El cumpleaños de Lonsdale

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beltzo
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El cumpleaños de Lonsdale

Mensaje por beltzo » Vie Dic 23, 2005 4:00 am

Hola,

El siguiente relato se desarrolla en la campaña de Noruega de 1940 y es en mi opinión uno de los hechos mas curiosos de toda la guerra.

[El día 5 de mayo la cosa cambio. Era domingo 2 hidros Arado habían salido en misión de reconocimiento de madrugada. Los segundos tenientes Gunther Mehrens y Karl Schmidt pilotaban aquellos aparatos y continuaban su búsqueda con afán, pues sabían que los submarinos emergían de noche y por tanto las probabilidades de descubrir alguno eran mayores de madrugada.

Hacia las 2,30 volaba el Arado del teniente Mehrens apenas a 50 metros del agua sobre el Katttegat. El piloto mantenía rumbo al norte, no lejos de las aguas jurisdiccionales suecas. Mehrens miraba y miraba a su alrededor.

De pronto, a su derecha, apareció una sombra. El hidro se dirigió inmediatamente hacia ella descendiendo más. No cabía duda, ¡era la torreta de un submarino! Estaba con la proa fuera del agua y la popa hundida. Sin embargo se movía hacia el este, en dirección a Suecia.

Mehrens disparó contra el submarino una ráfaga de sus cañones de 20 mm y tomó la linterna de señales con la que emitió los destellos correspondientes a la letra "k", que es en el lenguaje marítimo internacional la señal de detención inmediata. A continuación hizo funcionar de nuevo la linterna de señales para que el submarino se identificara indicando nacionalidad.

Pero en el puente de aquel submarino (se trataba del ingles Seal) el teniente de navio Rupert P. Lonsdale ordenaba al señalero Waddington que transmitiera señales ininteligibles.

Lonsdale trataba de ganar tiempo. El Seal era un submarino bastante grande, de 1.520 toneladas, que había estado colocando minas en el Kattegat, pero había chocado con una que estuvo a punto de mandarlo al fondo del océano. Tras varias horas de improbos esfuerzos, sus tripulantes habían logrado hacerlo salir a flote. Tenía una gran vía de agua y con la popa hundida tenía poca velocidad. La única posibilidad de escapar era entrar en aguas jurisdiccionales suecas y eso era lo que trataba de hacer su comandante.

El segundo teniente Mehrens adivinó la maniobra. Debía de tratarse de un submarino inglés. Se elevó con el Arado hasta 1000 metros y radió la posición del submarino.

Después picó sobre el sumergible, soltó la primera bomba de 500 kg y enderezó el aparato. Segundos después, una gran columna de agua, se levantaba de la superficie, a cosa de 30 metros del objetivo. Mehrens repitió el ataque, pero tampoco con la segunda bomba tuvo éxito. En vista de ello, disparó con las armas de a bordo contra la torreta y linea de flotación del submarino. El propio Lonsdale saltó hacia la ametralladora doble tipo Lewis y respondió al fuego.

Otra bomba cayó junto al submarino. El Arado de Schmidt acababa de acercarse y proseguía el ataque de su compañero. Por fin la cuarta bomba, si bien no hizo impacto directo, estalló tan cerca del submarino inglés, que éste comenzó a emitir el S.O.S. mientras se movía desesperadamente.

Aquel fue el momento decisivo. El agua que entraba en la sala de motores no podía ser achicada con la suficiente celeridad y el submarino no tuvo más remedio que detenerse, pues el último de los motores Diesel acababa de parársele.

Yo era el responsable de 60 vidas, diría más tarde el comandante del submarino al justificar las razones de su rendición. Y el Seal no era más que algo muerto y en situación desesperada...

Lonsdale pidió un mantel blanco y lo agitó sobre su cabeza.

Schmidt apenas daba crédito a lo que veía: 2 Arados acababan de apresar a un submarino de buen tamaño. ¡Eso no se había visto nunca! Si el sumergible llegaba a hundirse de nuevo, pensó Schmidt, nadie creería lo sucedido. De manera que no tenía más remedio que llevarse una prueba fehaciente de la captura y nada mejor a este fin que el propio comandante del submarino...

El Arado amaró junto al sumergible inglés y Schmidt gritó:

¿Donde está el capitán? ¡Qué salte al agua y venga aquí!

Lonsdale se descalzó y saltó al agua y nadando a crawl se acercó al hidro. Schmidt le aguardaba y le ayudó a salir del agua. De pronto lo levantó en vilo obligandolo a meterse en el puesto del observador, en la cabina del Arado, subiendo a continuación él mismo.

¡Son aguas jurisdiccionales suecas...!, protestó Lonsdale.

Pero el piloto alemán le hizo una seña negativa, señalando en dirección a la costa sueca, para indicarle que estaba equivocado.

[…]En el puesto de mando del Grupo de Aviación Costera num, 706, un individuo con los pantalones chorreando agua recibía a las 5 de la madrugada la felicitación que los pilotos alemanes le hacían con motivo de su cumpleaños.

La placa de identificación lo había delatado: el teniente de navío Lonsdale cumplía precisamente aquel día 5 de mayo los 35 años de edad.

Era su cumpleaños por doble motivo: un aniversario que jamás se le olvidaría.]

Fuente: "La Luftwaffe" de Cajus Bekker, editorial Bruguera Barcelona 1972, pag. 172 a 175

Saludos
"Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero sino, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío". Albert Einstein

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