¡Hola a todos!
Mannerheim escribió:
Después de fracasar en vencer a la URSS en 1941, al acabar el año las reservas de combustible alemanas se habían reducido a unas 900.000 toneladas, es decir, lo que se gastaba en un mes. A pesar de este dato, bajo la dirección de Speer, no se volvió a potenciar la producción de gasolinas sintéticas hasta que no quedo claro que no se iba a tomar Baku, como tu indicas. No se que les hacia ser mas optimistas en 1942 que en 1941 cuando ademas ya podían imaginarse que no iban a capturar las instalaciones intactas.
¡Hola, Mannerheim!
La Operación Barbarroja es el meollo de toda la guerra, el "
turning point" de la IIGM. Es necesario, pues, entender su verdadera razón de ser estratégica para comprender porqué su fracaso final suponía el fracaso alemán en la guerra. Había razones ideológicas (el "espacio vital" ya expuesto en
Mein Kampf) y políticas (la decisión británica de seguir en guerra y la incapacidad alemana para derrotarla directamente) en Hitler que podían explicar su decisión para la invasión de la URSS. Sin embargo, su "paranoia anti-judía" y su antigua obsesión por el "Lebensraum" no eran razones estratégicas prácticas suficientes en el verano-otoño de 1940 para invadir la URSS. Y tampoco iba a vencer, con absoluta certeza, la voluntad del gobierno británico de permanecer en la guerra derrotando a la Unión Soviética, por mucho que él mismo así lo justificara ante sus generales. Su verdadera razón era la amenaza de Estados Unidos.
La férrea voluntad de Churchill de seguir en la guerra en el verano de 1940 descansaba fundamentalmente en Roosevelt, quien ya en julio de 1940 había proyectado la producción anual de 50.000 aviones de combate de cara a su inevitable compromiso futuro en la guerra. Hasta que Estados Unidos no pudiese entrar en la guerra (tanto por razones políticas como por el estado de preparación de sus fuerzas), Roosevelt estaba dispuesto a mantener a Gran Bretaña en la guerra mediante el suministro de armamento de guerra. Hitler ya conocía esta situación en el verano de 1940 y sabía que, económicamente, Alemania no podía hacer frente al poderío anglonorteamericano en una guerra prolongada. Este fue el verdadero motivo por el que decidió abrir un segundo frente con su ataque a la URSS. Ahora necesitaba urgentemente ese "
Lebensraum" en el Este para hacer de Alemania una potencia autosuficiente en el terreno de las materias primas y poder, de esta forma, enfrentar una guerra continental. Por ello necesitaba derrotar a la URSS antes de que Estados Unidos pudiese desplegar su potencial ofensivo en Europa, momento que Hitler había calculado con gran acierto se daría entre 1942 y 1943. Hasta que Hitler no consiguiese vencer a la URSS, objetivo que esperaba conseguir en 1941, Alemania debía abstenerse completamente de provocar a Estados Unidos, o responder a sus provocaciones (que fueron muchas).
Lo anterior no quita para que Hitler estuviese firmemente convencido de que venciendo a la URSS, Gran Bretaña claudicaría o el gobierno Churchill sería destituido. E incluso pensaba que la victoria contra los soviéticos cortaría de raíz la intención de Roosevelt de entrar en la guerra (aquí, en la mente de Hitler, Japón jugaría su parte).
Estos eran los presupuestos en Hitler para la razón de ser estratégica de Barbarroja. Y los objetivos operacionales finales de la misma (Leningrado, Moscú y Rostov), supuestamente a conseguir en una campaña relámpago, serían suficientes, con las derrotas impuestas al Ejército Rojo por el camino, para derrumbar todo el sistema soviético. De esta forma, en una campaña planificada para un mínimo de 9 semanas y un máximo de 17 semanas, Alemania solventaría definitivamente su dependencia de materias primas primordiales que no tenía para soportar una guerra, caso de que GB continuase porfiando, contra el imperio anglonorteamericano.
Sin embargo, las dificultades sobrevenidas e inesperadas con el desarrollo operacional de Barbarroja hicieron ver a Hitler que su principal objetivo, derrotar a la URSS en 1941, estaba escapándosele de las manos. Smolensk fue el primer "
turning point" de Barbarroja. Precisamente en esa época, principios de agosto, Hitler sorprendió a Goebbels, que le cursaba visita, diciéndole que estaba considerando seriamente la idea de sondear la paz con Stalin. Y también fue en esa época cuando pesaron en sus decisiones las advertencias anteriores del general Thomas, en especial que la Wehrmacht se quedaría sin combustible entre agosto y octubre. En el memorando económico que había confeccionado antes de la invasión, Thomas concluía que "
El área al sur de los estuarios del Don y el Volga, incluyendo el Cáucaso, deberían incluirse entre los objetivos de la operación. La producción de petróleo en la región del Cáucaso sería esencial para la explotación de cualquier territorio ocupado en Rusia". [R. Gordon Grant,
Barbarossa: The German Campaign in Russia-Planning and Operations 1940-1942 (Trafford Publishing, 2006), p. 21]. No cabe duda que si ya desde un principio Moscú era un objetivo difuso para Hitler, en agosto de 1941 los motivos económicos fueron determinantes en su decisión para la continuación estratégica de la campaña, entendiéndose, así, su obsesión por Leningrado y Rostov.
Sea como fuere, el fracaso estratégico final de Barbarroja produjo la debacle total de la gran estrategia de Hitler. Sus presupuestos estratégicos de verano-otoño de 1940 se habían ido simple y llanamente al garete en el otoño de 1941. La guerra que Hitler luchaba en 1940 contra el imperio de Gran Bretaña (y la ayuda material estadounidense) se había convertido al finalizar 1941 en una guerra mundial contra Gran Bretaña, la Unión Soviética y Estados Unidos. Ni militar ni económicamente podía el Tercer Reich ganar esa guerra. Lo único que podía hacer Alemania, en la lógica criminal de Hitler, era luchar para poder continuar la guerra. Necesitaba pasar ahora de una economía de guerra corta a una economía de guerra prolongada mediante la movilización total de sus recursos, y el petróleo era el motor indispensable para poder poner en marcha esa movilización total. El Caso Azul era la respuesta operacional a ese objetivo estratégico, el petróleo.
Así pues, la diferencia sustancial entre Barbarroja y Azul era que en el primer caso se pretendía ganar la guerra o estar en disposición de ganarla, mientras que en el segundo sólo se luchaba para poder mantenerse en ella. Si Barbarroja fue el "
turning point" estratégico de la guerra, Caso Azul fue el "
turning point" operacional de la misma. Fue entonces cuando entró en juego el verdadero éxito de Speer, no su "milagro del armamento", sino su buscado "milagro de la propaganda". Con lo que pasamos a la siguiente cuestión de Mannerheim.
Mannerheim escribió: Me resulta sorprendente que Speer calculara que en 1944 Alemania se iba a apañar solo con el combustible producido en las plantas de hidrogenación. No tenia en cuenta la posibilidad de que se abriera un nuevo frente? Predecía ya que ese año la Luftwaffe y la Kriegsmarine no iban a necesitar ya casi combustible porque prácticamente iban a dejar de existir? Acaso las necesidades de combustible no iban a crecer exponencialmente dadas "sus estupendas" cifras de producción?
Desde luego si realmente pensaba que Alemania podía suministrarse sola, Speer perjudicó gravemente las posibilidades del Reich de alargar la guerra con su decisión de posponer hasta bien entrado 1943 los proyectos de construir nuevas plantas de hidrogenación.
A mi juicio, la clave está en lo que Speer verdaderamente creía y lo que quería hacer creer. Su antecesor, Todt, ya había concluido en noviembre de 1941 que Alemania no podía ganar militarmente la guerra, y había pedido a Hitler que le pusiera fin políticamente. De igual forma pensaba Roland, el jefe del comité principal de producción de tanques, que estaba presente cuando Todt hizo esas declaraciones a Hitler. E igual pensaba Fromm, el comandante en jefe del
Einsatzheer. Y lo mismo Thomas, el jefe de la Oficina Económica de la Wehrmacht (Thomas le dijo a Keitel el 2 de enero de 1942 que había que presentar el verdadero cuadro de la situación, pues algún día alguien tendría que dar cuentas.Tooze, 307), Albert Voegler y los principales especialistas industriales y económicos alemanes.
Sin embargo, Speer trabajó para el futuro del Führer, no para el de Alemania. En 1943 estaba claro que cualquier incremento en la producción de armamentos y combustibles no podía hacer frente a la aplastante superioridad en los mismos términos de los aliados, y jamás podría alterar el curso de la guerra y su resultado final. Sólo podía aplazarlo a costa de la destrucción total de Alemania. Así que Speer consiguió incrementar y mantener, intermitentemente, la producción de armamentos a costa de la explotación criminal de una mano de obra forzosa, que en 1944 superó los 7 millones.
Speer se libró de la horca, inmerecidamente.
Saludos cordiales
José Luis