Chang Kai-Shek el magnánimo

Cuestiones generales relativas a la Segunda Guerra Mundial

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Montefusco
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Chang Kai-Shek el magnánimo

Mensaje por Montefusco » Jue Ago 20, 2020 6:27 am

El 15 de agosto de 1945 un hora antes que Hiro-Hito anunciara por radio la rendición oficial de Japón, el generalísimo y lider supremo de la China Nacionalista, hizo una alocución a su pueblo:
"China tiene una moralidad distintiva, que nos ha enseñado, a pensar no en la maldad pasada de los individuos sino en sus futuras buenas obras...No debemos buscar tomar revancha de nuestro enemigo ni insultar a las personas inocentes de la nación derrotada... si nosotros los insultaramos como ellos nos lo hicieron a nosotros, un resentimiento simplemente llevaría a otro y así continuaríamos hasta la eternidad".

Si tomamos en cuenta la enorme hostilidad que sentían en ese momento los aliados occidentales hacia Japón, por su tratamiento brutal a los prisioneros de guerra y civiles que cayeron en sus manos (entre otras razones) y en otro contexto, los incendiarios discursos de Ilya Ehrenburg contra los alemanes, esta invitación a la mesura y la conciliación parecen totalmente fuera de lugar en 1945, tomando en cuenta sobre todo que ninguna pueblo había sufrido a manos de los japoneses más que el de China. Quizás Chiang quiso dar un gesto comparable a los que en ocasiones mostraban emperadores, monarcas y señores de la guerra, en aquellos tiempos cuando los conflictos distaban de ser "totales". Quizás fue una muestra práctica de filosofía confucianista que invita a "dar la otra mejilla". También tenía sus razones prácticas: había más de un millón de soldados japoneses apostados en territorio chino, su armamento era un botín codiciado y de ninguna manera se podía permitir que caiga en manos de las guerrillas comunistas de Mao-Tse-Tung. Incluso los mismos soldados podían unirse en masa a los comunistas si sus perspectivas de caer en manos nacionalistas eran sombrías. En organización y disciplina el ejército japonés estaban muy por encima del chino (salvo unas pocas unidades equipadas y entrenadas por estadounidenses), por lo que podía ser de ayuda para el mantenimiento del orden y los especialistas del ejército de su antiguo rival podían aportar con conocimientos técnicos que eran escasos en China. También influyó que Chiang había hecho parte de su formación militar en Japón y conocía a algunos generales japoneses.

Para la mayoría de soldados japoneses destinados a China, el período 1941-'45 había sido relativamente "suave", con sólo ocasionales escaramuzas con milicias de señores de la guerra locales, guerrillas comunistas o bandidos organizados que trataban de saquear los pertrechos del ejército japonés, ya que Chiang había decidido reservar sus fuerzas para el futuro combate con las de Mao, en lugar de lanzarlas contra un rival mejor organizado y armado, confiando en que EEUU se haría cargo de derrotarlo. El cautiverio fue igual de benevolente. No se los encerró en campos de prisioneros, los civiles no mostraban hostilidad, muchas unidades pudieron conservar sus armas de infantería por lo menos hasta casi finales de 1945 y ni siquiera se utilizó el término "prisioneros de guerra".

Gobernadores locales pedían a las unidades japonesas que vigilaran sus territorios por la poca fiabilidad de las fuerzas nacionalistas, soldados japoneses instruían a unidades chinas que se enfrentarían a los comunistas e incluso participaban en los combates. Otros japoneses se habían unido a las fuerzas comunistas y cuando había japoneses en ambos bandos, éstos evitaban dispararse entre ellos. Otros soldados japoneses llevaban a cabo tareas de reconstrucción u operaban maquinaria de cierta complejidad que había sido llevada por el mismo Japón. Las repatriaciones se llevarían a cabo entre 1945 y 1947 y los soldados japoneses regresarían sorprendidos y agradecidos por el buen trato que les habían deparado civiles y militares chinos, incluso ofreciéndoles víveres y otras comodidades como baños calientes, que nunca habían tenido durante su período en el ejército japonés. La mayoría volvería también con un profundo arrepentimiento respecto a lo mal que habían tratado a los chinos, aborreciendo la propaganda que había presentado a los chinos como inferiores y considerándolos más bien sus superiores morales.

Es posible que Chiang también pensara más allá de la coyuntura y tuviera la expectativa que su gesto sentaría las bases para una sólida amistad sino-japonesa en décadas posteriores, como contrapeso a la amenaza comunista y a una excesiva influencia occidental-. Las cosas no salieron exactamente como esperaba, pero la inyección de capitales japoneses tendría un papel fundamental en el despegue económico de Taiwán, que a principios del siglo XXI alcanzó ya el estatus de "país desarrollado" o del "primer mundo" bajo cualquier parámetro.
Fuente: https://warfarehistorynetwork.com/2017/ ... -of-japan/

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