Hermann Göring: Hizo algo bien?

Cuestiones generales relativas a la Segunda Guerra Mundial

Moderador: Francis Currey

Von Salza
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Hermann Göring: Hizo algo bien?

Mensaje por Von Salza » Vie Jul 28, 2006 3:28 pm

Desde mi desconocimiento de muchos aspectos de la IIWW me he hecho esta pregunta... Tomó Göring alguna decisión acertada? Sus bravatas tanto en la batalla de Inglaterra como en la bolsa de Stalingrado fueron sonadas... Qué opinais?

Saludos a todos y buenas vacaciones.

P.D.: Tened paciancia conmigo, estoy empezando y no sé si esta pregunta debería ir en este apartado de "General y Preguntas". Gracias.

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Salgento Arensivia
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Mensaje por Salgento Arensivia » Sab Jul 29, 2006 12:27 am

La Luftwaffe se comportó bastante bien en la Guerra Civil Española, Polonia, Noruega y Francia. También lo hizo bien en los Balcanes, África y en la URSS (hasta 1943). Goering y el resto de sus subordinados crearon una magnífica fuerza aérea táctica que dió excelentes resultados a Alemania, adelantándose a sus rivales. Esta fuerza aérea tenía varias limitaciones, pero si dió tan buenos resultados (por lo menos al principio) sería porque no todos los planteamientos de Goering y compañía fueron erróneos. Goering no es santo de mi devoción, pero al César lo que es del César

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José Luis
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Mensaje por José Luis » Sab Jul 29, 2006 5:13 am

¡Hola a todos!

En mi opinión, Hermann Göring fue el mayor responsable del fracaso final de la Luftwaffe, y una de las mayores rémoras que pudo tener el Tercer Reich en la guerra. Y quizás no haya que preguntarse qué hizo mal (pues se llenarían muchas páginas), sino qué dejó de hacer y a quién dejó hacer.

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Mensaje por Harry Flashman » Lun Jul 31, 2006 3:54 pm

Hola.
Soy de la misma opinión de José Luis: Goering fue el mayor, aunque no único, responsable del fracaso de la Luftwaffe. A su falta de capacidad como comandante unía un exceso de poder, ya que además de jefe de la fuerza aérea era uno de los capitostes nazis, lo que hacía que sus decisiones fuesen casi indiscutibles, y que pudiera materializar sus manías y caprichos (como tener una división acorazada de la Luftwaffe, ¡y encima ponerle su nombre! :lol: ) como no podían hacerlo los jefes militares profesionales.
Saludos.

platoon
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Mensaje por platoon » Lun Jul 31, 2006 6:25 pm

ahora no recuerdo quien fué,,pero quien la cagó en la LW en Stalingrado, cuando era incapaz de provisionar al IV ejército,,,pero se comprometió a llevar las toneladas suficientes de las cuales, solo llegaba 1/4 del total prometido?? No lo recuerdo. Además, los rusos establecieron AAs a través del todo recorrido de la LW, que suministraba las provisiones hasta Stalingrado,,y derribaron muchos aviones axis. Además del mal tiempo, además, de qe la mitad de las cajas contenían revistas, condones y demás eneseres que no era comida,,además, de que se sacrificó al VI ejército como si fueran ganado...Lo leí pero no recuerdo quien fue tan cabezón,,a parte del propio Hitler,,que en lugar de romper el cerco, y crear un pasillo de salida, y eso que tuvo oportunidad de hacerlo....quiso mantener al VI ejercito a toda costa.., mientras morían de inanición. Incluso, la única razón que daba cuando le llegaban los informes de la situación del VI ejercito, tan solo decia, que eran unos traidores, y que no se creía que el VI ejercito estuviera tan mal,,,un ejercito axi,no podía estar en esas condiciones, ya que eran Ubers...(entendiedo uber, como que hitler pensaba que eran invencibles))
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Hans-Ulrich Rudel
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Mensaje por Hans-Ulrich Rudel » Sab Ago 05, 2006 3:42 am

HERMAN GÖRING SOLO TUVO UN ERROR EN LA IIGM, EL ORDENAR EL CESE DE LOS ATAQUES CONTRA LOS SPITFIRE(POR RAZONES DE COSTES) QUE ESTABAN AL BORDE DE LA DESAPARICION Y ORDENAR LOS ATAQUES AEREOS CON BOMBARDEROS SOBRE LAS CIUDADES QUE ESO SI COSTO MUCHO MAS EN HOMBRES,DINERO,MATERIAL Y TIEMPO.
REFERENTE A LA BOLSA DE STALINGRADO EN PRIMER LUGAR LA CULPA FUE APOSTAR POR LAS DIVISIONES RUMANAS,QUE NO RESISTIERON EL EMPUJE RUSO, PARA CUBRIR LOS FLNACOS EN VEZ DE UN COMBINADO DE DIVISIONES DE FINLANDIA,ESLOVAQUIA,BELGICA Y ESPAÑA COMO ALGUNOS GENERALES QUERIAN Y A LA SUPERIORIDAD INDUSTRIAL DE LA URSS COMO SU POTENCIAL POBLACIÓN ADEMAS UNIDO A LA POCA EXPERIENCIA Y EN MI ENTENDER DE VON PAULUS PRECIPITARON TODO.
GÖRING PLANTEO UN AVITUALLAMIENTO A LAS TROPAS CERCADAS INSUPERABLE PERO LA RAPIDEZ DE LOS RUSOS EN LA COLOCACION DE UN PERIMETRO DE ANTIAEREOS Y FOSOS DE COMBUSTIBLE IMPIDIO EL CORRECTO FUNCIONAMIENTO DEL PLAN IDEADO POR GÖRING.

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Mensaje por TMV » Sab Ago 05, 2006 3:49 am

Bajo mi punto de vista:

Goring = fracaso de la LW.

Pero que hizo bien...?
Delegó correctamente...?
Confió en alguien serio...?

Saludos
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David L
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Mensaje por David L » Sab Ago 05, 2006 7:43 am

Pero, ¿el cambio de objetivos en los ataques aéreos contra GB no fue responsabilidad del propio Hitler como venganza a la provocación de haber bombardeado Berlín la RAF?

Un saludo.
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José Luis
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Mensaje por José Luis » Sab Ago 05, 2006 5:17 pm

¡Buenos días a todos!

1) Al compañero Hans-Ulrich Rudel le ruego que tenga a bien desechar el uso sistemático de mayúsculas para escribir en el Foro. Gracias.

2) Sobre la pregunta del compañero David L. Las decisiones estratégicas sobre la guerra en el Tercer Reich de Hitler eran campo vedado a los comandantes de la Wehrmacht, y los ataques aéreos sobre ciudades inglesas estaban expresamente prohibidos por Hitler, que no consintió en ellos hasta primeros de septiembre de 1940. En la "Batalla de Inglaterra", si mal no recuerdo, el primer "bombardeo de terror" alemán se llevó a cabo, tras el beneplácito de Hitler, el 7 de septiembre. Pero, a mi juicio, sería un análisis muy superficial enjuiciar el liderazgo de Göring en la Luftwaffe, desde que se hizo cargo de ella, en base a este hecho relativamente irrelevante acaecido cuando la campaña aérea contra la RAF estaba virtualmente fracasada en sus objetivos iniciales. A menudo se le concede una importancia desmedida a ese suceso, mientras se olvida que los objetivos que la Luftwaffe perseguía cuando inició su guerra aérea contra la RAF y los puertos británicos sólo eran realmente importantes -de conseguirlos- en tanto en cuanto se llevara a la práctica la operación "León Marino". Pero esa operación nunca dejó de ser un fuerte farol que Hitler lanzó a Churchill en la partida de póker que se jugaba en aquel verano de 1940.

El liderazgo de Göring en la Luftwaffe hay que evaluarlo, en mi opinión, desde otros parámetros y desde la fecha en que se hizo cargo de la fuerza aérea alemana. Algo de este tema ya se ha tratado en el siguiente enlace:
http://wwwsegundaguerr.superforos.com/v ... 8&start=75

Con frecuencia se considera a Göring como el hombre que hizo posible el gran crecimiento de la fuerza aérea alemana iniciado a partir de 1933. Esto, con ser cierto, no explica, sin embargo, toda la verdad. Cualquier otro hombre con el poder político de Göring hubiera hecho, al menos, lo mismo. Era sólo cuestión de disponibilidad económica y autoridad. Pero cuando los nazis llegaron al poder, el Reichswehr ya había construido el armazón fundamental sobre el que se levantaría la futura Luftwaffe de Göring. Todo empezó en 1919 cuando Hans von Seeckt reclutó a 180 hombres de la extinta fuerza aérea imperial para que comenzaran secretamente a trabajar una nueva fuerza aérea. Hombres como el mayor Helmut Wilberg, el capitán Kurt Student, el capitán Wilhelm Vogt, el capitán Ernst Brandenburg, el mayor Oscar Ritten von Niedermayer, el coronel Thomsen, el teniente coronel Wilhelm Wimmer, el mayor Hugo Sperrle, el mayor Hellmuth Felmy, y muchos otros más (incluyendo a Paul Jeschonnek, el desgraciado hermano del que más tarde sería jefe del EMG de la Luftwaffe) bajo la batuta de Hans von Seeckt, primero, y los generales Wilhelm Heye y Kurt Hammerstein-Equord, después, fueron los que organizaron secretamente la nueva fuerza aérea, estudiaron el desarrollo tecnológico de la aviación de combate y de la economía de la aviación de combate extranjeras, supervisaron la propia investigación y desarrollo tecnológico de la nueva arma aérea del Reichswehr, y formaron y entrenaron a sus tripulaciones. Todo ello bajo circunstancias extraordinariamente complicadas resultantes de las restricciones del Tratado de Versalles.

Cuando Göring se hizo cargo de la fuerza aérea del Reichswehr en 1933 ya tenía prácticamente todo el trabajo hecho. Sólo se trataba entonces de multiplicar el presupuesto económico y dejar hacer a aquellos que venían haciendo desde 1919. La Luftwaffe, en última instancia, dejó de ser la inteligente fuerza aérea que había organizado el Reichswehr cuando murió el último de sus valedores, el jefe de su EMG, W. Weber. A partir de entonces, bajo la batuta de Göring y la ejecución de Udet y Jeschonnek, (¡qué curioso! Los tres se suicidaron, aunque el primero por motivos muy diferentes), la Luftwaffe emprendió una marcha paulatina hacia el fracaso, embriagada por unas victorias iniciales que no ocultaban al ojo crítico las graves deficiencias que la gobernaban, la mayor de las cuales era su propio comandante en jefe, el mariscal del Reich Hermann Göring.

No era baladí, por ejemplo, saber que la Luftwaffe durante mayo y junio de 1940 había sufrido unas pérdidas de 1.916 aparatos destruidos y dañados, que su primer encuentro real con la RAF durante las operaciones del reembarco aliado sobre los cielos de Dunkerque acabó con una seria derrota (presagio de lo que podía suceder en un inmediato encuentro sobre los cielos de Inglaterra), y que su producción de aviones de combate (especialmente cazas) era inferior a la británica ya en el mes de mayo de 1940. Y lo peor de todo era que no se veían soluciones a corto plazo para subsanar ese déficit con respecto a la producción aérea británica, cuyo superávit sobre la alemana crecía mes a mes. Por otra parte, Göring y Jeschonnek sabían que Hitler nunca llevaría a cabo “León Marino”, con lo que sangrar a su debilitada y problemática Luftwaffe en una absurda campaña aérea contra GB sólo conseguiría, a fin de cuentas, aumentar los ya de por sí graves problemas que arrastraba su fuerza aérea. El problema era ya mucho mayor, aunque esto no es achacable a Göring, si tenemos en cuenta que, cuando se decidía la campaña aérea contra GB, Hitler ya tenía decidido para sus adentros atacar a la Unión Soviética al año siguiente. Para cuando tocó iniciar “Barbarroja”, la Luftwaffe sólo pudo desplegar inicialmente 2.000 aviones de combate, cantidad muy inferior a la que había desplegado en mayo de 1940 en la campaña del Oeste. Y esto para no hablar de las tripulaciones y centros de entrenamiento.

Esto sólo es una gota de agua en el mar de problemas que tenía la Luftwaffe en 1940-1941, problemas que su comandante en jefe, Hermann Göring, desdeñó irresponsablemente. Cuando el curso de la guerra comenzó a mostrar su cara amarga a los alemanes, todo ese mar de problemas que tenía la Luftwaffe se convirtió en un inmenso océano.

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Mensaje por David L » Dom Ago 06, 2006 9:16 am

Pero una cosa José Luis: si como bien comentas, tras la llegada de Goring a la jefatura de la fuerza aérea del Reischwehr en 1933, el armazón de la futura Luftwaffe estaba ya hecho, y solamente se necesitaba poder y dinero, ambos posibles con Goring...¿qué parte se le podría achacar a Goring en el posterior fracaso de aquella ante la RAF? si GB llegó a producir más aviones de combate que la Alemania de Hitler en 1940, ¿no estaríamos hablando aquí de mayor potencial económico británico en industria de guerra aérea, algo que se saldría de las posibilidades reales de intervención personal de Goring en igualarla, teniendo en cuenta que éste no necesitaba ninnngún control parlamentario para llevar a cabo esta producción?

Un saludo.
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Mensaje por José Luis » Dom Ago 06, 2006 5:32 pm

¡Buenos días a todos!

Estimado David,

Hermann Göring no era la persona adecuada para dirigir la fuerza aérea alemana de la década de 1930, y mucho menos para dirigirla en tiempo de guerra. ¿Por qué? Porque sus cualidades profesionales y personales no estaban a la altura de una responsabilidad de tal envergadura.

El comandante en jefe del Heer era un militar profesional, al igual que lo era el de la Kriegsmarine. También eran militares profesionales sus jefes de estado mayor general. E igualmente eran militares profesionales capacitados en cuestiones tecnológicas quienes supervisaban lo que hoy llamaríamos I+D (Investigación y Desarrollo) en el campo armamentístico del Heer y Kriegsmarine. Con esto pongo de relieve la importancia de la organización de un ejército.

Cuando Hitler llegó al poder en 1933, el Reichswehr ya estaba perfectamente organizado, especialmente en el Heer y la Kriegsmarine. Es natural que estas dos ramas estuviesen mejor organizadas que la fuerza aérea (oficialmente inexistente), pues el ejército de tierra y la marina de guerra eran instituciones militares seculares, mientras que la aviación de guerra estaba en su infancia (en todas las potencias del mundo). Pero von Seeckt y los suyos habían puesto los cimientos y habían levantado una estructura sólida dentro de su arma aérea (al igual que en las otras dos ramas del Reichswehr) para que cuando Alemania se viese libre de las cadenas del Tratado de Versalles fuese cuestión organizacional y técnicamente sencilla el ampliar sus fuerzas armadas como correspondía a una nación que debía estar por derecho propio entre las potencias mundiales de la época.

Mientras que esos militares profesionales (y algunos civiles) llevaban a cabo esa extraordinaria y asombrosa hazaña, ¿qué hacía o a qué se dedicaba Hermann Göring? La respuesta, estimado David, la puedes encontrar en cualquier biografía del susodicho. Pero desde el final de la IGM hasta 1933-1934 habían pasado 15 años durante los cuales el futuro comandante en jefe de la Luftwaffe había quedado profesionalmente desfasado en cuanto a la evolución y desarrollo de la aviación de combate, tanto en el terreno tecnológico como en el doctrinario. La única contribución que Göring estaba en condiciones de aportar al desarrollo y rearme de la Luftwaffe era su impulso político y económico.

Ahora bien, Hitler y Göring querían hacer de la fuerza aérea un arma típicamente nazi, querían que la naturaleza de la Luftwaffe (su expansión y potencia) se indentificase a todos los niveles sociales y políticos, internos y externos, como un magnífico logro de nacionalsocialismo. Por tanto, parecía hasta cierto punto lógico, bajo esa pretensión, que alguien muy importante del Partido estuviese al mando de esa fuerza de combate, y Göring era la figura más señera para el puesto. Hitler no podía meter mano en el Heer y la Kriegsmarine en el mismo grado que lo podía hacer en la Luftwaffe, afortunadamente para el interés alemán. Aunque eliminó virtualmente el espíritu del Estado Mayor General alemán con sus purgas de 1938 y la aceptación de la dimisión de su comandante en jefe, el coronel general Beck, sin embargo Hitler era lo suficientemente inteligente y pragmático como para dejar que militares más o menos competentes dirigieran los asuntos relativos al Heer. Al menos mantuvo esta postura hasta diciembre de 1941.

En cambio, Góring fue incapaz de limitar sus responsabilidades en la Luftwaffe a una especie de mecenazgo, que era el papel que realmente debía haber jugado como comandante en jefe. No olvidemos que Göring también era, al mismo tiempo, el jefe del Plan Cuatrienal alemán (rearme de la Wehrmacht), y tenía además otras importantes responsabilidades políticas. Lo inteligente por parte de Göring hubiera sido delegar sus responsabilidades como jefe del entonces Ministerio de Aviación del Reich en profesionales capaces y capacitados. Y así lo hizo en un principio, más allá de su egotismo, vanidad y afán de rapiña. Tenía como segundo a un hombre competente en la persona de Erhard Milch (Secretario de Estado de Aviación). Blomberg facilitó a Göring personal del Heer altamente competente: el coronel Walther Wever, que se convirtió en el jefe de la Oficina del Mando Aéreo (y, cuando se creó en 1935, jefe del Estado Mayor General de la Luftwaffe); el coronel Hans-Jürgen Stumpff (personal), y Albert Kesselring, por citar unos pocos. Pero la "ausencia" de Göring duró justamente hasta la trágica muerte del general Walther Wever en 1936. No olvidemos esta fecha.

La oportunidad que permitió entrar a saco a Göring vino dada por las desavenencias surgidas entre Albert Kesselring (que sucedió a Wever como jefe del EMG) y Erhard Milch. El punto de fricción entre Kesselring y Milch giraba en torno a la cuestión de quién debía asumir la dirección de todas las agencias y oficinas del Ministerio de Aviación del Reich. Kesslering pedía para el EMG esa importantísima función, lo que privaría a Milch, como Secretario de Estado, de esa tarea.

El 2 de junio de 1937 Göring decretó que el jefe del EMG de la Luftwaffe debía estar directamente subordinado a él, y ya no a Milch. A partir de entonces el EMG sólo estaba obligado a informar a la Secretaría de Estado de las decisiones que hubiese tomado, con lo cual Milch dejaba de ser virtualmente el segundo de Göring para convertirse en la práctica solamente en su representante cuando Göring estuviese ausente de forma prolongada. Poco antes de que Göring tomase esa decisión, el 31 de mayo de 1937 Kesselring dejó el EMG (a petición propia y seguramente como resultado de su rivalidad con Milch) y fue sucedido por el que hasta entonces era jefe de personal de la Luftwaffe, el teniente general Hans-Jürgen Stumpff. La decisión de Göring del 2 de junio de 1937 fue su primera gran metedura de pata, pues en vez de mejorar la organización de la Luftwaffe, la empeoró provocando confusión y rivalidad. Stumpff describió en una carta de 6 de diciembre de 1937 la situación que había provocado Göring: "En vez de una agencia de mando, tenemos ahora dos. Un absoluto caos de órdenes y directrices ha sido el resultado inevitable" (1). Stumpff, ante esta situación, se ofreció incluso a subordinarse a la Secretaría de Estado siempre y cuando se permitiera al EMG dirigir los preparativos de guerra en tiempo de paz.

Göring intervino nuevamente el 18 de enero de 1938 para "resolver" el conflicto, y lo hizo a la manera de su maestro Hitler, con una solución de compromiso, eliminando prácticamente el papel de Milch en el Ministerio de Aviación del Reich, y tan sólo intervendría a petición del comandante en jefe. Stumpff quedaba en la práctica, a resultas de la decisión de Göring, como jefe del EMG, jefe de la Oficina del Ministerio, jefe del Departamento Central, jefe del Departamento de Defensa Aérea, jefe de la Oficina Técnica, jefe de la Oficina de Personal e Inspector General de la Luftwaffe, sólo subordinado directamente a Göring, Ministro de Aviación del Reich y Comandante en Jefe de la Luftwaffe.

Sin embargo, esa solución no resolvió el conflicto, pues Milch, en ausencia de Göring (lo que entonces ya era frecuente), recuperaba de alguna forma su antigua responsabilidad. Stumpff presentó su dimisión como jefe del EMG el 1 de febrero de 1939, siendo sustituido por el coronel Hans Jeschonnek. Unas semanas antes, Milch había sido nombrado Inspector General de la Luftwaffe y confirmado como suplente de Göring como comandante en jefe de la Luftwaffe.

Éste fue el primer logro de Göring al mando de la Luftwaffe: llevar caos y rivalidad allí donde, tras la muerte de Wever, sólo existían problemas menores, problemas de liderazgo que hubieran tenido fácil solución si ante su interés y ambiciones personales, Göring hubiese impuesto el interés general de la Luftwaffe y de Alemania. Ese conflicto no resuelto de una clara y definida organización de responsabilidades afectó muy negativamente al desarrollo general de la Luftwaffe en esos años cruciales, más allá de los defectos inherentes a la propia organización político-económica del Tercer Reich. Las consecuencias de esa caótica situación organizacional saldrían a relucir pocos años después.

Recapitulando este aspecto de la organización de la Luftwaffe. Göring puso finalmente a Hans Jeschonnek (un buen oficial de estado mayor general, pero carente de personalidad y ciego ante los deseos de Hitler) como jefe del EMG de la Luftwaffe, y a su amigo Ernst Udet como jefe de Suministros y Adquisición de la Luftwaffe (cargo para el que no estaba en absoluto cualificado), y a ambos les dio independencia de Milch (que era el único de esos cuatro realmente competente), reduciendo su capacidad de intervención. Lo que pudo ser y no fue si Göring dejase hacer a Milch se vería unos años más tarde cuando éste, junto con Speer, se hiciese completamente cargo de la supervisión del desarrollo técnico y armamentístico de la Luftwaffe. Pero entonces era ya demasiado tarde.

Si me he extendido demasiado en este aspecto es porque considero crucial conocer cómo empezaron y evolucionaron parte de los problemas fundamentales de la Luftwaffe, y quién fue su hacedor.

En cuanto a la situación de producción de aviación de combate de la Luftwaffe en 1940 y su comparativa con la RAF, por una parte, y el papel de Göring en ese estado de cosas, por otra parte.

En 1938 la RAF recibió un total de 2.827 aviones de todo tipo, 7.940 en 1939 y 15.049 en 1940 (2). La producción de la Luftwaffe fue de 5.235 aviones de todo tipo en 1938, 8.295 en 1939 y 10.826 en 1940 (3). La evolución en ambas fuerzas es bien diferente: mientras que GB casi triplicó en 1939 las entregas que había efectuado el año anterior, y dobló en 1940 las entregas de 1939, Alemania, en cambio, apenas superó en un 60% en 1939 la producción de 1938, y poco más del 20% en 1940 la producción de 1939. Estas deficiencias no pueden achacarse por entero a la situación general de la economía de guerra alemana del momento, es decir, no pueden justificarse por las limitaciones de su potencial económico y/o productivo. Alemania podía producir entonces muchos más aviones, sin necesidad de llegar a los 25.094 que produjo en 1943, o los 39.275 que produjo en 1944 (los años en los que Milch y Speer tuvieron relativamente carta blanca). Ni siquiera las producciones de 1941 (11.424 aviones) y 1942 (15.288 aviones) se pueden justificar por limitaciones en el potencial del esfuerzo de guerra alemán. Gran Bretaña entregó 20.094 aviones en 1941, 23.672 en 1942, 26.263 en 1943, y 26.461 en 1944. Como puede observarse, GB mantuvo a partir de 1941 un ritmo de producción casi idéntico hasta 1944.

Entre 1939 y 1941 Alemania podía estar, como mínimo, a la par en la producción de aviones de combate con GB. Si no fue así, la razón hay que buscarla, en particular, en la mala organización de la Luftwaffe y sus absurdas rivalidades (especialmente la oficina dirigida por Udet y en los problemas técnicos por él causados), y, en general, por una economía de guerra general que estaba subexplotada, casi, casi en los parámetros de una economía de paz. Pero dejando al margen este último problema, la Luftwaffe pudo haber conseguido una mayor producción si desde 1936 hubiese tenido resueltos sus problemas de organización, y hubiese contado con personal competente en los puestos de decisión. Si buscaís honestamente la principal razón de que esto no fuera así, acabaréis siempre llamando a la puerta de Göring.

No tengo tiempo de seguir con este interesante tema (por otra parte ya me he extendido por demás). Ahora tengo cita con un día taurino en Pontevedra (fiestas de la Peregrina), y estaré ausente hasta la noche, espero.

(1) Richard Suchenwirth, The Development of the German Air Force, 1919-1939 (Usaf Historical Division, 1968).

(2 y 3) Michael M. Postan, British War Production. Este estudio pertenece a la History of the Second World War, United Kingdom Civil Series, (ed) W. K. Hancock, 1952.

Hay muchísima bibliografía sobre el tema que nos ocupa, pero yo recomiendo la lectura de Historical Turning Points of the German Air Force War Effort, de Richard Suchenwirth (Usaf Historical Division, 1959). También es recomendable Strategy for Defeat: The Luftwaffe 1933-1945, de Williamson Murray, y los trabajos de Irving sobre Göring y Milch.

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Mensaje por Salgento Arensivia » Dom Ago 06, 2006 7:12 pm

De todas formas, la estructura de mando de la Luftwaffe estaba destinada al fracaso desde el principio. Al ser la rama de las fuerza armadas más controlada por los nazis, Hitler se encargó de que hubiera una maraña de rivalidades entre sus máximos dirigentes. Este contínuo tira y afloja entre Goering y los otros responsables hizo que se tomaran muchas decisiones erróneas. La personalidad de Goering tampoco ayudaba, ni tampoco su adicción a la morfina y se fue convirtiendo poco a poco en una lacra para la Luftwaffe. Al principio, sin embargo la Luftwaffe se portó impecablemente. Yo no atribuyo el éxito o fracaso de la Luftwaffe sólo a Goering. Hubo muchas decisiones buenas y malas, tanto de él como de Milch, Udet, Jeshoneck y los demás, lo que pasa es que él era la figura "folclórica" que destacaba (y disfrutaba con ello) y se tiende a apuntar sólo a él como máximo reponsable, cuando había más de una persona implicada (incluído Hitler)

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Mensaje por David L » Lun Ago 07, 2006 6:24 am

Gracias José Luis, como siempre interesantísimos tus comentarios. En fin, que trasladando la figura de Goring a términos futbolísticos, podríamos decir, que a veces un buen futbolista no siempre puede llegar a ser un buen entrenador; en el caso de Goring, parece que fue un as de la aviación, pero esto no es suficiente aval para poder llegar a ser un buen director de las fuerzas aéreas.

Buen apunte también el de Arensivia, parece que dejas caer que la mala dirección de la Luftwaffe no sólo sería consecuencia de una mala gestión de Goring, aunque a éste le correspondería un 90% de esponsabilidad en su fracaso.

Un saludo.
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Mensaje por Montefusco » Vie Ago 11, 2006 7:38 am

Mucho más grave para la causa del III Reich fue la pésima gestión del Reichmarschall como responsable máximo de la economía de guerra alemana: había fábricas que no trabajaban al 100% de su capacidad, determinadas industrias se reservaban para un ramo determinado de las FFAA y por tanto unas estaban saturadas y otras subutilizadas, se desperdiciaba mano de obra en tareas como servicio doméstico, se siguieron produciendo bienes suntuarios. Sólo cuando se decretó la "guerra total" y Speer se puso a cargo, comenzaron a cambiar las cosas

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SEP DIETRICH
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Mensaje por SEP DIETRICH » Dom Ago 13, 2006 8:04 am

Para mi fue el Gran Chorizo de la guerra,se dedicó a saquer obras de arte por toda Europa.
Fué el gran responsable de la escapada del Ejercito Expedicionario Británico en Dunkerke.
Metió la pata al cambiar los ataques a los aeródromos británicos por las ciudades.
Se acobardó por que le derribaron un Foke-Wulf Condor, y no volvió a incordiar a los convoys con ellos.
Lo de Stalingrado, sin palabras.
Y el remate fué el no hacer caso a Adolf Galant, con respecto a la fabricación de cazas para frenar los bombardeos aliados.
Creo que los acieros son achacables a su estado Mayor, y a los excepcionales pilotos alemanes.

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