Diario de un piloto aleman
Publicado: Sab Abr 23, 2011 8:16 pm
Expongo un diario escrito por un aviador aleman en primera persona. Es por fechas y se relatan batallas en el aire asi como la convivencia. Es muy interesante ya que refleja tambien como veian los alemanes a la guerra. Lo ire completando de a poco.
Todos los textos que expondré estan expuestos en el libro: ''Yo vole para el Fuhrer''; titulo original ''Ich fluchte für den Fuhrer''; impreso en Mexico por la editorial Diana S.A. en enero de 1961. El autor de estos apasionantes relatos es Heinz Knoke. La introduccion esta escrita por terceros.
INTRODUCCION
La primera vez que tuve este manuscrito en mis manos, me dije: ''Hasta que al fin tenemos un relato genuino del otro lado''. No solamente los que servimos en la RAF, sino tambien los millones de seres que estuvieron atentos al resultado de los combates aereos durante la segunda guerra mundial, experimentamos, de tiempo en tiempo, una enorme curiosidad respecto a nuestros contrincantes que formaban la Fuerza Aerea alemana. ¿Acaso su actitud en la guerra era similar a la que guardabamos los pilotos ingleses? ¿Cual habia sido la reaccion de estos hombres ante la decision tomada por Hitler, de no invadir Gran Bretaña? ¿Cual era la impresion que tuvieron al enfrentarse a la gran armada aerea de los aliados, al acercarse el fin de la espantosa conflagracion? Muchas de las respuestas pueden encontrarse en este diario de un piloto de combate alemán.
Desde que terminó la guerra, mucho ha sido el material que nos ha llegado del otro lado; pero la mayoria de los libros que hacen el relato desde un punto de vista aleman, a pesar de ser historicamente valiosos, son en gran parte, reminiscencias de gentes que ocupaban altos puestos en la administracion alemana: tales como generales y politicos. A mi modo de ver, el merito que tiene el libro de Herr Knoke estriba en que, de manera sencilla y sin rebuscados adornos, cuenta la historia de uno de los que pelearon una guerra ardua y ordinaria. Casi inconscientemente dibuja la imagen reveladora de las juventudes hitlerianas. Sería menos autentico si no lo hiciera. Pudo haber la tentacion de omitir con tacto algunas de las breves referencias politicas hechas por el diarista, pero tales omisiones servirían solamente para desfigurar la imagen que nos brinda.
La genesis del libro no carece de interes. El señor John Ewing, que lo tradujo al ingles, ejerce la abogacía en Vancouver, pero en aquel entonces era oficial de la RCAF (Real Fuerza Aerea Canadiense), y cuando en mayo de 1945 Alemania se rindió, estaba encargado de supervisar e interrogar a los miembros de la Luftwaffe que se habian rendido. Su cuartel general estaba situado en Jever, donde el campo aereo habia sido ocupado por la RCAF. Relata su primer encuentro con el autor del libro con estas palabras:
-Al ser interrogado Knoke, demostró poseer una inteligencia excepcionalmente aguda y una personalidad demasiado atractiva. Parecía ser una lastima que hubiera peleado en el bando equivocado. Su hoja de servicios reclamaba el respeto de cualquier miembro de la aviacion. Hasta donde puedo saber, ningun otro piloto aleman que pudiera igualar su hazaña de 52 aviones aliados derribados en el frente occidental, ha sobrevivido para contar la historia. Despues de haberlo escuchado, consideré que las circunstancias eran verdaderamente excepcionales y nos estrechamos la mano (cosa por demas rara en aquel tiempo).
Despues estuvieron en contacto diario. Por razones de seguridad, Ewing estimó conveniente mantener a Knoke bajo constante supervision; hizo los arreglos para obtener el licenciamiento con la prioridad que otorgaba la Luftwaffe y lo comisionó para hacerse cargo de las finanzas de la Luftwaffe local.
-Abiertamente se mostró contrariado por tener que despojarse de su muy condecorado uniforme- continua diciendo el señor Ewing -y a pesar de su ignorancia de los metodos contables, misma que yo compartía, no pasó mucho tiempo antes de que lograse organizar un sistema eficiente, para lo que fue ayudado por su esposa Lilo, que antes de la guerra habia trabajado como vendedora de libros. Poco a poco fueron suavizandose las ordenes de no confratenizar con el enemigo y llegué a convertirme en asiduo visitante de la casa de los Knoke, donde siempre se me recibió con la mas cordial bienvenida. En cualquier lucha de ingenio, Knoke era mas capaz de salir airoso, y fueron varias las veces que nuestras discusiones pudieron resolverse unicamente ante el recordatorio de que, despues de todo, eran ellos los que habian perdido la guerra. Su audacia parecía no tener limites. En cierta ocasion, el mayor britanico, alcalde de la ciudad, se presentó a pedirle la casa, pero Knoke usó argumentos tan convincentes que lo indujo a cambiar de opinion e ir en busca de otros alojamientos. A menudo me senti impulsado a confinarlo tras las alambradas de puas, pero tal cosa parecía carecer de todo espiritu de justicia.
En 1946, cuando los canadienses abandonaron Alemania, el señor Ewing habia llegado a ocupar el puesto de juez en el gobierno militar. Despues de obtener su licenciamiento del ejercito, pasó un año mas como miembro de la comision de control, antes de regresar a su pais de origen. Durante ese tiempo estuvo en contacto con Knoke, para quien resultaba dificil ajustarse a las necesidades de una vida civil, y se habia dedicado a escribir, como medio de escapar de su situacion precaria. Ewing le sugirió que escribiese un relato sencillo y veraz de su propia vida. El resultado se halla en este libro.
Como dato adicional puede mencionarse que para 1951 Knoke habia logrado obtener fama de orador politico y en ese mismo año fue electo miembro de la legislatura de Sajonia inferior y del partido socialista del Reich. Cuando la suprema corte de la republica federal alemana, en 1952, declaró ilegal el partido, las actividades politicas de Knoke quedaron suspendidas, por lo menos temporalmente.
CONTINUA
Todos los textos que expondré estan expuestos en el libro: ''Yo vole para el Fuhrer''; titulo original ''Ich fluchte für den Fuhrer''; impreso en Mexico por la editorial Diana S.A. en enero de 1961. El autor de estos apasionantes relatos es Heinz Knoke. La introduccion esta escrita por terceros.
INTRODUCCION
La primera vez que tuve este manuscrito en mis manos, me dije: ''Hasta que al fin tenemos un relato genuino del otro lado''. No solamente los que servimos en la RAF, sino tambien los millones de seres que estuvieron atentos al resultado de los combates aereos durante la segunda guerra mundial, experimentamos, de tiempo en tiempo, una enorme curiosidad respecto a nuestros contrincantes que formaban la Fuerza Aerea alemana. ¿Acaso su actitud en la guerra era similar a la que guardabamos los pilotos ingleses? ¿Cual habia sido la reaccion de estos hombres ante la decision tomada por Hitler, de no invadir Gran Bretaña? ¿Cual era la impresion que tuvieron al enfrentarse a la gran armada aerea de los aliados, al acercarse el fin de la espantosa conflagracion? Muchas de las respuestas pueden encontrarse en este diario de un piloto de combate alemán.
Desde que terminó la guerra, mucho ha sido el material que nos ha llegado del otro lado; pero la mayoria de los libros que hacen el relato desde un punto de vista aleman, a pesar de ser historicamente valiosos, son en gran parte, reminiscencias de gentes que ocupaban altos puestos en la administracion alemana: tales como generales y politicos. A mi modo de ver, el merito que tiene el libro de Herr Knoke estriba en que, de manera sencilla y sin rebuscados adornos, cuenta la historia de uno de los que pelearon una guerra ardua y ordinaria. Casi inconscientemente dibuja la imagen reveladora de las juventudes hitlerianas. Sería menos autentico si no lo hiciera. Pudo haber la tentacion de omitir con tacto algunas de las breves referencias politicas hechas por el diarista, pero tales omisiones servirían solamente para desfigurar la imagen que nos brinda.
La genesis del libro no carece de interes. El señor John Ewing, que lo tradujo al ingles, ejerce la abogacía en Vancouver, pero en aquel entonces era oficial de la RCAF (Real Fuerza Aerea Canadiense), y cuando en mayo de 1945 Alemania se rindió, estaba encargado de supervisar e interrogar a los miembros de la Luftwaffe que se habian rendido. Su cuartel general estaba situado en Jever, donde el campo aereo habia sido ocupado por la RCAF. Relata su primer encuentro con el autor del libro con estas palabras:
-Al ser interrogado Knoke, demostró poseer una inteligencia excepcionalmente aguda y una personalidad demasiado atractiva. Parecía ser una lastima que hubiera peleado en el bando equivocado. Su hoja de servicios reclamaba el respeto de cualquier miembro de la aviacion. Hasta donde puedo saber, ningun otro piloto aleman que pudiera igualar su hazaña de 52 aviones aliados derribados en el frente occidental, ha sobrevivido para contar la historia. Despues de haberlo escuchado, consideré que las circunstancias eran verdaderamente excepcionales y nos estrechamos la mano (cosa por demas rara en aquel tiempo).
Despues estuvieron en contacto diario. Por razones de seguridad, Ewing estimó conveniente mantener a Knoke bajo constante supervision; hizo los arreglos para obtener el licenciamiento con la prioridad que otorgaba la Luftwaffe y lo comisionó para hacerse cargo de las finanzas de la Luftwaffe local.
-Abiertamente se mostró contrariado por tener que despojarse de su muy condecorado uniforme- continua diciendo el señor Ewing -y a pesar de su ignorancia de los metodos contables, misma que yo compartía, no pasó mucho tiempo antes de que lograse organizar un sistema eficiente, para lo que fue ayudado por su esposa Lilo, que antes de la guerra habia trabajado como vendedora de libros. Poco a poco fueron suavizandose las ordenes de no confratenizar con el enemigo y llegué a convertirme en asiduo visitante de la casa de los Knoke, donde siempre se me recibió con la mas cordial bienvenida. En cualquier lucha de ingenio, Knoke era mas capaz de salir airoso, y fueron varias las veces que nuestras discusiones pudieron resolverse unicamente ante el recordatorio de que, despues de todo, eran ellos los que habian perdido la guerra. Su audacia parecía no tener limites. En cierta ocasion, el mayor britanico, alcalde de la ciudad, se presentó a pedirle la casa, pero Knoke usó argumentos tan convincentes que lo indujo a cambiar de opinion e ir en busca de otros alojamientos. A menudo me senti impulsado a confinarlo tras las alambradas de puas, pero tal cosa parecía carecer de todo espiritu de justicia.
En 1946, cuando los canadienses abandonaron Alemania, el señor Ewing habia llegado a ocupar el puesto de juez en el gobierno militar. Despues de obtener su licenciamiento del ejercito, pasó un año mas como miembro de la comision de control, antes de regresar a su pais de origen. Durante ese tiempo estuvo en contacto con Knoke, para quien resultaba dificil ajustarse a las necesidades de una vida civil, y se habia dedicado a escribir, como medio de escapar de su situacion precaria. Ewing le sugirió que escribiese un relato sencillo y veraz de su propia vida. El resultado se halla en este libro.
Como dato adicional puede mencionarse que para 1951 Knoke habia logrado obtener fama de orador politico y en ese mismo año fue electo miembro de la legislatura de Sajonia inferior y del partido socialista del Reich. Cuando la suprema corte de la republica federal alemana, en 1952, declaró ilegal el partido, las actividades politicas de Knoke quedaron suspendidas, por lo menos temporalmente.
CONTINUA