Grecia formó parte del Tercer Reich entre 1941 y 1944. Los años de la "KATOXH" u ocupación, fueron extremadamente duros para el país. Este se encontraba devastado después de la invasión y los bombardeos alemanes, y ahora debía sufrir su ocupación.
Además, las fuerzas del Eje impusieron un estricto régimen económico que desangró el país y que costó la vida de decenas de miles de griegos, muchos más que la propia contienda contra los italianos primero y los alemanes después.
Después de haber invadido Yugoslavia, Alemania penetró desde Bulgaria en territorio griego. A pesar de los intentos de resistencia del ejército griego (que previamente había derrotado el ejército italiano de Mussolini), las tropas alemanas consiguieron doblegar las fuerzas griegas, por lo que el general Tsolakoglou, desobedeciendo las órdenes del gobierno de Alexander Koryzis, que se oponía a la rendición, firmó un armisticio con los alemanes el día 23 de abril en la ciudad de Metsovo.
Tsolakoglou dio la orden de retirada de las tropas griegas y de finalización de toda resistencia para evitar que los Stukas acabaran con la vida de más soldados griegos, puesto que los letales aviones de la Luftwaffe estaban haciendo pasadas de hasta 50 aviones. A algunos griegos no les gustó nada la rendición, pero otros la reconocieron como necesaria. Otros la aceptaron, sencillamente por respeto militar a la autoridad de Tsolakoglou. Grecia ya había más que demostrado su bravura contra los italianos (una nación de apenas 7 millones de habitantes había vencido a otra de 45 millones), pero intentar resistir a la Wehrmacht hubiera sido un suicidio.
Inmediatamente después de conocerse la rendición, el rey Jorge II huyó del país a Creta, después a Egipto y finalmente a Londres, donde formó un gobierno en el exilio con Emmanouel Tsouderos, un banquero conocido por su oposición al anterior régimen de Metaxas, como jefe del gobierno.
Mientras, en Grecia se izaba el 27 de abril la bandera de la cruz gamada en lo alto de la Acrópolis, y, al igual que se había hecho previamente en Belgrado, se formó un nuevo gobierno pro-nazi que cooperase con las fuerzas del Eje. Hitler reservó a Tsolakoglou (el general que había firmado la rendición con los alemanes) el liderazgo del nuevo gobierno pro-Eje. Este conservó gran parte del sistema del Nacionalsocialismo griego liderado por Metaxas en su administración interna y su principal función era asegurar el orden político hasta el fin de la guerra.
En Grecia exsitian grupos de ultra-derecha nacionalista que pronto se convirtieron en colaboracionistas de la ocupación alemana, como la Elliniki Ethnikistiki Enosis (Unión Nacionalista Griega, EEE), el Elliniko Ethnikososialistiko Komma (Partido Nacionalsocialista Griego, EEK) de Giorgios Merkouri, la Sidera Irini o la Organización Política Socialista Nacional, liderado por un colaboracionista nazi, el doctor Sterodimos, que había estado reclutando ex-oficiales y soldados de ultra-derecha para formar una legión griega de las Waffen-SS, en los países afines. Además, el gobierno colaboracionista formó batallones de seguridad con extremistas de derechas y monárquicos que colaboraron con el ocupante
Curiosamente, no fueron los griegos de Grecia los que más colaboraron con los propósitos del Tercer Reich, sino los griegos del extranjero. Así, mientras que en Grecia 1.000 griegos se alistaron voluntarios a las Waffen-SS, más de 3.000 griegos pónticos, se alistaron, entrando a formar parte de la catorceava división de las SS paneuropeas.
Al mismo tiempo que se creaba un nuevo gobierno colaboracionista, las potencias del Eje se dividieron el país: los búlgaros, tradicionales enemigos de los griegos, se quedaron la mayor parte del Nordeste (Tracia -una parte de Grecia que los búlgaros siempre han ambicionado- y parte de Macedonia), donde empezaron a enviar emigrantes búlgaros y a perseguir a la población griega, para intentar cambiar la demografía de la región. Las tropas alemanas se reservaron Atenas y sus alrededores, la mayor parte de Macedonia con su capital Tesalónica (con lo que así podía deportar a los judíos griegos, pues la mayoría de ellos vivían en Tesalónica), dos tercios de Creta y algunas islas del Egeo, aparte de la región fronteriza con la neutral Turquía. Italia controló el resto del país.
Fuente: Andreas Markessinis