El águila alemana
Publicado: Dom May 17, 2009 4:26 pm
Introducción
Históricamente, tanto en Oriente como en Occidente, entre los germanos y los romanos, el águila ha sido el símbolo representativo de las más altas deidades, de la fuerza y del sol. Por esta razón, el águila ha estado siempre presente en numerosos escudos y blasones tanto de territorios como de linajes, y, por ello mismo, ha tenido y tiene una larga tradición en la heráldica alemana.
El águila representaba en la mitología griega a Zeus, en Roma a Júpiter, y en las tribus germánicas a Odín; además de simbolizar la eternidad de los dioses, el águila era sinónimo de valor y fuerza, y por estas razones siempre ha sido utilizada en los emblemas militares. De hecho, hay constancia de que ya, en el año 100 antes de Cristo, el águila aparecía en los estandartes de las Legiones romanas.
El I Reich
En el año 800 después de Cristo, el Kaiser Karl der Große (Carlomagno) se servía del águila de una cabeza como símbolo representativo del poder imperial; en su residencia de Aquisgrán, existía una escultura, probablemente de oro, con la imagen de un águila que databa de los tiempos de Enrique IV. Asimismo, del año 1000 procede una ilustración de los Evangelios de la catedral de Bamberg en la que puede verse al Kaiser Otto III con un cetro coronado por un águila.
No obstante, es importante señalar que, en esta época, el águila no simbolizaba tanto el poder de un Estado sobre otro, cuanto el Orden de un Imperio que, como el Romano-Germánico, era supranacional.
A medida que los tres grandes Estados nacionales de Europa (España, Inglaterra y Francia) se iban formando, así también el águila pasó a tener una significación especial para los alemanes, toda vez que, debido a la unión personal que se producía entre el Emperador romano y el Rey alemán, los restantes Reyes y Príncipes alemanes que no eran coronados como Emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico adoptaron también para sí el emblema del águila.
Por esta razón, el águila fue, progresivamente, perdiendo valor como símbolo de un Imperio de naciones, para pasar a representar, únicamente, el concepto o la idea de Alemania: al principio, de algunos Reinos alemanes, y, finalmente, de toda la Nación alemana.
La primera representación heráldica del águila alemana se encuentra en una moneda del reinado del Kaiser Friedrich I “Barbarroja”, entre los años 1172 y 1190.
A partir del Siglo XII y como consecuencia del desarrollo de la heráldica, el águila cambia tanto en su fisonomía como en sus colores: pasa a ser negra sobre un fondo dorado, ya que éste último era el color imperial por excelencia. Durante el Siglo XIV, el pico y las garras del águila adoptan el color rojo.
La primera representación de la nueva águila, negra sobre fondo dorado, aparece durante el reinado del Kaiser Otto IV (1198-1218). Precisamente, con Otto IV fue fortaleciéndose el significado del águila negra como símbolo del Estado -sin olvidar el primigenio como símbolo del Imperio-. En este sentido, resulta significativo el hecho de que este Emperador eligiera, como emblema personal, un escudo en el que aparecían el águila negra alemana y los leones de su tierra natal, Inglaterra, pero sin olvidar que ese escudo de armas del Emperador debía aparecer, siempre, junto con el emblema del Imperio alemán, el águila negra.
Escudo de Otto IV
Esta nueva significación del escudo como símbolo de un Estado alemán se consolidó rápidamente, debido a la aparición de dos variantes: junto al águila original de una sola cabeza -símbolo de Alemania, y, por tanto, de una parte del Imperio-, surgió, a partir del Siglo XIII, el águila de dos cabezas (Doppeladler) como símbolo de todo el Imperio supranacional.
De este modo, el Sacro Imperio Romano Germánico adoptó como emblema propio el del águila bicéfala, en tanto que el águila con una sola cabeza pasó a ser el emblema de la parte alemana de ese Imperio.
Escudo del Sacro Imperio Romano Germánico (1540)
El águila alemana se convirtió, de este modo, en un símbolo de soberanía frente al Imperio. Pero la heráldica dio un paso más, toda vez que la consolidación de las nuevas y pujantes ciudades alemanas hizo que muchos de sus gobernantes viesen en el águila de una cabeza un signo de independencia y libertad, por lo que la incluyeron en sus respectivos escudos municipales. Por esta razón, aún hoy, numerosas ciudades repartidas por la geografía alemana tienen como emblema al águila de una cabeza; es el caso de Aquisgrán, Dortmund, Duisburg, Essen, Goslar, Heilbronn, Colonia, Lübeck, Mühlhausen/Thüringen o Nürnberg.
Hasta la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806, los Emperadores de la dinastía Habsburgo vinieron incorporando a sus escudos de armas, el águila de dos cabezas, siempre junto con los emblemas de los territorios que, durante la tortuosa existencia del Imperio, quedaban bajo su soberanía.
Escudo del Sacro Imperio Romano Germánico (1765)
Cuando el último Kaiser, Francisco II, consciente de la inminente disolución del Sacro Imperio y deseoso de poder igualarse a Napoleón I, decidió convertir el Archiducado de Austria en el nuevo Imperio de Austria, adoptó también como emblema el águila bicéfala. Por esta razón, durante los dos últimos años de existencia del Sacro Imperio (1804 a 1806) el emblema del águila de dos cabezas sirvió para representar a ese Imperio, y al nuevo Imperio de Austria.
En 1815 y tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, se constituyó la Confederación Alemana (Deutsche Bund), cuyos Estados miembros se mostraron desde el principio muy celosos en todo lo que afectaba a su soberanía; por esta razón, esos mismos Estados fueron reacios a adoptar un emblema propio y específico para la Confederación, aunque, finalmente, terminaron por elegir, siquiera provisionalmente, el emblema del águila bicéfala austriaca, debido a la posición preponderante que Austria tenía en el seno de la Confederación. Por este motivo y para así anticiparse a los partidarios de la unificación alemana -que estimaban que sólo el águila de una cabeza podía simbolizar a toda Alemania-, los dirigentes de la Confederación Alemana, el 9 de marzo de 1848, declararon formalmente que el águila bicéfala iba a ser el emblema de la Confederación.
Los príncipes alemanes de la Confederación no pudieron, pese a todo, detener la marea nacionalista y pro-unificadora que se extendía por toda Alemania. Así, el día 12 de noviembre de 1848, la Asamblea Nacional de Frankfurt eligió la bandera negra-roja-dorada como pabellón de los buques alemanes. Ese mismo año y pese al fracaso de la revolución alemana, el impulso nacionalista consiguió que el águila bicéfala desapareciese definitivamente de la escena política alemana.
El II Reich
Con la fundación del II Imperio alemán en 1871, la utilización del águila bicéfala resultaba imposible: primero, porque, con Bismarck, el Imperio austríaco había perdido toda influencia sobre los asuntos alemanes; y segundo, porque, en 1866, el Ejército prusiano había derrotado al austriaco en una de las guerras emprendidas por Bismarck para lograr la reunificación alemana. En esta tesitura, la adopción del águila de una sola cabeza como emblema del II Reich era inevitable, máxime cuando el águila negra de una sola cabeza era el emblema de Prusia, que, a su vez, era el Reino sobre el que estaba pivotando toda la unificación alemana.
El águila volvió en su forma tradicional de Reichsadler: con una sola cabeza, el plumaje negro y las garras de color rojo, toda ella sobre un fondo dorado.
La declaración formal de la Reichsadler como emblema oficial del II Reich se llevó a cabo mediante un Decreto del Kaiser Wilhelm I de fecha 3 de agosto de 1871 (Boletín Oficial del Reich 1871, S. 318), que modificaba un primer diseño de 27 de abril de ese mismo año. La última modificación se produjo, el 6 de diciembre de 1888, mediante un Decreto del Kaiser Wilhelm II.
De acuerdo con este Decreto, el águila negra del Imperio tenía en su pecho un escudo; en el interior de ese escudo, estaba el emblema de Prusia (otro águila negra con corona real, cetro y orbe) junto con los colores -blanco y negro- de la dinastía Hohenzollern. El escudo, a su vez, estaba rodeado con el collar de la Orden Prusiana "vom Schwarzen Adler" ("Del Águila Negra"). Finalmente, sobre el águila, una corona imperial cerrada similar a la de Carlomagno.
Asimismo, durante el II Imperio se aprobó el modelo de la Reichskriegsflagge (Bandera de guerra), en la cual, por si quedase alguna duda acerca de la preponderancia de Prusia, había un águila que no era la alemana, sino la prusiana.
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Históricamente, tanto en Oriente como en Occidente, entre los germanos y los romanos, el águila ha sido el símbolo representativo de las más altas deidades, de la fuerza y del sol. Por esta razón, el águila ha estado siempre presente en numerosos escudos y blasones tanto de territorios como de linajes, y, por ello mismo, ha tenido y tiene una larga tradición en la heráldica alemana.
El águila representaba en la mitología griega a Zeus, en Roma a Júpiter, y en las tribus germánicas a Odín; además de simbolizar la eternidad de los dioses, el águila era sinónimo de valor y fuerza, y por estas razones siempre ha sido utilizada en los emblemas militares. De hecho, hay constancia de que ya, en el año 100 antes de Cristo, el águila aparecía en los estandartes de las Legiones romanas.
El I Reich
En el año 800 después de Cristo, el Kaiser Karl der Große (Carlomagno) se servía del águila de una cabeza como símbolo representativo del poder imperial; en su residencia de Aquisgrán, existía una escultura, probablemente de oro, con la imagen de un águila que databa de los tiempos de Enrique IV. Asimismo, del año 1000 procede una ilustración de los Evangelios de la catedral de Bamberg en la que puede verse al Kaiser Otto III con un cetro coronado por un águila.
No obstante, es importante señalar que, en esta época, el águila no simbolizaba tanto el poder de un Estado sobre otro, cuanto el Orden de un Imperio que, como el Romano-Germánico, era supranacional.
A medida que los tres grandes Estados nacionales de Europa (España, Inglaterra y Francia) se iban formando, así también el águila pasó a tener una significación especial para los alemanes, toda vez que, debido a la unión personal que se producía entre el Emperador romano y el Rey alemán, los restantes Reyes y Príncipes alemanes que no eran coronados como Emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico adoptaron también para sí el emblema del águila.
Por esta razón, el águila fue, progresivamente, perdiendo valor como símbolo de un Imperio de naciones, para pasar a representar, únicamente, el concepto o la idea de Alemania: al principio, de algunos Reinos alemanes, y, finalmente, de toda la Nación alemana.
La primera representación heráldica del águila alemana se encuentra en una moneda del reinado del Kaiser Friedrich I “Barbarroja”, entre los años 1172 y 1190.
A partir del Siglo XII y como consecuencia del desarrollo de la heráldica, el águila cambia tanto en su fisonomía como en sus colores: pasa a ser negra sobre un fondo dorado, ya que éste último era el color imperial por excelencia. Durante el Siglo XIV, el pico y las garras del águila adoptan el color rojo.
La primera representación de la nueva águila, negra sobre fondo dorado, aparece durante el reinado del Kaiser Otto IV (1198-1218). Precisamente, con Otto IV fue fortaleciéndose el significado del águila negra como símbolo del Estado -sin olvidar el primigenio como símbolo del Imperio-. En este sentido, resulta significativo el hecho de que este Emperador eligiera, como emblema personal, un escudo en el que aparecían el águila negra alemana y los leones de su tierra natal, Inglaterra, pero sin olvidar que ese escudo de armas del Emperador debía aparecer, siempre, junto con el emblema del Imperio alemán, el águila negra.
Escudo de Otto IV
Esta nueva significación del escudo como símbolo de un Estado alemán se consolidó rápidamente, debido a la aparición de dos variantes: junto al águila original de una sola cabeza -símbolo de Alemania, y, por tanto, de una parte del Imperio-, surgió, a partir del Siglo XIII, el águila de dos cabezas (Doppeladler) como símbolo de todo el Imperio supranacional.
De este modo, el Sacro Imperio Romano Germánico adoptó como emblema propio el del águila bicéfala, en tanto que el águila con una sola cabeza pasó a ser el emblema de la parte alemana de ese Imperio.
Escudo del Sacro Imperio Romano Germánico (1540)
El águila alemana se convirtió, de este modo, en un símbolo de soberanía frente al Imperio. Pero la heráldica dio un paso más, toda vez que la consolidación de las nuevas y pujantes ciudades alemanas hizo que muchos de sus gobernantes viesen en el águila de una cabeza un signo de independencia y libertad, por lo que la incluyeron en sus respectivos escudos municipales. Por esta razón, aún hoy, numerosas ciudades repartidas por la geografía alemana tienen como emblema al águila de una cabeza; es el caso de Aquisgrán, Dortmund, Duisburg, Essen, Goslar, Heilbronn, Colonia, Lübeck, Mühlhausen/Thüringen o Nürnberg.
Hasta la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806, los Emperadores de la dinastía Habsburgo vinieron incorporando a sus escudos de armas, el águila de dos cabezas, siempre junto con los emblemas de los territorios que, durante la tortuosa existencia del Imperio, quedaban bajo su soberanía.
Escudo del Sacro Imperio Romano Germánico (1765)
Cuando el último Kaiser, Francisco II, consciente de la inminente disolución del Sacro Imperio y deseoso de poder igualarse a Napoleón I, decidió convertir el Archiducado de Austria en el nuevo Imperio de Austria, adoptó también como emblema el águila bicéfala. Por esta razón, durante los dos últimos años de existencia del Sacro Imperio (1804 a 1806) el emblema del águila de dos cabezas sirvió para representar a ese Imperio, y al nuevo Imperio de Austria.
En 1815 y tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, se constituyó la Confederación Alemana (Deutsche Bund), cuyos Estados miembros se mostraron desde el principio muy celosos en todo lo que afectaba a su soberanía; por esta razón, esos mismos Estados fueron reacios a adoptar un emblema propio y específico para la Confederación, aunque, finalmente, terminaron por elegir, siquiera provisionalmente, el emblema del águila bicéfala austriaca, debido a la posición preponderante que Austria tenía en el seno de la Confederación. Por este motivo y para así anticiparse a los partidarios de la unificación alemana -que estimaban que sólo el águila de una cabeza podía simbolizar a toda Alemania-, los dirigentes de la Confederación Alemana, el 9 de marzo de 1848, declararon formalmente que el águila bicéfala iba a ser el emblema de la Confederación.
Los príncipes alemanes de la Confederación no pudieron, pese a todo, detener la marea nacionalista y pro-unificadora que se extendía por toda Alemania. Así, el día 12 de noviembre de 1848, la Asamblea Nacional de Frankfurt eligió la bandera negra-roja-dorada como pabellón de los buques alemanes. Ese mismo año y pese al fracaso de la revolución alemana, el impulso nacionalista consiguió que el águila bicéfala desapareciese definitivamente de la escena política alemana.
El II Reich
Con la fundación del II Imperio alemán en 1871, la utilización del águila bicéfala resultaba imposible: primero, porque, con Bismarck, el Imperio austríaco había perdido toda influencia sobre los asuntos alemanes; y segundo, porque, en 1866, el Ejército prusiano había derrotado al austriaco en una de las guerras emprendidas por Bismarck para lograr la reunificación alemana. En esta tesitura, la adopción del águila de una sola cabeza como emblema del II Reich era inevitable, máxime cuando el águila negra de una sola cabeza era el emblema de Prusia, que, a su vez, era el Reino sobre el que estaba pivotando toda la unificación alemana.
El águila volvió en su forma tradicional de Reichsadler: con una sola cabeza, el plumaje negro y las garras de color rojo, toda ella sobre un fondo dorado.
La declaración formal de la Reichsadler como emblema oficial del II Reich se llevó a cabo mediante un Decreto del Kaiser Wilhelm I de fecha 3 de agosto de 1871 (Boletín Oficial del Reich 1871, S. 318), que modificaba un primer diseño de 27 de abril de ese mismo año. La última modificación se produjo, el 6 de diciembre de 1888, mediante un Decreto del Kaiser Wilhelm II.
De acuerdo con este Decreto, el águila negra del Imperio tenía en su pecho un escudo; en el interior de ese escudo, estaba el emblema de Prusia (otro águila negra con corona real, cetro y orbe) junto con los colores -blanco y negro- de la dinastía Hohenzollern. El escudo, a su vez, estaba rodeado con el collar de la Orden Prusiana "vom Schwarzen Adler" ("Del Águila Negra"). Finalmente, sobre el águila, una corona imperial cerrada similar a la de Carlomagno.
Asimismo, durante el II Imperio se aprobó el modelo de la Reichskriegsflagge (Bandera de guerra), en la cual, por si quedase alguna duda acerca de la preponderancia de Prusia, había un águila que no era la alemana, sino la prusiana.
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