Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

La vida cotidiana en la Alemania del Reich

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Eckart
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Mensaje por Eckart » Jue Ene 12, 2006 7:54 am

Salida a colación tan ilustrativa y maestra cita del profesor Ian Kershaw, no os perdais el exquisito artículo del propio Kershaw que publicamos hace unos meses en la sección "Biblioteca". Allí hace una referencia a la estética del poder absoluto similar a la ya citada:
viewtopic.php?t=914

Un saludo.
Última edición por Eckart el Mié Sep 12, 2007 3:50 pm, editado 1 vez en total.
«El conocimiento es mejor que la ignorancia; la historia es mejor que el mito».
Ian Kershaw

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Mateo F.E. Baleares
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Mensaje por Mateo F.E. Baleares » Mié Sep 12, 2007 2:49 pm

Este debate es el típico de cualquiera que nos gusta eso de la Segunda Guerra Mundial.

ALEMANIA PROS.

1.- Me fascinan sus uniformes, su organización, sus desfiles, su grado de sometimiento al "Jefe" sin más.

2.- Su tecnología avanzada a su época, sus ingenios militares, sus estrategias avanzadas también a lo que existía en sus rivales bélicos.

3.- Destacar su aviación, submarinos, sus Panzer Division, merecen que en el espacio de 6 años pasen de 0 a todo.

ALEMANIA CONTRAS.

1.- La shoah.

2.- Todo el exterminio contra todos los "Pueblos inferiores" según ellos.

3.- Su desprecio por todo lo que no fuera ario.

4.- Su falta absoluta de transcendencia en los valores superiores del ser humano.

CONCLUSIONES.

Yo soy un enamorado de la historia del Reich, aunque para nada esté a favor de nada de sus numerosas barbaridades por ellos cometidas que merecen mi completo desprecio, esperando solamente que Dios Todopoderoso se apiade de ellos en el cielo, si eso es posible, porque como cristiano no puedo desear el mal ajeno.

Se puede ser un seguidor del Reich alemán sin tener que compartir absolutamente todo lo que hicieron.
ImagenImagen

Nos llamarán visionarios. Aceptemos en la seguridad de que tenemos clara la visión de la España que queremos (José Antonio Primo de Rivera). Ojalá sea la mía la última sangre que se vierta en disputas civiles en España 20-11-1936 (José Antonio Primo de Rivera).

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leytekursk
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Mensaje por leytekursk » Mié Sep 12, 2007 8:12 pm

Personalmente, no participo de esa atracción por la Alemania nazi. Quizá el haber vivido 16 años de una dictadura fascista me ha privado los sentidos de percibir tal encanto..

Muy en boga actualmente en literatura está el género de las dístopías, algo parecido a los What if de los foros de historia. En este tópico, un grupo de escritores cometieron una serie de relatos cuya dominante es la idea de una Alemania victoriosa en la 2GM.
Estos relatos se publicaron en el libro “Hitler Victorioso”. Los relatos son en general olvidables pero la introducción al tema que hace Norman Spinrad es notable. Reproduzco a continuación gran parte de esta introducción, en donde se analiza en detalle la fascinación que ejerce aún hoy en día, la Alemania nazi.



“…Hace veinte años vi una tienda que vendía parafernalia nazi nada menos que en Ciudad de México. Y, más o menos en la época en que se publicó El sueño de hierro, Ballantine Books estaba teniendo un buen éxito con una serie de libros de bolsillo profusamente ilustrados sobre temas tales como uniformes de las SS y aeroplanos nazis de la Segunda Guerra Mundial. Mel Brooks es casi incapaz de hacer una película que no incluya alguna personificación de Hitler. Las pandillas de motoristas fuera de la ley llevan tiempo adornándose con atuendos pseudonazis. Tanto las chaquetas negras de cuero de la década de 1950 como muchos estilos punk actuales deben su inspiración a la moda de las SS.
Incluso el rostro del propio Hitler se halla grabado más profundamente en la consciencia (o inconsciencia) del público que el de cualquier otro ser humano que haya vivido a lo largo de toda la historia. Un óvalo vacío, la curva de un flequillo en cualquiera de los dos cuadrantes superiores, un bigote a lo Charles Chaplin, y todos sabemos quién es, ¿no?
Lo que no sabemos es cómo y por qué.
De acuerdo, Adolf Hitler fue uno de los más grandes asesinos de masas de la historia, pero Josef Stalin no se quedó a la zaga en lo que respecta a la policía secreta, campos de concentración y exterminios en masa. Como tampoco Torquemada, Atila el huno o Pol Pot se quedan mucho más abajo en la galería de monstruos históricos cuando los medimos por el número de víctimas.
Pero Adolf Hitler, de alguna manera elusiva, se halla a la cabeza de todos como el arquetipo del mal humano, y quizá como algo más incluso, puesto que hay una extraña cualidad ambigua en parte de su literatura, una complicada fascinación con, me atrevería a decir, algunas virtudes nazis.
¿Virtudes nazis?
Durante la crisis de los rehenes en Beirut, un negociador profesional llamado Herb Cohén destacó un hecho revelador: «Nadie está loco para sí mismo, no importa lo loco que pueda parecerle a usted». No parece probable que Hitler hiciera el mal a conciencia, o que el pueblo alemán le siguiera de una forma tan fanática porque estuviera consumido por el ansia autoconsciente de ser malvado. Hitler llegó al poder en una nación derrotada y humillada cuya economía se había colapsado en el desempleo masivo y una inflación desbocada. Al cabo de cinco años la moneda estaba estabilizada, la economía crecía vertiginosamente, Alemania era un líder mundial en tecnología, y el orgullo y la autoconfianza nacionales habían alcanzado el punto de la absoluta manía.
¿Cómo consiguieron esto Hitler y los nazis?
Leni Riefenstahl lo expresó de una manera perfecta en el título de un filme de propaganda que formó parte del proceso en sí y que constituye una auténtica obra maestra. Me refiero, naturalmente, a El triunfo de la voluntad.
Adolf Hitler, al parecer, fue un hombre que jamás tuvo la menor duda, y un hombre capaz de proyectar esta certidumbre tanto a sus subordinados como a las masas. A mediados de la década de 1930, por ejemplo, ordenó al doctor Ferdinand Porsche que diseñara lo que iba a convertirse en el Volkswagen, con motor trasero refrigerado por aire porque, proclamó, deseaba un coche para las masas que pudiera resistir el invierno en las grandes autopistas que planeaba construir en Rusia después de conquistarla. Incluso en las postrimerías en el bunker, con los complots como los de Himmler, Goering, Goebeels y compañía arremolinándose alrededor, ninguno de los conspiradores planeó en algún momento el derribo de der Führer; todos seguían planeando conseguir sus favores.
Éste era el corazón de la «ideología» nazi, el Führerprincip: una obediencia y una lealtad totales, y una confianza total en un líder heroico, de hecho divino, que era la mística Voluntad de la Nación encarnada. «Deutschland ist Hitler, Hitler ist Deutschland.»
Dada esta identificación del Führer y del Reich, proezas que parecen desafiar política y económicamente los límites de lo posible pueden realizarse sin problemas con una eficiencia absolutamente despiadada. La inflación puede ser dominada fijando un valor arbitrario a la moneda y reforzándolo con el poder de la policía del Estado totalitario. Un desarrollo masivo de las fuerzas armadas engulle todo el desempleo. Se halla un chivo expiatorio, se arrojan sobre él los problemas de la nación, y luego se le ejecuta ritualmente en las cámaras de gas.
Estamos tratando aquí con una especie de magia, no con una ideología. Hitler se envolvió deliberadamente con el manto de Fausto, de Siegfried, de Carlomango (aka Karl der Gröbe), y lo hizo todo con música de Wagner. En alemán, la svástica es la Hakenkreuz, la «Cruz retorcida», emblema del Anticristo no como la némesis del Bien sino como la antítesis del degenerado culto cristiano del Santo Pobre Hombre, el antiguo héroe guerrero germano, el Mesías del Heldesleben de Sangre y Hierro.
En privado, e incluso indirectamente en público, Hitler y el círculo interior nazi eran profundamente anticristianos, bárbaros paganos que consideraban la piedad, el perdón y la humildad como vicios que minaban la voluntad de la gente. La única tierra que se suponía que heredarían los mansos era una fosa común.
Quizás el antisemitismo de los nazis fuera un compromiso frustrado con las realidades políticas, porque ni siquiera Hitler fue tan lejos como hasta atacar frontal–mente la religión de la Alemania profundamente cristiana, excepto a través de sus progenitores subrogados, es decir, los judíos.
Pero, en el corazón de sus corazones, los nazis aspiraban ciegamente a extirpar este extraño y afeminado culto no germano a la paz y reemplazarlo con una versión germánica del bushido, el Código del Honor del Guerrero, la narcisista autoadoración de una Raza Superior autocreada que se alzaría por sí misma a la divinidad a través de su voluntad de hierro, de una Herrenvolk de superhombres faustianos, destinados por genes y sangre no sólo a gobernar, sino a trascender de la propia evolución humana.
¿Quién puede negar honestamente que hay un poco del sueño nazi en cada uno de nosotros? Porque, muy profundamente enterrado bajo las capas civilizadas de nuestros espíritus, ¿no hay acaso un ego desencadenado? ¿Acaso no todos nosotros, a algún nivel, nos consideramos como el héroe secreto de la historia? ¿Acaso nuestra especie no busca trascender de la evolución natural a través de la ciencia y la tecnología? De hecho, tras romper las cadenas del planeta, conseguir el acceso a los fuegos secretos del átomo, y empezar a jugar con el propio código de la vida, ¿no nos hallamos ya a más de medio camino? El superego puede mirarse la punta de la nariz ante las presuntuosas ambiciones de Fausto, pero el ego se ve a sí mismo como un héroe. Consideremos que Satán, el arquetipo del ego orgulloso y maligno, es conocido también como Lucifer, el Conductor de la Luz, o, en un avatar anterior, Prometeo, que robó el fuego sagrado de los dioses y puso su destino en manos de los hombres.
Hitler, el místico pagano profundamente anticristiano, aficionado a la astrología, fan de Wagner, y pretendido superhéroe fáustico, sabía ciertamente todo esto a algún nivel, sino en esos términos. Y Hitler, el manipulador maestro de los medios de comunicación de su época, gastó ciertamente mucho tiempo, energías, dinero y atención elaborando sistemas de símbolos, ceremonias, esquemas de color, arquitectura, e incluso uniformes, que encajaran y capturaran la carga libidinosa encerrada en este interior nazi del ego.
Si el cristianismo es esencialmente un culto que refuerza las virtudes del superego de la humildad, la contención, la empatía y la caridad, entonces, en términos cristianos, el nazismo puede calificarse ciertamente como un culto satánico, que celebra virtudes (y pecados cristianos) tan egoístas como el orgullo, el poder, la venganza, la crueldad, la voluntad y, finalmente, el pecado central de Lucifer, el anhelo de trascender a la creación de Dios y conseguir para sí mismo la divinidad.
Resulta interesante constatar que tanto el cristianismo como el nazismo suprimen las expresiones naturales del impulso sexual con la finalidad de capturar sus energías para servir a sus propios fines. El cristianismo canaliza este impulso libidinoso embotellado hacia la liberación orgásmica y lo enfoca hacia sí mismo como el único camino hacia el auténtico éxtasis trascendente. El nazismo lo canaliza en un militarismo fetichista sexualmente cargado y en una violencia al servicio del Estado expansionista.
Así el francamente fálico saludo nazi, los ajustados uniformes negros de las SS, las calaveras plateadas, los dos rayos gemelos, el bárbaro esplendor de las antorchas, la incitante música marcial, la «División Licántropo» de las SS, el absolutamente obsesivo y retorcido satanismo de los sistemas de símbolos nazis, mientras los superhombres en sus atuendos negros y cromados alzan rígidamente sus brazos derechos y, con los culos prietos y el fuego ardiendo en sus ojos, avanzan a sodomizar al mundo.
Lo cual explica por qué, cuarenta años después de la muerte del nazismo como fuerza política o ideología coherente, personas sin una percepción histórica o sin la menor conexión con la cultura o las teorías del Tercer Reich, incluso judías, se sientan aún atraídas por el sistema de símbolos nazi, se sienten aún fascinadas por su difunto sumo sacerdote, Adolf Hitler.

Si alguna vez puede decirse que sólo ha existido una guerra, una guerra inevitable, y una guerra en la que las fuerzas de la Luz triunfaron clara y completamente sobre las fuerzas de la Oscuridad, ésa es la Segunda Guerra Mundial. Y, sin embargo...
Y, sin embargo, cuarenta años después del Armagedón, ¿nos hallamos en el Milenio?
Difícilmente. Una vez más, vemos al mundo polarizado entre dos campos armados, dos ideologías, dos sistemas de moralidad, y cada uno se considera el depositario de la virtud y la vanguardia de la evolución humana, y cada uno considera al otro «El Imperio del Mal». Irónicamente, estos dos campos fueron aliados contra los nazis, aunque fue el occidental el que, en un determinado momento, vio a la Alemania nazi como una fuerza que esgrimir contra la Unión Soviética, y aunque la Segunda Guerra Mundial empezó esencialmente con un pacto entre Hitler y Stalin para apoderarse de Polonia.
Además, ambos lados poseen ahora este poder fáustico definitivo en el que Adolf Hitler sólo pudo soñar, el poder de la vida y la muerte sobre la civilización, la raza humana, de hecho quizás incluso sobre la propia biosfera del planeta.
La Segunda Guerra Mundial fue una confrontación que a muchos de nosotros nos gustaría ahora contemplar. Si Hitler hubiera invadido Inglaterra en 1940, cuando estaba sola, en vez de atacar la Unión Soviética y abrir un Frente Oriental, si Japón no hubiera atacado Pearl Harbor, y arrastrado así a los Estados Unidos a la guerra, si el Tercer Reich hubiera resistido un par de años más, hasta disponer de ojivas de combate nucleares para los proyectiles balísticos intercontinentales que estaba desarrollando al final de la guerra...
¿Dónde estaríamos todos nosotros ahora?
¿Nos habríamos extinguido como civilización o incluso como especie, tras haber precipitado un invierno nuclear?
¿Hubiera evolucionado una Europa nazi o incluso un mundo nazi hacia un barbarismo neomedieval? ¿Hubiera evolucionado a una Pax Germánica que habría acarreado una paz forzada al mundo? ¿Ondearía ahora la bandera con la svástica en la Luna y Marte? ¿Se habrían apoderado Alemania y Japón de los Estados Unidos a lo largo del Mississippi? ¿Serían ahora Japón y los Estados Unidos islas aisladas en medio de un mar mundial nazi? O, décadas o siglos después de una victoria nazi, ¿volveríamos a estar empeñados como siempre en el juego de las naciones–Estado?”


Saludos…
Última edición por leytekursk el Sab Sep 15, 2007 1:10 am, editado 1 vez en total.

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Landzer
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el partido

Mensaje por Landzer » Mié Sep 12, 2007 11:35 pm

a mi en lo personal lo que mas me llama la atencion del Tercer Reich es como se llego al poder mediante el partido NSDAP
lo que mas me gusta es la historia del NSDAP de como se luchaba en las calles contra el comunismo unicamente las marchas de las SA y como fueron ganando poder en el reichstag
lo malo fue la persecucion de los Judios y la segunda guerra mundial
en tecnologia lo bueno los Panzers, los cascos alemanes, los Uboot asi como los misiles y lo mejor por cierto el Volkswagen Sedan o bettle o vocho o escarbajo
del cual soy un orgulloso dueño en el cual al subirme me pregunto todos los dias y si Hitler no ubiera tenido la idea de este carro y Porshe el apoyo y genio para crearlo y la vision de Heinz Nordhoff para venderlo
aun que era un auto totalmente ligado al nazismo y en el mundo fue el mas vendido hasta la fecha
lo malo las SS y los excesos
"Tengamos razón o no, tenemos que ganar. Y cuando hayamos ganado, ¿quién nos preguntará por el método? Adolf Hitler

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Cpt_Muller
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Mensaje por Cpt_Muller » Jue Sep 13, 2007 12:27 am

Hacia el tercer Reich no se puede sentir admiración,....que horror :shock: :shock: .
Otra cosa es que admires su maquinaria (tanques, aviones ,barcos, ect..) o admires algún genio militar: Rommel, Krestcmer, Hartmann, Rudel , ect y te sorprendas por las tacticas utilizadas para conquistar media Europa, pero ESO es una cosa y el tercer Reich de Hitler y demás chusma es OTRA. :evil:
Salutën
Una era de paz construye ciudades, una hora de guerra las destruye.
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Herman Hoth
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Mensaje por Herman Hoth » Jue Sep 13, 2007 12:59 pm

Mirando los "apodos" de los compañeros del foro, despues de revisar los 150 que mas mensajes tienen, sale la siguiente referencia:

Neutros: 74/150. (49,3%)
Alemanes: 56/150. (37,3%)
USA: 8/150. (5,3%).
Rusia: 7/150. (4,6%).
Japon: 5/150. (3,33%).

Creo que es bastante significativo, nadie comparte las ideas nazis, pero elige el bando germano, por estetica? por el armamento? no lo se.....

Un saludo.
"Nadie se queda atras, todos volvemos a casa".
"El tanque del comandante al frente, como guía a seguir".
"El dolor es temporal. El orgullo dura toda la vida."
"Cuando golpeas al enemigo lo haces con el puño, y no con los dedos".
¡Por España! ¡Desperta ferro!
es mi lema, triunfar o morir.!
[url=http://img109.imageshack.us/i/escudomoe.gif/][img]http://img109.imageshack.us/img109/8744/escudomoe.gif[/img][/url]

maximus

Mensaje por maximus » Jue Sep 13, 2007 6:23 pm

Mi pequeña aportación es bien modesta:

La atracción que sentimos por Hitler y el nazismo es la atracción que sentimos por la violencia.

Parece ser que algunos psicólogos se han tomado el trabajo de comprobar que la inmensa mayoría de los varones (y en este foro todos o casi todos lo somos) se sienten excitados al contemplar en el cine la escena de una violación.

El caso nazi no es el único. Los sacrificios humanos que practicaban los aztecas (que Hugh Thomas califica de "espectáculos magníficos" en su libro sobre la Historia de la conquista de México) también fascinan mucho más que la bien organizada -pero menos cruenta- civilización de los incas.

Por lo demás, Hollywood está encantado con Drácula y Hannibal Lecter.

Para mí, participar en este foro es una expiación.

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Álvaro
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Mensaje por Álvaro » Sab Sep 15, 2007 5:17 pm

También nos debemos dar cuenta de que somos hablantes del Español, europeos o sudamericanos y lo que más cerca nos queda es Alemania, si fuésemos chinos, por poner un ejemplo nos fijaríamos más en la guerra en el Pacífico, y Hitler, Mussolini, Stalin , Roosvelt y todos estos occidentales (unos más otros menos) nos quedarían muy lejos. Lo que gusta de Alemania creo yo, es que eran los mejores, los más fuertes, los más adelantados, que tocaron el cielo y cuando tenían casi toda Europa, se derrumbaron como nadie lo había hecho. Para mucha gente es el morbo de ver al más poderoso convertido en el más miserable.
…y ahora ellos estarán diciendo ¡***, es el Hijoputa de Patton otra vez!
Y sí, es el Hijoputa de Patton, que ha vuelto.
(George Smith Patton)

sensorama
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Mensaje por sensorama » Mar Dic 04, 2007 12:17 pm

Yo comencé a leer sobre la IIGM y el III Reich cuando tenía 15 años. Lo hice por casualidad al coger un grueso tomo que tenían mis padres. Y de todo lo que allí se decía ciertamente lo que más me llamó la atención fue Hitler y el III Reich. ¿Qué explicación tiene? Bueno, quizá porque siempre me gustaron más los malos. ¡Y porque los malos nunca ganan! Realmente es un fastidio. Yo siempre veía Mazinger Z esperando que el Dr.Infierno ganara. Bromas aparte... el fallecido Dr. Vallejo Najera en su libro "Locos Egregios" explicaba ya en los años 70 que millones de personas se dejaban llevar por la personalidad de Hitler sin ser nazis. Si Hitler atrae constantemente a la gente ¿cómo no iba a atraer a sus contemporáneos?

Creo que el tema es muy interesante y da para mucho. A saber:

- Personas que sin ser nazis admiran a Hitler y el III Reich y son entendidos de ese periodo de la historia.

- Personas que admiran a Hitler y el III Reich y no son entendidos de la historia.

- Personas que odian a Hitler conociendo la historia.

- Personas que odian a Hitler sin conocer la historia ( consideran a Hitler como el diablo en persona, que es quizá lo que se ha intentado transmitir desde 1945)

A partir de ahi tenemos un caldo de cultivo muy amplio. La gran cantidad de bibliografía existente no es un capricho de las editoriales. Corresponde a una demanda del público. Hitler vende. Cualquier cosa.

Lo realmente interesante es que personas de bien (entre las que me incluyo) sientan tanta atracción hacia Hitler. Yo puedo leer una biografia de Hitler tras otra sin cansarme. Y supongo que os ocurrirá a muchos, constantemente me preguntan si soy nazi. Ya casi ni respondo. Si reconozco que en ocasiones puede tratarse de una obsesión. Pero lo cierto es que muchas personas tienen distintas aficiones. La mia es esta.

Aunque también reconozco que más de uno dariamos lo que fuera por pasar una velada en un día cualquiera de la Alemania del III Reich.

Saludos

Encarnita
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Re: Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

Mensaje por Encarnita » Lun Dic 17, 2007 6:45 pm

¡¿Pero quien puede sentir admiracion por el psicopata de hitler?! :shock: POR DIOS!! ES DE HORROR!!!
Yo personalmente siento mas interes por el lado de las victimas, de lo que hacian por sobrevivir, de como vivieron ese dia a dia sinedo apartados y aniquilados por el tercer reich...¡¿Quien puede sentir admiracion por un asesino en serie?! De verdad me asusta mucho que estemos en un mundo asi.
Quien puede sentir morbo o sentirse bien viendo a esas personas muertas tiradas por el suelo? Es que se me pone la carne de gallina con solo pensarlo, es una locura...
A mi particularmente no me gusta nada la violencia, ni las bombas, ni nada que cause destruccion, ni siquiera sus trajes me gustan pues para mi representan el mal...
Quien sienta admiracion por los nazis tiene que ser muy frio...
Lei algunos articulos y respuestas, yo personalmente no siento ni una pizca de admiracion por los nazis, me repugnan...ni llevo un "pequeño nazi" dentro, pues pienso que todas las personas tenemos derecho a existir y nadie es mas que nadie...
No me gustan las tiranias ni la destruccion.
De la epoca del tercer reich puedo decir que me interesa lo que hicieron las victimas, sus estrategias. Tambien me interesan las personas que ayudaron de algun modo a estas vistimas...esas historias de humanidad entre tanto dolor, caos y muerte.

Mannerheim
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Mensaje por Mannerheim » Mar Dic 18, 2007 2:59 am

sensorama escribió: el fallecido Dr. Vallejo Najera en su libro "Locos Egregios" explicaba ya en los años 70 que millones de personas se dejaban llevar por la personalidad de Hitler sin ser nazis. Si Hitler atrae constantemente a la gente ¿cómo no iba a atraer a sus contemporáneos?
De hecho creo que ademas mencionaba el caso contrario, que si secuaces de Hitler que despues de la guerra habian tenido que huir y esconderse por decadas seguian en su mayoria seguian siendo nazis, a pesar de que el nazismo habia destrozado la mitad de sus vidas, como no iban a sentir las generaciones futuras, que no habian sido testigos directos, atraccion por Hitler y la Alemania nazi.
"Haga la guerra con todo el mundo, pero la paz con Inglaterra"

El duque de Alba a Felipe II

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Re: Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

Mensaje por Sila » Jue Dic 27, 2007 2:17 am

wilhelm heidkamp escribió: .

¿Qué tiene para que sucesivas generaciones de aficionados queden tan fascinados? ¿Por qué se ha convertido en un tema eterno que sobrevive a las modas y al paso de las décadas como si nada?
Es cierto, no deja de ser curioso. Debe haber cierto componente mórbido que nos obliga a mirar lo que tanta destrucción acarreó. (como cuando la gente se para para ver un accidente en las autopistas....por qué?...).
wilhelm heidkamp escribió: ¿Por qué capta tan rotundamente la atención y despierta la admiración de tantos? ¿Por qué se ha idealizado de tal forma a sus líderes y héroes, a sus unidades y equipos?
Creo que la respuesta es no sólo la admiración por sus logros militares.....Acordaros que en la guerra de las Malvinas todos íbamos con el ejército argentino (de un dictador despreciable, que llevó a la ruina a su país).

Además es una forma única de comprender, cómo se comparta el ser humano en situaciones extremas. La Wermacht paso de una euforia absoluta, incertidumbre, derrotas, caos, destrucción y aniquilamiento. Son muchos estados, que en un solo ejército se pueden analizar.
wilhelm heidkamp escribió:¿Por qué otros regímenes no han despertado semejante interés? ¿Por qué otros ejércitos (que además derrotaron a la Wehrmacht) no conllevan esa admiración?
Porque, seguramente haya sido el ejército más potente de la historia.....y fijaros para lo que se utilizó. Y las tremendas excentricidades de los jerarcas nazis, dio mucho juego a Holywood, yeso puede mucho, porque curiosamente películas de sus atrocidades no hay muchas.

Además señalar, que curiosamente las mejores películas que se han hecho han sido las que hablan del Eje, ejemplo; El submarino, El arpa de Birmania, El Puente, Cartas de Iwojima, Tora, tora, tora, etc...

Películas que narren con realismo y que de verdad emocionen, sobre el bando aliado hay pocas....ya el soldado Ryan....(es que a mí me aburrió). Todo esto influye.

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Re: Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

Mensaje por fallschirmjager » Jue Oct 09, 2008 3:19 am

¿porque creeis que aún hoy en día lo que más se vende es lo relacionado con esa epoca? yo personalmente dire que siempre me ha atraido ese tema desde bien pequeño, ya sea porque mi padre tiene libros de ello y asi empece a aficionarme y siempre sera asi.

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angel8386
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Re: Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

Mensaje por angel8386 » Jue Oct 09, 2008 4:27 am

A mi me parece fascinante la marcialidad de la Heer, y algo totalmente increible, como un pais devastado por la I guerra mundial pudiera haberle echo frente a tantos paises, tanta sangre alemana derramada desde las calientes arenas del desierto africano hasta las gelidas tierras noruegas!!! si eso no te impresiona, pues no se que!!
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von Neurath
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Re: Discusión: mitomanía y admiración hacia el Tercer Reich

Mensaje por von Neurath » Jue Oct 09, 2008 4:44 am

angel8386 escribió:A mi me parece fascinante la marcialidad de la Heer, y algo totalmente increible, como un pais devastado por la I guerra mundial pudiera haberle echo frente a tantos paises, tanta sangre alemana derramada desde las calientes arenas del desierto africano hasta las gelidas tierras noruegas!!! si eso no te impresiona, pues no se que!!
Saludos cordiales,

Soy admirador de la uniformidad alemana (militaria en general), y conciente con mucho respeto de los soldados de carrera a la vieja escuela prusiana del ejército alemán y otras fuerzas.
Sin embargo la sangre de alemanes derramada por su "propia culpa" no me impresiona , ahora lo que si me impresiona es los aproximadamente 6 millones de judíos muertos , además también los niños ,mujeres y hombres muertos de las naciones invadidas y todos los inocentes civiles victimas de ese conflicto.

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