Capítulo 1º
Cuando estalló la 2GM Gran Bretaña conocía la amenaza representada por las fuerzas navales nemigas, aunque de un modo harto superifical. El despleigue naval alemán era inferior al de la RN y la Armada francesa como conecuencia de las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles. El problema era que, si bien sus fuerzas navales no podían alcanzar la paridad con la de sus antiguos rivales, los astilleros alemanes trabajaban a pleno ritmo para conseguir cierto equilibrio con la producción masiva de submarinos.
No obstante, al comienzo de las hostilidades, sólo 46 de los 56 submarinos de Doenitz estaban aparejados para el combate. En su mayoría eran submarinos Tipo IIA de 258 toneladas, aptos sólo para funciones de escuela y patrulla costera, mientras que sólo 22 e an submarinos oceánicos del tipo VIIC, de 781 toneladas. En 1939, el potencia de las fuerzas alemanas de superfície consistía en dos cruceros de batalla (Scharnhorst y Gneisenau), tres acorazados de bolsillo (Deutschland, Graff Spee y Scheer), ocho cruceros y 22 destructores. Sin embargo, eran naves modernas, bien artilladas y veloces. Esta flota minúscula se la tenía que ver con la potente Royal Navy, que contaba con 12 acorazados, 3 cruceros de batalla, 7 portaaviones (más tres que se esperaban para finales de 1940), 64 cruceros y 184 destructores, repartidos a lo largo y ancho del Imperio, aunque encuadrados principalmente en la Metropolitan y al Mediterranean Fleets.
A pesar de la casi total dependencia de Gran Bretaña del tráfico marino y la amenaza que los submarinos representaban para el mismo, el Mando Costero seguía siendo la "cenicienta" de la RAF. En septiembre de 1939 contaba con 265 aviones en 16 escuadros, muchos de ellos anticuados. Sólo uno de ellos contaba con el Hudson Mk I, de alcance medio, y nueve usaban el inadecuado Avro Anson Mk I. Los obsoletos torpederos Vickers Vildeebest Mk IV dotaban a otro escuadron. Otros cinco contaban con el Short Sunderland Mk I y el ersto con los Supermarine Stranraer y Saro London Mk II, siendo el Sunderland el único avión de largo alcance a disposición del Mando Costero.
Dividido en cuatro grupos territoriales para cubrir los accesos occidentales, el canal, el Mar del Norte, y la zona al este de Escocia, lo cierto es que el Mando no podía practicamente evitar el paso de los submarinos o las naves de superfície enemigas entre Escocia y Noruega. Los Anson sólo llegaban hasta unos 80 kms de la costa meridional noruega, teniendo que ocuparse los submarinos de la detección más allá de este punto. Los Hudson se ocupaban del MAr del Norte y los hidrocanos cubrían el espacio entre Islandia y las Feröe. Tras algunas semanas de hostilidades se multiplicaron las tareas y llegaron algunos refuerzos: los Bristol Blenheim Mk IVF, para, junto con los Hudson, escoltar a los convoyes de la costa oriental.
La panoplia de armas tampoco estaba bien surtida: las bombas ASW Mk III de 23 kg y de 45 o eran adecuadas; el visor de bombardeo Mk IX no valía para ataques a media cota (1000 metros) sobre objetivos pequeños como los submarinos, y sólo el Hudson estaba equipado con un sistema que podía espaciar el lanzamiento de las bombas o las cargas ASW. Por cierto, la única carga ASW disponible era la Mk VII, de 200kg, cuyo desarollo se remontaba a 1918.
En septiembre de 1939 los uboaten hundieron 26 barcos (132.522 toneladas) ante las costas británicas y los accesos occidentales, a pesar de las limitaciones. En octubre echaron a pique 71.130 toneladas y en noviembre sólo 18.151 debido al mal tiempo inversal. Durante este periodo también atacaron a las unidades de superfície de la RN: el HMS Ark Royal se salvó milagrosamente el 14 de septiembre de una salva de torpedos lanzada por el U-39. Aunque los torpedos alcanzaron al barco, no estallaron, debido a deficiencias magnéticas en sus cabezas de combate. El 17 del mismo mes el U-29 hundió al HMS Courageous y el 14 de octumbre, el U-47 de Gunter Prien acabó con el HMS Royal Oak.