Sigfrido escribió:El problema a mi entender es que en España todavía hay la percepción de que los libros de temática militar "no venden", y los editores prefieren no arriesgarse con obras demasiado específicas.
Bueno, yo tengo muy claro que no voy a criticar que se pongan a la venta libros generalistas sobre la segunda guerra mundial, como tampoco critico si en una tienda de ropa la mayor parte de lo que venden a mí no me gusta. Compro en otra tienda y punto.
Los libros generalistas son necesarios. Hay público que los demanda y es entendible que las editoriales apuesten por esa clase de títulos. Ya se sabe que la ley de la oferta y la demanda impera en estos casos.
Otro tipo de lectores quieren obras más específicas de reconocidos autores que, desgraciadamente, no se encuentran tan a menudo en las estanterías, pero no nos debemos rasgar las vestiduras por eso. Para esos frikis, entre los cuales me incluyo, tenemos una extensa bibliografía en inglés donde podemos saciar nuestras ansias de lectura. Y ahora con internet, no hay problema de acceso a todas esas obras.
Y alguien me dirá "es que yo no sé inglés". Pues eso no es culpa de las editoriales. EN todo caso, la culpa es de uno mismo por no conocer ese idioma en los tiempos que corren o acaso los responsables pudieran ser sus progenitores, que no supieron darle la educación adecuada en ese aspecto o no pudieron, vete a saber. No podemos culpar a las editoriales españolas de eso. Y además, nunca es tarde para aprender un idioma si en verdad nos interesa tanto acceder a esos trabajos más específicos en inglés.
Es mejor publicar un libro de divulgación general que, en teoría, puede interesar a más público. Así se explica que existan fallos como los que comentáis.
Aquí no estoy en absoluto de acuerdo con tu afirmación. El escribir y sacar a la venta un libro generalista no significa que el libro pueda perfectamente contener errores garrafales y que se cuelen un montón de gazapos sin que pase absolutamente nada y nadie pueda poner el grito en el cielo. Es muy posible que sus lectores, al ser en muchos casos neófitos en la materia no detecten esos errores y les parezca un buen libro, simple, pero un buen libro con el cual han podido introducirse en un tema que les apasiona.
Un libro generalista no es sinónimo de un mal libro. Simplemente es un libro para un público determinado. NI más ni menos.
Al final, lo que me indigna es que son siempre los usuarios finales los que pagan los platos rotos. Las editoriales recortan gastos, y lo primero que hacen es ofrecer cantidades de dinero paupérrimas a los traductores por su trabajo, lo cual ha espantado a los verdaderos traductores profesionales por lo que el resultado es el que todos hemos visto: libros mal traducidos y auténticos esperpentos que todos hemos tenido la ocasión de sufrir y tragar.
Y no estoy hablando de una editorial en concreto, ya que la mayoría están haciendo lo mismo, aunque es significativo que en la mayoría de los casos las que peor lo están haciendo en este sentido son las editoriales de renombre. Sin ir más lejos, ya han llegado a mis oídos que el nuevo libro de Beevor (El día D, Crítica 2009) también está haciendo de las suyas en cuanto a la traducción se refiere, ya que a los cazacarros los denomina "tanques destructores", los carros de combate pasan a ser "acorazados" y ahora resulta que Rommel era un "general de acorazados".
¿Hasta cuando tendremos que soportar esta tomadura de pelo a los lectores?