La economía europea 1918 - 1939
Publicado: Vie Mar 20, 2009 1:56 am
LA SITUACIÓN GENERAL ECONÓMICA DE LA EUROPA DE ENTREGUERRAS
Una brevísima visión global de la situación económica de las principales potencias europeas entre 1.918 – 1.939
¡Hola a todos!
En tiempos como los actuales, en que los efectos de una crisis económica de proporciones casi desconocidas, ya están comenzando a sentirse en la práctica totalidad de los sectores productivos de las naciones occidentales vemos brotar como florecillas multitud de artículos publicados por los “astrólogos” de siempre, que tratan de explicarnos las causas de lo que hoy acontece, cargando la culpa sobre los hombros de quienes nos precedieron, y ofreciendo soluciones para un futuro maravilloso, pasando por alto lo más importante, el presente. Y lo cierto es que casi siempre debemos tratar de comprender qué está sucediendo hoy para poder encontrar el remedio a los errores de ayer.
No en pocas ocasiones hemos leído que una de las principales causas de la SGM y en particular, del ascenso de Hitler a la Cancillería del Reich en 1.933 fue la situación económica en que se encontraba Alemania tras las imposiciones del Tratado de Versalles, y el “puntillazo” que propinó a la maltrecha República de Weimar el colapso económico de 1.929, desarrollando desde estos dos puntos de partida teorías que a veces, si no la mayoría, quedan cojas, por lo que no llegan del todo a convencernos. Sin embargo, pocas veces nos hemos parado a reflexionar sobre el panorama económico europeo durante el período de gestación de la más terrible conflagración que hasta la fecha ha visto la humanidad, esto es, entre 1.918 y 1939; una reflexión previa y breve, pues mis conocimientos sobre la materia no dan para más, peros sí que global, a fin de poder entender qué estaba sucediendo en el intrincado mundo del mercado durante aquéllas fechas.
No se trata de buscar el culpable de todo ello en una u otra circunstancia, sino de contemplar panorama desde una perspectiva lo más global posible. Pienso, llegado este punto que en vez de tratar de culpar al mismísimo Oliver Cromwel del lento crecimiento económico británico durante el primer tercio del Siglo XX, como proponía Floud (1) , sería más sensato comenzar por analizar de cerca lo que, sucedió durante el período de entreguerras, que es lo que realmente nos interesa comprender, en lugar de volver a caer en los errores del pasado, cuando parece que toda la culpa de que la economía francesa no fuese bien en el siglo XX, la tenía la Revolución de 1.789. Porque esa clase de errores de enfoque, como achacar todos los males al Tratado de Versalles, nacidos de una visión miope y del prejuicio, que en los historiadores pueden ser solo risibles, adquieren perfiles dramáticos cuando comprobamos su influencia en los políticos, que acaban por creérselos sencillamente ( y aquí señalo con el dedo al mismísimo A. Hitler), porque lo que los historiadores académicos y otros que ni siquiera son historiadores, les han vendido son los propios prejuicios de estos políticos, pero legitimados por la historia.
Los políticos, lamentablemente, suelen ser gente mal formada y peor informada. Se ha hecho proverbial la ignorancia de los datos más elementales de geografía descriptiva por parte de los presidentes estadounidenses, y autores como Nicolson (2) nos han contado cómo vio a los “cuatro grandes” en Versalles en 1.919, “arrastrándose por el suelo, estudiando mapas y descubriendo lugares de los que nunca habían oído hablar” para tratar de trazar las nuevas fronteras de Europa. Pero no hay que ir tan lejos, Puedo recordar simplemente que el General Franco tenía unas concepciones personales y singularísimas acerca de la Historia. En una ocasión expresó que le gustaría borrar el siglo XIX, así de cuajo, de la historia de España. Como su capacidad de acción retroactiva era limitada, eso no resultaba peligroso; pero sí lo era que descubriese él solito, en 1.943, la teoría del “prototipo bienal teórico”, según la cual la evolución de la Segunda Guerra Mundial funcionaba en períodos alternados de dos años. De 1.939 a 1.941 habían ganado los alemanes; de 1.941 a 1.943 lo hicieron los aliados; ahora (y esto lo decía en 1.943) en consecuencia lógica, tocaba una tercera dase, de 1.943 a 1.945, en que volverían las victorias alemanas y , con ellas el triunfo final. Desde luego que, como base para orientar la política exterior española, lo del prototipo bienal era un tanto arriesgado. No obstante ya sabemos cómo se las gastaba el “chico” de El Ferrol quien, haciendo honor a su bella patria chica, bien daba una de cal mientras atizaba la de arena.
Y no cuento esto por hacer un chiste, sino para que podamos advertir cuán estrechamente asociados suelen presentarse los errores de enfoque de los economistas y los historiadores a la miopía de los políticos. Lo que quiere decir que, cuando se apoya su miopía, proporcionándoles argumentos para racionarla, quienes así lo hacen se convierten en responsables también de sus errores. Ya se que esto es lo que se pide a todos los que, bien en ejercicio de su profesión o, como es nuestro caso, por afición, y que quien pretende ejercer de crítico y nadar contra corriente suele ser mal acogido. Pero si nos dedicásemos a justificar todo lo que se hace como lo mejor que puede hacerse y, cuando cambia el viento, pegamos un bandazo y defendemos una línea de actuación contradictoria, el personal de a pie acabará por no hacer caso, ni a los profesionales ni, por supuesto, a nosotros mismos, los meros aficionados.
Continúa
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(1) Floud, R. http://en.wikipedia.org/wiki/Roderick_Floud" onclick="window.open(this.href);return false;
(2) Nicolson, H http://en.wikipedia.org/wiki/Harold_Nicolson" onclick="window.open(this.href);return false;
Bibliografía recomendada
Amén de los clásicos citados, y en particulr la obra de J.M Keynes, recomiendo la lectura de los siguientes tratados sobre la economía europea del período de entreguerras y en particular en referencia a las consecuencias económicas de Versalles, por ser más actuales:
Arthur Turner, The Cost of War: British Policy on French War Debts, 1918–1932 Brighton: Sussex Academic Press, 1998, ISBN 1-898723-37-0.
Patricia Clavin, The Great Depression in Europe, 1929–1939 Basingstoke: Macmillan/Palgrave 2000 ISBN 0-333-60681-7.
Karl Mayer, Zwischen Krise und Krieg. Frankreich in der Außenpolitik der United States zwischen Wirtschaftskrise und Zweitem Weltkrieg Stuttgart: Steiner, 1999 ISBN 3-515-07373-6.
Christoph Buchheim and Redvers Garside, eds., After the Slump. Industry and Politics in 1930s Britain and Germany New York and Frankfurt am Main: Peter Lang, 2000 ISBN 3-631-34912-2.
Philipp Heyde, Das Ende der Reparationen. Deutschland, Frankreich und der Youngplan 1929–1932. Paderborn: Schöningh, 1998 ISBN 3-506-77507-3.
Monika Rosengarten, Die Internationale Handelskammer. Wirtschaftspolitische Empfehlungen in der Zeit der Weltwirtschaftskrise 1929–1939 Berlin: Duncker & Humblot, 2001 ISBN 3-428-10411-0.
Una brevísima visión global de la situación económica de las principales potencias europeas entre 1.918 – 1.939
¡Hola a todos!
En tiempos como los actuales, en que los efectos de una crisis económica de proporciones casi desconocidas, ya están comenzando a sentirse en la práctica totalidad de los sectores productivos de las naciones occidentales vemos brotar como florecillas multitud de artículos publicados por los “astrólogos” de siempre, que tratan de explicarnos las causas de lo que hoy acontece, cargando la culpa sobre los hombros de quienes nos precedieron, y ofreciendo soluciones para un futuro maravilloso, pasando por alto lo más importante, el presente. Y lo cierto es que casi siempre debemos tratar de comprender qué está sucediendo hoy para poder encontrar el remedio a los errores de ayer.
No en pocas ocasiones hemos leído que una de las principales causas de la SGM y en particular, del ascenso de Hitler a la Cancillería del Reich en 1.933 fue la situación económica en que se encontraba Alemania tras las imposiciones del Tratado de Versalles, y el “puntillazo” que propinó a la maltrecha República de Weimar el colapso económico de 1.929, desarrollando desde estos dos puntos de partida teorías que a veces, si no la mayoría, quedan cojas, por lo que no llegan del todo a convencernos. Sin embargo, pocas veces nos hemos parado a reflexionar sobre el panorama económico europeo durante el período de gestación de la más terrible conflagración que hasta la fecha ha visto la humanidad, esto es, entre 1.918 y 1939; una reflexión previa y breve, pues mis conocimientos sobre la materia no dan para más, peros sí que global, a fin de poder entender qué estaba sucediendo en el intrincado mundo del mercado durante aquéllas fechas.
No se trata de buscar el culpable de todo ello en una u otra circunstancia, sino de contemplar panorama desde una perspectiva lo más global posible. Pienso, llegado este punto que en vez de tratar de culpar al mismísimo Oliver Cromwel del lento crecimiento económico británico durante el primer tercio del Siglo XX, como proponía Floud (1) , sería más sensato comenzar por analizar de cerca lo que, sucedió durante el período de entreguerras, que es lo que realmente nos interesa comprender, en lugar de volver a caer en los errores del pasado, cuando parece que toda la culpa de que la economía francesa no fuese bien en el siglo XX, la tenía la Revolución de 1.789. Porque esa clase de errores de enfoque, como achacar todos los males al Tratado de Versalles, nacidos de una visión miope y del prejuicio, que en los historiadores pueden ser solo risibles, adquieren perfiles dramáticos cuando comprobamos su influencia en los políticos, que acaban por creérselos sencillamente ( y aquí señalo con el dedo al mismísimo A. Hitler), porque lo que los historiadores académicos y otros que ni siquiera son historiadores, les han vendido son los propios prejuicios de estos políticos, pero legitimados por la historia.
Los políticos, lamentablemente, suelen ser gente mal formada y peor informada. Se ha hecho proverbial la ignorancia de los datos más elementales de geografía descriptiva por parte de los presidentes estadounidenses, y autores como Nicolson (2) nos han contado cómo vio a los “cuatro grandes” en Versalles en 1.919, “arrastrándose por el suelo, estudiando mapas y descubriendo lugares de los que nunca habían oído hablar” para tratar de trazar las nuevas fronteras de Europa. Pero no hay que ir tan lejos, Puedo recordar simplemente que el General Franco tenía unas concepciones personales y singularísimas acerca de la Historia. En una ocasión expresó que le gustaría borrar el siglo XIX, así de cuajo, de la historia de España. Como su capacidad de acción retroactiva era limitada, eso no resultaba peligroso; pero sí lo era que descubriese él solito, en 1.943, la teoría del “prototipo bienal teórico”, según la cual la evolución de la Segunda Guerra Mundial funcionaba en períodos alternados de dos años. De 1.939 a 1.941 habían ganado los alemanes; de 1.941 a 1.943 lo hicieron los aliados; ahora (y esto lo decía en 1.943) en consecuencia lógica, tocaba una tercera dase, de 1.943 a 1.945, en que volverían las victorias alemanas y , con ellas el triunfo final. Desde luego que, como base para orientar la política exterior española, lo del prototipo bienal era un tanto arriesgado. No obstante ya sabemos cómo se las gastaba el “chico” de El Ferrol quien, haciendo honor a su bella patria chica, bien daba una de cal mientras atizaba la de arena.
Y no cuento esto por hacer un chiste, sino para que podamos advertir cuán estrechamente asociados suelen presentarse los errores de enfoque de los economistas y los historiadores a la miopía de los políticos. Lo que quiere decir que, cuando se apoya su miopía, proporcionándoles argumentos para racionarla, quienes así lo hacen se convierten en responsables también de sus errores. Ya se que esto es lo que se pide a todos los que, bien en ejercicio de su profesión o, como es nuestro caso, por afición, y que quien pretende ejercer de crítico y nadar contra corriente suele ser mal acogido. Pero si nos dedicásemos a justificar todo lo que se hace como lo mejor que puede hacerse y, cuando cambia el viento, pegamos un bandazo y defendemos una línea de actuación contradictoria, el personal de a pie acabará por no hacer caso, ni a los profesionales ni, por supuesto, a nosotros mismos, los meros aficionados.
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(1) Floud, R. http://en.wikipedia.org/wiki/Roderick_Floud" onclick="window.open(this.href);return false;
(2) Nicolson, H http://en.wikipedia.org/wiki/Harold_Nicolson" onclick="window.open(this.href);return false;
Bibliografía recomendada
Amén de los clásicos citados, y en particulr la obra de J.M Keynes, recomiendo la lectura de los siguientes tratados sobre la economía europea del período de entreguerras y en particular en referencia a las consecuencias económicas de Versalles, por ser más actuales:
Arthur Turner, The Cost of War: British Policy on French War Debts, 1918–1932 Brighton: Sussex Academic Press, 1998, ISBN 1-898723-37-0.
Patricia Clavin, The Great Depression in Europe, 1929–1939 Basingstoke: Macmillan/Palgrave 2000 ISBN 0-333-60681-7.
Karl Mayer, Zwischen Krise und Krieg. Frankreich in der Außenpolitik der United States zwischen Wirtschaftskrise und Zweitem Weltkrieg Stuttgart: Steiner, 1999 ISBN 3-515-07373-6.
Christoph Buchheim and Redvers Garside, eds., After the Slump. Industry and Politics in 1930s Britain and Germany New York and Frankfurt am Main: Peter Lang, 2000 ISBN 3-631-34912-2.
Philipp Heyde, Das Ende der Reparationen. Deutschland, Frankreich und der Youngplan 1929–1932. Paderborn: Schöningh, 1998 ISBN 3-506-77507-3.
Monika Rosengarten, Die Internationale Handelskammer. Wirtschaftspolitische Empfehlungen in der Zeit der Weltwirtschaftskrise 1929–1939 Berlin: Duncker & Humblot, 2001 ISBN 3-428-10411-0.