Encontrándome con Auschwitz:
Publicado: Mar Ene 16, 2007 1:29 am
Hola,quisiera compartir un relato con todos ustedes; y espero les guste.
El año pasado tuve la oportunidad de viajar a Polonia y quise conocer uno de los lugares para mi sagrado por lo que representa.
Salímos en una pequeña camioneta unos cuantos turistas que éramos informados de los acontecimientos y fechas en un inglés muy entremezclado pero entendible (reconociendo que mi ingles no es muy bueno). Yo estaba acompañado por una compañera de trabajo que viajó conmigo y otros más que no se sumaron a la visita.
Mi compañera se sentía un poco nerviosa y yo confieso que también, en el estómago me daban unos pequeños espasmos pues el viaje no era muy entretenido que digamos por el destino final del mismo. De lejos a unos 300 m ya estaba el imponente edificio. Y al llegar la camioneta paró a unos 20 m del porton principal.
Al bajar se sentía un silencio indescriptible como cuando uno entra a una iglesia o cementerio, era un silencio sagrado.
Un guía nos aguardaba y nos invitó luego de darnos algunas recomendaciones a entrar, no les puedo decir la sensación al pasar por el porton de metal. Me vinieron unos escalofríos que recorrieron todo mi cuerpo.Enseguida pequeños edificios de ladrillos con muchas ventanas, en ese momento me dí cuenta que lo que menos atendía eran las explicaciones de guía y observaba cada detalle.
Las torres de vigilancia dominaban el predio, amenazantes y pensé "siguen ahí vigilando". Inmediatamente ví un letrero con una calavera y unas palabras que advertían pienso yo de la cerca electrificada que existía detrás. Luego de pasar por una pequeña garita accedimos a uno de los edificios que era ocupado por los oficiales Alemanes de aquella época. Se respiraba un extraño olor. Mi compañera se descompuso y la acompañe a tomar aire fresco, y recién al salir me di cuenta de la cantidad de árboles que había. Luego de unos minutos los demás salieron y nos unimos a ellos.
Nos avisaron que nos dirigiríamos a los barracones, bien dije! y luego de caminar por un laberinto de calles entramos qa un pequeño patio guardado por unos portones de hierro errumbrados y al fondo se veía una pared de concreto, no entendía lo que significaba, y a medida que nos acercábamos distinguía pequeños ramos de flores a lo lejos. Y fué ahí que cayeron mis primeras lágrimas, estaba desolado, la garganta parecía estrangularme por la angustia, era el patio de ejecuciones... Pensé muchas cosas y en muchas personas, nadies del grupo abrió la boca para nada, era una sensación de congoja muy grande.
Luego de unos minutos reanudamos la marcha hasta llegar a donde se encontraban las camaras de gas, no pude entrar, las lágrimas no paraban de salir de mi interior y no me sentía a esta altura como para afrontar éso, junto a mi cinco turistas más que se vé sintieron lo mismo, y partío de uno de los turistas abrazarnos, y lloramos hasta la sensación de ahogo que nos dá el dolor de la pérdida de un ser querido.
Al salir el guía nos ofreció una botella de agua que aplacó por un rato la angustia. Y reanudamos la marcha, las piernas me pesaban unos cien kilos cada una, a éste punto me acordé de mi compañera, la busqué y la ví del brazo de una señora de edad que la acompañaba, y consolaba(pensé, está bien acompañada) y me hizo un gesto como de consternación, le pregunté ¿estas bién? y en seguida me contesté yo mismo, que pregunta tonta, ¿ quien podría estar bien en éstas condiciones? a lo que mi compañera respondió con un leve gesto de cabeza.
Unos pasos más y llegamos a lo que eran los crematorios, y allí no pude más, a unos metros las piernas no me respondieron y caí de rodillas, las lagrimas comenzaron a salir y el corazón parecía salirse de mi pecho, no pude mirar la escena de frente y bajé mi cabeza hasta el suelo y lo primero que pensé fué, no tengo una maldita flor, ni siquiera una flor, para estas almas que están aquí.(me enojé conmigo mismo, ¿qué tonto venir a un lugar así y no tener una flor)
Inmediatamente sentí una mano en mi hombro, un hombre de unos 40 años me habló en Inglés "Sorry" me dijo y no entendí, "I`m German, and no have words for this..." PERDON , SOY ALEMAN Y NO TENGO PALABRAS PARA ÉSTO."Traté de reponerme, el hombre me ayudó a pararme y pedí ir a la camioneta, no aguanté mas, y en mi cabeza rondaba sólo un pensamiento, POR QUÉ?
Antes de partir nos tomamos todos de la mano, hicimos un minuto de silencio, y yo rezé un padre nuestro para mi interior.
Pense tantas cosas, hasta la llegada al hotel, en la camioneta se senía un silencio tan sagrado, tan respetuoso y profundo, que en lo que quedó del día y hasta hoy en día, esa visita cambió nuestras vidas.
Disculpen si alguien ya compartió una experiencia similar, pero quise expresar en pocas palabras la enorme impotencia que a uno le dá visitar un lugar así, y la sensación de congoja y tristeza.Y sobre todo respeto a esos miles y millones de ángeles que nos miran.
Gracias a todos.
El año pasado tuve la oportunidad de viajar a Polonia y quise conocer uno de los lugares para mi sagrado por lo que representa.
Salímos en una pequeña camioneta unos cuantos turistas que éramos informados de los acontecimientos y fechas en un inglés muy entremezclado pero entendible (reconociendo que mi ingles no es muy bueno). Yo estaba acompañado por una compañera de trabajo que viajó conmigo y otros más que no se sumaron a la visita.
Mi compañera se sentía un poco nerviosa y yo confieso que también, en el estómago me daban unos pequeños espasmos pues el viaje no era muy entretenido que digamos por el destino final del mismo. De lejos a unos 300 m ya estaba el imponente edificio. Y al llegar la camioneta paró a unos 20 m del porton principal.
Al bajar se sentía un silencio indescriptible como cuando uno entra a una iglesia o cementerio, era un silencio sagrado.
Un guía nos aguardaba y nos invitó luego de darnos algunas recomendaciones a entrar, no les puedo decir la sensación al pasar por el porton de metal. Me vinieron unos escalofríos que recorrieron todo mi cuerpo.Enseguida pequeños edificios de ladrillos con muchas ventanas, en ese momento me dí cuenta que lo que menos atendía eran las explicaciones de guía y observaba cada detalle.
Las torres de vigilancia dominaban el predio, amenazantes y pensé "siguen ahí vigilando". Inmediatamente ví un letrero con una calavera y unas palabras que advertían pienso yo de la cerca electrificada que existía detrás. Luego de pasar por una pequeña garita accedimos a uno de los edificios que era ocupado por los oficiales Alemanes de aquella época. Se respiraba un extraño olor. Mi compañera se descompuso y la acompañe a tomar aire fresco, y recién al salir me di cuenta de la cantidad de árboles que había. Luego de unos minutos los demás salieron y nos unimos a ellos.
Nos avisaron que nos dirigiríamos a los barracones, bien dije! y luego de caminar por un laberinto de calles entramos qa un pequeño patio guardado por unos portones de hierro errumbrados y al fondo se veía una pared de concreto, no entendía lo que significaba, y a medida que nos acercábamos distinguía pequeños ramos de flores a lo lejos. Y fué ahí que cayeron mis primeras lágrimas, estaba desolado, la garganta parecía estrangularme por la angustia, era el patio de ejecuciones... Pensé muchas cosas y en muchas personas, nadies del grupo abrió la boca para nada, era una sensación de congoja muy grande.
Luego de unos minutos reanudamos la marcha hasta llegar a donde se encontraban las camaras de gas, no pude entrar, las lágrimas no paraban de salir de mi interior y no me sentía a esta altura como para afrontar éso, junto a mi cinco turistas más que se vé sintieron lo mismo, y partío de uno de los turistas abrazarnos, y lloramos hasta la sensación de ahogo que nos dá el dolor de la pérdida de un ser querido.
Al salir el guía nos ofreció una botella de agua que aplacó por un rato la angustia. Y reanudamos la marcha, las piernas me pesaban unos cien kilos cada una, a éste punto me acordé de mi compañera, la busqué y la ví del brazo de una señora de edad que la acompañaba, y consolaba(pensé, está bien acompañada) y me hizo un gesto como de consternación, le pregunté ¿estas bién? y en seguida me contesté yo mismo, que pregunta tonta, ¿ quien podría estar bien en éstas condiciones? a lo que mi compañera respondió con un leve gesto de cabeza.
Unos pasos más y llegamos a lo que eran los crematorios, y allí no pude más, a unos metros las piernas no me respondieron y caí de rodillas, las lagrimas comenzaron a salir y el corazón parecía salirse de mi pecho, no pude mirar la escena de frente y bajé mi cabeza hasta el suelo y lo primero que pensé fué, no tengo una maldita flor, ni siquiera una flor, para estas almas que están aquí.(me enojé conmigo mismo, ¿qué tonto venir a un lugar así y no tener una flor)
Inmediatamente sentí una mano en mi hombro, un hombre de unos 40 años me habló en Inglés "Sorry" me dijo y no entendí, "I`m German, and no have words for this..." PERDON , SOY ALEMAN Y NO TENGO PALABRAS PARA ÉSTO."Traté de reponerme, el hombre me ayudó a pararme y pedí ir a la camioneta, no aguanté mas, y en mi cabeza rondaba sólo un pensamiento, POR QUÉ?
Antes de partir nos tomamos todos de la mano, hicimos un minuto de silencio, y yo rezé un padre nuestro para mi interior.
Pense tantas cosas, hasta la llegada al hotel, en la camioneta se senía un silencio tan sagrado, tan respetuoso y profundo, que en lo que quedó del día y hasta hoy en día, esa visita cambió nuestras vidas.
Disculpen si alguien ya compartió una experiencia similar, pero quise expresar en pocas palabras la enorme impotencia que a uno le dá visitar un lugar así, y la sensación de congoja y tristeza.Y sobre todo respeto a esos miles y millones de ángeles que nos miran.
Gracias a todos.