Elementos de apoyo de la Marina Brasileña

Flotas de superficie. Navíos de guerra.

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27Pulqui
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Elementos de apoyo de la Marina Brasileña

Mensaje por 27Pulqui » Jue Sep 10, 2009 2:54 pm

Elementos de apoyo de la Marina Brasileña

El objeto de este tema es detallar los elementos de apoyo que dispuso la Marina Brasileña para las operaciones antisubmarinas y la escolta de convoyes. Se trata de un resumen extraído de un capítulo del Volumen 5º - Tomo II de la obra História Naval Brasileira, Río de Janeiro, Ministério da Marinha – Serviço de Documentação Geral da Marinha, 1985. Dicho capítulo (Elementos de apoio) pertenece a la sección La Marina en la Segunda Guerra Mundial, de los vicealmirantes Arthur Oscar Saldanha da Gama y Hélio Leôncio Martins.

Habida cuenta del patrocinio norteamericano en el esfuerzo de guerra brasileño, en varios fragmentos el texto explica la intervención de los EEUU en la modernización de algunos aspectos de la Marina Brasileña.

Los títulos conservan el orden y la denominación dados por los autores.


PERSONAL – ADIESTRAMIENTO

La Marina ejecutó sus tareas de guerra con el personal regular de tiempos de paz. En febrero de 1942, el gobierno llamó al servicio activo a los reservistas hasta la edad de 40 años. Como la organización de la reserva de la Marina era muy precaria, el personal convocado fue mínimo, tanto más ya que quedaron exentos los tripulantes de la Marina Mercante que, por sus mismas funciones, ya tenían importante utilización bélica.

En la Base Naval de Natal, el Almirante Ari Parreiras convocó a los reservistas de aquella ciudad y de Macau y Areia Branca en un total de aproximadamente 600 hombres. Para adiestrarlos se improvisó un centro de entrenamiento en un viejo silo de algodón, y, aprovechando los conocimientos que los reservistas traían de la vida civil, se consiguió incorporar a la Marina personal capacitado en diversos rubros, hasta fogoneros (que ya no tenía la Marina) que fueron necesarios en las corbetas clase Vidal de Negreiros, que utilizaban carbón como combustible.

Empero, los problemas más agudos, relativos a la preparación del personal, se referían al adiestramiento en las técnicas, tácticas y equipamientos vinculados a la guerra antisubmarina y la protección de los convoyes, que eran completamente desconocidos en la Marina.

Decidida la cesión de navíos antisubmarinos para Brasil, antes de la entrada en la guerra, el Capitán Teniente Luis Otávio Brasil, que estaba en misión en los Estados Unidos, a instancias del agregado naval de la embajada, fue matriculado en la Fleet Sound School, en Key West (Florida). Las enseñanzas resultan tan novedosas e importantes que se decidió matricular en esa escuela a otros seis oficiales y doce técnicos, que irían a constituir el núcleo de las tripulaciones de los dos primeros cazasubmarinos recibidos.


ADIESTRAMIENTO EN MIAMI

El Capitán de Fragata Harold Reuben Cox fue el encargado de seleccionar a los oficiales y los técnicos a ser entrenados en los Estados Unidos, para la formación de tripulaciones básicas de los cazasubmarinos y, después, de los contratorpederos de escolta. Para eso se utilizaron los Centros de Entrenamiento de Miami y de la Escuela de Sonido de Key West, teniendo algunos oficiales y técnicos cursado, también, motores diesel, en Cleveland.

La Escuela de Sonido desarrollaba y enseñaba técnicas y tácticas antisubmarinas. En cinco semanas se recibía instrucción teórica, adiestramiento en simuladores(*) y, especialmente, entrenamiento en el mar, en el cual, diariamente, tres decenas de navíos atacaban a una docena de submarinos, con los alumnos ocupando todas las posiciones del equipo (en un accidente en un submarino murieron dos oficiales brasileños). El continuo contacto con los elementos operativos permitía mantener las currículas de Key West actualizadas, siendo frecuentes las conferencias de escoltas en el Atlántico o submarinistas del Pacífico.

Los Estados Unidos, entretanto, tenía que preparar a su personal en todas las especialidades. Como solución se creó un gran centro en Miami destinado a esa preparación. El centro, con frecuencia, incluyó a gente de otras nacionalidades: brasileños, ingleses, chinos, rusos, etc. Miami se transformó en un campamento militar de grandes proporciones. La Marina se instaló en los muelles del puerto y en diversos edificios de la ciudad; el Ejército se localizó en Miami Beach, alojándose su personal en hoteles de lujo. Llegó a haber más de 30.000 hombres en entrenamiento. El centro fue preparado para la enseñanza de una enorme variedad de actividades militares-navales: motores, sonido, artillería, bombas, comunicaciones, radar, combate de incendios, control de averías, vigilancia, primeros auxilios en el mar.

Sólo en 1944, pasaron por el Centro de Miami 2.500 oficiales y 9.000 técnicos de navíos allí apostados para ese fin, en un total de 1.088 unidades, incluyendo 285 contratorpederos de escolta, 213 cazasubmarinos de 300 pies(**), 367 cazasubmarinos de 110 pies y muchas otras embarcaciones.

El personal brasileño era concentrado en Natal, recibiendo allí el primer adoctrinamiento y, después, seguía para Miami, donde, tomando los diversos cursos del centro, se preparaba para recibir los cazasubmarinos cedidos al Brasil. El personal de sonido, comandantes e inmediatos complementaban su adiestramiento con el curso de Key West.

(*) En el texto dice aparalhagem sintética, supongo que simulador es una traducción apropiada.
(**) El libro menciona esa dimensión, equivalente a poco más de 91 metros.


CENTROS DE INSTRUCCIÓN ANTISUBMARINA EN BRASIL

Posteriormente, con los recursos obtenidos a través de la Ley de Préstamo y Arrendamiento, fue instalada en Recife la Escuela de Instrucción de Táctica Antisubmarina (EITAS), en los moldes de Key West, con simuladores, literatura en portugués, etc. Enseguida, en Río, (el 23 de octubre de 1943) es creado el Centro de Instrucción de Guerra Antisubmarina (bajo la dirección del Capitán de Corbeta Luis Otávio Brasil), cuyo nombre fue cambiado más tarde a Centro de Instrucción de Táctica Antisubmarina (CITAS). De esa manera, la preparación del personal de sustitución y el adiestramiento de las tripulaciones en operaciones pasaron a efectuarse en Brasil.

La existencia de los dos Centros de Adiestramiento Antisubmarino en Brasil exigía, entretanto, que los submarinos brasileños, que no tenían empleo en la Batalla del Atlántico, estuviesen al servicio del entrenamiento, lo que constituyó una excelente contribución al esfuerzo de guerra, inclusive para la Marina norteamericana, que mucho los utilizó. La satisfacción de la Marina de los Estados Unidos llevó a solicitar, en diciembre de 1943, que otro submarino se estacionase en Salvador con el mismo fin.

El buen desempeño de la flotilla mereció una carta del Almirante Ingram, elogiando su eficiencia y a su jefe.


ADIESTRAMIENTO DE LA AVIACIÓN

Al no disponer Brasil de Aviación Naval, el patrullaje antisubmarino fue realizado por la Fuerza Aérea Brasileña, la cual, de la misma forma que la Marina, a su personal esta modalidad bélica le era desconocida. Para eso, además del entrenamiento de algunos elementos en las bases de la Marina norteamericana, en los Estados Unidos, fue organizado en Fortaleza el Brazil-United States Air Training (USBATU), que tenía como finalidad dar instrucción aérea y terrestre a los oficiales y sargentos de la FAB que irían a tripular las nuevas unidades de patrulla, en vías de organización. Los instructores eran oficiales de la Marina de los Estados Unidos, con material provisto por la Ley de Préstamo y Arriendo.

Los programas de instrucción abarcarían 100 horas de vuelo para cada piloto, además de ejercicios y clases teóricas sobre misiones de cobertura de convoyes y las demás misiones ejecutadas en la campaña antisubmarina, vuelo por instrumentos, aeronavegación estimada sobre el mar, aeronavegación radiogoniométrica, aeronavegación astronómica, tiro y bombardeo contra submarinos, misiones de patrulla y de barrido, conocimiento sobre los aviones antisubmarinos y su armamento, código morse, señalización visual y auditiva, tipos de submarinos enemigos y tácticas empleadas.

El curso del USBATU duraba seis semanas y el primer contingente por el formado fue de 36 oficiales y 54 sargentos, destinados a integrar el grupo de patrulla equipados con aviones PV-1 Vega-Ventura, de la Base Aérea de Recife. Terminado el curso, oficiales y sargentos se integraban a los Escuadrones de Patrulla de la Aviación Naval norteamericana.


APOYO LOGÍSTICO
BASES

En 1942, la Marina contaba para su apoyo logístico exclusivamente con las instalaciones de Río de Janeiro. En Natal, se construía la Base Naval, cuyo proyecto fue aprobado por el Ministerio de Marina el 8 de mayo de 1941. Desde el 9 de marzo de 1940, había un modesto punto de abastecimiento, con tanques de combustible y depósito de carbón en la Isla Rita, en São Francisco do Sul. En Belém, la base fue sustituida por las oficinas de la Sociedad de Navegación de la Amazonia y Puerto de Pará resultante del emplazado de la Amazonia River Steam Company y de la Port of Pará.

El puerto de Natal ya era conocido y usado por las fuerzas navales brasileñas. En los años 1917 y 1918 recibió y abrigó navíos ligeros de la Marina. En la SGM, se presentó una nueva oportunidad para la Marina de recibir la cordial cooperación de las autoridades y del pueblo portuario. La instalación de la base tuvo inicio con el levantamiento hidrográfico del Puerto de Natal y 20 millas de la costa para el sur y para el norte. El 20 de mayo de 1941 es nombrado Comandante de la Base el Contralmirante Ari Parreiras. Después de la declaración de guerra, allí fue localizado el Grupo de Cazasubmarinos, bajo la dirección del Capitán Teniente José Santos Saldanha da Gama. Esta organización fue destinada para concentrar y entrenar a los hombres que irían a tripular a los nuevos navíos que iban siendo recibidos de los Estados Unidos, usando como naves escuelas los dos primeros cazasubmarinos llegados en septiembre de 1942: el Guaporé y el Gurupi.

La Base Naval de Natal, ya antes de su edificación, comenzó a operar apoyando los nuevos cazasubmarinos, y, después los contratorpederos de escolta, habiendo sido el elemento de mayor valor para el apoyo logístico de las operaciones de escolta de los convoyes. Tuvo que adaptarse para el mantenimiento de motores diesel, entonces poco conocidos por la Marina, así como los sonares y radares, estos dos equipamientos también enteramente nuevos para la Marina.

En Recife, ya antes de declarar Brasil la guerra, la Marina norteamericana estacionó el Tender Patocka, que llegó a apoyar a los navíos brasileños en los patrullajes durante la neutralidad. Después, la Marina allí mantuvo al Tender Belmonte y los norteamericanos instalaron en los almacenes del puerto la llamada Base Fox, ubicando en la ciudad otras facilidades como el Hospital Knox, pañoles de munición, centros de recreación, etc.

En Salvador, el Comando Naval creó un pequeño punto de apoyo, con oficinas y muelles de atraque para los cazasubmarinos, que fueron muy útiles, y los norteamericanos también instalaron en los muelles del puerto, la Base Baker y, en el área de maniobras, circuitos para el calibrado de los sistemas de desmagnetización.

Los norteamericanos llevaron a Brasil dos diques flotantes, uno para mil toneladas, que localizaron en Natal, y otro para tres mil toneladas, al que colocaron en Salvador. Ambos prestaron enormes servicios. El de Natal, cuando llegó, en el medio de la guerra, encontró a 26 navíos en espera para su utilización. Era un dique muy simple, distinto era al caso del de Salvador, mayor y mejor equipado, con autosuficiencia garantizada por la existencia de calderas, cocinas, alojamientos y hasta armamento antiaéreo. Después de la rendición de Alemania, el de Natal fue entregado a la Marina de Brasil, y el de Salvador fue enviado a Oriente, a fin de socorrer a los navíos norteamericanos.

En Río de Janeiro, los norteamericanos instalaron lo que denominaron una base naval de operaciones y utilizaron el Arsenal de Marina para la reparación de sus navíos.


SERVICIO DE SALUD

Como los demás cuadros, el de Salud, al comenzar la guerra, era insuficiente, recién el 27 de diciembre de 1943, por el Decreto Ley 6138, sus efectivos fueron aumentados. Las partidas para adquisiciones médico-odontológica-farmacéuticas fueron reforzadas, para enfrentar la elevación de los precios y adquirir material crítico, no siempre producido por la industria nacional. Instalaciones radiológicas nuevas sólo fueron recibidas a fines de 1945, en Río de Janeiro. De cualquier forma, además de los centros ya existentes en el Hospital Central de la Marina, en el Instituto Naval de Biología y en el Sanatorio Naval de Nova Friburgo, el Servicio de Salud creó enfermerías especiales en el Hospital Centenario, en Recife, y en el Hospital de la Cruz Roja, en Salvador (después transformado en Hospital Naval de Salvador), además de construir un hospital en la Base de Natal. El Laboratorio Farmacéutico y la Odontoclínica Central, en Río, permanecieron como eran antes de la guerra.

Con la recepción de dos nuevos navíos, la expansión de la Marina en el Noreste, y la incidencia de molestias nerviosas y de la fatiga producida por el esfuerzo de guerra, el Servicio de Salud estuvo siempre muy ocupado, realizando un gran trabajo.


SERVICIO DE HACIENDA

Al ser sorprendido por la guerra, el Servicio de Hacienda, incluyendo finanzas y abastecimientos, era muy elemental, centralizado en Río de Janeiro, utilizaba el Depósito Naval para el abastecimiento de materiales de consumo y anticipos para efectuar adquisiciones directamente por los navíos. De hecho, fueron muchas las dificultades para responder ante las nuevas exigencias de las fuerzas continuamente en movimiento, operando entre Trinidad y Río Grande do Sul. Fue necesario contar con el auxilio de la Marina de los Estados Unidos para atender necesidades de abastecimientos. Con todo, fue posible mantener al día los servicios de pagos, de anticipos, de abastecimiento de uniformes, material de consumo, etc., con un alto grado de improvisación, aunque con aceptable eficiencia. La Ley de Préstamo y Arriendo y los viajes de los navíos de escolta a Trinidad (donde se contaba con depósitos norteamericanos de enormes proporciones) facilitaron mucho el abastecimiento.


TRANSPORTE

El transporte fue un problema logístico que recibió especial atención. El tránsito de Río de Janeiro (donde se centralizaba la dirección de la Marina) con el Noreste (donde operaban los navíos) sólo podía ser efectuado por mar, por cuanto la travesía por tierra además de complicada se interrumpía. La Marina, además de usar sus navíos de combate (cuya capacidad para transportar personal o carga era naturalmente reducida), empleó intensamente los navíos de transporte que disponía, ex-mercantes de la Compañía de Navegación Costera, el Vital de Oliveira y el José Bonifácio (incorporados en 1932) y el Almirante Frontin (ex-Itacussé), incorporado en 1943). Esos buques navegaban sin descanso, la mayoría de las veces en solitario pese al riesgo al torpedeo, del que fue víctima por lo menos uno de ellos, el Vital de Oliveira.


COMUNICACIONES

La Declaración de guerra a las potencias del Eje encontró a la Marina con una infraestructura de comunicaciones muy semejante a aquella que poseía en la Gran Guerra. Luego comenzó a recibir considerable apoyo de los Aliados, particularmente de la Marina de los Estados Unidos.

El silencio de radio se tornó imperativo durante las singladuras de los navíos, para que no fuesen localizados por las estaciones radiogoniométricas del enemigo. El proceso SR (sin recibo) pasó, por lo tanto, a ser largamente utilizado y la Estación Central de Radio de la Marina transmitía en frecuencia de la franja de HF los mensajes para los navíos y fuerzas navales del mar.

La radiotelegrafía continuaba siendo empleada, ahora con los mensajes cifrados o codificados en su mayoría y los navíos y fuerzas navales usaban indicativos que cambiaban constantemente, para confundir a la escucha enemiga. La Estación de Radio del Comando Naval del Noreste asumió un gran protagonismo en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur.

Se instaló la Estación Radiogoniométrica de Pina con ayuda norteamericana, estación que pasó a formar parte de una red que procuraba localizar a los submarinos alemanes e italianos en el Atlántico Sur.

En el ámbito táctico, nada cambiaba, aunque las comunicaciones nocturnas entre navíos que navegaban a oscuras fueron reducidas al mínimo.

Los cambio de rumbo, programados en tiempo, evitaban al máximo cualquier señal luminosa que pudiese facilitar la localización de los navíos en el mar.

Se utilizaron también códigos especiales que fueron cedidos por la Marina norteamericana para el empleo en operaciones conjuntas. El viejo Código de Señales comenzó a tener un valor secundario con la adopción del código norteamericano, que incluía muchos otras señales para maniobras tácticas no previstas por la Marina brasileña.

La radiotelefonía surgió con los equipamientos de pequeña potencia, que operaban en la franja de 2 a 18 MHz, en sintonía variable. Eran empleados en comunicaciones tácticas, principalmente cuando la rapidez de las comunicaciones asumía mayor importancia que la seguridad. La flexibilidad, uno de los factores más importantes en las comunicaciones militares modernas, comenzó a ser importante cuando, además de la confiabilidad, de la seguridad y de la rapidez, se empezó a utilizar el cambio de canales para confundir a la escucha enemiga.

La industria nacional contribuyó con la fabricación de los primeros transmisores que la Marina instaló en las corbetas de la clase Carioca.

Con el advenimiento de la SGM, no hubo cambios significativos en la red de radio fija de la Marina. No hubo modificaciones, tampoco, en las comunicaciones a través del servicio público, que continuaron incipientes y sin mayor utilización para las necesidades militares. En conclusión, en las comunicaciones de la Marina existieron mejoras, pero no desarrollos revolucionarios.

Editado el día 11/9 para pequeñas correcciones de traducción e insertar una nota en el título Adiestramiento en Miami
La historia tergiversada no es historia inofensiva. Es peligrosa.
Eric Hobsbawm

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