Crimen inglés con los rusos anticomunistas

Los juicios de Núremberg, las nuevas fronteras

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gustav
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Crimen inglés con los rusos anticomunistas

Mensaje por gustav » Jue Feb 14, 2008 8:36 pm

En 1944, el ministro de Asuntos Exteriores británico Sir Robert Anthony Eden (1897-1977) — posteriormente Lord Avon y primer ministro de 1955 a 1957 —, rodeado por un entorno "izquierdista", consigue, tras repetidos esfuerzos, convencer al jefe del gobierno de coalición de la época de la guerra, entre 1940 y 1945, Winston Churchill (1874-1965) de la oportunidad de repatriar a todos los ciudadanos soviéticos instalados en Occidente. A partir del mes de septiembre la política de las repatriaciones se convierte en la línea oficial. En octubre, Churchill, Eden, Stalin y el ministro de Asuntos Exteriores soviético Vyaceslav Mihajlovic Skrjabin alias Molotov (1890-1986) se reúnen en Moscú y llegan a un acuerdo sobre las repatriaciones, incluso forzadas, de los prisioneros mucho antes de la reunión de Yalta, en Crimea, desarrollada entre el 4 y el 11 de febrero de 1945, que resulto ser pues sólo una ratificación de lo que ya se había acordado: serían devueltos cerca de 2.750.000 personas, en gran parte contra su voluntad, a cambio de una vaga promesa de restitución, por parte soviética, de prisioneros de guerra aliados. La última operación de repatriación forzada de ciudadanos soviéticos llevada a cabo por los Aliados (preparada por el traslado de los prisioneros a territorio italiano) fue denominada Eastwind y se inició el 2 de abril de 1947, mientras que con la Operación Highjump fueron devueltos a Josip Broz alias Tito (1892-1980) eslavos meridionales anticomunistas, también prisioneros.



3. EL holocausto de los cosacos anticomunistas

En este panorama se encuadran las vicisitudes de los cosacos y de los caucásicos — militares y civiles — que se rindieron en Austria al ejército británico el 9 de mayo de 1945, después de haber estado varios meses en Carnia, habiendo sido mandados allí por los jefes del Tercer Reich para constituir un "territorio cosaco en la Italia septentrional", en el ámbito de un "territorio costero adriático" que comprendía tierras itálicas, austriacas y eslavas. Los combatientes fueron encuadrados principalmente en el 15° Cuerpo de Caballería del general alemán Helmut von Pannwitz (aunque los soviéticos afirmaron falsamente de él que era "oficial de las SS", se trataba de una persona bien poco proclive a la ideología nacionalsocialista) empleado militarmente por la alta jefatura alemana en los territorios eslavos del Sur contra los partisanos titistas, pero nunca sustancialmente en la guerra antisoviética sobre suelo patrio, tal y como habrían deseado. Después de la derrota del Tercer Reich, esperaron por parte aliada una continuación de la guerra en sentido anticomunista. Confiados en la amistad con Londres, que databa de los tiempos de la Guerra Civil rusa, los cosacos se fiaron de los vencedores. Entre ellos había también numerosos miembros de la emigración blanca, o sea, sujetos ajenos al acuerdo de repatriación al no ser ciudadanos soviéticos: viejos combatientes de la Guerra Civil y atamanes famosos como el general Pëtr Nikolaevic Krasnov (1869-1947) de los cosacos del Don, que habían regresado para combatir la gran guerra patriótica. Mientras el 12 de mayo, en Bohemia, los soviéticos capturaron a Vlasov, en Austria, a partir del 1 de junio todos los prisioneros — combatientes, hombres, mujeres, viejos y niños empujados como animales sobre carromatos — fueron entregados a los soviéticos por la fuerza y a través de engaños: fueron decenas los episodios horripilantes en los campos de los alrededores de Lienz, Oberdrauburg, Feldkirchen, Althofen y Neumarkt, y los suicidios colectivos en el agua del río Drava. Los oficiales les precedieron en varios días: el 29 de mayo se les convence de una inexistente conferencia sobre su futuro y son ofrecidos a los soviéticos en la pequeña ciudad austríaca de Judenburg. Quien no fue fusilado o ahorcado fue internado en el GULag, puesto que — según Stalin — el prisionero de guerra es un traidor, peligroso pues "ha visto el Occidente", aunque sólo lo haya visto desde dentro de un lager nacionalsocialista. Entre los oficiales encontrará la muerte también el general von Pannwitz, que quiso compartir el destino de sus hombres y de los otros oficiales superiores cosacos, a pesar de que le hubiera sido fácil escapar a tal suerte declarándose alemán y permaneciendo así con los Aliados, gozando del tratamiento reservado por la Convención de Ginebra a los prisioneros de guerra, que por otra parte, nunca fue firmada por Stalin y no valía para los ciudadanos soviéticos caídos en manos enemigas. Pravda anunció el proceso y la ejecución de los oficiales cosacos el 17 de enero de 1947, año que se asume como el de su muerte.
Fuente: www.alleanzacattolica.org
A propósito, el general Helmut von Pannwitz, (oficial de caballería) fue el comandante de las fuerzas cosacas que pelearon contra Stalin, era sumamente querido por sus hombres. Cuando se dio cuenta que los ingleses entregaría a sus cosacos a Stalin, prefirió seguir la suerte de ellos a permanecer como prisionero de guerra alemán en manos inglesas, es decir a salvo. Esto se debió a que acabó la guerra aconsejó a los cosacos que se entregaran a los ingleses (en Austria) precisamente para eludir la muerte a manos de los rusos. Como estos los entregaron, prefirió por su propio honor seguir su suerte. Junto con toda la jerraquía de los oficiales cosacos fue ahorcado.
Gustav

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