¡Hola a todos!
beltzo escribió:Hola de Nuevo:
Amigo José Luís, no voy a dar muchas más vueltas al asunto, cada cual que piense lo que quiera, me limitare a comentar un par de cosas, aunque antes de nada debo decir que la frase, "su genio operacional posiblemente no este igualado por nadie, muy posiblemente es Manstein quien fuese el único que estuviese a su altura", es exactamente lo que quería decir y me atengo a ella, si te fijas en la cita de W. Murray y A. R. Millet, ellos no es que lo comparen a Manstein, directamente le consideran superior, yo no he llegado tanto. :wink:
Evidentemente, cada uno es libre de pensar lo que quiera al respecto. Pero aquí se trata de argumentar esas opiniones. Murray y Millet también son libres de expresar lo que quieran; cuestión muy diferente es que tengan razón en sus asertos. Por otra parte, tu frase sí eleva a Zhukov por encima de Manstein en el escalón operacional, pues claramente indicas que es Manstein el que posiblemente esté a la altura de Zhukov, y no al revés.
beltzo escribió:
En realidad yo le concedo mucha más importancia, le considero la figura militar más relevante de la SGM y sobre ello no albergo ninguna duda.
De gustibus non est disputandum.
beltzo escribió:
Veo que haces mucho hincapié en su última batalla en la que coincido que fue, con mucho, su más mediocre actuación, pero es injusto establecer una valoración militar de Zhukov en base a ella, no solo porque juzgar la carrera militar de nadie en base a una única actuación es injusto, sino porque además, esta actuación esta en parte influida por cuestiones extramilitares, en las que no voy a entrar porque de seguro las conoces perfectamente.
Pues ves mal, amigo Beltzo. Mi referencia a la “Operación Berlín”, como se constata claramente en el mensaje, viene a colación y como ejemplo de tu referencia a la baja calidad de los hombres y formaciones subordinadas a Zhukov. Así pues, escogí esta operación porque fue la última de la guerra que dirigió Zhukov, cuando, por una parte, ya sus hombres y formaciones no podían tener más experiencia de combate de la que tenían, y, por la otra, el ejército alemán que le hacía frente era una caricatura patética de lo que se entiende por un ejército de campaña. Pero puedo ponerte otras operaciones ofensivas de Zhukov: desde sus frustrados ataques al Grupo de Ejércitos Centro en las áreas de Bryansk y Rzhev en julio y agosto de 1942 hasta la famosa Operación Bagration de junio de 1944, pasando por la mayor demostración de sus carencias en el nivel operacional, como fue la Operación Marte. En todas estas operaciones, Zhukov contó con todo lo que desea un comandante para una operación ofensiva completamente exitosa: superioridad aplastante (la mayor en Bagration) en hombres y material. Las operaciones de Bryansk y Rzhev del verano de 1942, producto del ofuscamiento de Zhukov (a su vez producto de su rencor) con el Grupo de Ejércitos Centro cosechó pérdidas considerables y ningún éxito a la altura de esas operaciones. Marte fue un fracaso tan grande (a pesar de disponer de todo lo necesario para un éxito completo) que, en otro ejército, habría mandado a su autor a la reserva del ejército para toda la guerra. Y Bagration, que a menudo se considera la operación ofensiva soviética más exitosa de la guerra, si bien condujo a la práctica destrucción del Grupo de Ejércitos Centro (la pesadilla personal de Zhukov), lo hizo pagando a su vez un coste totalmente desproporcionado de tropas y material de combate rusos. En los tres casos (con diferentes grados, lógicamente), la capacidad operacional de Zhukov viene caracterizada por un mando rígidamente centralizado que negaba a sus escalones inferiores cualquier iniciativa propia para enfrentar situaciones imprevistas de batalla; por una terquedad injustificable en Zhukov en seguir al dedillo su planificación operacional cuando el desarrollo de la misma demostraba repetidamente –con severos contratiempos- su inviabilidad; por el uso constante de ataques frontales y una deficiente coordinación de las armas combinadas; por el desprecio y casi indiferencia a las sugerencias de los mandos de los escalones inferiores, que produjo falta de confianza en el liderazgo inter-operacional. Recapitulando, Zhukov demostró con sus operaciones ofensivas que su pensamiento operacional era mucho más el de una batalla de
matériell, al estilo de las batallas de la IGM, que el de una batalla de movimiento de armas combinadas de penetración y explotación profunda en los puntos débiles del enemigo, evitando los ataque frontales en los puntos fuertes; en otras palabras, las operaciones móviles que llevaron a cabo los alemanes con maestría sin par durante la mayor parte de los tres primeros años de la guerra se convirtieron en una réplica muy mediocre bajo la dirección de Zhukov, cuando intentó emularlas. Cuando tuvo éxito, pagó un tributo en hombres y material completamente intolerable a los parámetros del arte militar.
Cambiando de tema, dices en relación a mi afirmación de que el Ejército Rojo de 1943-1945 era un ejército ya curtido muy superior en la calidad de sus líderes al de 1941-1942:
beltzo escribió:
No estoy del todo de acuerdo, aunque de manera más acusada y por motivos obvios la calidad es menor en 1941-42, el promedio de vida de un oficial o soldado del ER fue siempre demasiado reducido como para que realmente pudieran acumular una experiencia importante.
Debería repasar las hojas de servicio de los principales comandantes de los ejércitos y cuerpos blindados soviéticos (y ampliarlo a la infantería igualmente). De esta forma comprobarías cómo la mayoría de ellos eran comandantes de batallones o regimientos blindados en los dolorosos tiempos (pero fructíferos como experiencia) del verano de 1941, que ahora en 1943-1945 mandaban cuerpos o ejércitos. Sin comentarios.
En cuanto a Kursk, operación a la que has aludido varias veces, cabe preguntarse si el incontestable éxito defensivo soviético (contra la ofensiva Ciudadela) estuvo a la altura del nivel de arte operacional en operaciones defensivas, como tú le atribuyes a Zhukov. Se acepta más o menos como axioma en el pensamiento militar que una ofensiva, para que sea exitosa, requiere, entre otros factores, una superioridad en fuerza de personal de 3 a 1 por parte del atacante. Los alemanes ejecutaron Ciudadela con esta correlación invertida. Los rusos habían desplegado una defensa escalonada en profundidad en el saliente de Kursk a nivel estratégico, operacional y táctico. Tenían superioridad general sobre los alemanes (independientemente de que luego los alemanes pudiesen concentrar de forma temporal y local mayor número de fuerzas en un determinado punto de penetración) en material de guerra, y contraponían una fuerza aérea, en el peor de los casos, cuantitativamente similar a la alemana. La sorpresa estratégica y operacional había sido completamente sustraída de las manos del atacante, pues aparte de que la configuración del terreno en ese sector del frente no dejaba muchas alternativas para el despliegue del avance atacante, el defensor contaba, gracias a la información de los servicios de inteligencia propios pero sobre todo aliados (Ultra), con el conocimiento detallado previo de la planificación operacional del atacante. En resumidas cuentas, la suerte estaba echada para que el atacante sufriera una derrota completa e histórica. Pero más allá de la mitología, el defensor sólo pudo frenar al atacante a costa de sufrir unas pérdidas en hombres y material desproporcionadamente mayores que las del atacante. Por supuesto, el defensor podía permitirse ese enorme sacrificio, pues tenía su intendencia bien abastecida para reemplazar esas pérdidas; no así el atacante, que combatía una guerra en muchos frentes y totalmente en precario. Así que Ciudadela viene a demostrar claramente, a mi juicio, la incompetencia estratégica del liderazgo alemán, pero en modo alguno el arte operacional de ningún comandante soviético, es decir, de Zhukov. Arte en las operaciones defensivas, pero en circunstancias diametralmente opuestas a las que disfrutaron los soviéticos en Kursk, se puede encontrar en la defensa de Model en Rzhev, Hollidt en el Mius o Wöhler en Targul Frumos, por ceñirnos al Frente Oriental.
Saludos cordiales
José Luis