La operación Kiebitz, 1942

[Kurt_Steiner]

Fuente https://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Kiebitz

La operación Kiebitz fue un fallido intento alemán para organizar la fuga de cuatro hábiles comandantes de submarinos de un campo de prisioneros de guerra canadiense en Bowmanville, Ontario. La posterior contraoperación de la marina canadiense, la operación Pointe Maisonnette, se convirtió en un compromiso clave en la Batalla de San Lorenzo y también logró frustrar el plan de los alemanes.

Plan de fuga de prisioneros
El plan fue desarrollado por la Kriegsmarine en 1942 y debía ejecutarse en septiembre de 1943. Horst Elfe; el capitán del U-93, Hans Ey; el capitán del U-433, Otto Kretschmer; capitán del U-99, y Hans Joachim Knebel-Döberitz, oficial ejecutivo del U-99; escaparían del Campamento 30 en Bowmanville y recorrería 1.400 kilómetros a través del este de Canadá hasta el norte de New Brunswick, donde se encontrarían con un submarino frente a Pointe de Maisonnette en Chaleur Bay. Knebel-Döberitz era el ex ayudante del almirante Karl Dönitz y, junto con Kretschmer, se pensaba que era la razón principal detrás de esta arriesgada operación. Si hubiera tenido éxito, habría sido un material de propaganda sensacional para la maquinaria de guerra alemana.

Se enviaron mensajes codificados por correo a través del Comité Internacional de la Cruz Roja a los prisioneros alemanes en el Campo 30 en Bowmanville, al este de Toronto. Estos mensajes fueron interceptados por la inteligencia y la policía canadienses, que estaban vigilando todas las comunicaciones de los prisioneros. Las autoridades canadienses no avisaron a los prisioneros de que se habían detectado sus planes, ya que la marina canadiense esperaba tener una rara oportunidad de apoderarse de un submarino alemán en aguas canadienses; una hazaña que habría sido un gran golpe para las armadas aliadas.

El ejército, la Real Policía Montada de Canadá y los guardias del campo vigilaron a los prisioneros alemanes mientras comenzaban a cavar en secreto varios túneles, al menos uno de los cuales eventualmente conduciría fuera del campo. Los excavadores también crearon un ferrocarril rudimentario que podía sacar la tierra del túnel, permitiendo que el trabajo avanzara de manera más rápida y eficiente. En un momento dado, la tierra excavada en uno de los túneles derrumbó parte del techo del edificio del campamento donde estaba escondido. Los guardias del campo, conscientes del ardid, no detuvieron el proyecto.

A medida que se acercaba la fecha del intento de fuga, los policías montados y los guardias militares entraron y capturaron a los prisioneros mientras intentaban implementar su plan y colapsaron el túnel. Desesperado, uno de los oficiales de la Kriegsmarine, Wolfgang Heyda, capitán del U-434, logró escapar por encima de los muros del campo utilizando una tosca tirolina suspendida de cables eléctricos. Heyda eludió los grupos de búsqueda y la respuesta policial masiva y de alguna manera logró llegar en los trenes de pasajeros de los Ferrocarriles Nacionales Canadienses desde el sur de Ontario hasta Pointe de Maisonnette. Heyda llegó al lugar a la hora acordada sólo para ser arrestado por los policías montados y el personal naval, que estaban esperando para coordinar un grupo naval que intentaría atacar o apoderarse del submarino.

La operación Pointe Maisonnette
Para capturar el submarino, la marina y el ejército canadiense establecieron un conjunto de radares de superficie portátiles en la costa del faro de Pointe de Maisonnette (Nuevo Brunswick), que sería utilizado para localizar el submarino por un grupo de varios buques de guerra centrados en el HMCS Rimouski, que fue equipado con un sistema de iluminación difusa experimental que se consideró revolucionario en ese momento. Esta fuerza naval, bajo el mando de Desmond Piers, estaban escondidos cerca para esperar al submarino.

El U-536, al que se le había encomendado la tarea de recoger a los oficiales navales que escapaban, llegó frente a Pointe de Maisonnette a la hora acordada la noche del 26 de septiembre de 1943. El personal de la marina y del ejército canadienses señalaron con una luz que los fugitivos deberían haber usado. Sin embargo, el comandante del submarino sospechaba, sobre todo después de que sus hidrófonos captaron el sonido del grupo naval cercano. Optó por permanecer sumergido y comenzó a evadir los buques de guerra enemigos, que buscaron durante toda la noche e intentaron sin éxito atacar al U-536 con cargas de profundidad.

A pesar de evadir la trampa de los canadienses en la bahía Chaleur en septiembre, el U-536 fue hundido el mes siguiente al noreste de las Azores por un buque de guerra británico y dos canadienses, cobrándose 38 vidas.