Leyendo el libro "Genealogía de la moral" de Nietzche encontré un párrafo bastante interesante que bien Hitler podría haber tomado para escudarse y acabar con los judios:
...los judíos, ese pueblo sacerdotal, que no ha sabido tomar satisfacción de sus enemigos y dominadores mas que por una radical transvaloración de los valores propios de ello, es decir, por un acto de la más espiritual venganza. Esto es lo único que resultaba adecuado precisamente a un pueblo sacerdotal, al pueblo de la más refrenada ansia de venganza sacerdotal. Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir la identificación aristocrática de los valores (bueno-noble-poderoso-bello-feliz-amado de Dios) y han mantenido hasta con los dientes el odio más abismal (el odio que nace de la impotencia) esa inversión, a saber, "¡ los miserable son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes, son los únicos piadosos y los únicos benditos de Dios, solo para ellos existe la bienaventuranza. Y en cambio ustedes, los nobles y violentos, ustedes son, por toda la eternidad, los malvados, los crueles, los lascivos, los insociables, los ateos; y ustedes serán también, eternamente, los desventurados, los malditos y condenados!".
Se sabe quién ha recogido la herencia de esa transvaloración judía...A propósito de la iniciativa monstruosa y desmesuradamente funesta asumida por los judíos con esta declaración de guerra, la más radical de todas, recuerdo la frase que escribí en otra ocasión (Más allá del bien y el mal **), a saber, que con los judíos comienza la mortal rebelión de los esclavos, esa rebelión que tiene tras de si una historia bimilenaria y que hoy nosotros hemos perdido de vista tan sólo porque... ¡ha resultado vencedora!".
** Los judíos - un pueblo «nacido para la esclavitud», como dicen Tácito y todo el mundo antiguo, «el pueblo
elegido entre los pueblos», como dicen y creen ellos mismos - los judíos han llevado a efecto aquel prodigio
de inversión de los valores gracias al cual la vida en la tierra ha adquirido, para unos cuantos milenios,
un nuevo y peligroso atractivo: - sus profetas han fundido, reduciéndolas a una sola, las palabras «rico»,
«ateo», «malvado», «violento», «sensual», y han transformado por vez primera la palabra «mundo» en una
palabra infamante. En esa inversión de los valores (de la que forma parte el emplear la palabra «pobre»
como sinónimo de «santo» y «amigo») reside la importancia del pueblo judío: con él comienza la rebelión
de los esclavos en la moral.