Terror en Europa

Los Campos de la Muerte del Tercer Reich

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Shindler
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Terror en Europa

Mensaje por Shindler » Jue Oct 09, 2008 12:39 am

Terror en Europa
(Roger Manvell y Heinrich Fraenkel) "Asi fué la SGM" Vol. III Págs. 201 a 205

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Una imagen tétrica, imaginen el entorno.



El Lebensraum creado por el avance de las fuerzas alemanas hacia el Este puso a los líderes del III Reich frente a nuevos y casi insolubles problemas. Para asegurar la "limpieza" completa de los territorios conquistados fue preciso trasladar a millones de personas indeseadas a los campos de trabajo, donde muchas de ellas murieron al poco tiempo, agotadas por los esfuerzos, o a los campos de concentración, para la "solución final". Pero los nazis demostraron estar a la altura de su cometido y comprobaron que podían reclutar sus escuadras de exterminio con mucha facilidad, tanto entre clases medias y los intelectuales como entre los elementos menos deseables que ya habían trabajado en campos de concentración antes de la guerra. parece ser que nunca pensaron que los "derechos humanos" fueran un concepto universalmente digno de consideración.

Nadie puede comprender el régimen nazi sin comprender antes a las personas que lo crearon y la naturaleza de los hombres y de las mujeres a los que confiaron su poder. Uno de los personajes más significativos entre los relacionados con el sistema represivo nazi fue Reinhard Tristan Heydrich, quien en plena juventud, a los veintisiete años, dirigía el departamento de seguridad de Himmler, en la administración de las SS.

Heydrich era alto, rubio, de temperamento frío y mente aguda, y lleno de confianza en sus posibilidades. Tenía cierta cultura, aunque limitada; era un notable atleta y sentía pasión por la aviación y la esgrima. Por sus venas corría una supuesta vena de sangre judía, circunstancia que fuese verdadera o falsa, Himmler mantuvo siempre en secreto, pero en forma de táctica amenaza, como una espada de Damocles. Por lo demás Himmler parecía demostrarle amistad. Aunque entre ellos no había más que tres años de diferencia, comparado con Himmler, Heydrich representaba el nuevo modo de pensar de los jóvenes jerarcas del aprtido; era un hombre dispuesto y capaz de organizar a gran escala tanto el castigo como el genocidio, mientras que Himmler, esencialmente anticuado en su pensamiento y educación, jugueteaba con sus perversos idealismos y carecía de la despiadada energía necesaria para ponerlos en práctica. A Himmler le resultaba desagradable visitar los campos de concentración y repugnante observar el exterminio en masa. Es interesante hacer observar, a este respecto, el hecho que Eichmann, que había sido un empleado de escasa cultura, pero de considerable habilidad administrativa, también consideraba repugnantes los exterminios cuando tenía que asistir a ellos. Himmler sólo visitó Auschwitz dos veces: al inaugurarse el campo, en Marzo de 1941, y luego, en el verano de 1942, cuando había empezado a sentir interés por la explotación comercial del trabajo masivo de los prisioneros. Como le dijo Himmler a Kersten, su masajista: "Tener que pasar sobre cadáveres para crear una nueva vida es la maldición de la grandeza. Sin embargo hemos de crear una nueva vida, hemos de limpiar el terreno, pues de lo contrario no nos dará nunca frutos. Será una carga pesada la que tendré que soportar".


Pero Heydrich tomó la iniciativa en esta cuestión. Fué el y no Himmler quien presidió la conferencia de Wannsee, el 20 de Enero de 1942, para proyectar la "Solución final" del problema representado no solo por los judíos europeos, sino que también por los de los territorios orientales que iban a invadirse y que representaban una amenaza para la Alemania nazi. Cuando abrió la sesión, Heydrich explicó que Goering (no Himmler) le había nombrado comisario para la preparación de la "Solución final" del problema de los judios europeos.

Es imposible separar el régimen de terror que se mantuvo en el este de Europa de la política de exterminio en gran escala de las personas no gratas. El destino de todos los que se oponían activamente a Hitler era el trabajo forzado o el exterminio. La invasión de Rusia puso a las SS ante el problema, práctimamente insoluble, del transporte, la explotación y la destrucción de millones de personas. Y aunque en todas las cartas de la conferencia y en los apuntes referentes a este asunto, hasta los nazis más fanáticos preferían usar una terminología alusiva (como la misma frase "solución final"), no cabía la menor duda de que lo mejor que sus víctimas podían esperar eran unos meses de trabajos agotadores.



Justificando los campos de concentración


"Es evidente que jamás nos mostraremos crueles y sin corazón, si no es necesario. nosotros los alemanes somos el único pueblo de la tierra que respeta en cierto grado a lso animales, por lo que con mayor motivo trataremos con consideración a estos animales humanos" , explicaba Himmler a propósito de los prisioneros de los campos de concentración. La propaganda nazi hizo otras tentativas para justificar los campos de trabajos en el cuadro de la política del país. Estas fotografías, estudiadas expresamente y tomadas con fines propagandísticos, son ejemplo de la explotación sistemática llevada a cabo por la Gran Alemania en los territorios conquistados para inducirlos a colaborar en
el "nuevo orden" por medio de los trabajos forzados, realizados en condiciones duras pero en el fondo humanas.


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Taller se sastrería del campo de Sachsenhausen

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Comida escasa pero suficiente para las necesidades de los prisioneros.

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Prisioneros con ropas confortables recibiendo cigarrillos de manos de un guardia (noten las orejeras para el frio).


Continúa...


Gracias por estar
"La esclavitud crece sin medida cuando se le da apariencia de libertad."
Ernst Jünger

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