Wojtek, el Oso Soldado

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Jesús Hernández
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Wojtek, el Oso Soldado

Mensaje por Jesús Hernández » Jue Ago 03, 2006 6:50 am

Gracias a un post de FANGIO he descubierto la extraordinaria historia de Wojtek, el Oso Soldado, que desconocía por completo.

Así que, teniendo en cuenta que el mérito es suyo por descubrírnoslo, me he tomado la libertad de escribir la historia de este oso -que me ha dejado pillado- con lo que he ido encontrando por ahí sobre el tema.

Si queréis, os podéis saltar un poco el principio, porque me dedico a poner en antecedentes de qué pintaban los polacos en Irán, pero el resto del texto estoy seguro de que os gustará, aunque el final es un poco triste. Ya me diréis.

WOJTEK, EL OSO SOLDADO

Durante la batalla de Monte Cassino, bajo el incesante estallido de las bombas y el tableteo de las ametralladoras, algunos soldados –tanto alemanes como Aliados- no podían creer lo que sus ojos veían: un enorme oso avanzaba con aplomo y seguridad con una gran caja atada a su espalda. No se trataba de una visión; los polacos de la 22ª Compañía de Transporte que participaron en esta larga y sangrienta batalla contaron con un oso para trasladar cajas de munición.

El modo como el animal había llegado hasta allí no podía ser más rocambolesco. Tras la ocupación de parte de Polonia por tropas rusas en 1939, miles de soldados polacos fueron enviados a campos de prisioneros en el interior de la Unión Soviética. El ataque alemán del 22 de junio de 1941 condujo a un acuerdo entre Moscú y el gobierno polaco en el exilio para que los polacos prisioneros fueran liberados.

Un total de 40.000 soldados, junto a 26.000 civiles se encontraron de repente abandonados en las estepas de Asia Central. Pasaron ese invierno en tiendas de campaña, soportando temperaturas de hasta –50ºC. Por fin, en julio de 1942, Stalin permitió que los que habían sobrevivido fueran evacuados a Irán navegando a través del mar Caspio.

Una vez en Irán fueron acogidos por los británicos, que comprobaron que la mayoría de los polacos sufrían malnutrición y enfermedades. Una vez recuperada la salud, los soldados polacos quedarían encuadrados en dos divisiones, la 5ª Kresowa y la 3ª Carpática, en las que encontraron compatriotas que habían logrado huir del avance soviético escapando a través de Hungría y Rumanía, y que ya se habían estrenado en combate luchando en Tobruk. Su destino sería el Líbano, en donde se encontraba el resto de fuerzas polacas.

Los soldados iniciaron el largo camino. La caravana de camiones comenzó a atravesar las montañas que separan Irán de Irak. Fue en un paso de montaña entre Hamadan y Kangavar cuando encontraron un muchacho hambriento y cansado que les pidió algo de comida. Mientras daba buena cuenta de una de las latas de carne que le ofrecieron, los polacos advirtieron que del saco que cargaba el chico asomaba un animal. Se trataba de un cachorro de oso pardo de unas ocho semanas. Según refirió el chico, lo había encontrado en una cueva. Unos cazadores habían matado a su madre y el osezno se encontraba en muy malas condiciones; a duras penas podría sobrevivir.

Uno de los polacos se mostró dispuesto a comprarle el cachorro. El niño se negó a desprenderse de él, pero los soldados comenzaron a ofrecerle chocolatinas, latas de carne y caramelos, hasta que un bolígrafo que se convertía en navaja acabó por decidirle a vender el animal.

Para alimentar al oso, los polacos improvisaron un biberón con una botella de vodka vacía y un pañuelo con un pequeño agujero en el centro que hacía la función de una tetina. El cachorro no se lo pensó dos veces y engulló ávidamente la leche condensada diluida con agua que contenía la botella. Después de la toma, buscó acomodo junto a un soldado llamado Piotr, buscando un poco de calor, y se quedó dormido. Curiosamente, después de ese día siempre buscaría al mismo soldado para dormir la siesta a su lado. Un soldado reparó en que el osezno aún no tenía nombre y decidieron bautizarle con un nombre típicamente polaco, Wojtek (pronúnciese voi-tec).

En los meses siguientes, durante su estancia en Oriente Medio, el pequeño huérfano recibió todo tipo de atenciones por parte de sus nuevos amigos. Para ellos era muy gratificante su presencia, que les ayudaba a soportar los rigores de la vida militar. Por su parte, Wojtek se integró rápidamente en el ambiente castrense y bien pronto abandonó los biberones para desarrollar una afición especial por la cerveza. El oso pasó, en cierto modo, a ser un soldado más; en los desfiles, Wojtek caminaba erguido sobre dos patas y en los trayectos en jeep o camión iba sentado como cualquier pasajero, para sorpresa de los que lo veían por primera vez.

A comienzos de 1944, las tropas polacas fueron reclamadas en Italia, en donde los Aliados estaban tratando de romper el frente en la región que rodeaba la abadía de Monte Cassino, sin conseguirlo por culpa de la tenaz resistencia germana.

Los polacos llegaron por carretera al puerto de Alejandría, en donde debían embarcarse rumbo a Italia. Pero allí les aguardaba una desagradable sorpresa; los británicos no permitían que viajara ningún animal a bordo del buque, por lo que Wojtek debía quedarse en Egipto. Naturalmente, los soldados polacos no estaban dispuestos de ningún modo a dejar atrás a su amigo, por lo que decidieron alistarlo en el Ejército polaco, proporcionándole toda la documentación pertinente. El encargado de permitir el embarque examinó con detenimiento las credenciales del plantígrado y, haciendo gala de la proverbial flema británica, invitó al animal a subir al barco dándole una palmada en el hombro.

Los polacos entrarían en combate en Monte Cassino en el mes de abril, uniéndose a soldados de muchas otras nacionalidades. Allí, las posiciones avanzadas en los abruptos peñascos de la zona debían ser abastecidas de alimentos y munición a través de estrechos y peligrosos caminos, por lo que el acarreo del material debía hacerse con mulas. Mientras los polacos estaban bajando cajas de un camión para cargarlas luego sobre las mulas , Wojtek se acercó al vehículo y se puso en pie sobre las dos patas traseras, mientras que con las delanteras intentaba acercarse a las cajas de material. Sus compañeros, maravillados por la escena, interpretaron que Wojtek trataba de decirles. “Dejadme a mí este trabajo. ¡Puedo hacerlo!”.

Por tanto, ataron una caja al lomo del animal y éste comenzó a avanzar con seguridad. Los polacos confiarían en Wojtek para que cargara con las cajas más pesadas, y el oso no les defraudó. Un soldado dibujó la imagen de Wojtek trasladando al hombro una gran bomba; ésa pasaría a ser la insignia oficial de la unidad. Sin dar muestras de fatiga, y sin asustarse en ningún momento por el ruido de las continuas explosiones, el animal colaboró con su hercúlea fuerza y su recia resistencia al heroico papel de los polacos en Monte Cassino, que culminaría en mayo con la toma de la abadía y la colocación de la bandera polaca en las ruinas del disputado edificio.

Una vez finalizada la contienda, los soldados polacos fueron trasladados a Gran Bretaña y, como no podía ser der otro modo, Wojtek fue con ellos. Llegaron a Glasgow, en donde fueron recibidos triunfalmente por la población. Pero la gran atracción era sin duda Wojtek, que desfilaba orgulloso al frente de sus compañeros por las calles de la ciudad escocesa. Ese fue el gran momento de gloria del que era ya popularmente conocido como el Oso Soldado.

Pero a partir de aquí la historia de Wojtek se torna agridulce. El Ejército polaco fue desmovilizado en 1947 y cada hombre se vio forzado a buscar su propio camino. Durante dos años habían esperado inútilmente para poder volver a su país y ser recibidos como héroes, pero sus esperanzas se habían visto frustradas, al hallarse Polonia bajo el control férreo de las tropas soviéticas, las mismas contra las que habían luchado ocho años antes. Mientras que unos pocos afrontaron el riesgo de regresar a su país natal, la inmensa mayoría prefirió quedarse en Gran Bretaña o emigrar a Estados Unidos, Canadá o incluso Australia.

Ante la inminente despedida, los que habían sido sus compañeros deseaban poner a Wojtek en libertad en algún bosque, pero las leyes británicas lo impedían, por lo que se tomó la decisión de enviarlo al zoo de Edimburgo, en donde sería recibido como una celebridad. Los artistas acudían allí para reproducir su imagen en cuadros o esculturas. Sus antiguos compañeros, ahora civiles, le visitaban a menudo; una vez allí, le llamaban por su nombre y el oso, reconociéndoles, les saludaba levantando una pata. Algunos saltaban la valla y pasaban unos minutos jugando con él, ante la mirada horrorizada de los vigilantes, que veían en Wojtek a un animal salvaje.

Los años fueron pasando y las visitas de sus antiguos amigos se fueron espaciando cada vez más. Wojtek no se adaptó a la vida en cautividad y pasaba más tiempo en su guarida, alejado de las miradas de los visitantes, que en el exterior de su recinto. Aunque era el animal más admirado por los niños, el Oso Soldado no se acostumbraba a su nuevo y monótono tipo de vida. Es de suponer que añoraba los momentos pasados junto a sus compañeros en primera línea de combate, en los que, sin duda, su vida era mucho más intensa.

Durante los últimos años de su existencia prácticamente ya no respondía a los estímulos exteriores. Permanecía acostado, impávido ante los gritos del público que requería su atención, lo que sus cuidadores achacaban a su edad, aunque seguramente era debido a la melancolía. Sin embargo, si algún visitante le lanzaba algún saludo en polaco, de inmediato Wojtek levantaba su cabeza; sin duda, recordaba perfectamente los tiempos en los que disfrutó de la compañía de sus amigos polacos.

El Oso Soldado falleció el 15 de noviembre de 1963 a los 22 años. Las autoridades del zoo erigieron una placa en su memoria, en una ceremonia a la que asistió una nutrida representación de los soldados que habían compartido con él aquellos violentos pero emocionantes años.

Estatuas de Wojtek pueden contemplarse hoy día en el Imperial War Museum de Londres o en el Canadian War Museum de Ottawa, en homenaje a este animal que entró con todos los honores en la historia militar, no sólo por su espíritu de sacrificio, sino por la camaradería y amistad demostrada durante la guerra, lo que le hizo ganarse para siempre el respeto y la admiración de sus compañeros.
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fangio
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Mensaje por fangio » Jue Ago 03, 2006 11:54 am

Hola Jesús!
Es la segunda vez en mi vida que leo algo sobre éste increíble oso, digno de una película o algún documental de la National Geographic. Es una pena que no tuviera un final tan felíz pero en general la historia de Wojtek es realmente formidable.
Gracias por este nuevo aporte sobre este Soldado.
Saludos,

FANGIO

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Mensaje por bycicleto » Jue Ago 03, 2006 3:56 pm

Im-presionante. En mi caso es la primera vez que leo sobre este animal. Deberían hacer una película, mezcla de drama, aventura y cine bélico. Sería una chulada. :lol:

Un saludo.
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"¿E irás a Flandes, mi querida Mally?
¿Para ver a los grandes generales, mi preciosa Mally?
Lo que verás serán las balas volar,
y a las mujeres oirás llorar,
y a los soldados morir verás,
mi querida Mally".
Canción de los soldados del duque de Marlborough, principios del siglo XVIII

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Mensaje por Jesús Hernández » Jue Ago 03, 2006 5:00 pm

Gracias a ti, Fangio, por descubrirnos este increíble personaje.

Tienes razón, bycicleto, de que su historia se merece una película, una superproducción, a ver si Spielberg lo descubre también.

Lo que pasa es que el oso tuvo la "mala" suerte de ser adoptado por soldados polacos; seguro que si hubieran sido ingleses, este oso sería hoy más conocido que Rin Tin Tin.

Saludos!
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Mensaje por Eckart » Vie Ago 04, 2006 7:33 am

Algunas imágenes del entrañable Wojtek:
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La insignia de aquella unidad polaca:
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He extraido las fotos de un interesante página:
http://www.mpvone.co.uk/polish/casino.htm

Un saludo.
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Mensaje por Otto Harindahl » Mié Ago 16, 2006 7:27 pm

La primera vez que leo acerca de esto y no he podido evitar cierta tristeza al conocer su último paradero.
Buen trabajo este texto.

Saludos

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Mensaje por Audie Murphy » Dom Ago 20, 2006 7:37 pm

el oso jugando con la tropa tras terminar la guerra

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Última edición por Audie Murphy el Dom Mar 04, 2012 5:29 pm, editado 1 vez en total.

Jesús Hernández
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Mensaje por Jesús Hernández » Lun Ago 21, 2006 6:59 am

Gracias, Audie, me ha hecho ilusión poder ver a nuestro héroe en movimiento.

Saludos!
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Mensaje por aurelioj2003 » Vie Oct 20, 2006 6:14 am

Saludos camaradas.

Nunca había escuchado la historia de este Soldado... la verdad me hizo sentir una mezcla de sentimientos porque nunca he estado, y no estaré de acuerdo, en mezclar animales con las guerras. Para mi concepto, es algo tan absurdo como hacer que los niños combatan.

Coincido con que es algo extraordinario, pero me entristece el destino que tuvo el pobre animal.

Aurelio

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Mensaje por cortxero » Sab Oct 21, 2006 1:26 am

Muy buena historia la desconocia por completo :D
"Luchar por la libertad de Europa es lo mas bonito que a echo el ser humano en toda la historia"

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Mensaje por Wladyslaw Anders » Sab Oct 21, 2006 3:40 am

Gradias tanto a Fangio por descubrirlo como a Jesús por redactar tan entrañable historia que desconocía por completo.
La realidad es que la historia de este animal es digna de que se conozca a nivel del gran público, ya que conocemos otras tantas cosas que carecen de la belleza de este episodio de la guerra y desconocemos cosas como esta.
Si analizamos bien el final, aunque triste, no podía ser otro ya que la forma de vida en la que se crió este animal había desaparecido después de la guerra.

SALUDOS COMPAÑEROS
<No es la bala que tiene mi nombre escrito la que me preocupa, es la que dice: "A quien pueda interesar">

Jesús Hernández
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Mensaje por Jesús Hernández » Jue Oct 26, 2006 6:28 am

Para los que les ha entristecido el final de la historia de Wojtek, recientemente se ha producido una historia similar pero que no tiene nada que ver con la SGM así que si los administradores borran esto por inadecuado, pues por mi parte no pasa nada.

Al parecer, el rey Juan Carlos estuvo de cacería en agosto en Rusia, y allí dijo que deseaba cazar un oso. Así que se fue de cacería y mató un oso certeramente de un solo disparo.

Lo que se ha sabido ahora es que dicho oso era un oso amaestrado que iba por los pueblos de esa región, y cuyo nombre era Mitrofán. Se ve que pillaron el oso para convertirlo en involuntario protagonista de la cacería a cambio de unos buenos rublos, y para que no diese demasiados problemas al rey, le dieron a beber un cóctel de miel y vodka bien cargado :shock:

El resultado, pues ya os podéis imaginar.

Aunque fuentes oficiales rusas han dicho que no es cierto, la verdad es que, desde agosto, nadie ha vuelto a ver al pobre oso en las ferias de la región.

Supongo que el cielo de los plantígrados, Wojtek y Mitrofán habrán compartido sus experiencias vitales entre la especie humana...

Un saludo!
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Ignatius 56
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Mensaje por Ignatius 56 » Vie Oct 27, 2006 4:22 am

Pues anda que si es verdad, aquello de "Bienaventurados los debiles,los martires,los inocentes ect..., por que el Paraiso sera de ellos", pues no veas lo que les espera a otros no?.
En fin una historia muy triste. :(
Si miras al abismo el tiempo suficiente, el abismo te devoverá la mirada.
Nietzsche, Más allá del bien y del mal.
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Mensaje por beltzo » Vie Oct 27, 2006 5:31 am

Hola a Todos:

Para compensar en parte la triste historia de Wojtek y Mitrofán os animo a leer la historia de mi pariente lejano, el gato Oscar que sirvió tanto en la kriegsmarine como en la Royal Navy. http://idd02gsh.eresmas.net/oscar.html

Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein

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Mensaje por Cpt_Muller » Sab Ene 26, 2008 4:42 pm

En este hilo viewtopic.php?t=4708 sobre la biografia de von Werra se ve que tenia de mascota un leoncito.

Salutën
Una era de paz construye ciudades, una hora de guerra las destruye.
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