes hubieran preferido tocar el himno de México y el de Guatemala, respectivamente, según lo confesaron.

"Esta bien conmemorar a los veteranos, pero no debería haber guerras en el mundo", expresó Daniela, de sólo 17 años de edad. "No vale la pena, desperdician sus vidas en vano", añadió Anahí, quien aún tiene 16.

Sin embargo, Jeffrey Prang, vicealcalde de West Hollywood, que no supo de los pensamientos de las tres entrevistadas, prosiguió con su discurso durante la ceremonia.

"Esta gente [los veteranos] ha contribuido tanto a esta nación. Por el sacrificio que han hecho por este país, es importante que nos reunamos anualmente para reconocer ese servicio", subrayó Prang.

Su compañera, la concejal Abbe Land, reconoció por igual la importancia de la celebración y fue un poco más allá con su declaración formal.

"Cada año debemos, ahora más que nunca, honrar a aquellos que luchan por la democracia. Tal vez no estemos de acuerdo con la guerra, pero todos estamos de acuerdo en que esos hombres y mujeres merecen nuestro respeto y nuestro apoyo", enfatizó.

"Cuando la gente regresa, necesita obtener los mejores servicios que requiere, cuidado médico, techo y entrenamiento laboral", prosiguió la concejal. "Por eso necesitamos apoyar también a sus familias

Fuente: Diario La Opinión Digital
Fecha: 12 de Noviembre de 2007

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Mensaje por Francis Currey » Dom Nov 18, 2007 9:14 pm

Un documental sobre deportados andorranos en la Segunda Guerra Mundial gana el Premio Pirene de periodismo

El documental de Andorra Televisión 'Luchando por la vida: Andorra y la Segunda Guerra Mundial', de Jorge Cebrián y Roger Toruella, ha ganado el Premio Pirene de Periodismo interpirenaico en la categoría de prensa audiovisual.

En la categoría de prensa escrita, el galardón ha recaído en Javier Sánchez por su trabajo 'Sin fronteras', en la revista 'El mundo de los Pirineos'. Estos premios están considerados los más importantes que se entregan en Andorra y están dotados con 3.000 euros, otorgados por el Gobierno del Principado.

El documental de Cebrián y Toruella, que revela que 13 andorranos fueron deportados a los campos de concentración nazis, fue premiado por el jurado porque 'explica un periodo importante e interesante de la historia de Andorra, prácticamente desconocido hasta el momento'.

El trabajo de Javier Sánchez ha sido galardonado por el jurado por su temática y su redacción en la que aborda 'el hecho de que en la frontera, un límite creado por el hombre, nace una actividad particular que se ha de reconvertir una vez este límite desaparece por una simple decisión política'.

Fuente: Terra
Fecha: 18 de Noviembre de 2007

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