Opiniones del general Hermann Balck
Publicado: Dom Sep 09, 2007 2:50 pm
¡Hola a todos!
La grabación de una entrevista realizada al general Balck el 13 de abril de 1979, hecha bajo contrato de los laboratorios Battelle Columbus, Ohio, EE. UU., fue traducida al papel en julio de 1979 por encargo de la misma compañía (al igual que otra anterior entrevista de 12 de enero de 1979).
Como en mi opinión, Balck estuvo entre los cinco mejores comandantes divisionales del Heer en la IIGM, me gustaría comentar algunos pasajes de la entrevista.
Sobre el teatro Oriental y el Ejército Rojo:
Pregunta: Cuando era comandante del Sexto Ejército en Bulgaria y Rumania, los alemanes aparentemente eran muy fuertes en divisiones blindadas pero débiles en infantería. En consecuencia, usted pudo conseguir victorias tácticas brillantes por medio de la maniobra casi a diario, pero no pudo retener el terreno. ¿Querría comentar la cuestión del equilibrio entre blindaje e infantería?
Respuesta: Creo que el equilibrio de las fuerzas de tiempo de paz era bastante bueno. Todo lo que necesitábamos hacer era mantenerlas en fuerza en guerra, ¡éste era el único pequeño problema!
P: ¿Tuvo este problema de equilibrio en Rusia?
R: El ruso es un caso único. Usted puede arriesgar cosas con los rusos que no podría arriesgar con ninguna otra potencia del mundo.
En Budapest ataqué a 45 divisiones rusas con unas 7/9 de mis divisiones. Funcionó perfectamente bien. Si hubiera tenido dos divisiones blindadas más, podía haber limpiado toda el área de Budapest. Pero Hitler nunca decidió debilitar un sector para tener una fuerza abrumadora en un punto decisivo.
El ruso es pasivo y de movimientos lentos, terriblemente lentos. Tiene usted que penetrar la psicología rusa. Entonces llega a conclusiones muy diferentes, incluyendo las tácticas. Cuando se enfrenta a los rusos, no puede sentarse y calcular si tiene muchas divisiones o armas o lo que no tiene. Esto es una completa tontería. Tiene que atacarlo inmediatamente y echarlo de su posición. No está preparado para esto.
Para tratar el enfoque ruso, tenemos que mirar no sólo la última guerra sino las anteriores. Podemos empezar con Carlos XII de Suecia. Derrotó a los rusos en Narva, los derrotó en todas partes. ¿Qué hicieron los rusos? Levantaron un ejército y entrenaron a sus comandantes y tropas para una guerra seria. Finalmente, alcanzaron el punto en que estuvieron a la altura de los suecos. Podían permitirse el tiempo para hacer esto porque tenían un montón de hombres y porque podían retirarse tan lejos como desearan. Nadie llegó jamás a Moscú sin pagar un alto precio.
En la Segunda Guerra Mundial la cosa fue más de lo mismo. Los rusos eran increíblemente lentos e incompetentes para emplear sus abrumadoras masas.
Así fue como sucedió en el río Chir en frente de Stalingrado cuando yo tenía la 11ª División Panzer. Los rusos tenían su 5º Ejército de Tanques bajo Koniev. Koniev lanzaría un cuerpo de tanques para intentar una ruptura. Daría las órdenes allí mismo, y luego se movería. De esta forma continuaría el ataque. Naturalmente, cortó nuestras débiles defensas como una navaja la mantequilla. Luego se detendría el ataque; los rusos no sabían qué hacer a continuación. Usted tenía que esperar este momento y entonces contraatacarlos inmediatamente. En un parpadeo serían destruidos. Mientras tanto, Koniev movería el siguiente cuerpo. El mismo juego otra vez. Ataque, etc. Luego acabarían eliminados.
De esta guisa, con una división deshice finalmente todo el 5º Ejército de Tanques. Era posible hacer esto solamente porque los rusos no habían entrenado todavía a sus comandantes. Al año siguiente mejoraron sus comandantes. Fueron mejor seleccionados y recibieron más entrenamiento y experiencia. Eso hizo que las cosas fueran mucho más difíciles para nosotros.
Sobre los americanos:
P: ….Como comandante de un grupo de ejércitos en el Frente Occidental, ¿cuál fue su experiencia al enfrentarse a unidades americanas?
R: Dentro de mi zona. Los americanos jamás ni una vez explotaron un éxito. A menudo von Mellenthin, mi jefe de estado mayor, y yo estábamos en frente del mapa y decíamos: “Patton nos está ayudando; fracasa en explotar otro éxito”.
Sobre el mariscal de campo Model:
P: ¿Cómo compararía el enfoque de liderazgo de Model con el de Manstein o Manteuffel?
R: ¿Sabe usted que tuve un encuentro con Model donde le pedí que cambiara porque sus técnicas de mando eran erradas? Por supuesto, era un hombre muy enérgico y tuvo algunos éxitos notables. Sin embargo, su enfoque consistía principalmente en mentalizar a la gente para resistir y construir fortificaciones dondequiera que pensara que alguien podía atacar. Su posición de enfoque defensivo era completamente opuesta a mis ideas sobre defensa móvil. Si tengo seis batallones de infantería blindada, no los clavo en la línea defensiva. Los mantendré en reserva y, cuando el enemigo ataque, usaré mis reservas móviles para echarlo fuera.
Tuve una riña terrible con Model. Le dije: “No funciona a su manera. Las tropas son buenas. Casi siempre se han comportando como se esperaba y continuarán haciéndolo así. Pero si usted los aprieta y altera constantemente, sus nervios acabarán por romper”. Lo más grave era que Model siempre estaba contradiciéndose. Hoy decía a sus tropas que todo estaba bien; mañana lo contrario. Carecía de la calma y estabilidad que necesitaban las tropas.
Model escuchó todo lo que le dije. Ambos expresamos nuestras opiniones, chocamos nuestras manos y regresamos a casa. Nunca nos vimos de nuevo. Pero cada vez que conseguía un nuevo nombramiento, él era uno de los primeros en felicitarme. Era una de las grandes tradiciones militares prusianas; te expresabas sin rodeos, pero se esperaba que nunca te molestara una crítica franca.
Cuestiones sobre las tropas alemanas (bajo su mando):
P: ¿Cómo controlaba la tendencia natural de las unidades a exagerar los informes de pérdidas enemigas?
R: Siempre investigué directamente esos informes. Podía llegar al lugar de los hechos y decir: “De acuerdo, muéstrenme dónde están los 1.100 muertos, y nosotros los contaremos. Al final resultaba que podía haber 50.
Pero mucho más difícil y más grave es el asunto de reportar sobre la distribución de combustible. En una ocasión había conseguido un nuevo jefe de estado mayor divisional. Asistía a la reunión de mis comandantes y se quejaba de que todos los informes de combustible estaban siendo falsificados. Lo interrumpí y le dije: “Por favor, tranquilícese. Cuando el regimiento de tanques reporta que no tiene absolutamente gasolina alguna y que no puede moverse, yo sé que le queda precisamente 3 horas de combate y 50 kilómetros de movimiento. Cuando el batallón de ingenieros reporta que no les queda gasolina, sé que están diciendo justamente eso. Nos cuesta un montón de esfuerzo calcular esta tabla de factores de corrección, por favor no lo estropee. Manténgase trabajando de la forma que lo venimos haciendo hasta ahora. Sabemos perfectamente quién está mintiendo y quién no, y usaremos eso para dividir nuestro combustible”.
Por último, sobre el trato familiar con las tropas, Balck cuenta la siguiente anécdota:
[Una vez me dijo (von Mellenthin) que yo estaba frecuentando y desayunando con las tropas demasiado a menudo. Dije: “Venga conmigo mañana y le mostraré algo”. Fuimos a vanguardia, tuvimos un encuentro con algunos oficiales de línea de frente, preguntamos nuestras cuestiones sobre algunos asuntos relevantes y obtuvimos algunas respuestas. Luego dije a los oficiales: “Vayamos a almorzar juntos”. Durante el almuerzo les preguntamos las mismas cuestiones y salieron a la luz hechos completamente diferentes. Le dije a von Mellenthin: “¿Ve usted por qué como con mi gente tan a menudo? No porque cocinen bien, sino porque así es cómo descubro la verdad”.]
Saludos cordiales
José Luis
La grabación de una entrevista realizada al general Balck el 13 de abril de 1979, hecha bajo contrato de los laboratorios Battelle Columbus, Ohio, EE. UU., fue traducida al papel en julio de 1979 por encargo de la misma compañía (al igual que otra anterior entrevista de 12 de enero de 1979).
Como en mi opinión, Balck estuvo entre los cinco mejores comandantes divisionales del Heer en la IIGM, me gustaría comentar algunos pasajes de la entrevista.
Sobre el teatro Oriental y el Ejército Rojo:
Pregunta: Cuando era comandante del Sexto Ejército en Bulgaria y Rumania, los alemanes aparentemente eran muy fuertes en divisiones blindadas pero débiles en infantería. En consecuencia, usted pudo conseguir victorias tácticas brillantes por medio de la maniobra casi a diario, pero no pudo retener el terreno. ¿Querría comentar la cuestión del equilibrio entre blindaje e infantería?
Respuesta: Creo que el equilibrio de las fuerzas de tiempo de paz era bastante bueno. Todo lo que necesitábamos hacer era mantenerlas en fuerza en guerra, ¡éste era el único pequeño problema!
P: ¿Tuvo este problema de equilibrio en Rusia?
R: El ruso es un caso único. Usted puede arriesgar cosas con los rusos que no podría arriesgar con ninguna otra potencia del mundo.
En Budapest ataqué a 45 divisiones rusas con unas 7/9 de mis divisiones. Funcionó perfectamente bien. Si hubiera tenido dos divisiones blindadas más, podía haber limpiado toda el área de Budapest. Pero Hitler nunca decidió debilitar un sector para tener una fuerza abrumadora en un punto decisivo.
El ruso es pasivo y de movimientos lentos, terriblemente lentos. Tiene usted que penetrar la psicología rusa. Entonces llega a conclusiones muy diferentes, incluyendo las tácticas. Cuando se enfrenta a los rusos, no puede sentarse y calcular si tiene muchas divisiones o armas o lo que no tiene. Esto es una completa tontería. Tiene que atacarlo inmediatamente y echarlo de su posición. No está preparado para esto.
Para tratar el enfoque ruso, tenemos que mirar no sólo la última guerra sino las anteriores. Podemos empezar con Carlos XII de Suecia. Derrotó a los rusos en Narva, los derrotó en todas partes. ¿Qué hicieron los rusos? Levantaron un ejército y entrenaron a sus comandantes y tropas para una guerra seria. Finalmente, alcanzaron el punto en que estuvieron a la altura de los suecos. Podían permitirse el tiempo para hacer esto porque tenían un montón de hombres y porque podían retirarse tan lejos como desearan. Nadie llegó jamás a Moscú sin pagar un alto precio.
En la Segunda Guerra Mundial la cosa fue más de lo mismo. Los rusos eran increíblemente lentos e incompetentes para emplear sus abrumadoras masas.
Así fue como sucedió en el río Chir en frente de Stalingrado cuando yo tenía la 11ª División Panzer. Los rusos tenían su 5º Ejército de Tanques bajo Koniev. Koniev lanzaría un cuerpo de tanques para intentar una ruptura. Daría las órdenes allí mismo, y luego se movería. De esta forma continuaría el ataque. Naturalmente, cortó nuestras débiles defensas como una navaja la mantequilla. Luego se detendría el ataque; los rusos no sabían qué hacer a continuación. Usted tenía que esperar este momento y entonces contraatacarlos inmediatamente. En un parpadeo serían destruidos. Mientras tanto, Koniev movería el siguiente cuerpo. El mismo juego otra vez. Ataque, etc. Luego acabarían eliminados.
De esta guisa, con una división deshice finalmente todo el 5º Ejército de Tanques. Era posible hacer esto solamente porque los rusos no habían entrenado todavía a sus comandantes. Al año siguiente mejoraron sus comandantes. Fueron mejor seleccionados y recibieron más entrenamiento y experiencia. Eso hizo que las cosas fueran mucho más difíciles para nosotros.
Sobre los americanos:
P: ….Como comandante de un grupo de ejércitos en el Frente Occidental, ¿cuál fue su experiencia al enfrentarse a unidades americanas?
R: Dentro de mi zona. Los americanos jamás ni una vez explotaron un éxito. A menudo von Mellenthin, mi jefe de estado mayor, y yo estábamos en frente del mapa y decíamos: “Patton nos está ayudando; fracasa en explotar otro éxito”.
Sobre el mariscal de campo Model:
P: ¿Cómo compararía el enfoque de liderazgo de Model con el de Manstein o Manteuffel?
R: ¿Sabe usted que tuve un encuentro con Model donde le pedí que cambiara porque sus técnicas de mando eran erradas? Por supuesto, era un hombre muy enérgico y tuvo algunos éxitos notables. Sin embargo, su enfoque consistía principalmente en mentalizar a la gente para resistir y construir fortificaciones dondequiera que pensara que alguien podía atacar. Su posición de enfoque defensivo era completamente opuesta a mis ideas sobre defensa móvil. Si tengo seis batallones de infantería blindada, no los clavo en la línea defensiva. Los mantendré en reserva y, cuando el enemigo ataque, usaré mis reservas móviles para echarlo fuera.
Tuve una riña terrible con Model. Le dije: “No funciona a su manera. Las tropas son buenas. Casi siempre se han comportando como se esperaba y continuarán haciéndolo así. Pero si usted los aprieta y altera constantemente, sus nervios acabarán por romper”. Lo más grave era que Model siempre estaba contradiciéndose. Hoy decía a sus tropas que todo estaba bien; mañana lo contrario. Carecía de la calma y estabilidad que necesitaban las tropas.
Model escuchó todo lo que le dije. Ambos expresamos nuestras opiniones, chocamos nuestras manos y regresamos a casa. Nunca nos vimos de nuevo. Pero cada vez que conseguía un nuevo nombramiento, él era uno de los primeros en felicitarme. Era una de las grandes tradiciones militares prusianas; te expresabas sin rodeos, pero se esperaba que nunca te molestara una crítica franca.
Cuestiones sobre las tropas alemanas (bajo su mando):
P: ¿Cómo controlaba la tendencia natural de las unidades a exagerar los informes de pérdidas enemigas?
R: Siempre investigué directamente esos informes. Podía llegar al lugar de los hechos y decir: “De acuerdo, muéstrenme dónde están los 1.100 muertos, y nosotros los contaremos. Al final resultaba que podía haber 50.
Pero mucho más difícil y más grave es el asunto de reportar sobre la distribución de combustible. En una ocasión había conseguido un nuevo jefe de estado mayor divisional. Asistía a la reunión de mis comandantes y se quejaba de que todos los informes de combustible estaban siendo falsificados. Lo interrumpí y le dije: “Por favor, tranquilícese. Cuando el regimiento de tanques reporta que no tiene absolutamente gasolina alguna y que no puede moverse, yo sé que le queda precisamente 3 horas de combate y 50 kilómetros de movimiento. Cuando el batallón de ingenieros reporta que no les queda gasolina, sé que están diciendo justamente eso. Nos cuesta un montón de esfuerzo calcular esta tabla de factores de corrección, por favor no lo estropee. Manténgase trabajando de la forma que lo venimos haciendo hasta ahora. Sabemos perfectamente quién está mintiendo y quién no, y usaremos eso para dividir nuestro combustible”.
Por último, sobre el trato familiar con las tropas, Balck cuenta la siguiente anécdota:
[Una vez me dijo (von Mellenthin) que yo estaba frecuentando y desayunando con las tropas demasiado a menudo. Dije: “Venga conmigo mañana y le mostraré algo”. Fuimos a vanguardia, tuvimos un encuentro con algunos oficiales de línea de frente, preguntamos nuestras cuestiones sobre algunos asuntos relevantes y obtuvimos algunas respuestas. Luego dije a los oficiales: “Vayamos a almorzar juntos”. Durante el almuerzo les preguntamos las mismas cuestiones y salieron a la luz hechos completamente diferentes. Le dije a von Mellenthin: “¿Ve usted por qué como con mi gente tan a menudo? No porque cocinen bien, sino porque así es cómo descubro la verdad”.]
Saludos cordiales
José Luis