¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Organización y despliegue de las fuerzas aéreas. Aviones de combate

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Dom Mar 29, 2009 9:37 pm

Una de las cuestiones más intrigantes de toda la guerra es porqué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética, en especial cuando quedó claro que la campaña inicial de Barbarroja había fracasado en destruir a la Unión Soviética en el plazo de las 12-20 semanas previstas.

Intentaré describir el porqué los alemanes no dedicaron prácticamente ningún recurso de sus flotas de bombarderos a atacar la economía de la URSS. No sólo llama la atención el que no prestaran atención a uno de los aspectos más relevantes de toda la II Guerra Mundial sino que lo hicieran de manera tan tardía y que cuando se realizaron esfuerzos en ese sentido se hiciera sin ninguna planificación consistente. Por otra parte llama poderosamente la atención hasta que punto la industria bélica de la URSS era –o hubiera sido- vulnerable a una ofensiva aérea estratégica sostenida y ese es otro de los propósitos de esta modesta contribución.

Uno de los aspectos menos estudiados y que probablemente hubiera cambiado el curso de los acontecimientos era la vulnerabilidad industrial de la Unión Soviética tras el ataque alemán. En efecto, la producción industrial, tanto de industria pesada, ligera como producción carbonífera se encontraba en dos tercios en la zona invadida por la Wehrmacht entre 1941-42. Parte de esa infraestructura se logró salvar mediante una gigantesca relocalización industrial y que se concretó en una mastodóntica evacuación de maquinaria y mano de obra industrial. Esta fue sólo posible porque a las zonas a las que fue evacuada había un relativo suministro energético que pudiera mantener esas industrias en funcionamiento. Esos suministros energéticos se resumían en la cada vez más escasa producción carbonífera, puesto que los alemanes habían conquistado las zonas donde se producía más de la mitad del carbón del país, y en el suministro eléctrico proveniente de centrales térmicas –operadas en gran medida por carbón- e hidroeléctricas. Dada la vastedad del país y el retraso en las infraestructuras gran parte de esas zonas contaban con sus propias plantas de producción eléctricas conformando redes o mallas eléctricas autónomas y sin conexión con el resto del país. Al contrario que países más desarrollados como Alemania, cualquier ataque o bajada de producción de potencia suponía la paralización de la industria afectada. Eso explica el porqué Alemania, a pesar de haber sufrido ataques aéreos contra centrales hidroeléctricas o destrucción de centrales en el curso de la vasta ofensiva aérea de 1943-44 nunca llegó a perder sensiblemente producción industrial por esta causa. La interconexión de gran parte de las redes locales hacía posible el asignar potencia desde regiones o zonas no afectadas.
Por el contrario en la Unión Soviética esto era un serio problema en tanto cualquier problema o descenso de producción no podía compensarse mediante la importación de energía eléctrica. La energía eléctrica no puede almacenarse lo que complicaba la situación caso que por efecto de algún ataque o sabotaje las escasas redes de transformadores y generadores quedarán fuera de funcionamiento.
Además de iluminación la energía eléctrica es absolutamente vital en numerosos procesos industriales (producción de aluminio, galvanizado y fabricación de numerosas aleaciones) así como un sinfín de procesos mas.
La economía industrial de la URSS era especialmente vulnerable a los siguiente tipos de ataque:
a) Ataques a la estructura fabril de fabricación de carros de combate, aviones y artillería.
b) Ataques a la infraestructura de producción energética que mantenía esa infraestructura fabril en funcionamiento, en particular plantas de producción eléctrica y pozos petrolíferos.
c) Ataques a componentes intermedios pero básicos para la industria petroquímica en particular polímeros, cauchos y gomas sintéticos y gasolinas de alto octanaje. Otros bienes semielaborados como rodamientos podían detener la producción de numerosos artículos industriales.
d) Ataques a las infraestructuras de comunicaciones y suministros, en particular ferrocarriles y destrucción del escaso material rodante soviético.

Como ejemplo del primer apartado a) diremos que aunque la producción del famoso carro de combate medio T-34 se desarrolló en 7 fábricas de la URSS, en la práctica se concentró en tan sólo 5 debido a las vicisitudes de la guerra. Veamos cual fue la producción en las mismas:

1) Factoría nº 183 - Charkovskiy Traktornyj Zavod (ChTZ), Kharkov: esta fue la primera fábrica donde se produjo el famoso T-34 la cual se evacuó en septiembre de 1941 a Nizhniy Tagil ante el avance alemán en Ucrania.
Total de producción:
T-34-76: 1,675 uds.

2) Fábrica STZ – Stalingradzkiy Traktornyj Zavod
Total de producción:
T-34-76: 3.770 uds.
Total: 3.770 uds

3) Segunda factoría nº 183 - Uralskiy Tankovyj Zavod No.183 (UTZ), Nizhniy Tagil. Esta fue la factoría evacuada de Kharkov y que situada al este de los Urales comenzó en diciembre de 1941 entre terribles dificultades y sin prácticamente comida ni abrigo a fabricar T-34. Como veremos fue la principal fábrica.
Total de producción:
T-34-76: 15.014 uds.
T-34-85: 13.938 uds.
Total: 28.952 uds.

4) Factoría nº 112 – Krasnoye Sormovo, Gorky
Total de producción:
T-34-76: 6.396 uds.
T-34-85: 6.208 uds
Total: 12.604 uds.

5) ChKZ – Chelyabinskiy Traktorniy Zavod (Fábrica de Tractores de Chelyabinsk) entonces llamada Chelyabinskiy Kirovskiy Zavod o Fábrica Kirov de Chelyabinsk. Esta fue la famosa factoría de tanques de Chelyabinsk, apodada Tankograd durante la guerra aunque en realidad no fue la mayor productora. La producción comenzó en el verano de 1942 cuando la Wehrmacht amenazó el centro industrial de Stalingrado.
Total de producción:
T-34-76: 5.094 uds.
Total: 5.094 uds.

6) Factoría nº 174 (Planta Voroshilov), Omsk. Esta fue una de las únicas tres factorías que produjo el T-34 durante toda la guerra.
Total de producción:
T-34-76: 2.927 uds.
T-34-85: 2.940 uds.
Total: 5.867 uds.

7) UTZM – Uralskiy Zavod Tyazhelogo Mashinostroyenya im. Ordzhonikidze o Uralmash (Fábrica Ordzhonikidze de Maquinaria Pesada de los Urales) Esta fue la menor de la fábricas en producir el T-34 terminado en el período 1942-43 si bien posteriormente produjo numerosos cañones de asalto basados en el chasis del T-34 así como muchas torretas de T-34 sueltas para otras fábricas.
Total de producción:
T-34-76: 719 uds.
Total: 719 uds.

Como podemos ver por las cifras en tan sólo 2 de ellas –Nizhniy Tagil y Gorky- se produjo el 70% de los mismos. Otro dato que sorprende por su analogía es la vulnerabilidad de la industria aeronáutica soviética: de las siete fábricas en las que se producían motores de aviación, en dos de ellas –Ufa y Kuibishev- se producían casi dos tercios de la producción total. Se infiere que unos ataques aéreos precisos que atacaran esas pocas fábricas podrían poner en jaque a gran parte de la producción de carros de combate y aviones de la Unión Soviética.

Para Alemania era vital el dañar de alguna manera a la industria soviética pues la tasa de producción y reemplazo era tan alta que no sólo se cubrían las tremendas bajas en combate u operativas por accidentes o falta de mantenimiento adecuado sino que se creaban cada vez mas unidades y además de mejorar la calidad técnica de los aviones en la línea de frente, se iba produciendo una superioridad numérica cada vez mas abrumadora sobre la Luftwaffe.

Veamos como ejemplo el tremendo crecimiento de la VVS a despecho de las terribles bajas. Estas son las cifras de aviones de combate en poder de unidades operativas en el frente y sin contar aviones de entrenamiento.
1 de julio de 1943: 8.293 aviones de combate
1 de enero de 1944: 8.818 aviones de combate
1 de enero de 1945: 15.815 aviones de combate !!

Otro aspecto de tremenda vulnerabilidad para la industria y economía soviética era la producción petrolífera. El que quiera ver la cuestión en detalle puede acudir al topic:

viewtopic.php?f=28&t=9047" onclick="window.open(this.href);return false;

En cualquier caso el 83% del petróleo soviético provenía del Caucaso y o de los yacimientos de Bakú, todos al alcance de la Luftwaffe y algunos incluso de la Wehrmacht.

Otro aspecto que trataremos luego era la vulnerabilidad intrínseca de la defensa antiaérea soviética. Esta no era capaz de ofrecer una defensa eficaz a una ofensiva estratégica aérea.
Continuará…

Fuentes:
Rickard, J (19 septiembre 2008), T-34 Medium Tank Production , http://www.historyofwar.org/articles/we ... ction.html" onclick="window.open(this.href);return false;
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.

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Eriol
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Eriol » Lun Mar 30, 2009 6:48 pm

mui interesante.te animo a seguir adelante en esto.desconozco la verdad el tema como para ser de alguna ayuda aparte de decirte que seguire el tema con atencion
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por carl albert » Lun Mar 30, 2009 8:08 pm

Muy buen tema para pensar detenidamente.
Tantas interrogantes, tantos aparentes `errores`, que extraño todo.. siempre!
Tanta gente llevada a los mataderos de los frentes de batalla. Gran parte de la mejor juventud del mundo, de todas las nacionalidades, llevada al cadalso.
La verdad la conocemos, pero el gran pùblico tambièn la intuye.
Felicitaciones!

Un saludo
"He de ver pasar el fèretro de mis enemigos bajo mi ventana", sin hacer la guerra..

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por kalmado » Lun Mar 30, 2009 8:16 pm

Hola Schwerpunkt, un placer leerte de nuevo, como siempre. Espero con impaciencia tu análisis. Por ahora no se me ocurre otra cosa mas que los alemanes quisieran capturar los centros industriales intactos para su propia explotación, pero como bien señalas esto tendría lógica dentro de Barbarrosa. Después de diciembre de 1941 estratégicamente tendría más sentido, eso si, a expensas de asumir que no se iba a avanzar más. También la situación de los aeródromos rusos capturados dejarían mucho que desear a medida que se avanzaba hacía el Este, a parte del complicado operativo logístico que se necesitaría para un plantamiento serio de esta estrategia. Pero nada, lo dicho, esperamos.
In principio...
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Mar Mar 31, 2009 1:18 am

La Luftwaffe había sido configurada como una fuerza de apoyo táctico inmediato aunque doctrinalmente se quería tener la flexibilidad suficiente para acometer misiones de bombardeo estratégico llegado el caso. Sin embargo el énfasis dado en el desarrollo de aviones que no fueran excesivamente costosos y que pudieran efectuar misiones de bombardeo en picado junto con otros requisitos mas, invalidaron en la práctica el desarrollo de aviones pesados cuatrimotores. Estos eran unos requisitos que los principales jefes de la Luftwaffe compartían con la llamativa excepción del general Walther Wever, jefe del estado mayor de la Luftwaffe, el cual apoyaba el diseño de al menos cuatro o cinco prototipos de cuatrimotores. Sin embargo la muerte en accidente aéreo del general Wever en junio de 1936 ocasionó el archivo de estos planes por parte de Herrmann Göring, líder supremo de la Luftwaffe. Su sucesor el general Hans Jeschonnek por el contrario compartía las tesis de que los bombarderos de la Luftwaffe tenían que ser medios y ligeros. Esta opinión era asimismo defendida por el general Udet, su director de desarrollo y producción. Como vemos todos defendían el concepto de bombadeo en picado, incompatible con un bombardero pesado. Se desechó el bombardeo de áreas por antieconómico y la tesis de Hitler de que no habría guerra con Inglaterra, estando la guerra confinada a las potencias del continente europeo llevó a un cierto descuido en la guerra aeronaval y en las misiones de bombardeo estratégico que hasta al menos 1936-37 si se habían considerado seriamente.

En 1941 la doctrina de la Luftwaffe en el Este contemplaba la superioridad aérea así como en general el apoyo a las tropas de tierra. Igualmente se perseguía la intercepción aérea en la zona operacional del frente ya fuera de las unidades enemigas como de sus redes de transporte, en especial ferrocarriles, pero no había ningún énfasis en la estrategia de destrucción de la industria enemiga. Es cierto que la Luftwaffe estaba configurada como una fuerza de apoyo a las fuerzas de tierra en parte por sólo contar con aviones ligeros bimotores de bombardeo. No había aparatos cuatrimotores con suficiente radio de acción como para penetrar profundamente en el espacio aéreo enemigo. El grueso de la fuerza aérea de bombardeo alemana estaba compuesto por bimotores como el He-111 y Ju-88 con un radio de acción de unas 600 millas o 960 km. Aunque teóricamente se podía bombardear objetivos situados más lejos, en la práctica no se podía llevar una carga útil suficiente –o sea bombas- a una distancia mayor. La carga de bombas que podían llevar estos aviones a esta distancia era aproximadamente de una tonelada.

Esta falta de estrategia venía motivada por una falta de estrategia coherente y sobre todo de aparatos adecuados para incursiones profundas en el espacio aéreo enemigo. La falta de estrategia tampoco impedía su actuación en ese cometido: ya en 1940 la Luftwaffe había intentado una ofensiva aérea en toda regla contra Gran Bretaña. Aunque una de las razones del fracaso de la misma fue la falta de preparación de la fuerza aérea para una ofensiva de carácter estratégico, en realidad el principal motivo por el que la Luftwaffe no atacó la industria soviética vino motivada por los siguientes factores:
- Escasez de aviones operativos de bombardeo: debido a la escasez de aparatos, entorno a los 600 bombarderos operativos en el verano de 1941, la Luftwaffe no tenía suficientes aparatos para dar apoyo en tierra y además librar una campaña estratégica contra objetivos industriales, económicos o de comunicaciones.
- Inhibición de objetivos económicos: en realidad este fue el mayor motivo: las directivas de Barbarroja en la práctica excluían una ofensiva aérea a zonas situadas más allá de las áreas donde tendría el apoyo a la Wehrmacht.
- Confusión en la redacción de planes para el empleo de la Luftwaffe: el propio Hitler si que contemplaba el ataque a la zona industrial de los Urales ya en noviembre de 1940, sin embargo por la vaguedad en como fue formulado, el propio estado mayor de la Luftwaffe tampoco prestó apenas atención a este deseo ni le dió concreción práctica.

Para la campaña aérea en el Este se partían de varias premisas:
1) Que la campaña duraría un máximo de 5 meses transcurridos los cuales la Luftwaffe podría volcarse en masa otra vez en el oeste contra el Reino Unido.
2) Que la ofensiva contra la industria de los Urales tendría lugar una vez “hubiera terminado” la fase móvil de las operaciones, o sea en la práctica la conquista de la Rusia europea. Era una fase que se contemplaba simplemente como el “coup de grace” a la Unión Soviética una vez se hubiera destruido el grueso del Ejército Rojo y lo que quedara fuera una gran operación de limpieza.
3) Que la mayor parte de esfuerzo había que realizarlo en misiones de apoyo táctico así como intercepción de las fuerzas contrarias.

Una vez se desencadenó Barbarroja, la Luftwaffe se encontró sumida en una tremenda guerra de desgaste no prevista por la longitud de la campaña y el desgaste logístico que implicaba operar a gran distancia de las bases de suministro y reducido ritmo de reemplazos. A pesar de los grandes éxitos conseguidos sobre la VVS –en tan sólo la primera semana de la guerra se destruyeron, capturaron en tierra o derribaron nada menos que 4.107 aviones soviéticos- la Luftwaffe se encontró envuelta para un largo conflicto para la que no estaba preparada. La escasez de efectivos condenaba a la práctica totalidad de la fuerza a emplearse en operaciones de apoyo táctico e intercepción en las cercanías del frente. Aunque las pérdidas alemanas fueran muy inferiores, empezaban a afectar a la operatividad de la fuerza. El 22 de junio de 1941 la Luftwaffe disponía de unos 2.770 aviones en el Este de los cuales unos 775 eran bombarderos de vuelo horizontal. A finales de septiembre ya se habían perdido 1.603 aviones y unos 1.028 se encontraban averiados. Ya por estas fechas era imposible reemplazar las pérdidas sufridas y la Luftwaffe a pesar de los reemplazos estaba reducida a unos 1.700 aparatos. Por cierto, que el 17 de noviembre de 1941 el general Udet se suicidó al ser patente su fracaso en mantener la fuerza a su nivel, aunque hay que decir que la responsabilidad última del fracaso residía en Hitler y en su esbirro Hermann Göring.

Y desde el punto de vista estratégico tampoco lo estaba: en 1941 se produjeron unos pocos intentos de bombardeo erráticos sobre todo en Moscú, y algunas otras ciudades como Iaroslavl, Gorki, Tula y otras durante la operación Tifón. Estos ataques fueron realizados por pocos aviones y en general excepto en la zona urbana de Moscú, donde había una gran concentración de artillería antiaérea soviética, no tuvieron apenas oposición ni tampoco resultados tangibles. Los soviéticos no realizaron ningún movimiento de evacuación de las industrias de las zonas atacadas excepto cuando era evidente que podían caer bajo el avance terrestre alemán.

Dos consecuencias que si extrajo el mando de la Luftwaffe, aunque no fue capaz de darle aplicación práctica como veremos, fueron por un lado lo exiguo de la oposición soviética y por otro que ataques que no tuvieran un mínimo de concentración y fuerzas sobre objetivos bien definidos llevarían a una falta de resultados.

Ya antes de comenzar la guerra de agresión contra la URSS el alto mando alemán había previsto que la oposición antiaérea soviética sería muy débil por razón de su inferioridad tecnológica y de comunicaciones así como la falta de una estrategia defensiva y entrenamiento de sus pilotos. Se preveía que se podrían hacer incursiones de bombarderos sin acompañamiento de caza de escolta. El desarrollo de la propia guerra no hizo sino reforzar esa creencia. Ya veremos como incluso en 1943 la URSS no disponía de radar, comunicaciones electrónica y coordinación depuradas, así como unidades de caza entrenadas para operar en la defensa de zonas estratégicas. La falta de entrenamiento de vuelo con instrumentos, de entrenamiento en la caza nocturna, comunicaciones y coordinación con el mando en tierra y en general falta de prestaciones a grandes alturas condenaba a la aviación soviética a una muy baja eficacia en su cometido defensivo caso que fuera necesario. En general la aviación alemana en sus escasísimas incursiones de cierta profundidad no necesitaba aviación de escolta y sufría muy pocas bajas a excepción de zonas densamente pobladas con una gran densidad de artillería antiaérea como Leningrado y Moscú.
Se podía operar en la URSS además con aparatos que en cielos del Oeste estarían condenados por su obsolescencia tecnológica.

Pero entretanto, a finales de 1941 es evidente que la campaña de conquista relámpago de Rusia ha fracasado… La Luftwaffe no sólo tiene que dar apoyo a la Wehrmacht a la defensiva sino que se ve envuelta en numerosas misiones de suministro a unidades cercadas en medio de un tiempo infernal. En este contexto la Luftwaffe sufre casi más bajas por el tiempo atmosférico y el desgaste logístico que por la propia oposición de la VVS. Lo cierto es que los aviones y sobre todo las tripulaciones entrenadas perdidas lo son independientemente de si son pérdidas por efecto de la aviación enemiga o por tener que operar en condiciones muy desfavorables. Cualquier plan por embrionario que fuera de ataque a la industria soviética tiene que dejarse de lado ante las crisis de situación que se suceden casi a diario. Con un número de aparatos operativos tan escaso es sencillamente imposible organizar una ofensiva aérea de hostigamiento a la industria y economía soviética.

Continuará…


Fuentes:
Rickard, J (19 septiembre 2008), T-34 Medium Tank Production , http://www.historyofwar.org/articles/we ... ction.html" onclick="window.open(this.href);return false;
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Alfred Price: Luftwaffe (p. 74-81) Ed. San Martín. Madrid 1980.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por José Luis » Mar Mar 31, 2009 9:39 am

¡Hola a todos!

Con el permiso de nuestro estimado Schwerpunkt, quisiera acompañar a su exposición, sin ánimo de interrumpirla, algunas consideraciones preliminares.

1) Una corrección. Jeschonnek no fue el sucesor de Wever como Jefe del EMG de la Luftwaffe, sino el "sonriente" Albert Kesserling, quien, no estando muy capacitado para ese puesto y teniendo problemas de entendimiento con Milch, fue a su vez sucedido, antes de que se cumpliese un año de su mandato, por Hans-Jürgen Stumpf. Finalmente, en febrero de 1939 Jeschonnek sucedió a Stumpf, y mantendría ese puesto hasta su suicidio en 1943 (siendo reemplazado entonces por el general Günther Korten).

2) A la hora de contemplar el asunto del "bombardeo estratégico", es necesario examinar los fundamentos de la doctrina aérea y sus soportes prácticos, es decir, su traducción en el campo tecnológico. El máximo exponente en el campo doctrinal fue Wever, y la mente más lúcida de toda la historia de la Luftwaffe en el campo tecnológico fue Wilhelm Wimmer, que dirigió la Oficina Técnica de la Luftwaffe durante la primera fase del rearme (1933-1936), hasta que fue destituido por Göring, quien nombró como sucesor a Udet. Göring, Jeschonnek y Udet fueron tres auténticos lastres para la Luftwaffe, que ni Milch (que se encargó de todas las responsabilidades de Udet tras su suicidio), ni Korten (mucho más capacitado que Jechonnek para las tareas administrativas de EMG) pudieron solucionar por ser ya muy tarde para ponerle remedio.

3) Sin embargo, más allá de la doctrina y su traducción tecnológica, hay una aspecto fundamental que debe primar a la hora de valorar esta cuestión del "bombardeo estratégico", y es la disponibilidad de recursos materiales y económicos al alcance de Alemania para atender a todas sus necesidades en el terreno del armamento. De poco sirve disponer de una buena doctrina aérea y unos buenos diseños de aviones y motores para el bombardeo estratégico si a la hora de comenzar la producción en serie en cantidades suficientes se carece de los presupuestos económicos, materias primas o capacidad industrial necesarios para tal fin, teniendo en cuenta, además, las otras necesidades en el terreno del armamento de la aviación táctica, por no hablar del armamento en las demás armas de las fuerzas armadas y municiones. En otras palabras, Alemania no estaba capacitada, ni en disponibilidad de materias primas ni en finanzas e industria, para disponer de una flota aérea de caza y bombarderos pesados de largo alcance, cuantitativamente decisiva, simultáneamente con una flota aérea táctica de las mismas dimensiones, una flota de transporte aéreo, unas fuerzas acorzadas, una flota sumbarina, una flota naval, etc., etc. Algo así sólo estuvo al alcance de una superpotencia como Estados Unidos, y eso para el año 1944. Finalmente, en este apartado, la estrategia de armamentos debe estar supeditada a la estrategia nacional, y en los años de preguerra, Hitler nunca consideró seriamente (todo lo contrario) una guerra contra Gran Bretaña o la Unión Soviética a corto plazo. Los escenarios de guerra que consideró eran sus fronteras orientales y Francia, y para esos teatros disponía la Luftwaffe de capacidad real para el bombardeo estratégico.

4) En cambio, lo que sí podía haber estado al alcance de la Luftwaffe dentro de las realidades alemanas de 1939-1940, de haberse actuado de forma inteligente con anterioridad, era una modesta flota de bombarderos de largo alcance contra el tráfico mercante en la Kriegsmarine. Como sabemos, los alemanes echaron mano de los cuatrimotores civiles FW Condor para reconvertirlos en el bombardero de largo alcance FW 200. Aunque la modificación de este avión no superó con suficiencia los problemas de protección y capacidad de carga, los 30 FW 200 disponibles en agosto de 1940 realizaron una auténtica proeza en sus misiones contra la navegación mercante: entre agosto de 1940 y febrero de 1941, esos treinta aviones hundieron 85 mercantes aliados con un total de 360.000 toneladas. La pregunta obvia es qué no harían los alemanes con 100 ó 200 apartos de esas características (por ejemplo, los He 111 de 1942).

4) Dentro de lo que había, la Luftwaffe consiguió un éxito increíble en las misiones que le fueron encomendadas en los primeros años de la guerra, especialmente en la Operación Barbarroja: eliminación de la fuerza aérea enemiga y de sus aeródromos (superioridad aérea), y operaciones de apoyo al ejército de campaña y contra las comunicaciones enemigas. A tener en cuenta que esto se logró exitosamente con un grado relativamente pequeño de operacionalidad de la flota aérea (50-60 por ciento), pero a un coste draconiano a medio plazo (en octubre el grado de operacionalidad había caído al 30 por ciento). Todo ello consecuencia fundamental del desgaste de la campaña, averías (los aparatos averiados debían enviarse a Alemania), y problemas logísticos. Con todo y eso, las peticiones del ejército de campaña a la Luftwaffe para misiones de apoyo al suelo fueron constantes y en aumento. Cabe, pues, preguntarse con qué medios podía realizar la Luftwaffe misiones de bombardeo estratégico de cierta envergadura y de una forma más o menos sitemática, estando como estaba absorbida en su totalidad por las demandas imperiosas del ejército.

Saludos cordiales
José Luis
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sino como un hombre
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Mar Mar 31, 2009 4:33 pm

Estimado Jose Luis:
Tus aportaciones son siempre bienvenidas porque están además justificadas por un conocimiento enciclopédico que a mí se me escapa. Estoy de acuerdo con todas tus puntualizaciones y además me parecen muy interesantes y pertinentes.

Hay un comentario que has hecho y sobre el que me parece interesante volver:
José Luis escribió:3) Sin embargo, más allá de la doctrina y su traducción tecnológica, hay una aspecto fundamental que debe primar a la hora de valorar esta cuestión del "bombardeo estratégico", y es la disponibilidad de recursos materiales y económicos al alcance de Alemania para atender a todas sus necesidades en el terreno del armamento. De poco sirve disponer de una buena doctrina aérea y unos buenos diseños de aviones y motores para el bombardeo estratégico si a la hora de comenzar la producción en serie en cantidades suficientes se carece de los presupuestos económicos, materias primas o capacidad industrial necesarios para tal fin, teniendo en cuenta, además, las otras necesidades en el terreno del armamento de la aviación táctica, por no hablar del armamento en las demás armas de las fuerzas armadas y municiones. En otras palabras, Alemania no estaba capacitada, ni en disponibilidad de materias primas ni en finanzas e industria, para disponer de una flota aérea de caza y bombarderos pesados de largo alcance, cuantitativamente decisiva, simultáneamente con una flota aérea táctica de las mismas dimensiones, una flota de transporte aéreo, unas fuerzas acorzadas, una flota sumbarina, una flota naval, etc., etc. Algo así sólo estuvo al alcance de una superpotencia como Estados Unidos, y eso para el año 1944. Finalmente, en este apartado, la estrategia de armamentos debe estar supeditada a la estrategia nacional, y en los años de preguerra, Hitler nunca consideró seriamente (todo lo contrario) una guerra contra Gran Bretaña o la Unión Soviética a corto plazo. Los escenarios de guerra que consideró eran sus fronteras orientales y Francia, y para esos teatros disponía la Luftwaffe de capacidad real para el bombardeo estratégico.
Efectivamente la inversión que hubiera supuesto una flota de bombarderos cuatrimotores hubiera sido gigantesca y hubiera hipotecado la inversión en las otras armas. En general la inversión realizada en una aviación de apoyo táctico y con capacidad de intercepción táctica aunque no estratégica estuvo de acuerdo con el rendimiento conseguido que fue mucho. No olvidemos que la Luftwaffe aplastó a la aviación francesa, soviética y de otras potencias menores y faltó poco que lo consiguiera con la británica. Como analogía comentaré que hay un topic en este foro sobre los carros de combate japoneses y mi tesis es que la moderada inversión industrial y económica japonesa estuvo justificada y que cualquier inversión o desarrollo ulterior hubiera sido un desperdicio de los limitados recursos japoneses. En ese sentido, estamos totalmente de acuerdo con el desarrollo en líneas generales de la Luftwaffe.

El problema vino porque la premisa básica de Hitler para adueñarse de Europa y que la podemos resumir a riesgo de simplificar en una serie de guerra cortas y de poco coste, no podía tener éxito porque invariablemente implicaba la participación de las mayores potencias del mundo para evitar precisamente esto. La Luftwaffe estaba admirablemente capacitada para este tipo de contiendas, el problema vino cuando se quedó sumida en una guerra mundial y tuvo que afrontar un reto tremendo con administradores y gestores del calibre de Göring, Udet, etc. No cabe duda que con unos líderes mas capacitados su caída hubiera sido mas leve.

No obstante y aunque me estoy adelantando veréis como aunque la falta de desarrollo y planificación previa en modelos de aviones fue un serio obstáculo, en realidad los problemas mayores fueron de otra índole en la guerra aérea estratégica en la URSS.
José Luis escribió:4) En cambio, lo que sí podía haber estado al alcance de la Luftwaffe dentro de las realidades alemanas de 1939-1940, de haberse actuado de forma inteligente con anterioridad, era una modesta flota de bombarderos de largo alcance contra el tráfico mercante en la Kriegsmarine. Como sabemos, los alemanes echaron mano de los cuatrimotores civiles FW Condor para reconvertirlos en el bombardero de largo alcance FW 200. Aunque la modificación de este avión no superó con suficiencia los problemas de protección y capacidad de carga, los 30 FW 200 disponibles en agosto de 1940 realizaron una auténtica proeza en sus misiones contra la navegación mercante: entre agosto de 1940 y febrero de 1941, esos treinta aviones hundieron 85 mercantes aliados con un total de 360.000 toneladas. La pregunta obvia es qué no harían los alemanes con 100 ó 200 apartos de esas características (por ejemplo, los He 111 de 1942).
Efectivamente y aunque ya ha sido comentado en otro topic, no deja de asombrar que en una guerra a muerte por el control planetario, la batalla del Atlántico que era la primera línea de frente de Alemania no recibiera un apoyo aéreo mas generoso. Los magníficos resultados conseguidos por una raquítica flotilla de cuatrimotores civiles reconvertidos a toda prisa para la ocasión, muestran lo que una verdadera atención a este apartado hubiera supuesto en el desarrollo de la Batalla del Atlántico contra el Reino Unido. Sospecho que la mano de Göring estuvo detrás de este apoyo a todas luces desganado y creo que la coordinación y apoyo Luftwaffe y la Kriegsmarine no fueron lo que hubieran podido ser, pero Jose Luis podrá aclarar con datos fiables si estas sospechas son ciertas.

Estas disgresiones son interesantes porque ilustran la baraja de opciones que tenía la Luftwaffe y ayudarán a entender en parte las decisiones tomadas.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por José Luis » Mar Mar 31, 2009 5:47 pm

¡Hola a todos!
Schwerpunkt escribió: Sospecho que la mano de Göring estuvo detrás de este apoyo a todas luces desganado y creo que la coordinación y apoyo Luftwaffe y la Kriegsmarine no fueron lo que hubieran podido ser
Efectivamente, sospechas bien. La desmedida ambición de Göring no conoció límites, y no descansó hasta conseguir que todos los asuntos y oficinas relacionados con la aviación militar quedaran absorbidos por el Ministerio del Aire, en detrimento del Ministerio de Defensa. Como sabes la fuerza aérea no existía en el Reichswehr por las cláusulas prohibitivas de Versalles, por lo que el personal y oficinas o departamentos encargados de los asuntos aéreos (doctrina, entrenamiento, diseño, desarrollo y pedidos, inteligencia extranjera, etc.) estaban integrados dentro de departamentos del Truppenamt y de la Reichmarine, y tanto el Reichsheer como la Reichsmarine estaban bajo el control del Ministerio de Defensa. Esto cambió gradualmente durante 1933, con la llegada de los nazis.

El Ministerio del Aire que dirigía Göring (con Milch como segundo) estaba teóricamente subordinado al Ministerio de Defensa, que dirigía Blomberg, quien era además comandante en jefe del Reichswehr. Por lo que, en consecuencia, Göring debía estar subordinado a Blomberg. Pero esto era teoría, y en la práctica el Ministerio del Aire fue totalmente independiente del Ministerio de Defensa (que desapareció en 1938), y Göring integró en SU ministerio todo lo relacionado con la aviación militar, que poco después sería conocida como Luftwaffe.

En esta tesitura, todos los intentos, y no fueron pocos, de Rader para que la Kriegsmarine contara con un servicio aéreo poderoso y moderno chocaron contra la soberbia de Göring y su insaciable sed de poder. Por ello, cuando estalló la guerra en 1939, la Kriegsmarine sólo contaba con un servicio aéreo de unas 250 máquinas obsoletas.

Saludos cordiales
José Luis
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sino como un hombre
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Rorrete » Dom Abr 05, 2009 11:57 am

José Luis escribió:El Ministerio del Aire que dirigía Göring (con Milch como segundo) estaba teóricamente subordinado al Ministerio de Defensa, que dirigía Blomberg, quien era además comandante en jefe del Reichswehr. Por lo que, en consecuencia, Göring debía estar subordinado a Blomberg. Pero esto era teoría, y en la práctica el Ministerio del Aire fue totalmente independiente del Ministerio de Defensa (que desapareció en 1938), y Göring integró en SU ministerio todo lo relacionado con la aviación militar, que poco después sería conocida como Luftwaffe.
Este mensaje saca a relucir uno de los defectos estructurales introducidos en la jerarquía militar hitleriana: la situacion completamene anómala de Göring, instalado simultáneamente en los tres máximos escalones de la estructura de mando alemana. En efecto, como comandante en jefe de la fuerza aérea, Göring dependía del ministro de Guerra, Blomberg (a quien Hitler nombró mariscal de campo el 1 de abril de 1936 para subrayar este hecho), pero tenía el mismo rango que el comandante en jefe del ejército, el coronel general Von Fritsch; al mismo tiempo, por su condición de ministro de Aire del Reich, Göring tenía el mismo rango que Blomberg; y tanto que sucesor designado por Hitler y su más íntimo asesor, se consideraba por encima de aquél

Fuente: DAVID IRVING: Göring, Ed. Altaya, 2008

Saludos
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Lun Abr 06, 2009 8:20 pm

A continuación realizaré la siguiente disgresión para ayudar a comprender cual era la distribución de la industria soviética durante la guerra y cual era su posible vulnerabilidad a una ofensiva de la Luftwaffe.
Desgraciadamente los mapas que he encontrado, si bien bastante completos para la Rusia Europea, no muestran a escala la distribución de la industria en zonas fundamentales como la de los Urales. Los hay de la URSS en su conjunto pero desgraciadamente se pierde detalle de las zonas fundamentales en aras de cubrir un área tan vastísima como todo el territorio. Finalmente he optado por confeccionar uno casero con los datos de los que dispongo y que muestre lo fundamental. Espero que sea lo suficientemente claro para poder comprender el tremendo desastre económico que supuso la invasión alemana y como los soviéticos afrontaron este reto mediante medidas extremas…

Imagen

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Mapa confeccionado con base al mapa de Grosser Atlas zur Weltgeschichte: Linger Verlag. 1988 Köln y datos propios.

El mapa por su gran extensión me veo obligado a ponerlo en dos partes... :roll:

Veamos pues, el mapa. En negro se encuentran los símbolos que representan a los principales centros industriales y fuentes de energía (carbón, petróleo y centrales térmicas e hidroeléctricas) activos en vísperas del ataque alemán de 1941. En rojo los centros industriales creados mediante la evacuación de la industria en peligro en el oeste o bien centros productivos creados apresuradamente para poder reemplazar aunque fuera en parte las terribles pérdidas creadas por la guerra de conquista alemana en 1941-45.

Este mapa representa tanto la Rusia Europea como la zona de los Urales. Si bien por cuestiones de espacio no se ha podido representar el sur del Caucaso, Siberia Oriental y el Extremo Oriente soviético, podemos afirmar que el área representa el 90% de la producción industrial. No hemos representado los principales yacimientos de minerales metálicos por no complicar excesivamente el mapa. Baste decir que en la zona de Zaporozhe y Nikopol (recodo del Dnieper) se hallaban unos importantes yacimientos de mineral de hierro y manganeso que cayeron en manos alemanas. En la zona de los Urales se encontraban yacimientos importantes de mineral de cobre, hierro, aluminio. Ya fuera de la zona del mapa había importantes yacimientos de níquel (Norilsk) hierro, cobre, zinc, plomo, mercurio y manganeso en la Siberia Occidental y Kazhastán. En líneas generales y a excepción del carbón en el territorio de la Unión Soviética no ocupada por los alemanes había suficientes yacimientos de minerales para afrontar la producción bélica. Otra cuestión era si había la suficiente infraestructrura de transporte e industrias para procesarlos.

La producción petrolífera soviética se encontraba en un 83% en el Caucaso, en particular zona de Bakú y mar Caspio, fuera del área mostrado del mapa. Había algunos yacimientos menores en la zona al oeste de los Urales y al norte del mar Caspio. En estas fechas no se habían descubierto todavía los gigantescos yacimientos de Siberia. A todos los efectos la URSS dependía del petróleo caucásico.

Tras este bosquejo procedamos a ver la distribución de la distribución de la industria soviética (en negro) en el momento del ataque alemán. Se puede ver que había cuatro grandes áreas importantes: Ucrania Oriental, región de Moscú, un área difusa a lo largo del Volga y un área reciente en los Urales (ciudades de Nizhni Tagil, Sverdlovsk, Chelyabinsk, Magnitogorsk junto a algunos centros que si bien no se encontraban geográficamente en los Urales tenían relaciones económicas con los mismos: Perm, Orsk y Ufa. Estas cuatro áreas junto a Leningrado agrupaban más de las tres cuartas partes de la industria soviética de preguerra.

Y quisiera hacer una observación que puede escapársele al lector: gran parte de los centros industriales de importancia se encontraban, mejor dicho “tenían que encontrarse” junto a fuentes de energía. Como ejemplos podemos citar la cuenca industrial del Donbass (zona de Kharkov, Donetsk y Voroshilovgrad) que se abastecía de la cuenca carbonífera del mismo nombre. Esta cuenca carbonífera representaba nada menos que el 60% de la producción soviética de preguerra. La zona de Moscú también contaba con su propio abastecimiento de carbón al contar con yacimientos de hulla y lignito, si bien era importador de otras zonas, en especial del Donbass. La zona de los Urales contaba con zonas productoras de hulla y lignito. No obstante la crisis energética provocada por la caída de Ucrania forzó a abrir nuevas minas y a consumir gran cantidad de madera para paliar el desabastecimiento.

La gran beneficiada por la titánica evacuación industrial es la zona de los Urales junto a algunas ciudades del Volga medio como Kuibyshev. Es en los Urales donde la industria se encuentra a la suficiente distancia del frente alemán como para operar sin el peligro de un ataque terrestre. A unas 900 millas (1.500 km) de los invasores más próximos y con abundancia de recursos naturales, los soviéticos pueden dedicarse a reconstruir su industria bélica. Los principales problemas vienen dados por la falta de infraestructuras de todo tipo y la dureza del clima.

En el mapa podemos ver la máxima penetración alemana en la Unión Soviética en el otoño de 1942. Aunque no lo hayamos marcado en el mapa, el frente a finales de 1941 seguía aproximadamente la misma línea exceptuando el tramo al sur de Orel-Kursk, desde allí seguía aproximadamente la línea Orel-Kursk-Kharkov-Voroshilovgrad dejando a Rostov en manos soviéticas haciendo de divisoria en el sur. En cualquier caso dejaba la cuenca industrial y carbonífera del Donbass en manos alemanas. El principal cambio entre el otoño de 1941 y de 1942 fue la penetración del Ostheer en el Caucaso y en los ejes de Voronezh y Stalingrado.

Hasta aquí podemos ver lo esencial de la distribución de la industria y su relocalización para salvarla de caer en manos alemanas. Evidentemente hubo una gran parte de esa industria que no pudo salvarse, bien por la rapidez del avance alemán, bien por la escasez de material rodante ferroviario o por otras razones. Por ejemplo, la industria de Leningrado, de las mayores del país no sufrió un programa de evacuación masiva y quedó en el cerco produciendo –si bien a un ritmo muy bajo por efecto de la escasez de materias primas, energía y el desbarajuste de tener a los alemanes a escasos kilómetros- Algo parecido ocurrió con gran parte de la industria de Stalingrado. La propia evacuación comportaba a corto y medio plazo un doloroso “trade-off”. En efecto, esa industria iba a estar ociosa y sin fabricar los componentes desesperadamente necesarios para la batalla durante varios meses mientras se desmontaba, transportaba y se iniciaba su reinstalación a miles de kilómetros de su lugar de origen. El propio Stalin tomó cartas en el asunto y amenazaba a los responsables de industrias concretas si no reiniciaban la producción en el menor plazo posible. Hay que hacerse idea de lo que significaba un traslado de varias semanas a través de la congestionada red ferroviaria para llegar a lugares desolados con temperaturas de 30 y 40 grados bajo cero sin ningún tipo de instalación ni de cobijo para los operarios. En Chelyabinsk, las operarias de las fábricas de carros de combate, vivían en agujeros practicados en la tierra, sin apenas comida y sin ningún tipo de instalación sanitaria ni comodidades básicas como calefacción, jabón, cerillas, etc. Sólo con el tiempo se fueron dotando de algunas instalaciones primitivas para atender las necesidades mas elementales cuando la prioridad fundamental de maximizar la producción lo permitía.

Para mediados de 1942 el grueso de la evacuación había tenido ya lugar y la geografía industrial soviética había quedado conformada en las siguientes regiones:

- Región de Moscú: junto a la de los Urales, la mayor del país. Toda ella estaba a unas 300 millas del frente alemán y por tanto bajo el alcance total de la Luftwaffe.

- Región del Volga medio: extendiéndose desde Gorki, la antigua Nizhni Novgorod y pasando por Kazán, Kuibyshev hasta Saratov se extendía una región que en líneas generales estaba bajo el alcance de la Luftwaffe. Un extremo del río, Stalingrado, cayó de hecho en manos alemanas y posibilitaba teóricamente el bombardeo de toda la zona incluyendo las numerosas centrales hidroeléctricas del río.

- Región de los Urales: el nuevo centro de industria pesada que había cobrado un gran auge con la evacuación industrial. Estaba se hallaba a unas 900 millas del frente alemán y por tanto a salvo de incursiones masivas de la Luftwaffe.

- Otras regiones: (fuera de nuestro mapa) en particular Siberia Occidental y Central con centros como Omsk, Tomsk, Novosibirsk y Karaganda. Totalmente fuera del alcance de la Luftwaffe aunque su importancia económica fuera menor que la de las regiones reseñadas anteriormente.

En definitiva y aunque fuera en el plano teórico, una parte considerable de la industria soviética se hallaba bajo el alcance de la Luftwaffe. Veamos las razones por las que no se produjo prácticamente ningún intento serio de desbaratarla…
Continuará…

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Mapa confeccionado con base al mapa de Grosser Atlas zur Weltgeschichte: Linger Verlag. 1988 Köln y datos propios.

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Eriol
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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Eriol » Lun Abr 06, 2009 11:09 pm

Excelente analisis de la zonas industriales.Felicidades
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Mar Abr 07, 2009 1:25 am

Gracias Eriol, desgraciadamente mis compromisos profesionales me impiden dedicarle mas tiempo a esta sana afición...

Aunque ya los he puesto en otro post sobre la economía soviética volveré a poner estos dos cuadros que muestran con claridad la importancia relativa de cada una de las zonas carboníferas y petrolíferas. Y aunque lo he repetido hasta la saciedad, la catastrofe que la caída de Ucrania supuso para la economía industrial del país. Incluso aumentando la producción en otras zonas, en especial la cuenca de Moscú y los Urales y trabajando febrilmente fue imposible compensar la pérdida de esa región. Se pusieron en funcionamiento numerosas explotaciones de lignito a pesar de que su poder calorífico era muy mediocre para ferrocarriles y casi inútil para la siderurgia, sin embargo la situación era desesperada...

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Fuente:
Kuzentskii ugolnoi bassein v gody Velikoi Otechestvenoi voiny by I. I. Zelkin, quoted in The Economics of the Second World War by György Ránki

Y finalmente el cuadro de la producción petrolífera. En la época los gigantescos yacimientos de Siberia ni siquiera habían sido descubiertos. Los yacimientos del Segundo Bakú no eran mas que una fracción de la producción caucásica.

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Fuente:
Economic Georgraphy of Transportation, USSR by M.I. Galitskiy, 1965

Mi insistencia en cifrar la disponibilidad de recursos energéticos viene dada por varias razones:

- El carbón era básico para la industria siderúrgica e insustituíble
- El carbón era básico para los transportes ferroviarios de los que dependía tanto la industria como toda la economía globalmente
- El carbón junto a las centrales hidroeléctricas era la única manera de generar energía eléctrica, la cual era indispensable para multitud de procesos industriales (producción de aluminio, galvanización, aleaciones electrolíticas, procesos industriales varios, etc)
- El petróleo era básico como combustible y en la polimerización y producción de derivados de todo tipo (de hecho, aunque el país producía bastante petróleo, no tenía capacidad de refino y craqueo suficiente para multiples derivados en especial gasolinas ligeras y cauchos sintéticos)

Aunque ya lo hemos dejado entrever, pronto veremos porque la infraestructura de producción energética iba a cobrar mas importancia que el propio tejido industrial en la fallida ofensiva de la Luftwaffe...

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Lun Abr 13, 2009 7:16 pm

¿Cuáles habían sido los ataques aéreos alemanes contra centros industriales soviéticos hasta la fecha ? Pues podemos ver que muy poca cosa, ejecutados con medios irrisorios y mas con un propósito de causar terror que de causar efectos materiales de importancia.

A partir del 21 de julio de 1941 se empezaron a lanzar flojas incursiones con Moscú como objetivo, en las tres cuartas partes de incursiones se emplearon menos de diez aparatos. En realidad aparte de matar a 736 moscovitas y herir a unos 3.513 no consiguieron ningún efecto apreciable y disiparon aún más los magros recursos de la Luftwaffe en misiones que no tenían ningún propósito estratégico.

En realidad la Luftwaffe era víctima de dos problemas: indecisión operativa al nivel de guerra aérea estratégica y unas escasas fuerzas para las tareas planteadas. El propio Hitler ya en julio de 1940 había planteado la conveniencia de bombardear los centros industriales soviéticos y la propia destrucción de la zona industrial de los Urales. Sin embargo el estado mayor de la Luftwaffe no llevó esa idea a la concreción práctica. En la propia planificación de Barbarroja se hablaba de un golpe de gracia a la industria en los Urales una vez hubieran acabado las operaciones móviles de importancia, que en la mente de Hitler y sus generales, significaba la destrucción del Ejército Rojo y la conquista como fruta madura del resto de la Rusia Europea.

En las directivas de Barbarroja se bosquejaban a grandes trazos las misiones de la Luftwaffe en el siguiente orden decreciente de importancia:
- Apoyo a las operaciones terrestres de la Wehrmacht: para conseguir la máxima concentración en esta tarea se evitarían los ataques a la industria bélica soviética.
- Interceptación de las comunicaciones terrestres del Ejército Rojo, en particular redes ferroviarias. Además se planteaban asaltos aerotransportados en cruces de ríos importantes en cooperación con las fuerzas terrestres que avanzaran.
- Una vez terminadas las operaciones móviles y se hubiera alcanzado la línea Arkhangelsk-Volga-Astrakhan se consideraba la posibilidad de lanzar ataques a la zona industrial de los Urales para dar el golpe de gracia a la Unión Soviética.

Es sintomático de la indefinición operativa de estas vagas directivas estratégicas el hecho que no se prestara apenas atención a la industria petrolífera soviética, suponemos que con la intención de tomarla intacta. Por si fuera poco hasta abril de 1942 la Inteligencia de la Luftwaffe ni siquiera había trazado un mapa de objetivos claves de la industria soviética, o sea cuando el conflicto llevaba 10 meses en curso.

Había dos visiones contrapuestas en como atacar la industria soviética. Una provenía de la Inteligencia de la Luftwaffe que proponía el ataque a unos pocos objetivos y que provocaran una desarticulación y daño fuera de toda proporción en la industria soviética: en particular refinerías, depósitos de almacenaje de combustible así como la infraestructura de transporte del crudo a lo largo del Volga. No olvidemos que aunque el crudo se producía en las cercanías del Mar Caspio la mayoría de refinerías se hallaba en las zonas industrializadas del país, más al norte. Sin embargo al mismo tiempo urgía a no destruir las instalaciones industriales para que pudieran ser aprovechadas por los alemanes una vez conquistadas. Esto era una contradicción porque al mismo tiempo se afirmaban en otros informes que los soviéticos hasta la fecha habían destruido todas las instalaciones en peligro de caer en manos de los alemanes sino las habían evacuado inmediatamente y por tanto se urgía a destruir el máximo de industrias soviéticas antes de que los soviéticos las pudieran evacuar a las profundidades de la URSS fuera del alcance alemán.

La otra visión proponía el ataque a centrales hidroeléctricas y redes eléctricas así como infraestructura fundamental en su mantenimiento (transformadores, generadores, etc)

Esta confusión de selección de objetivos y de pergeñar una estrategia aérea coherente provenía en parte de los cambios ocurridos en la guerra contra la Unión Soviética. En efecto, en junio de 1941 se preveía hacer un uso reducido y muy selectivo de la industria que se preveía cayera en manos alemanas. Hermann Göring, el cual no sólo era jefe supremo de la Luftwaffe sino director titular de la economía de guerra había identificado los siguientes bienes y sectores como los únicos de interés para Alemania una vez concluyera victoriosamente la campaña contra la URSS: cereales, semillas oleaginosas, petróleos y metales ligeros. Sin embargo en 1942 las realidades de una guerra que se antojaba más larga, junto a la entrada en guerra de EE.UU. había provocado cambios en estas directrices. Los comisionados nombrados por Göring ya habían ampliado las áreas económicas a las siguientes: petróleo, caucho sintético, metales ligeros, propelentes, nitrógeno (para la fabricación de municiones), grasas sintéticas así como todos los bienes intermedios y semielaborados relacionados. Otros comisionados especiales nombrados comenzaron a mencionar la necesidad del control de la industria soviética pesada, siderúrgica, automóvil, de bienes de equipo, municiones y transformados metálicos. Detrás de estas peticiones se escondía no cabe duda los deseos de Göring de aumentar su influencia y poder mediante el control de ingentes recursos económicos en las áreas ocupadas.

El problema de estas peticiones era que empezaban a entrar en conflicto con los objetivos seleccionados por la Inteligencia de la Luftwaffe.

En el verano de 1942 cuando se lanza la operación Blau que perseguía la conquista del Cáucaso y los yacimientos de petróleo todavía no se había tomado una decisión a nivel del Alto Mando sobre si atacar los yacimientos, conducciones, refinerías y demás infraestructura petrolífera. Parece que había un acuerdo tácito de que había que intentar conquistar los yacimientos de Maikop, Groznii y Bakú lo más intactos posible. En la práctica parecía existir un consenso en no destruir los yacimientos que se suponía serían fundamentales para el futuro del III Reich. Esto a pesar de que la experiencia indicaba que los soviéticos preferían destruir las instalaciones antes de dejar que cayeran en manos alemanas tal como la conquista de Maikop confirmó. La producción soviética de petróleo cayó muchísimo por efecto de la desarticulación del transporte (ver tabla del post anterior) Los alemanes eran además conscientes que a pesar de la gran producción petrolífera, la capacidad de refino y craqueo de de gasolinas de alto octanaje no era suficiente. De hecho durante la guerra nada menos que el 59% de suministro de gasolina de aviación –la de mayor octanaje- provino de la ayuda anglonorteamericana. Asimismo un 30% de los neumáticos fueron suministrados por la ayuda del Préstamo y Arriendo.

En cualquier caso la disyuntiva estratégica entre si atacar a la industria y a la producción energética soviética se resolvió por si misma al quedar la Luftwaffe forzada a apoyar tácticamente a la Wehrmacht en la interminable batalla de Stalingrado. Este era uno de los resultados, aunque no el único, en el desastroso intervencionismo de Hitler, en cuanto a los objetivos estratégicos y operacionales de la campaña. Al quitar medios aéreos y suministros al grupo de ejércitos que tenía que conquistar el Caucaso y su petróleo para una hipotética conquista simultánea de Stalingrado se impidió cualquier posible conquista alemana de la región. Dado el pleno compromiso de la Luftwaffe en el área de Stalingrado no se podía dar el golpe definitivo a la industria petrolífera de la zona en el momento en que había quedado claro que no podría conquistarse.

Sin embargo hay que subrayar que aunque la Luftwaffe seguía siendo fundamentalmente una fuerza aérea de apoyo táctico, no desdeñaba el emprender operaciones de carácter estratégico o de intercepción estratégica, tales como los ataques a los convoyes británicos que se dirigían a Murmansk o Arkhangelsk en 1942.

El desastroso resultado de la batalla de Stalingrado junto a la retirada del sector meridional del frente y las terribles bajas sufridas impidieron durante varios meses cualquier consideración estratégica del arma aérea hasta que la tregua de la primavera de 1943 en el frente vino a provocar un cambio de actitud…

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Robert Kirchubel: Operación Barbarroja III: el invierno ruso. RBA coleccionables con licencia de Osprey Publishing.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Dom Abr 26, 2009 1:27 pm

En cualquier caso el ataque a las zonas petrolíferas se retrasó con la esperanza –cada vez mas remota- de tomar los pozos petrolíferos de Grozny y Bakú lo mas intactos posible. En segundo lugar la dispersión de esfuerzos forzada por Hitler significó en la práctica la dispersión de las escasas fuerzas de la Luftwaffe entre los dos ejes de ataque hacia Stalingrado y el Cáucaso. No obstante a medida que la lucha por Stalingrado necesitaba mayor apoyo aéreo se fueron comprometiendo la mayor parte de las fuerzas disponibles en detrimento de operaciones en otras zonas.

Richthofen, jefe de la Luftflotte 4 no quería dispersar sus efectivos de esta manera pero al mismo tiempo intentó rotar sus efectivos entre el Cáucaso y Stalingrado en caso de que se crearan oportunidades para su uso. La paradoja es que en agosto de 1942 los efectivos de la VVS en defensa del Cáucaso eran insuficientes y compuestos por muchos modelos obsoletos. Los mandos de la Luftwaffe informaban por esas fechas que incluso los Stukas podían operar sin acompañamiento de cazas y que la fuerza aérea soviética daba muestras de gran debilidad. Esta oportunidad no pudo ser aprovechada debido al desgaste de la Luftflotte 4 que el 20 de agosto sólo tenía 247 bombarderos medios (He 111 y Ju 88) de los cuales tan sólo 143 estaban operacionales. Entre julio hasta finales de agosto la tasa de aviones operativos descendió del 71% al 56%. El desplazamiento de efectivos desde otros sectores del frente como el Grupo de Ejércitos Centro fue minimizado debido a la ofensiva soviética en el saliente de Rhzev durante el verano que obligó a comprometer los efectivos allí.

Mientras la batalla de Stalingrado continuaba absorbiendo los recursos de la Luftwaffe en el sur del frente, las zonas petrolíferas de Grozny y Bakú continuaban la producción del vital petróleo necesario para las fuerzas armadas. De hecho el mayor problema para la industria soviética del petróleo no fueron los casi inexistentes ataques aéreos alemanes sino la desarticulación de la estructura de transporte que rebajó la producción a casi la mitad (ver tabla en post anteriores) así como la interrupción del tráfico del crudo por el Volga a la altura de Stalingrado y el corte de las líneas ferroviarias que vía Rostov abastecían de crudo el norte de Rusia.

En octubre a medida que la batalla entraba en una fase de mutuo agotamiento y estancamiento Hitler decidió cambiar las prioridades de la Luftwaffe. El 7 de octubre ordenó a Richthofen el inicio de la ofensiva contra los campos petrolíferos y refinerías del Cáucaso. Finalmente se había llegado a la conclusión de que si no era posible apoderarse de los recursos de la zona habría al menos que negarlos al enemigo…

El 10 de octubre Richthofen arrojó prácticamente todos los bombarderos operativos que le quedaban. Al comienzo de la operación Blau tenía una fuerza de 480 bombarderos (de los cuales 323, o sea el 67% estaban operativos) Ahora tenía apenas 232 bombarderos de los cuales tan sólo 129 (55%) estaban operativos. Aunque se produjeron daños considerables en Grozny sencillamente no había aparatos para operar contra las mayores instalaciones de Bakú a pesar de la insistencia de Hitler. Por si fuera poco Hitler seguía insistiendo en continuar la batalla de Stalingrado y acabar con la resistencia soviética allí.

Finalmente tanto la insuficiencia de efectivos, motivada por la dispersión estratégica así como el mal tiempo que reducía las operaciones llevó a estas operaciones tan mínimas en 1942. Junto con unos ataques testimoniales llevados a cabo contra el área de Moscú hasta el 5 de abril de 1942 con escasos aparatos esa fue toda la campaña estratégica realizada hasta la fecha por la Luftwaffe en la Unión Soviética. Si bien es cierto que los ataques de la Luftwaffe a los convoyes angloamericanos que se dirigían a Murmansk y Arkhangelsk tenían un cierto carácter estratégico y lograron un cierto éxito en 1942 no los trataremos de momento en este artículo.

Desde noviembre de 1942 el desastroso desarrollo de la batalla de Stalingrado y posterior cerco del VI Ejército abortó cualquier plan de ofensiva estratégica para volcar todos los efectivos en el intento de abastecimiento aéreo de las fuerzas cercadas.

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.
Joel Hayward: An analysis of Hitler´s failure in August 1942 to damage Soviet oil production. The Journal of Military History Vol. 64, no. 3 (Julio 2000) pág. 769-794.

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¿Por qué la Luftwaffe no atacó a la industria soviética?

Mensaje por Schwerpunkt » Vie May 01, 2009 1:59 am

La batalla de Stalingrado forzó a la Luftwaffe a un esfuerzo desesperado por abastecer a las tropas del VI Ejército. Las promesas de Göring ante Hitler de suministrar a las tropas lo indispensable para poder resistir en la bolsa no pudieron cumplirse: para llegar al tonelaje indispensable la Luftwaffe hubiera debido disponer de al menos cuatro veces mas aparatos de carga. Pese al expediente desesperado de emplear bombarderos para conseguir mas tonelaje, lo cierto es que la Luftwaffe perdió unos 488 aparatos en el fallido puente aéreo por efecto del pésimo tiempo atmosférico y la creciente oposición de la VVS. Entre los aparatos perdidos había una gran proporción de transportes e incluso de bombarderos utilizados como transportes provisionales. La primera aparición del He-177 tuvo lugar precisamente en el desesperado intento de transportar suministros a la bolsa. No es sorprendente que muchos de ellos se perdieran en las caóticas condiciones de la bolsa, debido a la rapidez con que fueron puestos en acción a pesar de no haber solucionado sus problemas técnicos.

La derrota de Stalingrado junto con el desarrollo de una tremenda ofensiva soviética en todo el sur de Rusia terminó con el total agotamiento de la Luftwaffe. Sin embargo por vez primera en la guerra comenzó una larga tregua operacional. Ambos bandos se dedicaron a restañar las heridas y planificar la estrategia a seguir.

Mientras la Luftwaffe se iba reponiendo lentamente, el alto mando de la misma comenzó a plantearse ya de una manera más seria y consistente cual tenía que ser la estrategia para atacar la industria soviética. El OKW solicitaba a la Luftwaffe planes para atacar la industria bélica de la URSS, en especial la producción de carros de combate. Además la irrupción en escena del ministro Speer y sus dinámicos tecnócratas prestaba apoyo adicional a la tesis de atacar la industria bélica soviética. Speer opinaba al menos después de la guerra, que muchos de los militares no tenían una comprensión de la naturaleza económica de la guerra, centrándose excesivamente en el aspecto puramente operacional de la misma y relegando esfuerzos mayores en la adopción de una estrategia consistente de desarticulación de la industria y economía enemiga. Puede que varias de estas declaraciones sean autojustificativas y debido al gran ego de Speer. Pero gozaba de un cierto ascendiente sobre Hitler en especial después de la hecatombe de Stalingrado. Logró que se nombrara a un experto en la industria eléctrica como jefe de un grupo de investigación conocido como oficina Steinmann y adscrito a un departamento administrativo de la Luftwaffe. Su labor debía consistir en identificar los objetivos de producción y distribución de las redes eléctricas soviéticas y sugerir la mejor estrategia para su desarticulación. Sin embargo en una situación muy típica de la maraña de feudos que integraban el sistema de mando nazi, no tenía acceso al alto mando de la Luftwaffe, y de hecho muchos de sus integrantes desconocían la labor del grupo…
No obstante Speer volvió a la carga en sus reuniones con Hitler intentando forzar la inclusión de un grupo de sus expertos técnicos y civiles en la estructura de mando de la Luftwaffe para llevar a cabo una ofensiva coordinada contra objetivos económicos en la URSS.

A estas alturas casi todos los actores en este escenario eran conscientes que dada la producción soviética de carros de combate y aviones junto a los suministros angloamericanos, era sólo cuestión de tiempo que se produjera la derrota de Alemania en el Frente Oriental. Incluso la inteligencia militar alemana del OKW, OKH y Luftwaffe –tan alejada de la realidad en numerosas ocasiones- no pecaba de pesimista cuando estimaba el inventario soviético de carros de combate en cuatro veces el alemán en el otoño de 1943. Se estimaba la producción soviética mensual en unos 1.300 carros suplementados por unos 300 suministrados por el Préstamo y Arriendo. En realidad las estimaciones se quedaban cortas en casi un 25%.
Sea como fuere se estimaba necesario el atacar y desarticular la industria soviética en conjunción con la proyectada ofensiva de Zitadelle en el sector central del frente. Ambas acciones combinadas deberían de mejorar al menos la sombría situación estratégica alemana.

Lo primero era estudiar cuales eran las zonas más vulnerables y alcanzables por la aviación alemana. Por cuestiones de radio de acción de los bombarderos operativos sería imposible alcanzar la zona de los Urales. Aunque se disponía teóricamente de un nuevo aparato, el He-177 capaz de bombardear los Urales, debido al sinfín de problemas técnicos no resueltos, junto con la escasa cantidad de aparatos producidos, forzó a concentrarse en una zona mucho más cercana al frente alemán. Debido a que como mucho se iba a poder bombardear objetivos situados a unas 600 millas (unos 960 km) La zona petrolífera de Bakú quedaba prácticamente fuera del alcance alemán al encontrarse a unas 700 millas de los aérodromos alemanes mas cercanos.
Por tanto la zona alcanzable a grosso modo se centraba en la zona de Moscú y el alto y medio Volga.

Veamos a continuación cual era el peso de estas áreas industriales. Contrariamente a la creencia popular, el arsenal de la Unión Soviética, no se encontraba tan sólo en los Urales ni en Siberia Occidental. Es cierto que la región de los Urales aumentó enormemente su participación en el conjunto de la economía bélica por dos razones: primera, la ocupación de Ucrania y segunda, la evacuación de numerosas industrias a esta zona. Aunque la producción de carros de combate era enorme, hay que escoger esta estadística con precaución, una economía de guerra no es sólo producción de carros de combate sino numerosos bienes intermedios. Los Urales sobresalían por su industria pesada pero gran parte de la industria ligera se encontraba en otras regiones.

No obstante, cuando se analizan varios indicadores económicos podemos ver que la región industrial más importante seguía siendo la región industrial de Moscú. Esta producía un 22.5% del PIB del país en 1940 –en donde la ciudad de Moscú representaba nada menos que el 14.5% del país- y en 1942 cayó a una fracción debido a las evacuaciones y a la batalla de Moscú librada en los alrededores que desarticularon el sistema productivo. En la primera mitad de 1942 cayó la producción espectacularmente pero también se recuperó espectacularmente en la segunda mitad del año con lo que su participación en la economía nacional vino a ser del 15%. En 1944 ya era del 20% reflejando un crecimiento tremendo y sostenido.

Fuentes:
Oleg Hoeffding: Memorandum: German attacks against railroads and industry in Russia 1941-45 (marzo 1970) The Rand Corp. en el marco de los programas de investigación operativa de la USAF. Copyright y distribución autorizada.

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