VENEZUELA, PETRÓLEO Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Publicado: Vie Abr 18, 2008 6:27 pm
VENEZUELA, PETRÓLEO Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La política llevada a cabo por F. D. Roosevelt, conocida en el ámbito geopolítico como la “política del Buen Vecino”, significó un cambio con respecto a la forma como Estados Unidos había llevado sus relaciones con Hispanoamérica.
.Aparte de consideraciones internas de la política estadounidense, este comportamiento tuvo que ver con dos hechos de trascendental importancia para entonces: la crisis económica de 1929, de honda repercusión en la economía norteamericana, y el temor a una nueva guerra mundial, temores fatalmente cumplidos, que llevaron a Roosevelt a buscar proteger o promover un plan de defensa de las economías latinoamericanas fuente de materias primas que garantizaran la subsistencia de la economía americana. Esto permitió a América Latina tomar conciencia de su importancia económica y utilizar esto como una base de negociación para mejorar su situación económica mediante la obtención de algunas ventajas. En el caso particular de Venezuela se tuvo la particular visión de considerar el petróleo como una materia prima de importancia tan vital que permitió incrementar el poder de negociación de Venezuela y establecer reclamos de carácter político, económico e histórico a Estados Unidos, Inglaterra y a las compañías petroleras.
La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina cambió radicalmente a partir de 1936. La política del Buen Vecino tuvo sus antecedentes en la década de los años treinta. Esta nueva política exterior fue de un gran significado histórico para los países latinoamericanos, por cuanto ello contribuyó a propiciar una mayor autonomía económica y política de éstos ante los EE.UU. Fue oportuna la coyuntura de la crisis del 29 y el surgimiento de la Segunda Guerra Mundial para que América Latina reclamase sus derechos políticos y económicos a Estados Unidos e Inglaterra. Este viraje de Estados Unidos hacia América Latina, fue el producto de dos factores fundamentales. La crisis económica del año 29 afectó profundamente la estructura económica norteamericana. Los supuestos mecanismos de una economía de mercado resultaban insuficientes para resolver los problemas del desempleo y la demanda efectiva, es decir, no estimulaban las fuerzas materiales. Por tanto, fue necesaria una nueva política económica que asignaba un papel central al Estado para reanimar la inversión y el ahorro en función de promover el desarrollo capitalista. Este fue el New Deal.El otro factor gravitante fue el temor de Estados Unidos ante la posibilidad de una nueva conflagración bélica, es decir, había indicios al respecto, con el ascenso del fascismo, el nazismo, el militarismo japonés, y el desarrollo de la guerra civil española que había adquirido dimensión internacional. Esto explica por qué Estados Unidos adoptó una política de apertura, de tolerancia, de flexibilidad beneficiosa para nuestra América. En otras palabras, para Estados Unidos era vital promover un plan de defensa hacia los países americanos porque se trataba, en el fondo, de controlar estratégicamente las materias primas en función de abastecerse frente a la inminencia de un nuevo conflicto bélico, que ponía en peligro al mundo libre. En este sentido, América Latina tuvo conciencia de su importancia estratégica la cual aprovechó como poder de negociación ante Estados Unidos e Inglaterra, es decir, utilizar la posible circunstancia de una guerra para obtener un conjunto de ventajas económicas, y reclamar algunos derechos heredados históricamente.El presente ensayo individualiza un caso nacional que hace parte de esta línea de reflexiones. Venezuela adquiere conciencia histórica de lo que significó la Segunda Guerra Mundial para hacer del petróleo un instrumento de negociación que le permitiese plantear una serie de reclamos de carácter político, económico e histórico a Estados Unidos, Inglaterra, y a las compañías petroleras. Pese a que las estadísticas petroleras muestran que Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial, se abasteció con petróleo de su producción interna para satisfacer sus necesidades militares, no por ello Venezuela dejó de jugar un papel clave con su petróleo para derrotar el eje Tokio-Berlín.
LA POLÍTICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS HACIA AMÉRICA LATINA: 1936-1945
La crisis económica por la que pasaba Estados Unidos en la década de los treinta, y el temor a una nueva Guerra Mundial, sentaron las bases para formar nuevas relaciones entre éste y América Latina. La idea era la siguiente: La interdependencia y la reciprocidad serían los símbolos para impulsar una era histórica entre Estados Unidos y América Latina. La situación para Estados Unidos era difícil, por cuanto este país tenia petróleo solamente para abastecer la demanda interna, más no para los aliados.
Esta compleja relación es utilizada por Venezuela para alcanzar sus fines de carácter político, económico e histórico. El discurso pronunciado en Washington, el 4 de marzo de 1933, F. Roosevelt decía al respecto: “En el campo de la política internacional procuraré que la Nación haga una política de Buen Vecino que resueltamente se respete a sí mismo, y que por lo tanto respete el derecho a los demás; un vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de los convenios con todos los países del mundo... creo advertir que nunca hemos realizado hasta ahora la interdependencia que existe entre todas las Naciones del mundo; esto es, que no podemos simplemente tomar, sino que debemos dar también; que si damos un paso adelante, debemos avanzar como un ejército leal y disciplinado, dispuesto a hacer un sacrificio por el bien de la disciplina común, puesto que sin esa disciplina no se puede realizar progresos y ninguna dirección es eficaz”1Valga reiterar que el fondo de este cambio de Estados Unidos para América Latina, obedeció a la necesidad imperiosa de suministrarse materiales estratégicos ante el peligro de otra guerra. En publicación editada por la Unión Panamericana, en Washington, se afirmó, de manera global, la importancia de esos materiales. Por tanto, al capacitar a la fábrica de los Estados Unidos para producir los elementos necesarios a la defensa se han hecho dos calificaciones de productos, los llamados materiales estratégicos y los esenciales o críticos. Los primeros son productos minerales, vegetales o animales que no se producen en los Estados Unidos y para los cuales esta nación depende enteramente de abastecedores del exterior. Los segundos son productos que a pesar de no tener la misma importancia que los estratégicos, se consideran también de absoluta necesidad... Entre los estratégicos, figuran, minerales: cobre, antimonio, níquel, yodo, platino, vanadio, etc. Para coordinar la acción de todas las repúblicas del continente en un plan global se han concertado arreglos entre los Estados Unidos y varios gobiernos americanos bajo los cuales cada país goza de la doble ventaja de tener un mercado fijo para sus excedentes de producción en artículos determinados y de evitar, al mismo tiempo, que esta producción peque de excesiva o de insuficiente”2La política del “Buen Vecino” contenía tres elementos neurálgicos a saber. Uno de carácter político, pues Estados Unidos se veía obligado a reconocer la soberanía de cada uno de los países que conforma el territorio americano. Por otro lado, arreglar una serie de problemas de índole político, como fue la eliminación en 1934 de la Enmienda Platt, impuesta por Estados Unidos a Cuba en el año de 1900. Finalmente, el reconocimiento de las nacionalizaciones de la industria petrolera en Bolivia (1937) y México (1938). Un segundo aspecto de carácter militar. A partir de 1936, Estados Unidos puso en práctica mecanismos de seguridad colectiva ante el peligro de una nueva conflagración. En este sentido, Federico Gil nos dice: Durante los dos años que siguieron a la conferencia de Buenos Aires de 1936, los acontecimientos de Europa las agresiones de Austria, Checoslovaquia, España, China y Etiopía causaron preocupación en todas partes respecto a las intenciones de Alemania e Italia en Europa, y de Japón en Asia. En el Nuevo Mundo, los signos de actividades subversivas por parte de los poderes totalitarios eran indudables.
Existían indicios de que las naciones del eje habían desencadenado una enérgica campaña que amenazaba la seguridad del hemisferio Occidental.
Por ello: “Estados Unidos comenzó a agrupar a los países Latinoamericanos a través de un conjunto de pactos para la defensa de la seguridad continental, tales como: el pacto consultivo de Buenos Aires en 1936, la Octava Conferencia Panamericana realizada en Lima en 1938, etc. Dichos pactos tenían como finalidad primordial velar por la defensa del continente ante cualquier peligro de guerra. La mayoría de países de América Latina junto con Estados Unidos, tomaron frente a la guerra una posición neutral; pero los acontecimientos bélicos provocaron el abandono de esta posición, y en su lugar los Estados Unidos comenzó a modificar las leyes de neutralidad a partir del mes de noviembre de1939... la nueva ley anulaba el embargo de armas y colocaba la venta de toda clase de material a los beligerantes sobre una base de entrega y cobro, el mercado de material de guerra americano quedaba así abierto a Franceses y Británicos... El 2 de septiembre de 1940 Roosevelt anunció dramáticamente que se había anunciado un acuerdo entre Gran Bretaña y Estados Unidos respecto a destructores y bases navales... Los Estados Unidos entregaban cincuenta destructores a Gran Bretaña a cambio de un arriendo por noventa y nueve años de bases navales y aéreas de ocho posesiones Británicas... Las nuevas bases estaban destinadas a defender el continente americano del eventual ataque de una potencia no americana... El presidente Roosevelt envió al Congreso una propuesta de un programa de préstamo y arriendo. Aprobada en marzo de 1941, la Ley de Préstamo y Arriendo autorizaba al Presidente a poner todo
Material.. a disposición del gobierno de todo país cuya defensa el Presidente considere vital para la defensa de los Estados Unidos.
Por otro lado, “América Latina crea igualmente un programa de defensa militar... respecto al posible uso de las bases, a los derechos de tránsito para los aviones de los Estados Unidos y suministros militares... Los gobiernos Latinoamericanos se sentían muy poco dispuestos a conceder tales bases y a ver a las fuerzas armadas Estadounidenses en su suelo, pues temían que los Estados Unidos no estarían dispuestos a dejarla más tarde, sin embargo, antes del ataque Japonés a Pearl Harbor ya se había concluido una serie de acuerdos militares... Los acuerdos de defensa militar con Latinoamérica incluían también programas de rearme mantenidos por los Estados Unidos... las naciones Latinoamericanas quedaron incluidas en los términos de la Ley de Préstamo y Arriendo.
Por último, el aspecto económico obligó a Estados Unidos a impulsar una serie de acuerdos bilaterales y multilaterales relativos a las cuestiones económicas. Y, en particular. Para estabilizar el café, principal cosecha de al menos catorce países Latinoamericanos, el acuerdo Interamericano del café de 1940 dividió el mercado Estadounidense del café y asignó cuotas anuales a cada país. Se tomaron diversas medidas para ayudar a los Latinoamericanos a desarrollar nuevos campos de producción. El gobierno de los Estados Unidos llevó a cabo convenios para incrementar la producción y comprar volumen de materias primas de primera necesidad y de interés estratégico.
Para el año 1941 fue suscrita la Carta del Atlántico entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Los aspectos de mayor relieve contemplaban: Respecto al derecho de cada país para buscar su propia forma de Gobierno. •Rechazar el engrandecimiento de cualquier nación a costa de otra. •Libertad de mar.•No usar las fuerzas para resolver los conflictos entre las naciones.
Para 1943, la mayoría de los países de América Latinase acogieron a la Carta del Atlántico. Terminada la Segunda Guerra Mundial, fue suscrita la Carta de las Naciones Unidas (1945).
Por esto el profesor Federico Gil resumió magistralmente el rol de América Latina durante la Segunda Guerra Mundial: “El papel vital desempeñado por Latinoamérica durante la guerra fue el resultado final de la política, cultivada con cuidado y sinceridad por los Estados Unidos, que fue inaugurada por F. Roosevelt en 1933. El ejemplo sin precedentes de unidad continental que caracterizó la conducta de las repúblicas americanas durante el conflicto justificó con creces la visión de quienes forjaron la política de Buena Vecindad.”
La política llevada a cabo por F. D. Roosevelt, conocida en el ámbito geopolítico como la “política del Buen Vecino”, significó un cambio con respecto a la forma como Estados Unidos había llevado sus relaciones con Hispanoamérica.
.Aparte de consideraciones internas de la política estadounidense, este comportamiento tuvo que ver con dos hechos de trascendental importancia para entonces: la crisis económica de 1929, de honda repercusión en la economía norteamericana, y el temor a una nueva guerra mundial, temores fatalmente cumplidos, que llevaron a Roosevelt a buscar proteger o promover un plan de defensa de las economías latinoamericanas fuente de materias primas que garantizaran la subsistencia de la economía americana. Esto permitió a América Latina tomar conciencia de su importancia económica y utilizar esto como una base de negociación para mejorar su situación económica mediante la obtención de algunas ventajas. En el caso particular de Venezuela se tuvo la particular visión de considerar el petróleo como una materia prima de importancia tan vital que permitió incrementar el poder de negociación de Venezuela y establecer reclamos de carácter político, económico e histórico a Estados Unidos, Inglaterra y a las compañías petroleras.
La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina cambió radicalmente a partir de 1936. La política del Buen Vecino tuvo sus antecedentes en la década de los años treinta. Esta nueva política exterior fue de un gran significado histórico para los países latinoamericanos, por cuanto ello contribuyó a propiciar una mayor autonomía económica y política de éstos ante los EE.UU. Fue oportuna la coyuntura de la crisis del 29 y el surgimiento de la Segunda Guerra Mundial para que América Latina reclamase sus derechos políticos y económicos a Estados Unidos e Inglaterra. Este viraje de Estados Unidos hacia América Latina, fue el producto de dos factores fundamentales. La crisis económica del año 29 afectó profundamente la estructura económica norteamericana. Los supuestos mecanismos de una economía de mercado resultaban insuficientes para resolver los problemas del desempleo y la demanda efectiva, es decir, no estimulaban las fuerzas materiales. Por tanto, fue necesaria una nueva política económica que asignaba un papel central al Estado para reanimar la inversión y el ahorro en función de promover el desarrollo capitalista. Este fue el New Deal.El otro factor gravitante fue el temor de Estados Unidos ante la posibilidad de una nueva conflagración bélica, es decir, había indicios al respecto, con el ascenso del fascismo, el nazismo, el militarismo japonés, y el desarrollo de la guerra civil española que había adquirido dimensión internacional. Esto explica por qué Estados Unidos adoptó una política de apertura, de tolerancia, de flexibilidad beneficiosa para nuestra América. En otras palabras, para Estados Unidos era vital promover un plan de defensa hacia los países americanos porque se trataba, en el fondo, de controlar estratégicamente las materias primas en función de abastecerse frente a la inminencia de un nuevo conflicto bélico, que ponía en peligro al mundo libre. En este sentido, América Latina tuvo conciencia de su importancia estratégica la cual aprovechó como poder de negociación ante Estados Unidos e Inglaterra, es decir, utilizar la posible circunstancia de una guerra para obtener un conjunto de ventajas económicas, y reclamar algunos derechos heredados históricamente.El presente ensayo individualiza un caso nacional que hace parte de esta línea de reflexiones. Venezuela adquiere conciencia histórica de lo que significó la Segunda Guerra Mundial para hacer del petróleo un instrumento de negociación que le permitiese plantear una serie de reclamos de carácter político, económico e histórico a Estados Unidos, Inglaterra, y a las compañías petroleras. Pese a que las estadísticas petroleras muestran que Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial, se abasteció con petróleo de su producción interna para satisfacer sus necesidades militares, no por ello Venezuela dejó de jugar un papel clave con su petróleo para derrotar el eje Tokio-Berlín.
LA POLÍTICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS HACIA AMÉRICA LATINA: 1936-1945
La crisis económica por la que pasaba Estados Unidos en la década de los treinta, y el temor a una nueva Guerra Mundial, sentaron las bases para formar nuevas relaciones entre éste y América Latina. La idea era la siguiente: La interdependencia y la reciprocidad serían los símbolos para impulsar una era histórica entre Estados Unidos y América Latina. La situación para Estados Unidos era difícil, por cuanto este país tenia petróleo solamente para abastecer la demanda interna, más no para los aliados.
Esta compleja relación es utilizada por Venezuela para alcanzar sus fines de carácter político, económico e histórico. El discurso pronunciado en Washington, el 4 de marzo de 1933, F. Roosevelt decía al respecto: “En el campo de la política internacional procuraré que la Nación haga una política de Buen Vecino que resueltamente se respete a sí mismo, y que por lo tanto respete el derecho a los demás; un vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de los convenios con todos los países del mundo... creo advertir que nunca hemos realizado hasta ahora la interdependencia que existe entre todas las Naciones del mundo; esto es, que no podemos simplemente tomar, sino que debemos dar también; que si damos un paso adelante, debemos avanzar como un ejército leal y disciplinado, dispuesto a hacer un sacrificio por el bien de la disciplina común, puesto que sin esa disciplina no se puede realizar progresos y ninguna dirección es eficaz”1Valga reiterar que el fondo de este cambio de Estados Unidos para América Latina, obedeció a la necesidad imperiosa de suministrarse materiales estratégicos ante el peligro de otra guerra. En publicación editada por la Unión Panamericana, en Washington, se afirmó, de manera global, la importancia de esos materiales. Por tanto, al capacitar a la fábrica de los Estados Unidos para producir los elementos necesarios a la defensa se han hecho dos calificaciones de productos, los llamados materiales estratégicos y los esenciales o críticos. Los primeros son productos minerales, vegetales o animales que no se producen en los Estados Unidos y para los cuales esta nación depende enteramente de abastecedores del exterior. Los segundos son productos que a pesar de no tener la misma importancia que los estratégicos, se consideran también de absoluta necesidad... Entre los estratégicos, figuran, minerales: cobre, antimonio, níquel, yodo, platino, vanadio, etc. Para coordinar la acción de todas las repúblicas del continente en un plan global se han concertado arreglos entre los Estados Unidos y varios gobiernos americanos bajo los cuales cada país goza de la doble ventaja de tener un mercado fijo para sus excedentes de producción en artículos determinados y de evitar, al mismo tiempo, que esta producción peque de excesiva o de insuficiente”2La política del “Buen Vecino” contenía tres elementos neurálgicos a saber. Uno de carácter político, pues Estados Unidos se veía obligado a reconocer la soberanía de cada uno de los países que conforma el territorio americano. Por otro lado, arreglar una serie de problemas de índole político, como fue la eliminación en 1934 de la Enmienda Platt, impuesta por Estados Unidos a Cuba en el año de 1900. Finalmente, el reconocimiento de las nacionalizaciones de la industria petrolera en Bolivia (1937) y México (1938). Un segundo aspecto de carácter militar. A partir de 1936, Estados Unidos puso en práctica mecanismos de seguridad colectiva ante el peligro de una nueva conflagración. En este sentido, Federico Gil nos dice: Durante los dos años que siguieron a la conferencia de Buenos Aires de 1936, los acontecimientos de Europa las agresiones de Austria, Checoslovaquia, España, China y Etiopía causaron preocupación en todas partes respecto a las intenciones de Alemania e Italia en Europa, y de Japón en Asia. En el Nuevo Mundo, los signos de actividades subversivas por parte de los poderes totalitarios eran indudables.
Existían indicios de que las naciones del eje habían desencadenado una enérgica campaña que amenazaba la seguridad del hemisferio Occidental.
Por ello: “Estados Unidos comenzó a agrupar a los países Latinoamericanos a través de un conjunto de pactos para la defensa de la seguridad continental, tales como: el pacto consultivo de Buenos Aires en 1936, la Octava Conferencia Panamericana realizada en Lima en 1938, etc. Dichos pactos tenían como finalidad primordial velar por la defensa del continente ante cualquier peligro de guerra. La mayoría de países de América Latina junto con Estados Unidos, tomaron frente a la guerra una posición neutral; pero los acontecimientos bélicos provocaron el abandono de esta posición, y en su lugar los Estados Unidos comenzó a modificar las leyes de neutralidad a partir del mes de noviembre de1939... la nueva ley anulaba el embargo de armas y colocaba la venta de toda clase de material a los beligerantes sobre una base de entrega y cobro, el mercado de material de guerra americano quedaba así abierto a Franceses y Británicos... El 2 de septiembre de 1940 Roosevelt anunció dramáticamente que se había anunciado un acuerdo entre Gran Bretaña y Estados Unidos respecto a destructores y bases navales... Los Estados Unidos entregaban cincuenta destructores a Gran Bretaña a cambio de un arriendo por noventa y nueve años de bases navales y aéreas de ocho posesiones Británicas... Las nuevas bases estaban destinadas a defender el continente americano del eventual ataque de una potencia no americana... El presidente Roosevelt envió al Congreso una propuesta de un programa de préstamo y arriendo. Aprobada en marzo de 1941, la Ley de Préstamo y Arriendo autorizaba al Presidente a poner todo
Material.. a disposición del gobierno de todo país cuya defensa el Presidente considere vital para la defensa de los Estados Unidos.
Por otro lado, “América Latina crea igualmente un programa de defensa militar... respecto al posible uso de las bases, a los derechos de tránsito para los aviones de los Estados Unidos y suministros militares... Los gobiernos Latinoamericanos se sentían muy poco dispuestos a conceder tales bases y a ver a las fuerzas armadas Estadounidenses en su suelo, pues temían que los Estados Unidos no estarían dispuestos a dejarla más tarde, sin embargo, antes del ataque Japonés a Pearl Harbor ya se había concluido una serie de acuerdos militares... Los acuerdos de defensa militar con Latinoamérica incluían también programas de rearme mantenidos por los Estados Unidos... las naciones Latinoamericanas quedaron incluidas en los términos de la Ley de Préstamo y Arriendo.
Por último, el aspecto económico obligó a Estados Unidos a impulsar una serie de acuerdos bilaterales y multilaterales relativos a las cuestiones económicas. Y, en particular. Para estabilizar el café, principal cosecha de al menos catorce países Latinoamericanos, el acuerdo Interamericano del café de 1940 dividió el mercado Estadounidense del café y asignó cuotas anuales a cada país. Se tomaron diversas medidas para ayudar a los Latinoamericanos a desarrollar nuevos campos de producción. El gobierno de los Estados Unidos llevó a cabo convenios para incrementar la producción y comprar volumen de materias primas de primera necesidad y de interés estratégico.
Para el año 1941 fue suscrita la Carta del Atlántico entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Los aspectos de mayor relieve contemplaban: Respecto al derecho de cada país para buscar su propia forma de Gobierno. •Rechazar el engrandecimiento de cualquier nación a costa de otra. •Libertad de mar.•No usar las fuerzas para resolver los conflictos entre las naciones.
Para 1943, la mayoría de los países de América Latinase acogieron a la Carta del Atlántico. Terminada la Segunda Guerra Mundial, fue suscrita la Carta de las Naciones Unidas (1945).
Por esto el profesor Federico Gil resumió magistralmente el rol de América Latina durante la Segunda Guerra Mundial: “El papel vital desempeñado por Latinoamérica durante la guerra fue el resultado final de la política, cultivada con cuidado y sinceridad por los Estados Unidos, que fue inaugurada por F. Roosevelt en 1933. El ejemplo sin precedentes de unidad continental que caracterizó la conducta de las repúblicas americanas durante el conflicto justificó con creces la visión de quienes forjaron la política de Buena Vecindad.”