Matapan.La Absurda noche.

La guerra en el mar. Estrategias.

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Von Bulow
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Matapan.La Absurda noche.

Mensaje por Von Bulow » Mar Ago 09, 2005 3:38 am

Autor Bruno Brunetti (Bruno U-61) - Oficina de Documentación y Servicios Históricos de la 24 Flotilla Geweih.
http://www.24flotilla.com/ODSH/historia ... -gaud.html

A principios de Enero de 1941 la situación en Libia era cada vez mas grave para los italianos. El 22 de Enero se rinde Tobruk y el 6 de Febrero el general Wavell conquista Bengasi, momento en que desembarcan en Tripoli las primeras unidades del Afrika Korps. No obstante las perspectivas favorables los ingleses interrumpen la ofensiva en Libia y se concentran en apoyo de Grecia, amenazada de invasión a través de Bulgaria.
Con la operación “Lustre” los ingleses inician el traslado de tropas desde Libia hacia Grecia justo cuando las fuerzas alemanas comienzan a reforzar a las italianas. Hasta el 8 de Marzo, fecha en que se dió a conocer oficialmente que el comandante del Africa Korps era - nada mas y nada menos - que el general Rommel, los ingleses no se dieron cuenta del grave peligro que corrian en Africa. Y en efecto, Rommel atacó inmediatamente y arrasó las fuerzas de Wavell llevando la linea del frente a 500 km. de Tripoli.

Obviamente la ayuda alemana a Italia tenia su precio, preocupados por la rapidez con que se efectuaba la operación “Lustre” los alemanes insistieron, cada vez con mayor fuerza, para que la escuadra naval italiana asumiera una táctica ofensiva e interrumpiera el paso de convoyes desde Africa hacia Grecia. Pero la flota italiana permanecía casi inactiva debido a la falta de combustible.

Después del comunicado alemán del 19 Marzo, en el que erroneamente se indicaba que la Mediterranean Fleet contaba solo con el acorazadoValiant (el Warspite y el Barham eran completamente operatívos) y que los ingleses no preveían en un futuro immediato el paso de grandes unidades desde el Atlantico (donde permanecian ocupadas en cazar al crucero pesado Admiral Hipper y al acorazado de bolsillo Admiral Scheer), se certificó como poco probable una intervención de la Fuerza H (Gibraltar) en el Mediterraneo Oriental, los alemanes “recomendaron” una actuación de la flota para frenar la operación “Lustre”.

El comunicado, que sonaba como un ultimatum, tuvo un efecto psicológico elevado en Supermarina que para demostrar que la Marina no evitaba el combate organizó una acción demostratíva en el Mediterraneo Oriental. La organización de esta operación se hizo con tanta prisa que se descuidaron muchos preliminares, en particular la exploración aerea, que contribuyó en gran manera al desastre de Matapán.

Orden de operaciones de Supermarina a las fuerzas navales para la misión de Gaudo y Matapan.
Supermarina 51106.


Vittorio Veneto y las I - III - VIII Divisiones navales con destructores de escolta, efectuarán el dìa “X” (el dìa X era el 27 de Marzo de 1941) un ataque contra el tráfico maritimo enemigo en la zona al sur de Gaudo y en la zona Occidental del Egeo. Grupo Vittorio Veneto, incluida la III Divisòn naval, calcule sus movimientos en modo de dejar el estrecho de Messina a las 06:30 del dìa “X-1” y encontrarse a las 20:00 del mismo día en lat. 34°56’ y long. 19°16’ (180 millas por 350° de Bengasi) y a las 07:00 del dìa “X” en punto a 20 millas de Gaudo.
Desde esta posición arrumbar para encontrarse a las 13 :30 del dìa “X” a 100 millas a poniente del Cabo Krio y luego regresar a la base.
Grupo Zara, compuesto por la I y VIII División naval, deje la base a primera hora del dìa “X-1” y calcule sus propios movimentos en modo de encontrarse a las 20:00 del día “X-1” aproximadamente a 52 millas por 17° del punto asignado al Vittorio Veneto. Dirijase luego para pasar a las 04:00 del dìa “X” entre Cerigotto y Cabo Spada. Prosiga por Levante hasta el meridiano Cabo Tripite y luego hacia el Escollo Karavi (aproximadamente 30 millas al sur de Stampalia) donde se tendrá que llegar a las 08:00 del dìa “X”. Desde este punto arrumbe para pasar de nuevo entre Cabo Spada y Cerigotto y luego al punto a 90 millas a poniente de Cerigotto donde llegará a las 13:30 dìa “X” para regresar a la base.

En caso de avistamiento de unidades enemigas atacar solo si se está en condiciones favorables en relación de fuerzas.

En ordenes aparte se dispone la exploración y escolta aérea con aviones nacionales y alemanes.



ImagenVITTORIO VENETO

A las 21:00 del 26 de Marzo de 1941 el Vittorio Veneto escoltado por la X escuadrilla de destructores “ Maestrale “ (que será relevada a la mañana siguiente por la XIII Escuadrilla “Granatiere”; Granatiere, Fuciliere, Bersagliere y Alpino) zarpó silenciosamente del puerto de Napoles dirijiendose al sur para encontrarse con los cruceros que lo esperaban mas allá del estrecho de Messina. Debido a las sospechas de que los ingleses tenían espias infiltrados en Supermarina (sospechas que nacían del hecho de que en más de una ocasión la flota de Cunningham se comportaba como si fuera informada anticipadamente de los movimientos de los convoyes y de la flota italiana. Hasta 1975 no fue revelada la fuente de información : los ingleses, gracias a “Ultra”, interceptaban todas las comunicaciones de los mandos alemanes) Iachino trató de ocultar la salida del Vittorio Veneto haciendolo ir primero a Napoles desde la Spezia, viajando el personalmente en tren a Napoles. Aunque no estaba muy convencido de poder zarpar en secreto, Iachino se hizo a la mar.

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A las 21:00 y a las 23:00 del mismo día salieron de Brindisi la VIII Divisiòn de cruceros (Almirante Antonio Legnani; Duca Degli Abruzzi, Giuseppe Garibaldi) con los destructores de la XVI Escuadrilla (Nicoloso Da Recco, Emanuele Pessagno) y desde Taranto la I División de cruceros (Almirante Carlo Cattaneo; Zara, Pola, Fiume) con la IX Escuadrilla de destructores “Alfieri” (Alfieri, Gioberti, Carducci, Oriani). La mañana del 27 a las 05:30 zarpó de Messina la III División de cruceros (Almirante Luigi Sansonetti; Trieste, Trento, Bolzano) escoltada por la XII Escuadrilla “Corazziere”(Corazziere, Carabiniere, Ascari).
El grupo “Vittorio Veneto” se unió con la III Division a las 06:00. La VIII y la I Divisiones se unieron a las 11:00 a 55 millas de Cabo Passero. Una vez que las formaciones se reunieron, la disposición veía la III División en vanguardia 7 millas a proa del grupo “Vittoro Veneto” este, a su vez, seguido por la I y la VIII Divisiones a una distancia de 16 millas, todas con ruta 134° y velocidad de 20 nudos.

La navegación en el Mediterraneo continuó segura, el mar estaba en calma con buen tiempo y noche oscura. Para la formación italiana prácticamente no existían peligros pues los ingleses no habían perfeccionado todavía la exploración aérea nocturna, y si encontraban submarinos enemigos gracias a la alta velocidad y a la oscuridad sería dificil ser torpedeados.
A bordo de las naves la moral era alta, la flota por primera vez desde el inicio de la guerra zarpaba para una misión ofensiva y los marineros estaban contentos de dejar el puerto después de tantas semanas de inactividad. Si la colaboración aérea hubiese sido eficiente, como todos suponian, el exito de la misión era casi seguro. Como estaba acordado, la mañana del 27 Marzo la escuadra debería recibir el apoyo de 27 aviones del CAT, el Cuerpo Aéreo Alemán. Los aviones italianos deberían además explorar el Mediterraneo Oriental y pasar por Alejandría, para asegurarse de que la flota inglesa permaneciese todavìa en puerto.

Esa misma noche del 26-27 de Marzo los medios de asalto italianos efectuaron una audaz acción en la bahía de Suda, en Creta. Seis hombres a bordo de seis “Barchini esplosivi” entraron en la bahía y superando 3 barreras lograron hundir al crucero pesado York, al petrolero Pericles y a un mercante. El Barchino explosívo era una lancha a motor con fondo plano, dotada de una gran carga explosíva siendo el asiento del piloto eyectable, en modo de abandonarla antes de la explosión.


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Grupo de Barchinos Esplosivos,de la X Flotiglia MAS

Esta acción también podía considerarse de buen auspicio para la flota italiana. Desgraciadamente ya desde el inicio del día 27 las cosas cambiaron a peor. Los 27 aviones alemanes prometidos no aparecieron, la falta de esa protección, con la cual Iachino contaba, venía a perturbar los planes establecidos.
Las cosas empeoraron cuando el comandante de la División Trieste señaló a las 12:25 la presencia de un Sunderland. Ahora Iachino estaba seguro de que la flota de Alejandría había sido alertada y toda posibilidad de tomar al enemigo por sorpresa había desaparecido.
Mas tarde, las pocas dudas sobre el descubrimiento de la flota italiana fueron desveladas cuando los especialistas del servicio criptográfico (que Iachino había inteligentemente instituido a bordo del Vittorio Veneto, para evitar errores y tardanzas de Supermarina) presentaron a Iachino el mensaje que el Sunderland había mandado a Alejandrìa: “Máxima urgencia. Avistados 3 cruceros y un destructor 5 millas por 270°. Mi posición..... millas por 100° a lo largo del Capo Passero”.

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Hidroavion Shorts Sunderland

Evidentemente el Sunderland había visto solo los cruceros de la Division Trieste y esto reducía a más de la mitad el valor de su descubrimiento. A las 12:35 fue interceptado otro mensaje: “Máxima urgencia: despues de mi señal de las 12:20, ruta del enemigo 120°, velocidad 15 nudos”. En realidad la Division Trieste seguía ruta 134° y velocidad 20 nudos.
La indicación equivocada daba la impresión de que la flota dirigiese su rumbo hacia Creta mientras en aquel momento Iachino navegaba más al sur, pero solo con la intención de engañar a los exploradores enemigos pues su verdadero objetivo era el islote de Gaudo, a pocas millas de la costa oriental de Creta. El error del piloto del Sunderland practicamente anulaba la estratagema de Iachino.
La prueba de que Iachino acertó al llevar a bordo del Vitorio Veneto a sus descifradores la obtuvo cuando a las 18:00, cinco horas y media después de la interceptación del mensaje del Sunderland, Supermarina envío a la escuadra el siguiente mensaje:

“Avión inglés ha señalado a las 13:00 avistamiento de nuestra formación compuesta por tres cruceros y nueve destructores. Alterada a causa de las condiciones atmosféricas la exploración aérea sobre Alejandría no se efectuará”. Así en pocas lineas el comandante italiano recibió dos malas noticias, la primera, que si él no hubiera provisto por sus propios medios habría tenido que esperar casi seis horas para saber que el enemigo le había descubierto y la segunda, más grave aún, la decisión de no patrullar el puerto de Alejandría dejando a Iachino en la incertidumbre con respecto a las intenciones de la Mediterranean Fleet.
Hacia las 19:00 del 27 de Marzo, la Fuerza A del almirante Cunningham compuesta por los acorazados Warspite, Valiant y Barham, (el portaviones Formidable se uniría más adelante) con una escolta de 9 destructores, estaba lista para dejar la bahía de Alejandría. También la Fuerza B del almirante Pridham-Wippell, compuesta por los cruceros lijeros Orion, Ajax, Perth y Gloucester y por cuatro destructores, estaba lista para zarpar desde el Pireo.

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HMS WARSPITE

Cunningham había dispuesto que las dos formaciones arrivasen al amanecer del dia 28 al sudeste de Gaudo. O sea más o menos a la misma hora en que, según las ordenes de Supermarina, la escuadra naval italiana se tendría que encontrar en esa zona. Una muy singular coincidencia.
Como reveló en 1975 un ex oficial del servicio secreto británico, gracias a la intercepción de los mensajes que los comandantes alemanes trasmitían con la maquina Enigma, Cunningham conocía con antelación los planes de la flota Italiana ya que el apoyo aéreo que Supermarina había pedido al CAT había sido transmitido al comandante Rommel en Africa y descifrado por los ingleses. Cunningham, con tal de defender el secreto de Ultra, (nombre convencional del grupo de descifradores) envió un Sunderland con el objetivo de hacerse descubrir por los italianos y en su informe oficial declaró que ordenó la salida de la flota despues de que el Sunderland hubiese avistado a los italianos. Cunningham, después de haber jugado a golf todo el día para despistar el servicio secreto del eje, regresó escondido a bordo del Warspite a las 18:40 y a las 19:00, en la oscuridad, la Fuerza A se hizo a la mar.
El plan de Cunningham se resumía así:

· Suspensión momentanea del tráfico mercante.
· Atraer la escuadra italiana lo mas lejos posible de su base.
· Organizar ataques aéreos con el objetivo de disminuir su velocidad.
· Imponer, en este punto, combate naval y destruir la escuadra italiana.

ImagenHMS Ajax

A las 04:00 del 28 Marzo la Fuerza A de Alejandría y la Fuerza B del Pireo se encontraban a 200 millas del punto de reunión. Ya desde esa hora los exploradores británicos habían iniciado la busqueda y hacia las 07:00 comenzaron a llegar algunos confusos mensajes de avistamiento.
Un avión señaló la presencia de 4 cruceros y 4 destructores, otro de 4 cruceros y 7 destructores y el tercero de 3 acorazados y 4 destructores. Con el avistamiento por parte de la Fuerza B de un RO43 (avion de exploración llevado a bordo de los buques italianos) Cunningham dedujo que la flota estaba cerca.
Por algun tiempo los ingleses no estuvieron seguros ni de la posición ni de la composición de la escuadra enemiga, hasta que de improviso la Fuerza B de Pridham-Wippell se encontró bajo el fuego de los italianos.
El RO43 había avistado la Fuerza B y había comunicado su posición al almirante Sansonetti, comandante de la División Trieste. En este momente la situación en el mar era la siguiente:
· Los italianos ignoraban la presencia de la Fuerza A con sus acorazados.
· Los ingleses ignoraban la presencia del Vittorio Veneto con los cruceros.

Por una coincidencia, no sospechosa esta vez, los dos comandantes de los cruceros (Sansonetti y Pridham-Wippell) habían recibido más o menos la misma orden de sus comandantes, o sea, simular una retirada y llevar el enemigo hacia los gruesos calibres de los acorazados. El más astuto resultó Pridham-Wippell y Sansonetti se lanzó en su persecución sin sospechar de esta actitud defensiva, cuando los ingleses siempre se habían mostrado muy agresivos. La táctica inglesa no engañó a Iachino y ordenó a Sansonetti suspender la persecución y dirigirse a poniente. Eran las 08:55, pocos minutos después cuando Sansonetti invirtió el rumbo, los ingleses se convirtieron en perseguidores. Ahora estaba claro que tras la táctica inglesa se escondía una amenaza indefinida.


A las 10:58, viendo que la persecución de los ingleses continuaba, Iachino decidió rodearlos y cogerlos entre dos fuegos. La maniobra tuvo exito y los ingleses se encontraron a tiro del acorazado italiano. La situación para Prindham-Wippell era critica, pues el tiro del Vittorio Veneto era rapido y bien dirigido, si se hubiera sumado el tiro de los cruceros de la Division Trieste (que estaban llegando a toda velocidad) la suerte de las unidades inglesas podía ser muy grave. Mientras tanto Cunningham no se había quedado inerte. Viendo el peligro que corría la Fuerza B, ordenó un ataque aéreo desde el Formidable. Seis aviones Albacore llegaron a la zona de la batalla en pocos minutos causando, como casi siempre sucedía, confusión. Pridhman-Wippell los confundió con aviones italianos y ordenó el fuego antiaereo y Iachino pensó que, finalmente, llegaban los CR42 con base en Rodi.
Pero a las 11:15 los serviolas a bordo del Vittorio Veneto, señalaron a Iachino que los aviones apuntaban amenazadoramente hacia las naves italianas. Como Cunningham había intuido el ataque aéreo obligó a Iachino a cesar el ataque a la Fuerza B e iniciar la defensa antiaérea. Los aviones fueron obligados a lanzar los torpedos desde una distancia excesiva y el Vittorio Veneto, virando a estribor, logró evitarlos. Estas maniobras evasivas permitieron a la Fuerza B alejarse de la zona de tiro.

Iachino, totalmente convencido ya de que la prometida escolta aérea no llegaría nunca, ordenó a la flota regresar a sus bases. Era demasiado peligroso continuar navegando en un mar tan cercano a los aeropuertos enemigos de Grecia y Creta sin contar con un “techo” de protección propio.
En el camino de regreso la flota sufrió algunos ataques aéreos, pero Iachino estaba tranquilo (por graves vacíos de información) todavía ignoraba la presencia de los acorazados y el portaviones inglés y pensaba que los aviones enemigos provenían de bases en Creta o Grecia.

En cambio, aunque desde una gran distancia, Cunningham continuaba persiguiendo a su enemigo. En teoría tenía pocas posibilidades de alcanzarlo debido a la mayor velocidad de las naves italianas, de todos modos estaba decidido a aprovechar la más minima posibilidad.
A las 14:25 Iachino recibe una primera señal de la presencia de los acorazados cuando interceptó un mensaje de la base de Rodi dirigido a Supermarina: “Hora 12:16 avión de exploración estratégico en el Egeo ha avistado un acorazado, un portaviones, 6 cruceros y 5 destructores a levante del Vittorio Veneto.” Iachino se muestra escéptico ante este aviso pues no cree posible que sus exploradores no hubiesen descubierto otra escuadra naval tan cercana a la formación italiana. Como ya había sucedido durante el día, pensó que los exploradores habían confundido las naves amigas con las enemigas, así que decidió esperar a que la noticia le fuera confirmada por Supermarina. Pero también en Roma el mensaje de Rodi no fue creido y decidieron no comunicarselo a Iachino para no crear mas confusión. La verdad es que en el puente del Vittorio Veneto ya había demasiada. Esta señalización, aun en su imprecisión, era auténtica y a confirmarla no fue tan solo un avion de exploración sino dos aviones torpederos de Rodi que, además, atacaron sin suerte al Formidable. Si Iachino y sobre todo Supermarina, que tenía los medios para certificar el mensaje, lo hubieran hecho puede ser que las cosas no terminaran como acabaron.


Así mientras Iachino llevaba las naves a sus bases sin saber que los acorazados ingleses le seguian, Cunningham mantenía un cuadro completo muy claro de la situación. Su único error era el de pensar que además del Vittorio Veneto hubiesen también dos acorazados de la clase “Giulio Cesare”. De todos modos no tenía posibilidades de alcanzar a un enemigo con naves más veloces, la única esperanza eran los aviones torpederos: si uno de ellos tocaba una nave y la ogligaba a disminuir su velocidad él podría caerle encima con toda su artillería. En base a este concepto Cunnigham desencadenó contra la escuadra italiana una intensa ofensíva aérea. El ataque fatal para el Vittorio Veneto se concretó a las 15:19. Una escuadrilla de 5 torpederos, 3 Albacore y 2 Swordfish, y algunos cazas comandados por el capitán de corbeta Dalyell-Stead atacó valerosamente la nave italiana. Mientras los cazas confundían la defensa antiaérea Dalyell-Stead, con 3 torpederos, se colocó en abanico a proa del acorazado. El capitan lanzó su torpedo a casi 1.000 mts segundos antes de ser derribado, los otros aviones lanzaron algunos segundos después. A bordo del buque insignia se observó con ansia la estela de los torpedos que se acercaban. Dos estaban evidentemente fuera del blanco pero el otro, el lanzado por Dalyell-Stead, apuntaba directamente hacia la nave. Desde el puente se hizo todo lo posible por evitarlo y la gran nave obedeció docilmente a los mandos, pero todo fue inútil: el torpedo tocó rozando la popa y explotó a altura de la hélice izquierda. Casi 4 toneladas de agua entraron en el casco, el timón se bloqueó y la nave se detuvo.
Por 6 dramáticos minutos la nave permaneció immovil, luego lentamente empezó a moverse de nuevo, gobernada con el timón de mano. Hasta las 16:42 no recuperó su ruta pero con una velocidad máxima de tan solo 15 nudos. El coloso estaba gravemente herido y lo peor era que se encontraba a más de 420 millas de su base. Mientras tanto la Mediteranean Fleet se había acercado a 55 millas.

En esta grave situación Iachino supo actuar con frialdad para proteger al acorazado, su salvación era ahora el único objetivo de la misión, ordenó a la escuadra disponerse en orden de defensa del buque insignia. Solo los cruceros de la VIII Division (Garibaldi y Duca degli Abruzzi) fueron dejados libres para regresar a la base por su cuenta.
La escuadra asumió una excelente formación de defensa en 5 columnas con menos de 1 milla entre ellas. El Vittorio Veneto permanecía en el centro con 2 destructores a proa y a popa. A su flanco izquierdo estaban alineados los cruceros de la III División (Trento, Trieste y Bolzano), en el flanco derecho los cruceros de la I División (Zara, Fiume y Pola). En el exterior el resto de destructores, 3 a izquierda y 4 a la derecha.

Cunningham ordenó a su observador personal, el capitán de corbeta Bolt, investigar los resultados del ataque. A las 18:20 Bolt señaló que el Vittorio Veneto seguramente había sufrido daños y navegaba a 12 nudos (realmente en ese momente la escuadra desarrollaba 19 nudos y los ingleses 20). Si no ocurría nada, por la equilibrada proporción de velocidad y por la noche que se acercaba, no existía posibilidad que las dos formaciones se encontraran.
Iachino todavía desconocía la situación real. No tenía motivos para considerarse perseguido. Personalmente comenzaba a sospechar de la presencia de una escuadra enemiga, pero no poseía los instrumentos para concretar esta sospecha a causa del insuficiente apoyo de la exploración aérea. Estaba, de todos modos, lejos de imaginar que el enemigo permanecía a sus espaldas a menos de 50 millas.

El sol se puso a las 18 :55 el 28 Marzo de 1941. A bordo de las naves italianas los marineros saludaron con alegría el anochecer, ya que la oscuridad protegía la escuadra contra ataques aéreos.

Cunningham estaba de otro humor, se daba cuenta que si no aprovechaba los pocos minutos de luz que le quedaban a la mañana siguiente la escuadra enemiga se encontraría segura bajo la protección de los bombarderos. Pero ¿ que hacer ?, mandar los cruceros al ataque hubiera sido un suicidio, con su formación compacta a 5 columnas las unidades italianas podrían permanecer inmunes golpeando a sus atacantes. Decidió entonces otro ataque aéreo y esperar a ver que sucedía. A las 19:30, cuando la oscuridad estaba llegando, los aviones cayeron sobre la formación italiana. Por 15 minutos las naves maniobraron en formación estrecha dando prueba de una excelente habilidad marinera, mientras la artillería antiaérea efectuaba un fuego intenso y preciso. Después llegó el silencio.
Desde las 19:45 a las 20:10 la escuadra prosiguió su ruta sin interrupciones. Ninguna unidad había reportado daños y como consecuencia se podía considerar el resultado del ataque como negatívo.



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El Albacore 5 del subteniente de navio Williams,que torpedeo al Pola

Pero, por el contrario, existía una victima: un torpedo había tocado al Pola y este permanecía immovilizado sin energía eléctrica, sin poder girar ni siquiera sus torres.
A las 20:11 se intercepta en el Vittorio Veneto el mensaje enviado por el almirante Cattaneo, comandante de la I División, que a bordo del Zara interroga al Pola sobre cuales son sus condiciones. Pocos minutos después el Pola respondía que había recibido un torpedo y que no podía continuar. La tragedia empezaba a tomar forma.
Considerando la situación real del momento, hubiera sido oportuno para la flota italiana abandonar el Pola a su destino y continuar hacia la base. Pero la situación real era desconocida para Iachino y por los siguientes motivos se decidió a socorrerlo:

· Se ignoraba que la escuadra enemiga navegase tan cerca.
· Se ignoraba, por defectos de información, que los ingleses estuviesen formidablemente bien entrenados para el combate nocturno.
· Se ignoraba que las naves enemigas dispusiesen de radar.

Después de las noticias recibidas desde el Pola, el almirante Cattaneo pidió permiso a Iachino para ayudarlo. Este respondió afirmativamente y ordenó la inversión de su ruta a los cruceros Zara y Fiume y a los destructores Alfieri, Gioberti, Carducci y Oriani. En tanto la vanguardia inglesa se había acercado mucho más. A las 20:15 el crucero Orion descubre con el radar al Pola y después de señalar su posición a Cuningham continuó la persecución de la flota. Escapando de este modo a los cruceros y a los destructores el Pola se mantuvo immovil en la oscuridad a causa de la falta de energía eléctrica, sin darse cuenta del intenso movimiento de naves en sus cercanías. En un cierto momento el comandante del Pola, capitán de navío Manlio De Pisa, viendo algunas siluetas oscuras y creyendo que eran las naves italianas, lanzó una bengala roja para indicar su posición.

En este ir y venir de naves amigas y enemigas, los cruceros mandados a socorrer el Pola proseguían tranquilos sin siquiera tener las armas de a bordo en posición de disparo. Los cañones mantenían las bocas obstruidas con los tapones metálicos de protección, como disponía el anticuado reglamento para la navegación nocturna. Se estaba entrando en una trampa mortal sin que nadie se diera cuenta.
Más tarde llegaron a la zona los acorazados ingleses, Cunningham ya tenía encuadrado en el radar al Pola, pero creía que se trataba del Vittorio Veneto.
A las 22:20 el Valiant detectó también al Pola a casi 6 millas a su izquierda. Cunningham ordenó a los acorazados apuntar los cañones de 381mm, un total de 24, contra el Pola. Pocos instantes antes de dar la orden de disparar sucedió un nuevo hecho : el comodoro Edelten, que desde el puente del Warspite exploraba con sus binoculares hacia estribor, descubrió la silueta de dos grandes buques que navegaban en sentido contrario. Convencido que se trataba de unidades inglesas fuera de ruta llamó a Cunnigham, que miraba hacia el otro lado, y le indicó los dos buques. El capitán de fragata Power los identificó inmediatamente como cruceros de la clase Zara. No obstante la sorpresa el comandante britanico ordenó rapidamente el ataque estas unidades.
Las torres de los 3 acorazados que apuntaban hacia el Pola convergieron hacia el otro lado, luego, en el mismo instante en que decenas de reflectores iluminaron el objetívo, una avalancha de fuego se desencadenó contra los dos cruceros italianos.
No fue difìcil alcanzarlos a una distancia de menos de 3.500 mts. Sobre el Zara cayeron 4 salvas de 381 mm del Warspite, 5 salvas del Valiant y 5 salvas del Barham. El Fiume fue centrado por 2 salvas del Warspite y 1 del Valiant. El efecto de este tiro a quemarropa, con proyectiles que pesaban cada uno casi una tonelada, fue devastador.

Immediatamente después fueron descubiertos también los 4 destructores que seguían a los cruceros y de ellos solo el Alfiere tuvo tiempo para responder al fuego antes de ser hundido junto con su comandante, el capitán de navío Toscano, que renunció a abandonar la nave. También el Carducci sufrió la misma suerte, mientras que el Oriani y el Gioberti lograron escapar pasando en la oscuridad por en medio de las naves enemigas, arriesgando incluso el colisionar con ellas. Por algunas horas las naves agonizaron entre las llamas, los destructores británicos aceleraron su hundimiento lanzandoles torpedos. El Zara se fue al fondo el último después de que el destructor Jervis le enviase 4 torpedos y la tripulación hubiese intentado el auto-hundimiento, eran las 2:40 horas del 29 Marzo.

El Pola, mientras tanto, permanecía immovil en medio del mar no muy lejos del lugar del encuentro. La situación a bordo era totalmente confusa y desesperada. Immediatamente después del impacto del torpedo muchos hombres se habían lanzado al agua pensando que la nave se hundiría. Luego subirían a bordo de nuevo, sea porque la nave flotaba todavía, sea por que el agua estaba muy fría (varios marineros murieron por congelación).
El siniestro resplandor de los cañonazos disparados por los acorazados britanicos había creado a bordo un dramático estado de animo.

Eliminadas las unidades italianas, Cunnigham recordó al Pola y mandó al Jervis a eliminarlo. La nave británica lo identificó como tal (Cunningham pensaba todavía que se trataba del Vittorio Veneto). El comandante Mack se dió cuenta de que el crucero no podía defenderse y entonces ordenó el abordaje. El Jervis se colocó al lado del Pola y los marineros británicos subieron a bordo. La escena que se presentó ante sus ojos fue desconcertante: en la cubierta rodaban decenas de botellas vacías, aquí y allá montones de ropa mojada y marineros desnudos y ebrios deambulaban por la nave (la embriaguez general era debida a que, después del baño en el mar, los marineros habían utilizado el vino conservado en la despensa para calentarse).

A las 03:35 todos los tripulantes del Pola fueron transferidos al Jervis. En esta ocasión, un oficial del Pola hizo un descubrimiento desconcertante que después daría inicio a muchas polemicas: el oficial vió colgada en una pared del Jervis una orden del día, con fecha del 26 Marzo, en la cual se anunciaba el ataque a la escuadra italiana.
¿ Como podían los ingleses haber previsto con tanta anticipación el encuentro de Matapán ?. Por este misterio se articularía con posterioridad la tésis sobre la traición y el espionaje en favor del enemigo por parte de algún personaje de Supermarina. Hoy sabemos en realidad que los ingleses sabían de los movimientos de la flota gracias a la interceptación de los comunicados (a traves de Enigma) entre los diversos comandos en el Mediterraneo.
A las 03 :40 después de haber terminado el traslado de tripulantes, el Jervis se alejó del Pola y le lanzó un torpedo, el crucero explotó y se hundió.

La rapidisima acción de Matapán había acabado. Hasta las 8 de la mañana, la Mediterranean Fleet permaneció en esas aguas y procedió a salvar a los naufragos, 55 oficiales y 850 marineros. A partir de esa hora aparecieron en el cielo algunos aviones alemanes y los ingleses interrumpieron la operación de socorro. La nave hospital Gradisca llegó a la zona el 31 Marzo y finalizó la busqueda el 2 de abril recuperando otros 13 oficiales y 147 marineros. La perdida en vidas humanas para los italianos fue de 2.303, muchos de ellos murieron por congelación.

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alphredus
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La batalla del cabo Matapán

Mensaje por alphredus » Jue Ene 23, 2020 2:21 pm

La batalla del cabo Matapán. Primera Parte.

Tras las demandas de intervención por parte de Alemania, una división naval italiana se hizo cargo de la misión de interceptar el tráfico británico entre los puertos egipcios y los griegos. Pero no se produjo el efecto sorpresa deseado, ya que las unidades italianas fueron detectadas por los aviones de reconocimiento británicos. Al mismo tiempo, la Escuadra Inglesa de Alejandría, con la ayuda del radar, sorprendería a los italianos, hundiendo en un combate naval nocturno a tres de sus cruceros y a dos destructores en las aguas del cabo Matapán.

A mediados de febrero de 1941, el almirante alemán Raeder, se reunió en Merano con el almirante Riccardi para planear la posibilidad de un ataque por parte de los buques italianos de superficie a los convoyes británicos, pero de aquellos intentos de planificación no se llegó a ninguna conclusión. El 5 de marzo y tras percatarse de la concentración de fuerzas británicas en Grecia, los alemanes pidieron de nuevo ayuda a los italianos, y estos no la llegaban a prestar por una serie de razones determinantes para la Reggia Marina en todo el transcurso de la contienda y que demuestran hasta que punto Italia no estaba preparada para la guerra.

En primer lugar, la falta de protección aérea adecuada, ya que Mussolini había decidido que no eran necesarios los portaviones, pero había quedado demostrado que las dificultades para organizar la cooperación entre la Escuadra italiana en la navegación y los aviones con bases en tierra, ya fueran italianos o alemanes, eran patentes.

En segundo lugar, la escasez de combustible, cuyas reservas al estallar el conflicto eran de 1.800.000 toneladas, una cifra que según Mussolini, bastaría para unos diez meses de guerra. En febrero de 1941, tras nueve meses de hostilidades, ya se habían consumido 1.000.000, y la contribución del Duce para solucionar el problema fue ordenar que las reservas habrían de racionarse para durar veinte meses.

En tercer lugar, nadie podía prever como acabaría la guerra y Mussolini estaba ansioso por preservar la Escuadra italiana para reforzar la posición de Italia en la conferencia de paz.

De cualquier manera, los alemanes consiguieron ejercer sobre los italianos la presión suficiente para lograr que tomaran una decisión al respecto y llevasen a cabo un ataque contra los convoyes británicos. Presionaron de tal forma que anunciaron que un ataque realizado el 16 de marzo por aviones torpederos alemanes contra la Flota del Mediterráneo, al mando del almirante Cunningham, había dejado fuera de combate a dos de sus tres acorazados, noticia que era totalmente falsa, y nada inducía a pensar que los italianos iban a creerlo, pero estos estaban quizás en la obligación de acceder a los deseos de Alemania, tras haber recibido la seguridad de que la Luftwaffe les iba a apoyar. La operación italiana planeada por el comandante en jefe de la flota, el almirante Iachino, consistía en un doble avance de cruceros en dirección Este, por el norte y el sur de la isla de Creta. La formación septentrional debía alcanzar el extremo oriental de la isla, mientras que la meridional avanzaría hasta la isla de Gadvos, situada frente a la parte occidental de Creta. Para ello se emplearían 6 cruceros, dotados de cañones de 203 mm, 2 cruceros con cañones de 152 mm. , y 9 destructores apoyados por el buque Vittorio Veneto, buque insignia acorazado de 35.000 toneladas, recien construido y dotado de nueve cañones de 381 mm.
Al principio de la guerra, los italianos poseían 6 acorazados, pero tres de ellos fueron puestos fuera de combate en noviembre, durante la incursión aérea de Tarento, llevada a cabo por los ingleses. De los que quedaban, el Vittorio Veneto, con sus 30 nudos era el único capaz de tomar parte en la misión planificada…


Este texto está adaptado y resumido por mi, extraído de las crónicas periodisticas de David Woodward, corresponsal de guerra del diario "New Chronical", que entre 1942 y 1943, siguió la guerra naval del Mediterráneo y el Extremo Oriente.
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La batalla del cabo Matapán

Mensaje por alphredus » Vie Ene 24, 2020 1:17 pm

La batalla del cabo Matapán. Segunda parte.

Las unidades italianas zarparon en secreto de las bases de La Spezia, Nápoles, Tarento, Brindis y Mesina. Una vez reunidas comienza la operación el 27 de marzo por la mañana. Durante todo el día avanzaron hacia el Este, esperando en vano el prometido apoyo de la Luftwaffe. Los únicos aviones que encontraron fueron los de la RAF, aunque esta fuerza estaba representada por un único hidroavión del tipo Sunderland que sobre las 12:30 avistó a unas 75 millas al Este de Sicilia, tres cruceros italianos navegando en dirección a Creta.

El almirante Cunningham, cuyos acorazados Warspite, Valiant y Barham estaban fondeados en Alejandría, da la orden de que zarpen durante la noche con el objeto de que su salida pase inadvertida el mayor tiempo posible. Se valió de la estratagema de bajar a tierra con una bolsa de palos de golf y una maleta, dando así la impresión de que había decidido pasar la tarde y el resto de la noche fuera del buque insignia.

La formación italiana llevaba, en concreto a bordo del Vittoro Veneto, descifradores de mensajes en clave, por lo que el asunto del hidroavión inglés que había descubierto una parte de la formación italiana se comunicó al almirante Iachino. No se podía pensar entonces, en una acción sorpresa; mientras que si toda la escuadra italiana hubiera vuelto atrás, se habría creado un nuevo estado de tensión entre los alemanes e italianos. La operación que había de realizarse al norte de Creta fue cancelada el 27 de marzo por la tarde, por la Supermarina, que desde Roma coordinaba y dirigía todas las fuerzas navales y se ordenó a los buques encargados de la misma, los cruceros Zara, Pola y Fiume, con los destructores de escolta, que se uniesen a los otros cruceros italianos que navegaban a lo largo de Gavdos. A las 7:22 del día siguiente, dichas unidades divisaron una formación avanzada de cruceros británicos al mando del vicealmirante Wippell, que estaba constituida por los buques Orion, Ajax, Gloucester y el australiano Perth, con cuatro destructores, que habían escoltado un convoy a Grecia. De las dos formaciones de cruceros, los italianos estaban mejor armados y eran más veloces, por lo que los ingleses invirtieron su ruta para atraer al enemigo hacia los acorazados de Cunningham.

Los italianos los siguieron y abrieron fuego a una distancia de 13 millas, y continuaron disparando unos cuarenta minutos. Luego, el almirante Iachino, ante el temor de que se estuviesen aproximando demasiado a las bases británicas, les dio orden de invertir la ruta hacia el Oeste, para unirse al Vittorio Veneto. Pero entonces, también el vicealmirante Wipell invirtió su ruta y así los ingleses se convirtieron de perseguidos en perseguidores. La situación duró hasta que a las 10:58, el Orion divisó al Vittorio Veneto. De nuevo los ingleses invirtieron la marcha y una vez más se dirigieron a toda máquina y protegiéndose con una cortina de humo, hacia donde se hallaba Cunningham, perseguidos por las andanadas de 381 mm del Vittorio Veneto. Los buques británicos corrían serio peligro de encontrarse rodeados por los cruceros italianos que habían estado persiguiendo, y que ahora se encontraban al Sur, y el Vittorio Veneto, que navegaba rumbo Norte...

Este texto está adaptado y resumido por mi, extraído de las crónicas periodisticas de David Woodward, corresponsal de guerra del diario "New Chronical", que entre 1942 y 1943, siguió la guerra naval del Mediterráneo y el Extremo Oriente
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La batalla del cabo Matapán. Tercera Parte (y final)

Mensaje por alphredus » Sab Ene 25, 2020 1:54 pm

La batalla del cabo Matapán. Tercera parte


Los ataques de la aviación inglesa

En los momentos críticos de la persecución, aviones procedentes del portaviones británico Formidable, que al fín había podido cruzar el canal de Suez, atacaron a las unidades italianas, que los rechazaron, sin que ninguno de los dos bandos dañara al adversario. El Vittorio Veneto cambió de ruta mientras Cunningham realizaba una persecución cerrada a una distancia de 65 millas. A las 15:30 horas, cinco aviones torpederos del Formidable se dispusieron a atacar de nuevo, mientras el acorazado italiano era objeto de otro ataque simultáneo a alta cota, por parte de bombarderos de la RAF. NInguna de las bombas alcanzó su objetivo, pero el bombardeo atrajo la atención de la defensa antiaérea italiana, que así no consiguió descubrir a tiempo los aviones torpederos del Formidable que se aproximaban en vuelo rasante, muy cerca del agua. Al descubrirlos, el Vittorio Veneto viró para presentar al enemigo a popa y hacerse un objetivo lo más pequeño posible, en tanto que el fuego antiaéreo de todos los buques se trasladó de los bombarderos de la RAF a los torpederos que se lanzaban al ataque. El capitán de corbeta Dalyell-Stead, que lo dirigía, lanzó un torpedo y fue inmediatamente abatido, precipitándose su aparato al mar antes de que el torpedo alcanzase al Vittorio Veneto, al que abrió un boquete en la popa por el que entraron 4000 toneladas de agua. Durante algún tiempo, el buque insignia italiano permaneció parado; luego, lentamente las máquinas se pusieron en movimiento y aumentando la velocidad, puso rumbo a Tarento, navegando al principio a unos 10 nudos, y luego a 20. Aún era lo bastante veloz para mantenerse fuera del alcance de los ingleses, hasta que cayera la noche.

Sobre las 19:30, casi media hora después de ponerse el sol, seis aviones Albacore y cuatro Swordfish, que prodecían de una base costera de Creta, atacaron a los cruceros y destructores del grueso de la Escuadra italiana que iban en formación de cinco columnas alrededor del Vittorio Veneto. El tiro antiaéreo resulto muy preciso y la formación de aviones ingleses fue desorganizada, pero los aparatos continuaron individualmente su labor y uno de ellos torpedeo al Pola, un crucero de 10.000 T, aunque no lograron identificarlo con seguridad en ese momento y Cunningham creyó que en un principio podría tratarse del buque insignia.

La persecución duró toda la noche. La Marina británica no se había vuelto a emplear en una persecución nocturna desde los tiempos de la Batalla de Jutlandia, veinticinco años atrás, y a pesar de las continuas maniobras de los últimos años, en aquel momento nadie tenía una confianza completa en que todo marcharía bien. No obstante Cunningham aceptó los riesgos de una acción nocturna antes que la perspectiva de un encuentro con la Luftwaffe a la mañana siguiente.

El crucero británico Ajax, uno de los pocos buques que por entonces estaban provistos de radar (denominado entonces RDF, o Range Direction Finder, es decir, detector de distancia y dirección), reveló la presencia de un gran buque que estaba parado. Cunningham cambió el rumbo para explorar, convencido de que podría tratarse del Vittorio Veneto, pero entonces descubrió en la oscuridad a otros tres buques, dos grandes y uno pequeño, que navegaban perpendicularmente a los acorazados británicos. El Formidable se retiró, porque de noche, un portaviones no puede operar de forma adecuada, sobre todo, estando el enemigo tan cercano; pero el Warspite, el Valiant y el Barham abrieron fuego a la increible distancia de 3.600 metros, mientras se iluminaba al adversario con un reflector del destructor Greyhound.

A las 22:28 los acorazados británicos encendieron también sus reflectores y comprobaron que cinco de los seis proyectiles de 381 mm. de la primera andanada del Warspite habían alcanzado su objetivo. Se sucedieron entonces más andanadas: "Se veían torres enteras y gran cantidad de otros fragmentos pesados saltar por el aire, cayendo al mar, entre columnas de agua, y en poco tiempo, los buques se convirtieron en antorchas flotantes, presa de las llamas, desde proa a popa", escribió Cunninghan en su diario de a bordo. El blanco que describía era el crucero Fiume.

Los navíos italianos habían sido sorprendidos porque ignoraban la presencia de buques de línea en las proximidades. Además, de noche no estaban en condiciones de utilizar sus cañones de 203 mm. ya que carecían de cargas de proyección de llamarada atenuada y de un dispositivo eficaz de reflectores. A pesar de todo ello, tres destructores italianos, apoyados por los maltrechos cruceros, se dispusieron a atacar a los acorazados británicos, y estos se alejaron. La acción había durado tan solo cuatro minutos y medio; pero cuando los navíos ingleses abandonaron el lugar, los cruceros italianos Fiume y Zara se estaban hundiendo.

Durante mucho tiempo, los ingleses ignoraron el motivo por el cual aquellos buques italianos navegaban separados del grueso de su flota. En realidad, lo que ocurrió fue que tras el ataque aéreo realizado por los británicos al ponerse el sol, los italianos se dirigieron a sus bases, pero más tarde, sobre las 20 horas, el almirante Iachino captó una señal del Zara al Pola: "Cual es vuestro estado operativo". Un poco más tarde el Zara comunicó al almirante: "Buque Pola informa haber sido alcanzado por torpedo en popa. Buque parado". Esta fue la primera noticia recibida por Iachino del torpedeamiento del Pola. Ahora bien, al igual que los comandantes de sus cruceros, Iachino ignoraba que hubiera buques británicos en las proximidades, exceptuando los cruceros de Pridham-Wippell, y por eso había ordenado al Fiume, al Zara y a cuatro destructores que acudiesen en ayuda del Pola. Así lo hicieron; pero más tarde, a las 22:28, el almirante italiano vió, a unas 45 millas a popa, las llamaradas de las salvas de 381 mm., y por primera vez se dió cuenta de que tenía muy cerca a los acorazados ingleses. Todo lo que podía hacer entonces, era esperar que el Vittorio Veneto no fuese descubierto y que este pudiera regresar a su base a la máxima velocidad que le permitieran sus averías.

La fase final de la Batalla del cabo Matapán consistió en un vano intento de los ingleses de interceptar al Vittorio Veneto y en el hundimiento de tres cruceros, una vez se dieron cuenta de que el acorazado había escapado. Se encomendó la misión de acabar con los cruceros al capitán de navío Phillip Mack, que mandaba a bordo del Jervis, la 14ª Flotilla de destructores. El Jervis, acabó primero con el Zara, asestándole un golpe de gracia. El Fiume ya se había hundido, y después encontró al Pola inmovilizado. Algunos hombres de su dotación se habían arrojado al agua y después, viendo que el buque continuaba manteniéndose a flote, regresaron a bordo de nuevo, despojándose de las ropas empapadas. Para entrar en calor, habían empezado a beber y algunos presentaban síntomas de embriaguez, mientras que otros parecían medio asfixiados, debido probablemente a las emanaciones procedentes de la sala de máquinas. Se colocó entonces al costado del Pola y envió a bordo a algunos hombres armados con arma blanca. Los italianos no opusieron resistencia. Habría sido posible remolcar el navío hasta Alejandría, como botín de guerra, si no se hubiera temido un ataque de la Luftwaffe a la mañana siguiente. Por esta razón, el buque italiano fue hundido con un torpedo disparado desde el Nubian.

De vuelta a Italia, Iachino tuvo que afrontar la derrota y transmitir al Duce el informe del desastre. Poco después, examinando el borrador de las intercepciones de los radiomensajes efectuadas durante la contienda, el Estado Mayor de Iachino descubrió que los ingleses se habían dado cuenta de la presencia de los buques italianos en la oscuridad y auna distancia mucho mayor que la de avistamiento óptico, por lo que dedujeron que los buques británicos debían esta provistos de alguna especie de radar. Mussolini se convenció entonces, por vez primera, de que su flota, para poder operar libremente en el Mediterráneo, tenía la necesidad de contar con portaviones, y a ese fín, ordenó la transformación de dos grandes trasantlánticos. No obstante, ninguno de los dos estaba listo en el momento del armisticio, firmado en septiembre de 1943. Los ingleses se mostraron muy satisfechos por el hundimiento de los tres cruceros y de los dos destructores: el Alfieri y el Carducci. Pero al mismo tiempo se sintieron desilusionados por no haber acabado con el Vittorio Veneto.
Sin embargo, en cuanto a la versión italiana que aparece en la Oficina Italiana de Historia sobre las cuestiones tratadas en este relato, se dijo lo siguiente:

1.- De La Spezia no partió ningún buque italiano.
2.- Los cruceros que combatieron a lo largo de Gavdos fueron el Trieste, el Trento y el Bolzano.
3.- Las unidades italianas descubiertas por los acorazados ingleses fueron solo dos: el Zara y el Fiume.
4.- Los marineros italianos no pueden embriagarse a bordo, ya que sus buques no llevan cantina.
5.- En aquella ocasión, los italianos pudieron comprobar que el radar ya lo empleaban los buques ingleses. Los alemanes cedieron un ejemplar a la Marina Italiana, que lo instaló, a principios de 1942, en el destructor Legionario.

Todo este relato procede de mi adaptación de las crónicas periodisticas del diario "New Chronical", publicadas por el reportero David Woodward, corresponsal de guerra en el Mediterráneo, en aquellas fechas.

Fin del post.
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