Los pilotos kamikaze de Stalin

Organización y despliegue de las fuerzas aéreas. Aviones de combate

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Erich Hartmann
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Los pilotos kamikaze de Stalin

Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 2:18 pm

Lo siguiente es la transcripición del capítulo 20 de libro Kamikazes: los pilotos suicidas japoneses de Hideaki Kase y Albert Axel, publicado por La esfera de los libros.

Los pilotos kamikaze de Stalin

Tres años antes de que Japón lanzara oficialmente su estrategia suicida, incluidas técnicas de embestida contra los superbombarderos, los rusos, en un intento desesperado de evitar que los escuadrones de Hitler bombardeasen objetivos vitales en Moscú y otras ciudades, llegaron a dar orden por escrito de que los pilotos estrellaran sus aviones contra los de la Luftwaffe que se aproximasen a ellos. Las instrucciones equivalían con demasiada frecuencia a una sentencia de muerte para los pilotos rusos. Cientos de ellos perdieron la vida al estrellar sus diminutos aviones contra los bombarderos alemanes. En vista de que en los periódicos de Moscú aparecieron frecuentes descripciones de embestidas con éxito, no cabe duda de que la Embajada japonesa en Moscú debió de enviar informes detallados a Tokio. A menudo se publicaban en la prensa moscovita entrevistas de pilotos que habían sobrevivido a una embestida. En los Estados Unidos se llegó a publicar en la revista Life un reportaje fotográfico sobre uno de esos pilotos.

En septiembre de 1944 los rusos borraron de los registros oficiales las órdenes de embestir (en ruso taran). Por entonces, sus pilotos dominaban el cielo y pocos aviones de la Luftwaffe se aventuraban más allá de cielos alemanes. Pero hay pruebas que demuestran que 15 años después de la guerra todavía se podían ordenar y llevar a cabo embestidas; los mandos rusos aún podían dar la orden de iniciar un ataque de embestida, una táctica que a menudo le costaba la vida al piloto. Tenemos el conocido caso que tuvo lugar en mayo de 1960, cuando se avistó sobre Siberia un avión espía estadounidense U-2 volando a gran altura. De fuentes fidedignas se sabe que a un comandante de las Fuerzas Aéreas rusas se le ordenó despegar y embestir al intruso pero, aunque llegó a despegar, no entró en contacto con el U-2 estadounidense. Interceptado por un misil el avión estadounidense se estrelló aunque el piloto, Francis Gary Powers, se salvó saltando en paracaídas. La orden de embestir al intruso no se hizo pública hasta pasadas tres décadas del incidente.

Las primeras acciones de este tipo tuvieron lugar durante las primerísimas horas de la invasión, cuando los pilotos rusos pararon a numerosos aviones alemanes a base de estrellarse contra sus alas y fuselaje, haciéndoles entrar en barrena. Estos ataques requerían una valentía excepcional y una gran pericia. El autor Konstantin Simonov, en su conocida novela de guerra Los vivos y los muertos, pone en boca de un personaje que oye que se acaba de producir un impacto contra un avión de la Luftwaffe sobre el cielo de Moscú: «¡Imagínate cómo puede ser chocar así contra otro avión!» Alguien le responde que a la Luftwaffe se le habían bajado los humos; que las embestidas habían asustado a los pilotos alemanes.

Algo había de verdad en esto. El primer día de la invasión seis pilotos rusos que agotaron la munición embistieron a otros tantos aviones nazis, que se incendiaron y estrellaron. Habría que excusar a los pilotos de Hermann Goering si las noticias de las embestidas les produjeron algún que otro estremecimiento involuntario.

Un lacónico comunicado radiofónico anunciaba desde Moscú las primeras acciones: «A las 5.15 horas del 22 de junio de 1941, a unos 300 kilómetros de la frontera, el jefe de vuelo Leonid Butelin ha embestido a un bombardero alemán Junkers-88 cortándole la cola con la hélice. Esta es la primera embestida de la guerra.»

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Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 2:37 pm

Se suponía que los pilotos rusos recurrían a la embestida como último recurso. La Luftwaffe dominaba en el aire durante las primeras semanas y meses de invasión y las Fuerzas Aéreas rusas no podían competir con ella. Los aviones alemanes eran mejores por regla general y sus pilotos tenían la ventaja de la experiencia en combates previos. Pero a los pilotos rusos no les faltaba intrepidez. Con el tiempo asimilaron las tácticas de embestida y algunos no sólo sobrevivieron, sino que lo volvieron a intentar.

Las directrices rusas llegaron a especificar cuándo tenían que embestir los pilotos a los aviones enemigos. Por ejemplo, una directiva de combate dirigida a los pilotos del Sexto Cuerpo del Aire durante la defensa de Moscú decía: «Si se atascan las ametralladoras, si se gastan los cartuchos antes de tiempo, si el enemigo se propone destruir un objetivo estatal importante, id y destruidlo embistiéndolo.»

Esto es lo que pensaba el capitán general de las Fuerzas Aéreas Soviéticas, A. A. Novikov: «Toda técnica de combate aéreo requiere arrojo, valentía y habilidad por parte del piloto. La embestida supone, ante todo, estar dispuesto al autosacrificio; es una prueba de lealtad al pueblo, a los ideales de la Patria.» Novikov calificó la embestida como «una de las formas más elevadas de expresar que la moral de la nación está alta».También habló de su importancia desde el punto de vista táctico. Recordando la guerra, dijo: «El que los pilotos enemigos temieran que les embistieran daba a los nuestros determinadas ventajas —por ejemplo, mayores posibilidades de maniobra— y servía para reforzar su creciente superioridad en tácticas de combate aéreo.»

Según esta directriz, a los pilotos no se les estaba enviando a misiones suicidas: «Embestir al enemigo es un acto de sumo heroísmo y valentía pero no de autoinmolación.» E instaba: «Debéis saber cómo embestir.» A continuación venían cuatro páginas sobre técnicas de embestida. Los pilotos que al principio de la guerra habían sobrevivido a este tipo de acciones enseñaron a otros como llevar a cabo este «acto de agresión total». Los informes oficiales decían que las muertes de pilotos rusos en el momento de embestir se debían sobre todo a colisiones frontales. Los pilotos sobrevivían, decían los informes, si conseguían saltar en paracaídas o aterrizar en sus maltrechos aviones. No se mencionaba el detalle de que cuando los dos aviones perdían el control después de la embestida, por regla general, los pilotos no podían salvarse.

El as del aire Alexander Pokryshkin, que abatió 59 aviones nazis y ascendió a teniente general del Aire en la posguerra, dio su opinión sobre las directrices dictadas en tiempos de guerra que imponían el deber de embestir: «No hay nada censurable, era así. El impacto de embestida era el arma de los aviadores con nervios de acero. En la defensa de Moscú este método se volvió necesario.» Luego añade:

A corta distancia, detrás de la cola del bombardero enemigo, nuestro caza era invulnerable. Entraba en el ángulo muerto del fuego enemigo, se acercaba poco a poco y le cortaba un trozo de cola, o un ala. Un aviador nazi que se salvó de una embestida en paracaídas contó en el interrogatorio: «Circulaban rumores sobre embestidas en el Frente del Este. Pero al principio no nos los creíamos. ¡Es algo terrorífico!»

Parece ser que ya se había practicado este tipo de ataque antes de la Segunda Guerra Mundial. Se cree que durante la Primera Guerra Mundial el piloto ruso Pyotr Nikolayevich Nesterov fue el primer hombre en la historia que embistió a un avión enemigo. Sucedió el 8 de septiembre de 1914 durante un enfrentamiento con un biplaza alemán de reconocimiento. Pero Nesterov murió en el ataque. Según el coronel de las Fuerzas Aéreas, Vladimir Amelchenko, la embestida de Nesterov les sirvió a los pilotos rusos de «símbolo de renuncia, arrojo y valentía» durante la Gran Guerra patriótica.

En círculos militares se contaba una historia, confirmada por los pilotos británicos, sobre un aviador que muy bien se podría calificar de «el Rambo ruso». En una ocasión, volando en cielos septentrionales, se enzarzó en un duro combate con dos aviones alemanes. Derribó a uno de ellos y al comprobar que se le había acabado la munición embistió al otro, que se estrelló. Tuvo que saltar en paracaídas y, casualmente, cayó justo al lado de donde se encontraban los dos pilotos del biplaza que acababa de abatir. Los tres aviadores se encontraron, así, juntos en medio de un yermo helado tan despoblado que se podía andar durante días sin ver a un solo ser humano. Rápidamente el ruso despachó a uno de sus adversarios con el revólver. Inmediatamente un perro boxer que, no se sabe por qué razón, llevaba a bordo la tripulación alemana se abalanzó sobre él y se vio obligado a dispararle. Después, en la lucha cuerpo a cuerpo con el otro piloto, perdió varios dientes y recibió un navajazo que le cruzó la cara de arriba abajo. El enfrentamiento terminó cuando disparó a quemarropa en la cabeza de su enemigo una bengala de su pistola Very. El superviviente caminó por la nieve durante cuatro días y cuatro noches con los pies congelados y la tremenda herida de la cara hasta que encontró un hospital. Dos militares británicos que conocían al piloto y le visitaron escucharon el relato de sus propios labios. Ambos quedaron asombrados ante el comportamiento de su colega ruso que, por su fortaleza y tenacidad, les parecía «algo casi heroico».

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Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 3:13 pm

Como era de esperar, Moscú se convirtió en el principal blanco de los ataques aéreos enemigos. La intención de Hitler de no dejar piedra sobre piedra en Moscú requería cientos de bombarderos. Para este fin, la Luftwaffe creó un grupo especial de 1.600 aviones con los mejores escuadrones. Los jefes de esta flota aérea, que daba apoyo al Centro de Unidades de la Wehrmacht, escogieron los bombarderos más modernos, entre ellos el Heinkel-111, equipado con motores para gran altitud, el Junkers-88 y el Dornier-215. Los pilotos de estas incursiones procedían de escuadrones famosos, como la «Legión Cóndor», que durante la Guerra Civil española bombardeó, entre otras localidades, la villa vasca de Guernica, y otros que habían sembrado el terror en los cielos de Londres, Liverpool y Birmingham, u operado en Polonia, Yugoslavia y Grecia.

Moscú es una ciudad antigua cuyas avenidas principales están dispuestas en círculos concéntricos, fáciles de identificar para los aviones enemigos. Para contrarrestarlo, arquitectos y artistas modificaron su apariencia. Se pintaron falsos tejados para que pareciesen una continuación de las calles e hicieron desaparecer diversas plazas. Los ríos se reconocen fácilmente en las noches estrelladas o de luna. Para alterar el paisaje, cuando oscurecía se disponían lanchas con redes de camuflaje amarradas en puntos estratégicos del río Moskva. Aparecieron nuevos puentes y los antiguos desaparecieron bajo cortinas de humo y otras artimañas.

En el primer mes de guerra, la Luftwaffe llevó a cabo casi 100 intentos de penetrar los cielos moscovitas a una altitud de 8.000 metros, pero sólo unos pocos aviones lo lograron. Entre julio y diciembre de 1941 hubo aproximadamente 120 incursiones contra Moscú que implicaron a más de 7.000 aviones de la Luftwaffe. De todos ellos sólo unos 200 aviones alemanes consiguieron acercarse a la capital. El resto fue abatido o escogió objetivos más asequibles. En julio y agosto se perdieron nueve bombarderos por embestidas. La defensa aérea de Moscú demostró ser de primera clase.

El 2 de julio ocurrió algo inesperado. Un Heinkel-111, equipado con un motor para gran altitud, volaba hacia Moscú en misión de reconocimiento. A bordo iba un coronel del Estado Mayor alemán que llevaba consigo documentos importantes que incluían mapas de operaciones y códigos. Le salió al encuentro un Yak-1, pilotado por el teniente Sergei Goshko.El Yak-l era un modelo de alas de madera con una velocidad punta de 450 kilómetros por hora que maniobraba mejor que algunos de los aviones más rápidos de la Luftwaffe. El piloto ruso consiguió arrancar al Heinkel la cola con el ala de su caza, lo que hizo que el intruso entrara en barrena y se precipitara a tierra. Por esta proeza se le concedió a Goshko la máxima medalla de guerra, la Medalla de oro del Héroe. Goshko derribó otros seis aviones más por medios convencionales e hizo su último vuelo sobre un Berlín derrotado el 8 de mayo de 1945.

Para proteger Moscú y otras ciudades, los pilotos rusos embistieron a los aviones de la Luftwaffe en al menos 300 ocasiones durante la guerra. Muchos de estos ataques tuvieron lugar en las inmediaciones de la capital.

La noche del 22 de julio Hitler lanzó su primera ofensiva a gran escala contra Moscú, con la participación de 220 bombarderos. El mariscal Zhukov cuenta que sólo un pequeño tanto por ciento de los bombarderos enemigos alcanzó la capital y el resto fue rechazado por el sistema de defensa antiaérea de Moscú. Se derribaron unas dos docenas de bombarderos en las afueras de la capital. Fue la primera de una serie de batallas aéreas por el dominio de los cielos moscovitas.

Erskine Caldwell, autor norteamericano de Tobacco Road, estuvo en Moscú durante el primer mes de la guerra y fue testigo de varios bombardeos. Así es como describió la noche del 23 al 24 de julio de 1941: «No puedo comparar la defensa aérea de Moscú con la de Londres o Berlín pero, a juzgar por los informes, si la de Moscú no es mejor, ha tenido que ser por lo menos igual de eficaz que cualquier otra a la hora de repeler los ataques aéreos.» Después de presenciar repetidos bombardeos, Caldwell dijo que en cinco noches de bombardeo los incursotes «han conseguido poco más que lo que la Marina suiza consiguió en la Primera Guerra Mundial».

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Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 4:36 pm

A principios de agosto de 1941, una multitud se congregó en un lugar cercano a la capital donde había caído un avión alemán. Junto al montón de chatarra ennegrecida había un letrero que decía: «Cola de un bombardero nazi abatido por el veterano teniente Yevgeni Yeremeyev.» El piloto, que prestaba servicio en un instituto de investigación de las Fuerzas Aéreas, fue uno de los pioneros de los vuelos nocturnos. La noche del primer ataque enemigo a Moscú, Yeremeyev había derribado un bombardero alemán con las ametralladoras.

«Cuando leí un informe sobre los enfrentamientos nocturnos a finales de julio de 1941 no me lo podía creer —dice el general Yevgeni Klimov, entonces comandante del Sexto Cuerpo del Aire—.Telefoneé a Yeremeyev y, tras conocer lo ocurrido, recomendé que a este héroe de la embestida se le concediese la máxima condecoración." El general añade: «Se empezó a hablar en todas las unidades sobre las hazañas nocturnas de Yeremeyev.» Pero este heroico piloto sólo iba a vivir dos meses más. Su vida acabó cuando un Messerschmitt le derribó cuando volaba sobre Moscú. Sin embargo, entre los que participaron en dichas conversaciones se encontraba Víctor Talalikhin, un piloto de 23 años a quien sus amigos describieron así: «Bajo, modesto y de ojos marrones e inteligentes».

La saga Talalikhin comenzó a las 22 horas y 55 minutos la noche de luna del 6 de agosto de 1941, cuando los aviones enemigos intentaban penetrar la defensa aérea de Moscú. Esa noche, su regimiento estaba parapetado junto a un bosque donde ocultaban los cazas. Todo el mundo estaba absorto en sus propios pensamientos. Los mecánicos disponían los aviones para el vuelo nocturno. Sólo llevaban dos meses de guerra y había pocos combatientes nocturnos; en realidad, el regimiento estaba aprendiendo los rudimentos del combate aéreo nocturno. Para empeorar las cosas, escaseaban los expertos en este tipo de acciones. Después de recibir instrucciones del comandante, los pilotos se prepararon para despegar. De repente, rompió el silencio el sordo traqueteo de los cañones antiaéreos que rodeaban Moscú. Los obuses estallaban en lo alto y a veces reventaban sembrando de metralla amplias zonas. Los haces de los focos sondeaban los cielos, se cruzaban y se separaban, identificando aviones intrusos a los que acosaban en su trayectoria.

Los pilotos se introdujeron rápidamente en las cabinas de sus aviones y empezaron a despegar hacia la oscuridad con la orden de interceptar al enemigo. En tres minutos Talalikhin ya estaba volando.

Cuando estaba a 4.500 metros de altitud, el joven piloto vio la luz de la luna reflejada en el fuselaje de un avión enemigo que volaba en dirección a Moscú. Sin pensárselo dos veces aceleró al máximo para alcanzarlo. La distancia entre ellos se fue reduciendo rápidamente y Talalikhin dio un giro brusco para aproximarse desde atrás. Luego vio una cruz gamada en la cola del avión y descubrió que era un bombardero bimotor Heinkel-111. «No te me vas a escapar», pensó. Contuvo el aliento hasta que lo tuvo centrado en el visor y apretó el botón de disparo. La ráfaga de metralleta le entró por el motor de estribor, que al momento se incendió. El Heinkel no respondió al ataque, sino que intentó escapar. Su piloto aceleró, giró y picó para apagar el fuego. Talalikhin viró a estribor y le disparó otra ráfaga. Pero el Heinkel zigzagueó, cambió bruscamente de rumbo y empezó a perder altura. Era evidente que el piloto pretendía huir de su perseguidor a baja altura, una maniobra que el ruso conocía bien. No lo perdió de vista y se situó detrás de la cola. Descendieron 2.500 metros y volvió a pulsar el botón. Después de otro viraje se le acercó hasta 15 metros con la intención de dispararle una ráfaga a quemarropa.

Presintiendo el final, el avión alemán le respondió abriendo fuego a la desesperada y tratando de encontrar refugio en la oscuridad mediante hábiles maniobras. No le valió de nada, Talalikhin le siguió con determinación pero, después de una larga descarga, sus ametralladoras se quedaron en silencio: había agotado la munición. La falta de respuesta posiblemente dio ánimos a la tripulación del avión en fuga. Pero Talalikhin no estaba dispuesto a consentir que el enemigo se le escapase: «No, no lo conseguirás», se dijo a sí mismo. Estaba casi encima de la cola del aparato enemigo. «Ahora es el momento», pensó. «No debe escapar.» La decisión estaba tomada: «Embístelo.»

Sus movimientos se volvieron más seguros según se aproximaba a la cola del Heinkel. El artillero enemigo abrió fuego nuevamente y las balas le pasaron silbando por la derecha. Algunas le rozaron el brazo. Su respuesta al dolor fue acelerar aún más. El avión dio una sacudida. Hubo un choque. El Heinkel se incendió y se precipitó hacia el suelo. También Talalikhin perdió el control, pero inmediatamente se desató las correas, salió como pudo de la cabina y se dejó caer a plomo tratando de alejarse de la trayectoria de los dos aviones que descendían vertiginosamente. Después de caer 1.000 metros, tiró de la anilla del paracaídas, que se abrió; pero enseguida se dio cuenta de que el viento lo estaba arrastrando hacia un espeso bosque. Inmediatamente cambió de rumbo tirando de las cuerdas y aterrizó en un lago poco profundo. Los campesinos que se congregaron en las orillas le ayudaron y le llevaron a su regimiento.

La primera embestida nocturna de Talalikhin le valió la condecoración más alta de su gobierno, la Medalla de oro del Héroe. Entretanto, los principales periódicos narraban su acción. Durante los primeros meses de la guerra acabó con 27 aviones alemanes, pero se le acabó la suerte un 27 de octubre de 1941, en un enfrentamiento con tres Messerschmitt en el que murió.

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Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 4:47 pm

Según se desplazaba la línea de frente hacia la capital, la aviación enemiga se volvió más activa y llegó a realizar más de 2.000 expediciones en octubre. Sin embargo, pocos aviones lograron llegar al centro de la ciudad o al Kremlin. Pero el general S. M. Shtemenko, entonces miembro del Estado Mayor, recuerda que la noche del 28 de octubre una bomba de alto contenido explosivo cayó en el patio del edificio del Estado Mayor. («El edificio tembló como en un terremoto.») Destrozó varios vehículos; tres conductores murieron y quince oficiales resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad. Las esquirlas de vidrio hirieron a A. M.Vasilevsky, uno de los oficiales de mayor graduación del Ejército que, no obstante, siguió trabajando.

Algunos de los combates aéreos rayaban en lo increíble. El Regimiento del Aire 696 empleaba biplanos de madera y lona que no podían competir con los aviones de metal. El 7 de octubre de 1941 el teniente Ivan Denisov, cuando pilotaba uno de estos biplanos, chocó con un Henschel-129. El metal retorcido del Henschel se precipitó a tierra. El biplano también se rompió, pero el piloto se salvó gracias al paracaídas.

El último ataque en forma de embestida en defensa de Moscú ocurrió el 2 de junio de 1943. Un Junkers-88 volaba a 8.000 metros. De un aeródromo cercano ascendió a su encuentro un MiG-3 pilotado por el teniente Gennady Sirishikov. Durante el primer lance el ruso disparó dos ráfagas sin ningún resultado. El informe de archivo narra que el piloto «se negó a abandonar el campo de batalla sin haber conseguido la victoria». Se pegó al invasor y con la hélice le aserró la cola al desafortunado Junkers.

En los cielos árticos tuvieron lugar embestidas insólitas. En el lejano norte el piloto Alexei Khlobystov embistió a tres aviones alemanes y sobrevivió. Sus hazañas empezaron en 1942 al comienzo de la primavera ártica. Veintiocho aviones de la Luftwaffe se dirigían hacia el puerto de Murmansk. Khlobystov, piloto veterano, despegó con su escuadrón y vio cómo uno de los Messerschmitt se estrellaba. Maniobró para ayudar a sus compañeros, que tenían menos experiencia, y, de repente, vio debajo a un Messerschmitt-110 biplaza. Descendió y se le acercó. Volando por encima del linde de un bosque divisó al frente una colina y decidió embestir al avión enemigo con el ala. El impacto fue fuerte y su propio avión dio botes, pero el incursor se estrelló. Descubrió, sin embargo, que algo no iba bien cuando poco después fue ganando altura a trompicones. Volvió la cabeza y vio que el ala de estribor medía medio metro menos que la de babor. Le costaba mantener el control del aparato pero todavía podía hacerlo. Se dio cuenta entonces de que dos aviones enemigos se dirigían hacia él. Como se le acababa el combustible optó por embestir otra vez, pensando que necesitaría mucha suerte para salir vivo de ésta. En cuanto uno de sus adversarios se hizo a un lado, le golpeó al otro en la cola con el ala cortada. Una vez más el avión empezó a dar botes y se descontroló momentáneamente. El enemigo se había estrellado. Él, para su sorpresa, pudo seguir maniobrando y, finalmente, logró aterrizar a pesar del ala medio partida.

Poco tiempo después, Khlobystov embistió a un tercer avión enemigo. Pero esta vez su adversario consiguió darle en el motor y él resultó herido. Considerando que le iba a ser imposible regresar al aeródromo, aceleró y embistió al Messerschmitt-109 que le había atacado, logrando partirlo en dos con el impacto. El caza de Khlobystov también quedó destrozado, pero se lanzó en paracaídas y se salvó. Cuando todavía se estaba recuperando en el hospital recibió una condecoración por su valor y excepcional pericia.

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Mensaje por Erich Hartmann » Vie Dic 22, 2006 4:53 pm

¿Copió Japón a los rusos?

Hasta el lanzamiento de las primeras bombas atómicas, nada hacía más daño a la metrópoli japonesa que los ataques de las «fortalezas volantes» estadounidenses, los superbombarderos cuatrimotores B-29. El Alto Mando Imperial no cesaba de discurrir cómo hacer frente a esta creciente amenaza. De hecho, los pilotos recibían continuamente instrucciones sobre cómo embestir a los bombarderos que se acercasen.

Por su parte, a los pilotos de las fortalezas volantes estadounidenses lógicamente les inquietaba la posibilidad de que los embistieran. El 25 de noviembre de 1944 un piloto norteamericano, el jefe del Comando de Bombarderos 21, Heywood Hansen, presenció cómo une de sus aviones quedaba reducido a chatarra. Hansen contó que cuando su unidad volaba cerca de Japón vieron cómo un avión enemigo perseguía a un B-29 por detrás.

Los artilleros de nuestro avión junto con otros de los otros aparatos que componían la unidad sometieron al intruso a un intenso fuego cruzado. De repente, los artilleros del B-29 dejaron de disparar el caza japonés los había embestido por la cola, que quedó hecha pedazos. Instantes después, el B-29 entraba en un picado mortal.

Así terminaba el informe de Hansen: «El bombardeo de Tokio no ha ido bien del todo. Prevemos dificultades. »

Las fortalezas volantes aparecieron por primera vez sobre las principales islas japonesas procedentes de Saipan el 1 de noviembre de 1944. Descargaron nubes de bombas en los sectores oeste y sur de la isla de Kyushu. Solían volar a una altitud de 10.000 metros, lo que impedía que los cazas japoneses los interceptaran. A los pilotos nipones les resultaba humillante ser incapaces de rechazar a los bombarderos estadounidenses a la vista de los habitantes de Tokio. Los interceptores sólo tenían una manera de acabar con los B-29: quitando a los cazas las ametralladoras y el blindaje para aligerarlos y poder llegar a su altura y así estrellar sus aparatos contra el enemigo. Por consiguiente, los mandos decidieron adoptar esta táctica suicida contra los superbombarderos.


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Los pilotos kamikaze de Stalin

Mensaje por Javier Rincón » Vie Mar 26, 2010 4:22 am

Bueno vamos a retomar un poco el tema

este es un manual de las modalidades mas usadas por la VVS y como raro, las tomo de nuestros amigos de los halcones rojos, copio y pego:

1) Atacar al avión enemigo justo por sus 6, acercándose a sus superficies de

control, sobretodo los timones, hasta conseguir hacer rozar la hélice del avión

con aquellas, provocando la pérdida de la capacidad de vuelo y, por tanto, el

derribo del aparato enemigo.

2) Volando a baja altura, posicionar un ala debajo de un ala del oponente e impulsarle

mediante un alabeo para hacerle perder el control y estrellarse, debido a la baja

altitud.

3) Impactar con el borde de ataque de nuestro avión contra las frágiles

superficies de control (alerones, timón de profundidad, timón de dirección) del

avión enemigo causando daños severos a las mismas mientras que el daño en el borde

de ataque es mínimo gracias a la fuerte estructura del borde de ataque. Algunos

modelos del Polikarpov I-16 estaban especialmente reforzados para este tipo de

ataque. Ésta técnica conllevaba, por supuesto, una escasa probabilidad de supervivencia,

aunque mayor que con el "taranyy udar".

4) "Taranyy udar": Lanzar directamente el avión propio contra el del enemigo,

modalidad ésta que se utilizó como fatal último recurso, en muchos casos cuando

el avión ruso o el propio piloto habían sido alcanzados por el enemigo, y no veían

posibilidad de salvación alguna. Piotr Kozachenko, Héroe de la Unión Soviética

con 12 derribos, intentó esta última modalidad de ataque TARAN cuando el 18 de

marzo de 1945 fue alcanzado por un avión enemigo mientras escoltaba a unos PE-2;

las últimas palabras que se escucharon por radio fueron: "Me han dado, voy a hacer

un TARAN" (no se sabe con seguridad si al final lo consiguió).
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Mensaje por Javier Rincón » Vie Mar 26, 2010 4:28 am

estoy intentando buscar alguna imagen de el mosca i 16 con helices metalicas que adaptaban especialmente para el tarán, mientras tanto, aqui tenemos una imagen de como se podria embestir el timon para salir "indemne"

Imagen

fuente:http://historiasconhistoria.es/2008/04/ ... -taran.php
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Mensaje por Javier Rincón » Vie Mar 26, 2010 8:41 pm

he aqui un YAk alcanzado ya, embistiendo un Junkers 52, al parecer sobre los cielos de Kovel, en Ucrania, en una de las multiples operaciones de abastecimiento en el infierno de las batallas de 1944

Imagen



http://www.airaces.narod.ru/all10/pologov3.htm
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Mensaje por Hundi » Vie Mar 26, 2010 8:45 pm

Hola a todos!

Encontre este poster de propaganda mostrando la maniobra para embestir o deshabilitar el mando de los aviones, tal y como lo explica en su post del camarada Javier Rincon, en este poster vemos a un Polikarpov i-153 habiendo destruido a un bombardero Aleman. Refente a la traduccion del poster, claramente hace alusion a la maniobra que nos detalla Rincon.

En la tierra y en el cielo, estrangulamos a los enemigo con la nariz
Imagen
http://www.allworldwars.com/Russian%20W ... sters.html
[size=85]Hago de mi futuro una utopía, pues pretendo comprender, esta voluble vida...[/size]
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Javier Rincón
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Los pilotos kamikaze de Stalin

Mensaje por Javier Rincón » Vie Mar 26, 2010 9:29 pm

Mescheryakov Iván Ivánovich

Nacido septiembre 3 de1908 en una aldea de la Baja Dobrinka ahora llamada Zhirnovsk cerca a Volgogrado. Pertenecio desde Desde 1930 al Ejército Rojo. En 1938 se graduó en la rama de vuelo de la Escuela Militar de Jarkov de la NKVD.

En la Gran Guerra Patria desde el primer día luchó en el 5 º Escuadrón de Regimiento de la Guardia de cazas (Frente de Kalinin) Capitán de la Guardia II Meshcheryakov... la heroicamente celebre guardia de la frontera
En un combate aéreo en septiembre 20 de 1941 cerca de la ciudad de Smolensk (región de Smolensk) derribó un bombardero enemigo. Continuó con la batalla y al haber agotado sus municiones se estrelló voluntariamente a otro bombardero, aún asi sobrevivió, para de diciembre 1941 habia llevado a cabo 135 incursiones derribando 5 aviones de combate del enemigo.
para Febrero 8 de 1942 en un combate aéreo cerca de la ciudad de Rzhev (la región de Kalinin) por segunda vez empleo la tecnica, pero a esta no pudo sobrevivir....
con un total 7 aviones enemigos derribados, el de Mayo de 1942, fue condecorado a título póstumo como Héroe de la Unión Soviética, Ademas Fue condecorado con la Orden de Lenin, la Bandera del Distrito, el Estrella Roja.

En Volgogrado, existe una calle que lleva su nombre, una placa conmemorativa, y en su casa, un busto del héroe.

he aqui, un valiente joven hijo de Campesinos, murio a los 23 años

Imagen

aqui una ilustración del choque en el que sobrevivio en el invierno de 1941 destrozando un Ju-88, en uno de los pocos recomendables LaGG-3 con los que los enviaban al frente en esos oscuros tiempos de la guerra

Imagen

y aqui el joven piloto describe el momento de su arriesgada acción:

"Llegué en estado de alerta para interceptar a los bombarderos nazis. Voy a máxima velocidad a la línea de frente con una altitud de 3000 metros y de pronto veo un 5 Junkers . Vi que uno de los atacantes detrás. Decidí interceptarlo. lo Abordo, el enemigo siguió avanzando hacia el oeste. intento repetir la maniobra, estoy cada vez más cerca al objetivo, hago clic en el gatillo. El avión sacudió como de costumbre. pero no sucede nada mas, disparo otra vez y El resultado es el mismo. acabo la munición Y con todo mi dolor decidó embestir con la hélice la cola de el bombardero enemigo.

acelero el ritmo, la distancia se reduce, en velocidad superó al enemigo. esta cada vez más cerca: 50, 30, 20 y 10 metros...., como si de una espada se tratase la hélice de mi avión, justo Detrás de él embisto la cola del bombardero enemigo ... El resto no lo recuerdo.. escucho un Crack en cola de tornillo de metal del"Ju"
Herido, mi avión temblaba como si tuviera fiebre, siento en el motor una vibración, mi carlinga se inundó con agua caliente y vapor. Un par de minutos despues veo su máquina, como estaba previsto muy maltrecha...la observo esperando a que el piloto utilizará un paracaídas, su Motor trabaja de forma intermitente. Después de haber perdido la tracción, el avión empieza abruptamente a perder altura. intenta llegar a su aeropuerto, no tengo ninguna duda... Rápidamente inspeccionó la zona, intenta buscar un lugar seguro, emite sonidos y despliega su tren de aterrizaje, sin embargo no logra mantener el control y chocan contra la tierra...los Fascistas han encontrado sus tumbas en las afueras de la ciudad Yartsevo ".




fuente: http://www.airaces.narod.ru/all11/mesheryk.htm
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muy bien Señor Espilbergo, quiero una pelicula que sea un culto a mi figura, quiero que haga conmigo lo mismo que hizo Con Oskar Schindler
Esteban Espilbergo (con gorra y acento mexicano):
pero señor Burns, la gente adora a Schindler, en cambio usted es el diablo
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Los pilotos kamikaze de Stalin

Mensaje por Nxk » Mié Mar 31, 2010 8:32 pm

Excelente info, no sabia nada de ellos, yo pense que los kamikazes se utilizaban ya en una situacion irremediable de derrota
Aviones tanques infanteria
6 de Junio el desembarco en Normandia
Grandes sabios inventaron cosas muy impresionantes
desde las bombas V2 hasta armas antitanque


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Mensaje por Javier Rincón » Jue Abr 01, 2010 9:47 pm

Hola amigo Nxk, me alegro que te interesen estas Historias.. la verdad es que para estos lados de el Hemisferio.. el frente Este ha sido siempre el gran desconocido... pero bueno, para eso estamos aqui

Hablando un poco de los origenes, el Tarán, de factoria rusa, esta indeleblemente ligada a la tradición Militar de esta potencia, no solo desde los ideales sovieticos... Barcos, tanques, carros... todo se empleo desde tiempos remotos para "morir matando" en nombre de el honor de la patria... un concepto de gloria que choca un poco con nuestra cultura...

De hecho la primera acción de este tipo en combates aereos se llevo a cabo en la gran guerra, cuando el aún ejercito zarista participaba en los incipientes y primitivos combates aereos de principios de la guerra, donde los fragiles biplanos de los albores de la guerra aérea llevaban a cabo acciones un poco burdas de bombardeo y en mayor parte de reconocimiento, pero iban desprovistas de armamento, asi que cuando dos aeronaves enemigas se encontraban, se enfrentaban los pilotos entre si a punta de pistolas como si una pelicula de cowboys se tratara o lanzandose granadas entre si...

nace entonces la leyenda, cuando el legendario piloto de guerra ruso, Piotr N. Nesterov el 8 de septiembre de 1914, en cercanías de la ciudad de Zholkva, se encuentra en el aire con una aeronave de las fuerzas austriacas, pilotada por Franz Malina y Friedrich von Rosenthal – ambos sobrevolaban destacamentos del Ejército Ruso en vuelo de reconocimiento en un “Albatros”, a una altitud inalcanzable para disparos antiaéreos (que era para entonces el gran peligro para los pilotos) Piotr Nesterov se dirigió a interceptar la aeronave enemiga en su ligero y rápido avión “Morane”. Los austriacos intentaron evitar el encuentro pero Nesterov los alcanzó e impactó con su aeronave la superficie del timón de “Albatros”. Ambas aeronaves cayeron a la tierra y todos sus ocupantes fallecieron.

desde entonces las aeronaves se modernizaron rapidamente y las tecnicas mejoraron... pero los sovieticos ya habian empezado una saga que aún persiste en la mentalidad de el ejercito ruso

aqui una imagen de el primer tarán aereo de la historia:

Imagen

fuente:http://en.wikipedia.org/wiki/Ramming

un saludo a todos, en memoria de Toni, modera este subforo desde el mas allá... hasta pronto, amigo
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Mensaje por Hundi » Mar Abr 06, 2010 10:02 pm

Hola a todos.

Un poster de prop bolchevique que muestra la forma en que atacaban.

Imagen
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Mensaje por Hundi » Mar Abr 13, 2010 8:32 am

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