Bueno voy a escribir un relato que he encontrado de un piloto japonés sobre el ataque a la Fuerza Z.
En
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el compañero Akeno realiza un excelente trabajo sobre la unidad que realizó el ataque, yo me centraré en la historia del teniente Sadao Takai, jefe de uno de los escuadrones de la 22 Flotilla Aérea de la Armada, pilotaba uno de los bimotores G3M que atacaron al PoW y al Repulse y su relato es una buena exposición de la acción realizada y de la oposición encontrada desde el punto de vista nipón. (En este hilo se habló sobre si era adecuada o no la AA del PoW ,leamos pues con que se encontró el pollo este)
SIN COBERTURA DE CAZAS.
“Era justamente la una en punto. Delante de nosotros el cielo estaba cubierto de nubes bajas. Habían pasado cinco horas desde que habíamos despegado de Saigon aquella mañana. En cualquier momento podíamos avistar la flota enemiga. Me puse nervioso y tembloroso, no pudiendo ni siquiera disimularlo. Tenía unas ganas enormes de orinar. Era la misma sensación que se tiene justo antes de entrar en una competición deportiva. Justo delante de las nubes avistamos un punto negro. Parecían ser los buques enemigos que se encontraban a 25 millas de distancia. Pronto podríamos distinguir los navíos. La flota estaba compuesta por un acorazado y un crucero de batalla, escoltado por tres destructores y un pequeño buque mercante. Los principales eran el Prince of Wales y el Repulse.”
“Los bombarderos de mi escuadrón incrementaron la velocidad a medida que iniciaron un picado gradual. Me dirigí hacia el flanco izquierdo de la formación enemiga. Todos los miembros de la tripulación escudriñaron impacientes el cielo en busca de cazas enemigos a los que esperábamos ver picando sobre nosotros en cualquier momento”
“Para nuestra sorpresa, no se veía ni a un solo caza enemigo. Lo más sorprendente de todo es que estaba dentro del alcance de combate de los cazas británicos; menos de 100 millas náuticas tanto de Singapur como de Kuatan”
“Sin interferencias de cazas podíamos realizar nuestro ataque con total libertad. Comenzamos el ataque a una altitud de 1.000 pies y a aproximadamente milla y media de la flota. Tan pronto como salíamos de la protección que nos brindaban las nubes, los artilleros enemigos avistaron nuestra formación. La flota nos lanzó una tremenda cortina de fuego, intentando entorpecer nuestro ataque antes de que pudiésemos lanzar nuestros torpedos. El cielo se llenó de proyectiles explosivos que hicieron vibrar nuestro avión.”
“el segundo navío importante ya había realizado una acción evasiva y estaba efectuando un viraje cerrado hacia la derecha. El ángulo del objetivo se hacía cada vez más pequeño a medida que la proa del buque viraba en mi dirección, dificultándome el lanzamiento de un torpedo contra él. Se esperaba que el bombardero de cabeza se viera obligado a atacar desde la posición más desfavorable. Así ocurrió y ello permitió al resto de los aviones que me seguían torpedear el blanco en las mejores condiciones.
“El aire estaba cubierto de humo blanco, las explosiones y las trazadoras de los cañones y ametralladoras antiaéreas. Como si me hubiese visto obligado a descender ante la fiera cortina antiaérea, bajé justo por encima de la superficie del agua. El indicador de velocidad marcaba más de 200 nudos. No recuerdo muy bien como volé el avión, ni a que distancia estaba del buque cuando lancé el torpedo; los largos meses de entrenamiento se hicieron cargos de mis actuaciones.”
“Repentinamente, el gigantesco acorazado se irguió delante del avión. Tras pasar muy cerca de la torre popel, efectué un viraje brusco y me alejé. No siguieron disparándonos más. Los motores rugían a la perfección y sólo se nos había inflingido daños moderados. Tiré hacia arriba de nuevo en una fuerte trepada y me nivelé una vez más al amparo de las nubes. Respiré profundamente e intenté relajar los músculos.”
Sigue....