Anécdotas, curiosidades y mitos de la SGM

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Audie Murphy
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Mensaje por Audie Murphy » Lun Sep 04, 2006 7:51 pm

había un sargento americano que no necesitaba de armas para "ganar sus combates"

http://en.wikipedia.org/wiki/Joe_Louis

http://www.arlingtoncemetery.net/joelouis.htm


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Erich Hartmann
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Mensaje por Erich Hartmann » Mar Sep 05, 2006 3:30 am

Inicio del libro París, después de la liberación 1944-1949, de Artemis Cooper y Antony Beevor


El mariscal y el general

A la caída de la tarde del martes, 11 de junio de 1940, el mariscal Philippe Pétain y el general Charles de Gaulle cruzaron sus miradas cuando se hallaban a punto de entrar en el Cháteau du Muguet, un mes y un día después de que se hubiese iniciado la invasión alemana de Francia. Llevaban más de dos años sin verse, y aquél iba a ser uno de sus últimos encuentros. Cada uno de ellos se proclamaría en breve dirigente del país y tildaría al otro de traidor según sus respectivas versiones del estado.

Pétain y De Gaulle habían viajado por separado por carreteras plagadas de refugiados y tropas desesperadas. Aquella mañana, el castillo, situado cerca de Briare, a orillas del Loira y al sur de París, se había convertido en la residencia provisional del general Weygand, el comandante en jefe que acababa de decidir abandonar la capital en manos de los alemanes. Se había convocado una reunión del mando supremo interaliado a fin de discutir el desastre, y se esperaba en cualquier momento la llegada de los representantes británicos, presididos por Winston Churchill. El primer ministro y sus colegas habían volado desde Inglaterra, desde donde, escoltados por un escuadrón de aviones Hurricane, habían seguido una ruta larga y tortuosa hasta aterrizar en el desierto aeródromo de Briare.

El mariscal Pétain, nacido durante el último año de la guerra de Crimea, contaba a la sazón ochenta y cuatro años. Estaba orgulloso de su aspecto, y en particular, de su bigote blanco de largas guías. Sin el quepis escarlata y dorado que cubría su cabeza, la coronilla calva le confería el aspecto de un anciano de la antigua Galia. El único rastro de color que podía vislumbrarse en su rostro marmóreo procedía de sus ojos, que, aunque acuosos, seguían mostrando un sorprendente tono azul. Los bons yeux bleus du Maréchal proporcionarían una de las consignas favoritas del culto personal del que serían objeto él y su régimen de Vichy.

Charles de Gaulle tenía en aquel entonces cuarenta y nueve años. Gozaba de una altura extraordinaria, y el hecho de que superase en estatura a Pétain se veía además realzado por su porte. Daba la sensación de dominar por completo sus movimientos corporales, excepto cuando hacía gestos enfáticos, para lo cual no empleaba las manos como la mayoría de los latinos, sino toda la longitud de unos brazos que semejaban interminables. Su semblante era pálido y alargado, y sus ojos escrutadores parecían atrincherados a poca distancia uno del otro, separados por una nariz que más parecía un pico despuntado.

La relación entre Pétain, defensor de la fortaleza de Verdún en 1916, y De Gaulle, partidario de la guerra blindada convertido en uno de los más jóvenes generales de brigada del Ejército, había comenzado mucho tiempo atrás. Al graduarse en la academia de Saint-Cyr dos años antes de la primera guerra mundial, el teniente De Gaulle había pedido que lo destinasen al regimiento de Pétain. Con todo, la admiración que le profesaba quedó muy mermada durante el período de entreguerras. En su opinión, el mariscal al que idolatraban por igual veteranos y políticos había sucumbido a la influencia corruptora de las alabanzas y los honores. Por lo tanto, no resulta sorprendente la frialdad de que adolecía aquel encuentro.

—Lo han hecho general —observó Pétain, sin duda al reparar en las dos nuevas estrellas que ornaban su manga. En calidad de mariscal francés, él lucía siete—. Comprenderá que no lo felicite: ¿De qué sirve el rango durante una derrota?

—Sin embargo, mariscal —señaló De Gaulle—, fue precisamente durante la retirada de 1914 cuando le concedieron a usted sus primeras estrellas.

—No me compare usted —fue su respuesta.



Saludos coriales

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Erich Hartmann
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Mensaje por Erich Hartmann » Mar Sep 05, 2006 3:46 am

De la misma fuente que el anterior:


El 14 de junio de 1944, De Gaulle cruzó el canal de la Mancha en el destructor francés Combattante. Entre sus acompañantes se encontraban Gastón Palewski, el embajador Pierre Viennot y los generales Koenig y Béthouart. Uno de ellos le comentó, con la esperanza de animarlo: «General, ¿ha caído usted en la cuenta de que hace exactamente cuatro año que los alemanes entraron en París?». «¡Vaya! ¡Pues cometieron un error!», fue la inimitable respuesta.

De Gaulle tan sólo pudo relajarse una vez que el grupo hubo aterrizado y visitado la caravana del general Montgomery. Entonces fue a encontrarse con sus compatriotas civiles en suelo francés, algo que no hacía desde 1940. Aquellos aturdidos ciudadanos conocían su voz merced a las emisiones radiofónicas nocturnas, aunque ninguno reconoció su rostro: el régimen de Vichy nunca había permitido que se publicase su fotografía. Las noticias, de cualquier modo, corrieron como la pólvora. El padre Paris, párroco local, acudió a lomos de su caballo para reprender al general por no haber ido a estrechar su mano. De Gaulle bajó de un salto del Jeep en que se hallaba. «Monsieur le cure -le respondió al tiempo que abría los brazos-, no pienso darle la mano, sino abrazarlo.» En ese momento aparecieron dos gendarmes montados en sendas bicicletas que se bamboleaban mientras trataban de saludar. Los enviaron a Bayeux para que hicieran las veces de profetas de la llegada de la llegada del general. Allí, la reacción emocional ante la aparición de De Gaulle no respondió al carácter reservado de los normandos. Una anciana, sin embargo, confundida por el entusiasmo del momento exclamó: «Vive le Maréchal!». Se dice que De Gaulle, al oír esta nota discordante, murmuró: «Otra que no lee el periódico». Gastón Palewski supo con toda certeza que habían ganado la batalla al saber que el obispo de Bayeux y Lisieux había querido saludar al libertador, pues «el clero nunca corre riesgos».

Asimismo, salió a darles la bienvenida el subprefecto nombrado por Vichy, luciendo el fajín rojo, blanco y azul propio de su cargo. No obstante, el cambio de régimen había sido demasiado abrupto para él: recordó de súbito el retrato del mariscal Pétain que engalanaba la salle d'honneur y desapareció a fin de descolgarlo. Habían pasado cuatro años y tres días desde que el general y el mariscal se encontraron en los escalones del Cháteau du Muguet.


Saludos cordiales

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Mensaje por ignasi » Mar Sep 19, 2006 3:21 am

La alta jerarquía militar japonesa llamaba a los jóvenes reclutas "issen gorin", que significa "un yen, cinco rins"; es decir: el coste de enviar por correo una tarjeta de reclutamiento. Al cambio, menos de un centavo de dólar.
De hecho los consideraban un material fungible: había una cantidad ilimitada de ellos por el precio de una tarjeta postal. Las armas y las caballerías eran tratadas con mimo; pero, a sus ojos, un soldado de 2ª clase era infinitamente menos valioso que un animal. Después de todo, una mula tenía un precio por el que había que pagar, mientras que un soldado sólo costaba issen gorin.

Ignasi

Fuente: Flags of our fathers - James Bradley

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Mensaje por Eckart » Mar Sep 19, 2006 5:25 am

""El Japón actúa con una gran seguridad en sí mismo. En realidad, me parece que los propagandistas japoneses se pasan con frecuencia de la raya".

Clama al cielo que quien anotara esto en su diario el 1 de febrero de 1942 fuera, ni más ni menos, que Joseph Goebbels.

Un saludo.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

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Mensaje por Audie Murphy » Jue Sep 28, 2006 8:57 pm

el salto a mayor altura sin paracaídas y sobreviviendo fue en 1942 donde un ruso tuvo que evadirse del acoso de la caza alemana

. "Lieutenant I. M. Chisov of the former Soviet Union was flying his Ilyushin 4 on a bitter cold day in January 1942, when it was attacked by 12 German Messerschmitts. Convinced that he had no chance of surviving if he staged with his badly battered plane, Chisov bailed out at 21,980 feet. With the fighters still buzzing around, Chisov cleverly decided to fall freely out of the arena. It was his plan not to open his chute until he was down to only 1000 ft above the ground. Unfortunately, he lost consciousness en route. As luck would have it, he crashed at the edge of a steep ravine covered with 3 ft of snow. Hitting at about 120 mi/h, he plowed along its slope until he came to rest at the bottom. Chisov awoke 20 min later, bruised and sore, but miraclously he had suffered only a concussion of the spine and a fractured pelvis. Three and one-half months later he was back at work as a flight instructor." Hecht, Eugene. Physics: Calculus. 2nd ed. United States: Brooks/Cole, 2000. p 85"


los americanos crearon divisiones fantasma aerotransportadas para engañar a los germanos mientras se ejercitaban en UK

http://www.173rdairborne.com/amazingpara.htm


6th Airborne 9th Airborne 18th Airborne 21th Airborne 135th Airborne

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Mensaje por ignasi » Mié Oct 04, 2006 3:23 am

Durante el duelo de ingenios diario de la Conferencia de Yalta, Stalin siguió con su muy conocido hábito de dibujar garabatos mientras esperaba qe los intérpretes terminasen de traducir.
El edecán del Departamento de Estado americano, H. Freeman Matthews, estaba fascinado con los garabatos y decidió coger uno como recuerdo "con el riesgo de ser fusilado por esas bestias...", los guardianes de Stalin.
Al finalizar la sesión de trabajo, Matthews tomó furtivamente un garabato sin que Stalin ni los guardias se percataran de ello.
El garabato fue estudiado por un psicoanalista que desconocía la identidad del autor. Dijo que era obra de un hombre "que es flexible a la hora de cambiar de posiciones pero que siempre persigue tenazmente sus objetivos".

Saludos

Ignasi

Fuente: La Segunda Guerra Mundial - Tomo 60 "La máquina de destrucción Soviética" - Ed. Time Life Folio

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Mensaje por Otto Harindahl » Mié Oct 04, 2006 3:53 am

ignasi escribió:Durante el duelo de ingenios diario de la Conferencia de Yalta, Stalin siguió con su muy conocido hábito de dibujar garabatos mientras esperaba qe los intérpretes terminasen de traducir.
El edecán del Departamento de Estado americano, H. Freeman Matthews, estaba fascinado con los garabatos y decidió coger uno como recuerdo "con el riesgo de ser fusilado por esas bestias...", los guardianes de Stalin.
Al finalizar la sesión de trabajo, Matthews tomó furtivamente un garabato sin que Stalin ni los guardias se percataran de ello.
El garabato fue estudiado por un psicoanalista que desconocía la identidad del autor. Dijo que era obra de un hombre "que es flexible a la hora de cambiar de posiciones pero que siempre persigue tenazmente sus objetivos".

Saludos

Ignasi

Fuente: La Segunda Guerra Mundial - Tomo 60 "La máquina de destrucción Soviética" - Ed. Time Life Folio
Lo clavó :shock:

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Barbarossa
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Mensaje por Barbarossa » Mié Oct 04, 2006 7:57 pm

En 1945, cuando la Conferencia de Potsdam tenía lugar en las cercanías de Berlín, se produjo un acontecimiento sorprendente, como fue la derrota del Partido Conservador británico de Winston Churchill en las elecciones legislativas que se acababan de celebrar.

Cuando el Primer Ministro inglés explicó a Stalin y a Truman que, a consecuencia de la derrota electoral, en lo sucesivo él ya no presidiría la Delegación Británica y que, en su lugar, lo haría el laborista Clement Attlee, Stalin le espetó divertido: "Eso no habría ocurrido en Rusia, ya que, en mi país, las elecciones las gana el que cuenta los votos".

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Mensaje por ignasi » Lun Oct 09, 2006 9:48 pm

Durante el principio de la guerra, la relación entre la Luftwaffe y la RAF podría ser considerada de caballerosa. Se llegó al extremo de que dos de los primeros oficiales de la RAF en ser abatidos sobre Alemania (Jefe de Escuadrón Phil Murray y Subteniente Alfred Thompson, de Canadá) fueron llevados al encuentro del mismísimo Reichsmarschall Göring.
A ambos hombres les sorprendió ser llevados ante la jovial presencia del Reichsmarshall, absurdamente sentado tras una enorme mesa de despacho colocada sobre una plataforma, en medio de un claro del bosque. El jefe de las Fuerzas Aéreas alemanas mostraba orgullosamente sus medallas en su enorme pechera. Los oficiales británicos saludaron a su superior al estilo militar, y Göring les devolvió el cumplido, para después entablar una amistosa charla con ellos durante media hora. Göring se mostró extrañado al enterarse que Thompson era canadiense, dado que todavía Canadá no había entrado en la guerra. No sería la primera vez que los alemanes se sintieran desconcertados ante la coalición multinacional de países y razas dispuestos a acudir en ayuda de la supuestamente odiosa potencia imperialista Gran Bretaña.

Saludos,

Ignasi

Fuente: La Gran Evasión - Tim Carroll

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Eckart
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Mensaje por Eckart » Mié Oct 11, 2006 12:43 am

Stalin y Hitler, candidatos al Nobel de la Paz
http://www.larazon.es/noticias/noti_int10862.htm

Joseph Visarionovitch Stalin también fue propuesto al Premio Nobel de la Paz en el año 1945, por «sus esfuerzos para finalizar la Segunda Guerra Mundial». Pero su candidatura no fue ni tan siquiera evaluada. En los comentarios que figuran en los archivos hay una nota en la que se explica que el ex ministro de Asuntos Exteriores noruego, Halvdan Koth, nominó a Cordel Hull (que fue el premiado finalmente ese año) pero, al mismo tiempo, mencionó a otros siete candidatos
cualificados, sin señalar a ninguno de ellos de forma explícita. Sus nombres, para que se hagan ustedes una idea, eran: Franklin D. Roosevelt, Winston S. Churchill, Anthony Eden, Josef Stalin, Max Litvinov, Edvard Benes, Jan Smuts. Stalin fue de nuevo presentado en 1948 por obra y gracia de Wladislav Rieger, profesor de la Universidad Charles, en Praga, República Checa.

A su principal enemigo durante la Segunda Guerra Mundial le pasó algo parecido. En el año 1939, el parlamentario socialdemócrata sueco E.G.C. Brandt, nominó a Adolfo Hitler para el Nobel de la Paz. Brandt alegó como mérito para recibir tal galardón que «Hitler era el líder del Partido Nacional Socialista de Alemania». Según los archivos, esta nominación fue retirada en una carta fechada el 1 de febrero de 1939, el mismo día en que oficialmente se cerraba la admisión de propuestas. Se dice que Brandt propuso a Hitler como una especie de ironía del destino, pero lo cierto es que al dictador germano no debió de sentarle muy bien que no le dieran el premio. Seis meses después de hacerse público que el ganador de ese año era otro, el 9 de abril de 1940, las tropas alemanas invadían Noruega.

Un saludo.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

JOSE ANTONIO AZURZA
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Mensaje por JOSE ANTONIO AZURZA » Mié Oct 11, 2006 3:33 am

Hubiera sido lo nunca visto. Los lobos saludando a las ovejas con aire modesto y frac.Para morirse,vamos.

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Barbarossa
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Mensaje por Barbarossa » Mar Oct 17, 2006 3:22 pm

Descubren dos fotografías trucadas de la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya

La edición de hoy del diario "El Mundo" publica la siguiente noticia:
MADRID.- Dos nuevas fotografías trucadas de la entrevista celebrada entre Franco y Hitler en Hendaya (Francia) en 1940 han sido encontradas en el Archivo Fotográfico Histórico de la Agencia Efe, durante el actual proceso de recuperación y digitalización.

Las dos fotos fueron distribuidas en España el 23 de octubre de 1940 y, aunque no falsean la historia, son resultado de un montaje.

En una de ellas, sobre la imagen original de la estación de Hendaya, de la que se conserva el negativo y en el que el andén está vacío, aparecen literalmente "pegadas" sobre él las figuras de Franco y de Hitler, junto con la de un militar alemán.

En la otra, Franco y Hitler pasan revista a una unidad de tropas alemanas en la estación. En la foto obtenida del negativo Franco aparece con los ojos cerrados, y en la que se difundió tiene los ojos abiertos, al haberse pegado otra imagen de su rostro sobre la original.

En la foto obtenida del negativo, Franco aparece con los ojos cerrados, y en la que se difundió tiene los ojos abiertos.

La imagen no falsea los hechos históricos, ya que, como muestra la fotografía, los dos dictadores pasaron revista a las tropas en la estación de Hendaya y levantaron la mano como saludo, tal y como se ve en otra instantánea auténtica.

En el año 2000 fue encontrada otra foto también trucada de este momento histórico muy similar a esta última. En ella, sobre unas imágenes de Franco y Hitler originales fueron pegadas otras distintas completas, así como las de dos militares que aparecen detrás.

El montaje se realizó posiblemente para dar mayor realce a los dictadores, ya que en la imagen auténtica procedente del negativo Franco aparece con los ojos medio cerrados y sin saludar brazo en alto y en la de Hitler hay también pequeñas diferencias.

Además de los rebordes, consecuencia del "pegado" de las figuras, en esta foto se puede apreciar que Franco lleva en su uniforme la Medalla Militar española, en lugar de la Cruz del Águila alemana, que era la que de verdad lucía.

Los trabajos de digitalización del archivo han permitido descubrir numerosas fotografías de la memoria histórica de España, muchas de las cuales han sido dadas a conocer en los últimos años en libros y exposiciones.

El Archivo tiene más de 13 millones de documentos gráficos, en los que se conserva la memoria del siglo XX, de los que dos millones están en formato digital y son accesibles por Internet a través de la Fototeca.
Estas son las fotografías en cuestión:

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beltzo
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Mensaje por beltzo » Vie Oct 20, 2006 1:22 am

En Iwo Jima cuando una patrulla de la tercera división consiguió por fin cumplir su principal cometido llegando hasta el mar y partiendo a la fuerza japonesa en dos bolsas aisladas entre si, sus integrantes tuvieron una curiosa manera de comunicárselo a su comandante el general Erskine; sacaron una cantimplora la llenaron con agua de mar y se la enviaron con una nota que decía: “Para la inspección, no el consumo”.

Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein

Hans Hube
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Mensaje por Hans Hube » Sab Oct 21, 2006 3:33 am

Estimado compañero Barbarossa, aunque en El País saliera eso, la verdad de la falscificacion era que Franco tenia una condecoracion alemana en la guerrera que le habian concedido, y cuando el regimen busco otros caminos, borraron la foto.
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