Duda historikerstreit y debate goldhagen

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

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amf
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Duda historikerstreit y debate goldhagen

Mensaje por amf » Jue Dic 22, 2011 6:10 pm

¿En qué consisten, en qué se diferencian y que supusieron el Historikerstreit y el debate goldhagen?

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Paco Pepe
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Re: Duda historikerstreit y debate goldhagen

Mensaje por Paco Pepe » Vie Dic 23, 2011 3:56 pm

Hola,saludos a todos. Para intentar aportar algo de conocimiento sobre ambas controversias historiográficas voy a traducir a continuación lo que al respecto de las mismas nos explica el libro The Routledge Companion to Nazi Germany. Roderick Stackelberg. Routledge 2007, en su Parte I Nazi Germany in Historical Perspective (La Alemania Nazi en su perspectiva histórica), Capítulo 3 Historiography (Historiografía), bajo los epígrafes correspondientes: "Neo-Conservative historiography of the 1980s and the Historikerstreit" (Pag. 38 a 40) y "The Goldhagen controversy" (Pag. 45 y 46). Con la intención de no hacerlo demasiado pesado expondré la traducción en varias partes.


La historiografía neo-conservadora de los 80 y la Historikerstreit

La historiografía de la Alemania nazi inevitablemente reflejó el giro hacia la derecha en el clima político de finales de los años 70 y los 80 a raíz de una amplia reacción en contra de lo que mucha gente consideraba una excesiva inclinación hacia la izquierda a finales de los 60 y durante los años 70. La “nueva guerra fría” de los 80 desencadenada por las potencias occidentales tras la elección de los fervientes anti-comunistas Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en USA, encontró su eco historiográfico en la renovada influencia de interpretaciones más conservadoras del Nazismo y de esfuerzos renovados para minimizar su criminalidad o su importancia en la Historia de Alemania.

El furioso debate de 1986 entre los historiadores de la República Federal conocido como Historikerstreit ofrece un notable ejemplo de cómo las inquietudes políticas pueden afectar a las interpretaciones históricas. No es coincidencia que este debate acerca de la apropiada interpretación del Nazismo y las causas del Holocausto tuviera lugar en medio de una acalorada compaña electoral en la que el Canciller conservador Helmut Kohl había ganado la reelección por un estrecho margen, con la promesa de una defensa más resuelta en contra de los peligros del Comunismo soviético y de la Alemania Oriental de la que podía esperarse de la izquierda.

El veredicto de los historiadores profesionales es el de que la Historikerstreit aportó más calor que luz en cuestiones históricas y que contribuyó poco al estudio académico. Fue de forma primaria un conflicto político. Sin embargo debe ser incluido en cualquier estudio historiográfico por al menos tres razones: Primero, implicó a un amplio abanico de influyentes historiadores (y otras figuras públicas) de Alemania Occidental, casi exclusivamente de la generación nacida antes de la Segunda Guerra Mundial; segundo, proporcionó un importante estímulo para detalladas investigaciones empíricas del Holocausto en los años 90 y tercero, sirvió de ejemplo práctico de lo estrechamente vinculada que esta a menudo la interpretación histórica con la ideología política y como el estudio académico entra en conflicto con la memoria y la experiencia personal.

El historiador alemán Michael Stürmer, un portavoz líder de los conservadores en ascenso, admitió francamente la motivación política tras la reinterpretación conservadora del Nazismo: “El futuro está controlado por aquellos que determinan el contenido de la memoria, definen los conceptos e interpretan el pasado”. Stürmer creía que los alemanes occidentales no podían superar el desafío que planteaba el anti-Fascismo de la Alemania Oriental si continuaban trabajando bajo la carga de la culpabilidad por el pasado Nazi.

En el centro de la disputa estaban dos tesis adelantadas por el historiador Ernst Nolte, cuya reputación académica descansaba en su ampliamente alabado estudio de la ideología fascista en Francia, Italia y Alemania (Three Faces of Fascism. 1963). Paradójicamente este libro contribuyó a la nueva ola de interés en el Fascismo que desafiaba la teoría del totalitarismo, conductora ideológica de la Guerra Fría. Ahora más de 20 años más tarde, con la reacción conservadora contra la revuelta intelectual de los 60 en pleno apogeo, las publicaciones de Nolte ayudaron a revivir la teoría del totalitarismo, aunque esta vez con una importante y provocadora modificación. Nolte postulaba no sólo un paralelismo entre Fascismo y Comunismo, una vieja tesis con la que todos los seguidores de la teoría del totalitarismo podían estar más o menos de acuerdo, pero ahora también insistía en que el Comunismo había causado la reacción fascista y que había superado a este en capacidad de destrucción y criminalidad. Para Nolte, por lo tanto, el Comunismo tenía más responsabilidad por las atrocidades del Siglo XX que el Nacional Socialismo, que presentaba como una comprensible, aunque excesiva, reacción defensiva ante la mayor amenaza Comunista. De acuerdo con Nolte, el asesinato racial del Holocausto fue sin duda una desproporcionada, aunque no irracional, respuesta Nazi ante los asesinatos de clase del Gulag Soviético.

...Continua
Fuente: The Routledge Companion to Nazi Germany. Roderick Stackelberg. Routledge 2007

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En los más ilustres y gloriosos capitanes y emperadores del mundo, el estudio y la guerra han conservado la vecindad, y la arte militar se ha confederado con la lección. No ha desdeñado en tales ánimos la espada a la pluma. Docto símbolo de esta verdad es la saeta: con la pluma vuela el hierro que ha de herir.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

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Paco Pepe
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Re: Duda historikerstreit y debate goldhagen

Mensaje por Paco Pepe » Vie Dic 23, 2011 9:02 pm

Hola, saludos a todos. Seguimos.


Aunque Nolte negaba cualquier intención apologética, francamente admitía que su objetivo era “normalizar” el Nacional Socialismo y liberarlo de su estigma de criminalidad única. Pedía un final para la auto-flagelante, anti-nacional “historiografía pedagógica” de los 60 con su didáctica de izquierdas y su fijación obsesiva en la culpabilidad alemana.

El prominente filósofo social, liberal de izquierdas, Jürgen Habermas desenmascaró la motivación política que había detrás del revisionismo de Nolte. Las dianas de Nolte eran los feministas, pacifistas, anti-imperialistas e izquierdistas, quienes según Nolte tenían interés en mantener y manipular el estatus simbólico del Nazismo como mal absoluto con la intención de lograr sus objetivos políticos de izquierdas. Sorprendentemente Nolte encontró numerosos defensores entre los historiadores alemanes ansiosos por revertir la tendencia de izquierdas de los años 60 y 70. Entre estos estaban: Joachim Fest, Klaus Hildebrand, Andreas Hillgruber y Michael Stürmer. Fest, autor de una buena acogida biografía de Hitler [Disponible en español: Hitler Una Biografía. Editorial Planeta, 2005], apeló a una visión trágica de la historia, en la cual el Holocausto era sólo la más reciente de una larga secuencia de catástrofes históricas. Hildebrand elogió a Nolte por elevar cuestiones previamente reprimidas por el conformismo ideológico de los liberales de izquierda. El libro de Hillgruber, Zweierlei Untergang: Die Zerschlagung des Deutschen Reiches und das ende des Europäsischen Judemtums (1986), fue escrito desde una perspectiva comprensiva con los soldados alemanes que luchaban para contener el Ejército Rojo en 1945, a pesar del hecho que la prolongación de la guerra mantenía las factorías de la muerte en funcionamiento. Stürmer, por su parte, estaba preocupado por el hecho de que la carga de la culpabilidad alemana con respecto al Nazismo pudiera debilitar a occidente en la Guerra Fría.

El revisionismo de Nolte proporcionó un nuevo modelo a los apologistas conservadores. Mientras los conservadores anteriores sólo podían esperar salvar su reputación repudiando el Nazismo y negando cualquier conexión o relación entre su propia cosmovisión conservadora y el Nazismo, Nolte osadamente argumentaba que el Nazismo, a pesar de sus métodos extremos, fue redimido por su fundamentalmente constructivo y conservador objetivo de frustrar el Comunismo. Invirtiendo la imagen anti-Fascista de los comunistas y socialistas como primeras víctimas del Fascismo, presentaba a los conservadores y fascistas como víctimas de la izquierda y a los comunistas como los perpetradores originales de la violencia y la represión. Tras el colapso del Comunismo en 1991 Nolte pudo reclamar que su yuxtaposición positiva de Nazismo y Bolchevismo había sido confirmada por la historia.

Nolte permaneció aislado en un aspecto, incluso entre los muchos historiadores conservadores que se alzaron para defenderlo contra las mordaces críticas de los historiadores liberales, entre los que estaban. Hans y Wolfgang Mommsen, Eberhard Jäckel, Hans-Ulrich Wehler y Heinrich Winkler y el historiador marxista Reinhard Kühnl. Lo que inquietaba a los colegas conservadores de Nolte no era tanto su racionalización del Holocausto como una acción preventiva contra la amenaza del Comunismo, como su franca admisión de que el Fascismo era un movimiento de la burguesía nacional o incluso internacional en contra de la revolución de izquierdas. Esta era una concesión al análisis de clase marxista mayor de lo que muchos conservadores estaban dispuestos a hacer. Habían dado la bienvenida a la mitigación del estigma nacional que el revisionismo de Nolte parecía prometer, pero se negaban a mantener la responsabilidad de la burguesía por el Nazismo, según implicaba la descripción de Nolte del Nazismo como reacción burguesa al Comunismo. Muchos de los jóvenes historiadores de la Nueva Derecha Alemana, el más prominente quizás Rainer Zitelmann, preferían la antigua interpretación conservadora avanzada por Ritter, Meinecke y Rothfels inmediatamente después de la guerra. Estos historiadores conservadores habían subrayado la naturaleza populista y revolucionaria del Nazismo más que la elitista y conservadora, excusando así implícitamente a las clases educadas y culpabilizando a la izquierdista clase obrera.

...Continua
Fuente: The Routledge Companion to Nazi Germany. Roderick Stackelberg. Routledge 2007

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

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Re: Duda historikerstreit y debate goldhagen

Mensaje por Paco Pepe » Sab Dic 24, 2011 1:15 pm

Hola, saludos a todos. Seguimos (y última).


La Controversia Goldhagen

Acercamientos post-modernos a la historiografía del Nazismo y el Holocausto han sido particularmente controvertidos, debido a que el escepticismo en cuanto a “narrativas maestras”, la capacidad de construir la historia y la validez de cualquier perspectiva histórica única parecen socavar la posibilidad de una explicación definitiva de las causa de la mayor catástrofe del Siglo XX. El énfasis post-moderno en desarrollos más amplios en la civilización occidental como factores explicativos en la historia del Nazismo y el Holocausto parecen diluir la específica responsabilidad alemana por la catástrofe, que se deduce de interpretaciones más lineales estilo Sonderweg.

El éxito de ventas de Daniel Goldhagen Hitler’s Willing Executioners (1996) [Disponible en español: Los verdugos voluntarios de Hitler. Taurus, 1998] puede ser leído como un reproche tanto a la negación de Ernst Nolte de la criminalidad única del Nazismo en la Historikerstreit, como a los acercamientos relativizadores post-modernos en general. Goldhagen atribuye el Holocausto exclusivamente a un pretendidamente único anti-semitismo “eliminacionista” alemán, que supuestamente formaba parte de la historia y la cultura alemanas durante siglos y que habría alcanzado su clímax durante el Nazismo.

El rechazo absoluto de Goldhagen a cualquier interpretación que pareciera disminuir la responsabilidad alemana específica por el Holocausto le conducía al extremo opuesto de un determinismo demasiado estrecho. Reconociendo el valor de sus descubrimientos empíricos sobre los campos de trabajo nazis, las marchas de la muerte en las últimas etapas de la guerra y la extendida complicidad de los alemanes corrientes, los críticos de Goldhagen rechazaban su explicación monocausal del Holocausto. La versión extrema de Goldhagen de un Sonderweg ideológico y cultural alemán fracasaba en explicar el mucho mayor predominio del anti-semitismo en el Imperio Ruso antes de la Primera Guerra Mundial o la, a veces, entusiasta participación de otras naciones y grupos étnicos en el Holocausto. También fracasaba en ofrecer una explicación convincente del exitoso ascenso al poder de los nazis tras la Primera Guerra Mundial. Como escribía el historiador americano Doris Bergen en una crítica: “Goldhagen dejaba de lado tanto a los perpetradores no alemanes como a los alemanes no perpetradores”.

Su fijación exclusiva en el anti-semitismo alemán le llevaba a simplificar demasiado la motivación del perpetrador, reduciéndola casi exclusivamente al odio a los judíos, rechazando los motivos de situación o contingencia enunciados por Christopher Browning en su libro Ordinary Men (1992) [Disponible en español: Aquellos hombres grises. Edhasa, 2002].
Sin embargo, la controversia Goldhagen condujo a una renovada y productiva investigación en los años 90, tanto en la motivación de los perpetradores como en la experiencia de las víctimas. Reforzó la conciencia pública en la especificidad del sufrimiento judío y enfatizó la importancia de la ideología para comprender el Holocausto.

La fijación de Goldhagen en un anti-semitismo alemán único, aunque mucho menos original de lo que él mismo pretendía, también rompió algunas de las restricciones impuestas por las políticas de la Guerra Fría en las interpretaciones del Tercer Reich. El interés occidental en contar con el apoyo de la República Federal Alemana para la OTAN, no compaginaba bien con la criminalización de los alemanes corrientes o con la carga de una sensación excesiva de culpabilidad respecto a su pasado. El mismo Goldhagen entendía este daño potencial a la unidad occidental, asegurando a sus lectores que el anti-semitismo endémico alemán no había sobrevivido más allá de 1945.

Irónicamente, con esta conservadora y hasta cierto punto inconsistente conclusión, Goldhagen contentó a la derecha nacionalista alemana mientras decepcionaba a los progresistas alemanes que habían dado la bienvenida al libro de Goldhagen por galvanizar a la opinión pública acerca de la responsabilidad alemana sobre las atrocidades nazis, fortaleciendo así el etos de la ciudadanía democrática en la República Federal.

Fin
Fuente: The Routledge Companion to Nazi Germany. Roderick Stackelberg. Routledge 2007

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

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